Con cuatro a�os, dej� impactada a a su madre, la reina Federica, al confesarle: "Mam�, te conozco mucho antes que t� a m�, estaba arriba con el Ni�o Jes�s, te vi aqu� abajo y le dije: 'esta es la mujer de la que quiero nacer'". Irene de Grecia, que ya apuntaba maneras para convertirse en la royal m�s singular del elenco europeo, cumple este 11 de mayo 80 a�os y seguro que le espera una bonita celebraci�n, pues si en algo coinciden Don Felipe y las infantas Elena y Cristina, hoy distanciados, es en su cari�o hacia t�a Pecu, como la apodan por su at�pica personalidad. La hermana de Do�a Sofia, que residi� una d�cada en La India empap�ndose de budismo, es vegana, no fuma ni bebe alcohol,tampoco se ti�e el pelo, compra a menudo su indumentaria a base de blusones y pantalones anchos en mercadillos y, cada amanecer, tras caminar por los jardines de Zarzuela, donde reside en una suite con dos habitaciones y despacho, practica meditaci�n.
Sus sobrinos le profesan tambi�n eterno agradecimiento por ser el mayor b�culo de su madre. "La soledad de Do�a Sof�a ser�a tremenda sin su hermana a su lado. Lo fue cuando su uni�n con Don Juan Carlos hac�a aguas y lo es ahora con la familia quebrada y el Rey padre, que se reconcili� con su mujer en la vejez, empujado a marcharse de Espa�a", asegura a LOC un personaje cercano a la familia real.
Se comprob� esta Semana Santa, quiz� la m�s triste para Do�a Sof�a, pues lejos de aquellos bulliciosos a�os donde hijos y nietos animaban Marivent, los Reyes rompieron su tradici�n de asistir en la catedral de Palma a la misa de Resurrecci�n, uno de los pocos actos que Do�a Sof�a compart�a con sus nietas, Leonor y Sof�a. El Jueves Santo se la vio con Irene en la procesi�n del Cristo de la Sangre, totalmente solas entre el gent�o en pie, sentadas en dos sillas, una imagen ya habitual.
Irene, m�s que una hermana, ha sido su otro yo y seguramente la persona que m�s le ha influido desde que de peque�as se peleaban por jugar con la �nica mu�eca que ten�an en el exilio de Sud�frica, que llamaron Helena. En ese pa�s donde la familia real griega se instal� tras la invasi�n nazi de Grecia, naci� Irene, tres a�os despu�s de Sof�a y dos de Constantino.
Contaba el fallecido Sabino Fern�ndez Campo que uno de los secretos de la Reina Sof�a eran sus escapadas a La India, donde viajaba en cochambrosos trenes repletos de parias, la clase desfavorecida. Siempre la acompa�aba Irene, quien tras el refer�ndum de 1974 que aboli� la monarqu�a en Grecia y depuso a Constantino del trono, se instal� una d�cada con su madre, la reina Federica, en Madr�s, en un ashram regido por el gur� Mahadevan, experiencia que influy� mucho en Sof�a.
Su relaci�n se estrech� tras la muerte de su madre en 1981 cuando Irene, sola, sin patria, pues fue despojada de la nacionalidad griega, y sin dinero, se instal� en Zarzuela. La idea parti� del Rey Juan Carlos, pero, extremadamente discreta, al principio se enclaustraba en sus aposentos para no alterar la intimidad familiar "La traigo para que acompa�e a Sofi y no sale de su cuarto", protestaba el monarca.
Con su hermana lo comparte casi todo: desde su infancia en Grecia, a aficiones como la arqueolog�a, viajes o la m�sica cl�sica, pues Irene es una virtuosa pianista que lleg� a actuar en 1969 para la reina de Inglaterra en el Royal Albert Hall de Londres con la Orquesta Sinf�nica de Cincinnati. Pero sobre todo su vocaci�n solidaria. De Do�a Sof�a aseguran que "ser�a capaz de llevar en persona bocadillos a Etiop�a para paliar el hambre". Menos presente ahora en la agenda de Zarzuela, est� volcada en su fundaci�n Reina Sof�a, creada por ella y cuya prioridad actual es ofrecer apoyo a los bancos de alimentos tras la crisis desatada por la pandemia. Irene, que lleg� a trasportar personalmente en un Boeing 72 vacas donadas por el gobierno c�ntabro a La India, fund� tambi�n su propia ONG, Mundo en Armon�a, extendida por m�s de 30 pa�ses, a la que don� la indemnizaci�n de 900.000 euros que recibi� del Gobierno griego por la expropiaci�n de sus bienes en 1994.
Ambas comparten tambi�n similar visi�n m�stica de la vida, Irene dentro de la ortodoxia budista, m�s ecl�ctica Sof�a. "La Reina es muy espiritual, pero sin rigideces, si va a una iglesia cat�lica reza y en un templo budista pone una varita de incienso", dice un allegado suyo. Les apasiona tambi�n lo esot�rico, los ovnis , la quiromancia o el ocultismo tanto que Do�a Sof�a lleg� a asistir a cursillos en la universidad de San Bernardo donde interven�an Jim�nez del Oso o el tarotista Octavio Aceves. Son tambi�n vegetarianas y partidarias de las terapias naturales, aunque cuando Irene padeci� c�ncer de mama en 2002, recurri� a la medicina tradicional.
A Irene muchos la consideran una especie de monja seglar, pero no le faltaron pretendientes, pues adem�s de princesa de Grecia y Dinamarca, era bastante atractiva. Entre ellos su primo Mauricio de Hesse, hijo de la princesa Mafalda de Saboya, Michel de Orleans, hijo del conde de Par�s, Jes�s Aguirre, posterior esposo de la duquesa de Alba, y Guido Brunner, embajador alem�n con el que sol�a merendar en la cafeter�a Kontiki de Madrid. Pero sus relaciones no cuajaron, quiz� por su personalidad at�pica e independiente, o porque como reconoce bromeando "es imposible vivir conmigo".
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