Semana Santa: ¿Por qué se utiliza el incienso? | Vanguardia.com

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Cultura
Martes 26 de marzo de 2024 - 01:48 PM

Semana Santa: ¿Por qué se utiliza el incienso?

El humo del incienso impregna las procesiones y los oficios religiosos propios de la Semana Santa. Conozca su significado, usos e implicaciones en la salud.

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El humo del incienso es habitual por estos días de Semana Santa. Esta sustancia, que es empleada desde la antigüedad y a la que se menciona en La Biblia en varias ocasiones, encierra un gran simbolismo.

Cuando arde, el incienso emite un agradable aroma y crea una atmósfera mística. El humo en espiral ascendiendo hacia el cielo ha sido interpretado como un símbolo de la oración y la elevación de la mente hacia lo divino.

Más allá de las metáforas, el incienso ha estado vinculado a la historia sagrada desde tiempos antiguos. No es casualidad que fuera uno de los regalos presentados por los Reyes Magos al Niño Jesús en el pesebre de Belén. Estos obsequios fueron seleccionados con significado: el oro representaba su realeza, el incienso su divinidad y la mirra su humanidad, ya que esta última era usada en la antigüedad para embalsamar a los difuntos.

Aunque el episodio de los Reyes Magos es quizás el más conocido, la Biblia contiene muchas más referencias al incienso. Por ejemplo, el Evangelio de Lucas narra el momento en que un ángel anuncia a Zacarías el futuro nacimiento de Juan el Bautista.

Zacarías y su esposa Isabel no tenían descendencia y ambos eran ya “de edad avanzada”. Según cuenta el evangelio de Lucas, un día mientras Zacarías “ejercía la función sacerdotal, le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el santuario del Señor para quemar el incienso. Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras hacía la ofrenca. Entonces se le apareció el ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo. Pero el ángel le dijo: ‘No temas, Zacarías, tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan’”.

Según el historiador Antonio Piñero, el incienso es mencionado en cuatro ocasiones en el Nuevo Testamento: en el relato de Mateo sobre la adoración de los Reyes Magos, en el de Lucas, en la Epístola a los Hebreos y en el Apocalipsis.

Piñero señala que, excepto por la referencia a los Reyes Magos en el relato de Mateo, las otras menciones se relacionan con la liturgia hebrea. En este contexto, explica que “en la liturgia hebrea, el incienso se emplea para perfumar el altar de los sacrificios y hacer que la ofrenda sea agradable a Yahvé”.

Por otro lado, en la iglesia católica, el incienso se utiliza en varios momentos durante la celebración de la misa.

Los expertos de ACI Prensa (anteriormente conocida como Agencia Católica de Informaciones en América Latina) indican que el Misal Romano recomienda el uso de incienso durante la procesión de entrada y al inicio de la misa para perfumar el altar, durante la proclamación del evangelio, en el ofertorio y en la consagración.

Durante la Semana Santa, se quema incienso en varias ocasiones durante la liturgia. Uno de los momentos más sobrecogedores ocurre durante los servicios del Jueves Santo. En este día, el sagrario del altar principal debe estar vacío y las hostias consagradas se colocan en un sagrario o urna en otro lugar de la iglesia.

Los especialistas de la parroquia Beato Álvaro de Córdoba (sur de España) comentan que las normas litúrgicas establecen que “terminada la oración después de la comunión, comienza la procesión, presidida por la cruz en medio de cirios e incienso, en la que se lleva el Santísimo Sacramento por la iglesia hacia el lugar de la reserva”.

¿Es perjudicial para la salud?

El aroma del incienso evoca, sin duda, la Semana Santa, y el movimiento de los quemadores de incienso envueltos en humo espeso es una de las imágenes más emblemáticas de las festividades religiosas de estos días tan significativos. Sin embargo, ¿puede el inhalado de este humo afectar la salud?

En este sentido, Carmen Diego, quien coordina el Área de Enfermedades Respiratorias de Origen Medioambiental en la Sociedad Española de Neumología (SEPAR), señala que el humo del incienso contiene sustancias similares a las del humo del cigarrillo en la corriente secundaria, especialmente bencenos y sustancias orgánicas volátiles.

La neumóloga explica que cuando se fuma, se producen dos tipos de corrientes: la corriente primaria, que se inhala directamente, y la secundaria, que se genera cuando un cigarrillo se consume en el ambiente.

La doctora Diego también menciona que todos los estudios disponibles sobre el incienso provienen de países árabes y de China.

Además, indica que un estudio en China sugirió que el humo de esta sustancia podría contribuir a la contaminación del aire en interiores. Sin embargo, debido a la frecuente utilización de carbón y madera en China (por ejemplo, en las cocinas de carbón), los investigadores no pudieron distinguir con certeza qué contaminantes provenían del carbón, el tabaco y cuáles del incienso.

En el contexto de las celebraciones religiosas, los quemadores de incienso se utilizan en momentos específicos de la liturgia y los fieles están expuestos a ellos de manera limitada. A menudo se usan en procesiones al aire libre.

La experta señala que aunque el incienso contiene contaminantes, hasta ahora los estudios no han llegado a conclusiones definitivas sobre sus efectos en la salud.

“Si bien está demostrado que la contaminación y el tabaco son claramente perjudiciales, no se ha probado que el humo del incienso tenga efectos negativos en la salud”, señaló la doctora.

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Publicado por Redacción Digital

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