San José Sánchez del Río es el patrono de la niñez y la juventud mexicana. Hoy te contamos la historia del joven mártir de Sahuayo, que dio su testimonio de fe durante la guerra cristera.

Por: Arturo Ramos, encargado de la Red San José Sánchez del Río Diócesis de Azcapotzalco

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Historia de San José Sánchez del Río, el joven mártir de Sahuayo

Reliquia se San Joselito, mártir

Reliquia se San Joselito, mártir

Nació en Sahuayo, Michoacán el 28 de marzo de 1913 en el seno de una familia profundamente católica. En 1927, durante la persecución a la Iglesia por parte del gobierno mexicano, decide unirse al ejercito Cristero.

Quizá la frase más emblemática de Joselito, fue aquella que le escribió a su madre con las palabras, nunca fue tan fácil ganarse el cielo como ahora y no quiero perder la oportunidad; con ellas deseaba que le diera su bendición antes de partir.

En Cotija pide entrevistarse con el general cristero Prudencio Mendoza, quién se niega a aceptarlo entre sus filas dada su corta edad. José Sánchez del Río insiste en formar parte del ejercito diciéndole al general que si no tenía la fuerza suficiente para cargar un fusil ayudaría a los soldados, engrasando las armas, preparando comida y cuidando a los caballos. Viendo la firmeza de José, el general lo pone a las órdenes del jefe cristero Rubén Guízar Morfín.

El 6 de febrero de 1928 al sur de Cotija durante un enfrentamiento con tropas federales, matan al caballo del jefe Guízar Morfín; José baja del suyo y se lo entrega diciéndole, mi general, tome usted mi caballo y sálvese; usted es más necesario y hace más falta a la causa que yo. Ese día fue hecho prisionero junto con otro joven llamado Lázaro.

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Martirio

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El 7 de febrero fue trasladado a Sahuayo y puesto a disposición del diputado federal Rafael Picazo, padrino de primera comunión de José, quién lo mandó a encerrar en el baptisterio de la Parroquia de Santiago Apóstol.

El diputado Picazo le ofreció dinero para irse a vivir al extranjero y enviarlo al Colegio Militar, José rechazó todo sin titubear.

El viernes 10 de febrero fue sentenciado a muerte, su tía Magdalena le llevó la comunión como viático por la noche. Alrededor de las 11 de la noche le desollaron las plantas de los pies con un cuchillo, sus verdugos querían hacerlo apostatar, pero no lo lograron, él seguía gritando vivas a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe.

Con los pies desollados y sangrando, lo hicieron caminar hacia el cementerio municipal, torturándolo más en el camino para obligarlo a que se callara, pero él no dejaba de gritar ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe! Testigos dicen que lo martirizaban picándolo con verduguillos en el cuerpo.

Una vez que llegaron al panteón, estando José frente a la fosa es acuchillado, después, el jefe de los guardias le dio el tiro de gracia en la cabeza.

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Beatificación y Canonización

Fue beatificado por el Papa Benedicto XVI el 20 de noviembre de 2005 y canonizado por el Papa Francisco el 16 de octubre del 2016, es considerado el patrono de la niñez y la juventud mexicana.

Te invitamos unirte a la misa que se celebrará en honor a San José Sánchez de Río:

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