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Muere el actor Helmut Berger, el eterno "viudo de Visconti"

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A los 79 a�os, despu�s de una vida tremendamente disoluta, ha fallecido el actor austr�aco encumbrado por Luchino Visconti, que se despidi� del cine de la mano de Albert Serra

Helmut Berger en el festival de Cannes en 2014.
Helmut Berger en el festival de Cannes en 2014.AFP

Helmut Berger, icono del cine europeo de los a�os 60 y 70, y art�fice de la ruptura de tab�es sexuales de esa �poca, ha muerto este jueves en Salzburgo poco d�as antes de cumplir 79 a�os.

La vida de joven aspirante a actor, hijo de una acomodada familia de hoteleros austr�acos, cambi� radicalmente cuando la mirada de Luchino Visconti se pos� sobre �l.

El gran maestro del cine italiano lo convirti� en su amante y, despu�s de ofrecerle un papel en Las Brujas (1967), lo transform� en uno de los mayores mitos del s�ptimo arte con La Ca�da de los Dioses (1969), una retorcida denuncia de la implicaci�n de las grandes familias industriales alemanas en la subida del nazismo.

Para saber m�s

Helmut Berger encarnaba al nieto andr�gino, que provocaba a la familia parodiando a la Marlene Dietrich de El �ngel Azul. Pederasta en sus ratos libres, su perverso y cruel personaje acababa vistiendo el negro uniforme de las SS y apoder�ndose de la f�brica de metal de la familia. Visconti le regal� despu�s el absoluto protagonismo de la desmedida Luis II de Baviera (1973), y volvieron a colaborar en la entra�able Confidencias (1974).

La muerte del cineasta italiano en 1976 lo dej� absolutamente devastado. Hubo intentos de suicidio, y el alcohol, en ingentes cantidades, fue una constante hasta sus �ltimos a�os. Siempre se consider� como "el viudo de Visconti", y su vida qued� marcada por el esp�ritu decadente de las pel�culas de su mentor.

Tuvo que ser Albert Serra el que lo rescatara para una �ltima actuaci�n en la genial Libert�, cr�nica de una org�a nocturna al alba del siglo XVIII de la que ahora mismo se est� proyectando un largo pasaje en el marco de la extraordinaria exposici�n Sade, en el CCCB, de Barcelona. Una despedida digna del actor, que tambi�n hab�a intervenido en la obra de teatro previa que el catal�n mont� en Berl�n.

No fue esta su �nica colaboraci�n con directores de nuestro pa�s. En su d�a, tambi�n se puso a las �rdenes de Jes�s Franco (Los depredadores de la noche) y de Antonio Ribas (la trilog�a Victoria!). Tampoco fueron las pel�culas de Visconti sus �nicas obras maestras. Le vimos en El jard�n de los Finzi-Contini (1970), otra cumbre del cine italiano, esta vez a cargo de Vittorio de Sica, que tambi�n trataba la subida de los fascismos, aunque desde una �ptica muy distinta. Casi inevitablemente, Tinto Brass cont� con �l para Sal�n Kitty (1976), que podr�amos considerar como una versi�n er�tico-festiva de La Ca�da de los Dioses.

Tambi�n obtuvo un peque�o papel de alop�cico banquero del Vaticano en la tercera entrega de El Padrino, y apareci� en varios episodios del culebr�n Dinast�a. M�s recientemente, Bertrand Bonello le llam� para dar vida a Yves Saint Laurent en su fase, claro, m�s decadente.

A un nivel simb�lico, el personaje que mejor define a Berger quiz�s sea el de Dorian Gray: la revista Vogue le calific�, si demasiado riesgo a equivocarse (con perd�n de Alain Delon), como el hombre m�s guapo del mundo, pero mientras su belleza quedaba fijada en la tela del pasado, su vida se caracteriz� por un estado de decadencia continua, una constante cuesta abajo tapizada de toda clase de esc�ndalos y regada con todos los excesos posibles.

Hasta hace unos a�os, sus estados de ebriedad m�xima paralizaban los aviones en los que se sub�a, y fue acusado de bigamia por la actriz Francesca Guidato. Hab�an estado casados 15 a�os, pero no estaban oficialmente divorciados cuando el actor contrajo matrimonio en Ibiza, a los 71 a�os, con un joven 37 a�os m�s joven que �l conocido como "B�tox Boy", Florian Wess. No fue un asunto de dinero, pues entonces Berger ya se dec�a completamente arruinado, despu�s de una vida de lujo. Guidato le recrimin� de todo: consumo desaforado de alcohol y drogas, infidelidades m�ltiples con hombres y mujeres, y hasta una relaci�n sado masoquista con la asistenta del hogar. Puro Berger.

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