Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia

Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia


Jacobo Carlos Estuardo[1]​ (en inglés James VI of Scotland and I of England; Edimburgo, 19 de junio de 1566-Theobalds House, 27 de marzo de 1625) fue rey de Escocia como Jacobo VI desde el 24 de julio de 1567 y rey de Inglaterra e Irlanda como Jacobo I desde el 24 de marzo de 1603 hasta su muerte. Los reinos de Escocia e Inglaterra eran Estados soberanos, separados en ese momento, que contaban con sus propios parlamentos, poder judicial y conjunto de leyes, y que pasaron a ser gobernados por un mismo soberano, en virtud de una unión personal.

Hijo de María I de Escocia (María Estuardo), fue proclamado rey con un año de edad. Una serie de regentes gobernaron en su nombre y lucharon por el poder durante su minoría de edad, hasta que esta terminó oficialmente en 1578. Sin embargo, no obtuvo el control verdadero del aparato del Estado hasta 1581.[2]​ En 1603 sucedió en el trono de Inglaterra e Irlanda a la última Tudor, la reina Isabel I, quien murió sin descendencia.[3]​ Rigió conjuntamente Inglaterra, Escocia e Irlanda por espacio de 22 años, hasta su muerte a los 58 años.[4]

Aunque gobernó con acierto en Escocia, se encontró con grandes dificultades en Inglaterra,[5]​ incluyendo el célebre Complot de la Pólvora de 1605 y conflictos sucesivos con el Parlamento, que le era hostil, especialmente en lo referente al aumento de impuestos. De acuerdo a una tradición historiográfica iniciada a mediados del siglo XVII, la política absolutista de Jacobo, su irresponsabilidad financiera y los favores otorgados a favoritos impopulares sentaron las bases de la Revolución inglesa, durante la cual su hijo y sucesor, Carlos I, fue ejecutado.[6]​ Sin embargo, la situación política de Inglaterra y de Escocia fue relativamente estable durante la vida del monarca, y los historiadores contemporáneos consideran a Jacobo como un soberano inteligente y reflexivo.[7]​ Durante su prolongado reinado se mantuvo la paz con España, reanudando las hostilidades su hijo y sucesor Carlos.

A lo largo de su vida Jacobo tuvo relaciones tan estrechas con los hombres de su corte, que muchos historiadores han especulado y debatido largo y tendido sobre su orientación sexual: