(DOC) Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia | Williams Branel Santos More - Academia.edu
Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia, (Ing. James II of England and VII of Scotland) (14 de octubre de 1633 - 16 de septiembre de 1701), fue rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda desde el 6 de febrero de 1685 hasta su deposición en 1688. Fue el último monarca católico en reinar sobre lo que sería el Reino Unido. Algunos de sus súbditos sintieron gran desconfianza por sus políticas religiosas y alegaron que había caído en el despotismo, liderando a un grupo de ellos que lo acabaría deponiendo en la Revolución Gloriosa. No fue sustituido por su hijo católico, Jacobo Francisco Eduardo, sino por su hija mayor y yerno protestantes, María II y Guillermo III, que fueron proclamados reyes en conjunto. Jacobo II, además, fue el último soberano de Escocia en utilizar el título de Rey de los Escoceses, que había sido utilizado desde la unificación del reino en el año 843 por Kenneth I MacAlpin. Sus herederos pretendientes al trono tomaron el nombre de Jacobitas y durante muchos años lucharon por la restauración dinástica, sin lograrlo. A la muerte de Oliver Cromwell acaecida en 1658, Carlos II fue restaurado en el trono inglés, y el duque de York volvía a Inglaterra con él. Aunque Jacobo era el presunto heredero de la corona, parecía inverosímil que el duque de York heredara realmente el trono, ya que Carlos era un hombre joven capaz de engendrar hijos. El 3 de septiembre de 1660, en Worcester House, Londres, el duque de York (que acababa de recibir el título de duque de Albany en Escocia), se casó con Ana Hyde, hija del Primer Ministro del rey. En realidad se trataba de la ceremonia formal, ya que se habían casado en secreto en la ciudad de Breda, en Holanda, el 24 de noviembre de 1659. En el momento del matrimonio público, Ana estaba a un mes de dar a luz a su primer hijo. El 31 de diciembre de ese mismo año, es nombrado duque de Normandía por el rey Luis XIV de Francia, siendo el último soberano británico en ostentar este título. De la unión entre Jacobo y Ana nacieron ocho hijos: En 1677, el duque de York procuró apaciguar a los protestantes permitiendo que su hija María se casara con el príncipe protestante, Guillermo III de Orange (quién era también su sobrino). A pesar de la concesión, los miedos de un monarca católico persistieron, intensificándose por los embarazos fallidos de la esposa de Carlos II, Catalina de Portugal. Un fanático clérigo anglicano, Titus Oates, acusó falsamente a Jacobo y otros nobles de un "Complot Papista", el cual tendría como objetivo asesinar al rey Carlos II y poner a Jacobo en el trono. El complot creó una histérica reacción anticatólica en todo el reino. Producto de ello Jacobo decidió prudentemente salir de Inglaterra rumbo a Bruselas. En 1680 fue designado Alto Lord Comisionado de Escocia y tomó como residencia el palacio de Holyrood en Edimburgo. En Inglaterra, se hacen tentativas de parte de Lord Shaftesbury y otros para excluir al duque de York de la línea de la sucesión. Algunos incluso propusieron que la corona pasara al hijo ilegítimo de Carlos II, James Scott. Cuando en 1679, la Ley de Exclusión estaba en peligro de ser sancionada, Carlos II decidió disolver el Parlamento. La crisis de la Ley de Exclusión contribuyó al desarrollo del sistema político bipartito inglés; los Whigs eran los promotores de la Ley, mientras que los Tories eran sus opositores. Dos nuevos Parlamentos fueron abiertos en 1680 y 1681, pero fueron disueltos por la misma razón. Carlos II muere sine prole legitima (sin descendientes legítimos), el 6 de febrero de 1685, y convirtiéndose al catolicismo romano en su lecho de muerte; fue sucedido por su hermano, que reinó en Inglaterra e Irlanda como Jacobo II y en Escocia como Jacobo VII. Jacobo fue coronado en la Abadía de Westminster el 23 de abril de 1685 pero un día antes, el 22 de abril, había sido coronado junto a su esposa -la cual no pudo asistir a la ceremonia "oficial" por su religión- según los ritos católicos en el Palacio de Whitehall. En un comienzo no hubo mucha oposición abierta al nuevo soberano y muchos conservadores anglicanos incluso lo apoyaron. El nuevo Parlamento que abrió en mayo de 1685 parecía favorable a Jacobo, acordando concederle una generosa renta. En 1685 el Rey sobrevivió milagrosamentea un naufragio en el Solent. El músico Henry Purcell compuso su obra They that go down to the sea in ships para ser interpretada por el extraordinario barítono John Gostling en conmemoración de dicho acontecimiento. Jacobo tuvo que hacer frente a la Rebelión de Monmouth conducida por el hijo ilegítimo de Carlos II, James Scott, primer Duque de Monmouth. Este se autoproclamó rey el 20 de junio de 1685, pero fue derrotado luego en la Batalla de Sedgemoor. Monmouth fue ejecutado en la Torre de Londres poco después (15 de julio). A pesar de la escasa ayuda popular a Monmouth, Jacobo comenzó a desconfiar de sus súbditos. En Francia a Jacobo le fue permitido vivir en el château real de Saint-Germain-en-Laye. Una tentativa fallida fue realizada con el fin de restaurarlo en el trono asesinando a Guillermo III en 1696. La oferta que le hizo Luis XIV para convertirlo en rey de Polonia ese mismo año fue rechazada porque Jacobo temió que la aceptación de la corona polaca (en la mentes de los ingleses) lo hacía incapaz de volver a ser rey de Inglaterra. Después de eso Luis dejó de ofrecerle ayuda; formalizando esta decisión por el Tratado de Ryswick, un acuerdo con Guillermo III en 1697. Pese a todo el monarca francés, de la manera más inesperada, continuó dándole todo su apoyo, llegando a decirle en privado que el Tratado de Ryswick era, en pocas palabras, nada más que un mero reconocimiento formal. Durante sus últimos años, Jacobo vivió austeramente, y con grandes muestras de devoción. Murió, víctima de una hemorragia cerebral, el 16 de septiembre de 1701 en el château de Saint-Germain-en-Laye, a los 67 años de edad, siendo sepultado en la Capilla de los Benedictinos Ingleses de San Edmundo en París. Actualmente su mausoleo está en la catedral de Saint-Germain-en-Laye, frente al castillo donde falleció. Dos placas en el ala este del edificio perpetúan su memoria. Carlos II de Austria (o Habsburgo) (Madrid, España; 6 de noviembre de 1661 – ibídem; 1 de noviembre de 1700), llamado el Hechizado, fue rey de España2 entre 1665 y 1700, último de la Casa de Austria. Hijo y heredero de Felipe IV y de Mariana de Austria, permaneció bajo la regencia de su madre hasta que alcanzó la mayoría de edad en 1675. Su sobrenombre le venía de la atribución de su lamentable estado físico a la brujería e influencias diabólicas. Parece ser que los sucesivos matrimonios consanguíneos de la familia real produjeron tal degeneración que Carlos creció raquítico, enfermizo y de corta inteligencia, además de estéril (se sospecha que sufría el síndrome de Klinefelter),3 lo que acarreó un grave conflicto sucesorio, al morir sin descendencia y extinguirse así la rama española de los Austrias. Felipe IV se había casado en primeras nupcias con Isabel de Francia († 1644). De esta unión nació un único hijo varón, el príncipe Baltasar Carlos, muerto en 1646, lo que provocó que el rey decidiese casarse en segundas nupcias (1649) con su sobrina la archiduquesa Mariana de Austria, hija del emperador Fernando III y de su hermana María Ana de Austria, con el objetivo de asegurar la continuidad dinástica en el trono. De este matrimonio nacieron varios hijos, de los cuales sólo sobrevivieron la infanta Margarita Teresa y el último de los hijos varones, Carlos. El príncipe Carlos apenas tenía cuatro años cuando su padre falleció (1665), dejando éste establecido en su testamento como regente a su viuda, la reina Mariana de Austria La reina sería asistida por una Junta de Regencia formada por seis miembros: el Presidente del Consejo de Castilla (García Haro Sotomayor y Guzmán, conde de Castrillo) , el Vicecanciller del Consejo de Aragón (Cristóbal Crespí de Valldaura), un representante del Consejo de Estado (Gaspar de Bracamonte y Guzmán, conde de Peñaranda), un Grande de España (Guillén Ramón de Moncada, marqués de Aytona), el Inquisidor General (cardenal Pascual de Aragón) y el Arzobispo de Toledo (cardenal Baltasar Moscoso y Sandoval) como máxima autoridad religiosa en la Monarquía. Carlos II fue proclamado rey en 1665, a los cuatro años. Era una persona educada por teólogos y sin conocimientos políticos. Mantuvo correspondencia con Sor Úrsula Micaela Morata, mística alicantina, para pedirle consejo. Su mala salud hacía sospechar que moriría joven, por lo que nuevamente se descuidó su educación; nadie se preocupó de prepararle adecuadamente para las tareas de gobierno. Juan José de Austria, con el apoyo popular, se convirtió en el nuevo valido. Su gobierno quedó ensombrecido por la lucha política contra sus adversarios y la dramática situación de la monarquía hispánica, obligada a ceder el Franco Condado a Francia mediante la Paz de Nimega en 1679. En ese mismo año, el Rey, de 18 años de edad, se casa en primeras nupcias con María Luisa de Orleans, sobrina de Luis XIV de Francia. Aunque nunca llegó a estar verdaderamente enamorada de su marido, con el paso de los años María Luisa llegó a sentir un genuino afecto hacia él. Carlos, por su parte, amaba tiernamente a su esposa. Ante la falta de sucesor la reina llegó a realizar peregrinaciones y a venerar reliquias sagradas. Finalmente murió en 1689, dejando al rey en un estado depresivo.