Las Invasiones Inglesas (1806-1807)
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Las Invasiones Inglesas (1806-1807)

Las invasiones inglesas al Río de la Plata fueron dos expediciones militares frustradas por parte del Imperio Británico en su intento de conseguir mercados no europeos para comerciar en el marco de las Guerras Napoleónicas. Estas invasiones se llevaron a cabo en el Virreinato del Río de la Plata durante los años de 1806 y 1807 en las regiones que hoy llamamos Buenos Aires y Uruguay.

Las consecuencias de dichas invasiones generaron cambios importantes en la política interna de la sociedad virreinal. ¡A continuación les brindaremos información fundamental sobre estos hechos históricos !.

Antecedentes ⁽¹⁾

Desde fines del siglo XVIII, Gran Bretaña prestaba cada vez más interés en las colonias hispanoamericanas como fuente importante de materias primas y nuevos mercados para comerciar sus productos derivados del fuerte proceso de revolución industrial que se desarrollaba en la isla. Buenos Aires se presentaba a los ingleses como un punto muy atractivo por su posición geopolítica y comercial al ocupar un lugar estratégico como nexo entre el Atlántico y el Pacífico. Además, Buenos Aires era una zona muy alejada para la corona española y por ello su defensa siempre fue un punto débil para la monarquía hispánica. Por otra parte, la comunicación, la defensa y el abastecimiento entre las colonias hispánicas y la metrópolis se volvió cada vez más remota desde la Batalla de Trafalgar (año 1805) en donde Inglaterra quedó como dueña absoluta de los mares.

La combinatoria de estos factores mencionados fueron aprovechados por los ingleses para llevar a cabo la primera invasión inglesa en 1806, bajo el mando del almirante Popham y el general Beresford, y luego la segunda invasión en 1807 liderada por el teniente general John Whitelocke.

Primera Invasión Inglesa ( 24 de Junio- 20 de Agosto de 1806) ⁽²⁾

Fuerzas británicas, ubicadas en la actual Sudáfrica, habían recibido información sobre un importante descontento entre los habitantes de Buenos Aires por las políticas de centralización desarrolladas por la monarquía hispánica. Por ello, un reducido grupo de fuerzas inglesas quisieron aprovechar dicho conflicto y ganar el apoyo de los criollos de  Buenos Aires para establecer una nueva plaza comercial y militar. El 24 de Junio de 1806, una flota británica bajo el mando compartido de Popham y Beresford abrió fuego contra fortificaciones de la ciudad de Ensenada limítrofe al Río de la Plata. Al día siguiente desembarcaron en la zona de Quilmes alrededor de 1600 hombres británicos  sin recibir oposición defensiva. Recién el día 26 de Junio Buenos Aires repliega fuerzas para frenar el avance inglés pero son rápidamente derrotados en la zona del Riachuelo (afluente del Río de la Plata). 

Trayecto de la primera Invasión Inglesa.
Trayecto de la primera Invasión Inglesa. Extraído de elquilmero

El 27 de Junio la ciudad de Buenos Aires capitula ante las fuerzas Británicas. Por otra parte, el Virrey Sobremonte no se encontraba al frente de la ciudad durante la rendición. Esto se debe a que el virrey llevó adelante una táctica defensiva para casos de invasión, pactada un año antes por la Junta de Guerra, que consistía en trasladar la Caja Real hacia el interior y desde Córdoba preparar la recuperación de la capital virreinal. Debido al mal estado de los caminos, el virrey optó por dejar la Caja Real en la ciudad de Luján y él seguir rumbo a Córdoba. Sin embargo, por expreso pedido del Cabildo de Buenos Aires debieron entregar el tesoro real a las fuerzas inglesas según estipulaba la capitulación.

Esto provocó una notable pérdida de legitimidad del Virrey Sobremonte porque no logró realizar la maniobra defensiva como se había pautado. Es decir, contrariamente a lo prometido por las autoridades españolas, ni se dispuso la retirada de las fuerzas existentes ni se resguardaron las Cajas del Virreinato; por el contrario, los depósitos militares cayeron en manos de los ingleses y el Tesoro real fue arrebatado también.

Desde Córdoba el virrey proclamó que él no se había rendido ante los invasores y que si la Real Audiencia de Buenos aires, el Cabildo, el Consulado y demás tribunales lo habían hecho, era porque estaban “oprimidos” por las fuerzas enemigas. En este punto, el virrey declaró a Córdoba como capital provisoria del virreinato hasta que Buenos Aires vuelva al poder de la corona española.

Retrato del Virrey Marqués de Sobremonte.
Retrato del Virrey Marqués de Sobremonte.1925. De Ignacio Cavicchia. Extraído de historiadelnuevomundo.

Por su parte, el nuevo gobernador Beresford garantizaba al Cabildo, magistrados, vecinos y habitantes sus derechos y privilegios, como también su religión católica. Otro punto importante fue que los ingleses emitieron un decreto que permitía el libre comercio. Sin embargo, estos primeros intercambios amables y pacíficos entre autoridades y vecinos de buenos aires con los ocupantes británicos no durarían mucho. Al tardar en llegar los refuerzos que pidió Beresford para asegurar la ocupación, las tropas inglesas se vieron cada vez más vulnerables. Esta situación provocó que se fueran armando, de forma secreta, milicias urbanas voluntarias para combatir a los invasores.

Retrato de William Carr Beresford.
Retrato de William Carr Beresford. 1815. Realizado por William Beechey.Extraído de Wikipedia.

Los encargados de organizar las novatas tropas de reconquista fueron el capitán de navío Santiago de Liniers, de origen francés pero al servicio de la Corona de España, en colaboración con Pascual ruiz Huidobro, gobernador de Montevideo, Juan Martín de Pueyrredón, quien reunió tropas irregulares en la campaña de buenos aires y Martín Alzaga, que preparó las fuerzas voluntarias dentro de la ciudad.

Con el objetivo de organizar la reconquista, Liniers y Pueyrredón se trasladaron Montevideo para obtener apoyo de su gobernador que accedió a darles refuerzos para su empresa.

Pueyrredón, de regreso a Buenos Aires a fines de Julio, comenzó a reclutar soldados en la campaña . A comienzos de Agosto, las tropas locales lideradas por Pueyrredón sufrieron una derrota contra un destacamento británico pero cuando Liniers logró desembarcar en Buenos Aires, dominó las principales rutas de acceso a la ciudad para luego avanzar hacia el fuerte donde se alojaban las fuerzas inglesas. Con la llegada de nuevos refuerzos desde Montevideo, las fuerzas de reconquista se adentraron en la ciudad y se desató una lucha encarnizada que dió como resultado la rendición de Beresford el 12 de Agosto.

Retrato de Santiago de Liniers.
Retrato de Santiago de Liniers. posterior a 1812. Artista desconocido. Extraído de cvc.cervantes.

La primera invasión inglesa había dejado al desnudo la incapacidad de las fuerzas militares españolas para defender sus posesiones en la zona más austral de América sino también el dudoso comportamiento de las autoridades españolas. El personaje más criticado fue el virrey Sobremonte. El 14 de Agosto un “cabildo abierto” delegó el mando político y militar al héroe de las jornadas, Santiago de Liniers. Si bien el virrey no había sido destituido, se trató de un hecho particular en el río de la Plata que dejaba muy desprestigiada a la autoridad virreinal. Finalmente, el 20 de Agosto Beresford firmó la capitulación  pero frente a la posibilidad de una nueva invasión, las fuerzas voluntarias se constituyeron en cuerpos militares. Así nacieron los escuadrones de Húsares, Patricios y diversos batallones uniformados y armados conjuntamente por el pueblo y las nuevas autoridades.

Consecuencias de la primera invasión

  • Crecimiento del poder y autoridad política por parte de los propios habitantes de Buenos Aires.
  • Deslegitimación de las autoridades españolas y sobre todo del Virrey Sobremonte.
  • Exaltación de la figura de Santiago de Liniers.
  • Demostración palpable de la debilidad defensiva de la Ciudad de Buenos Aires y los límites de una monarquía tan extensa territorialmente.
  • Formación de cuerpos de milicias criollas.
  • Progresivo ascenso social de oficiales vinculados a las milicias.

Segunda Invasión Inglesa (1807) ⁽³⁾

Trayecto de la Segunda Invasión Inglesa.
Trayecto de la Segunda Invasión Inglesa. Extraído de Pinterest.

A pesar del fallido primer intento de invasión, las naves inglesas permanecían merodeando el Río de la Plata en la espera de refuerzos. En Febrero de 1807 Montevideo cayó en manos inglesas. El virrey demostró nuevamente no estar a la altura de la situación y repitió su conducta anterior abandonando a su suerte a los defensores. El 10 de Febrero una pueblada reunida frente al Cabildo de Buenos Aires exigió la deposición del Virrey. En consecuencia, Liniers convocó a una Junta de Guerra que resuelve destituir al virrey y entregar a la Audiencia de Buenos el gobierno civil del Virreinato. Por otra parte, la Junta también decide entregarle a Liniers el mando militar. Sin embargo, para la poca suerte de Buenos Aires, en Mayo de ese año arribó finalmente el refuerzo británico tan esperado al mando del teniente general John Whitelock.

En Junio John Whitelocke desembarcó en el puerto de Ensenada de Barragán con 8.400 hombres y avanzó sobre Buenos Aires. Liniers y sus tropas representaron la primer línea de defensa pero fueron fácilmente derrotados en los Corrales de Miserere. De este modo, los ingleses pudieron penetrar hacia la ciudad. Pero en el centro de aquella urbe, se destacó la dirección del alcalde de primer voto del Cabildo, Martín de Alzaga, quien preparó una formidable defensa con los habitantes de la ciudad: se levantaron adoquines de las calles para usarlos como proyectiles desde las terrazas; se cavaron trincheras, el pueblo arrojó armas caseras que iban desde objetos pesados hasta agua hirviendo; miembros de las diversas milicias también participaron de la defensa.

Finalmente, los británicos tuvieron que desistir en su intento y el 7 de Julio  John Whitelocke comunica su capitulación. Los términos de la rendición le brindaban a los ingleses un plazo de dos meses para que abandonen La Banda Oriental. En consecuencia, el 9 de Septiembre las naves británicas se alejaron del Río de la Plata.

Capitulación de John Whitelocke
Capitulación de John Whitelocke y las fuerzas británicas. Extraído de buenosaires.gob.ar

Consecuencias de la Segunda invasión Inglesa

  • Las milicias voluntarias reclutaron 7.574 hombres, mientras que las milicias regladas (fuerzas armadas oficiales) sólo contaban con 1.639.
  • Elección de los oficiales por los propios milicianos. Aunque este hecho fue limitado porque estos puestos siguieron ocupados por miembros de la elite.
  • El financiamiento de toda esta nueva defensa significó que se volcara sobre buenos aires toda una masa monetaria que en el pasado se dirigía hacia otros puntos de la Monarquía.
  • Los criollos adquirieron estatus como resultado de su superioridad númerica en las milicias, y se abrieron nuevas posibilidades de ascenso social para la plebe urbana.
  • La oficialidad criolla se convirtió en un nuevo actor político de cuyo apoyo ya no se pudo prescindir. Es decir, se modificó el equilibrio de poder en Buenos Aires, sumando ahora a este “nuevo actor” a las decisiones importantes de la ciudad.
  • La destitución del Virrey por decisión política local fue un hecho sin precedentes en la región. De este modo, los criollos y autoridades locales tomaron una mayor conciencia de sus capacidades políticas autónomas.
  • El rechazo a la invasión inglesa no significó una renuncia a la corona hispánica más allá del mal desempeño del virrey y sus delegados. De hecho, a pesar de la destitución de Sobremonte, se siguió reconociendo al rey de España como el soberano.
  • La figura y popularidad de Martín de Alzaga creció de forma excepcional, a tal punto de ser considerado como el héroe de esta segunda invasión.
  • Confirmación por parte del Rey del nombramiento de Santiago de Liniers como Virrey del Río de la Plata. ( 10 de Febrero de 1807- Julio de 1809)

Bibliografía

¹-Kinder, Hermann; Hilgemann, Werner. Atlas Histórico Mundial II. Madrid, 2006.
-Ternavasio, M., Historia de la Argentina, 1806-1852. Buenos Aires, Siglo XXI, 2009.

²-Halperín T., Historia Argentina. De la revolución de Independencia a la Confederación rosista. Buenos Aires, Paidós, 1972.
-Ternavasio, M., Historia de la Argentina, 1806-1852. Buenos Aires, Siglo XXI, 2009.
-Goldman, N. (ed.), Lenguaje y revolución. Conceptos políticos clave en el Río de la Plata, 1780-1850. Buenos Aires, Prometeo, 2008.
-Goldman, Noemí.  Crisis imperial, revolución y guerra (1806. 1820), en Noemí Goldman (dir.), Revolución, república, confederación (1806-1852), t. III de la Nueva Historia Argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 1998.
-Di meglio, Gabriel. ¡Viva el bajo pueblo! la plebe urbana de Buenos Aires y la política entre la Revolución de Mayo y el rosismo. Buenos Aires, Prometeo, 2006.

³-Ternavasio, Marcela. Gobernar la Revolución. Poderes en disputa en el Río de la Plata, 1810-1816. Buenos Aires, Siglo XXI, 2007.
-Ternavasio, M., Historia de la Argentina, 1806-1852. Buenos Aires, Siglo XXI, 2009.
-Goldman, Noemí.  Crisis imperial, revolución y guerra (1806. 1820), en Noemí Goldman (dir.), Revolución, república, confederación (1806-1852), t. III de la Nueva Historia Argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 1998.
-Halperin Donghi. Revolución y Guerra, Buenos Aires, Siglo XXI, 1994.

 

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Matías Dotto

Historia - Universidad Nacional Tres de Febrero. Instituto de Estudios Históricos - UNTREF.

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