Joachim Löw, el ingeniero de la máquina que aplastó a Brasil

  • Thomas Sparrow
  • BBC Mundo (@bbc_sparrow)
Joachim Löw

Fuente de la imagen, AFP

Pie de foto, Este es el técnico que puede darle a Alemania su primer título desde 1996.

En los pocos momentos silenciosos que ofrece el Mundial, el técnico alemán Joachim Löw toma un cuaderno con una portada negra, pide un espresso o un vino tinto, y empieza a escribir.

Ese cuaderno es su diario íntimo, en el que redacta desde hace años lo que siente y las metas que tiene, y seguramente este martes llenará una página especial: desde el banquillo, impávido como casi siempre, este hombre bien vestido de 54 años se convirtió en el responsable de una de las principales gestas del fútbol alemán.

Nadie, ni el más optimista de los fanáticos, podía prever lo que ocurrió en el estadio Mineirao de Belo Horizonte: la mayor goleada histórica en la semifinal de un Mundial, 7-1 ante nada más y nada menos que Brasil, el dueño de casa.

Fue una lección de efectividad y de precisión que dejó atónito al equipo de Luiz Felipe Scolari y que ya algunos están comparando incluso con el Maracanazo. Así como los hinchas brasileños no han podido olvidar la derrota en la final de 1950 ante Uruguay, pocos podrán pensar en el Mundial 2014 sin referirse a la apabullante goleada por parte de los dirigidos por Löw.

"Hace unos años estuvimos con los jugadores del equipo de Brasil de 1950 y no han podido olvidar esa derrota", dijo el analista de fútbol sudamericano de la BBC, Tim Vickery. "Bueno, pues para estos jugadores será peor porque esta es la más grande humillación en la historia del fútbol brasileño".

Un técnico meticuloso

Löw y Klinsmann

Fuente de la imagen, Reuters

Pie de foto, Löw se enfrentó en Brasil 2014 a Jürgen Klinsmann, con quien trabajó en el Mundial de 2006.

Las razones detrás de esa humillación, el poderío ofensivo alemán y especialmente el tanto número 16 de Miroslav Klose (que lo convierte en el mayor goleador histórico de los Mundiales, superando al brasileño Ronaldo) seguramente ocuparán la mayor parte de los titulares de prensa.

Mejor así para Löw, a quien rara vez le gusta figurar y quien ha dado la impresión de ser una persona que guarda su privacidad con recelo. En Alemania, un titular reciente de la revista Der Spiegel lo describía como "el alemán ajeno" y resaltaba cómo no lograba conectar con muchos aficionados.

Toni Kroos

Fuente de la imagen, Reuters

Pie de foto, Con Kroos Löw ganó toque en el medio campo.

Con quienes sí ha estado conectado es con sus jugadores, pues también tiene fama de ser un técnico meticuloso, que prepara cada aspecto del juego.

Löw era prácticamente desconocido para el público internacional cuando trabajó como asistente de Jürgen Klinsmann en el Mundial de 2006, en el que Alemania perdió en semifinales siendo local, pero se ganó la reputación de ser el hombre de las ideas tácticas y terminó reemplazando en el puesto máximo a Klinsmann.

Eso a pesar de no tener el bagaje futbolístico de su antecesor ni de otros técnicos alemanes como Franz Beckenbauer, Berti Vogts o Rudi Völler, que ganaron Copas del Mundo con su selección.

Pero quizás eso fue una ventaja que lo liberó de la presión y le permitió encargarse de desarrollar su propio estilo de juego, que es precisamente el que le está rindiendo frutos ahora.

"¿Qué es lo que quiero?"

Tras el Mundial de 2006 y la Eurocopa de 2008, en la que Alemania perdió en la final con España, Löw se dedicó a renovar el equipo y a Sudáfrica 2010 llevó una escuadra joven que si bien dejó una buena impresión en el terreno de juego no logró llevarse el título. El verdugo, otra vez, fue España, en semifinales.

Muchos de esos jugadores están otra vez de vuelta en Brasil 2014 y, ya mucho más maduros y con experiencia sustancial en clubes de primer nivel, se han convertido en la espina dorsal del equipo.

Löw y Klose

Fuente de la imagen, AFP

Pie de foto, Löw le dio la confianza a Klose para que jugara en Brasil y rompiera el récord del mayor goleador en la historia del Mundial.

Desde el arquero Manuel Neuer hasta su goleador Thomas Müller, pasando por el capitán Philipp Lahm y el muy efectivo Klose, Alemania está dando la impresión en Brasil de ser un equipo que se conoce, que funciona de memoria. De ahí que este martes, ante Brasil, haya podido hacer cinco goles en 29 minutos.

Löw, además, aprendió de las derrotas en años anteriores y desde entonces le ha dado a su equipo mucho más énfasis en el control del balón y el toque en el medio campo, donde se destacan jugadores como Mario Götze y especialmente Toni Kroos, que además es efectivo a la hora de anotar goles.

Ese aprendizaje constante es una de las características que definen al técnico alemán y volvió a salir a la luz tras el partido de Brasil: "Tras perder la semifinal contra Italia en 2006, sabemos como se sienten Brasil, los jugadores y Scolari, así que tenemos que ser modestos y humildes y tomar el siguiente paso", dijo Löw.

De esas sensaciones posiblemente también escriba en su diario, en su cuaderno negro. Cuando está con la selección, Löw plasma ideas sobre las conversaciones con sus jugadores y sobre los entrenamientos, como le dijo al periódico Welt am Sonntag.

También reflexiona sobre sus objetivos: "¿Dónde comenzamos? ¿Qué es lo que quiero?"

No es muy difícil pensar cuál sería su respuesta para lo que quiere este domingo: el primer título de Alemania desde 1996 y su primer Mundial desde 1990.