Los Austrias

     Felipe IV (Valladolid, 1605 - Madrid, 1665), hijo de Felipe III y Margarita de Austria, rein� entre 1621 y 1665, tras el inesperado fallecimiento de su padre el 31 de marzo, reci�n cumplidos los 16 a�os. En 1608 jur� como pr�ncipe y futuro rey de Espa�a (concepto que inclu�a Portugal, con su extenso imperio). Desde los reyes visigodos solamente Felipe III y �l mismo ten�an tal t�tulo. Como heredero recibi� una educaci�n propia de su rango, mostr�ndose despierto en el aprendizaje del oficio real. Por los intereses de la monarqu�a se concert� su primer matrimonio con Isabel de Borb�n (1615), a una edad muy temprana, con 10 y 12 a�os, respectivamente. En 1648 se cas� con Mariana de Austria y de ambos matrimonios nacieron doce hijos, de los que solamente tres sobrevivieron: Mar�a Teresa (futura esposa del rey de Francia, Luis XIV, cuyo matrimonio permiti� el acceso de los Borbones al Trono de Espa�a), Margarita Teresa y el futuro Carlos II. Adem�s tuvo varios hijos naturales, siendo el m�s c�lebre Juan Jos� de Austria (1629-1679), fruto de una relaci�n con una conocida actriz, la comedianta Josefa Calder�n.

     El monarca fue un mecenas de las artes y las fiestas en la Corte, promoviendo la creaci�n literaria, art�stica y teatral. Al igual que Felipe III, el monarca cedi� los asuntos de Estado a la figura de los validos como favoritos reales, entre los que cabe destacar el Conde-Duque de Olivares (1621-1643), que intentaron acaparar las principales funciones del gobierno de la Monarqu�a. Los influyentes personajes de la Corte confiaban que el nuevo soberano llevar�a a la monarqu�a hisp�nica a recuperar el prestigio y poder de tiempos pasados. Pronto se desvanecieron las expectativas ya que el monarca no se adapt� al modelo bur�crata de Felipe II.

     El reinado de Felipe IV, que intent� tener un car�cter reformista, afront� una recesi�n econ�mica, con cuatro bancarrotas de la Real Hacienda (1627, 1647, 1656 y 1662). La crisis econ�mica, que tambi�n se dej� sentir en Europa, tuvo una mayor repercusi�n en Espa�a por los elevados costes financieros de la pol�tica exterior que provoc� una subida de impuestos, la retenci�n de las remesas de metales preciosos de las Indias, la venta de juros y cargos p�blicos, revueltas contra el centralismo castellano,...

     La agresiva pol�tica exterior de Olivares en Europa pretend�a mantener la hegemon�a espa�ola en el continente, y para ello no se escatimaron recursos contra los dos conflictos principales (las Provincias Unidas y Francia): Tregua de los Doce A�os con las Provincias Unidas (1621), rendici�n de Breda (1624-1625), Guerra de los Treinta A�os (en apoyo de los Habsburgo austr�acos), Guerra de Sucesi�n de Mantua (1629-1631), conflictos b�licos con Inglaterra y Francia,...

     La pol�tica exterior del Conde-Duque tuvo repercusiones negativas en el �mbito nacional. Los reinos de la Corona de Arag�n se rebelaron cuando se les reclam� una aportaci�n para financiar las campa�as europeas; en 1640, el Principado de Catalu�a (los segadores congregados en Barcelona con motivo de la procesi�n del Corpus Christi se sublevaron y, tras asesinar al virrey, proclamaron la secesi�n de Catalu�a) y Portugal se sublevaron contra Felipe IV, motines que produjeron la ca�da del Conde-Duque, sustituido por Luis de Haro. El Tratado de Westfalia (1648) reconoci� la independencia de las Provincias Unidas mientras que por la Paz de los Pirineos (1659) Espa�a ced�a a Francia el Rosell�n, parte de Cerda�a y los Pa�ses Bajos.

     En los �ltimos a�os del reinado, la Monarqu�a est� sumida en una profunda recesi�n y crisis, en la que la autoridad real estaba cuestionada por amplios sectores sociales, adem�s de las campa�as militares contra Francia e Inglaterra. En el mismo a�o que muere Felipe IV (1665) se produce la derrota de Espa�a ante Portugal. Los 44 a�os de reinado de Felipe el Grande sellan la p�rdida de la hegemon�a espa�ola en Europa ante la indiferencia de una empobrecida poblaci�n.

     En el marco de los actos conmemorativos del IV centenario del nacimiento del monarca, la Real Academia de la Historia celebra en abril de 2005 un ciclo de conferencias, que han sido recopiladas en Felipe IV. El hombre y el reinado. Seg�n su coordinador, Jos� Alcal�-Zamora y Queipo de Llano, se ha pretendido revisar la personalidad y obra de Felipe IV frente a las ideas defendidas por los historiadores que califican este reinado bajo la denominaci�n de «Austrias menores». Seg�n Alcal�-Zamora, «pese a los errores y fracasos de la pol�tica de su reinado, �ste fue uno de los m�s decisivos y, tal vez, el momento mayor de nuestra historia cultural. Si no aplausos entusiastas, la figura de Felipe IV s� merece inter�s y respeto, un rey contradictorio, al igual que la Espa�a que le toc� vivir, aquella Espa�a tan piadosa como pecadora, tan triunfante como anunciadora de su pr�ximo declive, tuvo su reflejo en un monarca atractivo e inteligente, pero d�bil de car�cter». No se debe olvidar que Felipe IV recibi� una esmerada educaci�n y su gran curiosidad le acerc� a muchas ciencias y saberes, de ah� que formara una magn�fica biblioteca, con varios millares de t�tulos. Adem�s, tambi�n fue un gran coleccionista de pinturas, que con el paso del tiempo ser�an el n�cleo del Museo del Prado. Todo ello hizo que Felipe IV fuera un generoso mecenas; as�, las artes, las ciencias, las letras y la pol�tica fueron sus preocupaciones b�sicas durante el reinado.