Sofía de Wessex, nuera de Isabel II, se echa a llorar al recordar a Felipe de Edimburgo: “Ha dejado un hueco gigante en nuestras vidas” | Gente | EL PAÍS
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Sofía de Wessex, nuera de Isabel II, se echa a llorar al recordar a Felipe de Edimburgo: “Ha dejado un hueco gigante en nuestras vidas”

La esposa de Eduardo, hijo menor de la reina, ha contado en una entrevista en la BBC su estrecho vínculo con su suegro y cómo la pandemia ha hecho que les cueste recuperarse de su pérdida

Sofia de Wessex
Sofía de Wessex y su esposo, el príncipe Eduardo, en Ascot, este miércoles.DANIEL LEAL-OLIVAS (AFP)

Sofía de Wessex se ha convertido en una de las principales portavoces de la familia real británica en los últimos tiempos. A sus 56 años, la esposa del príncipe Eduardo (el cuarto hijo de la reina Isabel II, el menor) destaca por su disposición para prestarse a los actos que requiere la corona y por su discreción. Se ha convertido en un activo todavía más importante tras varias salidas: las de Enrique y Meghan al marcharse a vivir a EE UU; la del príncipe Andrés, apartado por su relación con el magnate pedófilo Jeffrey Epstein; y la del duque de Edimburgo, fallecido el 9 de abril.

Precisamente sobre el duque, su suegro, ha hablado la condesa en una entrevista con Radio 5 Live, un canal de la BBC. Mientras explicaba la estrecha relación que mantenían, no ha podido evitar emocionarse y echarse a llorar. Tanto que su interlocutora, cuando se le entrecorta la voz, le pregunta si está bien, y ella tiene que hacer una pausa y tomar aire.

La esposa del príncipe Eduardo (a su vez conde de Wessex) acudió a la BBC para concienciar acerca del daño que suponen las violaciones en las guerras, al hilo de la celebración por parte de la ONU del Día internacional contra la violencia sexual en los conflictos, que se conmemora el 19 de junio. Una cuestión en la que está muy involucrada y de la que, dice, trata de hablar con naturalidad con sus hijos, sobre todo con la mayor, Louise, de 17. Pero, además de esa cuestión, salió a relucir la pérdida de Felipe de Edimburgo.

Sofía ha contado que ni ella ni su familia pudieron ver a la reina ni a su esposo con tanta frecuencia como querrían a causa de la pandemia antes del fallecimiento del duque. Y esto ha repercutido en cómo les ha afectado la muerte de su suegro. “La pérdida no se siente inmediatamente, como sí sucede si se fuera alguien que vive contigo en casa”, explicaba Sofía. “Solo cuando se hacen las cosas que habrías hecho con ellos es cuando de repente te das cuenta de que no están, y entonces te llega ese momento de ‘ay, Dios mío”. A lo que añadió: “Ha dejado un hueco gigante en nuestras vidas”.

Además, hizo mención a la imagen que la casa real británica compartió en sus redes sociales tras la muerte del duque, y que había sacado ella. Era un retrato de Isabel y de Felipe muy sonrientes, sentados en la hierba cerca de Balmoral, en Escocia, tomado en 2003. Era la favorita del príncipe, y fue al hablar de la misma cuando Sofía se emocionó. Entonces estaba embarazada de su hija mayor. “Estar ahí, en ese lugar, fue uno de esos momentos de ‘Oh, Dios mío’. Sabía que esos recuerdos vendrían y se irían. Pero hay que dejar que vengan y que se marchen”.

Sofía estaba muy unida a su suegro, tanto que llegó a comparar esta muerte con la de su propia madre, Mary Rhys-Jones, que falleció en el año 2005 a causa de un cáncer de colon cuando tenía 71 años. “Me pasaba lo mismo cuando perdí a mi madre. Sabes que estarás bien, bien de verdad, pero entonces ocurre algo, oyes una canción o haces algo por lo que, de repente, te tiemblan las rodillas. Habrá muchos momentos así, pero recordar es bueno”.

Felipe no solo estaba muy unido a ella, sino también a su hija Louise, a quien animaba constantemente a seguir con su pasión por la conducción de antiguos carruajes, vehículos con los que participa en carreras y competiciones y que la propia Sofía probó en su juventud. “Yo estaba encantada cuando ella decidió darle una oportunidad. Y mi suegro siempre la animaba”, explicó, contando que solían hablar mucho sobre sus competiciones, y que él solía acudir a verla y a animarla en las mismas y en sus entrenamientos.

Sobre el coronavirus, Sofía contó que le ha sido difícil visualizar el final de la ola de la enfermedad. “La vida, todas las cosas normales que podíamos hacer, todo eso... se fueron como arena entre los dedos. Todos nos convertimos en expertos en gestionar la decepción”. Ella vivió los peores días rodeada de su familia y, como todos, evadiéndose con la televisión, como con la serie policíaca británica Line of Duty, todo un éxito de audiencias al que afirma que se enganchó. Pero siguen con algo de miedo al futuro. “Cada vez que llega una nueva variante, aguantamos la respiración y esperamos que las vacunas basten para contenerla. Así que ¿cómo estoy? Supongo que como cualquiera, viviendo el día a día”.

Junto a Carlos y Camila y a Guillermo y Kate, Sofía y Eduardo se han convertido en los principales embajadores de la reina. Sofía sabe que ahora ella y su esposo están siendo más observados. “Hay un creciente interés en nosotros como familia, pero si eso logra hacer que se preste más atención a los aspectos que me preocupan, solo puede ser bueno”, comentó, sin darle más importancia. Pero ¿seguirán sus pasos sus hijos en el futuro? Los pequeños ni siquiera han recibido el título de princesa y príncipe, como ya ocurrió con sus primos Peter y Zara, hijos de la princesa Ana, hija mayor de la reina. La condesa expresó que espera que puedan mantener el cierto anonimato en el que están instalados ahora, sobre todo al ser preguntada por su hija, al borde de la mayoría de edad. “Espero que ella y sus amigas la protejan”, contó. “Pero la dejaré vivir su vida. No es mía”.

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