Siete historias legendarias de Greg Maddux

Siete historias legendarias de Greg Maddux

14 de abril de 2020

Feliz cumpleaños 54, Greg Maddux. Brindemos por quien posiblemente sea la figura más interesante en la historia de las Grandes Ligas.

Es extraña la manera en que algunas veces la gente se confunde con Maddux. Como su forma de lanzar se basaba en la localización y el movimiento de sus pitcheos, más que en la velocidad, la gente cree que sobrepasó las expectativas.

Maddux no sobrepasó nada. Lanzó 23 temporadas y ganó 355 juegos y cuatro Premios Cy Young porque tenía un inmenso talento físico, y su aptitud para aprender de pitcheo era extraordinaria.

Si usted cubrió el mundo de las Mayores por suficiente tiempo, con seguridad tiene un montón de historias sobre Maddux. Eso es porque cualquiera que haya jugado con él, lo haya dirigido o conocido tiene al menos un par.

Éstas son mis siete favoritas:

1) Está viendo la práctica de bateo

El otrora manager de los Astros, Jimy Williams, me llamó mientras bateaba rodados durante la práctica de bateo antes de un juego en la temporada 2003.

“Cuando puedas, voltea hacia el otro dugout y dime qué te llama la atención”, dijo.

Sentado allí en el dugout de visitantes del Minute Maid Park estaba el lanzador abridor de aquella noche, Greg Maddux, viendo atentamente la práctica de bateo de los Astros.

Eso es algo que no pasa casi nunca. Pero Maddux, quien siempre estaba buscando esa ventaja adicional, la que fuese, estaba enfocado en cómo y hacia dónde le estaban dando a la bola los Astros y viendo quién se sentía cómodo y quién no.

Volteé a ver a Jimmy Williams y sonreí.

“Por algo va a terminar en el Salón de la Fama”, dijo Williams.

2) Pareciera recordar todos los pitcheos que había hecho

Maddux tuvo un par de breves pasantías con los Dodgers, una en el 2006 y otra en el 2008. Durante una de esas, los Dodgers pasaron los datos recolectados sobre todos los pitcheos de cada lanzador en cada juego, hasta ese momento guardados en hojas de papel, a una base de datos.

Un día, Maddux se le acercó a un directivo de los Dodgers y le mostró una página impresa con sus datos de cada partido.

“Me parece que hay algo que no está correcto”, le dijo.

Ned Colletti, quien para entonces era el gerente general de los Dodgers, cuenta que Maddux empezó a apuntar con el dedo sobre la hoja, bajando a medida que repasaba miles de pitcheos, hasta que llegó a un envío en particular que había hecho años atrás.

“Éste que está aquí”, le dijo. “Dice que le tiré una recta a (Tony) Gwynn. Estoy casi seguro de que fue un cambio”.

Como dijo Jimy Williams, por algo el hombre ganó 355 juegos.

3) ¿Han revisado la lista de los lanzadores con más ganados en la historia?

Maddux, de 42 años, no tenía pautado hacer otra apertura en el 2008 mientras los Dodgers se preparaban para la postemporada. Pero después de lo que se suponía había sido la última salida de Maddux, éste se le acercó al coach de pitcheo Rick Honeycutt para pedirle una apertura más.

Maddux no dijo por qué quería lanzar otra vez, y nadie se lo preguntó. Pero un día, un miembro de la directiva entró a una reunión de los instructores y dijo, “Creo que sé por qué quiere lanzar. ¿Revisaron la lista de ganados de todos los tiempos?”.

Maddux y Roger Clemens estaban empatados con 354 victorias para ese momento. En el juego 161 de la campaña, en la 740ta y última apertura de su carrera, Maddux permitió una sola carrera en seis innings y ganó su partido 355.

4) Quizás vamos a tener que llamar una ambulancia

Ésta se ha convertido en una de las historias clásicas de Maddux, aunque no está claro si fue cuando lanzaba con los Bravos o con los Cachorros en aquel momento. Cuenta la historia que Maddux vio un par de swings del infielder José Hernández y luego notó que el puertorriqueño había hecho un ajuste en su forma de pararse.

“Quizás tengamos que pedir una ambulancia para el coach de primera”, advirtió Maddux.

Ante el siguiente pitcheo, Hernández bateó un foul que le pegó en el pecho a John Shelby, el coach de primera de los Dodgers.

El también miembro del Salón de la Fama, John Smoltz, dijo que hubo una temporada en la que Maddux, sentado en el dugout, dijo en cuatro ocasiones distintas: “Ése va a batear un foul hacia acá”. En tres oportunidades, el bateador hizo exactamente eso.

5) No dejen que se acerque a tu carro alquilado

Maddux, un conocido aficionado a las bromas, solía salir manejando del estacionamiento de la compañía de alquiler de carros siguiendo a un compañero, al que luego se le acercaba cuidadosamente en una luz roja, donde procedía a chocar suavemente al otro carro una, dos, tres veces, y así hasta que la luz finalmente cambiaba.

“Una vez le tumbó el parachoques a otro auto”, le dijo Smoltz a Dan Patrick en el 2017.

Oh, y era un gran error decirle a Maddux que le ibas a dar un aventón en tu carro alquilado.

“Te llenaba el carro de jugo de tabaco”, dijo Smoltz.

6) Globito a la tercera base

Bobby Cox, el legendario manager y miembro de Cooperstown, una vez fue hasta el montículo para sugerirle a Maddux que diera un boleto intencional. De acuerdo con Cox, Maddux repasó cuáles eran los tres próximos pitcheos que iba a lanzar, y luego le dijo, “y con el último, me va a dar un globito de foul por tercera”.

Ya se imaginan qué pasó después.

7) Todo estaba calculado

Sólo después del retiro es que Maddux se convirtió en un buen entrevistado. Antes de eso, solía decir muy poco, generalmente frases entrecortadas e ideas incompletas.

Sin embargo, desde su retiro sus entrevistas son brillantes, llenas de comentarios perspicaces, humor y pensamientos desarrollados. Antes de ser exaltado al Salón de la Fama, ofreció un consejo que cualquier lanzador joven debería memorizarse.

“En la secundaria”, dijo Maddux, “aprendí que el movimiento era más importante que la velocidad, que la localización era más importante que la velocidad y que la habilidad de cambiar velocidades era más importante que la velocidad”.

“Para que te seleccionen en el Draft, tienes que tener velocidad, pero para llegar hasta aquí tienes que ser capaz de colocar tu recta donde quieras y cambiar velocidades. Si puedes hacer eso, y además hacerlo con movimiento, es como un bono adicional”.

Como dijo Smoltz, “créanme, todo lo que él hacía estaba calculado. Calculado hasta el más pequeño detalle. No hay nadie más detallista, sea jugando golf o cartas, lo que sea”.