Sergio Leone es una leyenda del western. Y lo es gracias a títulos como Hasta que llegó su hora (C’era una volta il West, 1968), una de las mejores películas del oeste jamás filmadas y uno de esos títulos que dejan huella en cada uno que los ve.
Su estilo visual es hipnótico y su guión refleja una historia de persecución y venganza que sigue siendo referencia para muchos cineastas de la actualidad. Y eso que han pasado ya más de cinco décadas desde su estreno. Pero es lo que tienen las mejores películas: nunca pasan de moda.
Así que aquí voy a tratar de explicar qué es lo que yo veo en Hasta que llegó su hora para considerarla una película imprescindible y, de paso, intentaré también reflejar cómo ha influido en otros directores y películas, desde su primera proyección hasta la actualidad.
Contexto y producción de Hasta que llegó su hora
Hasta que llegó su hora es el resultado de muchos elementos que, afortunadamente, formaron una receta casi perfecta. Obviamente, la clave está en la figura de Sergio Leone, que durante los años anteriores ya había dado un vuelco al género del oeste y se había convertido en el padre de los llamados Spaghetti Western.
La llamada trilogía del dólar comenzó cuatro años antes con Por un puñado de dólares (Per un pugno di dollari, 1964), siguió con La muerte tenía un precio (Per qualche dollaro in piu, 1965) y culminó con la maravillosa El bueno, el feo y el malo (Il buono, il brutto, il cattivo, 1966), y supuso toda una revolución, además de una presentación ideal de un estilo de dirección único y muy personal.
Después del gran éxito a nivel mundial de estas películas, sobre todo de la última, Leone se planteó rodar un western de carácter definitivo, que pudiera encapsular la esencia del género en una sola obra.
Para ello, contó con un reparto aún más ambicioso, que incluía estrellas plenamente consolidadas en Hollywood, como Henry Fonda, Jason Robards o Charles Bronson. Pero también atrajo a figuras de primer nivel de su propio país, como Claudia Cardinale, y a otros nombres con los que trabajó desde antes del rodaje.
Me refiero a sus co guionistas Dario Argento y Bernardo Bertolucci, y, sobre todo, a su colaborador de referencia, Ennio Morricone. Y así es cómo nació el proyecto que, posteriormente, terminó llamándose Hasta que llegó su hora. De hecho, su nombre en italiano y en inglés sí hace una mayor referencia al género, arrimándose a esta intención de Leone de hacer un western definitivo y colosal.
¿Cuál es el argumento de Hasta que llegó su hora?
Puede que muchos de los que lleguen aquí no conozcan de qué va la historia, por lo que prefiero hacer un pequeño resumen sin destripar nada relevante, para después seguir analizando los temas que aborda Leone.
Hasta que llegó su hora comienza con la llegada a Flagstone de un misterioso forastero (Charles Bronson) que toca la armónica. No se sabe qué busca, pero parece claro que quiere vengarse de un despiadado forajido llamado Frank (Henry Fonda). Poco a poco, se va desvelando que los vínculos entre ambos vienen de lejos.
A la vez, también se nos presenta a una hermosa viuda llamada Jill (Claudia Cardinale), que se ve inmersa en la codicia de un magnate del ferrocarril, que quiere apropiarse de sus tierras.
Por último, tenemos la figura de otro forajido llamado Cheyenne (Jason Robards), que se ve envuelto en el conflicto entre el forastero de la armónica y Frank, y al que también se le adivinan deseos de venganza.
Según avanza la película, las tensiones entre todos ellos aumentan y esto desemboca en un conjunto de luchas con las que cada uno de los personajes busca resolver sus conflictos, culminar sus deseos y obtener la redención final.
La maestría de Leone al tejer las historias
Leone entrelaza con maestría los relatos de estos complejos personajes y construye un tapiz narrativo que explora temas como el poder, la venganza y la fugacidad del sueño americano. Con cada giro argumental, Hasta que llegó su hora nos sumerge en un mundo en el que los límites morales se difuminan y la línea que separa al héroe del villano se vuelve cada vez más ambigua.
Esto es algo que empezaba a predominar en el cine que se hacía en Europa, y que resultaba muy interesante, casi morboso, para el espectador. Era, sin duda y en definitiva, el fin de aquellos argumentos norteamericanos en los que el bien y el mal estaban nítidamente definidos y los espectadores, al menos los cuerdos, sabían de qué lado ponerse en todo momento.
En esto, Leone, al igual que lo hicieron Louis Maille y Jules Dassin, en Ascensor para el cadalso (Ascenseur pour l’Echafaud, 1958) y Rififi (Du rififi chez les hommes, 1955), respectivamente o más claramente Jean-Pierre Melville con su Círculo rojo (Le cercle rouge, 1970), apuesta por un nuevo paradigma en el que los buenos pasan a ser los malos, en ambos sentidos.
Claro que, en lugar de entornos urbanos y escenarios locales, el italiano nos traslada a las vastas extensiones del oeste americano, mucho más impersonales y mucho más potentes a la hora de contrastar la grandeza y la brutalidad del paisaje con los conflictos internos de los personajes. De ahí que se guste tanto con los planos panorámicos y perfectamente compuestos, como con los primerísimos primeros planos y los planos detalle que va alternando sin complejos. Pero de esto hablaré un poco más adelante.
Los temas que trata Hasta que llegó su hora
Bajo la fachada de unos duros forajidos que lucen su destreza con las pistolas, Sergio Leone va mucho más allá, sobre todo para romper con las convenciones tradicionales del género.
El modo en el que Leone nos muestra el lejano oeste no es una tierra de oportunidades y posibilidades prácticamente ilimitadas. El oeste de las películas de Hollywood, a pesar de ser un escenario lleno de competencia y violencia, no dejaba de ser un terreno casi infinito en el que los sueños de éxito prevalecían sobre las pesadillas.
De hecho, aquí hay un sueño muy grande por construir, aunque las dificultades son las mayores que uno puede imaginar. Hasta en eso es ambicioso Leone, porque tanto el sueño como el obstáculo son supremos, y esto eleva el nivel de la película de un modo tan peligroso como satisfactorio.
Pero el sentimiento que sobrevuela constantemente la película, y que posteriormente ha dado tanto juego a otros directores, por las posibilidades que ofrece, es la venganza. De algún modo, nos dejamos seducir por el mal absoluto, pero también nos vemos atraídos por ese sentimiento que es tan venenoso como seductor.
Y, al sentirnos tan hipnotizados por el resto de recursos visuales de los que Leone se aprovecha en Hasta que llegó su hora, y de algún modo vernos identificados en esos personajes, también nos damos cuenta del poder transformador que tiene el oeste o cualquier escenario de dureza similar en la condición humana y las complejidades morales que nos definen a todos, aunque no seamos tan conscientes en nuestro día a día.
El estilo de Hasta que llegó su hora
Al igual que ya había hecho en su trilogía anterior, Leone vuelve a demostrar que tiene un estilo característico y que funciona a la perfección en términos visuales. Uno de los recursos favoritos de este director es el uso de los grandes angulares, que son ideales para captar la inmensidad del oeste y, a la vez, señalar la pequeñez de los personajes en ese entorno.
Esto es algo que lleva al espectador a sumergirse en una sensación de aislamiento, de indefensión y de insignificancia a la hora de exponer los deseos individuales ante el conjunto de la sociedad.
En contraste con esto, Leone emplea primeros planos para captar las emociones y los matices de sus personajes. Estos intensos planos, a menudo acompañados de miradas prolongadas y sutiles expresiones faciales, permiten al espectador adentrarse en el mundo interior de los personajes.
En Hasta que llegó su hora, esto le sirve a Leone para revelar la complejidad y profundidad de sus protagonistas, haciendo que sus luchas y motivaciones sean aún más palpables, pero también para aumentar la tensión y la intimidad entre los personajes durante los momentos cruciales, atrayendo al espectador hacia lo más profundo de la narración y poniéndolos al borde del sillón.
La inclinación de Leone por las tomas largas es otro aspecto notable de su estilo visual. Al permitir que las escenas se desarrollen en planos ininterrumpidos, crea una sensación de realismo y autenticidad. La larga duración de estas tomas sumerge al espectador en el drama e intensifica el impacto emocional de la narración. También muestra la meticulosa coreografía de los movimientos de los actores dentro del encuadre, añadiendo una capa de espectáculo visual a la narración.
La música y la fotografía en Hasta que llegó su hora
En Hasta que llegó su hora, los elementos visuales se ven reforzados por la magistral partitura musical compuesta por Ennio Morricone. La evocadora e inquietante música de Morricone se ha convertido en sinónimo de las películas de Leone, elevando la resonancia emocional y añadiendo profundidad a la experiencia cinematográfica.
La partitura combina a la perfección con el estilo visual de Leone, realzando la tensión, captando el espíritu de los personajes y evocando toda una gama de emociones. Desde el melancólico tema de la armónica hasta las elevadas composiciones orquestales, la música amplifica el impacto de los efectos visuales, creando una fusión perfecta de imagen y sonido.
La colaboración de Leone con su director de fotografía, Tonino Delli Colli, desempeñó un papel vital en la realización de su estilo visual distintivo. A través de un encuadre meticuloso, el uso de la iluminación natural y la atención al detalle, Delli Colli dio vida a la visión artística de Leone. Juntos, crearon un lenguaje visual que influiría en generaciones de cineastas y se convertiría en un sello distintivo de la obra de Leone.
En definitiva, el inconfundible estilo visual de Hasta que llegó su hora la convierte en una obra maestra del cine. La elección deliberada de Leone de planos gran angular, primeros planos íntimos y tomas largas, combinada con la evocadora partitura de Morricone, crea una experiencia envolvente y cautivadora. A través de estos elementos visuales, Leone no sólo realza la narración, sino que también transmite temas profundos, emociones y la inmensidad del oeste americano.
Recepción y crítica de Hasta que llegó su hora
Cuando la película se estrenó en 1968, las reacciones de la crítica fueron diversas. Mientras que algunos alabaron la visionaria dirección de Sergio Leone y los logros artísticos de la película, otros la consideraron demasiado poco convencional y desafiante. La elección poco convencional de Henry Fonda como el malvado Frank, en particular, llamó la atención y suscitó el debate entre el público y la crítica.
De todas maneras, Hasta que llegó su hora se ha ido ganando un nuevo aprecio con el paso de los años. Ha recibido elogios retrospectivos por sus logros artísticos y su contribución al género del oeste. Aunque la película no recibió grandes premios en el momento de su estreno, su legado ha sido reconocido a través de diversos galardones y honores que le han sido concedidos en años posteriores.
Además, las críticas contemporáneas y retrospectivas siguen destacando su brillantez. Los críticos especializados reconocen su audaz narrativa, sus impactantes recursos visuales y sus poderosas interpretaciones. También ayuda que el tratamiento de la venganza, la justicia y la transformación personal sean temas universales que traspasan las barreras geográficas e incluso temporales, por lo que siguen resultando de interés y relevancia hoy en día.
La influencia de Hasta que llegó su hora en el cine contemporáneo
Hasta que llegó su hora ocupa un lugar destacado en los anales del cine, con un profundo impacto en el género del western. Su innovadora narrativa, su grandiosidad visual y sus complejos personajes han dejado una huella indeleble en cineastas y películas posteriores, y han consolidado su estatus de obra maestra atemporal.
La influencia de la película en el género del oeste es innegable. El enfoque revisionista de Leone, caracterizado por personajes moralmente ambiguos, un realismo descarnado y una deconstrucción del mítico salvaje oeste, desafió los tropos tradicionales del western. Hasta que llegó su hora abrió el camino a una nueva ola de películas del oeste que adoptaron un estilo narrativo más introspectivo y psicológicamente complejo.
El estilo visual y la fotografía de la película también han tenido un impacto duradero. El magistral uso de Sergio Leone del gran angular, los primeros planos y las tomas largas, combinado con los extensos paisajes del oeste americano, creó un lenguaje visual que ha sido emulado y celebrado por cineastas posteriores.
Además, Hasta que llegó su hora elevó el papel de la música en el cine. La icónica partitura de Ennio Morricone, con sus inquietantes melodías y composiciones atmosféricas, se convirtió en inseparable de la identidad de la película. El éxito de la banda sonora no sólo consolidó la reputación de Morricone como compositor legendario, sino que también demostró el poder de la música para mejorar la narración y evocar emociones a un nivel profundo.
El legado de Hasta que llegó su hora puede verse en las obras de muchos cineastas contemporáneos que se han inspirado en el estilo visual, la estructura narrativa y la exploración temática de Leone. Directores como Quentin Tarantino, Martin Scorsese y los hermanos Coen han citado Hasta que llegó su hora como una influencia significativa en sus propias películas, rindiendo homenaje a sus técnicas narrativas y a su subversión del género. Un ejemplo destacado es el cine del mismo Tarantino, que ha tomado prestada la estética y la composición visual de Leone en algunas de sus películas, como Kill Bill y Django desencadenado.
También Clint Eastwood ha reconocido la influencia de Leone en su trabajo. Sus películas, como Sin perdón y El jinete pálido, comparten elementos de esa narración cruda y personajes complejos que desafían los estereotipos del género.
En definitiva, creo que Hasta que llegó su hora es por méritos propios una de las películas de referencia a la hora de hablar del género western y, también, como una de las películas que más influyó en el cine de los años siguientes, no solo en su género, sino en otros muchos. Lo mejor de todo es que, como sucede con las mejores obras de arte, ha sido capaz de permanecer en el tiempo sin envejecer, consolidándose como una película atemporal y reconocible por distintas generaciones de espectadores.
De hecho, si estamos aquí tratando sobre Hasta que llegó su hora es porque todavía sigue siendo una obra influyente y su estatus como película de culto va en aumento, ya que las nuevas generaciones de cinéfilos que se asoman a ella descubren todo un mundo en el que adentrarse, muy alejado del cine de montaje frenético actual, pero igualmente contundente e impactante en términos visuales y narrativos.
Espero que este texto os haya gustado y os haya descubierto cosas nuevas sobre esta película. También espero que, si no habéis visto aún Hasta que llegó su hora, os animéis a hacerlo. Y en caso de que la tengáis vista, me encantaría leer vuestras opiniones al respecto, tanto aquí como en mi cuenta de Twitter, donde normalmente comparto contenido como éste y otros muchos recursos relacionados con el mundo del cine y las series de televisión.
