Era junio de 1990, en un acto sin precedentes se firmaba en el Museo de Antropología e Historia de la Ciudad de México un documento que esperaba cambiar completamente el curso del desarrollo del Estado de Nayarit. Era un convenio entre la Sociedad Cousteau, el Centro de Humedales de la Universidad de Florida y el Gobierno del Estado de Nayarit. El convenio fue denominado Plan Maestro para el Desarrollo Turístico Ecológico de las Costas del Estado de Nayarit.

Con este acuerdo Nayarit se preparaba para entrar en la corta lista de modelos de desarrollo sustentable. El Plan Maestro permitiría al Estado encontrar modelos de desarrollo turístico acordes con el medio ambiente. Celso Delgado, en ese entonces Gobernador de la Entidad aseguraba “en Bahía de Banderas vamos a construir un mega proyecto turístico donde la consideración más importante es la ecología”.

Hoy Riviera Nayarit es un desastre ambiental, con playas contaminadas, basureros a cielo abierto y desarrollos turísticos que no paran. Pueblos pesqueros desaparecidos bajo la égida del turismo masivo destructor. Los planes elaborados con quien llamara al Mar de Cortés “el acuario del mundo” se aventaron al bote de basura.

En noviembre próximo, Jean Michel Cousteau, hijo del Capitán, visitará México y ofrecerá una conferencia magistral denominada “Protege el Océano y te protegerás a ti mismo”. Casi 30 años después, nuestro país vuelve a tener la oportunidad de colaborar con un explorador e investigador de la talla de los Cousteau. Su visita pretende ser un detonante para proyectos que, como los que su padre alguna vez impulsó, permitan a México volver sobre sus pasos y remediar los daños causados.

La oportunidad es invaluable, especialmente ahora que se discute la viabilidad ambiental de proyectos como el Tren Maya o las seis refinerías. Ambos tendrán consecuencias irreversibles para la flora, la fauna, el ambiente y las emisiones de CO2 de México, ambos desarrollados con evidente interés político pero sin una verdadera planeación que permita a México transitar hacia la sustentabilidad.

Cuando en marzo, durante el inicio de las campañas electorales, Al Gore estuvo en México, los entonces candidatos a la Presidencia de los partidos punteros se reunieron con él para intercambiar puntos de vista. El hoy presidente electo no fue la excepción. En la reunión privada se habló de los compromisos de México ante el acuerdo de París y se sondeó una posible colaboración para avanzar en esa dirección. Al salir, AMLO se mostró contento y abrió la posibilidad de mantener la relación en caso de que triunfara.

Hoy que es Presidente, tengo la esperanza de que busque reunirse con Jean Michel Cousteau. No sólo porque enviaría un mensaje muy positivo sobre sus compromisos con el medio ambiente, sino porque mostraría que su intención es avanzar en garantizar un futuro sostenible para México, uno que vaya más allá de fotos en portadas de diarios de circulación nacional. Uno que trascienda y de certidumbre de seriedad, honestidad y claridad. Ojalá suceda y no se repita la historia 30 años después.

*El evento es organizado por EarthX México y se llevará a cabo del 8 al 11 de noviembre en la Casa del Lago de la UNAM

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