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Jes�s Aguirre, el ex jesuita prepotente que traumatiz� a los Alba

NOBLEZA

�Han exagerado?
A pesar de las diferencias, Eugenia bail� su primer vals con Aguirre en su puesta de largo. EFE

Eugenia y Cayetano Mart�nez de Irujo han arremetido contra su padrastro, ("nos hizo sufrir mucho") al que su madre defendi� siempre ante ellos

La banda sonora de Eugenia Mart�nez de Irujo, la duquesa m�s pop, que cumple 50 a�os

"Era muy culto, pero cero humano y muy malo". As� defini� Eugenia Mart�nez de Irujo en el programa Planeta Calleja a Jes�s Aguirre, segundo marido de su madre, con el que se cas� cuando ella ten�a 9 a�os. Aprovech� la v�spera de su 50 cumplea�os este lunes 26 de noviembre para desvelar la pesadilla que vivi� con el ex jesuita, al que presenta como el "padrastro de Cenicienta".

"Con 11 a�os, me llam� a su despacho y me dijo que si segu�amos viviendo en casa de mi madre era gracias a �l. Tambi�n que si le pasaba algo a mi madre, que seg�n �l estaba enferma del coraz�n, cosa que era mentira, yo ser�a la culpable. Llor� mucho. Lo peor era que ella siempre le defend�a delante nuestra". Un bombazo que corrobora su hermano Cayetano. "Jes�s me dijo que yo estaba bajo su mando, y de eso nada", ha asegurado, culpando al ex cura del distanciamiento con su madre. "Fue una etapa terrible, era un hombre dur�simo que nos hizo sufrir mucho".

Estas revelaciones han levantado una aut�ntica polvareda, aunque seg�n asegura a LOC un miembro del entorno de los Alba, la imagen del monstruo que pintan es exagerada. "Jes�s era un intelectual brillante aunque muy prepotente y nada dotado para la paternidad, menos a�n de los hijos de la arist�crata m�s titulada de Espa�a, criados por ni�eras complacientes. Supo obnubilar a Cayetana, pero fracas� al pretender meter en cintura a sus hijos".

Cuatro meses despu�s de conocerse en casa de los duques de Ari�n, Cayetana daba la campanada al casarse el 16 de marzo de 1978 en la capilla de Liria con Jes�s Aguirre, ocho a�os m�s joven que ella, a quien la rancia aristocracia consideraba "un ex cura rojo y arribista". Aguirre, un self-made-man hijo de madre soltera, trauma que enmascaraba con sus aires de superioridad, fue alumno de matr�cula y sacerdote de brillantes homil�as pero escasa vocaci�n pastoral. Tras colgar los h�bitos y dirigir una etapa la editorial Taurus, fue aupado a director general de m�sica en 1977 gracias a su amistad con el ministro de cultura P�o Cabanillas.

Cargo que ostentaba cuando celebr� su pol�mica boda con Cayetana, que provoc� un shock en sus hijos. "Mam� se casa con un cura, qu� fuerte", comentaban. Los tres mayores, Carlos, que ten�a 30 a�os, Alfonso, de 28 y ya casado con Mar�a Hohenlohe, y Jacobo, de 24, que estudiaba en Inglaterra, lo padecieron menos. Pero para los peque�os, Fernando, de 19 a�os, Cayetano, de 15, y Eugenia, de 9, fue un trauma, sobre todo por el car�cter autoritario de Aguirre y sus �nfulas por ejercer de duque de Alba. Seg�n la fuente antes citada, "presum�a de hombre de izquierdas, pero se sent�a m�s duque que la duquesa. Tanto que atribu�a sus dolores de cabeza a 'la maldita jaqueca de los Alba' y vest�a ropa del padre de Cayetana, el fallecido duque Jacobo, embajador en Londres, al que se refer�a con desparpajo como 'mi suegro'".

El verdadero padre

Nada que ver con el verdadero padre de los ni�os, Luis Mart�nez de Irujo, primer marido de Cayetana, que muri� en 1972 de leucemia. Hijo de los duques de Sotomayor e ingeniero, era un hombre bondadoso aunque un tanto d�bil de car�cter, a quien sus hijos recuerdan haciendo arreglos por el palacio, su hobby, pues ten�a poco de intelectual. Arist�crata por los cuatro costados, jam�s ejerci� de duque y se mantuvo en segundo plano, sin hacer sombra a Cayetana, de cuya personalidad iconoclasta era buen contrapunto.

Al quedarse viuda con 46 a�os y seis hijos, aseguran que la duquesa se sinti� perdida hasta que se cruz� en su vida Jes�s Aguirre, quien tir� de su artiller�a intelectual y sus dotes de "encantador de serpientes" para encandilarla. Cayetana cay� fascinada por el ex jesuita, a quien antepon�a incluso a sus hijos. Saltaba como una leona ante las maledicencias que circulaban sobre Aguirre, especialmente su supuesta homosexualidad llegando a declarar "follamos todas las noches". Estaba convencida de que fue el art�fice de poner orden en el patrimonio cultural de la Casa de Alba e incluso de que hab�a sacrificado una brillante carrera por convertirse en duque: "Sin m� habr�a llegado a ministro".

La pasi�n, que muchos cre�an ef�mera, se tradujo en 23 a�os de matrimonio, en los que Aguirre, que se jactaba de meterse a todo bicho viviente en el bolsillo -"ya entrar�", dec�a si alguien se le resist�a-, jam�s se liber� del sambenito de "padrastro" . Practicaba el "ojos que no ven" ante Eugenia, que iba a su aire, o con las juergas de Cayetano, que no daba chapa en los estudios, o un Fernando encerrado en s� mismo. Aun as� mantuvo las apariencias, por ejemplo, cuando Eugenia celebr� su puesta de largo en Due�as en 1987, siendo su pareja en el primer vals que, por cierto, ninguno de los dos sab�a bailar.

Aquejado de un c�ncer de laringe, muri� solo en Liria el 11 mayo de 2001, mientras la duquesa, de la que se rumoreaba estaba distanciado, asist�a en Sevilla a un homenaje a Curro Romero.