Isabel de Portugal, madre de Isabel la Católica - Revista de Historia

Isabel de Portugal, madre de Isabel la Católica

Isabel de Portugal era hija del infante Juan de Portugal y de doña Isabel de Braganza y Pereira (Isabel de Barcelos) y nieta de Juan I de Portugal y Felipa de Lancaster, naciendo en Portugal en 1428. No se tiene noticia de la infancia de Isabel hasta la llegada de la propuesta de matrimonio con Juan II de Castilla a través del condestable Álvaro de Luna.

Descárgalo Aquí

A pesar de la negativa primera de Juan II, ya mayor y con un hijo sucesor (más tarde Enrique IV el Impotente), su valido Álvaro de Luna le convence para que contraiga un nuevo matrimonio (el segundo), esta vez con Isabel de Portugal, plan estratégico que se insertaba en su política de reforzamiento de los lazos entre Castilla y Portugal de cara al enemigo común: la corona aragonesa.

Isabel de Portugal

El rey de Aragón Alfonso V el Magnánimo y sus hermanos, los infantes de Aragón, intentaban arrebatar el poder al condestable en Castilla. En Portugal, en aquel tiempo gobernaba como regente Pedro, duque de Coimbra y hermano de Duarte (muerto en 1438), amigo de Álvaro de Luna. Este necesitaba el apoyo de Portugal para luchar contra Aragón, que intentaba acabar con su poder en Castilla. Portugal acepta colaborar con Álvaro de Luna y sus tropas entran en Castilla, pero al finalizar la batalla de Olmedo con la derrota de los infantes, el condestable ya no necesitaba la ayuda militar portuguesa. Como Castilla había acordado pagar el coste del envío de las tropas portuguesas pero no tenía fondos, Álvaro de Luna buscó la solución sirviéndose del matrimonio de la infanta Isabel, sobrina de Duarte y prima carnal del futuro rey Alfonso V, con Juan II de Castilla.

Portugal accedió a la propuesta, pero Juan II se resistió, ya que planeaba casarse con una princesa francesa. Ante la insistencia de su valido el rey aceptó el enlace. La boda se celebra en la villa de Madrigal de las Altas Torres en 1447. Isabel tenía 19 años de edad y Juan II 41. Paradójicamente, debido a la presencia de la nueva reina, la suerte del condestable llegará a su fin porque Isabel de Portugal no aprueba el gobierno del condestable y se opone a la política del valido de forma continua, para lo que contará con el apoyo de la nobleza. Isabel conseguirá la condena a muerte de Álvaro de Luna, después de enviarle varias veces a la cárcel y al destierro. Juan II, una vez casado con la joven Isabel, va perdiendo confianza en su valido de toda la vida y se inclina a quitarle del puesto de condestable.

Isabel influye cada vez más en las decisiones de Juan II, que ya no necesitaba contar con Álvaro de Luna. Isabel de Portugal da a luz a Isabel, la futura reina Isabel la Católica, en 1451 en Madrigal, y a Alfonso en 1453 en Tordesillas, pero su marido muere un año después, en 1454, por lo que al proclamarse Enrique IV el Impotente se retira a Arévalo con sus dos hijos. Vivirá hasta su muerte, cuarenta y dos años más tarde, encerrada en el castillo de Arévalo.

Después de quedarse viuda, aunque seguía siendo reina, el nuevo monarca Enrique IV (su hijastro, hijo del primer matrimonio de su marido con María de Aragón) no la trató con consideración y pasó el resto de su vida encerrada en Arévalo con escasos recursos y con signos periódicos de enfermedad mental.

En 1455 Enrique IV de Castilla se casa con Juana de Portugal, prima de Isabel, y la situación se deteriora porque Juana intentará controlar a los hijos de Isabel (Alfonso e Isabel) para asegurar la futura sucesión de su hija Juana (la Beltraneja) como heredera de la corona de Castilla. Para Isabel de Portugal fue doloroso separarse de sus hijos, ya que habían vivido juntos en Arévalo desde la muerte de su marido Juan II: Enrique IV ordena el traslado de sus hijos a Segovia. Durante la infancia de sus hijos contó con el antiguo discípulo de Álvaro de Luna, Gonzalo Chacón, para su educación.

En 1468 sufre la pérdida de su hijo Alfonso, que fue proclamado rey en Ávila por la nobleza rebelde, aunque Isabel no llegó a ser consciente debido a su enajenación mental. Cuando su hija Isabel fue proclamada reina de Castilla (1474), tampoco comprendió lo que significaba exactamente ese acontecimiento, decisivo en la historia de España. El 15 de agosto de 1496 muere en Arévalo, cuando su hija Isabel la Católica estaba ocupándose de los enlaces matrimoniales de sus hijos. Fue enterrada en la cartuja de Miraflores junto a su marido Juan II y a su hijo Alfonso.

Autor: Yutaka Suzuki para revistadehistoria.es

¿Eres Historiador y quieres colaborar con revistadehistoria.es? Haz Click Aquí

Descárgalo Aquí

Páginas: 1 2

Deja una respuesta

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies