T. Van Dijk
© Imagen

Teniasis y cisticercosis

11 de enero de 2022

Datos y cifras

  • El término «teniasis» se refiere a la infección intestinal provocada por una tenia. En el ser humano hay tres especies que causan esa infección: Taenia solium, Taenia saginata y Taenia asiatica, si bien solamente T. solium causa problemas graves de salud.
  • La teniasis por T. solium se transmite al ser humano al ingerir quistes larvarios de tenia (denominados «cisticercos») que pueden encontrarse en la carne de cerdo poco cocinada.
  • Los portadores humanos de tenias excretan los huevos en las heces y contaminan el medio ambiente cuando defecan al aire libre.
  • Además, se puede producir contagio por huevos de T. solium al ingerir alimentos o agua contaminados o por la vía fecal-oral cuando la higiene es deficiente.
  • Tras su ingestión, los huevos de T. solium se transforman en larvas en varios órganos. Al alcanzar el sistema nervioso central, pueden causar síntomas neurológicos, en particular epilepsia. Esa forma de la enfermedad se denomina «neurocisticercosis».
  • T. solium es la causa del 30% de los casos de epilepsia en muchas zonas endémicas donde hay cerdos en libertad cerca de donde viven las personas. En las comunidades de alto riesgo, el 70% de los casos de epilepsia son atribuibles a T. solium.
  • Más del 80% de los 50 millones de personas afectadas en el mundo por epilepsia viven en países de ingresos bajos y medianos bajos.

Transmisión y carga de la enfermedad

La teniasis es una infestación intestinal por alguna de estas tres especies de tenia: Taenia solium (tenia porcina), T. saginata (tenia bovina) y T. asiatica.

El ser humano se infesta por T. saginata o por T. asiatica al consumir, respectivamente, carne de vacuno o hígado de cerdo que no se han cocinado adecuadamente, pero la teniasis por estas dos especies tiene escasa repercusión en la salud. Por esta razón, la presente nota descriptiva trata solamente sobre la transmisión de T. solium y sobre sus consecuencias para la salud.

La infestación por T. solium, que se produce al ingerir carne infestada de cerdo cruda o poco cocinada, causa pocos síntomas. Los huevos de tenia que los portadores excretan con las heces pueden infestar a los cerdos. Además, se puede producir autocontagio al ingerir huevos por la vía fecal-oral, y también puede haber infestación tras tomar alimentos o agua contaminados, lo que provocará una infestación tisular por larvas del parásito (cisticercosis humana).

La cisticercosis humana puede tener efectos devastadores para la salud. Las larvas, que se denominan «cisticercos», se pueden desarrollar en los músculos, la piel, los ojos y el sistema nervioso central. Cuando lo hacen en el cerebro, la enfermedad se denomina neurocisticercosis, causa síntomas como cefaleas intensas, ceguera, convulsiones y ataques epilépticos y, en algunos casos, puede ser mortal.

La neurocisticercosis es la causa prevenible de epilepsia más frecuente en el mundo; se calcula que produce el 30% de los casos en los países donde esta parasitosis es endémica y, en algunas comunidades, puede llegar al 70%. En los lugares pobres y aislados donde la enfermedad es prevalente, la epilepsia es difícil de diagnosticar y tratar y causa mucha estigmatización, especialmente de las niñas y las mujeres, ya que se suele asociar a la brujería.

La cisticercosis afecta principalmente a la salud y al sustento de las comunidades rurales de los países en desarrollo de África, Asia y América Latina. Además, reduce el valor de mercado del ganado porcino y hace insalubre su carne. En 2015, el Grupo de Referencia sobre Epidemiología de la Carga de Morbilidad de Transmisión Alimentaria señaló que T. solium es una de las principales causas de defunción por enfermedades que se transmiten por los alimentos y da lugar a la pérdida de 2,8 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad. De acuerdo con los datos disponibles sobre la prevalencia de la epilepsia, se estima que entre 2,56 y 8,30 millones de personas padecen neurocisticercosis, sumando los casos sintomáticos y los asintomáticos. Aunque un 70% de los pacientes epilépticos pueden llevar una vida normal si se tratan correctamente, factores como la pobreza, el desconocimiento de la enfermedad, una infraestructura deficiente de salud o la falta de acceso a los medicamentos hacen que el 75% de las personas que padecen esta enfermedad reciban un tratamiento insuficiente o no reciban ninguno en absoluto.

Síntomas

La teniasis por T. solium, T. saginata o T. asiatica se suele caracterizar por la aparición de síntomas leves e inespecíficos. Puede cursar con dolor abdominal, náuseas, diarrea o estreñimiento, que aparecen alrededor de ocho semanas después de ingerir carne que contenga cisticercos, una vez que la tenia se ha desarrollado completamente en el intestino.

Esos síntomas pueden mantenerse hasta que la tenia muere como resultado del tratamiento (en caso contrario, puede vivir durante varios años). Si no trata, la infestación suele persistir de dos a tres años.

En el caso de la cisticercosis por T. solium, el periodo de incubación es variable y pueden no aparecer síntomas durante años.

En algunas regiones endémicas (en particular de Asia), la infestación produce nódulos visibles o palpables a nivel subcutáneo. La neurocisticercosis causa síntomas y signos diversos dependiendo del número, el tamaño, el estadio y la localización de las lesiones y de la respuesta inmunitaria del huésped, aunque también puede ser asintomática. Los síntomas pueden ser: cefalea crónica, ceguera, convulsiones (y epilepsia si son recurrentes), hidrocefalia, meningitis, demencia y síntomas causados por el efecto de masa en el sistema nervioso central.

Tratamiento

Es importante tratar la teniasis por T. solium para prevenir la neurocisticercosis y mejorar el control o la interrupción del ciclo de transmisión del parásito. El tratamiento puede llevarse a cabo de forma individual o mediante quimioprofilaxis, en función de las circunstancias locales y de las estrategias de control adoptadas. La teniasis se puede tratar con dosis únicas de prazicuantel (10 mg/kg) o niclosamida (adultos y niños mayores de 6 años: 2 g; niños de 2 a 6 años: 1 g). También se ha utilizado albendazol, a dosis de 400 g durante 3 días consecutivos. En las directrices Guideline for preventive chemotherapy for the control of T. solium taeniasis de la OMS/OPS se ofrecen recomendaciones y consideraciones importantes sobre el uso de estos medicamentos para la quimioterapia preventiva de esta teniasis.

En el caso de la neurocisticercosis, dado que la destrucción de los quistes puede desencadenar una respuesta inflamatoria, la enfermedad activa requiere administrar tratamientos especiales y a veces prolongados con altas dosis de prazicuantel y/o albendazol, además de tratar los síntomas con corticosteroides y/o antiepilépticos; en algunos casos, se precisa una intervención quirúrgica. Las dosis y la duración del tratamiento son muy variables, dependiendo sobre todo del número, el tamaño, la localización y el estadio de desarrollo de los quistes y del edema inflamatorio que los rodea, así como de los signos y síntomas clínicos, en especial si son graves o agudos. En las directrices WHO guidelines on management of T. solium neurocysticercosis se ofrecen más detalles al respecto que serán útiles a los trabajadores de la salud.

Prevención y control

Para prevenir, controlar y, eventualmente, eliminar T. solium se deben efectuar intervenciones de salud pública que abarquen los sectores de la veterinaria, la salud humana y el medio ambiente.

Hay varias intervenciones de lucha contra T. solium que se pueden utilizar en distintas combinaciones. En una reunión de expertos celebrada en 2009 (en inglés) se señalaron las siguientes:

Intervenciones básicas que surten efectos con rapidez:

  • tratamiento de la teniasis en el ser humano;
  • intervención en los cerdos (vacunación más tratamiento antihelmíntico).

Medidas de apoyo:

  • educación para la salud de la comunidad, en particular sobre higiene e inocuidad de los alimentos;
  • mejora del saneamiento: poner fin a la defecación al aire libre.

Medidas que requieren cambios sociales más profundos:

  • mejora de la ganadería porcina: no dejar cerdos en libertad; y
  • mejora de la inspección y los procesos de elaboración de productos cárnicos.

Se han usado diversos modelos matemáticos para determinar la probabilidad de éxito de las distintas combinaciones de estrategias, así como el periodo de aplicación necesario para mantener el control a largo plazo, aunque dichos modelos dependen de numerosos supuestos e incógnitas. No obstante, suelen coincidir en que la opción que ofrece más probabilidades de éxito, y con mayor rapidez, es integrar intervenciones basadas en el enfoque de «Una sola salud».

Respuesta de la OMS

Promoción de una mejor gestión clínica de la neurocisticercosis

La epilepsia es uno de los signos clínicos más comunes en los pacientes con neurocisticercosis. La OMS, consciente de que las personas con epilepsia sufren a menudo estigmatización y discriminación, insta a los Estados Miembros a respaldar el establecimiento y la aplicación de estrategias de atención a la epilepsia y a promover medidas destinadas a prevenir sus causas (resolución WHA68.20 de 2015). Además, la Organización ha publicado las directrices WHO guidelines on management of Taenia solium NCC para mejorar la atención clínica.

Orientaciones para mejorar la capacidad de diagnóstico y ayudar a los países a lograr ese objetivo

Las pruebas de detección en materia fecal, entre ellas la Kato-Katz, pueden servir para detectar huevos de Taenia y, por tanto, para conocer las zonas donde el parásito puede ser endémico. No obstante, esta prueba no es específica de ninguna especie, por lo que es preciso confirmar que las muestras positivas contienen T. solium.

Las pruebas de diagnóstico por la imagen son la referencia para la neurocisticercosis.

Sin embargo, es necesario contar con medios de diagnóstico mejores, rentables y más sencillos para diagnosticar la infestación por T. solium. La OMS ha elaborado perfiles de productos específicos para diagnosticar la neurocisticercosis, la teniasis y la cisticercosis porcina, que se publicaron en 2017 (en inglés).

Apoyo a las actividades desarrolladas por los países para controlar la cisticercosis

Los países afectados por la cisticercosis han solicitado a la OMS que respalde sus actividades de lucha contra la enfermedad. A continuación, se detallan algunas de las medidas que se han adoptado:

Determinación de las zonas donde la enfermedad es endémica: una de las primeras medidas de lucha contra la enfermedad consiste en detectar las comunidades o zonas endémicas en las que es preciso introducir medidas de control. La OMS ha elaborado un protocolo con ese fin que incluye una herramienta en Excel para evaluar el riesgo y ayudar a los países a conocer las zonas de alto riesgo de endemicidad de T. solium.

Donación de tenicidas: en el marco de la cobertura sanitaria universal, y con miras a proporcionar acceso a medicamentos de calidad, la OMS ha negociado con Bayer la donación de tenicidas contra T. solium, a los que se puede tener acceso por conducto de la Organización (en inglés).

Apoyo a la validación de programas de control: varios países están organizando programas experimentales e investigaciones operacionales para medir el efecto de las estrategias y para perfeccionarlas. Un ejemplo de ello es el proyecto piloto que se está aplicando en Madagascar (en inglés).

Orientaciones para poner en marcha programas de control: en las Américas, la OPS ha publicado el documento: Pautas operativas para las actividades de control de la teniasis y la cisticercosis causadas por Taenia solium. Contribución al control de Taenia solium en América Latina y el Caribe.

Fortalecimiento de la prevención y el control basado en el principio de «Una sola Salud»

En el ciclo de transmisión de T. solium, los cerdos son portadores intermediarios. Como parte de una estrategia global de control destinada a interrumpir el ciclo de transmisión del parásito, es importante adoptar medidas de control en estos animales.

Fomento de un planteamiento multisectorial con partes interesadas importantes: la OMS forma parte del Grupo Tripartito junto con la Organización Mundial de Sanidad Animal y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, que promueve intervenciones en los animales y satisface las necesidades de colaboración interdisciplinaria en la lucha contra T. solium, con el objetivo último de prevenir el sufrimiento humano causado por la neurocisticercosis.

Promoción de intervenciones en los cerdos: las medidas específicas de control del ganado porcino incluyen la introducción de buenas prácticas agropecuarias, la administración de la vacuna TSOL18 y el tratamiento con oxfendazol. La vacuna previene la infestación en los cerdos y el oxfendazol cura a aquellos que estuvieran infestados en el momento de la vacunación; ambos se pueden administrar de forma simultánea.

En coordinación con las autoridades veterinarias, así como con los principales asociados del sector animal, la OMS presta apoyo a proyectos experimentales que incorporan intervenciones en los cerdos y son esenciales para alcanzar resultados a largo plazo.

Mejora de los datos sobre T. solium

Es fundamental contar con datos fiables procedentes de la vigilancia para evaluar la carga de morbilidad, adoptar medidas y evaluar los progresos alcanzados. Igual que ocurre con otras enfermedades desatendidas que afectan a poblaciones marginadas y zonas remotas, hay pocos datos disponibles. La OMS trabaja activamente para recopilar y cartografiar los datos relativos a la distribución de T. solium y los factores de riesgo asociados a su presencia, por ejemplo, información sobre la cría de cerdos, la inocuidad de los alimentos y el saneamiento. Esta información se ha incorporado al Observatorio Mundial de la Salud de la OMS (página en inglés).