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Historia de un militar
Ganó un Oscar al mejor secundario por "La leyenda del indomable" y se le recuerda por películas de desastres como "Aeropuerto" y "Terremoto", así como por encarnar al capitán Ed Hocken, jefe de Leslie Nielsen en "Agárralo como puedas". El actor estadounidense George Kennedy falleció el 28 de febrero de 2016 a los 91 años en su residencia de Boise (Idaho).
Con más de 200 papeles a sus espaldas, su rostro es bastante popular entre los aficionados al cine y la televisión, reconocible incluso por aquellos que no recuerdan su nombre. Ideal para interpretar a tipos duros (casi siempre policías y militares de uniforme), George Kennedy fue uno de los actores más respetados y queridos por sus compañeros de Hollywood.
Nacido el 25 de febrero de 1925, el neoyorquino George Harris Kennedy, Jr. proviene de una familia del mundo del espectáculo, así que a los dos años ya aparecía en un montaje teatral. Su padre, el pianista George Harris Kennedy Sr., falleció cuando sólo tenía cuatro años, por lo que fue criado por su madre, Helen A., de profesión bailarina. A los 7 años, pinchaba discos en una emisora de radio de su ciudad natal.
George Kennedy tenía vocación militar por lo que durante la II Guerra Mundial se alistó en el ejército. Participó en diversos combates y acabó destinado al primer servicio de información castrense de los Estados Unidos. Al término del conflicto pensaba continuar en los cuarteles para siempre, pero tras 16 años como soldado sufrió una lesión en la espalda que le hizo replantearse su vida, y decidió volver al ámbito de la actuación.
Debutó en 1956 interpretando precisamente a un militar, en numerosos episodios de The Phil Silvers Show, telecomedia también conocida como Sgt. Bilko. Durante un lustro interpretó muchos papeles de una frase en numerosas series. En cine debutó como figurante, como uno de los gladiadores rebeldes que apoyan al protagonista en la mítica Espartaco, de Stanley Kubrick. Su carrera dio un giro cuando interpretó al duro terrateniente Nathan Dillon en Una razón para vivir, drama al servicio de la estrella del pop Jimmie Rodgers.
Desde ese momento, George Kennedy comienza a encarnar a personajes de mayor entidad. Empezó a llamar la atención como el sheriff corrupto que le hace la vida imposible a Kirk Douglas en el estupendo western moderno Los valientes andan solos. Fue también Herman Scobie, veterano de guerra con un garfio en lugar de mano, que fue uno de los compinches del marido fallecido de Audrey Hepburn, en la inolvidable Charada.
Trabajador infatigable, George Kennedy era capaz de rodar al año numerosos episodios televisivos y varias películas, entre las que destacan Canción de cuna para un cadáver, Primera victoria, El vuelo del Fénix (1965), El valle de la violencia o Los cuatro hijos de Katie Elder. Fue también uno de los oficiales que le encargan a Lee Marvin una misión suicida en Doce del patíbulo.
El personaje más destacado de George Kennedy sería Dragline, enorme matón de la prisión a la que va a parar Luke (Paul Newman) en La leyenda del indomable, icónico drama carcelario de Stuart Rosenberg. "Aquí no tienes nombre hasta que Dragline te ponga uno", le decían al protagonista, que acaba a golpes con él y se gana su respeto impresionándole con su tenacidad, pues Luke no abandona la pelea por mucho que le atice. En la memoria de los cinéfilos permanecen secuencias inolvidables como aquélla en la que Luke intenta ingerir un gran número de huevos.
-Luke, ¿por qué has dicho 50? –le decía George Kennedy a Paul Newman–. Podrías haber dicho 35 ó 39...
–Me ha parecido un número más redondo.
Demostró tal química con Newman que no resulta extraño que George Kennedy se llevara ese año el Oscar al mejor secundario (más sorprendente resulta que Newman, también nominado, tuviera que esperar dos décadas para llevarse la estatuilla a casa, por El color del dinero).
"Lo maravilloso de aquella cinta", recordaba Kennedy en una entrevista, "es que según avanzaba mi personaje, yo pasaba de ser el malo al bueno".
Desde entonces, George Kennedy pasó a ser un secundario de auténtico lujo. Además de intervenir en las exitosas Muerte en el Nilo, La soga de la horca, Horizontes perdidos (1973), y Bolero, acompañó a Clint Eastwood en dos titulos, Un botín de 500.000 dólares y Licencia para matar. Fue también uno de los rostros del cine catastrofista setentero, pues además de intervenir en Terremoto, interpretó al capitán Joe Patroni, jefe de mecánicos y solucionador de problemas de la compañía aérea en Aeropuerto. Su personaje fue el único que reapareció en las secuelas: Aeropuerto 75, Aeropuerto 77 y Aeropuerto 79.
A finales de los 80 se incorporó al casting fijo de la serie Dallas, donde interpretaba al magnate Carter McKay. Numerosos jóvenes y palomiteros modernos conocen a George Kennedy sobre todo porque fue el capitán Ed Hocken, jefe de Leslie Nielsen en Agárralo como puedas y sus secuelas.
Divorciado de Dorothy Gillooly, George Kennedy tuvo dos hijos con Norma Wurman, de la que se divorció dos veces. Finalmente se unió a Joan McCarthy, con la que vive en Boise (una ciudad de Idaho). El episodio más duro de su vida fue el encarcelamiento de su hija, Shaunna, episodio que le hizo adoptar a Taylor, su pequeña nieta.
Autor de tres libros (dos novelas y una autobiografía), George Kennedy no fue de los que se jubilaban fácilmente, pues siguió en activo hasta el final de sus días.