Breve biograf�a de James G. Blaine

1. James G. Blaine (1830-1893) fue un destacado pol�tico y diplom�tico republicano americano durante las �pocas de la Guerra Civil y la Reconstrucci�n y la Edad Dorada. Fue el candidato republicano sin �xito a la presidencia en 1884. Fue manchado por el esc�ndalo, pero cre� una pol�tica exterior innovadora.
   
   Blaine naci� en West Brownsville, Pennsylvania, el 31 de enero de 1830, y se mud� en 1841 con sus padres a Washington, Pennsylvania. Se gradu� en el Washington and Jefferson College en 1847 y estudi� derecho. Blaine ense�� en la escuela, primero en la esclavitud de Kentucky (1848-1852) y luego en Filadelfia (1852-1854). En 1854 se mud� a la casa de su esposa en Augusta, Maine, y compr� una participaci�n en el peri�dico republicano Kennebec Journal. Entr� en la pol�tica como republicano, fue elegido para la legislatura estatal en 1858 y fue reelegido dos veces, sirviendo como presidente en 1861 y 1862. De 1859 a 1881 fue presidente del Comit� Estatal Republicano de Maine. Blaine era un escritor fluido y un maestro de la gesti�n pol�tica. En 1862 fue elegido para el Congreso, donde tom� la iniciativa en la legislaci�n financiera. Nunca sirvi� en uniforme. Ocup� el poderoso puesto de Presidente de la C�mara de 1869 a 1875, durante la Reconstrucci�n. El 10 de julio de 1876 fue nombrado para cubrir una vacante en el Senado de los Estados Unidos, y m�s tarde fue elegido para el per�odo de seis a�os, sirviendo hasta 1881.
   
   
   
   James G. Blaine. CC
   
   
   Blaine fue un orador magn�tico en una era de oratoria, un hombre de carisma. Como republicano moderado apoy� al presidente Abraham Lincoln durante la Guerra Civil. Como l�der importante durante la Reconstrucci�n tom� un curso independiente en su defensa del sufragio negro, pero se opuso a las medidas coercitivas de los republicanos radicales durante la administraci�n de Ulysses S. Grant. Se opuso a un proyecto de ley de amnist�a general, se asegur� la confianza y el apoyo del Gran Ej�rcito de la Rep�blica, trabaj� por una reducci�n del arancel y en general busc� y obtuvo un fuerte apoyo de los estados occidentales. La promoci�n y la construcci�n de ferrocarriles fueron importantes en este per�odo, y como resultado de su inter�s y apoyo Blaine fue acusado de injerto y corrupci�n en la adjudicaci�n de las cartas de ferrocarril. La prueba o falsedad de los cargos se supon�a que descansaba en las llamadas "cartas Mulligan", que Blaine se neg� a hacer p�blicas, pero que ley� en su exitosa defensa en la C�mara. Propuso la Enmienda Blaine en 1875, una enmienda a la Constituci�n federal que prohibir�a el financiamiento p�blico de escuelas privadas y confesionales. Fue aprobada por la C�mara de Representantes pero fracas� en el Senado y nunca se convirti� en ley federal, pero 30 estados la copiaron en sus constituciones estatales.
   
   Blaine fue uno de los principales candidatos en la Convenci�n Nacional Republicana de 1876; fue nominado por Robert G. Ingersoll en un brillante discurso que hizo famoso a Ingersoll, elogi�ndolo como el "Caballero de la pluma":
   
   � El pueblo exige un hombre cuya reputaci�n pol�tica sea inmaculada como estrella; pero no exige que su candidato tenga un certificado de car�cter moral firmado por un congreso confederado. . . . Este es un gran a�o... un a�o lleno de recuerdos de la Revoluci�n. ...un a�o en el que el pueblo llama al hombre que ha arrancado de la garganta de la traici�n la lengua de la calumnia, al hombre que ha arrebatado la m�scara de la Democracia de la horrible cara de la rebeli�n; al hombre que, como un atleta intelectual, ha estado en la arena del debate y ha desafiado a todos los que se acercan, y que sigue siendo un total extra�o a la derrota.... James G. Blaine march� por los pasillos del Congreso Americano y lanz� su brillante lanza completa y justamente contra las frentes descaradas de los difamadores de su pa�s y los malignos de su honor. �
   
   
   
   James G. Blaine. CC
   
   
   Las rivalidades entre los "mestizos" de Blaine y los Stalwarts (partidarios de Grant) eran tan fuertes que se eligi� a un candidato de compromiso, Rutherford B. Hayes, de Ohio, y luego fue elegido en una elecci�n muy controvertida que puso fin a la Reconstrucci�n.
   
   Blaine fue de nuevo el principal candidato en 1880; pero el mismo amargo faccionalismo lo derrot� una vez m�s. Su aliado James A. Garfield fue nominado y elegido, y Blaine fue nombrado Secretario de Estado. Garfield fue pronto asesinado y despu�s de unos meses Blaine dej� el gabinete. Finalmente en 1884 fue nominado en la primera votaci�n, con el General John A. Logan de Illinois como su compa�ero de f�rmula. El oponente de Blaine fue Grover Cleveland, un dem�crata borb�nico que, como gobernador de Nueva York, era un l�der en la reforma pol�tica, en particular de la administraci�n p�blica. Las elecciones estuvieron muy re�idas pero Blaine no pudo deshacerse de las acusaciones de corrupci�n. Mugwumps, liderado por prominentes reformistas republicanos, se cambi� a Cleveland. Al final de la campa�a lleg� un comentario indiscreto de uno de sus partidarios, el reverendo S. D. Burchard, que ridiculiz� a la oposici�n dem�crata como el partido del "ron, el romanismo y la rebeli�n". Fue un insulto especialmente a los cat�licos irlandeses, un electorado dem�crata que Blaine estaba cortejando. Blaine gan� s�lo 182 de un total de 401 votos electorales, pero el margen de voto popular de Cleveland fue menos de 25.000 en un total de m�s de 10.000.000.
   
   A�n siendo el l�der del partido, Blaine reanud� su escritura y su discurso, y visit� Europa. Ayud� a Benjamin Harrison a convertirse en el candidato del Partido Republicano en 1888; en 1889 el Presidente Harrison nombr� a Blaine su Secretario de Estado. Durante tres a�os de servicio en este cargo, probablemente la parte m�s constructiva de su carrera, Blaine se centr� en las relaciones con Am�rica Latina y Gran Breta�a. Impuls� un canal a trav�s de Panam�, construido, operado y controlado por los Estados Unidos; asegur� la legislaci�n del Congreso que result� en la Conferencia Panamericana que se reuni� en Washington en octubre de 1889. Blaine cre� la Oficina de Rep�blicas Americanas en Washington. Como uno de los primeros ecologistas utiliz� la diplomacia para proteger las manadas de focas en las Islas Pribilof de Alaska. Intent� anexar Hawai (lo que casi tuvo �xito a principios de 1893, pero se pospuso hasta 1898). De hecho, la influencia permanente de Blaine en la vida de los Estados Unidos fue a trav�s de su pol�tica exterior. Aunque Blaine concert� acuerdos de reciprocidad arancelaria con ocho naciones latinoamericanas, las negociaciones de reciprocidad con el Canad� se estancaron en 1891-92. Harrison y Blaine tem�an una reacci�n pol�tica de los agricultores y madereros estadounidenses si se hac�an concesiones al Canad�. La anglofobia de Blaine tambi�n influy� en el resultado de las negociaciones, y los negociadores del Canad� se resistieron hasta el final a la inclusi�n de la reciprocidad sobre los art�culos manufacturados en cualquier tratado. Los dos acuerdos de reciprocidad m�s importantes se firmaron con el Brasil y con Espa�a para Cuba y Puerto Rico.
   
   Aunque no era candidato en 1892, Blaine recibi� casi 200 votos en la primera votaci�n. Despu�s de la elecci�n, la salud de Blaine fall� r�pidamente, y muri� en Washington, el 27 de enero de 1893.
   
   En pol�tica exterior Blaine fue una figura de transici�n, marcando el fin de una era en pol�tica exterior y prefigurando la siguiente. Trajo energ�a, imaginaci�n y entusiasmo a la oficina en agudo contraste con sus rivales so�olientos, inspirando a sus sucesores activistas del siglo XX. Fue pionero en tratados de arbitraje, reciprocidad arancelaria y administraci�n americana de aduanas latinoamericanas. para evitar guerras civiles por el flujo de ingresos. Blaine quer�a que los Estados Unidos fueran el protector y l�der del hemisferio occidental, aunque los pa�ses de Am�rica Latina estuvieran en desacuerdo. Insisti� en mantener a las Am�ricas lejos del control europeo, favoreciendo el arbitraje y las negociaciones pac�ficas en lugar de la guerra. Blaine defendi� con fuerza los intereses nacionales de su pa�s. Mantuvo el panorama general firmemente en mente, buscando programas a largo plazo y no simplemente arreglos a corto plazo para el asunto en cuesti�n.

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