La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han estado varios meses para poder concretar su divorcio, que se anunció a principios del 2022 y que aún, pese a estar más cerca que nunca, todavía no se ha resuelto. Pero esta situación tiene un fundamento válido que haría las cosas más simples.
Te podría interesar
Y es que luego de las exigencias impuestas por Iñaki Urdangarin, como lo fueron las de recibir una mensualidad de 25 mil euros, una indemnización de 2 millones de euros y algunos inmuebles a su nombre, la hermana del Rey Felipe accedió a pagar lo que corresponde, dando por finalizada esta parte.
Cabe destacar que el padre de Juan Urdangarin intentó estirar el divorcio de la Infanta Cristina lo más posible para poder seguir recibiendo los beneficios de la familia real, como lo era la seguridad privada que lo escoltaba a donde fuera, algo que ya estaba cayendo mal en Zarzuela debido al gasto que generaba.
Por esta razón, sin dar más vueltas e influenciada por su padre el Rey Juan Carlos, la Infanta Cristina decidió ponerle fin al asunto y acelerar los trámites del divorcio para desligarse de Iñaki Urdangarin lo más rápido posible y continuar con su vida de una forma tranquila y sin presiones mediáticas.
El divorcio está cerca, pero aún no es el momento
La razón por la que la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin aún no han firmado los papeles del divorcio pese a haber avanzado en todas las cuestiones previas ha sido porque están esperando a que Irene Urdangarin, su hija menor, sea mayor de edad en junio próximo.
Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina firmarán el divorcio cuando Irene Urdangarin sea mayor de edad
Lo que sucede es que cuando hay hijos menores en un divorcio, se terminan alargando los trámites con algunas cuestiones a resolver entre los miembros de la pareja rota, como las manutenciones o el hecho de tener que acudir obligatoriamente a un juzgado, algo que la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin quieren ahorrarse.