Todos de oro: los carruajes más lujosos en la historia de la realeza

En la antigüedad no existían los coches lujosos y los royals se trasladaban en carruajes de oro, los cuales hoy forman parte de su patrimonio. En la Edad Media era común ver a los monarcas o la aristocracia en estos vehículos de tracción animal, los cuales están decorados de una manera muy excesiva y con materiales pesados.

Los carruajes están casi extinguidos, pero algunos monarcas suelen utilizarlos en momentos importantes como una coronación o un casamiento, tal como ocurrió con Lady Di, Máxima de los Países Bajos o Kate Middleton cuando contrajeron matrimonio. También se pueden encontrar en museos como una pieza que forma parte de sus dinastías.

La Gold State Coach de la reina Isabel II

La monarca británica tiene el carruaje más caro y lujoso de todos llamado Gold State Coach, de ocho caballos y encargado en el año 1760 por el entonces rey Jorge III. Fue construido durante dos años en los talleres londinenses de Samuel Butler a un precio que hoy sería de más de $2 millones de libras esterlinas y se encuentra expuesto en el Palacio de Buckingham.

Se utilizó para la coronación de todos los monarcas británicos desde Jorge IV, pero muchos de ellos se quejaron de su incomodidad. La reina Victoria lo criticó por ser muy "angosto"; Jorge VI dijo que fue el peor paseo de su vida; y la reina Isabel II lo tildó de "una comodidad horrible", motivo por el que no lo utilizó en su Jubileo de Diamante.

El carruaje de coronación de Catalina la Grande

Pedro III de Rusia mandó a hacer un carruaje para su coronación, de la cual formó parte su esposa, Catalina II de Rusia, y fue un pedido puntualmente para que se luciera ella. El Imperio de Rusia se caracterizó por derrochar lujos, por lo cual no sorprende este impresionante vehículo fabricado en Francia de madera envuelta en oro y paneles pintados de estilo rococó.

Máxima de los Países Bajos y el impresionante carruaje de los Orange Nassau

Máxima y Guillermo se casaron en el año 2002 y ambos llegaron a la iglesia de Ámsterdam en un carruaje impresionante saludando desde su interior: está fabricado de madera de teca, cubierto de hojas de oro y decorado con pinturas de Nicolaas van der Waay. Fue un regalo para la reina Wilhelmina en 1898 y la idea fue de los hermanos Spijker, sueños de una automotriz.

¿Qué te parecen los carruajes de las realezas?