La coronación de Felipe de Bélgica, paso a paso
Alberto II de Bélgica ya ha consumado la abdicación en su hijo Felipe, nuevo rey de los belgas después de permanecer 20 años en el trono, conmemoración que ha coincidido con su adiós. Las lágrimas de Paola, la emoción de Alberto II y las sonrisas de apoyo de los nuevos reyes, Felipe y Matilde, han sido los protagonistas de un jornada marcada por la solemnidad y austeridad.
Alberto II de Bélgica ya ha consumado la abdicación en su hijo Felipe, nuevo rey de los belgas después de permanecer 20 años en el trono, conmemoración que ha coincidido con su adiós. Las lágrimas de Paola, la emoción de Alberto II y las sonrisas de apoyo de los nuevos reyes, Felipe y Matilde, han sido los protagonistas de un jornada marcada por la solemnidad y austeridad.
Felipe y Matilde, los nuevos reyes de los belgas
Sólo 24 horas después de haber sido nombrado nuevo rey de los belgas, Felipe presidía ya su primer acto oficial como monarca, recibiendo a miembros del gobierno belga en el palacio real.
Felipe tiene por delante una difícil tarea, que es demostrar que está capacitado para sus nuevas obligaciones.
Con el apoyo de Matilde, muy bien considerada entre sus súbditos, está dispuesto a hacerlo.
El matrimonio, que ya tiene su primer retrato oficial como reyes, vivió una intensa jornada el 21 de julio, día de la coronación.
Os contamos cómo fue.
Foto oficial de la nueva familia real belga
Tras una intensa jornada de actos oficiales austeros, que poco han tenido que ver con la coronación por todo lo alto de Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, la casa real belga facilitaba las fotos oficiales para conmemorar el día.
El palacio real fue el escenario para tomar las imágenes en las que los nuevos reyes posaron con sus cuatro hijos: Isabel, la primogénita que ahora pasa a ser heredera al trono (la primera de la historia de Bélgica tras la reforma de la Constitución en 1991) y ya ostenta el título de duquesa de Brabante, la pequeña Leonor, también de rojo como su hermana mayor, Gabriel y Manuel, los dos con traje y corbata.
Pasado y presente de la casa real belga
El matrimonio también posó con los reyes salientes, Alberto y Paola de Bélgica.
Al rey Alberto de Bélgica, que anunciaba su abdicación el 3 de julio en un discurso televisado, le toca ahora descansar.
El rey sorprendía con su retirada prematura del trono tras verse envuelto en varios escándalos, entre ellos el de Delphine Boël, hija de un millonario industrial y de la baronesa Sybille de Selys Longchamps, quien afirma ser su hija ilegítima.
El final de una larga jornada
La jornada, que había comenzado a las 9.30 horas con la tradicional misa te Deum en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas, finalizaba por la noche con los nuevos reyes, Felipe y Matilde, saludando desde el balcón del palacio de Bruselas a los numerosos súbditos que se reunieron para darles la bienvenida.
Los dos nuevos reyes, en el balcón del Palacio Real
Horas antes, a las 13:00 horas, según marcaba el programa oficial, Felipe y Maltide de Bélgica se asomaron al balcón del Palacio Real, al que regresaron como nuevos reyes del país después de haber cumplido con el protocolo primero de la abdicación de Alberto II, en ese mismo recinto, y tras jurar el cargo su hijo ante congresistas y senadores en el Palacio de la Nación, sede del Parlamento federal.
La multitud, ansiosa por vitorear a sus nuevos monarcas
Abajo les esperaba un multitud ansiosa por desear a sus nuevos reyes lo mejor en su nueva andadura real en un país que, con muchos esfuerzos, camina ahora unido después de que a finales de 2011 se limaran las que parecían insalvables diferencias entre flamencos y valornes para formar el último Gobierno tras año y medio de gabinete en funciones.
Dos generaciones de reyes
He aquí una foto para el recuerdo, en el que los nuevos reyes Felipe y su consorte Matilde agradecen a los ciudadanos desde el balcón del palacio su confianza para seguir la labor de Alberto y Paola, que, pese a las polémicas que han salpicado su reinado en los últimos meses, siguen gozando de la simpatía del pueblo en las encuestas.
Matilde y Felipe, acompañados por sus hijos
Los nuevos monarcas favorecieron esta foto de familia en el balcón del Palacio Real en el que se reunían dos reyes, el nuevo y el que ha abdicado que sigue siéndolo con carácter vitalicio, al igual que Fabiola, que conforma la tripleta de reinas junto con Matilde y Fabiola.
Junto a ellos, los hijos de Felipe y Matilde: en el centro, Isabel, la primogénita; la pequeña Leonor, también de rojo, Gabriel, entre ambas, y Manuel, los dos con traje y corbata.
Dos besos que fueron muy aplaudidos y vitoreados
Felipe y Matilde no escatimaron muestras de cariño entre ambos ante los ciudadanos belgas. Primero fue ella la que le dio un cariñoso beso en la mejilla, a la vez que le hacía una confidencia al oído, y él le respondió con otro mientras ninguno de los dos dejaba de saludar.
La Familia Real belga se repartió entre dos balcones
La Familia Real al completo compareció ante la ciudadanía belga desde sendos balcones principales del Palacio Real. Mientras en el de la derecha se encontraban los reyes y reinas de Bélgica, en el de la izquierda era el resto de los familiares los que correspondían al cariño de los belgas: los príncipes Laurent y Clara, y la princesa Astrid y su esposo, el archiduque Lorenz de Austria.
El primer acto, un homenaje al soldado desconocido y el desfile militar
Los nuevos reyes salieron del Palacio Real y se trasladaron en un coche descapotable por las repletas calles de Bruselas para corresponder con saludo al cariño de los belgas. Su destino era de nuevo el complejo del Palacio de la Nación, donde acometían su primer acto oficial en su nuevo rol rindiendo un homenaje a la tumba del Soldado Desconocido y, posteriormente, pasando revista a las tropas durante el tradicional desfile militar del Día Nacional de Bélgica, visitando el Parque de Bruselas y disfrutando de los fuegos artificiales nocturnos como colofón.
Felipe I se sentó en el trono de los reyes belgas
Tras la firma del acta de renuncia por parte de Alberto segundo al trono de Bélgica en el Palacio Real, la Familia Real belga y todas las autoridades se trasladaron al emblemático Palacio de la Nación de Bruselas, sede del Parlamento federal donde se reúnen las cámaras de representantes y del senado.
Allí fue donde Felipe se convirtió en el séptimo rey de Bélgica y se sentó por primera vez en el trono que había ocupado su padre hasta ese momento, pero que no es el original construido para Leopoldo, primer rey belga, pues ése se destruyó en un incendio.
Los presidentes del Congreso y el Senado leyeron la abdicación
Los presidentes del Congreso y del Senado leyeron en en la sesión de las cámaras reunidas ante los congresistas y senadores el acta recién firmada de abdicación de Alberto II y, a continuación, recibieron a la Familia Real belga encabezada por los reyes salientes y con los hijos de los nuevos reyes, así como Matilde.
Sus padres y su mujer, emocionados en la sala
Alberto, Paola y Matilde acompañaron con aplausos el juramento de Felipe de su cargo como rey: "Juro que cumpliré con la Constitución y las leyes del pueblo de Bélgica, y que mantendré la independencia de la nación y la integridad del territorio nacional".
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