Atentados terroristas, una inflaci�n galopante, huelgas perennes, descontento nacional... As� era el ambiente que se respiraba en Gran Breta�a en los a�os 60 y 70 cuando Harold Wilson se propuso apostarlo todo por llegar a ser primer ministro de su pa�s. Lo consigui� en dos ocasiones, de octubre de 1964 a junio 1970 y de marzo 1974 a abril 1976, que fue cuando se retir� por problemas de salud. Falleci� en 1995 a los 79 a�os.
Aunque parezca incre�ble, su esposa, Mary Wilson, nunca dese� ser una persona p�blica, rara vez conced�a entrevistas, era una apasionada de la jardiner�a y la poes�a y siempre reneg� de vivir en el n�mero 10 de Downing Street. Considerada una de las direcciones m�s poderosas junto al 1.600 de la Avenida Pensilvania donde se ubica la Casa Blanca, la abnegada esposa del pol�tico se encontr� sin comerlo ni beberlo sumergida en un tri�ngulo amoroso.
Al principio se pens� que Wilson manten�a relaciones �ntimas con Marcia Williams, su secretaria privada a la par que jefa de la oficina pol�tica, a quien los chismosos de Westminster calificaban como maquiav�lica. En la rumorolog�a del pa�s se ha comentado durante a�os que era la nieta ileg�tima del rey Eduardo VII. Como la historia de su romance segu�a vigente varias d�cadas despu�s, en 2006 demand� a la BBC por intromisi�n a su intimidad, obteniendo 75.000 libras en concepto de da�os y perjuicios por difamaci�n.
Sin embargo, con quien tuvo realmente un romance secreto fue con la subsecretaria de prensa Janet Hewlett-Davis, quien era 22 a�os m�s joven que el primer ministro. As� lo ha confesado Joe Haines, ex secretario de prensa de Downing Street, al diario The Times al asegurar a sus 96 a�os que "lo sorprendente es que nadie m�s, excepto yo, sab�a del romance de Janet con Wilson, por el cual ella no busc�n ning�n tipo de beneficio". La mujer tambi�n estaba casada y falleci� a los 85 a�os en 2023 sin haber abierto la boca sobre este hecho que habr�a cambiado por completo la vida pol�tica de Wilson en su momento.
Ha sido el Daily Mail quien ha publico que, al parecer, fue la propia Hewlett-Davis quien una tarde de 1974 le confes� a Haines su romance despu�s de que este la viera subir al dormitorio del primer ministro. Tambi�n se comenta que la amante le hizo muy feliz durante los �ltimos meses que mantuvo el liderazgo del pa�s.
Haines es el �nico superviviente de la �poca dorada de Harold Wilson, uno de los primeros ministros que mejor sinton�a tuvo con la difunta Isabel II, ya que sol�a ser invitado al castillo de Balmoral donde el Felipe, duque de Edimburgo, sol�a reunir a sus �ntimos para sus c�lebres barbacoas. El l�der del Partido Laborista se reun�a una vez a la semana con la monarca durante m�s de dos horas en las que hablaban de sus quehaceres cotidianos m�s livianos.