Dejó la corte del Zar, se convirtió en monja y los comunistas la asesinaron: la vida y la fe de la Gran Duquesa Feodorovna - Infobae

Dejó la corte del Zar, se convirtió en monja y los comunistas la asesinaron: la vida y la fe de la Gran Duquesa Feodorovna

Era sobrina de la reina Victoria de Inglaterra. Se casó con un hijo del Zar Alexander II y en Moscú adoptó el rito ortodoxo. Al morir su esposo en un acto terrorista se consagró a Dios y creó un convento. La revolución bolchevique no le tuvo piedad: la mataron de una forma horrenda, pero cuando hallaron su cadáver tenía una señal divina. Canonizada, descansa en Jerusalén, como era su deseo

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Un retrato de la Gran Duquesa Elizabeth Alexandra Louise Alice, gran duquesa de Feodorovna y princesa Elizabeth de Hesse y del Rin, pintado en 1896 por Ekaterina Ieronimovna, que se encuentra en la Royal Collection de Londres (Photo by Fine Art Images/Heritage Images via Getty Images)
Un retrato de la Gran Duquesa Elizabeth Alexandra Louise Alice, gran duquesa de Feodorovna y princesa Elizabeth de Hesse y del Rin, pintado en 1896 por Ekaterina Ieronimovna, que se encuentra en la Royal Collection de Londres (Photo by Fine Art Images/Heritage Images via Getty Images)

La Iglesia Ortodoxa en todas sus ramas, así como la Iglesia católica, canoniza (es decir pone en una lista) a personas que, por su estilo de vida, pueden reflejar algo de lo que Jesús predicó. Vivir las virtudes teologales y las virtudes cardinales más allá de lo común, es algo que sirve como fundamento para que la vida del candidato comience el largo camino a los altares.

Vale la pena aclarar, que los santos son como los próceres de una nación; no se los adora ni “hacen milagros”, porque la adoración solo corresponde a Dios y los milagros los hace Dios, por mediación de estas personas. Así como la Virgen María intercedió ante su hijo Jesús en las bodas de Caná y así logró, por su pedido, que Jesús convirtiera el agua en vino.

Elisabeth Alexandra Luise Alice, la gran duquesa de Feodorovna, junto a su esposo, Sergei Alexandrovich Romanov, quinto hijo del Zar Alexander II
Elisabeth Alexandra Luise Alice, la gran duquesa de Feodorovna, junto a su esposo, Sergei Alexandrovich Romanov, quinto hijo del Zar Alexander II

La historia de la gran duquesa Feodorovna, no deja de asombrar no solo a los ortodoxos, sino a todos los hombres de buena voluntad, a punto tal que su testimonio martirial le valieron una estatua en la catedral de Westminster en Inglaterra, junto a otros cristianos que dieron ejemplo de la fe en Jesús: San Maximiliano María Kolbe, fallecido en 1941; Manche Masemola, martirizada en 1928; Janani Luwum, martirizada en 1977; Martin Luther King, asesinado en 1968; Óscar Romero, asesinado en 1980; Dietrich Bonhoeffer, martirizado en 1945; Esther John, martirizada en 1960; Lucian Tapiedi, martirizada en 1942 y Wang Zhiming, martirizada en 1973.

Elizabeth Alexandra Luise Alice nació el 1 de noviembre de 1864 en Darmstadt. Fue la segunda de siete hijos del gran duque de Hesse-Darmstadt Luis IV y la princesa Alicia, hija de la reina Victoria de Inglaterra. La niña recibió su primer nombre en honor a la católica Santa Isabel de Turingia, antepasado de la casa de Hesse. Este iba a ser un ejemplo brillante para ella durante toda su vida. Otros modelos a seguir fueron sus propios padres, quienes sintieron un fuerte compromiso con la caridad y el servicio a los demás y también criaron a sus hijos con este espíritu.

El Gran Duque Sergei Alexandrovich y la Gran Duquesa Feodorovna en Getsemaní. El viaje por Tierra Santa impactó profundamente en la miembro de la familia real de Rusia (Photo by Fine Art Images/Heritage Images/Getty Images)
El Gran Duque Sergei Alexandrovich y la Gran Duquesa Feodorovna en Getsemaní. El viaje por Tierra Santa impactó profundamente en la miembro de la familia real de Rusia (Photo by Fine Art Images/Heritage Images/Getty Images)

En 1884, Isabel se casó con el gran duque ruso Sergei Alexandrovich, quinto hijo del zar ruso Alejandro II, y junto con su marido, profundamente religioso, asistió a los servicios religiosos ortodoxos y viajó a Tierra Santa. Jerusalén la abrumó y expresó su más sincero deseo de ser enterrada al pie del Monte de los Olivos después de su muerte. Esto se haría realidad 33 años después.

La ley rusa permitió a Isabel mantener su fe evangélica luterana. Pero encontró cada vez más placer en la tradición, la espiritualidad y la liturgia ortodoxa y finalmente decidió convertirse. Recibió el sobrenombre de Feodorovna, que tradicionalmente se daba a las princesas extranjeras en honor al icono de la Madre de Dios “Feodorovskaya”, el icono protector de la casa zarista rusa de los Romanov.

Un espectacular retrato de la Gran Duquesa de Feodorovna antes que su esposo muriera en un atentado y ella tomara los hábitos
Un espectacular retrato de la Gran Duquesa de Feodorovna antes que su esposo muriera en un atentado y ella tomara los hábitos

La pareja compartía el amor por el arte y la compasión por los pobres y enfermos. Juntos invirtieron su fortuna en abrir escuelas, hospitales, viviendas, construir y restaurar iglesias y apoyar a artistas. Isabel pasó mucho tiempo visitando hospitales, residencias de ancianos y orfanatos y participando en peregrinaciones. Tras el comienzo de la guerra ruso-japonesa, Isabel organizó el comité especial de ayuda a los soldados, bajo cuyos auspicios fue creado un centro de donación en el gran palacio del Kremlin: en el mismo se almacenaba vendajes, se arreglaba ropa, se reunían paquetes postales, y fueron creadas iglesias ambulantes. Pero la crisis política, militar, social y económica del imperio era insostenible.

El 18 de febrero de 1905, el gran duque Sergei fue asesinado cerca del Kremlin por una bomba lanzada por un terrorista. A partir de entonces, Elizabeth vistió un vestido de luto, pero mantuvo notablemente la compostura. Incrementó su labor caritativa y también participó en obras de caridad en Italia y Tierra Santa.

Isabel desarrolló gradualmente el deseo de fundar un monasterio. Para ello adquirió una finca en Gran Ordynka en Moscú. Hizo construir una iglesia y también instaló un hospital, una farmacia, una escuela para niñas huérfanas y una biblioteca. Ella le dio a su comunidad, a la que pronto se unieron varias hermanas, el nombre de “Monasterio de Marta-María” porque quería ser guiada tanto por el servicio de Marta como por las oraciones de María (Lucas 10:38-42).

La Gran Duquesa Isabel Feodorovna vistiendo su hábito monástico, que ella misma diseñó para el convento
La Gran Duquesa Isabel Feodorovna vistiendo su hábito monástico, que ella misma diseñó para el convento

El monasterio se convirtió en un oasis de amor y misericordia activos en la agitación política y social de la época. La abadesa Isabel cuidó personalmente de muchos enfermos en el hospital del monasterio y también fundó casas para huérfanos, discapacitados y enfermos graves. Sacó a los niños de las calles del distrito extremadamente criminal del mercado de Chitrowska y les dio una buena educación.

La Madre abadesa, era la primera en todo, se levantaba a las 4:00, oraba y luego preparaba el desayuno para las hermanas y para los necesitados de la zona, aquella mujer que había vestido los mejores vestidos bordados en oro y plata, con joyas realizadas por los mejores orfebres del mundo y en sus palacios refulgían en obras de arte y salones versallescos; ahora se la veía con su largo habito negro en invierno, blanco en verano, solo con una cruz de hierro que colgaba de su cuello, y vivía en una humildad que a más de uno avergonzaba. Ayunos, penitencias y largas oraciones no hacían otra cosa que, no solo llamar la atención, sino que muchos mudaron de vida al ver su ejemplo.

El Monasterio de Marta-María que fundó la gran duquesa de Feodorovna
El Monasterio de Marta-María que fundó la gran duquesa de Feodorovna

A los familiares de la gran duquesa, el drástico cambio de vida les pareció perjudicial para su salud, y para convencerlos de lo contrario, Isabel Feodorovna decidió describirle al zar en detalle cómo iba su vida en el monasterio:

“... por la mañana oramos juntas en la iglesia a las siete y media, con una de las hermanas leyendo las oraciones; Las horas y la typika siguen a las ocho en punto. Los que están libres del trabajo necesario van a la oración, los demás cuidan a los enfermos o cosen o hacen otra cosa... Tenemos pocos pacientes porque sólo los llevamos para aprender en la práctica sobre diversos casos, cómo tratar a estos enfermos, del que los médicos habían hablado teóricamente en sus conferencias. Al principio solo atendían pacientes levemente enfermos, ahora casos cada vez más difíciles, pero gracias a Dios nuestro hospital es espacioso, luminoso, las enfermeras están muy comprometidas con su trabajo y los pacientes se están recuperando bien. A las doce y media las hermanas, encabezadas por la señora Gordeyeva, van a cenar y yo como sola en mi habitación, eso me gusta y también pienso que aún debe haber cierta distancia a pesar de la vida comunitaria. Durante la Cuaresma, los miércoles y viernes servimos comidas cuaresmales, en otros momentos las hermanas comen carne, leche, huevos, etc. Como saben, hace muchos años que no como carne y aún ahora soy vegetariana, pero los que no están acostumbrados a esto, tienen que comer carne, sobre todo si trabajan duro. ...”

La cruz que conmemora a los mártires de Alapaevsk (Grosby)
La cruz que conmemora a los mártires de Alapaevsk (Grosby)

Sin embargo, esta carta no convenció al zar Nicolás II y a su esposa de que la gran duquesa había tomado la decisión correcta y no estaba sujeta a engaños, lo que los molestó mucho. Para disipar sospechas y errores, volvió a escribir al zar y trató de responder a todas sus preguntas pendientes y con esta última misiva, el zar quedó convencido y apoyo económicamente la obra de Isabel.

Pero negro nubarrones se cernían sobre Rusia e Isabel, monja o no, era aparte de la familia real moscovita. Es así que estalla la revolución bolchevique y carga su saña no solo contra la realeza y la nobleza sino también contra las iglesias y los creyentes cristianos de todas las confesiones son martirizados y los templos destruidos. No tardarán mucho en dar con Isabel y su comunidad.

La gran duquesa Isabel Feodorovna, ahora “madre Isabel” fue arrestada en 1918 por ser miembro de la familia real rusa. El día de su arresto 2 de julio de 1918, por la mañana, Su Santidad el Patriarca Tikhon visitó el Convento de Marta y María y allí ofició la Divina Liturgia. Casi inmediatamente después de su partida, llegó a buscar a la abadesa un coche con un comisario y fusileros letones. Les dieron treinta minutos para preparar sus cosas. Habiendo bendecido a las hermanas, la madre, acompañada por las hermanas Varvara Yakovleva y Ekaterina Yanysheva, fue llevada por el comisario.

El sepulcro de Elizabeth Alexandra Louise Alice, gran duquesa de Feodorovna, en Jerusalén
El sepulcro de Elizabeth Alexandra Louise Alice, gran duquesa de Feodorovna, en Jerusalén

Los prisioneros fueron llevados en tren a los Urales, a la ciudad de Alapaevsk, donde en la estación del tren había cientos de arrestados a punta de fusil. Junto con la abadesa del Convento de Marta y María y las hermanas, enviaron al Gran Duque Sergei Mikhailovich, su secretario Fyodor Remez, tres hermanos: John, Konstantin e Igor; Príncipe Vladimir Paley, estos últimos querían liberar a las hermanas Varvara y Catalina, dado su juventud, pero la hermana Varvara quería compartir la cruz con la Gran Duquesa madre Isabel.

La noche del 18 de julio de 1918, quince prisioneros entre ellos los arriba citados, fueron llevados escoltados a una antigua mina donde fueron golpeados y arrojados a un pozo profundo. Durante su tormento, La Madre Isabel Fedorovna oró con las palabras que dijo el Salvador en la cruz: “Señor, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Los verdugos arrojaron granadas de mano a la mina. Algunos de los proyectiles cayeron sobre los cuerpos destrozándolos al instante; otros, en cambio sobrevivieron, pero heridos de muerte. La madre y el gran duque Sergei cayeron sobre un saliente en el muro de la mina. Después de arrancarle parte de la tela de su hábito y superando el dolor, la Madre Isabel vendó las heridas del príncipe. Hay evidencia de que la gente que pasaba escuchaba cantar salmos y canticos religiosos desde el pozo de la mina, pero nadie se animaba a ayudar por miedo a ser asesinados también. Los mártires cantaron hasta fallecer a causa de las heridas.

Parte de la galería de Mártires del siglo XX de la Abadía de Westminster: la la gran duquesa Feodorovna está la izquierda, y a continuación se encuentran Martin Luther King Jr., el arzobispo Óscar Romero y el pastor Dietrich Bonhoeffer
Parte de la galería de Mártires del siglo XX de la Abadía de Westminster: la la gran duquesa Feodorovna está la izquierda, y a continuación se encuentran Martin Luther King Jr., el arzobispo Óscar Romero y el pastor Dietrich Bonhoeffer

Unos meses más tarde, el ejército del almirante Kolchak entró en Alapaevsk y los cuerpos de los asesinados fueron sacados de la mina. La Madre Isabel, la Hermana Varvara y el Gran Duque Juan tenían los dedos cruzados para la señal de la cruz; La cabeza del gran duque Sergei estaba vendada con un trozo de tela del habito de la madre Isabel.

De acuerdo a su pedido en 1921 sus restos fueron llevados a Jerusalén y enterrados en la Iglesia ortodoxa rusa de María Magdalena del monte de los olivos, junto a sus fieles hermanas de religión.

Todos los “Mártires de Alapaevsk” fueron canonizados por la Iglesia Ortodoxa Rusa en los años 1990. Se fundó un monasterio en el lugar de su asesinato. El Monasterio de Marta y María todavía funciona hoy. Allí se erigió un monumento a su santa fundadora.

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Por un giro extraño de la vida, la madre del Príncipe Felipe, duque de Edimburgo (esposo de la reina Isabel II de Inglaterra) la gran princesa Alicia de Battenberg, era sobrina de la Madre Isabel y luego de quedar viuda funda un monasterio, como su tía santa mártir. Después de que su nuera heredara el trono, Alicia asistió a la coronación de la reina Isabel II en junio de 1953, llevando una vestimenta al estilo de hábito, un conservador vestido largo en dos tonos de gris y un tocado suelto de monja. Sin embargo, la orden finalmente fracasó al carecer de aspirantes. Murió en el Palacio de Buckingham el 5 de diciembre de 1969, sin dejar ningún bien, pues había regalado todas sus pertenencias. Inicialmente sus restos fueron depositados en la Cripta Real de la Capilla de St. George en el Castillo de Windsor, pero antes de morir había expresado su deseo de ser enterrada en la iglesia de Santa María Magdalena en el Monte de los Olivos de Jerusalén cerca de su tía santa Isabel Fiódorovna. Su deseo fue realizado finalmente el 3 de agosto de 1988, cuando sus restos fueron trasladados al lugar de su descanso final, una cripta situada debajo de la iglesia y si bien no fue canonizada, fue declarada como “Justa entre las Naciones” —máxima distinción del estado de Israel para personas no judías—, por haber ocultado a la familia Cohen en su casa de Atenas durante la Segunda Guerra Mundial.