No solo una cara bonita
Imogen Poots es aquella rubia de mirada profunda, cara angelical y sonrisa perfecta que recordamos de la película Need for Speed, hasta el momento su mayor aparición en pantalla.
Poots nació el 5 de junio de 1989 en Londres, Reino unido, en el seno de una familia dedicada al mundo de la comunicación. Su padre, Trevor Poots, es un productor de televisión, y su madre, Fiona Goodall, una periodista. Su hermano Alex es modelo.
Poots pasó su infancia de colegio en colegio, hasta que finalmente terminó sus estudios en la Latymer Upper School en Hammersmith. En la universidad empezó a especializarse para ser veterinaria, pero su poco aguante ante la sangre y la pasión que empezó a generarle la actuación hizo que abandonara. Los fines de semana asistía a un taller teatral de la Young Blood Theatre Company, gracias al cual se decantó por la profesión de actriz.
Su primera aparición frente a la cámara fue en la serie británica de medicina Casualty. Tras esta breve incursión se metió de lleno en la industria compaginando papeles en distintos géneros, como la adaptación de la novela gráfica V de Vendetta (2006), la terrorífica 28 semanas después (2007) o el drama progre de instituto Cracks (2009). Aun así estas cintas no le dieron el caché necesario y continuó siendo la segundona de pequeños títulos de bajo presupuesto como la peculiar Waking Madison, un drama que trata sobre una joven enferma.
En 2010 estrenaría tres cintas completamente distintas demostrando que es una actriz camaleónica. Desde las fiestas homosexuales de la Alemania de los años 30 en Christopher and His Kind, pasando por el thriller cibernético Chatroom, hasta coincidir con el mismísimo Michael Fassbender en la histórica Centurión, ambientada en la Roma antigua.
A partir de entonces sus estrenos son más destacados: la comedia vampiresa Noche de miedo, el drama de época Jane Eyre, donde coincidió de nuevo con Fassbender, y Filth, el sucio, adaptación de la novela del escocés Irvine Welsh. Su papel más conocido y el que le ha empezado a dar algo más de importancia en Hollywood es el de Julia en la desenfrenada Need for Speed (2014). Gracias a su diversa carrera ha conseguido que el prestigioso Terrence Malick cuente con ella para su nueva película Knight of Cups.