Incógnita sideral

La historia de Gordon Cooper, el astronauta que encontró un tesoro en el espacio (y guardó el secreto durante 40 años)

Gordon Cooper fue uno de los primeros astronautas enviados por la NASA para explorar el espacio y, a medio plazo, pisar la Luna antes que los rusos. En su misión, encontró un tesoro que guardó durante 40 años –hasta que se lo confesó al cazatesoros Darrell Miklos–. Hoy ya sabemos cuál es esta reliquia.
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Encyclopaedia Britannica via Getty Images

Ser astronauta es una profesión bastante única e impresionante de primeras. Uno de los primeros que viajaron al espacio, Gordon Cooper, fue además responsable de encontrar en el espacio un tesoro durante una de sus misiones, reliquia que hoy hemos conocido.

Gordon Cooper fue uno de los primeros hombres en salir de la Tierra para explorar el espacio. Formó parte de los llamados Mercury 7, el primer grupo de astronautas entrenados por la NASA con el objetivo de mandar al hombre a la Luna antes de que los rusos les tomaran la delantera (de nuevo).

Durante su viaje en el Faith 7 en el año 1963, la misión de Cooper era la de buscar posibles ubicaciones para llevar a cabo lanzamientos de misiles nucleares, la cual desempeñó durante sus 22 vueltas alrededor de la Tierra –un récord histórico entonces–. Cooper hizo fotos durante el viaje para registrar todos los datos que le habían pedido, gracias a las cuales pudo encontrar objetos no identificables, registrados por su equipo de una manera peculiar.

Gracias a su entrenamiento y formación, Cooper supo que estas lecturas extraordinarias correspondían a objetos metálicos que probablemente se encontraban debajo del agua. Lo raramente particular es que estos objetos parecían encontrarse dentro de la misma ruta que seguían los comerciantes españoles, por lo que no tardó mucho en llegar a la conclusión de que, en realidad, esos objetos extraños eran parte de un tesoro perdido y oculto bajo el agua durante años.

Después de finalizar su misión y aterrizar en el Pacífico, Cooper decidió guardar el secreto de lo que había descubierto: no comentó absolutamente nada ni a la NASA ni a las autoridades. En su lugar, se dedicó a tomar apuntes y a crear un mapa mientras todavía se encontraba dentro de su cápsula para no olvidar ningún detalle.

Lo que este astronauta descubrió en los años 60 permaneció en secreto durante 40 años. Justo antes de morir, en el año 2004, Cooper le confesó su secreto al cazatesoros Darrell Miklos, quien era amigo del viajero espacial y pasó gran parte de su carrera trabajando junto a su hermana para recuperar piezas de antiguos cohetes espaciales perdidas en el mar.

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Miklos, quien estaba a punto de llevar a cabo una serie de televisión con Discovery Channel y la productora de Steven Spielberg, sobre el trabajo y los descubrimientos más importantes de los cazatesoros, decidió investigar el hallazgo de Cooper.

Antes de comenzar a investigar lo narrado por Gordon Cooper, Miklos consultó primero a los expertos de la NASA que trabajaron con Cooper en su momento, los cuales le confirmaron que la vista del astronauta era perfecta, por lo que definitivamente pudo haber visto algo mientras su cápsula bajaba a la Tierra. Este motivo fue suficiente para que le dejaran usar el mapa de Cooper para descubrir si dicho tesoro existía de verdad.

El equipo investigó este caso durante la retransmisión de un programa de Discovery Channel en 2018 en el que esperaban encontrar un barco hundido que escondiera el tesoro que Cooper pensaba haber descubierto. Obviamente, el equipo no encontró tesoro –ellos creían que iban a descubrir un barco como el que descubren los niños en 'The Goonies': lleno de oro y joyas), pero en cambio encontraron algunas monedas de oro, cañones y un barco inglés de los tiempos de Sir Francis Drake (1500).

Miles de personas se obsesionaron con la historia del astronauta –quien nunca estuvo totalmente seguro de que lo que vio fuera un tesoro–. El programa investigó 11 zonas en las que Cooper pensaba que había antiguos barcos hundidos y, aunque no encontraron mucho, sí lograron recuperar algunas reliquias. Cooper nunca supo la verdad: en realidad, sí encontró un tesoro.

Aunque no sabemos hasta qué punto la narración de Miklos es cierta, también dice que hay restos de lo que podría ser una nave alienígena. ¿Lo sabremos en otros 40 años?

* Artículo originalmente publicado en GQ México.

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