¿Por qué esta mujer pellizca el pezón de la otra?
Exploramos el significado de la pintura ‘Gabrielle d’Estrées y una de sus hermanas’, atribuida a la Escuela de Fontainebleau.
En el Museo del Louvre, en París, se encuentra una de las pinturas eróticas más famosas en la historia del arte. Se titula Gabrielle d’Estrées y una de sus hermanas (hacia 1594). Su autor se desconoce, por ello se le atribuye a la Escuela de Fontainebleau.
La pintura representa a Gabrielle d’Estrées y su hermana, la duquesa de Villars (aunque tampoco hay certezas de que se trate de ellas). Ambas se encuentran desnudas de cintura para arriba mientras juegan en una bañera de seda. Lo curioso de esta escena es el detalle donde la duquesa de Villars (izquierda) le pellizca el pezón a Gabrielle d’Estrées (derecha).
¿Por qué esta mujer pellizca el pezón de la otra?
La escena transcurre en una especie de escenario y el espectador se sitúa como un vouyerista que no puede evitar que su mirada se dirija a ese gesto erótico. ¿Por qué una hermana pellizcaría el pezón de la otra?
La interpretación más aceptada es la siguiente: el pellizco que su hermana le da a Gabrielle d’Estrées simboliza que ésta se encuentra embarazada del rey francés Enrique IV, de quien era amante. Con él, Gabrielle tuvo a tres hijos bastardos, que darían origen a la Casa Borbón-Vendôme.
También lee: The Crying Boy, las pinturas malditas que causaron incendios y otras desgracias en Inglaterra
Título original: Gabrielle d’Estrées et une de ses sœurs.
Título original: Gabrielle d’Estrées et une de ses sœurs.
Gabrielle sostiene entre sus manos el anillo de coronación del rey. Algunas teorías afirman que esta pieza representaba el deseo del rey de oficializar su romance con Gabrielle d’Estrées.
El Museo del Louvre dice respecto al significado de esta pintura:
“La forma extrañamente afectuosa en que la hermana pellizca el pecho derecho de Gabrielle d’Estrées se ha interpretado a menudo como un símbolo del embarazo de ésta con el hijo ilegítimo de Enrique IV. Esta interpretación parece confirmada por la escena de la joven cosiendo -quizás preparando una canastilla para el niño que viene- en el fondo”.
Al fondo, podemos ver a una mujer cosiendo lo que podría ser ropa de bebé. Sobre la chimenea, hay una pintura erótica que simbolizaría el romance entre Gabrielle y el Rey. Resulta curioso el detalle de que las tres mujeres utilizan su mano izquierda para pellizcar, portar el anillo y coser.
También lee: ¿Jesús se maquillaba? Ésta es la razón detrás del delineado de ojos en algunas pinturas bizantinas
Por otro lado, en especial a partir del siglo XX, la pintura se ha tomado como simple y sencillamente una escena lésbica. Sin embargo, ya desde mucho tiempo atrás, la pieza causó rechazo en algunas personas. En el siglo XIX, por ejemplo, un funcionario del museo del Louvre tapó el cuadro con una sábana por considerarlo “lascivo”.
Gabrielle d’Estrées (1573 – 1599)
Quién fue Gabrielle d’Estrées
Gabrielle d’Estrées (1573 – 1599)
Gabrielle d’Estrées, duquesa de Beaufort y Verneuil, marquesa de Monceaux (1573 – 1599) fue amante, confidente y consejera de Enrique IV de Francia.
Convenció a Enrique de que renunciara al protestantismo en favor del catolicismo en 1593. Más tarde, instó a los católicos franceses a aceptar el Edicto de Nantes, que concedía ciertos derechos a los protestantes.
En marzo de 1596, Enrique regaló a Gabrielle y a su hermana Catalina un juego de llaves de oro que les otorgaba puestos en su consejo. Este regalo agradó tanto a Gabrielle que empezó a llevar las llaves pequeñas en una cadena alrededor del cuello.
El rey no podía casarse con ella porque ya estaba casado con Margarita de Valois. Aun así, reconoció a Gabrielle como la madre de tres de sus hijos y como “el sujeto más digno de nuestra amistad”.
También lee: 10 datos que debes conocer sobre la Capilla Sixtina
Se dice que el anillo que sostiene Gabrielle en la pintura es el anillo de coronación de Enrique, que supuestamente éste le dio como muestra de su amor poco antes de que Gabrielle muriera envenenada.
El rey se vistió de negro en señal de luto, algo que no había hecho ningún otro monarca francés, lo que nos muestra el profundo amor que sentía por Gabrielle.
Enrique IV mandó hacer un funeral de reina para su amante; su féretro se transportó en medio de una procesión de príncipes, princesas y nobles a la iglesia de Saint-Germain-l’Auxerrois en París, para una misa final.
TAMBIÉN LEE:
Frida Kahlo: La artista que convirtió el dolor en arte
Encuentran arte rupestre que muestra a extraños seres con cabezas gigantes en Tanzania
Padre recrea pinturas famosas con su pequeña hija, Minions y Baby Yoda
