Tras perderse sus queridas carreras de Ascot, la reina Isabel II ha hecho su primera aparición pública desde los actos del Jubileo de Platino. La soberana no ha faltado a su habitual cita con Escocia, que históricamente marca el comienzo de sus vacaciones. La reina pasa alrededor de una semana en el Palacio de Holyrood y atiende distintos actos oficiales. En su primera cita, Isabel II asistió a la Ceremonia de las Llaves, donde se le entregaron las llaves de la ciudad de Edimburgo y se le dio la bienvenida a Escocia.
Para la ocasión, Isabel II eligió uno de sus habituales abrigos de colores, en esta ocasión en azul cielo, combinado con un sombrero del mismo tono y un vestido de delicadas flores. Pero la atención se fijó, una vez más, sobre sus broches. Isabel II posee una ingente colección de este tipo de joyas, muchos de ellos son herencia o forman parte del tesoro de la Corona, mientras que otros tanto han sido regalos y honores que ha recibido a lo largo de su reinado. En esta ocasión, Isabel II quiso hacer gala de su importante papel institucional luciendo el broche del Regimiento Real de Escocia y el de los Argyll y Sutherland Highlanders.
El primero de ellos muestra la cruz de San Andrés y el león rampante del estandarte real de Escocia rematado por una corona con el lema del regimiento "Nemo Me Impune Lacessit" ("Nadie me ataca con impunidad"). La Reina es la Coronel en Jefe de los Guardias Escoceses, y este broche representa los importantes honores militares de los que goza Isabel II.
Pero la monarca quiso sumar a este otro de sus broches más importantes: el de los Argyll y Sutherland Highlanders, cuyos soldados fueron aclamados como la esencia del heroísmo británico. La Reina fue nombrada Coronel en Jefe de este regimiento cuando cumplió 21 años, y un año después recibió una réplica del escudo del regimiento en diamantes y piedras preciosas.
La vinculación de este regimiento con la Corona se remonta a 1871, cuando prestó servicio como Guardia de Honor en la boda de la princesa Luisa, cuarta hija de la reina Victoria, con John Campbell. Con esta elección, Isabel II ha querido dejar claro en Escocia el gran significado y la relevancia que tienen para ella ambas condecoraciones, que ejemplifican y simbolizan la importancia de la figura de la reina dentro del ámbito militar.
