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Fernando I de Habsburgo, el hermano desterrado de Carlos V que se convirti� en emperador

Carlos V en 1516.

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Cuando Isabel la Cat�lica muri� en Medina del Campo, el 26 de noviembre de 1504, viv�a a poca distancia, en Ar�valo, un peque�o nieto suyo de nombre Fernando, hijo de la princesa Juana y nacido el a�o anterior. La reina lo hab�a enviado all� para que se educase al margen de los conflictos que la enfrentaban con Juana.

A Fernando se le puede considerar como el primer infante de los Austrias nacido en suelo espa�ol, pero tambi�n, tomando en consideraci�n su formaci�n en la corte de los Reyes Cat�licos, como el �ltimo de los Trast�mara. Destinado, sin embargo, a abandonar su patria para marchar al otro lado de Europa como heredero de los territorios de su abuelo paterno, el emperador Maximiliano I.

La vida de Fernando empez� en Alcal� de Henares, donde naci�, y termin� en Viena, donde muri� en el actual Palacio Imperial (Hofburg) como emperador

La vida de Fernando empez� el 10 de marzo de 1503 en Alcal� de Henares, donde naci�, y termin� en Viena, donde muri� en el actual Palacio Imperial (Hofburg) como emperador, a la edad de 61 a�os, el 24 de julio de 1564 a las siete de la tarde. Su tumba se encuentra en la catedral de San Vito en Praga. Seg�n escribi� su hijo mayor Maximiliano, que asisti� a la muerte de su padre, a su embajador Dietrichstein en Madrid: "Su majestad muri� mientras dorm�a, sin dolor; no era m�s que piel y huesos".

El fundador de la rama vienesa de los Habsburgo era fruto del matrimonio entre un duque de Borgo�a y una infanta de Castilla y Arag�n, y naci� en la patria de su madre, donde en principio vivi�. Los paisajes espa�oles, por tanto, fueron los escenarios de la primera etapa de su vida, cuando el peque�o acompa�aba a la corte itinerante de sus abuelos maternos, los Reyes Cat�licos.

Una madre complicada

Isabel, la infanta Juana y la Corte se establecieron varios meses en Alcal� de Henares en la primavera de 1503. Despu�s siguieron camino hacia Madrid, continuaron el viaje hacia la Sierra, pasando por la calzada romana, remontaron el puerto de Fuenfr�a, de 1.769 metros de altura, y llegaron en agosto a Segovia. Juana llevaba siete a�os casada con Felipe el Hermoso, archiduque de Austria y duque de Borgo�a. La madre de Fernando es un personaje dif�cil de interpretar, cuya complejidad ha sido argumento de libros y pel�culas.

El infante Fernando.

La relaci�n que ten�a con su hijo es tambi�n dif�cil de entender...Cuando naci� Fernando, ten�a ya una ni�a y otro hijo var�n, el futuro Carlos V. En esta �poca, no se puede hablar de matrimonio por amor. Como en toda la Edad Media, la boda entre aquellas dos personas formaba parte de alianzas y, en este caso, respond�a a los planes pol�ticos del Rey Cat�lico y del emperador Maximiliano I, que se hab�an unido contra el rey de Francia.

La figura de Fernando se explica no tanto como la de un hijo segund�n, sino como la de infante espa�ol, que recibe una formaci�n bien definida, human�stica, religiosa y de cortesano, siendo su ayo clavero de la Orden de Calatrava.

Rodeado de espa�oles

El humanista italiano Lucio Marineo S�culo, junto con su colega Petrus M�rtir, se encontraba en esos a�os en la Corte castellana, y era profesor de lat�n de los j�venes de las familias Guzm�n y Vel�zquez de Ar�valo, y quiz�s tambi�n de Fernando. Desde su nacimiento hasta 1517, el pr�ncipe estuvo rodeado exclusivamente de espa�oles: su ayo, Pedro N��ez de Guzm�n; su capell�n, fray �lvaro de Osorio, que hab�a estudiado en Salamanca; los pajes, entre ellos miembros de la familia Guzm�n, Osorio y Vel�zquez de Ar�valo; y los oficiales y criados de su corte, que en parte le acompa�aron a Austria en 1521 y que se quedaron con �l duran-te muchos a�os, como Mart�n de Guzm�n.

Esto corresponde a la descripci�n que nos ofrece fray �lvaro de Osorio en estos a�os: "Parec�a en todas cosas as� en la condici�n, en el gesto y como en el andar y en todas las otras cosas al rey don Fernando su abuelo. Era naturalmente inclinado a cosas de artificio como de pintar y esculpir y sobre todo a fundir cosas de metal y a hacer tiros de p�lvora y tirar con ellos. Holgaba de o�r cr�nicas y cuentos y de todo se acordaba (. . .) dec�a algunos dichos as� siendo ni�o de cinco hasta nueve o diez a�os tan agudos, tan discretos que todos se maravillaban".

Los destinos de los dos hermanos se desarrollaron en puntos diametralmente opuestos en Europa

Esto nos permite una cierta lectura del car�cter del infante. El parecido que tiene con su abuelo materno tuvo reflejos en el gobierno de sus dominios. En palabras del historiador franc�s Berenguer, como soberano Fernando trabaj� por afianzar su autoridad de la misma forma en que lo hab�an hecho poco antes los Reyes Cat�licos en Espa�a.

La vertiente pol�tica de estos a�os se presenta mucho menos halag�e�a. La lucha por el poder en Castilla despu�s de la muerte de Isabel la Cat�lica convirti� al ni�o en una especie de prenda. Muerto su padre en 1506, le protegi� en esa situaci�n poco clara la ciudad de Valladolid. Hab�a miedo a una guerra civil, c�mo en la �poca de Enrique IV de Castilla, cuando un grupo de nobles eligi� al infante Alfonso como rey, e incluso se habl� ya de un posible destierro de Fernando en los Pa�ses Bajos. Termin� ese per�odo con la llegada del rey de Arag�n desde Italia, que apart� al ni�o de su madre, que se encerr� en Tordesillas.

Las ense�anzas de su abuelo

Fueron �stos a�os decisivos, en los que Fernando acompa�� a su abuelo dos veces hasta Sevilla, en 1508-9 y en 1511. As�, a los seis y ocho a�os fue testigo de dos expediciones: una, para reestablecer la autoridad de la Corona; la otra, para la preparaci�n de una guerra en el Norte de �frica.

Aunque no se pon�an en duda los derechos hereditarios de Carlos en los reinos espa�oles, desde la corte flamenca se obervaba con creciente inquietud al infante Fernando.

En la memoria del ni�o qued� la imagen del rey triunfante, ya que durante el viaje hasta Sevilla, en cuyo Alc�zar residieron, las ciudades y villas del camino preparaban a su paso suntuosas fiestas. Aunque no se pon�an en duda los derechos hereditarios de Carlos en los reinos espa�oles, desde la corte flamenca se obervaba con creciente inquietud c�mo el infante Fernando, al lado de Fernando el Cat�lico y de su nueva esposa Germana de Foix, se convert�a en un competidor de su hermano mayor, que era un desconocido en la Pen�nsula.

La muerte de Fernando el Cat�lico, en 1516, supuso un vuelco definitivo en el destino de Fernando, que acab� siendo enviado al destierro, cuando sus partidarios perdieron el pulso que sosten�an Con los defensores de los derechos de Carlos a la sucesi�n. Este escribi� en espa�ol una serie de cartas, fechadas el 7 de septiembre 1517 en el puerto de Middelburg, que se conservan en el Archivo General de Simancas y confirman que las medidas que orden� tomar obedec�an a los consejos que le llegaban desde la Pen�nsula.

Las personas del entorno de Fernando que se consideraron m�s peligrosas para los intereses del primog�nito de juana fueron destituidas por el cardenal Cisneros en Aranda de Duero. A pesar de las protestas del infante, fueron sustituidos por partidarios de Carlos, tanto flamencos como espa�oles. Con el primer encuentro directo de los dos hermanos en Mojados, el 12 de noviembre 1517, se inici� una relaci�n complicada, que no terminar�a hasta que Carlos V renunciara, cuatro d�cadas despu�s, a la Corona imperial, acto celebrado en Bruselas en el que no estuvo presente su hermano. Aquel primer encuentro tuvo como trasfondo la cuesti�n de la sucesi�n en los Reinos Hisp�nicos.

A partir de este momento, y tras la muerte del Cardenal, Fernando se encontr� bajo el control y el poder absoluto de su hermano, aunque a�n viviera la reina Juana y, por poco tiempo, el emperador Maximiliano I. Finalmente, los hermanos se despidieron en Aranda de Duero en abril de 1518. El adi�s a la Pen�nsula fue s�lo f�sico, porque nunca, hasta su muerte, se olvid� de sus ra�ces. Desde ese momento, los destinos de los dos hermanos se desarrollaron en puntos diametralmente opuestos en Europa. Mientras Fernando se cas� con la hermana del �ltimo rey de Hungr�a, Carlos reanud� con su matrimonio las relaciones din�sticas con Portugal.

Las etapas del viaje

Fernando tuvo su primer contacto con centroeuropeos entre 1518 y 1521 durante su viaje a los Pa�ses Bajos. Esa estancia fue una etapa intermedia, en la que Fernando vivi� en la corte de su t�a, la archiduquesa Margarita, rodeado de espa�oles y de flamencos, gobernados, hasta 1522, por un mayordomo austr�aco de nombre Wilhelm Guillermo de Rogendorf, apellido que los espa�oles transformaron en Rocandolfo. Era la fase de la incorporaci�n del infante espa�ol a la Casa de Austria. Durante esos a�os no hace mucho, m�s bien espera acontecimientos, entre viajes de placer y fiestas. En realidad, Fernando se hab�a quedado all� porque a principios de 1519 hab�a muerto en Austria su otro abuelo, el emperador Maximiliano I. Esto hab�a frustrado los planes de Carlos de alejarle enseguida todav�a m�s de Espa�a, como hab�a previsto.

En enero de 1519, desde Austria se hab�a solicitado impacientemente la presencia de los dos hermanos despu�s de la muerte de Maximiliano I. Pasron a�os hasta que, entre 1521 y 1522, Carlos, ya emperador, entreg� a Fernando su herencia centro-europea. En Linz, en la Alta Austria, a orillas del Danubio, Fernando se cas� con Ana Jagelona, princesa de los reinos de Hungr�a y Bohemia, lo que en pocos a�os abri� al desterrado infante los nuevos horizontes de lo que ser�a la longeva Monarqu�a Danubiana, que perdurar�a hasta 1918.

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