¿Qué es cierto y qué no lo es sobre la vida de Marilyn Monroe? Es la pregunta que nos hacemos ante la película, Rubia, de Andrew Dominik, la más reciente y enigmática biopic de la diva de Hollywood, disponible en Netflix.
Si bien no todo es real, algunas zonas grises (esas las lagunas desconocidas de la historia de Marilyn), se rellenan con una capa de llamativa fantasía, y la impactante actuación de Ana de Armas.
Se trata de un melodrama suntuoso y que rompe las reglas, basado en la novela homónima de Joyce Carol Oates. En las páginas iniciales del libro, Oates escribió que Blonde no era ‘una biografía de Monroe, ni siquiera una novela biográfica que sigue los hechos históricos de la vida del sujeto’, sino que, por el contrario, se empleaba la vida de Monroe como el punto de partida para narrar una historia sobre la gran celebridad estadounidense del siglo XX. No se trata solo de la historia de Marilyn Monroe, sino también de muchas otras estrellas de la época.
La película de Andrew Dominik, que dura poco menos de tres horas y se ha visto empañada por la controversia detrás de su producción, sigue prácticamente el mismo camino.
Todo comienza en 1933: Hollywood está literalmente en llamas, y una joven Norma Jeane Mortenson (Lily Fisher) es conducida directamente hacia el fuego por su madre, que insiste en que al otro lado del infierno encontrarán refugio en la casa del padre biológico de Norma Jean, una influyente figura de la industria que ha estado ausente durante años.
Se trata de una gran metáfora, que subraya la representación de la fama en la película, como algo peligroso y tumultuoso, algo a lo que solo sobreviven los más afortunados; al final, Norma Jeane y su madre tienen que dar marcha atrás.
A partir de ese momento, Marilyn Monroe, interpretada por Ana de Armas, con una actuación inquietante y transformadora, que debería valerle algunos premios, pasa por una serie de amantes y maridos, casi todos los hombres importantes de su vida reciben el cuestionable apodo de ‘papi’, desde el boxeador Joe DiMaggio hasta el dramaturgo Arthur Miller. Sin embargo, el poder casi cósmico que ejerce ella sobre los demás es evidente, tanto si se trata de sus parejas (que parecen constantemente embelesadas y luego repelidas por su belleza), como por sus fans en la calle, a los que vemos en varias ocasiones.
Estas escenas fueron armadas como viñetas fotográficas, pasando del blanco y negro al color y cambiando la relación de aspecto de pantalla. Dominik ha hablado de su deseo de replicar las fotografías existentes de Monroe con un detalle casi surrealista, pero bajo una belleza simple, y en cada momento se explora o se nos guía hacia las cosas clave que atormentaban a Monroe: los peligros de estar en el ojo público; la autonomía que le fue robada y que se muestra como algo normal para una mujer en Hollywood.
‘El círculo de luz es tuyo’, se repite Monroe cuando las cámaras de los paparazzi parpadean, capturando su sonrisa perfecta. Más tarde, cuando una linterna ilumina su pálido cuerpo, y se prepara para afrontar un aborto realizado contra su voluntad, dice lo mismo.
Se ha hablado mucho de los matices extraños de la película: Los rumores sobre las escenas en las que Monroe conversa con su feto no nacido, y este le suplica que no lo aborte, y estas escenas, algo perturbadoras, son ciertas.
Una de las pocas escenas de sexo consentido de la película es un trío con dos hijos de la realeza de Hollywood que es a la vez visceral y extrañamente artística, como si ellos estuvieran rodeados del reflejo de los espejos mágicos en una feria de diversiones.
Otras escenas muestran el abuso doméstico, la violación a manos de un ejecutivo de Hollywood y una felación forzada realizada a cierto presidente. El enfoque lo dice todo: oímos pero no vemos a Monroe siendo brutalmente golpeada.
La escena de la felación va acompañada de un monólogo interno. Dominik es consciente del machismo típico de los directores masculinos, y logra un equilibrio entre la superación de los límites y la explotación que hace que estos momentos se sientan necesarios (y premonitorios) para mantener la verdad en la historia de Marilyn Monroe.
Blonde es la primera vez que Netflix hace una película original con una clasificación NC-17, y parece que están algo nerviosos por su rentabilidad. Pero la industria será amable con Blonde, se trata de una película biográfica de Hollywood, que nos habla sobre una anarquía real, a la vez fascinante y rebelde.
Es como una versión de The Tree of Life, pero con lápiz de labios: brillante pero existencial y muy ambiciosa. El tipo de película que, con el tiempo, podría considerarse una obra maestra.
Artículo originalmente publicado en Vogue US, vogue.com
