Biografia de Gabriele D'Annunzio

Gabriele D'Annunzio

(Pescara, 1863 - Gardone, 1938) Escritor italiano de extraordinaria precocidad y vida extravagante, clasificado por los cr�ticos dentro del decadentismo y cuyas obras ocuparon un lugar central en la literatura de su pa�s.

Gracias a la colaboraci�n de su padre public� a los diecis�is a�os sus primeras poes�as, Primo vere (1879), con el seud�nimo de Floro Bruzio. Alumno brillante pero indisciplinado, no termin� los estudios universitarios que empez� en Roma en 1881. Comenz�, en cambio, una intensa vida social y literaria: la frecuentaci�n de salones y damas, las tumultuosas relaciones amorosas y los beneficiosos contactos intelectuales construyeron ese "vivir inimitable", en palabras del propio protagonista, que se prolong� hasta su muerte.


Gabriele D'Annunzio

Su matrimonio con la duquesa Maria di Gallese, los amores exhibicionistas, las huidas de los acreedores, el vuelo sobre Viena, la "beffa di Buccari" (un episodio de hero�smo b�lico) o la reconquista del Fiume construyeron una existencia de esc�ndalos y proezas. No menos aparatosa resulta su biograf�a literaria. Si a los diecis�is a�os hab�a sido recibido por el cr�tico Giuseppe Chiarini como "el nuevo poeta de Italia", por igual de clamorosas serían las cr�ticas y debates que provocaron sus obras posteriores.

Sin embargo, debajo de la incre�ble rapidez de su escritura, de las libertades barrocas y de la habilidosa capacidad de capturar todas las tendencias modernas, hay una sutil repetici�n de modelos y numerosas acusaciones de plagio que llevaron a Mario Praz a definirlo como "una monumental enciclopedia del decadentismo europeo".

Su producci�n suele agruparse en poes�a, narraci�n y teatro, aunque tambi�n escribi� diversas obras en prosa: discursos, memorias, guiones de cine y cartas que forman parte de su obra completa. Su poes�a revela el influjo inicial de Giosue Carducci, que se aten�a en Canto novo (1882) y se expande hacia el horizonte l�rico de la tradici�n italiana en Intermezzo di rime (1883 y 1894) y Poema paradis�aco (1893).

Este ciclo juvenil, deudor de los parnasianistas franceses, de los prerrafaelistas ingleses y de los poetas italianos de los siglos XV y XVI, evoluciona en una segunda etapa, de irresistible vitalidad, hacia el tema del superhombre de Nietzsche y los mitos griegos. Entre 1896 y 1903 desarroll� el ciclo de los Laudi, dividido en tres libros, que public� como Laudes del cielo, del mar, de la tierra y de los h�roes (1903), al que se a�adi� despu�s un cuarto volumen: Merope (1912).

En el segundo de estos libros se encuentra Alcyone, considerada su obra maestra. Esta suerte de "tregua" de la ascenci�n del h�roe es una inmersi�n en la sensualidad alegre y c�lida del verano, hecha solamente de sensaciones y de atm�sfera. La falta de construcci�n, de n�cleo l�gico, la han convertido en una de las cumbres de la poes�a "decadente" y en una anticipaci�n del lenguaje de las vanguardias.

Despu�s de los primeros relatos de Terra Vergine (1882), recogidos en Novelle della Pescara (1902), D'Annunzio public� El placer (1889), novela con la que inaugur� su ciclo de relatos crepusculares y kitsch, extra�os repertorios de amores perfumados y exageraciones de la sensualidad burguesa. A El inocente (1892), llevada al cine por Luchino Visconti, y El triunfo de la muerte (1894), publicadas con tanto �xito como esc�ndalo, le siguieron Las v�rgenes de las rocas (1895) y Quiz�s s�, quiz�s no (1905).

Acosado por los acreedores, huy� a Francia, donde public� en franc�s El martirio de San Sebasti�n (1911), al que puso m�sica Claude Debussy. Este drama, junto con las tragedias Francesca da Rimini (1902), La hija de Iorio (1903) y La nave (1908), forman la parte más característica de su teatro, construido como precioso y artificial arabesco, sin mayores tensiones dram�ticas. Quiz�s su mejor tragedia sea La ciudad muerta (1896) que, escrita para Eleonora Duse, termin� por representar Sarah Bernhardt en 1898.

D'Annunzio, que tuvo mucho �xito con las mujeres, a las que seduc�a no tanto por su aspecto f�sico como con su voz y su conversaci�n, representa un ejemplo t�pico de los escritores que convirtieron su biograf�a en parte de su creaci�n literaria. En la actualidad, los estudiosos afirman que, debajo de tanta verborrea real y literaria, no hab�a una aut�ntica sensibilidad est�tica ni una sincera emoci�n po�tica.

Los pactos con Benito Mussolini, del que fue "poeta oficial", le permitieron pasar tranquilamente los �ltimos a�os de su vida en la villa de Cargnacco, sobre el lago de Garda. Su apoyo al r�gimen a cambio de prebendas econ�micas le permiti� mantener esa mansi�n, llamada Vittoriale degli italiani, a la que convirti� en museo y oscuro centro de peregrinaje de exaltaci�n patri�tica. La "venta" de su nombre pod�a servirle para cobrar una fortuna como guionista de Caviria (1914), un filme de gran �xito de Giovanni Pastrone, o para darle un barniz culto al fascismo, que le pagaba espl�ndidamente su colaboraci�n. Muerto y enterrado con todos los honores, poco de su obra pudo sobrevivir a la cr�tica implacable del tiempo.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].