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Tragedia en la familia de los duques de Wurttemberg, primos del rey don Juan Carlos I que seguramente asistirá al sepelio

Mayo 11, 2018
El duque Federico de Wurttemberg y su esposa la princesa Marie de Wied

La súbita muerte este miércoles en accidente de coche del duque heredero Federico de Wurttemberg ha generado una oleada de consternación entre las familiares reales católicas no reinantes de Europa, y su onda expansiva no ha tardado en llegar al palacio de la Zarzuela por la íntima e histórica relación, tanto de parentesco como de amistad, entre los Borbones de España y los duques de Wurttemberg que son jefes de la familia que hasta 1918 reinó sobre ese pequeño reino alemán. Una familia regida por el ahora avejentado duque Carl que es primo en segundo grado de don Juan Carlos I, que hace dos años fue uno de los invitados a su grandiosa fiesta de 80 cumpleaños, y un hombre de enorme prestigio económico, político y social en toda Alemania que ha sabido mantener en alto el nombre de su histórica familia.

Tanto es así que todavía en nuestros días los Wurttemberg son muy queridos en las tierras sobre las que reinaron en otros tiempos, y el duque es venerado casi como un rey sin corona. Desde su castillo de Altshausen, uno de los muchos que posee, es el gestor de la enorme fortuna familiar en bienes muebles e inmuebles, que comprende tanto un extenso portfolio de acciones y activos industriales y financieros como grandes propiedades forestales no solamente en Alemania, sino también en lugares tan lejanos como la Columbia Británica, en Canadá.

La princesa Diane de Orleans, popular duquesa

Pero mucho más colorista ha sido y es la popular duquesa, la princesa Diane de Orleans, también prima de don Juan Carlos I y su compañera de juegos ya en los lejanos tiempos del exilio de los condes de Barcelona en Estoril en los años 40 y 50. Una mujer que se define a sí misma como artista, que no deja indiferente a nadie por su marcada extravagancia -tanto en las formas como en el vestir-, y que gusta de la heterodoxia y de hacer alarde de un cierto grado de provocación aunque nunca ha perdido de vista lo importante de su posición y siempre puso un enorme empeño por conseguir casar a cuatro de sus seis hijos con lo mejor de la más alta aristocracia europea.

La infanta Elena y la duquesa Diane de Wurttemberg en el castillo de Altshausen
La infanta Elena y la duquesa Diane de Wurttemberg en el castillo de Altshausen

La relación de los duques de Wurttemberg y sus hijos con los reyes de España ha sido tan estrecha que en 1977 el rey emérito apadrinó en el Castillo de Altshausen a la hija menor de los duques, la duquesa Fleur, a cuya boda con el conde Moritz von Göess en 2003 también quiso asistir en solitario pues es sabido el afecto que don Juan Carlos muestra por todos sus numerosos ahijados. Pero mucho más sonado fue a mediados de los años 80 el casi efectivo compromiso matrimonial de la infanta doña Elena y el duque Eberhard, hijo segundo de Carl y de Diane, que don Juan Carlos tuvo que desmentir en el verano de 1984 durante una estancia en Mallorca Isla que los duques han frecuentado mucho y en la que poseen todavía una hermosa propiedad bautizada como “La Flor de Lis” que ahora está a la venta.

Un proyecto de boda fallido

Aquel proyecto de boda, pactado entre ambas familias, llegó casi a darse por hecho y sólo se frustró en última instancia por lo que en aquellos años se consideró como un exceso de extravagancias por parte de la duquesa Diane, que en aquellos mismos años mantuvo un sonado affaire con un aristócrata español que generó no poco escándalo tanto dentro como fuera de España. Un proyecto fallido que muchos lamentaron después, pero que no impidió que los duques de Wurttemberg hayan asistido a las tres bodas reales españolas, ni tampoco ha dañado las buenas relaciones entre don Juan Carlos y estos primos alemanes.

Por ello el trágico accidente que ha segado la vida del duque heredero Federico no habrá dejado incólumes a los habitantes el palacio de la Zarzuela, y no sería extraño esperar que don Felipe VI envíe a los funerales de su primo a alguno de los miembros de su familia o que podamos, incluso, esperar la presencia allí del rey emérito que podría viajar con doña Sofía a pesar de la conocida poco fluida relación de ésta con la duquesa Diane que sin duda la reina emérita sabrá dejar a un lado en momentos tan dolorosos para la familia.

El duque heredero Federico, de 56 años, falleció en un choque de automóvil frontal con otro vehículo que venía de frente cuando intentaba adelantar un camión en la carretera de Ebenweiter a Fronhften. Casado con la princesa María de Wied y padre de tres hijos, su fallecimiento deja fuertemente debilitada a su familia, que -según nos informan desde Alemania-, ha quedado totalmente devastada, en un momento en el que su octogenario padre pasa por graves problemas de salud y él se encontraba ya a la cabeza de la gestión del gran entramado empresarial familiar y comprometido con numerosos emprendimientos sociales y culturales.

La necesaria sucesión familiar queda así desbaratada quedando su primogénito el duque Wilhelm, de 24 años, como heredero de una vasta fortuna difícil de manejar para una persona tan joven. El funeral tendrá lugar en próximos días, esperándose un ceremonial propio de las viejas familias principescas del Imperio al que no faltarán numerosos príncipes de toda Europa.

Ricardo Mateos