Helena Demuth, la esclava de Karl Marx

Por Redacción Reversos/Compañía Argentina de Teatro Libertario

En el aniversario del nacimiento de Karl Marx, quiero recordar a Helena Demuth (1820-1890): su empleada doméstica.

La chica fue una proletaria de origen pobre captada por los Marx a la edad de 15 años para el servicio doméstico. Pasó toda su vida en la casa de los Marx, y aparece en la correspondencia de personas que los visitaban.

Aparte de ello, Marx le hizo un hijo a escondidas (abusaba de ella). Al ser un hombre casado, y para evitar la «vergüenza», Marx le encargó el bebé a su amigo Engels, quien estaba soltero, el cual crió al niño (lo puso a trabajar en su fábrica de herramientas en Manchester.

Y cuando murió Marx, se encargó también de Helena (la hizo trabajar en su casa).

Los restos de Helena fueron enterrados, a petición de las hijas de Marx (Eleanor y Laura), en la tumba de la familia (ya que era parte de la misma). Ella le dejó en herencia a su hijo Freddy 95 libras esterlinas.

Los prepotentes modos machistas de Marx también fueron dirigidos en otra ocasión contra el filósofo anarquista MijaílAleksándrovich Bakunin y AntoniaKsavaeva:

En la Primera Internacional de los Trabajadores, Bakunin se enfrentó a Marx y sus seguidores, quienes no dudaron en ridiculizar sus posturas respecto a la emancipación de la mujer, como parte de sus argumentos para intentar romper la influencia de Bakunin y de los anarquistas en la Internacional

Marx utilizó adjetivos en contra de Bakunin y Antonia (su compañera sentimental), señalando a Bakunin como «poco hombre» o «hermafrodita», cuando ambos firmaron el Programa de la Alianza Socialista Internacional.

Ridiculizó a Antonia por «haberse atrevido a firmar el documento» y señaló lo malo que era que Antonia tuviera amantes y que Bakunin no dijera nada al respecto, y que además cuidara y actuara como un padre afectuoso con los hijos de ella.

Recordemos también que Marx celebró la muerte de su propia madre, ya que por ello iba a cobrar su herencia…

«…Sirvienta o esposa, es sobre la mujer, ahora y siempre, con la que cuenta el hombre para liberarse del trabajo del hogar. Pero por fin también la mujer reclama su parte en la emancipación de la humanidad. Ya no quiere seguir siendo la bestia de carga de la casa. Ya es suficiente con todos los años de su vida que tiene que dedicar a la crianza de sus hijos. ¡Ya no quiere seguir siendo la cocinera, la remendona, la barrendera de la casa…!»

Piotr Kropotkin

Henry Frederick Demuth

En el texto “El hijo ilegítimo de Karl Marx”, de Francis Wheen, publicado en la revista española El Cultural, el 13 de septiembre de 2000, se destaca que “hubo muchos rumores de que Marx había sido padre de un hijo ilegítimo, pero la primera referencia pública sobre la verdadera paternidad de Freddy (Marx) no apareció hasta 1962, cuando el historiador alemán Werner Blumenberg publicó un documento encontrado en el inmenso archivo marxista del Instituto Internacional de Historia Social de Amsterdam.

Se trata de una carta escrita el 2 de septiembre de 1898 por Louise Freyberger, una amiga de Helene Demuth y ama de llaves de Engels, en la que se cuenta la confesión en el lecho de muerte de su señor:

«Sé por el propio General [Engels] que Freddy Demuth es hijo de Marx. […] Freddy se parece mucho a Marx, y, con esa cara de auténtico judío y con ese pelo negro y espeso, sólo un ciego prejuicio podría ver en él un parecido con el General. He visto la carta que Marx escribió al General en Manchester en esa época (por supuesto, el General, por entonces, aun no vivía en Londres); pero pienso que el General destruyó esa carta, como tantas otras que habían intercambiado. Esto es todo lo que sé sobre el asunto. Freddy nunca supo, ni por su madre su por el General, quién era realmente su padre… Estoy leyendo de nuevo las pocas líneas que me escribiste sobre el asunto. Marx era siempre consciente de la posibilidad del divorcio, ya que su mujer era tremendamente celosa. él no amaba al niño, y el escándalo hubiese sido mayúsculo si se hubiese atrevido a hacer algo por él».

Desde que se hizo público en 1962, la mayoría de expertos marxistas han aceptado este documento como prueba concluyente de la infidelidad de Karl. Pero hay uno o dos escépticos. […]

Tanto Karl Marx como su esposa dejaron pequeñas pero significativas pistas de lo que en realidad sucedió. El ensayo autobiográfico de Jenny, A Short Sketch of an Eventful Life, escrito en 1865, incluye un curioso y revelador comentario:

«A principios del verano de 1851 ocurrió un hecho que no quiero relatar aquí en detalle, aunque contribuyó a aumentar nuestras preocupaciones, personales y de otro tipo».

El hecho en cuestión, comenta Francis Wheen, “sólo puede haber sido el nacimiento de Freddy. Si a Helene Demuth la hubiese dejado embarazada cualquier otro amante, ¿Por qué le habría de causar a Jenny un dolor tan íntimo y duradero?

Más extraña aún resulta una carta enviada por Marx a Engels el 31 de marzo de 1851, cuando Helene estaba embarazada de seis meses. Tras una épica queja sobre sus deudas, sus acreedores y su tacaña madre, Marx añade:

“Admitirá que esto es un tremendo lío y que estoy hasta el cuello de porquería pequeñoburguesa…” Pero finalmente, para dar al asunto un sesgo tragicómico, hay además un mystère que le voy a revelar en très peu de mots. Sin embargo, me acaban de interrumpir y debo ayudar a cuidar de mi esposa. El resto, pues, en que también aparece usted, en la próxima».

En su siguiente carta ya había cambiado de opinión. «No le voy a escribir sobre elmystère, pues, coûte que coûte [cueste lo que cueste], iré a visitarle en cualquier caso a finales de abril. Debo desaparecer de aquí por una semana”.

¿Cuál era ese mystère si no la gestación de Lenchen? Los evasivos recursos al eufemismo en francés sin duda lo demuestran, ya que éste era su lenguaje habitual para referirse al embarazo. (Durante los embarazos de Jenny a menudo le decía a Engels que ella estaba en un état trop intéressant).

Related posts