Ignacio López Rayón - Biografia Vida y Obra

Ignacio López Rayón – Biografia Vida y Obra

Ignacio López Rayón

El prócer de la independencia mexicana Ignacio López Rayón nació el 31 de julio de 1773 en la localidad de Tlalpujahua, estado de Michoacán.  Su trayectoria militar y política es una de las más brillantes del período correspondiente a la independencia de México.

No solo estuvo presente en importantes batallas, sino que aportó valiosas ideas para la formación de la república libre y de amplios alcances sociales. López Rayón es considerado por muchos historiadores uno de los próceres mexicanos de mayor valía intelectual.

Su acción y su obra, han sido reconocidas por las generaciones posteriores, y ha sido objeto de reconocimiento en la Cámara de Diputados al inscribirse su nombre en letras de oro, mediante decreto del 16 de diciembre de 1842.

  • Nacimiento: 31 de julio de 1773, Tlalpujahua de Rayón, México
  • Fallecimiento: 2 de febrero de 1832, Ciudad de México, México
  • Nombre completo: José Ignacio Antonio López-Rayón
  • Ocupacion: Militar y político
  • Educacion: Antiguo Colegio de San Ildefonso (1796), Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Libros

Formación académica de López Rayón

Al igual que otros hombres de su época, como Miguel Hidalgo y José María Morelos, su formación académica y su curiosidad intelectual fueron elementos decisivos en su ánimo para alcanzar la independencia.

Realizó estudios de bachillerato en el Colegio San Nicolás, Valladolid, y luego se trasladó a la Ciudad de México para recibirse como abogado en el Colegio de San Ildefonso. Pero, al morir su padre, se vio obligado a regresar a su pueblo natal para encargarse de los negocios de minería de su familia.

Cuando estalla la guerra de independencia, con el Grito de Dolores, no dudó en unirse al movimiento encabezado por Miguel Hidalgo. Así lo hizo junto con Ignacio Allende en Maravatío, donde Hidalgo lo nombró su secretario, apenas le fue presentado.

Volvió a Tlalpujahua después de la batalla del Monte de las Cruces para animar a sus cuatro hermanos para que se unieran a la causa de la independencia. Por desgracia su hermano Francisco fue capturado por los realistas en Ixtlahuaca, donde lo fusilaron el 20 de diciembre de 1815.

Después de la derrota de los insurgentes en la batalla de Aculco y de la decisión de no avanzar a Ciudad México, López Rayón se mantuvo junto a Hidalgo. Con él llegó a Guadalajara y allí se le nombró Secretario de Estado y del Despacho, una especie de ministerio con carácter universal.

En el ejercicio de ese cargo, López Rayón procuró  formar un nuevo gobierno, buscó las maneras de establecer relaciones con Estados Unidos, y quiso organizar y darles disciplina formal a los ejércitos insurgentes. Además de esas labores de estado, se valió de la imprenta para la publicación del órgano independentista «El Despertador Americano».

Ignacio López Rayón: Su nombre en la historia

Si sus aportes políticos, administrativos e intelectuales resultaron de suman importancia, no lo fueron menos sus acciones militares. El 16 de marzo de 1811, en Saltillo, se le nombró jefe del ejército insurgente.

El 1 de abril de 1811 doblegó a las fuerzas realistas en la batalla del Puerto de Piñones y obtuvo como botín de guerra armamento y víveres. El día 15 del mismo mes derrotó al ejército realista que comandaba José Manuel de Ochoa y llevó a cabo la toma de Zacatecas.

Fueron grandes sus esfuerzos para reagrupar y reorganizar a los insurgentes, después de la derrota en Puente de Calderón. Al mismo tiempo, emprendió la marcha rumbo a Michoacán, donde tomó la población de Zitácuaro,  además,  organizó e instaló la Suprema Junta Nacional de América el 21 de agosto de 1811.

El 2 de enero de 1812 el ejército insurgente dirigido por López Rayón, se enfrentó al realista, el cual era comandado por  Félix María Calleja en Zitácuaro. Los insurgentes tuvieron que retirarse después de largas horas de combate, y la Suprema Junta Nacional Americana  allí establecida, se puso en fuga hacia Sultepec y Tlalchapa.

En mayo de 1812 en las afueras de Tenango, el ejército de insurgentes al mando de López Rayón derrotó a un regimiento realista. En 1814 se le encargó el gobierno de Oaxaca, pero se vio forzado a abandonar esa ciudad por el asedio de los realistas.

Sus intentos para que se le reconociera como jefe supremo de los insurgentes fueron inútiles. De hecho, se negó a reconocer a la Junta de Jaujilla, apoyada por otro grupo de insurrectos.

Prisión e independencia

Después de la derrota en el Cerro del Cóporo en enero de 1817 y pasado siete meses de asedio y resistencia,  por negarse a reconocer a la Junta de Jaujilla, sus mismos compañeros, al mando de Nicolás Bravo lo detuvieron.

En el siguiente diciembre fue entregado a los realistas y lo sentenciaron a muerte. Pero la ejecución nunca llegó a realizarse y estuvo preso hasta el 15 de noviembre de 1820 en la Ciudad de México.

Una vez consumada la independencia en 1821, se le nombró Tesorero. Durante el año 1823 fue nombrado Intendente de San Luis de Potosí. Igualmente, ese mismo año resultó electo como diputado al Congreso por Michoacán.

En 1824 se le confirió el grado de General de División por el Congreso y fue declarado como Benemérito de la Patria. Al año siguiente, 1825, se le nombró comandante general de Jalisco hasta febrero de 1827. Luego se le encargó presidir la sala segunda del Supremo Tribunal de Guerra y Marina.

Llegó a ser postulado como candidato a la presidencia de la república, pero fue superado por Manuel Gómez Pedraza. Falleció el 2 de febrero de 1832 en la Ciudad de México.

Nacido para la historia

Varias generaciones de historiadores se han ocupado de estudiar y exaltar la vida y obra de Ignacio López Rayón, por la suma de virtudes que lo conformaban. Se llegó a decir de él que no se sabía si era más admirable su constancia como general o su fortaleza como soldado.

Y quizás fue el único que vio con claridad, que en toda guerra, el factor económico es fundamental. Por eso su constante preocupación por apertrechar a los ejércitos insurgentes con buen armamento y víveres.

También llegó a decirse de él, que de haber vivido en tiempos de paz y democracia, hubiese resultado un excelente jefe Estado. Pero le tocaron tiempos difíciles y supo cumplir un importante papel en la historia de México. Y así se lo han sabido agradecer quienes le reconocen su mérito y su gloria.