TININ: GIBRALTAR ES UNA COLONIA. CEUTA Y MELILLA NO.

sábado, 25 de junio de 2022

GIBRALTAR ES UNA COLONIA. CEUTA Y MELILLA NO.

 

 

Tanto Gibraltar como Ceuta forman las famosas columnas de Hércules, símbolo representativo de España a lo largo de la historia. Hoy las columnas están en el escudo de España, y de la ciudad autónoma de Melilla, junto con la frase “Plus Ultra”.

 

Ceuta y Melilla están en la Constitución como ciudades españolas. Durante la época de Al-Ándalus, las dos ciudades también permanecieron bajo jurisdicción peninsular, ligadas, sobre todo al califato de Córdoba, o permanecieron bajo el yugo de pequeños reinos independientes, mucho antes de que existiera Marruecos como Estado (Marruecos se independizó de Francia en 1956).

 

Ceuta y Melilla, siempre han estado organizadas fuera del protectorado español de Marruecos, por lo que nunca fueron considerados colonias. Además, en 1995 las Cortes Españolas establecen, de acuerdo con la Constitución de 1978, en su Disposición Transitoria Quinta "Las ciudades de Ceuta y Melilla podrán constituirse en Comunidades Autónomas si así lo deciden sus respectivos Ayuntamientos, mediante acuerdo adoptado por la mayoría absoluta de sus miembros y así lo autorizan las Cortes Generales, mediante ley orgánica, en los términos previstos en el art. 144."

El Estatuto de Autonomía, de ambas ciudades, fue aprobado por la Ley Orgánica 1/1995, y 2/1995, de 13 de marzo.

El 5 de noviembre de 2007, SS.MM. los reyes, don J. Carlos y doña Sofía realizan su primera visita oficial a dichas ciudades.

 

Melilla está situada al norte de África, en un semicírculo en torno a la playa y puerto, en la península que hay entre los cabos de Tres Forcas y de Agua, a los pies del monte Gurugú y en la desembocadura del río Oro, frente a la costa almeriense y malagueña.

Con 12,33 km2 se extiende entre el mar Mediterráneo y Marruecos, del que queda separada por una franja de tierra neutral de 500 m de ancho. Tiene 86.261 habitantes empadronados (datos del INE del 1/1/2021) y la densidad por habitante más alta de España.

Fue una importante factoría fenicia (siglo VII a.C.), conocida con el nombre de Russadir, estuvo en manos de los cartagineses desde el siglo VI a.C., y luego de los romanos quienes la denominaron Flavia. Fue conquistada por bizantinos, vándalos y visigodos, y a partir de la expansión musulmana por el norte de África se incorporó al mundo árabe de la dinastía Omeya (que no guarda relación con la identidad nacional marroquí), siendo un puerto pirata; fue en esta época cuando cambió de nombre y pasó a llamarse Melilia.

Era un enclave comercial muy importante por su situación. El estrecho fue un lugar de gran inestabilidad debido a los saqueos vikingos, quienes arrasaron Melilla en el 859 d.C. Casi un siglo más tarde la ciudad se incorpora al califato de Córdoba.

Tras el paso de los almorávides, continuaron los almohades que son derrotados en la batalla de las Navas de Tolosa por los cristianos. Al huir a Argelia los almohades, los benimerines ocupan parte de la región norte del actual Marruecos, siendo derrotados por Alfonso XI de Castilla, dando lugar a pequeños reinos como el de Fez o el de Tremecén.

En 1399 Castilla conquista Tetuán para controlar el Estrecho y reducir la piratería en la zona. Durante todo el siglo XV portugueses y castellanos afianzan su presencia en la zona, siendo su actividad tan intensa, que necesitaron crear límites de actuación en la región a fin de evitar conflictos entre ambos reinos, y mediante el Tratado de Alcáçovas (1479), se fija la zona atlántica del actual Marruecos para Portugal (excepto las Canarias) mientras que la parte mediterránea es para Castilla.

Tras la conquista del Reino de Granada, los Reyes Católicos envían exploradores para conocer la situación de la región, y crear allí una fortaleza. A pesar de que la ciudad estaba deshabitada, los alrededores eran convulsos al existir conflictos entre el Reino de Fez y Portugal. Los Reyes Católicos no se deciden, finalmente, a entrar en Melilla al estar más interesados en la conquista del Nuevo Mundo. Pero el duque de Medina Sidonia, Juan Alonso Pérez de Guzmán, pide autorización real para conquistar la plaza. Castilla accede, y es conquistada por Pedro de Estopiñán y Virués, jefe del ejército y emisario del Duque de Medina Sidonia, el 17 de septiembre de 1497 (con la colaboración de sus habitantes) para los Reyes Católicos y depender de la corona de Castilla (el día de Melilla se celebra cada 17 de septiembre). En 1556, debido a la falta de fondos, este ducado cede la ciudad de Melilla al Reino de Castilla (Felipe II) al no poder mantenerla. Su lejanía y aislamiento respecto al reino facilitaban el continuo hostigamiento de los rifeños. La lucha contra éstos, los tratados de paz y su incumplimiento han sido una constante de la historia de España en esa zona. Uno de los conflictos que supuso mayor riesgo para Melilla se produjo en 1921, con el desastre de Annual.

Su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico Artístico, está rodeado de murallas que datan de entre los siglos XV y XVI, y su principal edificio es la Iglesia de la Purísima Concepción, donde se venera la imagen de la patrona de la villa, Nuestra Señora de la Victoria (8 de septiembre).

Su condición de puerto franco, libre de impuestos, hasta 1992 fue motor de su economía. El comercio y los servicios estatales, emplean a más del 35 % de la población activa, además del sector comercial y de bazar.

 

Ceuta está situada en el NO de África, separada de la Península Ibérica por el estrecho de Gibraltar y rodeada por el mar Mediterráneo, excepto en su zona continental que limita con Marruecos. Dista 22 km de Algeciras, cuenta con una población de 82.787 habitantes (año 2021), y una extensión de 20 km². A cada extremo de la ciudad se alzan el Monte Hacho y La Mujer muerta.

De origen fenicio, estuvo dominada por griegos que la denominaron Eptadelfos, los romanos la llamaron Septen Fratres, y en tiempos del emperador Odón la declararon Civitas romanorum.

En 534 está bajo el poder bizantino junto con la franja baja de Andalucía. En el 616 Sisebuto anexiona la ciudad al reino visigodo, convirtiéndola en la capital de la Hispania Transfretana.

En el 1309 Jaime II de Aragón ocupa Ceuta, y en 1415 los portugueses, en virtud de la batalla de Alcazarquivir, quienes la fortifican.

Durante el siglo VIII, época de la conquista de la Península por los musulmanes, la ciudad fue destruida. En el siglo X estuvo bajo el califato de Córdoba, en el 1083, los almorávides la conquistan con el apoyo de Alfonso VI, y pasa a depender de la taifa de Málaga, en el XIII soberanía de la taifa de Murcia y a partir del XIV bajo las órdenes del reino nazarí de Granada.

Más tarde, fruto de la reconquista cristiana, los principales reinos de la península, Portugal, Castilla y Aragón, realizaron expediciones por el Mediterráneo, para aumentar su presencia e importancia frente al poder musulmán. Su posición estratégica, a las puertas del Mediterráneo, la convirtió en una plaza muy deseada, máxime desde que en el siglo XI se consolidó como la última etapa de la ruta transahariana, a través de la cuál recibía oro y sal.

El 21/8/1415, el rey Juan I de Portugal la conquista, al pequeño reino bereber de los Mérinides, terminando con siglos de dominación musulmana, y el 2 de septiembre Pedro de Menezes, primer conde de Vila Real, se convierte en el primer gobernador de Ceuta, marcando dicha fecha como el día de Ceuta (su fiesta patronal Nuestra Señora de África es el 5 de agosto). Pero la muerte del rey Sebastián I de Portugal en 1578, en la campaña de Alcazarquivir (cerca de la actual Larache), sin descendencia, hizo que Felipe II la asimilara a su corona, jurando su cargo como rey de Portugal en 1581, por lo que Ceuta pasó a ser de dominio Hispano.

En 1640 los portugueses, influenciados por los ingleses, deciden independizarse de España al entender que serían más prósperos. El duque de Braganza aprovechó el conflicto existente entonces, a raíz de la Unión de Armas, junto con conflictos entre tropas castellanas y campesinos catalanes en la frontera con Francia, para independizarse de España. A pesar de esta decisión, la población ceutí (con la unificación de los reinos de España y Portugal, bajo el reinado de Felipe II, la población ceutí, mayormente portuguesa, se ve desbordada por una fuerte inmigración procedente sobre todo de Andalucía, que supondrá un dominio de los moradores andaluces sobre los portugueses) se negó a seguir la sublevación de Portugal, permaneciendo fiel a España. Es por ello por lo que desde entonces la ciudad recibe los títulos honoríficos de “Siempre Noble y Leal”.

 

Gibraltar fue registrado por la ONU en 1946 como "territorio no autónomo". En 1963, en plena década de descolonización por las potencias europeas, es incluida en la lista de territorios a descolonizar por Naciones Unidas. En la Resolución 1.514, párrafo 6º, de 1960, se detalla que Gibraltar destruye la unidad nacional y la integridad territorial de España siendo incompatibles con las Resoluciones de la ONU.

La colonia británica de Gibraltar está unida a la península Ibérica por un istmo de una anchura de 1,5 km. Tiene 6,5 km² de extensión y está dominada por un promontorio rocoso de 425 m de altura, 4,5 km de largo y 1,5 de ancho, el llamado peñón de Gibraltar, que forma una costa prácticamente vertical en su lado este y algo menos pronunciada en el oeste, en cuyas faldas crece la ciudad. Limita al norte con el Campo de Gibraltar y La Línea de la Concepción, por el oeste con la bahía de Algeciras, y por el este y sur con el mar Mediterráneo, dominando la bahía de Algeciras y el estrecho de Gibraltar, zona de encuentro entre dos mares y dos continentes.

El peñón de Gibraltar ha sido a lo largo de la historia un importante objetivo militar, debido a su posición estratégica. Fue conquistado por los musulmanes en el año 711 y reconquistado por los castellanos en 1462.

La historia del Peñón estuvo unida a la del resto de la Península hasta 1704, en que una coalición angloholandesa se hizo con el enclave estratégico. Todo comenzó con la Guerra de Sucesión española. Carlos II de Austria, “el Hechizado”, muere sin descendencia. En su testamento, nombra como sucesor al francés Felipe de Anjou (nieto de Luis XIV), coronado como Felipe V (primer Borbón que reina en España). La relevancia en el mundo de España por aquel entonces era sobresaliente, por ello Europa no estaba dispuesta a permitir la unión de dos superpotencias como España y Francia. Inglaterra y Holanda se unen para apoyar a Carlos de Habsburgo que tenía derechos dinásticos. Todas las potencias interesadas recabaron apoyos para sus candidatos en la Península. Por un lado, estaba Felipe V que casaba perfectamente con el modelo centralista de Castilla, reino más fuerte en la Península. Por el otro, Carlos de Habsburgo, representaba el modelo foral de la Casa de Austria, que le venía muy bien a la Corona de Aragón, especialmente a Cataluña.

El 4 de agosto de 1704, el almirante Rooke y el príncipe holandés Hesse-Darmstadt con una fuerza notablemente superior a la guarnición española consigue hacerse con el Peñón. Toda la población autóctona huyó, trasladándose a la colina donde se localizaba la antigua ermita de San Roque. Finalmente, el archiduque Carlos heredó el imperio alemán con lo que éste perdió el interés por reinar España. La reina Ana de Gran Bretaña pactó con el Rey Luis XIV de Francia el fin de la Guerra de Sucesión, mediante el Tratado de Utrecht en 1713. Las líneas principales del Tratado fueron:

  • Reconocer a Felipe V como Rey de España.
  • El Imperio austriaco se quedó con Nápoles, Cerdeña, y el Flandes español. El Reino de Saboya se anexionó Sicilia.
  • Inglaterra tendría el derecho limitado a comerciar con las Indias españolas, además de poder comerciar con esclavos. Se anexionó Menorca y Gibraltar.

La promulgación de la Constitución en 1969 coincidió con el cierre unilateral de la frontera por parte del gobierno de España, que supuso la interrupción de relaciones durante 26 años. El final de la dictadura en España y la progresiva integración del país en las organizaciones políticas y militares europeas contribuyeron a desbloquear la situación, lo que permitió reanudar las conversaciones bilaterales, que permitieron la reapertura de la verja (frontera) en 1985, tras la consecución de unos acuerdos hispano-británicos que incluían la celebración de futuras conversaciones sobre la soberanía del peñón.


 

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