Jean Auguste Dominique Ingres: biografía y pinturas

Educación Infantil y Artística

Jean-Auguste-Dominique Ingres nació en el sur de Francia. Su padre, artista y decorador, fue su primer maestro. Ingres más tarde tomó lecciones en una academia de arte en Toulouse. En 1797, fue a París para estudiar en el estudio de Jacques-Louis David, en ese momento el pintor más destacado de Francia (y posiblemente de Europa).

David, considerado el campeón de la pintura clásica tradicional, tenía su propia academia privada. Consideraba a Ingres lo suficiente como para permitirle trabajar en varios encargos de retratos. Serio y centrado, Ingres ganó la entrada a la École des Beaux-Arts en 1799. La École, la escuela nacional de arte en Francia, se conocía como la Académie des Beaux-Arts hasta que Napoleón la liberó del control gubernamental en 1863.

Los estudiantes de arte que estudian en la École compitieron por el Prix ​​de Rome , un premio otorgado por el gobierno francés para fomentar el arte tradicional centrado en lo académico. El ganador recibió cinco años de estudios en la Academia Francesa de Roma. Después de terminar en segundo lugar en 1800, Ingres ganó el Prix ​​de Rome en 1801. Sin embargo, la escasez de presupuesto del gobierno retrasó su viaje, por lo que pintó retratos y siguió con su arte mientras esperaba.

Las exhibiciones de arte público más famosas en París en ese momento eran los Salones anuales, que atraían a cientos de artistas, mecenas, multitudes y publicidad. Participó cualquier artista que quisiera avanzar en su carrera. Ingres no fue diferente. Las entradas anteriores generaron poca atención, pero provocó controversia en el Salón de 1806, donde su Napoleón en su Trono Imperial confundió al establecimiento.

Napoleón en su trono imperial

En lugar de formas redondeadas clásicas, la figura es plana, estilizada y casi bidimensional. Los elementos de ropa y vestuario se representan con gran atención al detalle. Napoleón mira desde un reino atemporal. Los críticos ridiculizaron la pintura como gótica y reprendieron a Ingres por una interpretación que parecía apuntar hacia atrás a estilos de pintura anteriores.

El estilo distintivo de Ingres

Cuando se inauguró el Salón de 1806, Ingres finalmente había viajado a Roma. Recibió las críticas de segunda mano y juró no volver a París. Sin embargo, todavía estaba recibiendo un estipendio del gobierno francés. Como lo requieren las reglas que rigen el premio, tuvo que enviar pinturas en un horario a la facultad de París para su revisión. Aunque los críticos elogiaron sus habilidades técnicas, las obras no fueron bien recibidas. Cuando terminó su estipendio, Ingres permaneció en Italia. Recibió encargos de obras importantes y retablos, y se apoyó con retratos al lápiz y al óleo.

Grande odalisca

El estilo distintivo de Ingres es evidente en Grand Odalisque , pintado por encargo en 1814. Causó alboroto cuando se exhibió en el Salón en 1819. Un esclavo del harén mira al espectador. Su espalda alargada se ondula como una serpiente y su piel se presenta en tonos planos. ¡Es una mujer que nunca se encontraría en la naturaleza! Por el contrario, las cortinas y la ropa de cama se presentan con detalles nítidos.

Ingres estaba dispuesto a distorsionar las figuras y jugar con el espacio en busca del ideal. La Grande Odalisca representa un tema, el de la mujer y el erotismo, al que Ingres volvió repetidamente a lo largo de su dilatada carrera. En sus manipulaciones de la forma, la obra de Ingres presagia el arte abstracto del siglo XX.

Ingres pasó gran parte de su carrera viajando entre Francia e Italia. A pesar de su deseo de ser un pintor de historia, fue en los retratos donde se destacó. Sus habilidades de dibujo y su esmerado ojo para los detalles son evidentes en El arqueólogo Raoul Rochette .

El arqueólogo Raoul Rochette

Ingres se centra en el rostro del sujeto, lo representa con detalles vibrantes. Obtienes un sentido de personalidad a través de los ojos y rasgos faciales de Rochelle. Ingres transmite ropa en un esquema libre de diferentes tonos. Las curvas de sus brazos y el agarre de un sombrero dan vida al tema. Este retrato captura una inmediatez de la que parecen carecer las pinturas más acabadas de Ingres.

Años posteriores y aumento de la reputación

La reputación de Ingres y su posición nacional comenzaron a cambiar con el Salón de 1824. Su pintura El voto de Luis XIII , con su simbolismo histórico y religioso y su sentido de serena reverencia por el arte académico, fue juzgado como un éxito por el establishment artístico.

El voto de Luis XIII

Parte de esta respuesta se debió a lo que Ingres no era. La vieja guardia artística lo vio como un representante del neoclasicismo francés contra el caos salvaje del romanticismo (como en las obras de los artistas franceses Eugène Delacroix y Théodore Géricault, cuyas pinturas a menudo involucraban formas salvajes retorciéndose, tormentas, animales y violencia).

En El voto de Luis XIII , la Virgen y el Niño miran al rey desde un reino separado. Los querubines apartan las cortinas quebradizas. El rey se inclina hacia adelante con un movimiento congelado. Toda la escena emana una calma de otro mundo. Encantado por la respuesta a su trabajo, Ingres se quedó en Francia y abrió una academia. Su carrera experimentó más fluctuaciones, pero mantuvo una importante presencia artística en su país de origen, recibiendo importantes encargos de imágenes y retratos históricos.

En sus últimos años, Ingres continuó explorando temas vistos en obras anteriores y volvió al tema del erotismo y la mujer. En El baño turco , pintado en 1862, los ecos de La gran odalisca son evidentes en las formas estilizadas de las mujeres.

El baño turco

Ingres recibió el rango de Grandes Oficiales de la Legión de Honor por el gobierno francés en 1845. Habiendo sobrevivido a su primera esposa amada y casado con otra, Ingres vendió la mayoría de sus pinturas restantes en 1866 para garantizar la seguridad financiera de su segunda esposa. Murió en París en 1867.

Resumen de la lección

El artista francés Jean-Auguste-Dominique Ingres comenzó su carrera bajo la tutela de su padre y luego estudió en el estudio de París del destacado pintor francés Jacques-Louis David. En los últimos años del clasismo francés, Ingres tenía una mentalidad independiente, en busca de su propio estilo distintivo. A pesar de la formación formal en París y Roma, se dedicó al arte en sus propios términos y no siempre fue defendido por el establecimiento artístico de Francia. Pero los tiempos y la reputación cambian, y cuando los extremos del romanticismo comenzaron a afianzarse, Ingres llegó a ser considerado y defendido por el establishment como el último bastión del neoclasicismo francés.