El durísimo internado escocés donde estudió el príncipe Carlos abrirá una escuela en el extranjero

Felipe de Edimburgo estudió en Gordonstoun, y pensó que sus estrictas normas y su vida espartana prepararían a su hijo para ser el futuro rey de Inglaterra.

Gordonstoun.

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El estricto internado escocés donde estudió el príncipe Carlos abrirá un campus en China en 2022 y la intención de los responsables de Gordonstoun es que el país asiático no sea un punto aislado dentro de su plan de expansión. Lo han contado la directora de la institución, Lisa Kerr, al diario británico The Telegraph y aunque no ha desvelado cuál será su ubicación exacta ha dicho que estará en una zona con acceso a espacios verdes y al mar, “características clave de una educación Gordonstoun”.

Cree que un campus en China es el “paso lógico” para una escuela que durante décadas ha atraído a estudiantes de todo el mundo -un tercio de sus 500 estudiantes de 5 a 18 años son de origen internacional y la escuela tiene una gran demanda por parte de familias chinas- por su “espíritu educativo único”. Esa manera tan característica de Gordonstoun puede encajar con la educación china, considera la directora que evita pronunciarse sobre si la reputación de unas normas muy severas podría ser atractiva para las familias chinas. “Es el momento para compartir nuestro enfoque con China y ofrecer lo mejor de la educación china con elementos clave del enfoque único de Gordonstoun, que dota a los estudiantes de las habilidades para el mundo empresarial moderno y les enseña la importancia de ser un miembro activo de la comunidad”, argumenta Kerr.

Un lugar donde el príncipe Carlos no fue, sin embargo, especialmente feliz. Su padre, el príncipe Felipe, había estudiado allí y consideró que sus maneras estrictas y espartanas convertirían a un príncipe Carlos sensible, interesado por la literatura y las artes, en alguien más duro y preparado para la tarea que tendía encomendada en su vida adulta: ser rey de Inglaterra. Con el duque de Edimburgo voló en 1962 desde Londres a Escocia el príncipe Carlos para quedarse en Gordonstoun, un centro que creía que los retos físicos construían el carácter de sus alumnos obligados a vestir pantalón corto todo el año, a tener las ventanas abiertas en los meses fríos de invierto, a correr bajo la lluvia si era necesario por las mañanas antes de desayunar y a darse baños de agua helada.

El príncipe Carlos, en sus primeros días como estudiante en Gordonstoun.

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The Crown retrató cómo fueron los años del príncipe en el internado escocés empecinado en que un durísimo trabajo físico haría de los alumnos mejores estudiantes y personas. A Isabel II le disgustó tanto el dibujo que se hizo del internado, de cómo los compañeros del príncipe le maltrataron y de un duque de Edimburgo muy poco empático por querer enviar allí a su hijo sabiendo de primera mano lo que ocurría en Gordonstoun, que dejó de ver la serie sobre los avatares de la corona británica y su reinado. Afirmó, publicaron distintos medios británcos, que todo aquello siemplemente no ocurrió y que el internado había suavizado mucho sus normas cuando llegó el príncipe Carlos.

La reina Isabel con el príncipe Carlos en una visita a Gordonstoun en 1967.

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El propio Carlos quitó hierro a las tremendas situaciones por las que, según se ha contado, tuvo que pasar: desde burlas, a insultos, e incluso una paliza por parte de sus compañeros durante un partido de rugby… Fue en un discurso en la Cámara de los Lores en 1975, ocho años después de haber dejado Gordonstoun. Dijo que siempre le sorprendía la cantidad de “bobadas que se dicen” sobre el internado. “Solo fue dura en el sentido de que demandaba más de ti como individuo que otras escuelas, tanto en lo mental como en lo físico. Tengo suerte de creer que me enseñó grandes cosas sobre mí mismo, de lo que soy capaz e incapaz de hacer. Me enseñó a aceptar retos y tomar la iniciativa: “De qué otro modo creen que sería lo suficientemente valiente como para estar ante sus señorías ahora”.

En una entrevista en The Observer y recordada por The Telegraph confesó que no disfrutó de la escuela tanto como podría haber hecho porque “soy más feliz en casa que en cualquier otro sitio”. Era en casa donde la reina madre quería que siguiera estudiando el príncipe Carlos que insistió en que se quedara en Eton College, el prestigioso internado cerca del castillo de Windsor. Era “ideal para alguien con su carácter y su temperamento”, trató de convencer a la reina Isabel por carta. En Eton estudiaron Guillermo y Harry.