Jirones de Nuestra Historia: El lado oscuro de Benito Juárez

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JIRONES DE NUESTRA HISTORIA

EL LADO OSCURO DE BENITO JUÁREZ, LO QUE LA HISTORIA NUNCA NOS CONTÓ SOBRE ÉL Y SUS SEMEJANZAS CON LA ACTUALIDAD

Por: José Luis JARAMILLO VELA

La Historia Oficial no solo oculta datos, también los cambia, los tuerce y a veces miente

DELICIAS CHIH.- En el caso de Benito Pablo Juárez García, la Historia echa mano de todos estos recursos para presentarnos a los mexicanos un producto hecho a la medida de nuestras necesidades históricas: al gran prócer, al intachable e impoluto Benemérito de las Américas, al hombre de la “honrada medianía” al creador de la “austeridad republicana”; en lugar de presentarnos al Benito Juárez real, de carne y hueso, como verdaderamente fue y que, en base a eso, cada mexicano, cada uno de nosotros, lo catalogue según su criterio.

Sí, es verdad que Benito Juárez pertenecía a la etnia zapoteca y que nació el 21 de marzo de 1806 en Guelatao, Oaxaca, siendo sus padres Marcelino Juárez López y Brígida García; también es verdad que a la edad de tres años perdió a sus padres; también lo es que él y sus hermanas María Josefa y Rosa, quedaron al amparo de sus abuelos paternos Pedro Juárez y Justa López, mientras que su hermana Alberta Longinos quedó en custodia de su tía Cecilia Juárez López. También se asienta en su acta de bautismo, que “es un indígena de la más primitiva y pura raza zapoteca del país”.

Lo que no es verdad, es la romántica e idílica versión de que Juárez de niño era un simpático y feliz pastorcillo de ovejas, tocando su flautín y guiando a su manada y que al perder una o dos ovejas (unos dicen que las vendió), se “asustó” y decidió marcharse a la ciudad de Oaxaca; la verdad es que Benito no era un niño feliz y su situación era de una miseria absoluta rayando en la indigencia, en 1818 con 12 años de edad, llegó a Oaxaca y es asistido por su hermana mayor, Josefa, quien trabajaba como cocinera en el hogar del rico empresario, ganadero, agricultor y comerciante italiano Antonino Mazza (que después castellanizó su nombre como Antonio Maza) y su familia, una de las más ricas y acomodadas de la más alta élite oaxaqueña.

Josefa Juárez, su hermana era muy apreciada por sus patrones, la familia Mazza – Parada y eso sirvió para que Benito fuera aceptado por Don Antonino para trabajar con él en lo que se ofreciera, ya fuese cuidando ganado, como mensajero, o en cualquiera de sus múltiples negocios; así, Benito se fue ganando la confianza de los Maza Parada, con dedicación y eficiencia en lo que se le pedía hacer; Benito era educado y cortés en su trato, pero era demasiado serio en su persona, a tal grado que Don Antonio Maza ya en su vejez dijo que él nunca vió una sonrisa en el rostro de Benito Juárez, ni de niño, ni de joven, ni de adulto, ni como su yerno, pero su hija era feliz con él.

No era ateo, quiso ser sacerdote

Benito le había manifestado a su hermana Josefa su deseo por el sacerdocio, con la ayuda y la influencia de Don Antonio, entra al Seminario Franciscano, también decide estudiar Derecho en la Universidad; en la carrera de Derecho, se siente atraído por la actividad política y tiene sus primeros contactos con la masonería, lo que lo aleja de la Iglesia y más adelante deja el sacerdocio para enfocarse de lleno en su carrera de Derecho; una vez graduado ya como abogado, obtiene la ayuda de Don Antonio Maza para establecer un pequeño despacho jurídico y comenzar a litigar.

Con el apoyo de Don Antonio Maza, consigue un lugar como regidor en el ayuntamiento de la Ciudad de Oaxaca, ya estaba en el ambiente político que le había cautivado; por las influencias de Maza, de 1833 a 1841, obtiene los nombramientos de Diputado Local en Oaxaca; Capitán de la Quinta Compañía del Batallón de la Milicia Cívica de Oaxaca; miembro de la Junta de Sanidad de Oaxaca; Ministro Interino de la Corte Superior de Justicia de Oaxaca; Secretario Interino de la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca; luego como Ministro del mismo Tribunal; en 1841, otra vez de la mano de Don Antonio Maza, quien le consigue un nombramiento como Juez; para estas alturas, Juárez no había hecho gran cosa, todo había sido conseguido por su protector Don Antonio Maza; antes de casarse, Don Antonio Maza consigue que Juárez ingrese a la Junta Electoral de Oaxaca, eran los primeros esbozos de una muy tibia democracia en México; ahí Juárez habría aprendido los trucos electorales de la época.. En 1843, Benito Juárez se casa con Margarita Maza Parada; él de 37 años y ella de 17; la “vox populi” no se hizo esperar, y rápidamente el decir popular castigó a Juárez con el dicho de que Don Antonio Maza le había conseguido todo, desde el título de abogado, hasta el cargo de Juez y ahora Juárez se llevaba hasta la hija. Y es que la verdad es que Juárez era apenas un abogado promedio, lo que se conocía como un tinterillo o un leguleyo, es decir un abogado muy distante de ser un gran litigante.

Gobernador de Oaxaca y destierro

En 1846 Juárez es designado como Gobernador Interino de Oaxaca por unos cuantos días, ahí se las ingenia para hacerse con la gubernatura de 1847 a 1852, mientras, para asegurarse en caso de no ganar, es electo como Diputado Federal, cargo que no ejerce, al quedarse con la gubernatura de Oaxaca, cargo que ocuparía de 1847 a 1852; en Oaxaca hizo un gobierno aceptable, pero cometió el error de impedirle la entrada al Estado al Presidente Santa Anna y éste le devolvió el favor haciéndolo prisionero y enviarlo a las lúgubres y tenebrosas mazmorras de San Juan de Ulúa en Veracruz, para de ahí desterrarlo de México por dos años.

Durante su destierro en Nueva Orleans, su esposa Margarita Maza le estuvo enviando dinero, hasta que su padre se lo prohibió al ver que iba a acabar con su herencia; después Juárez se las ingenió para sangrar económicamente a las logias masónicas del sur de Estados Unidos, mismas que lo sostuvieron hasta su regreso a México, no sin antes darse una vueltecita por Panamá.

Los mitos y falsedades de Benito Juárez que la historia no cuenta

En torno a la real personalidad de Benito Juárez, y por reseñas de la época, que no se cuentan en la historia, se sabe que era profundamente religioso, tanto él como su esposa y que, en un principio, la propia Iglesia lo apoyó hasta que se volvió contra ella; no porque se haya vuelto anticatólico, sino que presumiblemente se sintió presionado a medida que escalaba grados en la masonería y también por algunos políticos y colaboradores pertenecientes a las diferentes logias.

También, alrededor de él se ha construido el mito de ser un presidente que apoyaba las causas indígenas y de los campesinos, pero lo cierto es que recogió tierras y propiedades e impidió que funcionaran los ejidos.

Otro detalle interesante es que las famosas “Leyes de Reforma”, no son de su autoría; fueron elaboradas por Valentín Gómez Farías y aplicadas por él durante su gobierno; es aquí donde se presume que la masonería influyó notablemente en Juárez para aplicar estas leyes que incluso por defenderlas llevó al país a una guerra de tres años, misma que ganó, pero para ello pidió dinero prestado a Inglaterra, Francia y España; créditos que al no poder pagar ocasionó la Segunda Invasión Francesa y la llegada de Maximiliano de Habsburgo a México.

Acerca de que si Juárez fue el precursor del México moderno como nos dice la historia, los historiadores no coinciden con la historia oficial, al señalar tres temas fundamentales para el desarrollo y la modernidad: primero, que Juárez utilizó la política exterior no para atraer inversión extranjera, sino que la usó para solicitar préstamos y buscar el reconocimiento a su gobierno; segundo, no se dedicó a fortalecer las instituciones de la república y tercero, desalentó a los inversionistas nacionales. Claramente se le reconoce a Porfirio Díaz como quien pone a México en la ruta de la modernidad y la industrialización.

Benito Juárez exigió a políticos y funcionarios el vivir en la “honrada medianía” de su sueldo y aplicar la “austeridad republicana” a las funciones de gobierno; es bien sabido que ni Juárez ni su familia aplicaban dichos preceptos, pues su estilo de vida estaba muy alejado de la austeridad y la medianía; las propiedades que acumuló Juárez como presidente, están valuadas en 64 millones de pesos, lo cual no corresponde al salario de un funcionario ni actual, ni mucho menos de aquella época, además sin contar el monto económico acumulado o alguna otra inversión.

El mito del Juárez demócrata se derrumba por sí solo, Juárez gobernó al país durante 14 años ininterrumpidos, de 1858 a 1872, es decir, dos períodos constitucionales actuales, más dos años de un tercer período; en aquella época fueron tres períodos completos más dos años de un cuarto período, que se vieron interrumpidos por su muerte, porque pensaba reelegirse. Es evidente que Benito Juárez no tenía carácter democrático, pues su gobierno ya tenía tintes de dictadura.

En cuanto a la famosa frase de “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno, es la paz”, en realidad es una adaptación de una reflexión inspirada por el filósofo alemán Immanuel Kant, publicada en su libro “La paz perpetua”, en donde Kant declara: “El gobernante y el pueblo, o entre un pueblo y otro, no son injustos entre sí si se hostilizan por violencia o por astucia; la injusticia cometida se ejerce únicamente en el sentido de que no se respeta el concepto del derecho ajeno, único principio posible de la paz perpetua”.

Benito Juárez, ¿traidor a la Patria?

A Juárez se le ha acusado por mucho tiempo, de haber ofrecido parte del país a Estados Unidos, a cambio de ayuda para combatir la intervención francesa; concretamente se le acusa de pedir generales gringos para dirigir el ejército mexicano contra los franceses, solicitar armamento y la intervención de la marina estadounidense contra la flota francesa en Veracruz; a cambio, México cedería territorio mexicano desde el paralelo 22 hacia el norte, lo que equivale a la mitad del país. De este supuesto ofrecimiento no existen pruebas, sin embargo, dicha acusación pesa sobre Juárez desde aquellos años, hay dudas, pero absolutamente nada comprobado.

De lo que no queda ninguna duda porque está firmado, es sobre el Tratado McLane – Ocampo, en el que México cedería a perpetuidad a Estados Unidos el libre tránsito de sus ciudadanos, bienes, mercancías, tropas y pertrechos de guerra por los siguientes puntos: el Istmo de Tehuantepec, la ruta desde el Puerto de Coatzacoalcos, Veracruz hacia Tehuantepec, Oaxaca; en la ruta previamente marcada desde el punto fronterizo de Nuevo Laredo, Tamaulipas hasta el puerto de Mazatlán, Sinaloa y en la ruta marcada desde el puerto de Guaymas, Sonora hasta el punto fronterizo de Nogales, Sonora. Todo ello a cambio de cuatro millones de dólares que Juárez utilizaría para financiar parte de la Guerra de Reforma. En este punto es necesario mencionar que además de las concesiones arriba mencionadas, Estados Unidos solicitaba la cesión de la soberanía de la Bahía Nacional en Coatzacoalcos, Veracruz y de la Bahía Magdalena en los Territorios de Baja California, ahí pretendían construir dos bases navales; Benito Juárez había aceptado las condiciones, pero al firmar el tratado, algo de prudencia cupo en Melchor Ocampo y le negó a McLane estas dos concesiones.

El Tratado McLane – Ocampo, nunca entró en vigor debido a que el Congreso de Estados Unidos no lo aprobó, no por no convenir a sus intereses, sino que pensaron que esto fortalecería a los Estados Confederados y por eso lo rechazaron, por ese motivo nunca se realizó; sin embargo Estados Unidos si pagó los cuatro millones de dólares a México al momento de la firma de dicho tratado, mismos que no le fueron regresados; de aquí surge otro error del Gobierno de Juárez, de los cuatro millones de dólares, después informaron que se aplicaron dos millones a la Guerra de Reforma, surgiendo la pregunta sin respuesta, ¿en dónde quedaron los otros dos millones?.

A pesar de que el Tratado McLane -Ocampo nunca se llevó a la práctica porque no lo aprobó el Congreso de Estados Unidos, los artículos que ahí se estipulan y las concesiones que otorga México, si constituyen una traición a la Patria, pero hasta el día de hoy, la historia oficial lo considera simplemente como una “imprudente y desacertada decisión”. Los historiadores consideran a esto, como el punto más bajo y ruin en la vida política de Benito Juárez y su camarilla.

Semejanzas, coincidencias y diferencias entre Benito Juárez y el actual Presidente de México

En la actualidad, más que en ninguna otra época de nuestra historia, se nos está presentando la figura de Benito Juárez como el gran héroe mexicano de todos los tiempos; todo ello, debido a la inmensa admiración presidencial hacia Juárez, y como no va a haber admiración, si el actual presidente está inspirado en Benito Juárez, se ve reflejado en él.

+ Sobre ambos personajes pesan serios traumas y complejos; Juárez se sentía acomplejado por su origen indio, por su estatura, según registros de la época, Juárez medía 1.37 metros de estatura en su edad adulta, en el mejor de los casos, no habría pasado de 1.40; ambos personajes manifiestan su odio hacia la gente exitosa, emprendedora y con ganas de salir adelante; ambos peleados con los empresarios o “conservadores”.

+ Ambos personajes cargaron a cuesta las críticas hacia una deficiencia en su gestión personal y laboral; a Juárez se le criticó en su momento que todo se lo había puesto ya servido don Antonio Maza; al actual presidente, se le ha criticado duramente los catorce años que tardó en terminar una carrera universitaria y se le ha cuestionado su modus durante catorce años (de 2005 a 2017), tiempo en el que no se le conoció trabajo alguno.

+ Benito Juárez fue el creador de los términos “honrada medianía” y “austeridad republicana”, el actual presidente se cuelga de dichos conceptos para someter a los funcionarios menores del gobierno, diciendo que solo porta $200 pesillos en su cartera; respecto a estos dos conceptos, ambos ponen en práctica el dicho de que “hágase Señor tu voluntad, pero en los bueyes de mi compadre”. Ninguno de los dos personajes hace honor a esos conceptos; cuando su suegro le consigue la gubernatura de Oaxaca, Juárez nunca vivió ni en honrada medianía ni en austeridad republicana, mucho menos su esposa y su familia, procedente de la más alta sociedad oaxaqueña, por lo que no estaba ni acostumbrada ni dispuesta a vivir bajo esos dos conceptos; por su parte el presidente actual, navega con esa banderita, sin embargo, se sabe de los lujos extremos que se da su familia.

+ Ambos personajes, cada uno en su época, han sido tachados de los mismos defectos; cerrados, intransigentes, autoritarios, obstinados y muy inteligentes pero muy malos para gobernar y ambos catalogados como extremadamente viscerales; Juárez mandaba fusilar a sus enemigos, el presidente actual les junta su expediente y les hace una pregunta: ¿cárcel o exilio?; no se tiene conocimiento de que el actual haya desaparecido adversarios, solo sospechas.

+ Ambos personajes tienen muy marcados los rasgos de un dictador; Juárez duró catorce años en el poder, lo que equivale a tres períodos de gobierno de aquella época, más dos años de un cuarto período, o dos períodos actuales, más dos años de un tercer período, no continuó debido a que falleció; el presidente actual no se pudo perpetuar en el poder, aunque hizo todo lo posible. Juárez se aseguró de dejar a su sucesor en la persona de Sebastián Lerdo de Tejada; el presidente actual está haciendo todo lo posible por dejar a quien le proteja a su salida, en la figura de Claudia Sheinbaum.

+ A Juárez le sobrevivió solo un hijo varón, Benito; el actual presidente tiene cuatro hijos, Andrés Manuel, José Ramón, Gonzalo Alfonso, Jesús Ernesto; en ambos casos, todos ellos unos haraganes sin oficio ni beneficio, todos metidos en corruptelas y negocios al amparo del poder y viviendo del nombre de su sacrosanto padre.

+ Las únicas tres diferencias entre Juárez y el actual presidente: a Juárez no se le conocía por decir mentiras, el actual presidentees un mitómano compulsivo.

Juárez no era un buen orador ni le gustaba mucho hablar; al actual presidente es muy buen orador.

El gran mérito de Juárez fue el haber mantenido a flote a la República y a sus Instituciones, aún a costa de su vida y de su familia y al final haber derrotado a Maximiliano y los franceses; el actual presidente no puede, ni quiere, ni intenta mantener a flote la República, pues al contrario, está empeñado en destruirla.

+ Benito Juárez siempre aparecía sereno y ecuánime, el actual presidente afirma que todos los días habla con Benito Juárez, lo que no hace más que confirmar que está deschavetado y bastante chiflado.

Si en la balanza de la historia ponemos a estos dos personajes, sin duda Benito Juárez, como hombre, como presidente y como político arrasaría con su triste y patético émulo; Benito Juárez tiene su lugar en la historia, con sus defectos, virtudes y claroscuros; mientras que su imitador, antes de terminar su período, ya tiene ganado su lugar como el peor presidente en la historia de México.

 

Fuentes Bibliográficas:

+ imagenpoblana.com.mx

+ elcinco.mx

+ infobae.com

+ prezi.com

+ política.expansion.mx

+ scielo.org.mx

+ youtube.com

+ luisrochanoticias.com

+ culturagenial.com

+ mexicodesconocido.com.mx

+ relatosehistorias.mx

+ es.wikipedia.org