Los ganadores del Bafici, en su edición más convulsionada

El Bafici llega al final, en su edición más convulsionada, con un empate en el premio mayor entre la brasileña A paixão segundo GH, de Luiz Fernando Carvalho, y la coproducción argentina El placer es mío, de Sacha Amaral.

Carvalho adaptó la novela de Clarice Lispector sobre una escultora carioca que atraviesa un Vía Crucis existencial al enfrentarse, luego de un desengaño amoroso, a una cucaracha en la habitación de servicio. El también brasileño Sacha Amaral centra su película en un dealer que vive con su madre y se dedica a robarles a personas que conoce a través de aplicaciones.

El jurado sí consiguió ponerse de acuerdo al premiar al mejor largometraje, Riddle of Fire, del estadounidense Weston Razooli y al mejor corto, para la serbia The Ghosts You Draw on My Back, de Nikola Stojanović. La ucraniana nacionalizada canadiense Oksana Karpovych se consagró como mejor directora por Intercepted, sobre las conversaciones de soldados rusos con sus familias interceptadas que contrastan la vida cotidiana de ucranianos tras la invasión. La francesa Anaïs Tellene se llevó el Premio Especial del Jurado con L'Homme d'argile.

La Competencia Argentina consagró a Vrutos, de Miguel Bou, que se consagró como mejor director y además se llevó el Gran Premio. La película marca el reencuentro en pantalla de Dante Mastropierro y Diego Alonso, más conocidos como los recordados El Negro Pablo y El Pollo de la serie Okupas, en una épica callejera en Lugano.

Martín Farina se centró en el reencuentro anual de un grupo de granaderos clase 1958 en El cambio de guardia, que ganó como mejor largometraje. Y el premio al corto fue para Cuando todo arde, de María Belén Poncio. La bolsita de agua caliente, de Yuliana Brutti, se llevó el Premio Especial del Jurado.

Más cortos y largos argentinos

El Bafici le dedicó más espacio que nunca a los cortos y largos nacionales, hecho que potenció el ruido que hizo en el festival el cierre momentáneo del INCAA y la frágil continuidad, de momento atada a la muestra, del emblemático cine Gaumont. Javier Porta Fouz, director del festival, se pronunció con contundencia en el anuncio de los premios luego de una serie de críticas por la falta de una postura institucional categórica previa al festival.

Porta Fouz hizo un comentario sobre los cuestionamientos y reconoció que fue una edición intensa, luego de reclamar certezas sobre el INCAA: “Queremos saber qué va a pasar. La incertidumbre sobre el cine argentino es gigante. Es un parate demasiado largo. Una cosa es proponer cambios y otra muy distinta es tener todo parado cuatro meses. Ojalá se resuelva algo. Tengo muchas dudas, pero al menos que haya diálogo”.

“Estar en el Gaumont era muy importante este año. Vamos a estar hasta el domingo, pero espero que la sala abra pronto. Un cine como el Gaumont no debería cerrar nunca. Esa sala tiene que estar abierta. El festival este año tuvo que suspender una única función y no por una cuestión técnica, sino por la marcha masiva del martes”, agregó el director del Bafici.

La tercera de las competencias oficiales, Vanguardia y Género, le otorgó su Gran Premio a la holandesa Nina Gantz por Wander to Wonder. Pat Collins se llevó a Irlanda el premio a la dirección y al mejor largometraje por That They May Face the Rising Sun y el del corto se fue a España con Mamántula, de Ion de Sosa. El Premio especial del jurado fue para la austríaca Henry Fonda for President, de Alexander Horwath.

Este sábado a la noche será la ceremonia de entrega de premios, que promete en los discursos la intensidad que se vivió a lo largo de todo el festival. La despedida llegará el domingo con la película de clausura Fuck You! El último show, de José Luis García, sobre la última presentación de Sumo en Obras.

POS