Ida McKinley
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Ida McKinley. Fue la esposa del vigésimoquinto presidente de los Estados Unidos de América, William McKinley por tanto primera dama entre los años 1897 hasta 1901.
Sumario
Síntesis biográfica
Nació en Canton, Ohio, y era la hija mayor de James Saxton, banquero prominente de Canton, y Katherine DeWalt.
Estudios
Después de asistir a las escuelas públicas locales, matriculó en varias escuelas privadas y en el seminario Brooke Hall Seminary en Media, Pensilvania. Después de su regreso a Canton, tomó un trabajo como cajera en el banco de su padre, una decisión inusual para una mujer de clase media en el siglo XIX.
Matrimonio
En Canton, conoció a William McKinley, quien acababa de ser elegido fiscal del condado de Stark. Le propuso matrimonio poco después y la pareja se casó el 25 de enero de 1871.
Problemas de salud
Poco después del nacimiento de su segundo hijo, Ida sufrió una serie de tragedias que la dejaron prácticamente inválida. Una vez enérgica y vibrante, Ida se volvió cada vez más malhumorada y enfermiza, y comenzó a experimentar convulsiones que luego se describieron como epilépticas. William guardaba celosamente su comodidad (de formas que su personal consideraba excesivas) y ella disfrutaba de su atención.
Aunque su condición física limitaba sus actividades de anfitriona, a menudo aparecía al lado de su esposo en público. Después de su elección a la Cámara de Representantes de los Estados Unidos en 1876, ella viajó con él a Washington. Cuando fue elegido gobernador de Ohio en 1892, su salud había mejorado un poco y desempeñaba un papel social más destacado.
Papel en las Campañas presidenciales de 1896
Cuando el Partido Republicano nominó a William para la presidencia en 1896, Ida apareció en la campaña de una manera sin precedentes. La esposa de ningún candidato había sido objeto de una biografía, pero los funcionarios de campaña republicanos publicaron un pequeño libro sobre ella en el que elogiaron sus virtudes como mujer religiosa y capaz y trataron de disipar los rumores sobre sus problemas de salud. Sin embargo, su salud había empeorado desde que William fue gobernador de Ohio.
Primera dama
Tras ganar las elecciones, cuando la pareja se mudó a la Casa Blanca en 1897, sus ataques habían reaparecido y estaba demasiado enferma para realizar muchas de las funciones que asumían rutinariamente sus predecesores. En una ruptura con el protocolo, se sentó junto al presidente en las cenas formales, lo suficientemente cerca para que William pudiera cubrirse la cara con un pañuelo si sufría una convulsión.
Aunque sus enfermedades nunca fueron discutidas en público, eran bien conocidas por los visitantes y la prensa, quienes a menudo comentaban su color enfermizo y sus débiles movimientos. A pesar de su mala salud, algunos de los asistentes de su esposo notaron que ella se mantenía al día con los eventos actuales y podía ser notablemente sabia en su juicio de la gente y su análisis de los eventos políticos. De hecho, se dijo que influyó en la decisión de su esposo de nombrar a Leonard Wood para dirigir las fuerzas estadounidenses en Cuba durante la Guerra Hispanoamericana (1898) y enviar misioneros a Filipinas.
Últimos años
Con el asesinato de su marido por Leon Czolgosz, en Búfalo, Nueva York en septiembre de 1901, la señora McKinley perdió la voluntad de vivir. A pesar de que se portó bien en los días entre el tiroteo y la muerte del presidente, no fue capaz de asistir al funeral. Con la salud deteriorada se retiró a la seguridad de su casa y recuerdos en Canton y fue cuidada por su hermana menor.
Muerte
Fallece un 26 de mayo de 1907, sobreviviendo así solo años después del asesinato de su esposo.
