¿Quién fue Francisco I. Madero, iniciador de la Revolución Mexicana?

México.- Este 20 de noviembre se conmemora el aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, y uno de los nombres más sonados en torno a este significativo evento de la historia de nuestro país es el de Francisco I. Madero, considerado uno de los personajes clave de la lucha revolucionaria. 

En esta ocasión, te compartimos quién fue el presidente Francisco I. Madero y cuál fue su papel en la Revolución y la historia de México, donde cada año es recordado y homenajeado.

Comencemos por decir que Madero, conocido también como el "apóstol de la Revolución", fue presidente de México de 1911 a 1913, habiendo sido elegido tras pronunciarse contra el gobierno de Porfirio Díaz, quien llevaba ya 31 años en el poder. 

Precisamente esta proclamación contra Díaz es considerada el evento que marcó el inicio de la Revolución Mexicana en 1910, dando inicio a un periodo de transición democrática encabezado por Francisco I. Madero, que culminó abruptamente en 1913, cuando fue traicionado y asesinado junto al vicepresidente José María Pino Suárez en un golpe de Estado orquestado por Victoriano Huerta.

¿Quién fue Francisco I. Madero?

Francisco Ignacio Madero González, como era su nombre completo, nació el 30 de octubre de 1873 en la hacienda "El Rosario" ubicada en Parras de la Fuente, Coahuila, hijo de una familia acaudalada, propietaria de minas, haciendas y otros negocios.

Se preparó académicamente estudiando la carrera de comercio en Baltimore (Estados Unidos), luego en el Liceo de Versalles (Francia), para luego viajar por Europa y llegar a la Universidad de San Francisco, en California.

En 1893, ya con 20 años de edad, regresa a Coahuila para hacerse cargo de administrar una de las haciendas de su padre, a la vez que funda una escuela de negocios y en su tiempo libre se interesa por el espiritismo, siendo el primer comentador mexicano del libro sagrado hinduista Baghavad Gita. También fue delegado del Centro de Estudios Psicológicos de San Pedro de las Colonias en el Primer Congreso Nacional Espiritista, celebrado en 1906, donde comentó El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec.

Mientras estaba al frente de la hacienda familiar, el joven Madero se interesó por desarrollar algunas destacables labores sociales a beneficio de los campesinos, construyendo habitaciones para ellos y curándolos con medicina homeopática, por la que mantenía una afición.

En 1903 contrajo matrimonio con Sara Pérez Romero y al año siguiente se involucra activamente en la política de Coahuila fundando el Partido Democrático Independiente, el cual se oponía abiertamentea la reelección del gobernador Miguel Cárdenas. 

La lucha por la Revolución

Lejos de estar satisfecho con una vida de comodidades, a Madero le preocupa la situación política y social de México, pues estaba convencido de que la raíz de sus problemas no era otra que la falta de democracia.  

En esa línea de pensamiento, en 1905 comienza a financiar la reedición del periódico Regeneración del Partido Liberal Mexicano, al que posteriormente retiró su apoyo a raíz de las diferencias ideológicas con Ricardo Flores Magón. 

Tres años después, en 1908, Francisco I. Madero publica su polémico libro "La sucesión presidencial en 1910", con el cual expone sus convicciones políticas a favor de un sistema democrático y en oposición al gobierno de Porfirio Díaz, quien ocupaba la presidencia desde 1877. El libro genera debates y lo pone en la mira del dictador, lo que no impidió que fuera elegido como candidato a la presidencia del país por el Partido Nacional Antireeleccionista, fundado por él.

Con una intensa gira por casi todo el país como parte de su campaña logra ganarse el apoyo de numerosas personas. Sin embargo, Porfirío Díaz es declarado ganador de las elecciones de 1910 y Madero es encarceado en San Luis Potosí, acusado de "conato de rebelión" y "ultraje a las autoridades", pero es liberado con ayuda del abogado Pedro Antonio de los Santos Rivera, tras lo cual logra escapar a Estados Unidos.

Convencido de que era necesaria una Revolución en México, desde San Antonio, Texas, Madero promulga el Plan de San Luis el 6 de octubre de ese año, donde hacía un llamado al pueblo a levantarse en armas el 20 de noviembre, bajo la famosa consigna "Sufragio Efectivo. No Reelección". 

En ese lapso, el candidato presidencial tuvo que exiliarse en Estados Unidos, mientras la rebelión maderista comenzó a cobrar fuerza: primero en Puebla con la lucha iniciada por Aquiles Serdán, y luego con el apoyo de Pascual Orozco y Francisco Villa, que dotarían al movimiento de la fuerza que necesitaba.

La lucha revolucionaria obliga a Porfirio Díaz a renunciar a la presidencia en 1911, y el 6 de noviembre de ese mismo año Francisco I. Madero es declarado presidente de la República, con José María Pino Suárez como vicepresidente.

Sin embargo, el conflicto estaba lejos de terminar, pues el movimiento había desatado una guerra civil que se prolongó por 10 años en los que murieron más un millón de mexicanos.

El gobierno de Madero estuvo marcado por tintes democráticos, con un profundo interés en las condiciones de vida del pueblo, que no obstante no evitó el alzamiento en armas, como el movimiento campesino liderado por Emiliano Zapata y la rebelión encabezada por Pascual Orozco, su otrora aliado.

La Decena Trágica

Su presidencia termina abruptamente después de 13 meses, el 22 de febrero de 1913, cuando el militar Victoriano Huerta encabeza un golpe de Estado con el que se convierte en el nuevo presidente. Este capítulo es también conocido en nuestra historia como la Decena Trágica.

Cabe decir que la sublevación armada estuvo comandada por el general Manuel Mondragón, quien liberó a los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz. En ese contexto, Huerta, a quien Madero había designado para defender Palacio Nacional, lo traiciona suscribiendo un armisticio con ambos generales y Lane Wilson, con el cual se comprometían a colocarlo como presidente a cambio de que entregara el poder a Porfirio Díaz más tarde. 

Gustavo A. Madero, hermano y asesor del presidente, fue detenido y ejecutado, mientras que Francisco I. Madero y Pino Suárez fueron obligados a firmar la renuncia a sus cargos. 

Pese a que los golpistas habían prometido respetar la vida de Madero y Pino Suárez, así como facilitar su exilio en Cuba, ambos fueron ejecutados a un costado del Palacio de Lecumberri, en la Ciudad de México. 

Sin embargo, Victoriano Huerta duraría poco en la presidencia tras haber traicionado a Madero, pues desde sus primeros días en el poder, Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, lo desconoció como presidente y lideró al Ejército Constitucionalista en una lucha armada que desembocó con la derrota del gobierno federal el 13 de agosto de 1914. 

El nombre de Francisco I. Madero ha quedado fijado en la historia de México, considerado uno de los mejores presidentes e iniciador de la Revolución.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha expresado en numerosas ocasiones su admiración por él, señalándolo como un ejemplo a seguir y uno de los mejores mandatarios mexicanos, junto a Benito Juárez y Lázaro Cárdenas.

Francisco I. Madero pertenecía a una de las familias más ricas de México, compuesta por políticos y empresarios, creció en un ambiente social lleno de opiniones favorables hacia Porfirio Díaz por haber terminado con "el periodo de anarquía política que durante medio siglo vivió el país".

Madero estudió en Estados Unidos y Francia durante su juventud, antes de hacerse cargo de la administración de una de las haciendas de su padre en 1963.