Premios: 2 Oscar (más 1 nominaciones) Ver más
La voz
Icono de la cultura estadounidense, y símbolo de la elegancia y el refinamiento, ‘La Voz’ es una de las grandes leyendas del siglo XX. Como cantante hizo historia, y además, Frank Sinatra era un actor bastante aceptable, que fue mejorando progresivamente y participó en títulos de gran calidad hoy convertidos en clásicos, a las órdenes de cineastas como Fred Zinnemann, John Huston, Stanley Donen, Otto Preminger, Joseph L. Mankiewicz y hasta Frank Capra. Su vida fue bastante intensa, marcada por los excesos.
Nacido en Hoboken (Nueva Jersey), el 12 de diciembre de 1915, Francis Albert Sinatra procedía de una modesta familia de origen italiana. “El barrio de Hoboken era un entorno rudo y violento. La gente te insultaba y si alguien decía que eras un cerdo, no había otra solución que romperle la cabeza. Me costó mucho tiempo darme cuenta de que ése no era el camino. Después, he conseguido todo lo que tengo gracias a la educación. Pero puede que haya habido un par de excepciones...”, explicó una vez. Era un joven pandillero que tuvo bastantes problemas con la policía. Nunca tuvo un excesivo interés en los estudios, y acabó abandonando el instituto para trabajar como vendedor de periódicos. Abandonó este empleo cuando ganó el concurso radiofónico ‘Major Bowes Amateur Hour’. A partir de ese momento, se integró en varias orquestas con las que realizó giras por todo el territorio estadounidense.
A principios de los 40, Sinatra debuta como cantante en solitario. Al parecer fue pionero en utilizar los amplificadores de sonido para que su voz sonara por encima de la orquesta. Pronto, se convierte en un auténtico ídolo de masas, sobre todo entre las adolescentes, que rodeaban masivamente los locales en los que estaba anunciada su presencia, obligándole a veces a escapar usando las técnicas más surrealistas. Convertido en una celebridad, RKO se apresura a ofrecerle un contrato, con vistas a atraer a sus fans a las salas de cine, en comedias musicales ligeras. Debuta con Las Vegas Nights, un musical muy menor de Ralph Murphy. A continuación protagonizó junto a uno de los grandes del género, Gene Kelly, el inolvidable musical Levando anclas, de George Sidney. El propio Kelly quedó tan satisfecho con los resultados que le volvió a reclutar para Un día en Nueva York, codirigida por él y Stanley Donen. Sinatra era un actor intuitivo, que se hizo popular porque no necesitaba más de una sola toma para hacer su papel. Pronto triunfó fuera del musical, por ejemplo, en el drama El milagro de las campanas.
No le fue nunca demasiado bien en el terreno personal. Aunque se casó en 1939 con Nancy Barbato –con la que tuvo tres hijos, entre ellos la famosa cantante Nancy Sinatra–, acabó abandonándola por Ava Gardner, a la que hizo sufrir bastante, con continuas peleas y reconciliaciones. La relación se acabaría definitivamente en 1951. A Sinatra –autorreconocido juerguista– le costaba sentar la cabeza con una sola mujer, como si buscara hacer honor a las estrofas de su famosa canción ‘My Way’: “Viví una vida llena, viajé por todas las carreteras. Y mucho, mucho más que eso. Pero lo hice a mi manera”.
Tras separarse de Ava Gardner, vivió una etapa de decadencia. Sus discos estaban considerados algo anticuados y ya no tenían el tirón anterior. Sus películas empezaban a tener acogidas discretas. Pero él decidió trabajar duro para que Fred Zinnemann le diera un papel en De aquí a la eternidad, el famoso drama sobre los militares estadounidenses en Hawaii durante los días previos al bombardeo de Pearl Harbor. Los productores eran reacios a que un cantante hiciera un papel, pero él les dejó muy impresionados en la prueba. Sinatra realizó un trabajo muy convincente, con una secuencia memorable en la que muere en brazos de Montgomery Cliff. La Academia le recompensó con un Oscar al mejor secundario, que revalorizó su carrera. Pronto volvió a optar a la estatuilla, como actor principal, por El hombre del brazo de oro, una mirada a la adicción a las drogas de Otto Preminger, filmada en 1955, pero ese año le arrebató el premio Ernest Borgnine, que había protagonizado Marty. A Sinatra le empezaron a llover ofertas de grandes realizadores como Frank Capra (Millonario de ilusiones), Joseph L. Mankiewicz (Ellos y ellas), Stanley Kramer (Orgullo y pasión) y Vincente Minnelli, responsable de Como un torrente, coprotagonizada por Dean Martin. Éste formaba parte de la cuadrilla de amiguetes de Sinatra, de la que también formaban parte Peter Lawford, Sammy Davis Jr. y otros amantes de la vida alegre. Todos juntos protagonizaron La cuadrilla de los once, una cinta de robos de Lewis Milestone.
En los 60, Sinatra se casó con la actriz Mia Farrow, con la que duró poco tiempo. Esa década fue muy fructífera en el terreno cinematográfico, con títulos como El diablo a las cuatro, de Mervyn LeRoy, El mensajero del miedo, de John Frankenheimer, Cuatro tíos de Texas, de Robert Aldrich y El último de la lista, de John Huston. Destaca también su trilogía de películas detectivescas, formada por Hampa dorada, La mujer de cemento y El detective, todas de Gordon Douglas. Sinatra ejerció una única vez como director, en Todos fueron valientes, un drama bélico en el que soldados japoneses y estadounidenses se ven obligados a cooperar para sobrevivir en una isla, durante la II Guerra Mundial. También interpretaba a uno de los personajes.
Sinatra abandonó casi por completo el cine en los 70, aunque regresó ocasionalmente, y nunca dejó de dar conciertos en vivo. Se casó en 1976 con la cabaretera Barbara Marx, ex mujer de Zeppo Marx que le acompañaría hasta su muerte, el 14 de mayo de 1998, a los 82 años.
Premios
Nominado a 1 premio
- Actor principal El hombre del brazo de oro
Ganador de 1 premio
- Actor de reparto De aquí a la eternidad