Ocho secretos de la familia real británica que hemos aprendido gracias al último libro sobre los Windsor

En Courtiers: The Hidden Power Behind the Crown, el periodista Valentine Low se compromete a desvelar “cómo es en realidad la familia real británica a puerta cerrada”.

Los duques de Sussex.

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Valentine Low, experto en realeza del diario The Times, se ha propuesto compartir con el mundo todo su conocimiento sobre la familia real británica a través de un nuevo libro, Courtiers: The Hidden Power Behind the Crown ["Cortesanos: el poder secreto tras la Corona"]. A escasas semanas de su publicación, Low, primer periodista que informó sobre el acoso a la duquesa de Sussex cuando aún formaba parte de la familia real, nos ha ofrecido un pequeño adelanto a través de pequeñas píldoras y extractos publicados en The Times.

Sean las razones que hacen del rey Carlos III un monarca diferente, o el motivo de la infelicidad del príncipe Harry y Meghan, te traemos ocho de los grandes secretos que nos depara el libro.

El rey Carlos III es “un jefe exigente”

Una de las grandes revelaciones de Low es cómo el nuevo rey siempre ha esperado mucho de su personal, sobre todo, tal y como alega una de las fuentes del periodista, porque “es muy exigente consigo mismo”. Aparentemente, el monarca "siempre está trabajando. Siete días a la semana. Así que en cualquier momento puede querer llamarte para algo... El ritmo es bastante intenso". Su ascenso a la Corona traerá, por tanto, bastantes cambios en palacio. Del nuevo rey, el autor afirma que "quienes lo rodean trabajan en condiciones draconianas. El monarca sabe lo que quiere y no le asusta el trabajo duro".

No es la primera vez que, entre el personal de palacio, se ven “puñaladas traperas”

Una fuente confidencial confirma cómo, alrededor del nuevo rey, parece haber cierta competición por ver quién se gana su confianza: "Todo el mundo quiere estar cerca del poder que rodea al rey y a la difunta reina, y ver qué pueden conseguir". Según Low, el rey se muestra siempre abierto a sugerencias de "asesores externos", sean celebridades o empresarios, lo que “podría conllevar problemas para la familia real” ya que, como afirma una fuente, Carlos "suele caer fácilmente bajo el hechizo de los demás".

Sir Clive Alderton (secretario privado principal del rey Carlos III y Camilla, reina consorte) asiste a una misa por el alma de la reina Isabel II.

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El principe Guillermo no quiere que sus empleados estén demasiado encorsetados

Aunque trabajar para la familia real conlleva inevitables formalidades, no es la primera vez que los duques de Cambridge (ahora príncipes de Gales) prescinden de algunas de esas convenciones. Low revela que cuando "los hijos de Guillermo y Kate eran pequeños, Guillermo le pidió a su personal que no llevara traje cuando estuviera en la oficina". Según una fuente interna, el príncipe quiere que en casa "haya un ambiente informal, que los niños corran por la oficina. No quiere un ambiente de trabajo recargado o encorsetado".

Los empleados de la duquesa de Sussex no se extrañaron cuando la pareja renunció a sus obligaciones reales

Low sostiene que los duques de Sussex llegaron a mantener relaciones muy tensas con algunos de los responsables de su agenda y actos oficiales. De hecho, algunos de sus empleados se referirían posteriormente a sí mismos como "el Club de supervivientes de Sussex". Hablando sobre los acontecimientos previos a la decisión de la pareja de renunciar a su condición de miembros oficiales de la realeza, Low afirma que los empleados del equipo de Harry y Meghan llegaron a sentirse "engañados" y comenzaron a sospechar que sus esfuerzos estaban destinados al fracaso. En sus propias palabras: "Quienes trabajaron con Meghan llegaron a estar tan desilusionados con su trabajo que empezaron a sospechar que incluso sus más sentidas súplicas de ayuda formaban parte de una estrategia deliberada que tenía un objetivo claro: su salida de la familia real".

Los planes de Harry y Meghan se mantuvieron en el secreto hasta el último momento

Low afirma que, en el período inmediatamente anterior a la renuncia de la pareja, ni los miembros más cercanos de su equipo sabían lo que estaba apunto de acontecer. El periodista relata cómo, cuando Harry y Meghan se llevaron a Canadá a su hijo pequeño, Archie, durante una escapada de seis semanas en noviembre de 2019, "los planes de huida de ambos estaban atados y bien atados bajo el mayor de los secretismos". Meghan ni siquiera informó a su niñera, Lorren, de a dónde se dirigían hasta que el avión (un jet privado) estaba ya en el aire. En ese momento, añade el periodista, la duquesa informó a un miembro del personal de “que la pareja no iba a volver” hasta finales de año. El resto del equipo no se enteró hasta la reunión que se celebró en el palacio de Buckingham a principios de enero de 2020.

Harry habría informado a su padre por correo electrónico de que él y Meghan estaban “descontentos” con la vida en palacio, pero intentó decírselo a la reina en persona

Al relatar los acontecimientos previos a la decisión de los duques de Sussex de abandonar sus responsabilidades reales, Low afirma que, durante su estancia en Canadá, "Harry envió un correo electrónico a su padre en el que le decía que estaba descontento", indicando que "no les gustaba la situación actual y que querían irse a vivir a Norteamérica". El duque habría intentado informar a la reina de sus planes antes del viaje con la esperanza de "ver a su abuela a solas". El encuentro privado no le fue concedido, ya que al parecer se le informó de que "la reina se había confundido con la agenda y no estaba disponible". El duque de Sussex nunca llegó a creerse la excusa y lo atribuyó a ciertos cortesanos que se habrían “interpuesto” para que no pudiera ver a su abuela.

Los duques de Sussex.

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La burocracia de la Casa Real hizo aumentar la tensión con los duques de Sussex

Incidentes como tener que ponerse en contacto con el personal de palacio para ver a su propia abuela, o que al parecer se les dijera que una comida familiar (posteriormente apodada "la Cumbre de Sandringham") no podría tener lugar hasta casi un mes después, son algunos de los detalles que, según Low, hicieron que Harry y Meghan se sintieran "acorralados, incomprendidos y profundamente infelices". Desde palacio se les imponía tal "rigidez y poca flexibilidad que los duques acababan siempre por enfadarse".

La reina se negó (supuestamente) a que los duques de Sussex pudieran mantener algunas responsabilidades reales

Low afirma que el plan inicial de Harry y Meghan era "buscar un punto intermedio para poder vivir parte del año en el extranjero y aun así desempeñar ciertas obligaciones reales". En plena avalancha de conversaciones y reuniones, los asesores que trabajaron con la familia real para tratar de encontrar una solución propusieron "cinco planes diferentes". Sin embargo, como afirma Low: "Para palacio, todo lo que hicieran Harry y Meghan más allá de sus obligaciones reales tendría una repercusión directa en la institución". La propia reina, ya fallecida, se mostró inflexible en este punto ya que, al parecer, consideraba que "a menos que la pareja estuviera preparada para cumplir con las restricciones que se aplican a los miembros de la familia real, no se les podría permitir llevar a cabo tareas oficiales".