Hannie Caulder (1971), de Burt Kennedy

Los hermanos Clemens, Frank, Emmett y Rufus, atracan un banco, y luego asaltan y reducen a cenizas un rancho, asesinando a su dueño y violando salvajemente a la esposa, Hannie Caulder. La tomará bajo su protección el cazador de recompensas Thomas Luther Price, que la adiestra en México en el uso de las armas, mientras comienza a sentirse atraída por ella. Pero a Hannie la reconcome sobre todo el deseo de vengarse de los tres asesinos que la humillaron.

El especialista en westerns en la pequeña y en la gran pantalla Burt Kennedy, que tiene en su haber títulos como Ladrones de trenes, Látigo o Ataque al carro blindado, filmó su cinta en Almería, que entre otras rarezas muestra el océano y la playa en algunas de sus escenas, algo poco corriente en el género. Se adscribe claramente a la variante del spaghetti por su amplio scope, la sangre y los aires exagerados en los villanos, con el uso del ralentí en algunos de sus enfrentamientos, y la banda sonora de Ken Thorne, que recuerda a las de Morricone. No faltan algunas frases de aire solemne y rotundo, y tienen fuerza los duelos, sobre todo los tres de Hannie con los forajidos.

El protagonismo es para la explosiva Raquel Welch,que pone el resto en su papel de mujer sexy y dura a la vez, marcada por su personal trauma. En ese contexto son claramente más secundarios Robert Culp, el cazarrecompensas, y los gañanes hermanos, auténticos sádicos, a los que dan vida Ernest Borgnine, Jack Elam y Strother Martin. Aún con menos presencia, pero que conviene citar porque son personajes ilustres, podemos ver en la pantalla a Christopher Lee, Stephen Boyd, y al mismísimo guitarrista Paco de Lucía.