UNA FECHA SEÑALADA

La Reina Isabel y el príncipe Felipe : 75 años de la boda que marcó el siglo en datos curiosos

Reina Isabel
La Reina Isabel y el duque de Edimburgo. / Gtres
  • Andrea Mori
    • Actualizado:

Este 20 de noviembre no será igual para la Familia Real Británica. Se cumplen 75 años de la boda que cambió el destino de la monarquía, pero, por desgracia, ninguno de sus protagonistas está ya entre nosotros para celebrarlo. El 20 de noviembre de 1947 la Abadía de Westminster acogió la celebración del enlace de la entonces princesa Isabel, hija mayor del Rey Jorge VI, y el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca. Una boda que, al margen de ser la de la entonces heredera de la Corona -nadie presagiaba en su momento el longevo reinado que le esperaba a la Princesa, que llegó al trono de manera inesperada a raíz de la abdicación de su tío, Eduardo VIII-, se convirtió en todo un hito.

Reina Isabel

La princesa Isabel y su prometido, el príncipe Felipe. 

Más de 2000 invitados, de entre los que destacaban una decena de jefes de Estado de monarquías, en una ceremonia que fue retransmitida en todo el mundo, lo que hizo de este acontecimiento uno de los grandes eventos del siglo pasado, mucho antes de que el planeta se rindiera a los encantos de Diana de Gales, que el príncipe Guillermo conociera a Catalina o que Meghan Markle desatara un tsunami en ‘La Firma’.

Isabel

La Reina Isabel y el duque de Edimburgo. 

A pesar de que fue un acontecimiento al más alto nivel institucional, también fue todo un evento con un importante carácter familiar. Muchos de los asistentes de diferentes monarquías mantenían lazos familiares estrechos tanto con la futura reina -que entonces no era consciente de lo rápido que tendría que asumir la jefatura del Estado por la prematura muerte de su padre-, como con el príncipe Felipe. Esto era debido, en buena parte, a la política matrimonial que llevó a cabo la Reina Victoria a lo largo de su reinado, motivo por el cual se la conoce como ‘la abuela de Europa’.

Reina Isabel

La Reina Isabel y el duque de Edimburgo en su boda. 

La boda estuvo marcada por un estricto protocolo, pero, como era de esperar, también ocurrieron numerosas anécdotas y curiosidades, muchas de las cuales no han trascendido hasta tiempo después. Por ejemplo, la tiara que la Reina Isabel usó en este día tan importante sufrió un percance y a apenas dos horas del enlace tuvo que ser reparada de urgencia, porque se negó a recurrir a otra. Motivos no le faltaban, dado que era una pieza muy especial: había pertenecido a la Reina María, y había sido elaborada con los diamantes que la Reina Victoria le dio a María como regalo de bodas. No fue este el único inconveniente que la novia tuvo con las joyas, ya que se olvidó en el Palacio de St. James un collar que sus padres le habían regalado y su secretario tuvo que ir corriendo a buscarlo.

Reina Isabel

La Reina Isabel el día de su coronación. 

La hija mayor de los Reyes Jorge VI e Isabel se casó con el príncipe Felipe en un momento crítico de la Historia, poco después del final de la Segunda Guerra Mundial. Por este motivo y a pesar de que la boda fue bastante impresionante, hubo algunos detalles que denotaban austeridad. Una de las cosas en las que esto se hizo patente fue, precisamente, en el vestido de la novia. Un diseño de en color marfil en satén de Norman Hartnell, cargado de simbolismo. El vestido estaba adornado con motivos florales en homenaje a la Commonwealth en hilos de oro y plata, pequeñas perlas, lentejuelas y cristales, pero, curiosamente, la Princesa pagó su parte del vestido con cupones de racionamiento, parte de las medidas de austeridad posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Según cuentan las crónicas de la época, Isabel II parecía nerviosa y emocionada al llegar a la Abadía de Westminster y el propio Rey Jorge le dijo al Arzobispo de Canterbury que era mucho más emotivo entregar a una hija en matrimonio que casarse uno mismo.

Fueron muchas las curiosidades que se recuerdan de esta importante boda pero, más allá de las relacionadas con el traje de la novia o la emoción de la familia destacan las relativas al menú o a los regalos. El menú ‘austero’ -debido a las circunstancias de la posguerra-, se sirvió en vajilla de plata dorada por criados vestidos con librea escarlata. La tarta principal medía casi tres metros de alto y tenía cuatro pisos, además, contaba con ingredientes de todas partes del mundo y estaba decorada con los escudos de armas de las dos familias.

Reina Isabel

La Reina Isabel y el duque de Edimburgo juntos. 

En cuanto a los regalos, la Reina Isabel recibió de su prometido un brazalete de diamantes que había diseñado él mismo, y la promesa de dejar de fumar. Además, los novios recibieron más de 10.000 telegramas de felicitaciones, y más de 2000 regalos de todas partes del mundo, personajes destacados y personas anónimas que quisieron compartir la felicidad de la pareja.

Lo último en Casa Real

Últimas noticias