(PDF) CRIMINOLOGIA LUIS RODRIGUEZ MANZANERA libro | Luis Rodriguez - Academia.edu
LUIS RODRÍGUEZ MANZANERA PROFESOR TITULAR DE CRIMINOLOGÍA EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Y EN LA UNIVERSIDAD LA SALLE. MIEMBRO DE NÚMERO DE LA ACADE- MIA MEXICANA DE CIENCIAS PENALES Y DE LA ACADEMIA MEXICANA DE CRIMI- NALÍSTICA. PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE CRIMINOLOGÍA CRIMINOLOGÍA SEGUNDA EDICIÓN EDITORIAL PORRÚA, S. A. AV. REPÚBLICA ARGENTINA, 15 MÉXICO, 1981 Primera edición, 1979 Derechos reservados Có¡>yriglit ©1981 por Luis RODRÍGUEZ MANZANEKA Pestalozzi, 554, México 12, D. F. Esta edición y sus caracteristicas son propiedad de la EDITORIAL PORRÜA, S. A. Av. República Argentina, 15, México 1, D. F. Queda hecho el depósito que marca la ley DfPHESO £ N liCÉXIOO PRINTED IN MÉXICO ISBN 968-432~300-X A mis hijos Luis Francisco y María de la Luz In Memoriam Alfonso Quiroz Cuarón (1910-1978) PRÓLOGO El prólogo de este libro debió ser escrito por el Dr. Alfonso Qui- roz Cuarón, pero el infarto cruel, inexorable, que le segó la vida se lo impidió; el manuscrito original que le entregamos quedó sobre su mesa de trabajo, con las anotaciones y correcciones que él consi- deró convenientes. El maestro, nuestro maestro, maestro de todos, cayó el 16 de no- viembre de 1978, fulminado por un infarto mientras impartía su clase de Medicina Forense en la Facultad de Derecho de la Univer- sidad Nacional Autónoma de México. El maestro murió tal como había vivido: enseñando, rodeado de sus discípulos, con el gis "tan blanco como su cabellera" entre las manos. Por impartir clase en salones contiguos y a la misma hora, me tocó recibir su último aliento; la carrera desesperada al hospital fue inútil, los esfuerzos de ios médicos por revivirlo fueron vanos; en el momento en que el médico hacía un signo negativo y mostraba la gráfica del electrocardiógrafo totalmente plana, sonó la alarma del reloj de pulsera del maestro, señalando, según su costumbre, el fin de la clase. Así, este libro no se ve enriquecido por el prólogo del Maestro, honor que otras veces tuvimos, ni este prólogo lleva la alegría (aun- que sí la satisfacción) de la obra terminada. Este libro no pretende ser un tratado de Criminología, más bien deseamos elaborar una introducción para todos aquellos que princi- pian a adentrarse en las ciencias criminológicas. El objetivo básico es que, al finalizar la lectura, el lector sea capaz de comprender sin dificultad los tratados de Criminología, distinguiendo a qué escuela, corriente o tendencia pertenecen, y pu- diendo analizarlos y criticarlos adecuadamente. El libro está dirigido principalmente a alumnos del nivel licen- ciatura, por lo que se busca no solamente la información crimino- lógica, sino también, en cierto grado, la formación general. xm XIV CRIMINOLOGÍA Es indudable que, para los especialistas en ciertas ramas del saber (psicólogos, sociólogos, juristas, médicos, etc.), algunas partes de la obra parecerán muy elementales, pero ha sido necesario hacerlo así para mantener un equilibrio, ya que el libro no está escrito para alguna carrera en particular (con excepción de la de criminólogo, desde luego). Esta obra nació como "apuntes" de clase, que fueron mimeogia- fiados para alumnos de la UNAM en 1972, y para alumnos de la Pro- curaduría del D. F. en 1974 y 1975, imprimiendo una edición muy corregida en offset en 1977. La versión definitiva fue realizada en 1978 con el apoyo y guía (y presión) de nuestros maestros Quiroz Cuarón y Pina y Palacios. En nuestro país las obras dedicadas exclusivamente a la Crimi- nología no han sido muy abundantes. En este siglo tenemos algunas obras importantes escritas en México por españoles (Mariano Ruiz Funes, Constancio Bernaldo de Ouirós), algunas traducciones de obras extranjeras (Nicéforo, Stanciu, Lavastigne), y algunos "apun- tes" (Gutiérrez Basaldúa, Solís Quiroga). Como compendios, manuales y textos de Criminología general hechos por mexicanos, tenemos: la "Génesis del Crimen en México", de Julio Guerrero (1901); "El Crimen", de José Almaraz (1931); "La Criminalidad en la República Mexicana", de Quiroz Cuarón (1958); y recientemente "Criminología Humanista", de Rojas Pérez Palacios (1977) y el "Manual de Criminología" de Orellana Wiarco (1978). El desarrollo de esta obra es llevado a través de una división en cuatro grandes partes, dedicadas a: la ciencia criminológica; la his- toria de la Criminología; las grandes escuelas, corrientes y tendencias criminológicas; algunas aplicaciones de la Criminología. La primera parte trata de responder a la pregunta clave de ¿qué es la Criminología?, punto de partida para saber en realidad qué estamos haciendo. Para encontrar solución adecuada a la anterior interrogante se- guimos el camino de descifrar la naturaleza, el objeto, el método y el fin de la Criminología, analizando su categoría científica, los diversos niveles de interpretación del objeto, la interdisciplina y la Política Criminológica. Para poder distinguir la Criminología de otras ciencias hacemos un estudio de la llamada enciclopedia de las ciencias penales, en- contrando afinidades y diferencias, y colocando a la Criminología y a PROLOGO XV las ciencias criminológicas en el lugar que, en nuestra opinión, le corresponde. La segunda parte está dedicada a realizar un rápido recorrido por la historia del pensamiento criminológico, del hombre primitivo hasta el siglo xix, es decir, a ía época del inicio de la Criminología como ciencia independiente. No siendo éste un tratado de historia de la Criminología, debi- mos escoger lo más significativo de diferentes épocas y lugares, para dar una idea general del desarrollo de las ideas que tratan de expli- car las conductas desviadas y antisociales y a los sujetos que las cometen. La tercera parte estudia las diversas escuelas, corrientes y ten- dencias en materia criminológica, resumiendo las ideas de los autores más representativos del siglo xix a nuestros días. Las tendencias en revisión son, principalmente, la antropológica, la biológica, la psicológica, la sociológica, la jurídica, la clínica y la crítica, con sus diversas escuelas, opiniones y descubrimientos. Al igual que en la parte histórica, hemos debido hacer una selec- ción, ya que era materialmente imposible hacer el examen exhaus- tivo de cada corriente, además de que superaría en mucho la exten- sión calculada y las finalidades de esta obra. La cuarta y última parte fue elaborada para dar una idea de la forma de plantear ciertos problemas criminológicos. Crimen, criminal y criminalidad son estudiadas con especial re- ferencia a México, ya que la mayoría de nuestros lectores serán de nacionalidad mexicana. Esta parte es más enunciativa que explicativa: no se pretende llegar al fondo de los problemas ni proponer soluciones, sino poner al lector en contacto con las preocupaciones más notables de la Criminología de hoy, así como un acercamiento a la realidad en la forma más objetiva posible. Hacemos votos porque esta obra logre llenar algunas carencias en la bibliografía actual (principalmente nacional), y que pueda ser de utilidad a nuestros estudiantes de Criminología. No es posible terminar este prólogo sin hacer patente nuestro agradecimiento a los maestros mencionados, principalmente al Maes- tro Quiroz, ahora ausente, por sus orientaciones y el acceso a su biblioteca. Debo agradecer también a mis alumnos, cuyas intervenciones, dudas y aclaraciones fueron enriqueciendo el material original. XVI CRIMINOLOGÍA Mención especial debe hacerse de la Sra. Leticia Robledo de Lazo, que tuvo a su cargo la parte mecanográfica y la fatigosa revi- sión de la bibliografía, así como del Sr. Lie. {osé Antonio Saldaña que elaboró el índice onomástico. Finalmente, el reconocimiento de siempre a mis padres por su ejemplo de trabajo infatigable y a mi esposa que supo compartir conmigo las limitaciones a que debe someterse quien quiere dedi- carse a la investigación criminológica en México. Esperamos que esta edición tenga una acogida tan generosa como tuvo la primera. México. 1981. ÍNDICE PRIMERA PARTE LA CIENCIA CRIMINOLÓGICA iNTRODUCaÓN Capitulo I. L A CRIMINOLOGÍA 1. Concepto.—2. Definiciones.—3. El término Criminología.—4. Cla- ses de Criminología.—5. La Criminología como Ciencia.—6. La Ciencia Criminol<%ica.—7. El objeto de la Criminología.—8. Defi- nición Jurídica del Objeto.—9. Conducta Antisocial y Delito.— 10. Formas de Conducta.—11. Tipos de Sujeto.—12. Crimen, Cri- minal, Criminalidad.—13. La Criminología Causal.—14. Lo Expli- cativo en Criminología.—15. La Criminología como Ciencia Na- tural y Cultural.—16. Finalidad de la Criminología Capítulo II. CIENOA Y MÉTODO OUMINOLÓGICOS 1. Introducción.—2. La Criminología como Ciencia.—3. La Cri- minología, Ciencia Fáctica.—4. Metodología.—5. El Método en Criminología.—6. La Interdisciplina.-7. Esquemas Circulares y Orbitales.—8. La Observación.—9. La Experimentación.—10. Los Niveles de Interpretación.-11. El Método y los Niveles de Inter- pretación.—12. Utilidad de los Niveles.—13. Regla de la Primacía de la Descripción.—14. La Estadística.—15. Medios de Investigación. Capitulo III. L A SÍNTESIS CRIMINOLÓGICA 1. Introducción.—2. Concepto de Síntesis.—3. Las Mateiias de Sín- tesis.—4. Antropología Criminológica.-5. Biología Criminológica.- 6. Psicología Criminológica.-7. Sociología Criminológica.—8. La Criminalística.—9. La Victimología.—10. La Penología.—11. La Sín- tesis Clínica.—12. La Síntesis General XVII XVIU CRIMINOLOGÍA Capitulo IV. LAS CIENCIAS PENALES L Introducción.-2. Esquema.—S. Las Ciencias Criminológicas.— 4. La Historia.—5. Ciencias Penales Comparadas.—6. La Filoso- fía.—7. El Derecho Penal.—8. Relaciones entre Derecho Penal y Criminología.—9. Diferencias entre Derecho Penal y Criminolo- gía.—10. El Derecho Procesal Penal.—11. El Derecho Ejecutivo Penal.—12. El Derecho de Policía.—13. Las Ciencias Básicas y las Ciencias Médicas.—14. La Medicina Forense.—15. Psiquiatría Fo- rense.—16. La Metodología.—17. La Política Criminológica Capítulo V. L A POLÍTICA CRIMINOLÓGICA I. Introducción.—2. Concepto.—3. Política.—4. Política Crimino- lógica.—5. Política Criminológica y Derecho.—6. Política Crimi- nológica y Política Social.—7. Política Legislativa.—8. Política Judicial.—9. Política Penitenciaria.—10. Concepto de Prevención.— II. Objetivos de la Prevención.-12. Planeando la Prevención.— 13. El Planteamiento del Problema.—14. Planificación.—15. Pro- gramas de Prevención y Evaluación.—16. El Órgano de Preven- ción.—17. Plan de Desarrollo.—18. Etapas de Desarrollo.—19. La Evaluación de la Prevención SEGUNDA PARTE HISTORIA DE LA CRIMINOLOGÍA INTRODUCCIÓN 143 Capitulo VI. FASE PRECIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA 1. El Hombre Primitivo.—2. Mesopotamia.—3. Egipto.—4. Chi- na.—5. Israel.—6. Antigüedad Griega.—7. Pensadores Griegos.— 8. Protágoras.—9. Arquímedes.—10. Sócrates.—11. Hipócrates.—12. Platón.—13. Aristóteles.—14. Alejandría.—15. Antigüedad Latina. 147 Capitulo VII. L A EDAD MEDIA Y LAS PSEUDGCIENCIAS 1. La Edad Media.—2. San Agustín,—3. Santo Tomás de Aqui- no.—4. Las Ciencias Ocultas.—5. La Quiromancia.—6. La Astro- logia.—7. La Demonología.—8. La Fisionomía.—9. La Frenología. 165 ÍNDICE XIX Capitulo VIII. Los PRECURSORES 1. Santo Tomás Moro.—2. John Howard.—3. Jeremy Bentham.— 4. César Beccaria.—5. Pensadores Franceses.—6. Juan Jacobo Rous- seau.—7. Médicos de Prisiones.—8. Philippe Pinel.—9. Psiquiatras del siglo XIX.—10. Morel, Despine, Virgilio.—11. Charles Darwin. 187 Capítulo IX. FASE DE INICIO DE LA CRIMINOLOGÍA 1. Introducción.—2. César Lombroso.—3. Enrico Ferri.—4. Rafael Garófalo.—5. Los Congresos Internacionales de Antropología Cri- minal 209 TERCERA PARTE ESCUELAS Y DIRECCIONES iNTOODucaóN 229 Capitulo X. LAS ESCUELAS' JURÍDICO-PENALES 1. Introducción.—2. La Escuela Clásica.—3. La Escuela Positiva.— 4. Escuelas Eclécticas.—5. La Defensa Social.—6. Cuadro Compa- rativo 233 Capitulo XI. L A DIRECOÓN ANTROPOLÓGICA 1. Introducción.—2. La Clasificación de los Delincuentes.—3. El Criminal Nato.—4. Delincuente Loco Moral.—5. El Delincuente Epiléptico.—6. El Delincuente Loco (Pazzo) .—7. Delincuente Pa- sional.—8. Delincuente Ocasional.—9. La Mujer Delincuente.—10. Criminal Político.—11. El Trípode Lombrosiano.—12. El Crimen, Causas y Remedios.—13. Critica a las Teorías Lombrosianas.— 14. Conclusión 253 Capitulo XII. L A DIRECCIÓN BIOLÓGICA 1. Introducción.—2. Escuela Antropológica.—3. Endocrinología.— 4. La Biotipología.—5. Escuela Francesa.—6. Escuela Alemana.—7. Escuela Italiana.—8. Escuela Americana.—9. Escuela Mexicana . . 279 XX CRIMINOLOGÍA Capítulo XIII. L A DIRECCIÓN BIOLÓGICA 1. Introducción.—2. Las Familias Criminales.—3. La Estadística Fa- miliar.—4. Los Estudios en Gemelos.—5. Estudios de Adopción.— 6. Las Aberraciones Cromosomáticas.—7. Estudios Electroencefa- lográficos 299 Capitulo XIV. L A DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 1. Introducción.—2. Escuelas Cartográficas o Estadísticas.—3. La Escuela Antroposocial.—4. La Escuela Socialista 315 Capítulo XV. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 1. Enrico Ferri.—2. Gabriel Tarde.—3. Emilio Durkheim.—4. Su- therland y Cressey,—5, Merton.—6. Ferracuti y Wolfgang.—7. Mé- xico 339 Capítulo XVI. L A DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 1. Introducción.—2. Sigmund Freud.—3. El Psicoanálisis.—4. Teo- ría Psicoanalítica.—5. Las Etapas de Desarrollo.—6. El Aparato In- trapsíquico.—7. Técnica Psicoanalítica.—8. Psicoanálisis Crimino- lógico.—9. Alexander y Staub.—10. Theodor Reik 367 Capítulo XVII. L A DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 1. Alfred Adler.—2. Cari Gustav Jung.—3. Escuela Reflexiológi- ca.—4. El Conductismo.—5. Teoría de la Gestalt.—6. Fenomenolo- gía.—7. Psicología Anormal.—8. Psicología Radical.—9. Samuel Ra- mos.-10. México 385 Capitulo XVIII. L A DIRECQÓN CLÍNICA I. Introducción.—2. Historia.—3. Concepto.—4. Criminología Clí- nica y Criminología General.—5. Método.—6. Peligrosidad.—7. Diagnóstico.—8. Pronóstico.—9. Los Glueck.—10. Tratamiento.— II. México.—12. Conclusión 407 Capítulo XIX. L A DIRECCIÓN CRÍTICA 1. Antecedentes.—2. Las Reuniones.—3. Crítica a las Escuelas.— 4. Crítica a la Criminología "Tradicional".—5. La Criminología Crítica.—6. Conclusión 437 ÍNDICE XXI CUARTA PARTE APLICACIONES CRIMINOLÓGICAS iNTRODUCaÓN 457 Capítulo XX. CRIMINOCÉNESIS Y CRIMINODINÁMICA 1. Introducción.—2. Causa criminógena.—3. índice criminológico.— 4. Condiciones criminológicas.—5. El móvil criminógeno.—6. El factor criminógeno.—7. Los factores criminógenos en Ferri.—8. Los factores causales.—9. Factores crimino-impelentes y crimino-repe- lentes.—10. Factores predisponentes, preparantes y desencadenan- tes.—II. Factores predisponentes.—12. Factores preparantes.—13. Factor desencadenante.—14. Ejemplos.~15. Dinámica.—16. Factoies endógenos y exógenos.—17. Clasificación de antisociales.—18. Apli- cación criminológica 459 Capítulo XXI. L A CRIMINALIDAD EN MÉXICO 1. Introducción.—2. Cifras oficiales de la criminalidad.—3. Balance general.-4. El homicidio.-5. Cifra negra.—6. Comparación con la delincuencia en el mundo.—7. Discusión . 481 Capítulo XXII. PROBLEMAS CRIMINOLÓGICOS ACTUALES 1. Introducción.—2. Delincuencia de menores.—3. Criminalidad y automóvil.—4. La macrocriminalidad.—5. Abuso del poder.—6. Uso indebido de drogas.—7. Violencia.—8. Victimologia.—9. El fracaso de la prisión.—10. Conclusiones 495 PRIMERA PARTE LA CIENCIA CRIMINOLÓGICA INTRODUCCIÓN Es necesario conocer qué es la Criminología, cuál es su natura- leza, sus funciones, su utilidad, sus alcances. Aunque pudiera parecer que el problema está ya resuelto, la di- versidad de opiniones, principalmente de legos en la materia, es tan abundante que nos obliga a hacer una serie de explicaciones para precisar los términos, aclarar los conceptos, afinar los métodos. Esta parte, compuesta de cinco capítulos, está dedicada a la Cri- minología como ciencia, a su objeto, método y fin, y sus relaciones con otras ciencias y disciplinas. En el capítulo I se estudian diversas definiciones de la ciencia criminológica, para dar un concepto de la misma, y entrar a analizar la añeja discusión sobre la categoría científica de la Criminología. A continuación se estudia el objeto de estudio de la Criminología, insistiendo en la necesidad de un objeto propio, independiente de toda implicación jurídica. El considerar la conducta antisocial como nuestro objeto de estu- dio, nos lleva a hacer diferencia entre varios tipos de conducta (so- cial, asocial, parasocial y antisocial) y a tomar en cuenta los niveles de interpretación; crimen, criminal y criminalidad. El capítulo II comprende una explicación del porqué la Crimi- nología es una ciencia táctica, y cuál es el método a seguir en la in- vestigación criminológica. Como ciencia interdisciplinaria, la Criminología escapa a tradi- cionales esquemas piramidales para llegar a esquemas circulares u orbitales. Ponemos especial atención a las variaciones metodológicas, según el nivel de interpretación criminológica en que estemos trabajando- (nivel conductual, individual o ge,neral). La característica más señalada de la ciencia criminológica es la de ser sintética, si no hay síntesis no hay Criminología, por esta razón le es dedicado el capítulo II a los componentes mínimos de la sín- tesis criminológica. 2 CRIMINOLOGÍA En nuestra opinión, el mínimo necesario para que haya Crimi- nología consiste en: Antropología Criminológica, Biología Crimino- lógica, Psicología Criminológica, Sociología Criminológica, Crimina- lística, Victimología y Fenología. Se hace una explicación de la natu- raleza y contenido de cada una. La llamada Enciclopedia de las Ciencias Penales es estudiada en el capítulo IV, para poder aclarar las diferencias y relaciones entre cada una de las componentes de la Enciclopedia y la Criminología. En especial es explorada la relación entre las Ciencias Jurídicas y la Criminología, problema también antiguo y que ha causado dis- cusiones e injustificados alejamientos entre Criminólogos y Juristas. Para finalizar esta parte, se dedica un capítulo, el V, a la Política Criminológica. Se usa en los libros de Criminología, por lo general, dejar esta parte al final de la obra, pero por la importancia del tema preferi- mos tratarlo en esta primera parte. La Política Criminológica es el punto de unión, es el puente de plata, que ha reunido a todas las Ciencias Penales; gracias a ella muchas inútiles disputas han cesado, y nos encontramos en un mo- mento de acercamiento hacia una meta común: la prevención de las conductas antiso^iiales. Por medio de la Política Criminológica, las Ciencias Penales se convierten en algo más que simples divagaciones académicas, se trans- forman en efectivos instrumentos de cambio social, de bienestar y de justicia social. CAPITULO I LA C R I M I N O L O G Í A 1. Concepto.—2. Definiciones.—3. El término Criminología.— 4, Clases de Criminología.-5. La Criminología como Ciencia.— 6. La Ciencia Criminológica.—7. El objeto de la Criminología.— 8. Definidón }uriáiea del Objeto.—9. ConducU Antisocial y Delito.—10. Formas de Conducta.—11. Tipos de Sujeto.—12. Cri- men, Criminal, Criminalidad.—13, La Criminología Causal.— 14. Lo Explicativo en Criminología.—15. La Criminología como Ciencia Natural y Cultural.—16. Finalidad de la Crimi- nología. 1.1. CONCEPTO Como punto de partida para desarrollar el presente capítulo, consideramos a la Criminología como una Ciencia Sintéticüj causal explicativa, natural y cultural de las conductas antisociales. La anterior definición fue acuñada en México, al principio por don MARIANO RUIZ FUNES (1952), y después completada y perfec- cionada por el maestro QUIROZ CUARÓN.^ En un principio, Ruiz FUNES consideraba a la Criminología como "ciencia sintética y empírica, sus límites están fijados por su conte- nido: el estudio triple del delincuente y del delito bajo los aspectos antropológico-biológico, psicológico y sociológico".^ Posteriormente substituyó el término "delincuente y delito" por el de "fenómenos criminales".^ La definición a la que en principio nos adherimos ha sentado sus 1 Cfr. QüiRoz CuARÓN, ALFONSO. "Evolución de la Criminología". Derecho Penal Contemporáneo N9 3, abril de 1965, México, D. F., p. 17. 2 RUIZ FUNES, MARIANO. "ConSerencias". Revista Penal e Penitenciairia. Año X, vol. IX-X. Sao Paulo, Brasil, 1949, p. 55. 3 Ruiz FUNES, MARIANO. Estudios Criminológicos. Jesiis Montero, editor. La Ha- bana, Cuba, 1952. p. 17. 4 CRIMINOLOGÍA reales en México, y se ha utilizado en los programas oficiales de es- tudio, como podemos constatar en diversas publicaciones.* Hemos optado por esta definición por reunir una serie de elemen- tos que iremos analizando detenidamente, y que consideramos correc- tos, aunque desde luego, perfectibles y necesarios 4e aclaración. La definición de Criminología « aún un problema a discutir, va- rios autores se niegan a definirla, otros dan definiciones plenamente tautológicas o puramente etimológicas. Procurando unificar criterios sobre la enseñanza de la Crimino- logía, en 1965 se reunieron una pléyade de criminólogos en el Eed- ford College de Londres, estando presentes, entre otros: Grassberger, Cornil, Ribeiro, Sellin, Pinatél, Erra, Mannheim, Sulhi, Dimitrijevic y López Rey. Esta reunión, patrocinada por la UNESCO y organizada por la Sociedad Internacional de Criminología fue por demás fructífera, ya que se llegó a importantes acuerdos en lo referente al contenido, al- cance y fin de la enseñanza criminológica. La opinión a la que se adhirieron la mayoría de los participan- tes al coloquio de Londres sobre el concepto de la Criminología, fue propuesta por BENIGNO D I T U L U O , dentro de la línea clásica de ENRICO FERRI: La Criminología debe ser una ciencia sintética que se basa en la Antropología y en la Sociología Criminales. La conclusión a la que se llegó en el mencionado coloquio es la siguiente: "Esta ciencia sintética se propone, hoy como ayer, la disminución de la criminalidad, y en el terreno teórico que debe permitir llegar a este fin práctico, propone el estudio completo del criminal y del crimen, considerado este último no como una abstracción jurídica, sino como una acción humana, como un hecho natural y social. El método utilizado por la Criminología es el método de observación y de experimentación, empleado en el marco de una verdadera clí- nica social." ** Naturalmente que al suscribir esta concepción, que ve en la Cri- minología una ciencia unitaria y autónoma, que apela a la Clínica y a la Experimentación, y sintetiza los resultados así obtenidos, los participantes en el Coloquio de Londres subrayaron sencillamente una orientación, un camino que seguir. 4 Planes de Estudios y Programas División de Estudios Superiores. Facultad de Derecho. UNAM. 1970, p. 44. s UNESCO. Las ciencias sociales en la enseñanza superior: Criminología. UNESCO, España, 1961, p. 13. LA CRIMINOlíXJIA S Como podemos observar* en México nuestros maestros habían Ue* gado ya a la misma conclusión a la que an:<ibaron años después Io$ ilustres participantes del Coloquio de Londres. Lo anterior lo dedwimos al notar que h^ Criminología es conce* bida x:omo ciencia sintética, tanto natural como social y no jurídica^ con una finalidad preventiva, a la que se llega por medio del estudio del crimen y del criminal, con un método de observación y experi- mentación, es decir, encontramos los elementos ciencia, síntesis, mér tíodo, empirismo y objeto, que analizaremos más adelante. L2. DEFINICIONES Pata dar una idea más amplia, y tomando en cuenta que no hay üft acuerdo definitivo sobre la definición (a pesar de que el Colo- quio de Londres nos da una importante aproximación), como ejemh pío recordaremos algunas definiciones de tratadistas importantes: RAFAEL GARÓFALO conceptúa la Criminología como' la "ciencia del delito", pero haciendo una diferencia entre delito sociológico o natural (al q u e llama también crimen) y el delito jurídico. Este úl- timo seria el que el legislador considera como tal y lo incluye en el Código Penal. Por el contiario, "el delito social o natural es una lesión de aque- lla parte del sentido nioral que consiste en los sentimientos altruistas fundamentales (piedad y probidad), según la medida en que se encuentran en las razas humanas superiores, cuya medida es necesa- ria para la adaptación del individuo a la sociedad".* '' A pesar de ser criticable en varias partes la definición del maestro italiano, no cabe duda de que fue un importante punto de partida para posteriores investigaciones, así, FERRI diría que "Son delitos las acciones determinadas por motivos individuales y antisociales que al- teran las condiciones de existencia y lesionan la moralidad media de ün pueblo en un momento determinado." ® QUINTILIANO SALDAÍÍA en su obra "Nueva Criminología", ya no tan nueva, pues se publicó en 1929, define la Criminología como 6 Cfr. GARÓFALO, RAFAEL. Estudios Criminalistas, capitulo I. "El Delito Natural*'. Tipografía de Alfredo Alonso. Madrid, España, 1896, pp. 5 a 42. 1 Cfr. GARÓFALO, RAFAEL. Criminologia. La España Moderna. España, S. F. 8 Cfr. FERRI, ENMCO. La S'ociohgie Criminelle. Rousseau, Fditeur. París, Fianciji, 1893, pp. 44 y sigs. 6 CRIMINOLOGÍA "ciencia del crimen o estudio cientíñco de la criminalidad, sus causas y medios para combatirla". DON CONSTANCIO BERNALDO DE QUIRÓS, define la Criminología como la ciencia que se ocupa de estudiar al delincuente en todos sus aspectos; expresando que son tres grandes ciencias las constitutivas, a saber: la ciencia del delito, o sea el Derecho Penal; la ciencia del delincuente, llamada Criminología; y la ciencia de la pena, Penolo- gía; por cierto que es don Constancio Bernaldo de Quirós de los pocos autores que establece la diferencia entre Criminología y Cri- minalogía, aclarando que Criminalogía es singular y por lo tanto es el estudio del delito en particular, en tanto que Criminología es en plural y es la ciencia que abarca todo el conjunto.* ^o ABRAHAMSEN dice que Criminología es la "investigación que a tra- vés de la etiología del delito (conocimiento de las causas de éste), y la filosofía del delito, busca tratar o curar al delincuente y prevenir las conductas delictivas".^^ Para CUELLO CALÓN "La Criminología es el conjunto de conocimientos relativos al delito como fenómeno in- dividual y social." ^* HuRWiTz, anotando que el término Criminología puede emplear- se en diversos sentidos, dice que en su obra "designa aquella parte de la ciencia criminal que pone de relieve los factores de la crimi- nalidad mediante la investigación empírica, es decir, los factores in- dividuales y sociales que fundamentan la conducta criminal".^* Después agrega que "Según esta definición, la Criminología se orienta primordialmente hacia el análisis de la etiología del crimen, si bien no se pretende mantenerla estrictamente dentro de estos lí- mites. El fondo de toda conducta criminal, como objeto de investi- gación, n o puede ser separada incondicionalmente de la forma y ex- tensión de esta misma conducta; de aquí que la Criminología deba también incluir en cierto grado, la fenomenología"." 9 QUIRÓS, CONSTANCIO BERNALDO DE. Criminología. Editorial Cajica. Puebla, Mé- xico, 1957, p. 13. 10 DON MARIANO Ruiz FUNES y DON BERNALDO DE QUIRÓS, son dos de los impulsores de la Criminología en México, profesores de DONI ALFONSO QUIROZ CUARÓN, quien suce- dió a DON MARIANO R U K FUNES en la cátedra del doctorado y posteriormente a don CoNSTANOO BERNALDO DE QUIRÓS en la licenciatura, y ha sido el maestro d e las últimas y más brillantes generaciones de penalistas y criminólogos. 11 ABRAHAMSEN, DAVID. Crime and the Human Mind. Columbia University Press. Nueva York, 1944, p. 17. 12 CUELLO CALÓN, EUGENIO. Derecho Penal. Tomo I. Editorial Bosch, Barcelona, España, edición decimosexta, p. 19. 13 HuRwiTZ, STEPHAN. Criminología. Editorial Ariel. Barcelona, 1956, p. 23. U Ibidem. t A CRIMINOLOGÍA 7 Para MARQUISET es el "Estudio del crimen, considerado como fe- nómeno individual y social, de sus causas y de su prevención".^"* RESTEN opina que "La Criminología consiste en la aplicación de la Antropología diferencial al estudio de los factores criminóge- nos de origen biológico, fisiológico, psicológico y sociológico, y en la búsqueda de sus bases racionales en que apoyar la profilaxis del cri- men y la regeneración del criminal".^® TABIO piensa que la Criminología es una ciencia de contenido variado como ninguna, y cree firmemente que en esta ciencia causal explicativa está el refugio y la esperanza de los que nos preocupamos de veras por ese fenómeno humano que se llama delito, esta ciencia supone y significa el tratado de los crímenes, es decir, el estudio del crimen desdé un ángulo panorámico más amplio.^'^ BoNGER en su obra dice que "Entendemos por Criminología la ciencia que tiene por objeto el estudio del fenómeno llamado crimi- nalidad en toda su extensión (Criminología teórica o 'pura'); junto a esta ciencia teórica, y fundada en sus conclusiones, encontramos lo que conocemos con el nombre de Criminología práctica o aplicada".^® La escuela austriaca, representada principalmente por HANS GROSS y ERNEST SEELIG, concibe e crimen como "una conducta psíquico- corpórea y culposa de un hombre, que por ser contraria a la sociedad está jurídicamente,prohibida y amenazada con una pena".^* Afirman que el crimen es objeto de dos ciencias diferentes (Criminología y Derecho Criminal), según se observe como fenómeno naturalístico o en sentido jurídico, y dan a la Criminología una extensión enciclo- pédica notable. DURKHEIM tiene un punto de vista por demás particular y digno de tomarse en cuenta, ya que para él es de constatarse "la existen- cia de ciertos actos que presentan un carácter exterior y que, una vez realizados, determinan por parte de la sociedad esa reacción particu- lar que se llama pena. Hacemos con ellos un grupo sui generis al cual imponemos una rúbrica común: llamamos delito todo acto cas- is MARQUISET, JEAN. Le Crime. Presses Universitaires de France. París, 1957. 16 RESTEN, RENE. Caraclerologia del criminal. Editorial Luis Miracle. Barcelona, £b- paña, 1963, p. 12. 17 TABIO, EVEUO (Dr). Contenido de la Criminologoa. Cuadernos Criminalia N? 18. Ediciones Criminalia. México, 1952, pp. 13, 14 y 15. i« BoNGER, W. A. Introducción a la Criminologia. FCE. México, 1943, p. 39. 1» SEELIG, ERNEST. Manual de Criminologia. Armenio A'-"ado editor. Coimbra, Bra- sil, 1957, p. 6. 8 CRIMINOLOGÍA tigado, y hacemos del delito así definido el objeto de una ciencia especial: la Criminología".'* GoppiNGER da un concepto amplio de la Criminología, afirman- do que es "una ciencia empírica e interdisciplinar. Se ocupa de las circunstancias de la esfera humana y social, relacionadas con el sur- gimiento, la comisión y la evitación del crimen, así como del trata- miento de los violadores de la ley". Agrega que: "Obrando con un principio interdisciplinar y multifactorial, dirige sus investigaciones en el campo de la experiencia hacia todo lo que esté relacionado tanto con las normas del Derecho como con la personalidad del de- lincuente y sus circunstancias en relación con la conducía condenada por el orden jurídico y social." ^^ OLIVERA DÍAZ, en su Criminología Peruana dice que Criminolo- gía es aquella "disciplina que a la vez que explica y estudia las cau- sas de la conducta delictiva y peligrosa, estudia también la persona del delincuente".^ El maestro italo don BENIGNO D I TULLIO no se preocupa por defi- nir nuestra ciencia, y cuando le preguntamos qué era para él la Cri- minología, expresó lo siguiente: "Criminología, es la ciencia de la generosidad", concepto que distingue a uno de los mejores criminó- logos del mundo. En términos afines, en su obra, apunta como finalidad a seguir por los criminólogos el de "dar vida a una verdadera y propia cien- cia de la bondad, mediante la cual se haga posible combatir más efi- cazmente la causa de los más graves y más frecuentes actos antiso- ciales y criminales, y buscar los medios aptos para desarrollar en cada hombre una más profunda y más activa bondad, que constituye la premisa esencial de todo verdadero mejoramiento de la persona hu- mana y, por ello, de la misma humanidad".^^ 1.3. EL TÉRMINO CRIMINOLOGÍA Antes de hacer el análisis detallado de la definición propuesta, es necesario hacer una aclaración sobre el vocablo "Criminología". ao DuRKHEiM, £MILE. Les Regles de la Méthode Sociologique. PUF, París, Francia, 1956, p. 33. 21 GopHNGER, HANS. Criminología. Reus, S. A. Madrid, España, 1975, p. 1. 22 OLIVERA DÍAZ, GUILLERMO. Cnminologia Peruana, tomo I, 2» edición. S.P.E. Lima, Peni, 1973, p. 50. 23 D I TULLIO, BENIGNO. Principios de Criminología Clínica y Psiquiatría Forense Ed. Aguilar. Madrid, España, 1%6, p. 15. LA CRIMINOLOGÍA 9 El término Criminología es un término convencional; si se re- cuerda el derecho romano, observamos que los romanos distinguían entre delitos y crímenes; la diferencia es la siguiente: los crímenes eran perseguidos por el Estado, mientras que los delitos eran perse- guidos por los particulares. En un principio los crímenes quedaban reducidos a unos cuantos: traición a la patria, parricidio, sacrilegio, estupro e incesto. Es decir, se identifica como crimen los delitos muy graves, y así es como la palabra crimen se va a aplicar generalmente a homicidio y aún más justamente al homicidio calificado. Sucede que lo primero que se estudió en el siglo pasado para for- mar nuestra ciencia fueron criminales, delincuentes generalmente homicidas (ya veremos más adelante los casos Misdea, Verzeni, Vi- llella y otros) y por lo tanto se fue pensando no en estudiar al rate- ríllo común y corriente, sino estudiar a los grandes asesinos. Es el antropólogo francés PABLO TOPINARD (1830-1911) el pri- mero en utilizar el vocablo Criminología, sin embargo, quien acuñó el término para que llegara a ser verdaderamente internacional y aceptado por todos fue el jurista italiano RAFAEL GARÓFALO, quien junto con sus compatriotas CÉSAR LOMBROSO (que habla de "Antro- pología Criminal") y ENRICO FERRI (que denomina la materia "So- ciología Criminal") pueden considerarse los tres grandes que fundan la Criminología, llamándoseles por esto "Evangelistas" de esta ciencia. No es pues la Criminología el estudio de los criminales tomando como criminal al asesino, sino que e» el estudio de los criminales to- mando como tales a todos aquellos que cometen alguna conducta antisocial. Debemos pues entender que los términos "crimen", "criminali- dad" y "criminal" son convencionales, y no conllevan en forma al- guna un sentido despectivo, etiquetador o estigmatizante, sino que sirven para diferenciar al simple antisocial y a sus conductas, del delincuente, del delito y de la delincuencia, términos que tienen una fuerte implicación jurídica. Tal como veremos más adelante, no todo sujeto antisocial o des- viado es un delincuente, así como no todo delincuente es, por fuerza, un antisocial. De la misma manera, no toda desviación comporta delito, ni todas las conductas previstas por las leyes penales deben considerarse a priori como antisociales. Entendemos también, que no todo desviado es un antisocial, aunque todo antisocial es, por ló- gica, un desviado. Es verdad que etimológicamente Criminología deriva del latín crimen-criminis, y del griego logos, tratado, y, considerando el con- 10 CRIMINOLOGÍA cepto crimen como conducta antisocial, y no como "delito", "delito grave" o "delito de lesa majestad", la Criminología puede mantener su original denominación. Conservamos pues la denominación tradicional de la materia, re- conociendo que quizá podría encontrársele nombre mejor. Lo mismo ha sucedido en muchos casos, en aras de la claridad, así, a la histeria se le sigue llamando en esta forma, a pesar de que el útero (histero) no intervenga en esta dolencia, la denominación de "Derecho Inter- nacional" continúa vigente, no obstante que "nación" es un término sociológico y no jurídico. 1.4. CLASES DE CRIMINOLOGÍA MANUEL LÓPEZ R E Y distingue cuatro clases de Criminología: cien- tífica, aplicada, académica y analítica, opinando que difieren en cuan- to a contenido y función.^* Nos parece de interés hacer un breve análisis de estas categorías, pues pueden ser de utilidad. a) Criminología científica: "Conjunto de conocimientos, teorías, resultados y métodos que se refieren a la criminalidad como fenó- meno individual y social, al delincuente, a la víctima, a la sociedad en parte y, en cierta medida, al sistema penal." Creemos correcto el enfoque, pues la científica (que podríamos llamar también, y quizá con mayor propiedad teórica), es la Crimi- nología que trata de explicar la conducta antisocial (crimen), el sujeto que la comete {criminal), el que k padece (víctima), al con- junto de conductas antisociales (criminalidad) y a la reacción social que éstas provocan. b) Criminología aplicada. Para X^pez Rey está constituida por las aportaciones de la Criminología científica y de la "empírica", creada por aquellos que forman parte del sistema penal. Para nosotros la Criminología aplicada tiene una mayor exten- sión, y rebasa los límites del sistema penal, pudiendo aplicarse a los diversos mecanismos de reacción y de control social. Es indudable que la Criminología aplicada alcanza su más alto nivel en el momento en que pasa a integrar, junto con otras disci- plinas, la Política Criminológica. 24 LÓPEZ REY y ARROJO, MANUEL. Criminología. Editorial Aguilar. Madrid, España, 197S, pp. 3 y ss. LA CXUMINOLOGÍA 11 c) Criminotogia académica: "Es esencial aunque no exclusiva- mente descriptiva, y está constituida por la sistematización, a efectos- de ensieñanza o diseminación del conocimiento, de la Criminología en general." ^^ Esta es una obra de Criminología académica, ya que pretende sistematizar la historia, las teorías, los conceptos y los métodos cri- minológicos, con finalidad didáctica. d) Criminología analítica: "Su finalidad es determinar si las otras criminologías y la política criminal cumplen su cometido." Esta clase de Criminología, que se distingue de la crítica en cuan- to que "descomposición y recomposición no significan demolición", ejerce una función de supervisión, y "Su existencia se halla justifi- cada por razones científicas y políticas a fin de evitar las frecuentes desmedidas pretensiones de la criminología científica, la conocida in- suficiencia de la aplicada, la frecuente superficialidad de la académi- ca y los errores de la política criminar'.^* 1.5. LA CRIMINOLOGÍA COMO CIENCIA 1.5.1. AcaLARAClÓN El carácter científico de la Criminología ha sido ampliamente discutido, encontrándose las opiniones más disímbolas, que van des- de autores que niegan a nuestra materia la categoría científica, hasta, aquellos que la consideran una super-ciencia, pasando por los impres- cindibles eclécticos. Creemos de utilidad mencionar a los principales representantes de cada tendencia. 1.5.2. AUTORES QUE NIEGAN su CATEGORÍA CIENTÍFICA Entre los que niegan la categoría científica encontramos a SEBAS- TIÁN SOLER, para quien es necesario un método unitario para dar la cientificidad, por lo que la Criminología es tan sólo una hipótesis, de trabajo; la misma opinión es expresada por B. H. RICKERT. 25 LÓPEZ REY. Op. ci., p . 5. 2« LÓPEZ REY. Op. cit., p. 6. 12 C3UM1NOLOGÍA NELSON HUNGRÍA la considera una simple disciplina, y SUTHER- LAN0 como un conjunto de conocimientos relativos al delito como fenómeno social.^^ En su obra escrita junto con CRESSEY, SUTHERLAND define la Cri- minología como el "cuerpo de conocimientos relativos a la delincuen- cia y al crimen como fenómenos sociales. Incluye dentro de este cam- po de acción el proceso de elabqración de las leyes, de la violación de las leyes y de la reacción ante la violación de las leyes".** El maes- tro norteamericano dice que la Criminología no es ciencia, en cuanto que, actualmente, no puede formular proposiciones de validez uni- versal, características esenciales en toda ciencia, pero puede llegar a serlo. El norteamericano T A F T dice que la Criminología, no puede ser ciencia, desde el momento que no descubre leyes de aplicación uni- versal, pero podría ser ciencia en un sentido limitado, en cuanto que utiliza métodos progresivamente exactos, así como datos pre- cisos.2* WELBER dice que la Criminología no puede convertirse en cien- cia porque una ciencia debe estar formada por proposiciones gene- rales de valor universal, como la criminalidad no es estable ni ho- mogénea, no pueden formularse proposiciones de valor universal, siendo el estudio científico del criminal imposible. ADLER y MicHEL hicieron en 1933 una crítica devastadora a la Criminología y a sus fundamentos científicos, diciendo que era im- posible que existiese una ciencia empírica de Criminología. ALMARAZ, uno de los más importantes tratadistas mexicanos, opi- nó en su oportunidad: "De lo anterior se sigue que la investigación criminológica muestra todos los defectos y errores del más crudo em- pirismo. ¿Podrá existir en el futuro? Como conocimiento puramente descriptivo o de información basado en el método de observación, es indudable que puede existir; pero como ciencia de las causas del delito (etiología criminal), también es indudable que no puede existir".^"» 2T Cfr. SUTHERLAND, EDWIN H . Principies of Criminology. Lippincot Company, U 5 A . , 1939. SS SUTHERLAND, EDWW H . & CRESSEY, DÓNALO R . Criminology. Lippincot Company, U. S. A., 1974. p. 3. 29 TAFT, D . Criminology. Macmilían, Nueva Yoric, U. S. A., 1942. so ALMARAZ, JOSÉ. El Delincuente. M. Pomia. México, S. F., p . 38. LA CRIMINOLOGÍA 13 1.5.3. AUTORES QUE ACEPTAN LA CRIMINOLOGÍA COMO CIENOA Por tratarse de la mayoría de los criminólogos, sería excesivo para las finalidades de este manual el exponer las causas por las que cada tratadista justifica la categoría científica de la Criminología, por lo que sólo mencionaremos algunas opiniones sobresalientes. Nos llaman la atención, éh primer lugar, aquellas opiniones que consideran a la Criminología no- sólo una ciencia, sino una super- ciencia, así, don Luis JIMÉNEZ DE ASÚA afirma que la Criminología es la ciencia causal explicativa, que completada con remedios impe- rará en el futuro. Este fecundo autor, en su tratado de Derecho Penal escribe que, a pesar de ser él un penalista, el Derecho Penal es una ciencia destinada a desaparecer, ya que en el futuro la cien- cia que imperará será la Criminología. ("El Derecho Penal será tra- gado por la Criijiinología".) ^^ Posteriormente, Jiménez de Asúa sería bastante más cauto, n o dejando de afirmar que "la Criminología está llena de promesas".** LAIGNEL LAVASTINE y V. V. STANCIU tienen también su impor- tancia, porque su libro, en excelente traducción de Quiroz Cuarón, es el que se ha usado como texto durante algún tiempo en la Uni- versidad de México, y expresan que "la Criminología es el estudio completo e integral del hombre, con la preocupación constante de conocer mejor las causas y los remedios de su conducta antisocial. Es la ciencia completa del hombre".*^ Como se puede ver, Stanciu y Lavastigne hacen de la Criminolo- gía una verdadera "super-ciencia", un conocimiento integral del hombre, criminal o no, una reunión total de conocimientos. JEAN PINATEL, el gran expositor francés de nuestros días, se ex- presa diciendo que es la ciencia que tiene por objeto fundamental el coordinar, confrontar y comparar los resultados obtenidos por las ciencias criminológicas o criminologías especializadas, para lograr una exposición sistemática, llegando así a una Criminología General.** Jean Pinatel, sin llegar a las exageraciones vistas, concibe a la Criminología como una ciencia integradora, la cual está dividida en 31 JiMÉNez DE ASÚA, LUIS. La Ley y el Delito. Editorial Andrés Bello, 1945, p. 65. 32 JIMÉNEZ tm ASÚA, LUIS. La Ley y el Delito. Editorial Hennes. Buenos Ain;s, Argentina, 1954, p. 28. 33 LAVASTIGNE L . y STANCIU V. V. Compendio de Criminología. Editorial Jurídica Mexicana. México, 1959, p. 12. 84 PINATEL, JEAN La Criminologie. SPES. París, Francia, 1960, p. 23. 14 CRIMINOLOGÍA ciencias parciales o criminologías especializadas que vienen a cons- truir una verdadera "constelación", es decir, la gran ciencia que es la Criminología. La idea de "constelación" es expuesta ta'mbién por Kinberg, See- lig, Grassberger, Constant y por los italianos Ferri y Nicéforo. CASANOVA e INGENIEROS nos indican que la Criminología es una ciencia. DONADIEU DE VABRES dice que la Criminología es un término genérico, pero es confusa su exposición cuando indica que las dis- ciplinas que la integran son en sí ciencias, lo que lógicamente debe llevarnos a concluir que la Criminología es una ciencia. CANTOR dice que la Criminología es tanto ciencia como arte. Consideran también la Criminología como ciencia: Quiroz Cua- rón, Ruiz Funes, Garófalo, Cornil, Di TuUio, Saldaña, Tabio, Bon- ger, Durkheim, Goppinger, Bemaldo de Quirós. 1.5.4. IDEAS ECLÉCTICAS Independientemente de las dos corrientes, aquella que le da a la Criminología una categoría científica y aquella que se lo niega, encontramos algunas corrientes intermedias, de ellas creo que vale la pena citar las siguientes: PERMALEE, uno de los primeros tratadistas de Criminología, dice que no se trata de una ciencia fundamental sino del producto híbri- do de otras varias.^'* HANS VON HENTIG, un magnífico tratadista alemán, dice que si entendemos por ciencia un conjunto de conocimientos susceptibles de aprender y enseñar, que pueden ser aplicables con un razonable grado de certidumbre a modificar la vida, la Criminología está en camino de ser ciencia.^* H. BiANCHi considera la Criminología como una "metaciencia" del Derecho Penal. La Criminología daría soluciones oportunas a toda la problemática jurídico-penal. Su concepto es por demás filo- sófico, construyendo una disciplina eminentemente teórica, con aspi- raciones esencialmente prácticas.^'^ 88 PARMELEE, MAUtucs. Criminología. Retís, S. A. Madrid, España, 1925, p. 4. 88 YON HENTIC, HANS. Criminologia. Atalaya. Buenos Aires, Aigentina, 1948, pp. 11-12. 37 BiANCHi, H. Position and Subject-Matter of Criminology. Amsterdam, Holanda, 1956. LA CRIMINOLOGÍA 15 1.6. LA CIENCIA CRIMINOLÓGICA Como puede desprenderse de la definición adoptada, considera- mos la Criminología como ciencia. Adelantemos algunos razonamien- tos para justificar nuestra afirmación, a reserva de ampliarlos en el capítulo siguiente. Aristóteles definió la ciencia como el conocimiento de las cosas por sus causas. Dice Aristóteles que sólo conociendo las causas de las cosas podremos conocer la esencia de las mismas, el simple conoci- miento de la cosa sin la causas, es un conocimiento trunco. Para que una ciencia pueda considerarse como tal necesita, en primer lugar, un objeto de estudio bien determinado, en segundo lugar un método de investigación, en tercer lugar reunir un con- junto de conocimientos, y por último, los conocimientos deben estar ordenados, sistematizados, jerarquizados. Los conocimientos científicos deben ser verificables, es decir, pue- den ser puestos a prueba por diversos investigadores, y ellos deben llegar a la conclusión de que la creencia en el conocimiento está justificada. Sin embargo, y tratándose sobre todo de ciencias sociales, la cer- teza es manejada como probabilidad y no como seguridad. El orden se interpreta como siste^ia, es decir, una organización en un esquema o estructura inteligibles. Los conocimientos científicos deben ser generales, principalmente en Criminología, para que la explicación y la prognosis puedan ser de aplicación lo más amplia .posible. Fundamentemos pues, por qué consideramos que la Criminología es una ciencia: en primer lugar, es un conjunto de conocimientos, conocimientos que le aportan todas las otras ciencias, y cuando digo todas las ciencias, es que se nutre de todo conocimiento; el arte, la técnica, las disciplinas, las ciencias, han cooperado para formar el edi- ficio científico de la Criminología, sin querer esto decir que se trata de un simple "hibridismo" como algunos autores han considerado. Al tener un objeto de estudio, la Criminología reúne otra carac- terística para pretender ser una ciencia autónoma, independiente de las ciencias y disciplinas que le llevan sus conocimientos. La Crimi- nología no solamente reúne, acumula y repite conceptos, sino que, por medio de la síntesis, aporta conocimientos nuevos y diferentes, bien ordenados, divididos en áreas y temas concretos, con hipótesis y soluciones propios. 16 CRIMINOLOGÍA La Criminología tiene además métodos de investigación, méto- dos que le aportan otras ciencias y métodos y técnicas que ella misma ha desarrollado; por la importancia del tema, a la metodología le dedicamos capítulo aparte. 1.7. EL OBJETO DE LA CRIMINOLOGÍA Si no se tiene una gran precisión en cuanto al objeto de estudio de la Criminología, podemos entrar en serias complicaciones. La con- fusión en el objeto de estudio de la Criminología es lo que ha pro- ducido que no esté clara, en ocasiones, la diferencia entre Derecho Penal y Criminología; entre Medicina Forense y Criminología; entre Criminalística y Criminología, creando un fenómeno de invasión de campos científicos. En otras materias la confusión es verdaderamente grave, un ejem- plo claro son la Fenología, el Derecho Ejecutivo Penal y el Derecho Penitenciario, que son frecuentemente tratados en forma homogénea, sin distinción de objeto, llegando como es lógico a conclusiones erróneas. El objeto nos condiciona el método de estudio, y hay posibilidad de que para el estudio de un mismo objeto se constituyan varias cien- cias (por lo que la idea de ciencia única con objeto único va des- apareciendo) , lo anterior se hace por comodidad o por exigencias metodológicas o de investigación. Hay que recordar que la escolástica distinguió un objeto formal, que confiere a todp sistema un sentido homogéneo^ y un objeto que podíamos llamar material, que puede ser estudiado desde diversos ángulos. En nuestro caso, no tenemos duda de que el objeto de estudio de la Criminología son las conductas antisociales y, por lo tanto, los sujetos que las cometen. La cuestión del objeto de estudio de la Criminología es por de- más controvertida, y es interesante conocer opiniones diversas a la nuestra. Para STANCIU y LAVASTIGNE, el objeto de la Criminología es "sen- cillamente el hombre",^* basándose en que "Los límites entre los hombres criminales y no criminales no son fijos, sino de gran movi- lidad. Una división de la humanidad en dos partes no tendría fuñ- as LAVASTIGNE, STANCIU. Op. at., p. 5. LA CRIMINOLOGÍA 17 damento, en efecto, así como el criminal puede transformarse un día en héroe moral, así también, el más honesto y equilibrado de los hombres puede llegar a ser criminal".^* Don Ck)NSTANcio BERNALDO DE QUIRÓS piensa que, dados los tres términos que integran el problema de ía delincuencia (delito, de- lincuente y pena), se puede inferir que el primero es objeto de estu- dio del Derecho Penal y la pena lo es de la Fenología. Por tanto, se diría que la Criminología es la ciencia que tiene por objeto el es- tudio de la personalidad del delincuente.*" JIMÉNEZ DE ASÚA, por su parte, opina que "El objeto de la Cri- minología, son las causas del delito y la naturaleza del delincuente".*^ José Ingeiiieros, el extraordinario argentino, dice que "El objeto de la Criminología, es el estudio de las causas determinantes de los delitos, los actos en que se manifiestan, los caracteres fisiopsíquicos de los delincuentes y las medidas sociales o individualizadas de pro- filaxia o de represión del delito".** Como podemos observar, gran cantidad de autores utilizan la pa- labra "delito", entre ellos Exner, Altavilla, Von Hentig, Middendorf, Garófalo, Abrahamsen, Cuello Calón, Tabio, Olivera Díaz, Almaraz, Constancio B. de Quirós, Jiménez de Asúa, Ingenieros, etc. La mayoría de ellos afirma, siguiendo la tradición de Garófalo, que se refieren a un delito "natural", o "sociológico", y no al delito "jurídico" o "legal". Otros autores, tratando en mucho de evitar la palabra "delito", que se presta tanto a confusión, utilizan el término "crimen", así: Pinatel, Quintiliano Saldaña, Hurwitz, Marquiset, Resten, Di Tul- lio, etc. Es de aclararse que en ocasiones sufrimos alteraciones de traduc- ción, en que el traductor, poco técnico, equivoca los términos, cam- biando el sentido de la frase, pero es ya una tradición que "tradut- tore, traditore". Lo importante es conocer si el autor considera como objeto de estudio o punto de partida el "delito" como descripción de conducta dada por una ley penal, o lo interpreta en alguna otra forma, pues las consecuencias van a ser notables no sólo en cuestión metodoló- gica, sino en la naturaleza y el alcance de la Criminología. 89 Ibldem. 40 QUIRÓS, CONSTA<'CIO BERNAUK) DE. Op. cit., p. 12. 41 JIMÉNEZ DE ASÚA, LUIS. El Criminalista, 2» Serie, tomo VI. Víctor P. de Zavalia, editor. Buenos Aires. Argentina, 1964, p. 81. 42 INGENIEROS, JOSÉ. Criminología. Daniel Jorro, editor. Madrid, España, 1913, p. 18 CRIMINOLOGÍA 1.8. DEFINICIÓN J U R Í D I C A DEL OBJETO El objeto de la investigación en Criminología es, muy común- mente, definido en términos estrictamente jurídicos. A pesar de que varias escuelas criminológicas (especialmente en Norteamérica), es- tán tratando de substituir las definiciones jurídico-normativas por otras sociológicas, las primeras continúan a prevalecer. Como nos señala acertadamente el criminólogo brasileño PIZZOTTI MENDES, uno de los problemas de la Criminología es que: "Encon- tramos una disciplina cuyo objeto está definido por otra, según pa- rámetro y valores de tipo ideológico no remitibles al objeto del fenómeno natural o social." ** Estamos de acuerdo con THORESTEN SELLIN cuando afirma que "La sujeción al estudio del delito y de los delincuentes y la aceptación de categorías de formas específicas de 'delito' y 'delincuente' se- gún se especifica en la legislación, invalida la investigación crimi- nológica teorética, desde el punto de vista científico", y también cuando agrega: "Los datos de la ley penal y los datos sobre delitos y delincuentes serviles a las categorías legales deben ser 'procesados' por el científico antes de poderlos usar."** Sellin sostiene que es imposible fundar la ciencia de la Crimino- logía sobre bases sólidas, a menos de substituir las definiciones arbi- trarias del legislador por definiciones elaboradas por los teóricos y con una finalidad científica. El mismo autor dice que, limitar la Criminología al estudio de la conducta criminal definida por la ley, sería casi como limitar a la psiquiatría al estudio de los tipos mentales cristalizados en términos legales. STANCIU y LAVASTIGNE nos indican que lo cierto es que las de- finiciones jurídicas no son aquí de utilidad alguna. En efecto, los Códigos Penales no dan ningún criterio para el conocimiento del criminal.*" Para GOPPINGER "las normas jurídicas sobre el delito, sólo sirven a la Criminología para obtener una referencia sobre las conductas 4• 3 Pizzom MENEES, NELSON. Criminologfa. Edi^o Univesitaria de Direito. S3o Paulo, Brasil, 1973, p. 248. « SEIXIN, THORESTEN. Cultura, Conflicto y Crimen. Ediciones EFOFAC. Caracas, Venezuela, 1969, p. 27. 4• 5 LAVAsancNE y STANCIU. Op. cit., p. 11. LA CRIMINOLOGÍA 19 contra las que el Estado reacciona con sanciones. En este sentido, el crimen jurídicamente delimitado es punto de partida de la investi- gación criminológica, pero no su objeto exclusivo ni, menos aún, el objetivo de la misma.** Insistimos en el tema, pues uno de los errores fundamentales, aún sostenidos por varios autores (Peláez, Sesso, Tappan, etc.), consiste en considerar la definición legal del delito y la descripción que los códigos panales hacen de las conductas delictuosas como el objeto de estudio de la Criminología. Este error lleva a la Criminología a ser una ciencia limitada y empobrecida, atenida a los caprichos del legislador, e invasora de un terreno que no le es propio. Para ejemplificar esta corriente, mencionemos la opinión de Sesso, Peláez y Tappan: Para SESSO la Criminología es "una parte de la política criminal que valúa críticamente el derecho vigente para proponer cambios al legislador sobre la base de la antropología y la sociología criminal",*'' y efectivamente construye su esquema sobre el código italiano. PELÁEZ afirma que "los fenómenos criminales están estrechamen- te relacionados con una realidad normativa, el crimen cuya existen- cia depende de una definición legal y cuyo estudio está confiado, en consecuencia, a una disciplina jurídica, el Derecho Penal"*" ahora bien, si el crimen, objeto de lá Criminología es un ente jurí- dico, "hay que insistir en la imposibilidad de definir un ente jurídico de manera no jurídica, dado lo irrelevante de toda valoración del hecho que está más allá o más acá de la norma". Ahondando el error, agrega: "Nosotros pensamos que la Crimi- nología no sería científicamente autónoma con una noción de delito que no sea jurídica, porque todas las definiciones que prescinden de la forma legal no captan el crimen en su totalidad como entidad jurídica",** y remata diciendo: "Si al criminólogo interesa un hecho humano y social, es solamente porque constituye un delito, y, por ello, la razón de su existencia científica se debe al hecho así califi- cado por la ley".^ 4* GOPWNOER. Op. cit, p. 4. 47 Apuntes de clase. Universidad de Roma, 1968. *8 Cfr. PELÁEZ, MICHELANCELO. Introducción a la Criminología. De Palma. Buenos Aires, Argentina, 1966, p. 18. 49 ídem, p. 45. BO ídem, p. 48 (subrayado nuestro). 20 caUMtNOLOGÍA Años antes de Peláez, un norteamericano, PAUL TAPPAN (1949), había defendido la misma posisición, afirmando que la ley penal con- tiene la única definición admisible de delito, por lo tanto "delin- cuente" es la persona que ha sido sentenciado y condenado por un juez, y estos son los únicos sujetos que puede estudiar "científicamen- te" el criminólogo, al que no debe importarle si en realidad come- tieron el delito o no; la única verdad es la verdad legal, y son los ór- ganos del estado los que determinan el objeto de estudio de la Cri- minología,^^ Como puede observarse, el error de partida de Peláez y de Tappan está en que, con cierta inocencia, presuponen que delito y conducta antisocial son lo mismo, así, Peláez hace suya la definición de Seelig en cuanto que el delito es un "comportamiento psicosomático cul- pable, que está prohibido y sancionado por la ley a causa de sus con- secuencias antisociales".''^ Un segundo error está en creer en un gobierno utópico, el cual va a cuidar del bien comúrí antes de los intereses del grupo, clase o partido en el poder; la experiencia histórica nos demuestra, por des- gracia, que esto es materialmente imposible. Otro error remarcable es el suponer que la Criminolgía logra su independencia científica subordinándose a las definiciones y pautas legales; esto en sí es una flagrante contradicción, y la solución es exactamente la contraria: la Criminología será autónoma en cuanto sea capaz definir su propio objeto. Lx)s defensores de la definición jurídica del objeto olvidan tam- bién que la realidad es cambiante en tanto que la ley es estática, y por lo general está atrasada, lo que obligaría al criminólogo a vivir con 20, 30 o 40 años de atraso, según el código que le toque sufrir. Nosotros proponemos que el criminólogo debe buscar sus propias soluciones, y determinar científicamente su objeto de estudio, toman- do las definiciones legales tan solo como un índice de lo que el go- bierno de determinado país y en determinada época ha considerado como antisocial, dañoso o peligroso. No podemos aceptar, por lo tanto, que una conducta sea conside- rada "criminal" o antisocial por el solo hecho de estar prohibida por la ley. 51 Cfr. TAPPAN, PAUL R . Who is the Criminan En " T h e Sodology of Crime and Delincuency". Wiley. Nueva York, U. S. A. 1962. 52 PELÁEZ. Op. cit., p. 29. LA CRIMINOLOGÍA 21 1.9. CONDUCTA ANTISOCIAL Y DEUTO El objeto de estudio de la Criminología son las conductas anti- sociales. Debemos hacer una clara distinción entre conducta antiso- cial y delito. Conducta antisocial es todo aquel comportamiento humano que vá contra el bien común (aquí me refiero a un concepto del bien común en su estricta aceptación tomista, es decir, aquel que siendo bien de cada uno de los miembros de la comunidad es al mismo tiempo bien de todos); mientras que delito es la acción u omisión que castigan las Leyes Penales, es la conducta definida por la ley. Bien común es aquel que es apto para servir o perfeccionar la naturaleza humana en cuanto tal, independientemente de las condi- ciones individuales, que provienen en cada ser humano de su raza, na- cionalidad, edad, profesión, condiciones sociales o religiosas o eco- nómicas.*^ La Iglesia Católica ha desarrollado notablemente el concepto del bien común, así, el Concilio Vaticano II dice que el bien común im- plica "el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección", y Juan xxni en Mater et Magistra y en Pacem in Terris lo define como: "el conjunto de las condiciones sociales que permiten y favorecen en los seres humanos el desarrollo integral de su ¡persona"."* El bien común puede diferir esencialmente de los bienes parti- culares, de los bienes de un individuo o grupo de individuos. El bien común lo es en cuanto sirve a la generalidad de los hombres. Por lo anterior, el orden social es una necesidad para lograr el bien común, pero sólo tiene razón de ser en cuanto logra la realiza- ción de éste; no puede entenderse un orden social, jurídico o político sino en función del bien de la totalidad de la colectividad. La distinción es importante en cuanto que la Criminología ha estudiado en ocasiones solamente conductas que atentan contra de- terminada clase o grupo (gobierno, propietarios, bancos, comercian- tes, iglesias, obreros, etc.), olvidándose de analizar las acciones de estos grupos contra el bien común. S3 Cfr. Códigos de Malinas. Editorial Sal Terrae. Santander, España, 1959, p. 524 y ss. M Cfr. JUAN X X I U . Mater et Magistra. La Prensa, México, 1961. 22 CRIMINOLOGÍA De aquí deducimos con claridad que ni todo delito es una Conduc- ta antisocial ni toda conducta antisocial es delito. Expliquemos: Existen conductas que pueden ser antisociales, que no están tipificadas en los Códigos Penales, por ejemplo: la homo- sexualidad, la prostitución, el alcoholismo, la drogadicción, otras que son francamente antisociales, y que tampoco son contempladas, por lo general, por la ley penal, como la contaminación del ambiente, la publicidad mentirosa y abusiva, la llamada "criminalidad de cuello blanco", etc. Igualmente nos podemos encontrar con el caso de delito, es decir, de tipos claros en el Código Penal que no contengan una conducta antisocial. Ya ha sucedido en la historia, la existencia de tipos absurdos, en los cuales se prohibía al sujeto abrir determinado número de venta- nas, o vemos por ejemplo algunos Códigos en los cuales es un delito el no trabajar (que desde luego el no trabajar puede ser una conduc- ta antisocial, pero puede también no serla). Muchos de los delitos, políticos están en este caso; los delitos políticos no siempre tipifican conducta antisocial; en muchas ocasiones lo que tipifican son con- ductas que dañan solamente a la clase dominante o que ponen en peligro al grupo, familia o partido en el poder. Hay que poner atención en no confundir hecho antisocial con delito. El objeto del Derecho Penal son las normas que rigen al de- lito, que es ente y figura jurídica; el objeto de la Criminología es el hecho antisocial, fenómeno y producto de la naturaleza. Por esto, una de las funciones del criminólogo, es determinar qué conductas son efectivamente antisociales y cuales no, lo que sin duda es un reto desde todos los puntos de vista. I.IO. FORMAS DE CONDUCTA Para precisar con mayor claridad el objeto de estudio de la Cri- minología, es necesario distinguir cuatro tipos de conducta: Social, asocial, parasocial, antisocial. a) Conducta social. Es la que cumple con las adecuadas normas de convivencia, la que no agrede en forma alguna a la colectividad, es la que cumple con el bien común. La mayoría de las conductas en la humana convivencia son de esta clase, nuestras relaciones con los semejantes siguen determinadas normas (jurídicas, morales, sociales) y buscan la realización de cier- LA CRIMINOLOGÍA 23 tos valores (amistad, negocio, oración, aprendizaje, etc.). Así, el asis- tir a una conferencia, ir a un restaurante a comer con amigos, abrir una cuenta bancaria, galantear a una dama, son (en principio) con- ductas sociales. b) Conducta asocial. La conducta asocial es aquella que carece de contenido social, no tiene relación con las normas de convivencia ni con el bien común. La conducta asocial se realiza por lo general en la soledad, en el aislamiento. Cuando cerramos la puerta de nuestra alcoba los con- vencionalismos sociales quedan fuera, al quedamos solos nuestra con- ducta queda, por lo general, desprovista de contenido social o anti- social. c) Conducta parasocial. Se da en el contexto social, pero es di- ferente a las conductas seguidas por la mayoría del conglomerado so- cial. Es la no aceptación de los valores adoptados por la colectividad, pero sin destruirlos; no realiza el bien común, pero no lo agrede. Ciertas modas, ciertos usos o costumbres diferentes, son captados por la mayoría como extravagantes o francamente desviados. La di- ferencia con la conducta asocial es que la parasocial no puede ser aislada, necesita de los demás para poder darse. d) Conducta antisocial. Va contra el bien común, atenta contra la estructura básica de la sociedad, destruye sus valores fundamenta- les, lesiona las normas elementales de convivencia. El ejem.plo que puede darse de esta forma de conducta es clásico: el privar de la vida a un semejante lesiona el bien común; es una conducta indeseable, daña no sólo a la víctima, sino a la familia y a la sociedad; destruye el valor supremo: la vida, sin el cual no pueden darse los otros bienes. A la Criminología interesan sobre todo las conductas antisociales, pero esto no implica que desatienda a las conductas parasociales, en cuanto que algunas de éstas pueden convertirse con cierta facilidad en conductas francamente antisociales. Es de aclararse que el término de conducta destñada, tan utilizado actualmente, es de gran utilidad, principalmente por ser descriptivo y no vftlorativo,®" y nosotros lo usaremos en forma general, pues una conducta desviada es una conducta diferente de la generalidad, y puede ser parasocial o antisocial, o, en algunos casos simplemente asocial. 85 Cfr. ROCK, PAUL. Deviant Behaviour. Hutchinscm University Library. Londres, Gi B.. 1973, p. 19 y ss. 24 CRIMINOLOGÍA 1.11. TIPOS DE SUJETO Cualquier persona puede cometer actos sociales, asocíales, para- sociales o antisociales, pero cuando prevalece determinado tipo de conducta, podemos utilizar otro nivel de interpretación, y así distin- guir sujetos sociales, asocíales, parasociales o antisociales. a) Sujeto social. Por lo común el concepto de sociabilidad se in- terpreta como facilidad de interrelación, de comunicación humana; para los efectos de la materia se debe considerar como cumplimiento de las normas de convivencia y realización del bien común b) Sujeto asocial. Se aparta de la sociedad, no convive con ella, vive independientemente, no tiene nada que ver con el bien común, pero sin agredir a la comunidad. En la antigüedad tenemos varios ejemplos de estos sujetos en la persona de los anacoretas, que se separaban de la sociedad para vivir independientes, haciéndose compañía a sí mismos, con el deseo (qui- 7á egoísta) de su personal superación. En la actualidad aún nos en- contramos con el misántropo aislado, o con patéticos casos patológi- cos como puede serlo el esquizofrénico, que vive su personal mundo interno. c) Sujeto parasocial. Se da paralelamente, al lado de la sociedad; no cree en sus valores, pero no se aparta de ella, sino que comparte sus beneficios, en mucho depende de ella para sobrevivir. Es el ejemplo de ciertas sectas o grupos minoritarios, incrustados en la sociedad, o de las subculturas que corren paralelas a la gran cultura colectiva. El sujeto perteneciente a estos grupos no acepta las normas sociales o jurídicas, pero las cumple en el mínimo sufi- ciente para evitar ser molestado. No introyecta los valores generales ni lucha por el bien común, pues tiene sus propios valores y lucha por el bien de su grupo, causa o idea. La Criminología actual reco- noce en estos sujetos el "derecho a ser diferente". Lo mismo podemos decir del alcohólico, el limosnero, el toxi- cómano, el homosexual, etc. d) Sujeto antisocial. Agrede al bien común, destruye los valores básicos de la sociedad, no respeta las leyes elementales de conviven- cia, no vive en sociedad sino contra ella. Respecto al sujeto antisocial podemos hacer la misma reflexión que hicimos con las conductas antisociales: a la Criminología intere- san sobre todo los sujetos antisociales, pero esto no implica que des- LA CRIMINOLOGÍA 25 cuidemos a los sujetos parasociales, que en un momento dado pue- den convertirse en antisociales. Así, el homosexual que pervierte niños, o el toxicómano que tra- fica con droga, no pueden considerarse ya como parasociales, han en- trado a la categoría de antisociales. En cuanto a los sujetos desviados, es preciso hacer la misma acla- ración hecha para las conductas desviadas: sujeto desviado es aquel que toma un patrón de comportamiento diferente al del común de la colectividad, y por lo tanto, el desviado puede ser asocial, paraso- cial o antisocial. La diferencia será de importancia suprema en el momento de planear, ejecutar y evaluar la Política Criminológica. I.I2. CRIMEN, CRIMINAL, CRIMINALIDAD En Criminología, el fenómeno antisocial puede analizarse en di- ferentes niveles; la distinción es importante, pues tiene consecuencias metodológicas e interpretativas notables. Es necesario adelantar algunos datos sobre los niveles de inter- pretación criminológica, pues la confusión entre ellos lleva a muy serias equivocaciones, así debemos distinguir, como lo hace Pinatel:"* a) Crimen. Conducta antisocial propiamente dicha, es un episo- dio que tiene en principio, un desarrollo y un fin. En este nivel se analizan todos los factores y causas que concu- rrieron para la producción del evento. Los aspectos biológicos, psico- lógicos, antropológicos, que llevaron al "paso al acto". Se debe recordar que conducta antisocial y delito son dos concep- tos diferentes, y que no podemos interpretar el crimen como el delito jurídico, es decir, como la violación a la ley penal. Las actuaciones judiciales en el caso de un delito pueden ser de gran interés al cri- minólogo, pero no debe guiarse tan solo por ellas. Además, debe te- nerse en cuenta que muchas conductas antisociales no están tipifica- das, y no por eso el criminólogo dejará de analizarlas. b) Criminal. Es el autor del crimen, es el sujeto individual, actor principal del drama antisocial. En el momento actual, el concepto de "criminal" o sujeto antiso- cial es muy amplio y no se limita al infractor a la ley penal. Pen- sando que los términos "criminal" y "antisocial" pueden ser estig- matizantes y valorativos, se ha propuesto en su lugar utilizar el con- PiNATEL, JEAN. Op. cit.j p. 98 y ss. 26 CRIMINOLOGÍA cepto de "desviado", que puede ser más descriptivo, sin embargo, es necesario señalar que no todo desviado es antisocial, y por lo tanto criminal. c) Criminalidad. Es el conjunto de las conductas antisociales qvie se producen en un tiempo y lugar determinados. Para poder estudiar la criminalidad, es necesaria la intervención de la Demografía, la Historia, la Etnografía, la Psicología Social, la Estadística, etc. Se trata pues de un análisis global del fenómeno. La interpretación de la criminalidad como la totalidad de los delitos cometidos en un lugar y época determinados es muy general y por demás errónea. Es indudable que los datos de más fácil acceso sean los oficiales, tales como estadísticas judiciales. No podemos olvidar que gran parte de la investigación crimino- lógica actual está dedicada a la obtención de la cifra negra (delitos no conocidos por la autoridad), a la cifra dorada (conductas antiso- ciales y delitos cometidos por políticos, compañías transnacionales, influyentes, industriales, etc.) y al estudio de conductas desviadas o peligrosas no consideradas oficialmente como tales. La importancia de la diferencia en los niveles de interpretación salta a la vista, pues no es lo mismo hablar del homicidio, que del ho- micida, que de los homicidios, es diferente estudiar un comporta- miento antisocial, un sujeto antisocial o la antisocialidad. Debe en- tenderse pues que la Criminología estudia la conducta antisocial en tres niveles distintos: El crimen, el criminal y la criminalidad. Volveremos al tema en el capítulo dedicado a la Metodología. 1.13. LA C R I M I N O L O G Í A CAUSAL En la definición que nos ha servido de base, encontramos que la Criminología es una ciencia sintética, causal explicativa, natural y cultural, de las conductas antisociales. Es necesario exponer en qué sentido la Criminología es causal. La Criminología intenta describir y explicar la conducta antiso- cial, situarla en un momento y lugar determinado y dar leyes de apli- cación universal. Pero no es solamente descriptiva, sino que busca ante todo encontrar las causas que producen y los factores que favo- recen el fenómeno, y por lo tanto encontrar la forma de evitarlo. De aquí que la Criminología sea ciencia aplicada y no ciencia pura, que sea eminentemente práctica y no solamente teórica, pues LA CRIMINOLOGÍA 27 busca resolver los problemas conociéndolos y proponiendo medios, para atacar sus factores y causas. Esto es lo más valioso, pues la Cri- minología, como toda ciencia moderna, es, ante todo, prevención. Causa, factor, móvil y factor causal son los llamados conceptos ope- racionales de orden explicativo.^"^ Es necesario distinguirlos, pues son utilizados en Criminología en sentido demasiado amplio o excesiva- mente restingido. a) Causa, según la definición de las Naciones Unidas, es: "La condición necesaria sin la cual un cierto comportamiento no se hu- biera jamás manifestado". Causa es la conexión constante, unívoca y de carácter genético entre acontecimientos naturales; expliquemos estos conceptos: Es constante en cuanto implica una conexión necesaria; es uni- versal porque la conexión es tal que dado el efecto, éste tiene una cau- sa, y dada la causa ésta producirá un efecto; y es genética ya que un suceso engendra otro, no solamente lo acompaña. b) Factor, por el contrario, es todo aquello que favorece en cual- quier forma el fenómeno criminal, así, el alcoholismo, la promiscui- dad, las alteraciones fisiológicas, pueden ser factores criminógenos. c) Móvil, es el elemento subjetivo que lleva a un sujeto en par- ticular a realizar una conducta antisocial. d) Factor causal, es aquel que, siendo un impelente para come- ter el crimen en lo general, lleva a un sujeto en lo particular a rea- lizarlo. Adelantaremos que los conceptos operacionales no pueden apli- carse en todos los niveles de interpretación, así, sería erróneo hablan de "causas" de la criminalidad, en la que solamente es válido ma- nejar el concepto "factores". Una vez entendido el sentido en el que usamos el téraiiino "cau- sa" en este capítulo, pasamos a hacer una diferencia entre la causa- lidad criminológica y la jurídica. Criminológicamente buscamos cadenas causales, es decir, no tra- tamos de localizar la causa inmediata, sino las causas mediatas, apli- camos el principio causa causae causa causati est (la causa de la causa es causa de lo causado), sabemos que atacar la causa inmediata no resuelve el problema. En la causalidad jurídico-penal solo importa la causa inmediata, o sea que buscamos la relación causa-efecto unida por el nexo causal, 67 PlNATEL, Op. dt. 28 CRIMINOLOGÍA por lo tanto la causa de la causa no es tomada en cuenta como causa de lo causado. La causa aquí es interpretada como la conexión entre la activi- dad y el resultado natural; en los casos de omisión, los juristas inter- pretan que, en la inactividad, la conexión es normativa. Expliquemos: Si un sujeto hiere a otro, éste es recogido por una ambulancia, la cual sufre un accidente y el herido muere, al heridor no puede responsabilizársele jurídicamente por homicidio, sino so- lamente por lesiones, la cadena causal ha sido rota. Si un sujeto comete un delito conduciendo su automóvil en es- tado alcohólico, y sabemos que la embriaguez es la causa del delito, como criminólogos buscaremos la cadena causal: ¿Por qué se embo- rracha el sujeto? Supongamos que lo hace por un problema psicoló- gico, causado a su vez por un trauma sufrido en la niñez por culpa de sus padres. Esto es intrascendente para el derecho, no puede res- ponsabilizarse a los padres, pero es de gran interés para el criminó- logo, que debe atacar la causa primaria. 1.14. LO EXPLICATIVO EN CRIMINOLOGÍA Lo explicativo en Criminología, significa que ésta recorre los tres niveles de investigación: descripción, clasificación y explicación. a) Descripción. Describir es representar el aspecto de las cosas, es definir imperfectamente algo, no por sus predicados esenciales, sino dando una idea general de sus partes o propiedades. b) Clasificación. El paso siguiente es el de la clasificación, el in- tento de establecer una tipología, el ordenar o disponer por clases. c) Explicación. La explicación consiste en el intento de reducir leyes; el fin último de toda ciencia, como dice Duverger, es formular leyes, es decir relaciones constantes entre fenómenos.^ La explicación Criminológica implica la descripción y clasifica- ción de las conductas criminales, pero es además la precisión de los diversos procesos existentes, de los enlaces internos de los diferentes fenómenos y de sus conexiones con otros procesos, determinando las características de la intervención de los diversos factores criminó- genos. 88 DUVERGER, MAURICE. Métodos de las Ciencias Soci^es, Ediciones Ariel. Barcelona, España, 1972, p. 358. JLA CRIMINOLOGÍA 29 1.15. LA CRIMINOLOGÍA COMO CIENCIA NATURAL Y CULTURAL MANUEL LÓPEZ R E Y y ARROJO tiene uno de los estudios más inte- resantes sobre la Criminología, discutiendo ^i es o no una ciencia; afírma que el famoso criterio dicotómico de las ciencias de Windel- band y Rickert ha sido ya totalmente superado, y que no es sosteni- ble la exigencia de un método y un objeto propios.^ Es decir, actualmente ya no podemos hacer una diferencia clara entre ciencias naturales y ciencias culturales, ya que tenemos una nue- va pléyade de ciencias que no podemos decir si son naturales o cul- turales. La Criminología es una ciencia natural y cultural; la antigua di- ferencia entre ciencias naturales y culturales ha desaparecido, actual- mente las ciencias naturales tienen una explicación y un contenido cultural, y las ciencias culturales no pueden explicarse sin la ayuda y auxilio de las ciencias naturales; la Criminología es una ciencia natural en cuanto estudia la conducta antisocial como hecho de la naturaleza, en cuanto estudia al criminal como un ser natural, como un ser biológico; por otra ptarte es cultural en cuanto que el crimen es un producto social. Todo delito se da dentro de un contexto so- cial, dentro de un contenido cultural o subcultural. La "pureza" de las ciencias va quedando atrás, la Psicología solo se entiende desde un ángulo bio-social, la medicina actual es psico- somática y comunitaria, y toda la ciencia de hoy va hacia soluciones interdisciplinarias, pues con humildad reconoce que una sola ciencia no puede resolver problemas complejos, y que la "ciencia pura", sin aplicación concreta a aliviar los problemas del conglomerado social, debe ser superada, principalmente si se trata de una ciencia socio- cultural. 1.16. FINALIDAD DE LA CRIMINOLOGÍA La Criminología es una qiencia de aplicación práctica. Busca an- tes que nada el conocer las conductas antisociales y sus factores causa- les para evitarlos, para combatirlos, no se completa en la comprensión 69 LÓPEZ REY Y ARROJO, MANUEL. Introducción al Estudio de la Criminología. El Ateneo. Buenos Aires, Argentía, 1945, pp. 94-95. 30 CRIMINOLOGÍA de las conductas antisociales mismas, sino que trata de prevenirlas, no busca la represión, sino la prevención. Si a pesar de todos nuestros cuidados preventivos las conductas antisociales llegan a realizarse, entonces la Criminología se aplica en aquella rama, una de las más útiles que es la Criminología Clínica; la aplicación de los conocimientos para conocer el porqué del cri- men, pero el porqué de un crimen en particular, porqué Juan mató a Pedro. Buscar las causas por las cuales un individuo ha cometido un hecho antisocial; si este hecho antisocial es un delito, para que el juez pueda juzgar efectivamente, porque juzgar no es nada más apli- car un artículo del Código y la pena que éste señala, ya que juzgar significa mucho más que eso, por esto se debe tener tanto respeto a la función del juez; y posteriormente es necesario poder curar, poder socializar, poder integrar socialmente al sujeto que ha cometido ese hecho antisocial, siempre con la mira de la prevención, es decir, para prevenir que ese sujeto reincida. No cabe duda de que, como dice Veiga de Carvalho, la Crimino- logía Clínica informa en el proceso, esclarece en el juicio y colabora con la ciencia penitenciaria en el cumplimiento de la sanción orde- nada.®*» Indudablemente que el criminólogo estudia los problemas y pro- pone soluciones, aunque no siempre sea escuchado, ya que la deci- sión y ejecución de los planes preventivos está a cargo de organismos por lo general de carácter oficial, y en todo el mundo es conocido el divorcio entre los técnicos y los decididores, separación que en algu- nos campos tiende a agravarse, aunque en otros se han l ( ^ a d o avan- ces satisfactorios. Lo que más nos importa señalar en este renglón es el particular cuidado que debe ponerse al hacer ciencia criminológica, de no per- der de vista la finalidad preventiva y de bien común, pues de lo contrario puede caerse en la Criminología de gabinete, de teoría bri- llante, pero de utilidad nula. «o VEIGA DE CARVALHO, HILARIO. Criminología. José Bushatsky, editor. Brasil, 197S, p. 19. CAPITULO II CIENCIA Y MÉTODO CRIMINOLÓGICOS 1. Introducción.—2. La Criminología como Ciencia.—3. La Cri- minología, Ciencia Fáctica.—4. Metodología.—5. El Método en Criminología.—6. La Interdisciplina.—7. Esquemas Circulares y Orbitales.—8. La Observación.—9. La Experimentación.—10. Los Niveles de Interpretación.—11. El Método y los Niveles de In- terpretación.-! 2. Utilidad de los Niveles.—13. Regla de la Pri- macía de la Descripción.—14. La Estadística.—15. Medios de Investigación. II. 1. INTRODUCCIÓN En el presente capítulo expondremos las razones por las que con- sideramos a la Criminología como una ciencia fáctica. A continuación analizamos los conceptos de metodología y método, diferenciamos interdisciplina de multidisciplina, y proponemos algunos esquemas de funcionamiento. Estudiamos los problemas de observación y experimentación, para pasar a los niveles de interpretación criminológica, finalizando con los medios de investigación más usuales en Criminología. II.2. LA CRIMINOLOGÍA COMO CIENCIA En el capítulo anterior transcribimos las opiniones de algunos tratadistas sobre la naturaleza científica de la Criminología, sabemos que algunos la niegan, nosotros la afirmamos, y debemos ahora fun- damentar nuestra aseveración. En un sentido moderno, la ciencia puede caracterizarse, como: "Conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consi- 31 32 CRIMINOLOGÍA guíente falible".®^ Otros autores la identifican como la "explicación objetiva y racional del Universo".*^ Las ciencias se dividen en dos grandes categorías: Las ciencias formales o ideales y las ciencias fácticas, materiales o empíricas. Las primeras producen enunciados consistentes en relaciones entre sig- nos, en tanto que las segundas se refieren a suceses y procesos. Las ciencias formales demuestran o prueban; las ciencias fácticas verifican hipótesis. La Lógica y la Matemática son ciencias formales; la Criminología es ciencia factica. Las ciencias formales utilizan la lógica y manejan símbolos va- cíos; las ciencias fácticas requieren además de la observación y/o de la experimentación, y emplean símbolos interpretados. De acuerdo a las definiciones que de ciencia hemos citado, los rasgos esenciales del tipo de conocimiento que alcanzan las ciencias de la naturaleza y de la sociedad, como la Criminología, son la racio- nalidad y la objetividad. Por conocimiento racional se entiende:*'^ a) Que está constituido por conceptos, juicios y raciocinios, y no por sensaciones, imágenes, pautas de conducta, etc. b) Que esas ideas pueden combinarse de acuerdo con algún con- junto de reglas lógicas, con el fin de producir nuevas ideas (inferen- cias deductivas). c) Que esas ideas no se amontonan caóticamente, o, simplemente, en forma cronológica, sino que Se organizan en sistemas de ideas, esto es, en conjuntos ordenados de proposiciones (teorías). Es decir, que encuentra las conexiones que son posibles entre todos y cada uno de los conocimientos adquiridos y somete a prueba tales conexiones, convirtiéndose estos en conocimientos objetivos. Por conocimiento objetivo se entiende:** a) Que concuerda aproximadamente con su objeto; vale decir, que busca alcanzar la verdad fáctica. b) Que verifica la adaptación de las ideas a los hechos, reco- rriendo a un comercio peculiar con los hechos (observación y expe- rimentos) , intercambio que es controlable y hasta cierto punto re- producible. «1 BuNGE, MARIO. La Ciencia, su Método y su Filosofía. Siglo XX. Buenos Aires, Argentia, 1976, p. 9. 62 DE Gc«iTAW, ELI. Introducción a la Lógica Dialéctica. F. C. E. y UNAM. México, 1972, p. 13. (Aclara después que es de las manifestaciones del universo.) «3 Cfr. BuNCE. Op. cit., p. 15 y ss. 64 Cfr. BuNGE. Op. cit., pp. 15 y ss. CIENCIA Y MÉTODOS CRIMINOLÓGICOS 33 II.3. LA CRIMINOLOGÍA, CIENCIA FACTICA GoppiNGER opina que "La Criminología es una ciencia empírica e interdisciplinar. Se ocupa de las circunstancias de la esfera humana y social relacionadas con el surgimiento, la comisión y la evitación del crimen, así como el tratamiento de los violadores de la ley".^ Estamos en mucho de acuerdo con el profesor de Tubinga, y con autores como Mezger y Ruiz Funes,®* que remarcan el carácter em- pírico de nuestra ciencia. Para comprobar que la Criminología es una ciencia fáctica, la analizaremos de acuerdo al notable esquema de MARIO BUNGE."^ Dice BUNGE que las principales características de la ciencia fác- tica son: 1. El conocimiento científico es fáctico. 2. El conocimiento científico trasciende los hechos. 3. La ciencia es analítica. 4. La investigación científica es especializada. 5. El conocimiento científico es claro y preciso. 6. El conocimiento científico es comunicable. 7. El conocimiento científico es verificable. 8. La investigación científica es metódica. 9. El conocimiento científico es sistemático. 10. El conocimiento científico es general. 11. El conocimiento científico es legal. 12. La ciencia es explicativa. 13. El conocimiento científico es predictivo. 14. La ciencia es abierta. 15. La ciencia es útil. El conocimiento criminológico es fáctico: parte de los hechos, los respeta hasta cierto punto, y siempre vuelve a ellos. Utiliza datos em- píricos, muchos de ellos cuantitativos. El conocimiento criminológico trasciende los hechos: descarta he- chos, acepta otros y los explica. Al menos en principio el criminólo- go debe crear nuevas pautas de conducta individual y social. «5 GOPPINGER. Op. Cit., p . 1. «6 Ruiz FUNES, MARUNO. "Criminología y su contenido". Revista Criminalia. Año XVII. N? 1. Ediciones Botas, S. A., México, 1951, p . 236. «7 BuNCE. Op. cit., p p . 16 y ss. 34 CRIMINOLOGÍA El criminólogo racionaliza la experiencia en lugar de limitarse a describirla. "No son los hechos por sí mismos sino su elaboración teórica y la comparación de las consecuencias de las teorías con los datos observacionales, la principal fuente del descubrimiento de nue- vos hechos".*^ La Criminología es analítica; la investigación científica aborda problemas circunscriptos, uno a uno, y trata de descomponerlo todo en elementos. Intenta descubrir los elementos que componen cada totalidad y las interconexiones que explican su integración. De aquí se partirá a la síntesis. La investigación científica es especializada. Una consecuencia del enfoque analítico de los problemas es la especialización. Esto no im- pide la ínterdisciplina a la que nos referiremos más adelante. El conocimiento científico es claro y preciso: Sus problemas son distintos, sus resultados son claros. La ciencia torna preciso lo que el sentido común conoce de manera nebulosa. Este principio debe ser recalcado, pues es cotidiano el que los problemas criminológicos sean tratados de manera vulgar y acientífica, usando solamente el sentido común. Para BUNGE, la claridad y la precisión se obtienen en ciencia de las siguientes maneras:®* a) Los problemas se formulan de manera clara. b) La ciencia parte de nociones que parecen claras al no iniciado. c) La ciencia define la mayoría de sus conceptos. d) La ciencia crea lenguajes artificiales inventando símbolos. e) La ciencia procura siempre medir y registrar los fenómenos. El conocimiento criminológico es comunicable: No es inefable sino expresable, no es privado sino público. La comunicabilidad se logra gracias a la claridad y precisión que se haya dado al conoci- miento. El conocimiento criminológico es verificable: Debe aprobar el examen de la experiencia. Esto se logra por la observación y la ex- perimentación; más adelante analizaremos las posibilidades de expe- rimentación en Criminología. La investigación criminológica es metódica: No es errática sino planeada. Los investigadores no plantean en la obscuridad: Saben 68 BUNGE. Op. cit., p. 18. «9 BUNGE. Op. cit., p p . 21-22. CIENCIA Y MÉTODOS CRIMINOLÓGICOS 35 lo que buscan y como encontrarlo. Al método dedicaremos la segun- da parte de este capítulo. El conocimiento criminológico es sistemático: Una ciencia no es un agregado de informaciones inconexas, sino un sistema de ideas conectadas lógicamente entre sí. El conocimiento científico es general: Ubica los hechos singula- res en pautas generales. Todo hecho antisocial es clasificable y legal. El término "legal" se refiere desde luego a leyes científicas, y no a leyes jurídicas. El conocimiento criminológico es legal: Busca leyes (de la na- turaleza y de la cultura) y las aplica. El conocimiento científico in- serta los hechos singulares en pautas generales llamadas leyes natura- les o leyes sociales, en nuestro caso puede hablarse de Leyes Crimi- nológicaSj obtenidas al poner a prueba las hipótesis. La Criminología es explicativa: Intenta explicar los hechos en términos de leyes, y éstas en términos de principios. En su oportuni- dad estudiamos el concepto de lo explicativo en Criminología, en sus tres niveles de investigación: descripción, clasificación y explicación. El conocimiento criminológico es predicativo: Trasciende de la masa de experiencia de los hechos, imaginando como puede haber sido el pasado y como podrá ser el futuro. La predicción es en pri- mer lugar una manera eficaz de poner a prueba las hipótesis. Nos dice BuNGE que la predicción científica se caracteriza por su perfectibilidad antes que por su certeza. Esta regla rige para toda ciencia táctica, y debe tomarse en cuenta, ya que la Criminología ha sido criticada por su interés en hacer prognosis, y hay quien niega la posibilidad de lograrlo. La Criminología es abierta: No reconoce barreras a priori que limiten el conocimiento. La ciencia carece de axiomas evidentes; e incluso los principios más generales y seguros son postulados que pueden ser corregidos o reemplazados. Al ser el conocimiento científico falible, el criminólogo no cree po- seer la verdad, simplemente presenta teorías para que puedan ser refu- tadas, aceptadas, corregidas o limitadas; está consciente de que debe ser generador de problemas más que colector de conocimientos. Recuerdo que, al ganar la oposición en la cátedra de Criminolo- gía en la Universidad de México, mi predecesor, el Maestro Quiroz Cuarón, me dio como consejo: "no trates de enseñar, el aprendizaje es un proceso activo, el maestro no resuelve problemas, los plantea, el verdadero maestro es un agitador de Jas conciencias..." 36 C3UMI^fOLOGfA La Criminología es útil: Porque busca la verdad, la ciencia es eficaz en la provisión de herramientas para el bien y para el mal. La utilidad de la ciencia es una consecuencia de su objetividad: Sin pro- ponerse necesariamente alcanzar resultados aplicables, la investiga- ción los provee a la corta o a la larga. Aquí debemos adelantar una voz de alerta, ya que el criminólogo (como cualquier científico) está expuesto a que sus conocimientos se empleen de manera inmoral o francamente antisocial. El divorcio entre aquellos que deben tomar decisiones y el cien- tífico (en este caso el criminólogo) es muy grave. La responsabilidad de aplicar la ciencia con fines prácticos es responsabilidad de los téc- nicos, y su aplicación en bien de la comunidad es responsabilidad de los políticos. Es notable como "mientras que el hombre medio no se atreve ya a tocar una simple fractura de huesos, y mucho menos a tratar un tras- tomo glandular cualquiera, o incluso a explorar el sistema de fer- mentos y minerales en el organismo humano, muchos legos creen poder hacer aportaciones decisivas acerca de las causas psíquicas o sociales del crimen".'^* II.4. METODOLOGÍA Del griego métodos, método; y logas, tratado, es la ciencia del método y de la sistematización científica. Para PARDINAS, "La Metodología es el estudio del método, del procedimiento para adquirir o descubrir conocimientos", y en otra parte opina que: Metodología: Es el estudio crítico del método."'^-'''' En BouDON y LAZARFELD encontramos que Metodología es "un análisis sistemático de los procedimientos, hipótesis y medios de ex- plicación con que nos encontramos en la investigación empírica. La importancia de la metodología está en que permite una teorización más eficaz de los fenómenos sociales".''^ 70 GOPPINGER. Op. Cit., p . 65. 71 PARDii*As, FELIPE. Metodología y Técnicas de Investigación en Ciencias Sociales. Introducción elemental. Ed. Siglo XXI. México, 1969, pp. 4 y 43. 72 En el mismo sentido: BAENA PAZ, GUILLERMINA. Manual para elaborar trabajos de Investigación Documental. 3* Edición. UNAM. México, D. F., 1977, p. 10. 73 BouDON, RAYMOND & LAZARFELD, I'AUL, Metodología de las Ciencias Sociales. Tomo II. Editorial Laia. Barcelona, 1974, p. 353. CIENCIA Y MÉTODOS CRIMINOLÓGICOS S7 Partiendo de estos conceptos, podemos entender por metodología criminológica al estudio analítico y crítico de los métodos de inves- tigación utilizados por la Criminología, II.5. EL MÉTODO EN CRIMINOLOGÍA Método es el medio de que se vale o el camino que sigue una cien- cia para adquirir el conocimiento de su objetoJ'* Para PARDINAS, Método es "una sucesión de pasos ligados entre sí por un propósito".'" Y método de trabajo científico es "la sucesión de pasos que debemos dar para descubrir nuevos conocimientos o en otras palabras, para comprobar o desaprobar hipótesis que explican o predicen conductas de fenómenos, desconocidos hasta el momento".™ Método es el modo de hacer con orden una cosa, es el procedi- miento que se sigue en las ciencias para conocer su objeto y enseñar- lo. Difícilmente puede hablarse de método propio, pero este es u n problema en realidad de todas las ciencias modernas. Uno de los ejemplos que nos es más cercano es el de la Ciencia del Derecho; siempre se consideró que esta ciencia tenía un método propio de investigación, sin embargo, vemos que ahora la metodolo- gía de otras ciencias viene invadiendo el mundo de las ciencias jurí- dicas y así, actualmente un grupo de profesores de la Universidad Na- cional está explicando el Derecho Penal desde el punto de vista del método lógico simbólico (lógico-matemático dicen ellos), otros están haciendo intentos de hacer una "Sociología Jurídica", trayendo me- todología sociológica, y es notable el esfuerzo del maestro Pina y Pa- lacios por lograr un Derecho Procesal Penal con implicaciones cri- minológicas. La Criminología, siendo ciencia, debe ser metódica, tiene que tener un método, y este es el método científico en general. De acuer- do al proyecto de investigación será la modalidad que adoptemos. Estamos conscientes de que el método científico no es una lista de recetas para dar con las respuestas correctas a las preguntas científi- cas, sino el conjunto de procedimientos por los cuales: a) Se plan- '•í Cfr. APEL, MAX y Lunz, PETER. Diccionario de Filosofía. UTEHA. México, 1961, p. 211. 76 PARBINAS. Op. cit., p. 43. 7fi Ibidetn. 38 CRIMINOLOGÍA tean los problemas científicos. Y, b) Se ponen a pyueba las hipótesis científicas.^^ Lo anterior es importante, ya que en ocasiones se exige del cri- minólogo recetas casi mágicas para acabar con la criminalidad o para "re" adaptar al criminal. Nos parece de utilidad recordar las sencillas reglas fundamentales del método que enunció DESCARTES: ''^ 1. No admitir como verdadera cosa aguna que no supiese con evi- dencia que lo es. 2. Dividir cada una de las dificultades que examinase, en cuan- tas partes fuere posible y en cuantas requiriese su mejor solución. 3. Conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más compuestos e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden natu- ralmente. 4. Hacer en todo unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada. En un sentido más moderno, resumiendo a BUNGE, encontramos que las reglas del método científico son: ''^ i. El análisis lógico (tanto sintáctico como semántico), es la pri- mera operación que debiera emprenderse al comprobar las hipótesis científicas. 2. El método científico, aplicado a la confirmación de afirmacio- nes informativas, se reduce al método experimental. (Ver infra sobre la limitación experimental en Criminología). 3. Obsérvense singulares en busca de elementos de prueba de uni- versales. 4. Formúlense preguntas precisas. 5. La recolección y el análisis de datos deben hacerse conforme a las reglas de la estadística. 6. No existen respuestas definitivas, y ello simplemente porque no existen preguntas finales. Como podemos obsei-var, una falla metodológica puede llevar fácilmente a un error científico la metodología es indispensable, sin embargo, es necesario recordar, como lo hace Goppinger, que: 77 Cfr. BuNCE. Op. cit., p . 50. 78 DESCARTES, RENE. Discurso del Método y Meditaciones Metafísicas. 9» Edición; Espasa Calpe Argentina, S. A. Buenos Aires, 1951, p . 38. También en Editorial Bru- guera, España. 1972, p . 89. 79 BuNGE. Op. cit., p p . 52 y ss. CIENCIA Y MÉTODOS CRIMINOLÓGICOS 39 "Por mucha falta que haga la reflexión metodológica, precisamen- te en la Criminóloga empírica, se debe, por otra parte, prevenir en igual medida contra un metodologismo exagerado que, finalmente, se estanca en una crítica de métodos" ®*... La falta de corrección en cuanto al fondo no puede ser sustituida por la sola corrección for- mal.^i II.6. LA INTERDISGIPLINA Estamos llegando, o mejor dicho,, ya se llegó, a un momento cien- tífico de concurrencia interdisciplinaria, es decir, la persona que in- tente llegar al conocimiento de cualquier objeto siguiendo una sola vía, una sola ciencia, resta eficacia a su pensamiento. Actualmente la investigación científica, para considerarse como tal, necesita ser interdisciplinaria, o al menos multidisciplinaría. La Medicina es poco eficaz si no se auxilia de la Psicología y de la So- ciología; la Sociología no funciona adecuadamente si no se apoya en la Psicología y en el Derecho; el Derecho es obsoleto si no respeta la realidad social y psicológica; es decir, actualmente para hacer cual- quier trabajo serio, principalmente en Ciencias Sociales, se tiene que trabajar interdisciplinariamente. Lo anterior no solamente acontece en las ciencias sociales; la Quí- mica se integra a la Biología, la Física a la Química, la Zoología a la Botánica, ésta a la Química, etc. El Criminólogo es un científico que, como la mayoría de los hom- bres de .ciencia modernos, debe trabajar en forma interdisciplinaria. Pero no debe confundirse la interdisciplina con la simple multi- disciplina, ya que, mientras la primera significa la íntima relación, las estrechas conexiones, la interdependencia, la segunda es tan solo la adición, el acopio de diversas disciplinas. Multidisciplinar designa solamente la participación de muchas disciplinas, mientras que la sílaba inter expresa, entre otras cosas, una cierta coordinación o incluso integración. Una investigación in- terdisciplinar significaría un grado de integración superior al de una multidisciplinar. 80 GÓPPINGER. Op. Cit., p . 68. 81 Es interesante, para mejor, comprensión de este apartado, la lectura de la Anto- logía de la Investigación Científica, preparada por Rafael Moreno González. B. Costa- Amic, Editor. México, 1974. 40 CRIMINOLOGÍA La interdisciplina implica dependencia mutua entre las diversas ciencias o disciplinas concurrentes; cada una complementa y explica a las demás, la ausencia de alguna es notable por la disminución de calidad del conjunto, en la multidisciplina por el contrario, veremos afectada sobre todo la cantidad. Estamos de acuerdo con GOPPINGER en que no se trata de una competición con cada una de las ciencias afines, sino de una forma de observación que debe abarcar la conexión entre sus diferentes campos y también los resultados de sus investigaciones, en cuanto de alguna manera se refiere al crimen. También en que "para la Cri- minología Interdisciplinaria la tarea debe consistir en buscar factores y constelaciones criminológicamente relevantes de entre la multitud de resultados parciales obtenidos con los diversos métodos, evitando una atribución específica a cualquiera de las ciencias afines a las que más bien debe integrar".*^ La Criminología es, por esencia misma, interdisciplinaria; impo- sible llegar a la síntesis criminológica si no es con métodos interdis- ciplinarios. II.7. ESQUEMAS CIRCULARES Y ORBITALES Lo anterior nos lleva a un cambio de los esquemas piramida- les hacia los circulares u orbitales. ¿Sociología? ¿Derecho? ¿Filosofía? ¿Criminología? ¿Auxiliares? Esquema n» 1 ESQUEMA PIRAMm*!. Antiguamente la preocupación máxima de los científicos era lle- gar a elaborar "pirámides" perfectas, así, se construyeron las pirámi- des de las ciencias, discutiendo cual era la ciencia suprema y cuales las 82 GOPPINGER, Op. cit., pp. 136 y 140. CIENCIA Y MÉTODOS CRIMINOLÓGICOS 41 auxiliares, con opiniones diversas según la profesión e inclinación de los autores. (Ver esquema 1). Actualmente, en todos sentidos, se tiende hacia esquemas circu- lares, más operacionales y de rápido funcionamiento. (Ver esque- ma 2). Ciencias Problema o disciplinas a resolver concurrentes Esquema n? 2 ESQUEMA ClRCUtAR En este momento ya nadie pierde el tiempo en pensar si el dere- cho es la base y hay ciencias "auxiliares", ahora el planteamiento con- siste en identificar el problema y proponer las ciencias o disciplinas con las que podemos resolverlo. En el sistema circular existe un problema común, que debe ser resuelto. El Esquema No. 2 es multidisciplinario, el paso a la inter- disciplina se interpretaría como: (Ver Esquema 3). Esquema n? S 42 CRIMINOLOGÍA En el esquema piramidal tenemos una ciencia suprema, directriz, a la que se subordinan las demás, en los esquemas circulares tenemos la concurrencia de ciencias, con la diferencia de que, en la multidis- ciplinaria hay independencia, en tanto que, en la interdisciplina la conexión es estrecha, cada científico comunica sus resultados a los demás , y recibe los otros resultados, sirviendo éstos no sólo como in- formación complementaria, sino como valoración y control de los re- sultados propíos. Así se establece un sistema de retro-alimentación, en el que cada conclusión particular se va corrigiendo y enriqueciendo, y se puede llegar a una síntesis en la que no debe haber contradicciones inex- plicables. En el mundo criminológico el problema a resolver son las con- ductas antisociales, y así tendremos que, dependiendo del problema concreto serán las ciencias o disciplinas concurrentes, entendiendo que hay un número de componentes básicos, mínimo que no se puede rebasar, so pena de no estar haciendo Criminología propiamente di- cha. El mínimo requerido lo analizaremos en el capítulo siguiente. Adelantamos que, el mínimo requerido, en nuestra opinión, se compone de: Antropología Criminológica, Biología Criminológica, Psicología Criminológica, Sociología Criminológica, Criminalística, Victimología y Penología. En ocasiones intervendrá toda la enciclopedia de las ciencias pe- nales; hay casos en que solo necesitaremos algunas de ellas. Así nos explicamos como en ocasiones el Derecho Penal en parti- cular, o las jurídico-represivas en general, no intervienen, pues no toda conducta antisocial está tipificada, ni es necesario para resolverla hacer intervenir el aparato ji^rídico. Hay ocasiones en que concurrirá la Medicina Forense, y otros en que necesitaremos a la Psiquiatría Forense, pero habrá algunos en que nos bastarán las ciencias criminológicas. En otros casos requeriremos de conocimientos ajenos a las cien- cias penales, como la Economía, la Administración, la Ingeniería o la Arquitectura (Supongamos el caso de la construcción de una institu- ción de tratamiento, o la ejecución de un plan de Política Crimino- lógica en una zona urbana, arquitectónicamente mal planeada). Las ventajas de los esquemas circulares sobre los piramidales son notables, tanto en contexto científico como fuera de éste; sólo insti- tuciones muy tradicionales como el ejército o como el Derecho con- servan organizaciones piramidales, en las demás se tiende a la circu- CIENCIA Y MÉTODOS CRIMINOLÓGICOS 43 lar, pues es de comunicación más rápida y funcional, como lo ha de- mostrado la moderna cibernética. Un ejemplo de esquema orbital para aplicación criminológica es. el siguiente: (Ver esquema No. 4 ) . Esquema nt 4 El esquema No. 4 nos indica una forma de organización orbitaí para permitir el trabajo mejor estructurado de un equipo interdisci- plinario de Clínica Criminológica (equipo criminológico). En este ejemplo los diferentes departamentos técnicos (Psicolo- gía, Trabajo Social, etc.) se organizan en forma circular, girando. Este esquema es operante en instituciones de gran tamaño o en investi- gaciones en que participan muchos investigadores, y ahorra una gran< cantidad de tiempo y esfuerzo. II.8. LA OBSERVACIÓN Tradicionalmente el método científico se compone de observacióif y experimentación. La observación es la puesta en contacto con el fenómeno que de- seamos conocer: observar es examinar atentamente, o sea que se si- 44 CRIMINOLOGÍA gue la secuencia normal psicológica: senso-percepción, entendimiento, comprensión, asimilación y retención; y posteriormente evocación y reproducción. Es decir, por observar no entendemos nada más poner los sentidos en contacto con el estímulo, sino también la intervención de los factores más altos de la Psique humana, como son los factores intelectuales, pues debemos de entender y comprender el fenómeno. Para que haya observación es necesaria la participación del sujeto observador y del objeto observado, no hay por lo tanto observación "pura"; el hombre tiene la cualidad de observarse a sí mismo (in- trospección) , por lo que puede hablarse de observación interna y externa. La observación externa no es la mera percepción de un fenómeno exterior, sino que integra una profunda relación del hombre con las cosas y para observar, tanto como para toda la tarea científica, hay una distancia óptima entre el sujeto y el objeto.® En Criminología esto tiene una peculiar significación, por lo delicado de la relación del criminólogo con el crimen, la criminalidad y el criminal. La observación puede ser individual o colectiva, extensiva o in- tensiva, provocada o espontánea.®* Finalmente, antes de pasar a la experimentación, recordemos que el experimento se basa, en todo caso en la observación, que en las cien- cias del hombre requiere particulares características de "fínesse" para saber distinguir los hechos con rigor, a fin de poderlos inter- pretar después cualitativa y cuantitativamente sin generalizaciones apresuradas.*"* II.9. LA EXPERIMENTACIÓN Experimentar es probar y examinar prácticamente las virtudes y propiedades de una cosa. La experimentación viene siendo una observación provocada y di- rigida, en la que se reproduce el fenómeno tratando de controlar sus variables. En la experimentación hay pues la modificación deliberada de algunos factores, el objeto de experimentación se somete a la aplica- ción de estímulos controlados. 83 Cfr. BLEGER, JOSÉ. Psicología de la Conducta. Eudeba, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1963, p. 174. 84 Cfr. DuvERGER. Op. ctt.. Primera Parte. 85 Cfr. PELAEZ. Op. ctt., p. 88. CIENCIA Y MÉTODOS CRIMINOLÓGICOS 45 Hay autores que han negado la posibilidad de experimentación en Criminología, así VON HENTIG ha dicho que experimentar con de- lincuentes y situaciones criminógenas parece una aspiración utópica. En el mismo sentido se ha expresado EDUARDO MIMBELA DE LOS SAN- TOS.®* DON CONSTANCIO BERNALDO DE QUIRÓS seguía esta corriente: "La Criminología es ciencia de observación, puramente, de observación directa, en que la experimentación desaparece por una necesidad mo- ral, pudiendo hablarse sólo en ella, de experimentos, en sentido fi- gurado, cuando los hace ante nosotros la propia naturaleza, en forma de hechos extraordinarios o anómalos".*' Efectivamente, no en todas las ciencias se puede experimentar, tenemos por ejemplo la Astronomía, en la que la modificación del universo es, por lo pronto, imposible. Sin embargo, el experimento no es ya un monopolio de las cien- cias naturales, en las ciencias sociales se ha introducido la experimen- tación, obviamente en las ciencias socio-naturales es también posible. Lo importante en la ciencia fáctica es la comprobación de la hi- pótesis, lo que puede hacerse con la selección, individualización y clasificación de los hechos, para pasar a lá interpretación de los mismos. Si para algunas ciencias la experimentación es indispensable, en otras tiene serias limitaciones. En efecto, en muchos aspectos de la Criminología es imposible ex- perimentar; no podemos matar a alguien para saber qué siente u n criminal, es decir, no tenemos acceso a la experimentación directa, no podemos repetir el fenómeno para constatarlo. No es necesario el intervenir personalmente en un fenómeno para conocerlo; no es necesario drogarse para conocer lo que es la marihuana, ni se nece- sita tener relaciones homosexuales para estudiar la homosexualidad; sin embargo hay algunos fenómenos de la Criminología que sí son experimentables, principalmente en lo referente al tratamiento y "re" adaptación de los delincuentes, así como en Criminalística y en Política Criminológica. Las limitaciones éticas, jurídicas y prácticas de la experimenta- ción criminológica saltan a la vista. En más de una ocasión se han cometido barbaridades a título de experimentación criminológica, así, los criminales han sido castrados. 86 Cfr. OuvERA DÍAZ. Op. cit., tomo I , p. 141. 87 QUIRÓS, CONSTANCIO B . Op. cit., p. 19. 46 CRIMINOLOGÍA «descerebrados, lobotomizados, torturados física y mentalmente para probar cierta teoría, para experimentar cierto tratamiento. Es lógico además que nuestros límites son marcados por funcio- nes prácticas, pues ciertos experimentos podrían provocar una can- tidad de crímenes de los que resultaríamos directamente responsa- bles. Se han realizado experimentos altamente comprometidos, por ejemplo apagando los semáforos de una ciudad durante un tiempo determinado, o retirando la policía de una zona dada, para conocer si hay aumento o disminución de conductas antisociales. Hasta aho- ra los resultados han sido positivos, es decir, el aumento de crimina- lidad no fue notable, pero, ¿y si ló hubiera sido? ¿Estamos autoriza- dos en nombre de la ciencia a poner en peligro a un número de víctimas potenciales? I-a experimentación criminológica ha sido una cara aspiración, desde los orígenes de la Scuola Positiva, pero es indudable que debe realizarse en forma restringida, con gran precaución de no lesionar los elementales derechos del hombre, y planteando con gran claridad los sistemas de evaluación. (De la que hablaremos en el capítulo de Política Criminológica). 11.10. LOS NIVELES DE INTERPRETACIÓN Es necesario distinguir tres distintos niveles de interpretación cri- minológica, pues del nivel en que estamos trabajando depende el método que utilizaremos. Nos dice BuNGE que 'Toda teoría abstracta o estructura, puede interpretarse de varios modos, parcial y plenamente. A la inversa, si se despoja a una teoría de las reglas de interpretación que le con- fieren un contenido, queda un esquema puramente sintáctico".** La precisión en los niveles de interpretación nos evitará las in- consistencias semánticas, es decir, la utilización de un lenguaje am- biguo. Es indudable que muchas de las imprecisiones y errores en Cri- minología se deben a la confusión de los niveles de interpretación. Al utilizar correctamente el nivel de interpretación llegaremos mejor a la significación material o naturaleza de las cosas que se quieren comprender. 88 BUNGE, MARIO. La Investigación Científica. Editorial Ariel. Barcelona, España. J197S, p. 469. CIENCIA Y MÉTODOS CRIMINOLÓGICOS 47 Mucho» autores (por no decir la mayoría) no se preocupan por distinguir los niveles de interpretación, otros (quizá sin usar este término) los manejan desde hace tiempo. Así, por ejemplo Ruiz Funes dice que: "El delincuente puede ser un ser inferior, biológica o socialmente considerado. El delito, un síntoma o una enfermedad. La delincuencia, en su morfología, el re- siduo de una moral superada o el anticipo de una moral futura: lo atávito o lo evolutivo. El delito, la obra de la fuerza o el fraude, de la violencia o de la astucia, de lo muscular o de lo intelectual. La personalidad del delincuente, normal o patológica. Su moral antité- tica con la moral social o parcelaria. Todas estas variedades conducen a interpretaciones distintas del criminal y de su acción".** Y por su parte Lavastigne y Stanciu distinguen los niveles en la forma siguiente: "El crimen, que es eLacto del individuo, al chocar con los inte- reses de la sociedad, pone siempre en discusión, por un lado la liber- tad del individuo, y por otro la defensa de la sociedad, las anomalías de la personalidad y los del medio social, al libre albedrío y el deter- minismo, la pena y el tratamiento del delincuente. Se puede estudiar el crimen como un acto antisocial y, después, el criminal ser estudiado por el médico, cuya competencia esté acrecen- tada por la de un filósofo y de un biólogo. Estudiar la criminalidad de un país o de una región, como un capítulo de Sociología, teniendo en cuenta las correlaciones propor- cionadas por las estadísticas, es muy posible. Pero inmediatamente surgen las dificultades. Se trata de poder discernir en las diferentes circunstancias las correlaciones concluyentes de las simples coinci- dencias".®" 11.11. EL MÉTODO Y LOS NIVELES DE INTERPRETACIÓN Es pues indispensable distinguir tres niveles de interpretación a saber: a) Nivel de interpretación conductual (el crimen), en el que se estudia la conducta antisocial propiamente dicha, aquí el método a utilizar es múltiple, y pueden ser de gran utilidad las técnicas de la 89 RüE FUNES. Op. cit. (3) Estudios, p. 38. 90 LAVASTIGNE, M . LAICNEL; STANOU, V. V. Op. cit., p. 13. 48 CRIMINOLOGÍA criminalística para conocer las peculiaridades del hecho concreto y de ahí pasar a explicaciones antropológicas, sociológicas, etc., hasta llegar a la síntesis criminológica. Para Pinatel ®^ este nivel constituye el enfoque criminológico por excelencia, ya que en él debe realizarse el máximo esfuerzo por aprehender la convergencia de factores y de mecanismos biológicos, sociales y psicológicos que conducen al paso al acto. Para la explicación total del crimen es necesario llegar a la sín- tesis criminológica, en este campo la víctima toma un papel de gran importancia, así como los testigos y todos los que toman parte en el drama del hecho antisocial. Dentro de este nivel es necesario distinguir a su vez dos formas de análisis: un crimen concreto, realizado en un momento y lugar determinado, y una forma criminal en particular. Es diferente el estudio del robo de Juan a Pedro, del estudio del robo en general, como conducta antisocial, de sus formas de comisión; la reacción social que genera, los efectos que produce, etc. No debe confundirse este estudio con el de la totalidad de los ro- bos en un tiempo y lugar determinados, pues entonces estaremos en otro nivel de interpretación: la criminalidad. En mucho la descripción de la conducta antisocial y de sus características (nivel conductual) es previo al estudio de la criminalidad contra el patrimonio (nivel general). b) Nivel de interpretación personal (el criminal), en el que se analiza al autor de la conducta antisocial, aquí el método es indu- dablemente el clínico, y se busca llegar a diagnóstico, pronóstico y proposición de tratamiento. En este nivel, el hecho cometido es tan sólo un indicador de la personalidad y características del sujeto antisocial. En realidad debe hacerse un esfuerzo por separar al autor de su hecho, para no estar predispuestos al elaborar el dictamen criminológico. Lo anterior' no implica, desde luego, que no debe tomarse en cuenta la conducta, sino tan sólo que debe concentrarse el criminó- logo en lo que el sujeto es, y no en lo que ha hecho. Es útil recordar la frase que el coronel Montesinos mandó escribir en la entrada de la cárcel de Valencia: "La prisión sólo recibe al hombre, el delito que- da a la puerta." »1 PINATEL. Op. cit. (Criminologie), p. 100. CIENCIA Y MÉTODOS CRIMINOLÓGICOS 49 La interpretación en este nivel es individual, y no pueden obte- nerse conclusiones generales, es decir que los resultados sólo tienen aplicación para el caso concreto, y no pueden extenderse a la ge- neralidad. La Criminología nació con Metodología Clínica, en análisis de caso individual, y llegó a grandes desarrollos en los últimos años. Actualmente se está poniendo gran atención en el nivel de interpre- tación general, desarrollando métodos sociológicos y estadísticos en lugar de los tradicionales antropológico-individuales. c) Nivel de interpretación general (la criminalidad), en que se estudian en conjunto las conductas antisociales y sus características en un lugar y tiempo determinados. A este nivel la metodología debe ser básicamente estadística, y las interpretaciones genéricas, mane- jando probabilidades, es decir no es válido el deducir consecuencias sobre casos particulares. La gran preocupación actual por los factores políticos, económi- cos y socio-culturales de la criminalidad, han conducido a este nivel a una gran jerarquía, estudiando el fenómeno en conjunto y no tan- to a las conductas o a los autores aislados. La demografía, la etnografía, la ciencia política, la economía, se han revelado como instrumentos eficaces para lograr una más com pleta síntesis criminológica en el estudio de la criminalidad. 11.12. UTIUDAD DE LOS NIVELES Es una necesidad metodológica el estudip por separado de los ni- veles de interpretación, pero esto no significa que puedan existir solos. En efecto, no puede existir crimen sin criminal, ni criminal sin crimen. La criminalidad es el conjunto de crímenes, obviamente cometidos por criminales. El conocimiento profundo de un nivel nos facilita el conocimiento de los demás, pero no es posible explicar un nivel por medio de los otros. Las conclusiones válidas para el caso indit'idual no lo son para las explicaciones generales, pues siempre encontraremos excepciones; las conclusiones estadísticas nos indican probabilidad o frecuencia, y no pueden ser aplicadas a los casos individuales. La relación de los tres niveles de interpretación, según lo men- cionado anteriormente, puede ilustrarse de la manera siguiente: (Esquema N» 5). 60 CRIMINOLOGÍA Esquema n° 5 Debemos hacer notar que cada uno de los niveles adquiere una peculiar importancia según el momento de aplicación jurídica, es decir de los casos en que las interpretaciones criminológicas son de especial valor para los juristas, así: a) El nivel de interpretación conductual (crimen) adquiere rele- vancia en el proceso. h) El nivel de interpretación personal (criminal) es especial- mente requerido en la ejecución de sanciones. c) El nivel de interpretación general (criminalidad) es de nota- ble utilidad en el momento de legislar. Lo anterior no quiere decir que cada nivel sea inútil en un mo- mento diferente, simplemente el momento en el que parece ser más importante. 11.13. REGLA DE LA PRIMACÍA DE LA DESCRIPCIÓN Para lograr conclusiones válidas en lo referente a las relaciones entre los tres niveles, debemos estar seguros de antemano, que los objetos están bien definidos, que la descripción sea completa, y que no falten datos que nos puedan viciar la investigación. Por lo general, es conveniente tener previamente bien definido CIENCIA Y MÉTODOS CRIMINOLÓGICOS 51 el nivel conductual (el crimen) de manera general, es decir en qué consiste la conducta antisocial que se va a estudiar. En este renglón puede ser muy útil la definición jurídica de la conducta (delito), pero no considerarla suficiente. La definición jurídica puede variar según las épocas, y cambia de una legislación a otra, así, en algunos países se hace la diferencia entre robo y hur- to, o entre homicidio y asesinato, en otros se consideran la misma cosa, y se encuadran dentro del mismo rubro ("homicidio" o "robo"). En países con sistema federal (un código para cada estado) el problema se complica; además, debemos recordar que una conducta puede ser delito en una legislación y en otra no. Pasando de esta descripción general al crimen en particular, las dificultades se acrecientan, ya que conductas calificadas bajo el mis- mo rubro (robo, v. gr.) son totalmente diversas entre sí, sea por el modus operandi, por los sujetos que intervienen, por las motivacio- nes, por las diferentes víctimas, etc. El estudio del nivel conductual nos lleva por fuerza a establecer clasificaciones generales; aquí puede ser utilizable la división de con- ductas contra las personas en su integridad física, contra las personas en su patrimonio, contra la moral, contra el Estado, etc. Otra dificultad para el uso de la definición legal es que algunas conductas son simplemente enunciadas pero no definidas por el có- digo o ley penal, en estos casos la investigación se hace más nece- saria. Insistimos pues en la conveniencia (cuando no imperiosa nece- sidad) de que el criminólogo construya su propia terminología y sus propias definiciones. El nivel de interpretación personal implica también una tipolo- gía, asunto bastante discutido en la actualidad por las consecuencias de etiquetación o estigmatización que esto conlleva. Algunas tipologías son basadas en el primer nivel (conductual), y así se clasificarán los sujetos antisociales de acuerdo a la conducta cometida (ladrones, homicidas, violadores, etc.). Esta tipología puede ser aceptable en cuanto busquemos expli- caciones genérale?, e intentemos describir al homicida o al ladrón en general, pero es menos útil al tratar el caso concreto. La tipología basada en el primer nivel implica a fortiori que tenemos perfectamente descrito en qué consiste la conducta que nos sirve de base, cuidando de no usar exclusivamente definiciones ju- rídicas. 52 CRIMINOLOGÍA En el análisis de caso individual nosotros preferimos una tipo- logía basada en los factores criminógenos (endógenos y exógenos), para evitar el verse influido por la conducta criminal en el momento de hacer diagnóstico o pronóstico. Otros criterios, como la edad, el sexo y la salud son de gran uti- lidad y objetividad para construir tipologías, y son básicos en la des- cripción del sujeto. En cuanto a la salud mental, PINATEL enuncia la Regla de elimi- nación de tipos definidos^^ ya que es necesario separar de base los criminales que pertenecen a tipos psiquiátricamente definidos de aquellos que son "puramente criminológicos". Con razón dice el autor citado que toda clasificación que fuera común a los dos grupos (patológico y n o patológico) tiene que estar equivocada. "Querer, por ejemplo, utilizar una tipología basada en el acto e intentar definir el retrato clínico del ladrón, del delin- cuente sexual, del incendiario o del homicida, no puede llevar a nada."»» El tercer nivel, nivel de interpretación general, se apoya básica- mente en la estadística, y por lo general en estadísticas oficiales. Aquí adquiere un gran valor la regla de la primacía de la descripción. Es indispensable tener claro a qué se refieren los cuadros esta- dísticos cuando hablan de "homicidio", "robo", "infracciones", "me- nores", "adultos", "imputables", "enfermos", "droga", "estupefacien- te, etcétera. La descripción a usar es generalmente la legal, principalmente en el manejo de estadísticas judiciales, pero debemos comprobar que efectivamente se está usando terminología jurídica, de acuerdo a la legislación vigente. Dentro de los reportes oficiales existen también estadísticas sani- tarias, económicas, sociales, etc. En estos casos la descripción puede no ser legal, sipo convencional o técnica. Así, por ejemplo, la estadística judicial de homicidio está basada en una definición legal ("el que priva de la vida a otro"); la esta- dística de "muerte causada por otra persona", es de carácter sanita- rio y se basa en la clasificación internacional de enfermedades (E980- E978), por lo general ambas estadísticas jamás coinciden, aunque aparentemente se refieran a lo mismo. También en este nivel es necesaria una clasificación; podemos »2 Cfr. PINATEL. Op. cit. (Criminologie), p. 104. «8 Ibidem, p. 106. CIENCIA Y MÉTODOS CRIMINOLÓGICOS 63 partir de las tipologías proporcionadas por los dos primeros niveles (suponiendo que en éstos se hizo la descripción previa a la clasifi- cación) . Así, podemos dividir en criminalidad contra las personas, criminalidad patrimonial, criminalidad sexual, etc. Actualmente surgen nuevas clasificaciones como "criminalidad de cuello blanco", "criminalidad de orientación político-social", "crimi- nalidad dorada", que provienen de la investigación criminológica, y que difícilmente tienen equivalente legal. 11.14. LA ESTADÍSTICA Considerando antes coma el método clave en Criminología, aho- ra sabemos que su utilización depende en mucho del nivel de inter- pretación usado. Decía T . C. N. Gibbens que los números son buenos servidores pero malos maestros,** y Sotirof comparaba las estadísticas con la minifalda, que es más lo que sugiere que lo que enseña. No pode- mos olvidar que ya Descartes había dicho que "Los matemáticos se han sujetado tanto a ciertas reglas y a ciertas cifras que han hecho de ella un arte confuso y obscuro, que confunde el espíritu, en lu- gar de una ciencia que lo cultive."*"* Hay que tener cuidado, pues a veces se puede mentir con esta- dísticas, pues la precisión de éstas depende en mucho de la termino- logía usada, de la tipificación legal, de los cambios de edad legal, de los criterios políticos, etc. Así, un aumento en la cifra oficial de crímenes, puede represen- tar un aumento de criminalidad, o un aumento de eficacia policiaca, o el considerar como delitos a conductas que antes no lo eran, o una disminución en la edad penal. La estadística, cuyos pasos de recopilación, organización, presenta- ción, análisis e interpretación, deben ser meticulosamente seguidos, es una importante herramienta en el trabajo criminológico. Los resultados estadísticos no representan conocimientos causales. No podemos pasar impunemente de un nivel de interpretación a otro, ni confundir los conceptos operacionales. Los resultados estadísticos se refieren a la generalidad, y no son aplicables al caso particular, no explican sino probabilidad. «4 GIBBENS, T . C . N . Tendencias actuales de la Delincuencia Juvenil. O.M.S., Gine- bra, 1962, p. 12. 96 DESCARTES. Op. cit., p. 88. 54 CRIMINOLOGÍA Para una mejor interpretación estadística, se reconocen en Crimi- nología tres tipos de cifras estadísticas: a) Cifra oficial. Es el número de infractores que aparecen en las estadísticas oficiales (policiacas, judiciales, de menores), pueden ser de casos denunciados, de sujetos arrestados, de procesos, de proce- sados, de sentenciados. b) Cifra negra. Es el volumen de delitos que no llegan al co- nocimiento de las autoridades. En este caso son las acciones crimina- les que no aparecen en la icstadística criminal. c) Cifra real. Sería el resultado de la suma de la cifra oficial y de la cifra negra. Son las infracciones que efectivamente se han cometido. La estadística criminológica está todavía excesivamente atada a conceptos jurídicos (delito, delincuente), y es necesario lograr esta- dísticas más generales, que abarquen no sólo categorías delimitadas jurídicamente, sino conductas antisociales en general. Por esto es tan valioso el concepto de "cifra dorada" de Severín- Carlos Vérsele, el gran maestro belga recientemente fallecido, que expresó en el Congreso de la ONU en Ginebra; "Aparte de la cifra negra de delincuentes que escapan a toda detección oficial, existe una cifra dorada de criminales que tienen el poder político y lo ejercen impunemente, abandonando a los ciudadanos y la colecti- vidad a la explotación de la oligarquía, o que disponen de un poder económico que se desarrolla en detrimento del conjunto de la so- ciedad" . . . "Se trata, esencialmente, de convivencias político-econó- micas, de colusiones político-financieras, de sutiles peculados, de con- cusiones disfrazadas y de abusos reales, favorecidos por las lagunas de la ley más o menos deliberadas, como por las complacencias más o menos conscientes." ®* II. 15. MEDIOS DE INVESTIGACIÓN Mencionaremos a continuación algunos de los medios que, con piayor frecuencia, se utilizan en la investigación criminológica. 1) Estadístico, ya mencionado en el apartado anterior. 2) Biológico, que puede ser grupal o individual. Resaltan los ge- néticos y familiares. 96 VÉRSELE, SEVERÍN CARLOS. Legislac ón Penal, Procedimientos Judiciales y otras formas de control social en la Prevención del Delito. Quinto Congreso de la ONU sobre i'revención del Delito y Tratamiento del Delincuente. Nueva York, USA. 1976, p. 23. CIENCIA Y MÉTODOS CRIMINOLÓGICOS 55 3) Biotipológico, con estudios corporales para determinar una ti- pología determinada. 4) Antropológico, que puede ser antropométrico, físico o cultu- ral (arqueológico, etnológico o lingüístico). 5) Psicológico, por medio de entrevistas, tests, encuestas, etc. 6) Psiquiátrico, que puede incluir entrevista, exámenes, electro- encefalograma, etc. 7) Médico, con auscultación, anamnesis, exploración por apara- tos, análisis, etc. 8) Sociológico, con observación y experimentación de laborato- rio o de campo. 9) Criminalístico, tanto con estudio del lugar de los hechos como análisis de laboratorio. 10) Clínico, haciendo la "historia clínica" de la vida antisocial del sujeto. 11) Biográfico, con el análisis de la biografía o autobiografía de criminales. 12) Documental, estudiando documentos públicos, o privados (epistolarios, diarios) (informes, memorias, censos, expedientes). 13) Bibliográfico, con el uso de publicaciones científicas (tratados, compendios, textos, artículos en revistas). 14) Hemer o gráfico, acudiendo a los archivos de los medios de in- formación (periódicos, revistas, noticiarios filmados, etc.). 15) Artístico, es el acercamiento a las obras de arte, con la in- terpretación criminológica de la literatura, la pintura, la escultura, la música, etc.®' 16) Follozv-up, es el seguir a un delincuente, o grupo de delin- cuentes y a un grupo control, durante un largo tiempo (años). Entiéndase que la lista presentada es ejemplificativa, y en forma alguna exhaustiva. •7 Un ejemplo notable es / Delinquentt nell'arte, de ENRICO FERRI. DairOglio edi- tore. Milán, Italia, 1959. Hay edición francesa de F i u x ALCAN, París, 1908; y española (traducción de C. B. DE QUIRÓS) de Victoriano Suárez, Madrid, 1899. CAPÍTULO III LA SÍNTESIS CRIMINOLÓGICA 1. Introducción.—2. Concepto de Síntesis.—3. Las Materias de Síntesis.—4. Antropología Criminológica.—5. Biología Crimino- lógica.—6. Psicología Criminológica.—7. Sociología Criminoló- gica.—8. La Criminalística.—9. La Victimología.—10. La Peno- logia.—11. La Síntesis Clínica.—12. La Síntesis General. III. 1. INTRODUCCIÓN Este capítulo está dedicado a la síntesis criminológica; en él ex- pondremos el concepto de síntesis y las. materias que componen la gran ciencia criminológica. Las materias que proponemos para formar la síntesis son un mí- nimo requerido, en forma alguna se trata de una enumeración limi- tativa, ya que pueden concurrir beneficiosamente otras disciplinas, de acuerdo al problema concreto a resolver. III.2. CONCEPTO DE SÍNTESIS Por síntesis se entiende la composición de un todo por la reunión de sus partes; es algo más que la simple suma y compendio de una materia o cosa. Etimológicamente viene del latín synthesis, y éste del griego cruvreoxs, que nos da a entender la acción de componer las cosas con inteligencia, sin dejar nada desconectado, en lo que cada parte lleva una íntima relación con el todo y cada cosa ocupa un puesto deter- minado. En la química se describe la síntesis como la formación de una 57 58 CRIMINOLOGÍA substancia compuesta mediante la combinación de elementos o subs- tancias más sencillas. En Criminología el concepto es similar, pues nuestra ciencia está formada por la suma y el compendio interrelacionado de sus diver- sos componentes. Usando el símil químico, podemos explicar la Criminología como una materia nueva, autónoma, e independiente, formada por la com- binación de otras materias, si no más "simples" sí más especializadas. Quizá la característica más sobresaliente de la Criminología es ser sintética; si no se llega a la síntesis no hay Criminología, podrá haber una parte, podrá existir Psicología Criminológica o Sociología Criminológica, pero no Criminología. A nivel de interpretación individual (el criminal), sólo puede hablarse de estudio, diagnóstico o pronóstico criminológico, si se llega a la síntesis de una serie de materias; en tanto no se logre esto tendremos tan sólo un estudio médico, psicológico, antropológico o sociológico del criminal. Los estudios, investigaciones o exploraciones parciales no consti- tuyen Criminología; sino fragmentos criminológicos, e insistimos en el punto por ser uno de los errores comunes: al creer que cviando se estudia el barrio criminógeno se está haciendo Criminología, y esto sería tan sólo Sociología Criminológica, o que cuando se realiza un estudio psicológico del criminal se hace Criminología, y esto será Psicología Criminológica (cuando no solamente Sociología o Psi- cología Criminales). Para ALMARAZ, "Investigar los factores psíquicos y los sociales que intervinieron en la génesis de un delito no es hacer Psicología o So- ciología criminales, sino aplicar los métodos y los datos de la Psico- logía y la Sociología para explicar la conducta de un delincuente singular. Estos procedimientos e investigaciones se acostumbran agru- par bajo el nombre de Criminología, cuando con ellos se trata de des- cubrir las causas de un delito concreto, es decir, de explicarlo cien- tíficamente." ^ Estamos de acuerdo con Peláez en que "La ciencia no puede re- ducirse a una simple recepción y organización de datos, sino que implica siempre una actividad sintética de interpretación que sirva para explicar su objeto; si así no fuese, se tendría sólo una descrip- »8 ALMARAZ. Op. cit., p. 30. LA SÍNTESIS CRIMINOLÓGICA 59 ción más o menos válida de algunos fenómenos, y por ello todo lo« contrario de una ciencia verdadera." »* III.3. LAS MATERIAS DE SÍNTESIS Antes de explicar cada una de las materias que consideramos ne- cesarias para llegar a una síntesis, es necesario hacer una diferencial entre ciencias criminológicas y criminologías especializadas o crimi- nologías analíticas, para poder llegar al concepto de Criminologíat general o Criminología Sintética. Las criminologías analíticas o especializadas son tentativas de ex- plicación del fenómeno criminal tomando como punto de partida una ciencia específica, y así se podría hablar de Criminología An- tropológica (LoMBROSo), Criminología Biológica (EXNER) , Crimi- nología Sociológica (FERRI) , o Criminología Psicológica (GEMELLI) . En todos estos casos los autores desarrollan una verdadera Crimi- nología, dándole una orientación determinada, y aunque predomi- nando un método no desdeñan los demás. Lo anterior se explica por la profesión o preparación particular de cada tratadista; es de- notarse que hay países con una dirección fácilmente identificable, así, en Italia la Criminología es Biológica, mientras que en Estados. Unidos es Sociológica. Las ciencias criminológicas, por lo general son en su origen ra- mas, divisiones o aplicaciones de otras ciencias, sus áreas están cla- ramente determinadas y su metodología tiene una gran pureza, así,, la Psicología Criminal sería una rama de la Psicología General, y la Sociología Criminal lo sería de la Sociología General. En el momento en que estas ramas buscan integrarse a un todo, que es la Criminología, se convierten en "criminológicas", y pasan> a ser parte integrante de la Criminología General o Sintética. El camino de integración de la Criminología General o Sintética es claro: nace primero el interés de ciertas ciencias (Biología, Psi- cología, Sociología, Antropología) por el fenómeno criminal, y crean- ramas para su estudio; posteriormente, algunos especialistas en estas- ramas buscan ampliar sus conocimientos y, sin perder su orientación, se auxilian de otras ciencias para completar sus explicaciones, dando- nacimiento a las criminologías analíticas o especializadas. Finalmente, se llega a una explicación equilibrada, al comparar a» PEI^EZ. Op. cit., p. 196. 60 CRIMINOLOGÍA los resultados obtenidos por cada criminología especializada, se preci- san nuevamente los campos, se distinguen las metodologías, se im- pone una tónica básicamente criminológica y se logra una síntesis armónica, en la que se da su estricta importancia a cada rama, esta es la Criminología General o sintética. Otros componentes de la Criminología siguen un camino distinto, pues nacen con gran independencia, tales son la Fenología y la Vic- timología (aunque algunos autores distinguen una Victimología Ge- neral y una Victimología Criminológica). Hay autores que las consideran independientes, otros hablan de Criminología aplicada, nosotros las entendemos como partes básicas de la Criminología. En nuestra opinión los componentes mínimos de la Criminología son los siguientes: 1. Antropología Criminológica. 2. Biología Criminológica 3. Psicología Criminológica 4. Sociología Criminológica 5. Criminalística 6. Victimología 7. Fenología La lista no es limitativa, en un momento dado podemos auxiliar- nos de otras ciencias o disciplinas, ésta que hemos enunciado es la que nos parece que cubre un mínimo indispensable para llegar a una síntesis adecuada. La Criminología es una ciencia abierta a toda nueva conquista del saber, por esto es una ciencia joven que no puede envejecer, ya que se ve continuamente renovada por los descubrimientos científicos. III.4. ANTROPOLOGÍA CRIMINOLÓGICA La Criminología nace como "Antropología Criminal" (Lombro- so, 1876), pretendiendo dar una explicación integral del hombre de- lincuente. La Antropología (del griego antropos: hombre, y logos: tratado), etimológicamente es la ciencia del conocimiento del hombre, y la Antropología Criminológica sería el estudio de las características del hombre criminal. LA SÍNTESIS CRIMINOLÓGICA 61 La Antropología en general puede dividirse en: a) Antropología física o Antropobiología, que es la rama que estudia la evolución y variabilidad del género humano y su relación con el medio ambiente. b) Antropología cultural, que a su vez se gubdivide en: — Arqueología, estudio de la cultura mediante sus restos mate- riales. — Etnología, estudio de las diversas manifestaciones de la cultura. — Lingüística, estudio de los lenguajes como medios de comunica- ción cultural con sus características intrínsecas. La Antropología Criminal ha sido definida como "El estudio de las características físicas y mentales particulares a los autores de crí- menes y delitos", y como la "ciencia que estudia precisamente los ca- racteres específicos y distintivos del hombre en tanto que ser vivo", y en este caso del hombre criminal, considerado este término en su sentido más amplio.^***» MORALES COELLO define la Antropología como la ciencia que estu- dia al hombre que fue y al hombre actual, en todos los lugares del universo, estableciendo comparaciones (anatómicas, fisiológicas y psi- cológicas) entre los componentes de la misma raza, de diferentes razas y también en relación con las especies zoológicas más próximas.^*^ Nuestro maestro Di TULLIO dice que la Antropología Criminal en sí estudia la personalidad del delincuente, mediante método cientí- fico que es conllevado dentro de la ciencia biológica y psicológica en general, y la ciencia de la constitución y la biotipología humana en particular; método que considera a la personalidad humana como una unidad inescindible, dentro de la forma y función, carácter so- mático y carácter psíquico, fuerza material y fuerza espiritual; estan- do unidos estrecha y coordinadamente, de manera tal que dentro de esa misma personalidad individual debe corresponder a su propia morfología, su funcionamiento, su {jsicología.^'^ Como podemos ob- servar, llega a una total Criminología Antropológica. De una gran extensión, la Antropología criminológica estudia al criminal a partir de sus características somáticas, analizando las me- 100 Cfr. GRAPIN, FIERRE. L'Anthropologie Criminelle. Presses Universitaires de Fran- ce. París, Francia ,1973, pp. 5 y 6. 101 MORALES COELLO, JULIO. Naciones de Antropología General. Tomo 1, 2* edición. Cultural, S. A. La Habana, Cuba, p. I. 102 D I TULLIO, BENIGNO. Tratado de Antropología Criminal. Edítríce "criminalia", Roma MCMXLV, p. 25. 62 CRIMINOLOGÍA didas y relaciones numéricas de las distintas partes del cuerpo hu- mano (Antropometría). La Antropometría tuvo gran auge al convertirse en Antropometría Criminal, gracias principalmente a un empleado de la Prefectura de París, ALPHONSE BERTILLON que utilizó las técnicas antropométricas para identificar delincuentes; Lombroso, como veremos más adelan- te, funda la Criminología a partir de una serie de experiencias mi- diendo cráneos de criminales. La Arqueología Criminológica es una rama todavía poco explora- da, pero que puede aportar notables conocimientos. La Antropología Criminológica estudia también el efecto del me- dio físico y la adaptación del hombre al mismo (Ecología), así como <el espacio en que se mueve el ser humano, y que puede ser sociópeto, favoreciendo las relaciones sociales, o sociófugo, obstaculizándolas. Uno de los capítulos más importantes es el de la Etnología que «estudia, en el tiempo y espacio, las creencias, técnicas, arte, etc., de pueblos y grupos culturales (ethnies); los compara e investiga sus similitude • s y diferencias. Las costumbres, los tatuajes, las supersticiones, la "moral", el len- :guaje, las expresiones artísticas del criminal, las diferencias entre di- versos grupos criminales (según edad, religión, habitat, etc.), el mo- dus operandi en ciertos crímenes, son aportaciones de gran valor de la Antropología Criminológica. Como temas para un curso de Antropología Criminológica pode- mos señalar: — Concepto de Antropología y sus ramas: Antropología física, Emo- logía. Arqueología y Lingüística. — Concepto de Cultura y su interrelación con la biología. — Concepto de variabilidad humana biológica: Variabilidad intrain- dividual (crecimiento y desarrollo), variabilidad dentro de una población (Antropometría, constitución física, marcadores genéti- cos) , variabilidad entre poblaciones (razas humanas). — La cultura como elemento de adaptación humana. — El ciclo de vida, las ceremonias de iniciación, concepto de rol y status. — La ciudad y el campo. Concepto de marginación. — Tendencias neurocerebralistas. — Tendencias biotipológicas. — Teorías somatopsicológicas. — Tendencia genetista. — La neo-Antropología. LA SÍNTESIS CRIMINOLÓGICA 63 La intervención de los modernos antropólogos, tanto físicos como culturales, ha servido para enriquecer notablemente la Criminología, principalmente en ramas como la Criminalística y la Fenología. A pesar de que algunos piensan que la fase Antropológica de la Crimi- nología está superada, nosotros insistimos en su valor, creemos que lo que hay es un desconocimiento de la materia, y hemos insistido en que se incluya en los programas de estudio de postgrado en Cri- minología. III.5. BIOLOGÍA CRIMINOLÓGICA La Biología Criminológica estudia al hombre de conducta anti- social como un ser vivo, desde sus antecedentes genéticos hasta sus procesos anatomo-fisiológicos; la influencia de los fenómenos bioló- gicos en la criminalidad y la participación de los factores biológicos en el crimen. Los temas básicos de esta materia son: — El criminal como ser vivo. — El problema genético (genética criminológica) — Aberraciones cromosomáticas y criminalidad. — Gestación, fecundación, embarazo, parto. — Etapas evolutivas del ser humano: niñez, adolescencia, senectud. — Los sistemas nerviosos. — Sistema endocrino (endocrinología criminal). — El sexo, su importancia criminológica. — Patología. El funcionamiento del organismo, la relación de éste con el medio físico, los efectos de la alimentación, la disfunción glandular, la he- rencia criminal y sus respectivas relaciones con la criminalidad, son problemas criminológicos que resuelve la Biología Criminológica. Como puede verse, la Biología Criminológica extiende sus inves- tigaciones a todos los aspectos anatómicos, fisiológicos, patológicos y bioquímicos de la personalidad criminal. Actualmente, esta materia se preocupa por problemas como: las disfunciones del sistema nervioso central y la conducta antisocial; la posibilidad de diferencias biológicas entre criminales y no crimina- les; la bioquímica y su influencia en el comportamiento criminal; los estudios sobre parejas de gemelos en los que al menos uno es criminal. 64 CRIMINOLOGÍA FRANZ EXNER^ el principal defensor del término "Biología Crimi- nal", la define como "La teoría del delito como aparición en la vida de un pueblo y en la vida en particular".^*'^ En su obra, este trata- dista hace una valoración del factor biológico frente a la preponde- rancia de la teoría del medio social, llegando a una verdadera Cri- minología Biológica, es decir, explicando la totalidad del fenómeno criminal partiendo de los aspectos biológicos. En algunos aspectos, sin embargo, el gran profesor de München llega a una verdadera Cri- minología General, como podemos ver en la edición italiana de su obra.i<« En 1927, en Viena, se fundó la Sociedad de Biología Criminal, dando gran énfasis a esta materia, que ha tenido brillantes exposi- tores, como Lenz, Vervaeck, Laudet, Rojas, Ribeiro, etc. NERIO ROJAS hace en su "medicina legal" una larga exposición criminológica,^** y LEONIDIO RIBEIRO ^** en su "Criminología" trata principalmente de problemas bio-médicos. El biólogo, el médico, el genetista, tienen mucho que decir y que aportar en el conocimiento de la conducta antisocial y de su autor, y su participación en la configuración de la moderna Criminología es indispensable, con mayor razón en el momento actual en que se tiende a romper el equilibrio haciendo la Criminología excesiva- mente Sociológica. III.6. PSICOLOGÍA CRIMINOLÓGICA La Psicología Criminológica es, basándose en su etimología, el estudio del alma del sujeto criminal. Desde luego que el concepto de Psique (alma) lo utilizamos en sentido científico y no filosófico. La Psicología Criminológica ha rebasado en mucho el límite de la observación individual del sujeto antisocial, extendiéndose hacia estudios de la conducta criminal y de los factores psicológicos que in- fluyen en la criminalidad, sean estos individuales o colectivos. FERRI reconocía cuatro ramas científicas para la observación psico- 103 ExNER, FRANZ. Biología Criminal. Bosch. Barcelona, España, 1957, p. 15. 10* ExNER, FRANZ. Criminología. Vallardi. Milano, Italia, 1953. 105 Cfr. ROJAS, NERIO. Medicina Legal. El Ateneo. Buenos Aires, Argentina, 10» Edición, 1971. 106 Cfr. RIBEIRO, LEONIDIO. Criminología. Editorial Sud Americana. Río de Janeiro, Brasil, 1957. LA SÍNTESIS CRIMINOLÓGICA 65 lógica de la personalidad, a saber; la Psicología Criminal, la Psico- logía Judicial, La Psicología Carcelaria y la Psicología Legal, dicien- do que: "la primera estudia al delincuente en cuanto es autor del de- lito; la segunda estudia su comportamiento en cuanto es imputado de un delito; la tercera lo estudia mientras está condenado, expiando una pena carcelaria; y la cuarta, en fin, coordina las nociones psico- lógicas y psicopatológicas que ocurren por la aplicación de las nor- mas penales vigentes sobre las condiciones del menor (discernimien- to) , del enfermo mental, del sordomudo, del alcohólico, así como de las circunstancias agravantes (premeditación, brutalidad, maldad, etc.) o atenuantes (impulso de ira o de intenso dolor, flagrancia en adulterio, etc.) ".^o'' Es posible distinguir, al menos, una Psicología Criminológica como estudio de los aspectos psicológicos de las conductas antisociales, de una Psicología Judicial, que es la aplicación de los conocimientos psicológicos a los problemas de la administración de justicia. Tam- bién puede hablarse de una Psicopatología Criminológica como el es- tudio de los factores, funciones y procesos psíquicos anormales que llevan a la criminalidad. Hilda Marchiori opina que "La Psicología trata de averiguar, de conocer qué es lo que induce a un sujeto a delinquir, qué significadch tiene esa conducta para él, porqué la idea de castigo no lo atemoriza^ y le hace renunciar a sus conductas criminales. La tarea psicológica consiste en aclarar su significado en una perspectiva histórico-gené- tica".i<« La Psicología Criminológica estudia, entre otros tenias: — La teoría de la personalidad. — El crimen como un proceso psicológico. — Las emociones y pasiones criminógenas. — Los temperamentos. — La caracterología criminológica. — Las motivaciones psicológicas del crimen, — El desarrollo de la personalidad. — Los factores psicol<^cos de algunas conductas antisociales o pa- rasociales: homicidio, robo, fraude, violación, vagabundez, suicidio,, prostitución, etc. 107 FERRI, ENRICO. En la Pre£az!one (Prólogo) de la Psicología Giudiziaria de EnricO' Altavüla. Unione Tipográfico-Editrice Torinese. Turín, Italia, 1955. Tomo I, p. IX. 108 MARCHIORI, HIUJA. Psicología Criminal. Edit. PorrvJa. México, 1975, p. 1. 66 CRIMINOLOGÍA La Psicología Judicial, por su parte, es el estudio de los principa- les fenómenos psicológicos, en referencia al problema judicial, así tenemos: — Sensación. — Percepdón. — Entendimiento. — Inteligencia. — Ideación. — Memoria. — Reflejo. — Instinto. Etcétera. Analiza también: — El proceso, su psicolc^ía. -Psicología del policía, del testigo, del juez, del abogado, del Mi- nisterio Público, de los peritos. — Psicología del testimonio. — La confesión. — El peritaje psicológico. Finalmente, la Psicopatología Criminológica tiene como temática: — Diferencias entre normalidad y anormalidad. — Fenómenos psicológicos, patológicos. — Ilusión. — Alucinación. — Teoría de la neurosis. — Amnesia. —Frenastenia. — Mecanismos de defensa. — Clasificación de las neurosis. — Las personalidades psicopáticas. — Las perversiones sexuales. Etcétera. La Psicología Criminológica, en sentido amplio, reúne a la Psi- cología Judicial y a la Psicopatología, en cuanto estudia las aptitudes, los procesos mentales, la personalidad, la motivación (consciente o subconsciente) del criminal y de su crimen, llegando a abordar lo que pudiera llamarse Psicología Social Criminológica, en que se va LA SÍNTESIS CairMINOLÓGICA 67 de la psicología del individuo hacia la psicología de los grupos so- ciales o antisociales. El psicólogo, tanto clínico como social, interviene activa y fecun- damente en la interpretación y prevención del crimen; los avances, en ocasiones espectaculares, de la ciencia criminológica se deben en mucho a los grandes avances de la Psicología contemporánea. Varios autores han partido de la Psicología Criminal para llegar a la Psicología Criminológica, dos ejemplos monumentales serían Al- tavilla y Von Hentig, el primero con sus estudios de Psicología Judi- cial 1*** y de conducta anormal,!!* el segundo con sus doce tomos de Psicología Criminal;!!^ el maestro italiano logrará una Criminología Psicológica en su "Dinámica del Delito",!!^ el profesor de Bonn lle- gará a una Criminología General en su tratado sobre "El delito".^!' III.7. SOCIOLOGÍA CRIMINOLÓGICA Esta materia estudia el acontecer criminal como fenómeno que se da en la colectividad, tanto en sus causas y factores como en sus formas, desarrollo, efectos y relaciones con otros hechos y conductas que se dan en sociedad. El impulso inicial a la Sociología Criminológica se debe (inde- pendientemente de la escuela de Lyon) indudablemente a ENRICO FERW^ quien la considera como "la ciencia de los delitos y de las penas, renovada por el método experimental, siguiendo las aporta- ciones de la Antropología y de la Estadística Criminal".^" A partir de este concepto podemos ver que Ferri ha llegado en realidad a una Criminología Sociológica. En su "Sociología del Delito", MrooENDORFF dice que aparente- mente hay una contradicción, "pues mientras la Sociología investiga de modo rigurosamente objetivo y racional las condiciones y relacio- 109 ALTAVILLA, ENWOO. Psicología Giudiziaria. Unione Tipográfico-Editrice Torinese. Torino, Italia, 1955 (dos tomos). lio ALTAVILLA, ENRIC». La Condotta Anómala. Unione Tipográfico-Editrice Tori- nese. Torino, Italia, 1960 (dos tomos) . 111 HENTIG, HANS VON. Estudios de Psicología Criminal. Espasa Calpe. S. A., Ma- drid, España. 1962 (12 tomos). 112 ALTAVILLA, ENRICO. La Dinámica del Delitto. Unione Tipográfico-Editrice To- rinese. Torino, Italia, 1953 (dos tomos) . Hay edición en español de Editorial Temis- Bepalma. Buenos Aires, Argentina, 1973. 113 HENTIC, HANS VON. El Delito. Espasa Cajpe. Madrid, España, 1971 (3 tomos). 114 FERRI. Op. cit. (8), p. V. 68 CRIMINOLOGÍA nes sociales generales desde una atalaya libre de valoraciones, la pa- labra delito, por el contrario, implica normalmente una valoración, un juicio de desvalor''.^^'' El puente de unión lo encuentra en la Criminología, y así: "La Sociología Criminal representa solamente un pequeño sector en el inmenso campo de trabajo de la Sociología General, mientras que en el ámbito de la Criminología ocupa una posición muy importante, por no decir la más importante".^^^ El autor comentado llega a una Sociología Criminológica, como podemos ver en el siguiente párrafo: "No puede prescindir se a veces de la ayuda de la Psicología Social y de la Psicología Criminal, a causa de su estrecha relación con la Sociología Criminal. La Crimino- logía y la Sociología tienen muchas cosas en común, en primer tér- mino la actitud básica científica, racional, mientras que en contraste con esto el Derecho Penal n o podría en general todavía compene- trarse de esta actitud".^" HÉCTOR SoLÍs QuiROGA dice que "Se llama Sociología porque es- tudia los hechos sociales, las interacciones humanas, el real aconte- cer colectivo, y busca su comprensión y su entendimiento mediante el descubrimiento de su sentido y sus conexiones de sentido. Se ca- lifica de criminal, porque concreta su estudio a los hechos delictuo- sos, solo que considerados en su masa o su totalidad".^^® Actualmente, modernas corrientes criminológicas afirman que el modelo de investigación criminológico debe ser "completamente so- cial", ya que, aunque se pudiera suponer a priori la intervención de factores extrasociales, como los biopsicológicos, estos estarían pro- fundamente modificados por el contexto social particular en el que se manifiestan.^^ Entre los temas que son objeto de mayor atención por los espe- cialistas de esta rama, encontramos: — El ambiente cósmico-geográfico (geografía y clima). — La pareja delincuente, el grupo primario (banda o pandilla), el grupo secundario (las organizaciones criminales), el grupo tercia- rio (religioso, político), el grupo cuaternario (la muchedumbre, el Estado). l i s MiWJENDORFF, WoLF. Sociología del Delito. Revista de Occidente. Madrid, Es- paña, 1961, p. 7. l i e Ibidem, p. 17. 117 Ibidem, p. 21. 118 SoLÍs QüiROGA, HÉCTOR. Introducción a la Sociologia Criminal. Universidad Na- cional de México, México, 1962, p. 28. i i « Cfr. TAYLOR, IAN; WALTON, PAUL; YOUNG, JOCK. The New Criminology: For a Social Theory of Deviance. Routledge & Kegan Paul. Londres, Inglaterra, 1975. LA SÍNTESIS CRIMINOLÓGICA 69 — Las variables demográficas. — La delincuencia urbana y la rural. — El factor económico, teoría económica de los disturbios. — El espacio social (barrio, habitación). — La profesión (empleo, subempleo, desempleo, industrialización, cri- minalidad de cuello blanco, delincuente profesional). — Las clases sociales. — Los grupos étnicos. — La familia, construcción, formas, desviación. — Las diversiones. — La guerra y post-guerra. — El medio escolar. — Los medios de difusión. — La anomalía social. — Las sub-cul turas. — La marginalidad y desviación. — Las regularidades sociales de la delincuencia. (Variedad, similitud, repetición, oposición, interacción, etc.) La Sociología se interesó desde su nacimiento por el fenómeno criminal, pues este es uno de los fenómenos sociales más notables. Y la Sociología Criminal ha sido una de las ramas más fructíferas de la Sociología General. Ahora, la Sociología Criminológica estudia los problemas crimi- nales y trata de dar explicaciones más completas a la conducta anti- social, encontrándose temas que son verdaderos modelos o hipótesis de investigación, como las subculturas criminales, los conflictos cul- turales, la oportunidad de delinquir, el etiquetamiento^ lá margina- lización, etc. La intervención no sólo de sociólogos, sino de otros especialistas en las ciencias sociales, como economistas, politólogos, administrado- res, urbanistas, técnicos en comunicación, etc., ha enriquecido de manera notable la Criminología, a tal grado de principiarse a hablar de "Administración Criminológica" o, desde luego, de "Política Cri- minológica". Es de justicia señalar que, en las funciones de investigación, y muy principalmente en el campo de la Criminología Clínica, es in- dispensable la intervención de ese extraordinario y abnegado pro- fesionista llamado Trabajador Social. Son ellos (y ellas, pues en su mayoría son mujeres) los que, sin alardes académicos, sin teorías com- plejas e inútiles, sin pretensiones de verdad absoluta, se acercan a la 70 CRIMINOLOGÍA dolorosa realidad social y logran triunfos notables en la prevención y en el tratamiento. III.8. LA CRIMINALÍSTICA La Criminalística es el conjunto de procedimientos aplicables a la búsqueda, descubrimiento y verificación científica del hecho apa- rentemente delictuoso y del presunto actor de éste. Para RAFAEL MORENO, "Criminalística es la disciplina que aplica fundamentalmente los conocimientos, métodos, y técnicas de investi- gación de las ciencias naturales en el examen del material sensible significativo, relacionado con un presunto hecho delictuoso, con el fin de determinar, en auxilio de los órganos encargados de adminis- trar justicia, su existencia, o bien reconstruirlo, o bien señalar y pre- cisar la intervención de uno o varios sujetos en el mismo.^^ CECCALDI distingue una Criminalística en sentido estricto de otra en sentido amplio. La primera es una ciencia sola, separada de la Medicina, de la Toxicología y de la Psiquiatría Legales, con una técnica diferente y particular. En sentido amplio la Criminalística es "el conjunto de procedimientos aplicables a la investigación y estu- dio material del crimen para proveer a su prueba". Para este autor, se tome en sentido amplio o en sentido estricto, la Criminalística se integra a la Criminología.^^^ De los temas de gran interés criminalístico, podemos mencionar: — Métodos de trabajo. — Protección, conservación y fijación del lugar de los hechos. — Levantamiento y embalaje del material sensible. — Moldeo de huellas. — Investigación dactiloscópica en el lugar de los hechos. -Identificación judicial. — Cuestiones criminalísticas y su planteamiento metodológico, relacio- nes con huellas de pisadas, sangre, semen, pelos, fibras, hechos de trán- sito, investigaciones documentales, incendio, explosiones y balística. — Fines, organización y equipo del Laboratorio de Criminalística. La Criminalística debe diferenciarse de la Criminología, la con- fusión denota ignorancia de quienes usan indistintamente ambos tér- minos o uno por otro; hemos oído no sólo a los periodistas, sino a al- iso MORENO GONZÁLEZ, RAFAEL. Manual de Introducción a la Criminalística. Porrúa, México, 1977, p. 22. 121 CECCALDI, FIERRE. IM Criminalistique. Presses Universitaires de France. París, Francia, 1962, pp. 6 y 7. LA SÍNTESIS CRIMINOLÓGICA 71 gunos abogados equivocarse al hace referencia indiscriminada de Cri- minología y Criminalística. Criminalística es una disciplina que reúne las ciencias y cono- cimientos humanos para descubrir el cómo, cuándo, dónde, con ^ t Y para qué de un crimen, para identificar y descubrir al presunto criminal, así como poder explicar y reconstruir el crimen. La Criminalística es denominada en diferentes formas según los países: así los españoles la llamarán Policiología, los franceses habla- rán de Policía Científica, los italianos se refieren a ella como Téc- nica de la Instrutoría Judicial, pero es la denominación que nosotros usamos la más aceptada y difundida en todo el mundo. Históricamente, la Criminalística es hija de la Medicina Forense, y sus primeras cultivadores fueron médicos, los que, para resolver ciertos problemas médico-forenses, tuvieron que recurrir a conoci- mientos diversos a la Medicina (la balística v. gr.), creando una es- tructura técnica paralela, que rápidamente es adaptada por los pri- meros policías técnicos.^^ La Criminalística es una disciplina esencial para todos aquellos que tengan intervención en la problemática criminal, principalmen- te en la administración de la Justicia Penal; el Juez Penal, el Minis- terio Público, el Abogado defensor que carecen de conocimientos en Criminalística, son osados y carentes de ética profesional. Debemos recordar que los grandes juicios en materia penal se re- suelven por lo general por medio de la Criminalística, y no con gran- des disertaciones jurídicas; los mayores abogados penalistas del mun- do han sido, ante todo, excelentes técnicos en Criminalística. Consideramos, al igual que nuestro maestro D N . ALFONSO QUIROZ CuARÓN, que la Criminalística es parte integrante de la Criminolo- gía,^^ y no podía ser de otra manera, pues los conocimientos técnicos sobre el crimen enriquecen y perfeccionan la síntesis criminológica, permiten una mejor explicación de la conducta antisocial y abren puertas extraordinarias para la prevención. III.9. LA VICTIMOLOGÍA En general, la Victimología puede definirse como el estudio cien- tífico de las víctimas. En este aspecto amplio, la Victimología no se 122 En este sentido es apasionante la lectura de: THORWALD, JÜRGEN. El Siglo de la Investigación Criminal. Editorial- Labor. Barcelona, España, 1966. 123 QUIROZ CUABÓN, ALFONSO. Medicina Forense. Editorial Porrúa. México, 1976, p. 943. 72 CRIMINOLOGÍA agota con el estudio del sujeto pasivo del delito, sino que atiende a otras personas que son afectadas, y a otros campos no delictivos como puede ser el de accidentes. La Victimología nació con pretensiones de ciencia independiente, al publicar el profesor BENJAMÍN MENDELSOHN sus trabajos, en 1937, 1940 y 1946.^^ El mencionado tratadista atrajo la atención de juris- tas y criminólogos sobre la víctima, es decir, la persona que sufre un mal por culpa ajena o propia. Indudablemente, la ciencia que más se ha enriquecido con la Vic- timología es la Criminología, varios autores la consideran como una rama importante de la Criminología, opinión que, en mucho, com- partimos. Otros autores se principiaron a ocupar del problema de la vícti- ma como tema fundamental dentro de la Criminología, así en 1948 aparece "The Criminal and his Victim" de HANS VON HENTIG.I^^ Hay quienes han negado a la Victimología no sólo el carácter de ciencia independiente (lo que efectivamente está avín a discusión), sino también cualquier posibilidad de existencia, ni siquiera como rama de la Criminología.^'-^ La historia se ha encargado de demostrar su equívoco. La Victimología, como análisis de los que padecen por una con- ducta antisocial, se ha centrado en los estudios sobre los tipos de víc- timas, su participación en el hecho, su mayor o menor voluntariedad, su responsabilidad, la necesidad de compensación, de tratamiento, la relación victimario-víctima, sociedad y víctimas, etc. El olvido inexplicable de la víctima del delito ha sido muy no- torio y perjudicial en el desarrollo de las ciencias penales y crimino- lógicas, generalmente se ha puesto atención al criminal, al que se es- tudia, castiga, protege, reglamenta, clasifica, en tanto que a la víctima se le ignora de la forma más absoluta, pues son los grandes crimina- les los que pasan a la historia; de las víctimas ni quien se acuerde. Sin embargo, el fenómeno criminal y la criminalidad difícilmen- te puede explicarse sin el análisis de la víctima; el mismo criminal es incomprensible en la mayoría de los casos si no es en relación a su víctima. 124 Cfr. MENDELSOHN, BENJAMÍN. La Victimologie. Revue Fran^aise de Psychoanalyse. Janvier-féMier, 1958, p p . 96 y ss. 125 HENTIG, HANS VON. L O principal de su teorfa puede verse en el segundo tomo de su obra El Delito. Espasa Calpe. Madrid, España, 1972. 126 Cfr. JIMÉNEZ DE ASÚA, LUIS. La llamada Victimología. Estudios de Derecho Penal y Criminología. Omeba. Buenos Aiies, Argentina, 1961, p p . 19 y ss. LA SÍNTESIS CRIMINOLÓGICA 73 En un sentido amplio siempre hay víctima al cometerse una con- ducta antisocial, por esto Sellin ha hecho una clasificación de victi- mización primaria (individual), secundaria (grupos específicos) y terciaria (la comunidad). El olvido de la víctima puede deberse a varios motivos; quizá nos identificamos con el criminal y no con la víctima, pues el crimi- nal es un sujeto que realiza conductas que nosotros desearíamos eje- cutar, pero que no nos atrevemos, con la víctima nadie se identifica, nadie desea ser robado, lesionado, violado, torturado. Quizá la atención al criminal es el temor que le tenemos, lo con- sideramos dañoso, peligroso, injusto, cruel. La víctima por el contra- rio es innocua, inofensiva, pasiva ¿quién puede temer a una víctima? Al desarrollarse las investigaciones en terreno victimológico se llega a conclusiones sorprendentes, pues la víctima está lejos de esta idea primitiva, y se descubre que la víctima en multitud de hechos toma parte activa, interviene, provoca, incita, causa la conducta del victimario.^^'^ Mendelsohn deduce tipos de víctimas, desde las totalmente inocen- tes hasta las definitivamente culpables, pasando por víctimas provo- cadoras, imprudenciales, voluntarias, ignorantes, agresoras, simulado- ras, imaginarias. La Victimología viene a llenar un hueco notable en la Criminolo- gía tradicional, y tiene un futuro prometedor, pues poco a poco va rebasando sus límites originales para convertirse en una verdadera síntesis de aspectos biopsicosociales del fenómeno victimal, además de abrir un campo notable: el de la prevención victimal, pues no basta buscar que las personas no cometan delitos, es necesario tam- bién enseñar a los miembros de la colectividad a no ser víctimas, y a impedir en esta forma la comisión de muchos crímenes. Son temas básicos de la Victimología: — Concepto de Victimología. — Relaciones de la Victimología con otras ramas del conocimiento. — Concepto de víctima. — Tipología victimal. — La relación criminal-víctima. — La víctima y sus relaciones con la sociedad. — Victimización y victimidad. — Compensación a las víctimas. 12V Cfr. RODRÍGUEZ MANZANERA, LUIS. La Victimología. Revista Jurídica Messis. Se- gunda época. Yol. I, 1973, p p . 15 y ss. 74 CRIMINOLOGÍA — Seguro victimal. — Tratamiento a la víctima. — Prevención victimal. — El criminal como victima. — Víctimas en determinados delitos (sexuales, contra la persona, pa- trimoniales, etc.). Se han celebrado ya dos Symposia Internacionales de Victimolo- gía: el primero en Jerusalem, Israel, en 1973; el segundo en Boston, U.S.A., en 1976; el tercero fue en Muenster, Alemania, en 1979.^^^ El interés por los conocimientos victimológicos es cada vez ma- yor, y la literatura cada día más abundante,^^ ^^** ^ i en Norteamérica han principiado a fundarse ya centros de auxilio a la víctima, en Japón existe un Instituto de Investigaciones Victimológicas y en Mé- xico (Estado de México) hay una "Ley sobre Auxilio a las Víctimas del Delito" (20 de agosto de 1969). III. 10. LA FENOLOGÍA Se ha considerado generalmente a la Fenología como el estudio de los diversos medios de represión y prevención de las conductas antisociales (penas y medidas de seguridad), de sus métodos de apli- cación y de la actuación postpenitenciaria. En una forma más moderna, nosotros consideramos la Fenología como el estudio de la reacción social contra personas o conductas que son captadas por la colectividad (o por una parte de ella) como da- ñinas, peligrosas o antisociales. Manejando este concepto, el mundo penológico se nos amplía no- tablemente, ya que no nos reducimos a la reacción jurídica, sino que podemos estudiar la reacción social, la reacción religiosa, la reacción moral, la reacción extra-legal, esta última de gran interés, pues indu- dablemente hay casos en los que las autoridades reaccionan castigan- do, persiguiendo, maltratando, torturando, al margen de las disposi- ciones legales y en forma sistemática e institucionalizada. 158 Cfr. RODRÍGUEZ MANZANERA, LUIS. Victimologia, estado actual. Criminalia. Afio XL, N? 3-4, México, 1974, p p . 231 y ss. 129 Cfr. ANÍYAR DE CASTRO, LOLA. La Victimologia. Centro de Investigaciones Crimi- nológicas. Universidad del Zuliá. Maracaibo, Venezuela, 1969. 130 Cfr. MouRA BiTTENcouRT, EDGARD. Vítimo. Edi^ao Universitaira de Direito. Sño Paulo, Brasil, S. F. 181 DRAPKINI, ISRAEL & VIANO, E M I U O . Victimology. Lexington Books. Toronto, Ca- nadá, 1975. LA SÍNTESIS CRIMINOLÓGICA 75 El estudio de la pena como fenómeno táctico y no como problema jurídico es el meollo de la Fenología, la que debe analizaif la eficacia de las penas (y en su caso de las medidas de seguridad) y los resulta- dos sociales, económicos, políticos, psicológicos y físicos de ambas. Este estudio de la realidad de la reacción al crimen y a la crimi- nalidad permite a la Fenología proponer a la Folítica Criminológica las formas más adecuadas de control social, de acuerdo a la situación, y medios materiales y humanos con los que se cuente. Fara CUELLO CALÓN "La Fenología no es una parte de la Crimi- nología, sino una disciplina autónoma que para la realización de sus fines toma en cuenta los datos e informes que la ciencia criminoló- gica le proporciona. Fero ambas son de muy diferente contenido. La_ Criminología dirige sus investigaciones hacia la etiología del delito a sus formas de aparición como fenómeno social y natural, mientras. que la Fenología persigue un objeto muy diferente: el estudio de los^ diversos medios de represión y prevención del delito (penas y me- didas de seguridad), de sus métodos de aplicación y de la actuación postpenitenciaria'' .^^^ Otros autores la consideran también como ciencia autónoma- (Seeling, Cuche, Hurwitz), pero nosotros estamos más de acuerdo- con aquellos que la tratan como parte de la Criminología (Suther- land, Taft, Haynes, Cavan, Quiroz Cuarón, etc.), ya que no entende- mos una Fenología "pura" que pudiera tener contenido o aplicación sin base criminológica y sin integración a la síntesis general. Hay tratadistas que entienden la Fenología como una Criminolo- gía aplicada. Esta última opinión no la compartimos, pues puede ser una confusión entre Criminología Clínica y Fenología, pues la Fenología va más allá de ser una simple teoría del tratamiento, ya que tiene una amplia aplicación a nivel preventivo, al estudiar qué- formas de control son más eficaces para impedir que los individuos lleguen a cometer la conducta indeseable. No falta quien, simplemente niegue que la Fenología existe, así,. JIMÉNEZ DE ASÚA ha razonado: "La Fenología no puede estar situada coBio ciencia porque no podemos hallar un contenido propio parar formularla. En cuanto se ocupa de la pena, como asunto sociológico- o entra en la Sociología Criminal conforme hemos visto que preten- den Florian, Rocco y Molinario, o constituye la Sociología Fenal, de que habla Grispigni; lo que respecta a la pena como consecuencia del 132 CUELLO CALÓN, EUGENIO. La Moderna Fenología. Bosch. Barcelona, España, 1958,. p. 8. 76 CKIMINOLOGÍA delito pertenece al Derecho Penal; su ejecución forma el Derecho Pe- nitenciario, y en fin, el acervo de exigencias para la reforma del ré- gimen punitivo de un país, constituirá parte principalísima de la llamada Política Criminal".^^^ El eminente maestro español ha confundido en esta ocasión puni- bilidad, punición y pena, trata por igual ciencias normativas y cien- cias fácticas. El enfoque de la reacción social en Penología no es exclusivamente Sociológico (si no, efectivamente sería una especie de "Sociología Penal"), y de ninguna manera jurídico (pues este es propio del Derecho Ejecutivo Penal). Consideramos pues a la Penología como una parte fundamental de la Criminología sintética, y creemos que debe hacerse un esfuerzo por desjudicializarla y por precisar que su objeto de estudio es la reacción social en general, y no simplemente la pena y mucho menos la pena de prisión. Reducir la Penología a simple técnica carcelaria es empobrecerla y degenerarla. Se puede considerar como la temática fundamental en la Peno- logía: — La reacción social, concepto. — Diversas formas de reacción social. — Reacción social comunal, religiosa, política, moral, convencional, etcétera. — Reacción jurídicamente organizada. — La pena, definición, naturaleza, fundamento. — Las medidas de seguridad, diferencia con la pena. — Clasificación de las penas. — Estudio de cada pena en particular (capital, corporal, pecuniaria, laboral, infamante, etc.). — Sistemas penitenciarios; las medidas de seguridad. — Clasificación de las medidas de seguridad. El penólogo es un profesionista no sólo necesario, sino indispen- sable en el mundo criminológico; con muy notables excepciones, la planeación y ejecución de las penas es puesta en manos de personas que carecen de los conocimientos necesarios para cumplir adecuácia- mente su función. Por desgracia las oportunidades de una amplia preparación peno- lógica no son muy abundantes, pues escasean los institutos o escue- las JIMÉNEZ DE ASÚA, LUIS. Tratado de Derecho Penal. Tomo I, 2' Edición. Edito- rial Losada, S. A., Buenos Aires, Argentina, p. 165. LA SÍNTESIS CRIMINOLÓGICA ^7 las donde esta rama de la Criminología pueda estudiarse, y es casi desconocido el "Penólogo" como especialista independiente. Los que se dedican a la Fenología provienen por lo general de una preparación jurídica o criminológica en general, o se trata de especialistas en disciplinas carcelarias, lo que representa solo uno de los múltiples aspectos de la Fenología. Debe insistirse, e insistimos, en la necesidad de preparar mayor número de penólogos que vengan a integrar los equipos interdiscipli- narios de investigación y práctica criminológicas. III.II. LA SÍNTESIS CUNICA La Criminología Clínica es la aplicación de la Crimiilología Ge- neral al caso concreto, es el análisis criminológico al nivel del cri- minal, es decir al nivel de interpretación individual. Básicamente, la Criminología Clínica consiste en el examen del delincuente; distinguiendo una criminogénesis de una criminodiná- mica. Fara hacer esto se realiza un estudio criminológico, en que se analiza la peligrosidad del criminal, para llegar a hacer diagnosis y prognosis, lo que completaría un verdadero dictamen, opinión o pe- ritaje criminológico. La función del criminólogo en el mundo actual no se queda tan solo en el análisis de casos y práctica penitenciaria, pero menciona- mos la clínica por tratarse de uno de los aspectos más interesantes de la Criminología, pues en ella es en la que se tiene contacto personal con el criminal, y para ejemplificar y afinar el concepto de síntesis. En la clínica, el criminólogo es el encargado de sintetizar los di- versos estudios, es decir, de analizar cada reporte (el médico, el psi- cólogo, el social) e integrarlos en un todo armónico, en una coheren- te aplicación final. Este resultado final debe contener las características antropológi- cas, biológicas, psicológicas y sociológicas del criminal, las peculiari- dades criminalísticas del crimen, el estudio de la víctima y la propo- sición penológica de tratamiento. Como puede observarse, quedan integrados los siete componentes que hemos propuesto para la síntesis criminológica, cuidando que quede en todo coherente, y que cada estudio confirme, reafirme y valore los demás. Así, por ejemplo, si el estudio psicológico nos demuestra que el sujeto es un débil mental profundo y el resultado de criminalística 78 CRIMINOLOGÍA prueba que el delito cometido es un fraude realizado con gran in- genio, captamos que algo anda mal, no podemos concluir que el de- lito efectuado con astucia fue consecuencia de la deficiencia intelec- tual del inculpado. Si biológicamente ese sujeto tiene un síndrome de Down (idiotez mongoloide), con aberración cromosomática en par 21, veremos valora- ndo el examen psicológico que afirma la debilidad mental, y si a esto agregamos el estudio social, que demuestra el nulo rendimiento labo- ral y escolar del individuo, tendremos una clara conclusión biopsico- social, y debemos investigar en donde está el error, pues no coincide el criminal con el crimen, peor aún si la víctima del fraude fuese un sujeto genial, nos es entonces imposible llegar a una síntesis crimino- lógica. En el momento actual es difícil encontrar el profesionista que pue- da realizar u n estudio clínico completo, es decir, que pudiera aplicar al menos los siete estudios (antropológico, médico, psicológico, so- cial, etc.) necesarios para integrar la síntesis. El volumen de conocimientos requeridos es tal, que no alcanzaría humanamente el tiempo para adquirirlos, y menos aún para estar actualizado en tantas ramas del saber. El criminólogo clínico conoce algunas técnicas de entrevista y examen, y debe entrar en contacto personal con el criminal (o pre- sunto criminal), pero para una síntesis clínica se requiere de la par- ticipación de varios especialistas. Es un error el considerar que el criminólogo clínico debe dirigir los centros de observación, diagnóstico o tratamiento; no dudamos que podría hacerlo, pero esto requiere además conocimientos de ad- ministración y manejo de personal. Tampoco pugnamos porque el criminólogo clínico presida el con- sejo técnico, esto puede romper el esquema circular para conducir nuevamente a esquemas piramidales. La misión del criminólogo es la síntesis final, con los elementos aportados por él y por los demás miembros del equipo. Los criminólogos provenimos de alguna rama especializada (Psi- cología, Medicina, Derecho, Sociología) y de ahí se parte hacia lo general; podemos hacer el símil del criminólogo con un director de orquesta, que por lo general es un virtuoso de algún instrumento, pero no puede serlo de todos, podrá tocar quizá varios, pero no do- minar cada uno de ellos, su misión es integrarlos en un todo armó- nico, en lograr que entren a tiempo, y que toquen en el mismo tono. LA SÍNTESIS CRIMINOLÓGICA 79 III. 12. LA SÍNTESIS GENERAL No debe entenderse que la síntesis se logra tan solo en la clínica y a nivel de interpretación individual, en todo trabajo criminológico y en todo nivel de interpretación debe buscarse la síntesis. Así, si se estudia la conducta antisocial a nivel general (la cri- minalidad) ; para no quedamos en una escala de simple descripción parcial, se debe ascender a la búsqueda de factores criminógenos para interrelacionarlos y poder dar explicaciones coherentes. Así, por ejemplo, si detectamos un barrio altamente criminógeno, investigaremos que hay gran concentración de población, pero esto no es suficiente, debemos relacionar este dato con factores socio-eco- nómicos (pobreza) y estos con factores socio-culturales (analfabetis- mo, ignorancia, bajo nivel escolar), y estos con factores biológicos (desnutrición, enfermedades infecciosas, epidemias), los que produci- rán factores psicológicos (baja inteligencia, abulia), que a su vez se relacionan con los sociales. La baja inteligencia es favorecida por la desnutrición que es cau- sada por ignorancia, la que es producto de la pobreza en que vive la población que no consigue trabajo por su bajo nivel intelectual, el que no le permite adquirir conocimientos básicos, y así, se reúnen en barrios o ciudades perdidas donde la ociosidad y promiscuidad au- mentan la criminalidad. Todo lo anterior se relaciona a problemas de injusticia social y económica, al haber una mala distribución de riqueza, falta de opor- tunidades, desempleo, explosión demográfica, y en general una mala administración política, provocada a veces por incompetencia, a veces por corrupción y en ocasiones aunando ambos factores. Como podemos ver los factores juegan entre sí, se combinan, se entrelazan, forman círculos viciosos, dependen unos de otros, y no pueden ser remediados o combatidos aisladamente, sino en su conjun- to, en su explicación sintética. Y la explicación sintética es la misión del criminólogo; al igual que en la clínica, al criminólogo general no corresponde hacer todas las investigaciones, sino llegar a ordenarlas, coordinarlas, relacionar- las, valorarlas hasta lograr la síntesis final. Dicha síntesis (nos dice Alexis Carrel) ,^* no puede ser obtenida por medio de una conferencia de especialistas reunidos alrededor de 134 CARREL, ALEXIS. La Incógnita del Hombre. Editorial Diana. México, 1958, p. 64. 80 CRIMINOLOGÍA una mesa. Requiere el esfuerzo, no de un grupo, sino de un hombre" En nuestro caso, ese hombre es el criminólogo. El autor citado señala los defectos de la especialización: "Cuanto más eminente es un especialista más peligroso es",^^^, y aunque "es indispensable la especialización"... "Los rectores de las universi- dades y sus consejeros no comprenden que los espíritus sintéticos son tan indispensables como los analíticos. Si se reconociese la superiori- dad de este género de intelecto, y se alentase su desarrollo, los espe- cialistas dejarían de ser peligrosos".^** Son importantes las ideas del gran premio Nobel para insistir en la síntesis criminológica, pues existe la tendencia de explicar el fe- nómeno antisocial desde un punto de vista unilateral, dependiente en ocasiones de la especialidad del investigador, y a veces de la "moda" criminológica. Cualquier explicación puramente sociológica, biológica o psicoló- gica del hombre antisocial y de su conducta será, por fuerza, limitada e inexacta. Podemos concluir, con Peláez, que "La labor científica de síntesis exige diversos estadios conexos, todos igualmente necesarios. Cuando se plantea una cuestión, un problema, se forma una hipótesis de trabajo que después deberá investigarse en todos sus pormenores. Cada uno de los hechos particulares habrá de ser, luego, clasificado, procediendo a una generalización de los que son uniformes. De las generalizaciones proceden las conclusiones, que se convalidarán so- lamente cuando sean verificadas en la realidad, pasando así a consti- tuir la solución del problema inicial. Una conclusión conduce inevi- tablemente a otra, a condición de habituarse a dar los pasos cortos y de no intentar salvar de un solo salto toda la distancia".^*' 136 Ibidem, p. 63. 138 CARHEL, ALEXIS. Op. cit., p. 65. 187 PELAEZ. Op. cit., p. 199. CAPITULO IV LAS CIENCIAS PENALES 1. Introducción.—2. Esquema.—S, Las Ciencias Criminológi- cas.—4. La Historia.—5. Ciencias Penales Comparadas.—6. La Filosofía.-?. El Derecho Penal.—8. Relaciones entre Derecho Penal y Criminología.—9. Diferencias entre Derecho Penal y Criminología.—10. El Derecho Procesal Penal.—11. El Derecho Ejecutivo Penal.—12. El Derecho de Policía.—13. Las Ciencias Básicas y las Ciencias Médicas.—14. La Medicina Forense.— 15. Psiquiatría Forense.—16. La Metodología.—17. La Política Criminológica. IV.l. INTRODUCCIÓN La enciclopedia de las Ciencias Penales (llamada también "cons- telación") , es el esquema de las ciencias que se ocupan de estudiar en alguna forma las conductas consideradas antisociales y las normas que las rigen. Este principio general tiene excepciones, ya que las ciencias pena- les estudian también conductas parasociales y asocíales, así como los sujetos que las cometen; las normas penales rigen ciertas conduc- tas que no son en sí antisociales, pero que son consideradas en esta forma por el legislador. La denominación "penal" no debe considerarse como represión, en realidad no nos gusta el término, pero lo utilizamos, para una ma- yor comprensión; algunos autores usan la denominación de "ciencias criminales", que tampoco es de nuestro agrado. Usemos pues el de "ciencias penales", pensando como DURKHEIM que el denominador puede ser la reacción social, ya que el sociólogo francés decía: "lla- mamos crimen a "todo acto que, en un grado cualquiera deter- mina contra su autor esa reacción característica que se llama la pena". SI CRIMINOLOGÍA Creemos q*ue el principio n o se r o m p e por el hecho de q u e hay ciertas conductas q u e son desconocidas para la comunidad y q u e por lo tant o n o producen la reacción social, pues en el m o m e n t o de salir a flote determinarán la reaccióij. IV.2- ESQUEMA H a y tantos esquemas de la enciclopedia d e las ciencias penales como autores; Quiroz C u a r ó n modifica el d e Jiménez de Asúa, y nosotros tomamos como base el d e Quiroz Cuarón, haciéndole varias modificaciones, y proponiéndolo de la siguiente manera: I. CIENCIAS CRIMINOLÓGICAS: 1. Antropología Criminológica. 2. Psicología Criminológica. 3. Biología Criminológica. 4. Sociología Criminológica. 5. Criminalística. 6. Victimología. 7. Fenología. II. CIENCIAS HISTÓRICAS Y FILOSÓFICAS: 1. Historia de las Ciencias Penales. 2. Ciencias Penales Comparadas. 3. Filosofía ¡de las Ciencias Penales. III. CIENCIAS JURÍDICO-PENALES: 1. Derecho Penal — Dogmática Penal. 2. Derecho Procesal Penal. 3. Derecho Ejecutivo Penal. 4. Derecho de Policía. IV. CIENCIAS MÉDICAS: 1. Medicina Forense. 2. Psiquiatría Forense. V. CIENCIAS BÁSICAS, ESENCIALES O FUNDAMENTALES: 1. Metodología. 2. Política Criminológica. LAS CaENaAS PENALES 83 Tenemos pues que las Ciencias Penales se dividen en 5 grandes partes: Criminología, Historia y Filosofía, Ciencias Jurídicas, Cien- cias Médicas y Ciencias Básicas, llamadas también fundamentales, esenciales o indispensables. Como se puede observar en el cuadro de las Ciencias Criminoló- gicas se trata de ciencias del mundo del ser, mientras que las cien- cias jurídico-represivas son ciencias del mundo del deber ser, es decir, las dos son totalmente diferentes y no podemos confundir la Crimi- nología que es el estudio tanto del criminal como de su víctima, así como del crimen y de la criminalidad, con la ciencia del Derecho Penal y las ciencias jurídico represivas, pues estas estudian normas que nos dicen cómo debe ser el hombre, qué es lo que debe hacer y qué es lo que debe omitir; es decir, estamos en un mundo normati- vo frente a un mundo naturalístico cultural. IV.3. LAS CIENCIAS CRIMINOLÓGICAS Ya explicadas en el capítulo anterior, las ciencias criminológicas componen la Criminología General o Sintética. Por nuestra vocación criminológica estaríamos de acuerdo con lo que D N . CONSTANCIO BERNALDO DE Qumós dijo hace ya 30 años: "Hoy, al cabo de 70 años, sobre poco más o menos, que cuenta la Criminología en la plenitud de su desarrollo, es ya la piedra angu- lar, el cimiento sólido y profundo, del conjunto de conocimientos que componen la enciclopedia de las ciencias penales"."* IV.4. LA HISTORIA QuiROZ CUARÓN nos dice que toda ciencia se conoce cabalmente cuando está hecha su historia, y nos recuerda cómo Herodoto, cuan- do anciano, la llamó "maestra de la vida"; y Cervantes "émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo del pasado, ejemplo y aviso del presente, advertencia del porvenir"."* Es muy difícil comprender ciertos fenómenos o determinadas ins- tituciones desconociendo sus antecedentes; en el desarrollo humano las ideas, las costumbres, los normas, las conductas, van evolucionan- do, no son por lo' general producto de una generación espontánea, tienen siempre un precedente que sirve para analizarlos y explicarlos. 138 Qumós, C. B. Op. cit. (Criminología), p. 13. 139 Cfr. QuiROz C. (Medicina), p. 947. 84 CRIMINOLOGÍA Debemos diferenciar la Historia del Derecho de la Historia de la Criminología, pues en el primer caso se estudia el desarrollo de las normas, es decir, de la reacción jurídica frente a determinadas conductas; en tanto que la Historia de la Criminología relata la evo- lución de las ideas, de las explicaciones que el hombre ha dado a esas conductas, y no las reglas que ha implantado para regirlas. Son también diferentes la Historia de la Criminología y la His- toria de la Ciencia del Derecho Penal, pues en este caso se estudia el desarrollo histórico de las teorías que sobre los ordenamientos penales se han expuesto. A menudo se confunden las Historias del crimen y de la Crimi- nalidad con la Historia de la Criminología, error que debe evitarse, pues los relatos de crímenes sucedidos no implican su explicación, ni el intento de hacer ciencia criminológica, y mucho menos la evolu- ción de las teorías sobre la conducta antisocial."* Confusión similar y en ocasiones más grave encontramos entre la Historia de la Punibilidad, la Historia de la Pena, la Historia de la Penología y la Historia del Derecho Ejecutivo Penal. Algunos autores consideran que sólo la Historia del Derecho Penal debe formar parte de la Enciclopedia de las Ciencias Penales, esto sería tanto como considerar que sólo el Derecho Penal tiene historia y las otras ciencias no, lo cual es evidentemente falso, ya que cada una de las ciencias componentes de este universo tiene un pasado. Es lógico que algunas ciencias sean más nuevas que otras, por lo que su historia no es tan larga ni tan rica, pero es claro que puede hacerse una Historia de la Criminalística, de la Penología, de la Me- dicina Forense, de la Victimología, del Derecho Ejecutivo Penal, etc., y puede (y debe) intentarse una historia general de las ciencias pe- nales, ya que algunas nacieron independientes, pero otras vivieron al amparo de alguna ciencia más antigua. En la segunda parte de este libro presentamos un esquema de la Historia de la Criminología. No presentamos en esta parte un tema- rio de los capítulos básicos de la historia, pues éste debe adecuarse a la ciencia en cuestión. IV.5. CIENCIAS PENALES COMPARADAS Comparar es fijar la atención en dos o más objetos para descu- brir sus relaciones o estimar sus diferencias o semejanzas. 140 Ver por ejemplo: RADBRUCH, GUSTAVO GWINNER ENRIQUE. Historia de la Crimi- nalidad. Bosch, Casa Editorial. Barcelona, España, 1955. LAS CIENCIAS PENALES 85 La comparación se ha considerado como una ciencia, principal- mente en materia jurídica, pero puede apreciarse también como un excelente método. LUIS SILVELA y JIMÉNEZ DE ASÚA consideran que el comparar legis- laciones en diferente lugar y época es Historia. Sin embargo, nosotros estamos más con GORLA, el que distingue entre hacer Historia y com- paración, pues la Historia es relato puro, la comparación es dinámi- ca y conclusión entre dos fenómenos."^ Comparar en el campo jurídico es, para GORLA, una actividad o proceso de conocimiento de dos o más fenómenos jurídicos (históri- camente determinados), para ver qué tienen de diverso y qué de común. Para comparar se toma una unidad histórica, un hecho único, un fenómeno histórico, mas no para relatarlo, sino para extraer de él esencias comparables, con el fin mismo de la comparación, y no para elevarlo a niveles de teoría general del derecho y mucho menos de Filosofía del mismo. Hay autores que cometen el error de denominar "Derecho Com- parado" al estudio de un derecho extranjero; sólo se puede hablar de comparación cuando los dos objetos comparados son conocidos, imposible comparar lo conocido con lo desconocido. Tampoco es comparar el simple hacer mención o referencia de una legislación ajena, sólo existe comparación cuando hay dos o más objetos com- parables. Indudablemente el Derecho Comparado puede sernos de gran ayu- da en la interpretación criminológica de la historia, pues todo dere- cho es reflejo de una realidad histórica y de un concepto filosófico, gracias al Derecho Comparado podemos deducir semejanzas y dife- rencias entre conductas antisociales de diversos lugares y épocas. También puede hacerse Criminología Comparada; son muy inte- resantes los estudios de los pioneros de la Criminología (principal- mente dentro de la Escuela Positiva) comparando la criminalidad humana con la "criminalidad" animal, ésta con la "criminalidad" vegetal, y ésta con la criminalidad humana. La Criminología comparada se hace en los tres niveles de inter- pretación criminológica, ya que podemos comparar a varios crimina- les, a diversos crímenes o a criminalidades en diferentes países o lu- gares geográficos, o en diversas épocas históricas, haciendo válidas 141 GORLA, GINO. Dintlo Compáralo. Giuffré, Editore. Milano, Italia; 1963. 86 CRIMINOLOGÍA aquí las diferencias que expusimos entre Historia del Derecho y De- recho Comparado. Es necesaria la comparación entre criminales y no criminales, y entre los diversos tipos de conducta (social-asocial-parasocial-antiso- cial). De igual manera debe hacerse la comparación entre diversas teorías e hipótesis. En el mismo orden de ideas, las demás ciencias penales son sus- ceptibles también de comparación, asi, puede hacerse Fenología com- parada, Victimología Comparada, Derecho Procesal Penal Compara- do, etc. Para comparar es necesario conocer los objetos comparados, pero también que éstos sean comparables, así, encontramos facilidad de comparación dentro de cada ciencia, pero gran dificultad (por no de- cir imposibilidad) para comparar las diversas ciencias penales en- tre sí. Terminamos este apartado con la opinión de Rico: "Para estu. diar científicamente la criminalidad, hay que recurrir al método com- parativo, gracias al cual es posible despejar las condiciones históri- cas, políticas, económicas y sociales que afectan la delincuencia en el plano de la verdad global"."^ IV.6. LA FILOSOFÍA Donde termina la ciencia principia la filosofía. La Filosofía da sustento y valoración a la ciencia, y explica lo que la ciencia no pue- de explicar. La filosofía busca el conocimiento de lo general, es decir, el co- nocimiento de lo que es común a todos los procesos y, por conse- cuencia, existe en cada uno de ellos sin excepción. La Filosofía es de utilidad indudable en el universo de las ciencias penales, ya que nos lleva a elaborar un cuerpo sistemático de los primeros principios y de los conceptos generales. La Filosofía del Derecho es profundidad y altura, es principio y final, es goce y sufrimiento para todo abogado que quiera llamarse jurista. Aún estamos lejos de una "Filosofía Criminológica", falta aún mucho por investigar en nuestra joven ciencia, antes de intentar ha- cer esquemas filosóficos, y en nuestra opinión el criminólogo actual W2 RICO, JOSÉ MARÍA. Crimen y Jusl cia en América Latina. 1' Edición Siglo XXI, Editores. México, 1977, p . 34. LAS CIENCIAS PENALES 87 debe hacer un esfuerzo fwr no filosofar antes de tener suficientemen- te integrada la ciencia criminológica. Lo anterior no significa que el criminólogo no tenga filosofía o que carezca de bases filosóficas, lo que quiere decir es que su mi- sión de principio no es hacer filosofía de la Criminología, sino cien- cia de la Criminología. Dice Bunge que "Acaso no exista problema científico que no sus- cite problemas filosóficos, ni problema filosófico que pueda abordar- se con esperanza de éxito si no es adoptando una actitud cientí- fica".^^ En los casos en que un problema criminológico estuviera ya suficientemente planteado (y quizá resuelto), sería interesante la in- corporación del filósofo de la ciencia al equipo interdisciplinario. IV.7. EL DEHECHO PEÍíAL. Debemos considerar la ciencia del Derecho Penal como el estu- dio de las normas penales, de aquellas que nos dicen qué conductas son punibles, cuál es la pena que a estas conductas corresponde y además las reglas de aplicación en sí, en qué casos puede haber ex- cluyentes de responsabilidad o en qué casos la pena se ve aumentada, y en qué otros casos se ve disminuida, etc. MAGGIORE nos hace ver que la expresión "Derecho Penal" se apli- ca tanto para designar al conjunto de las normas penales como para nominar a la Ciencia del Derecho Penal. En el primer sentido se trata de un conjunto de normas y en el segundo de una rama del conocimiento humano compuesta de un acervo de nociones jurídicas de naturaleza intelectual."* SÁiNZ CANTERO explica que por ciencia del Derecho Penal enten- demos la disciplina que tiene por objeto de estudio el ordenamiento Penal Positivo. Conocer el Derecho Penal Positivo no significa sólo co- nocer y entender sus disposicicaies, significa además elaborarlo y hacerlo sistema.^*" JIMÉNEZ DE ASÚA afirma que el Derecho Penal es el conjunto de normas y disposiciones jurídicas que regulan el ejercicio del poder san- cionador y preventivo del Estado, estableciendo el concepto del de- lito como presupuesto de la acción estatal, así como la responsabili- 143 BUNGE. Op. cit. (La C i e n c i a . . . ) , p . 96. i « Cfr. MAGGIORE, GIUSEPPE. Derecho Penal. Edit. Temis. Bogotá, Colombia, 1954, p. 3. 145 SuNz CANTERO, JOSÉ. La Ciencia del Derecho Penal y su Evolución. Bosch. Bar- celona, España, 1975, p . 14. 88 CRIMINOLOGÍA dad del sujeto activo, y asociando a la infracción de la norma «na pena finalista o una medida aseguradora"."* Por su parte RODRÍGUEZ DEVESA dice que "La ciencia del Derecho Penal tiene por objeto el estudio del Derecho Penal, el cual puede considerarse: (A) Como conjunto de normas (Derecho Penal Obje- tivo, itis poenale); (B) como facultad (Derecho Penal Subjetivo, ius puniendi)"."' Fntre los temas importantes de estudio del Derecho Penal, en- contramos: — Estructura de la Ciencia del Derecho Penal. — Fuentes del Derecho Penal. — Teoría del tipo. — Puníbílidad, formas de extensión de la punibilidad; tentativa. — Interpretación e integración. — Ck)nducta. — Tipicidad, — Antijuridicidad. — Culpabilidad. — Elementos positivos y negativos del delito. — Clasificación jurídica de la pena y de la medida de seguridad. — Concurso de delitos. — Concurso de personas. Esta es la llamada "Parte General", pues en la parte denominada "Especial" se hace el estudio dogmático de los delitos en particular; así se analizan, entre Ottos: — Delitos contra la vida y la integridad corporal. — Delitos contra la libertad y seguridad sexuales. — Delitos contra las personas en su patrimonio. — Delitos contra la salud. — Delitos contra la seguridad de la Nación; delitos especiales. IV.8. RELACIONES ENTRE DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA Las relaciones entre la ciencia del Derecho Penal y la Criminolo- gía no han sido siempre muy claras; siguiendo a OLIVERA DÍAZ i^* po- 146 JIMÉNEZ DE ASÚA. Op. cit. (La L e y . . . ) , p . 20. 147 RODRÍGUEZ DEvrsA, JOSÉ MARÍA. Derecho Penal Español. Parte General. S. P. E. Madrid, España, 1976, p . 7. 148 OLIVERA DÍAZ Op. cit., pp. 116 y ss. LAS CIENCIAS PENALES 89 demos encontrar cinco posiciones que tratan de explicar cuál es la colocación de una firente a la otra, a saber: 1. Tesis de la Subordinación de la Criminología. 2. Tesis de la Equiparidad. 3. Tesis de la No Existencia de la Criminología. 4. Tesis de la Subordinación del Derecho Penal. 5. Tesis de la Desaparición del Derecho Penal. La subordinación de la Criminología al Derecho Penal es soste- nida (directa o indirectamente) por todos aquellos que circunscriben el objeto de la Criminología a la descripción jurídica de la con- ducta. Así, D E GREEF, en su reporte general al 2° Congreso Internacio- nal de Criminología afirmó que, en cuanto a definir el delito, los criminólogos deben atenerse a lo que dicen los juristas,"' y EXNER dice que como ciencia del ser, su objeto de conocimiento está deter- minado por una valoración jurídica.^"* Esta idea, que podemos encontrar en Tappan, Peláez, Gemelli, Herzog, etc., la hepios ya analizado, y remitimos al lector a la parte correspondiente. Al igual, hemos estudiado ya la posición que simplemente niega la existencia de la Criminología como ciencia, postura tan cara a Soler, Hungría, Kempe y, en varios aspectos, Petrocelli.^"^ La desaparición del Derecho Penal (y consecuentemente de la Ciencia del Derecho Penal) ha sido sostenida por Jiménez de Asúa, Roberto Lyra y Evelio Tabío. En nuestra opinión tal tesis es insostenible, ya que el Derecho Penal es la seguridad jurídica tan necesaria para el desarrollo de la vida en comunidad. El Derecho Penal cumple una función específica e indispensable, y difícilmente podría ser substituido, y menos aún por una ciencia no normativa como la Criminología. La equiparación total puede ser válida en cuanto dar igual je- rarquía a ambas ciencias, pero es ilógica en el sentido de profKMier que no existe diferencia, y que Criminología y Derecho Penal pue- den integrarse en una sola "ciencia criminal", o que son, en sí, la misma cosa; esta posición es seguida por Von Liszt. 149 D E GREEF, ETIENNC. Raport General de Criminogenese. II Congres International de Críminologie. París, Francia, 1950. i.w EXNER. Op. cit., p. 17. IBI Cfr. PETROCELLI. Diritto Pénale e Criminologia. Revista Italiana di Diritto Pé- nale, 1957, p. 685. 90 CRIMINOLOGÍA La subordinación del Derecho Penal a la Criminología es pro- puesta por OuvERA DÍAZ, al encontrar como objeto de estudio de la misma a los delitos dolosos, culposos y preterintencionales; a actos que no son delictivos (socialmente peligrosos, pre y post delictivos); actos que reclaman incriminación; actos corrientes previos y poste- riores al delito en relación con éste. Así, al rebasar el objeto de la Criminología al objeto del Derecho Penal (por ser este último muy restricto), puede hablarse de subordinación.^^^ Otros tratadistas han buscado soluciones intermedias, así, Ernest Sellig, el autor austríaco, establece una diferencia y dice que la Cri- minología en cuanto auxilia al Derecho Penal, es una ciencia jurí- dico penal-auxiliar, pero en cuanto a investigación de las causas y fundamentos del crimen, es una ciencia independiente.^'''^ Nosotros estamos de acuerdo, tal como lo expresó el maestro Qui- Toz Cuarón en su conferencia de regreso a la Universidad de México, en que hoy están superadas las polémicas de las teorías monogenéti- cas del delito así como la apasionada disputa entre juristas y crimi- nólogos sobre la primacía de sus disciplinas, pues ambas convergen, inciden en la Política Criminológica.^^'* IV.9. DIFERENCIAS ENTRE DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA Las diferencias científicas entre la Ciencia del Derecho Penal y Criminología son claras, pues tienen diferente objeto y método, aun- que su finalidad (la prevención) debiera ser la misma. El objeto de estudio del Derecho Penal lo constituyen las normas jurídicas de naturaleza punitiva que están vigentes en un lugar de- terminado, en tanto que el objeto de estudio de lá Criminología son las conductas antisociales, estén o no contempladas y penadas por la ley. En cuanto al método, el punto de partida es diverso, pues en lo jurídico es deductivo, en tanto que en lo naturalístico es inductivo, esta diferencia tradicional puede explicarse de la forma siguiente: "Por su modo de formular una proposición determinada, el mé- todo deductivo debe admitir necesariamente un a priori, un presu- 182 OLIVERA DÍAZ. Op. cit., pp. 123 y ss. 183 SEELIO. Op. cit. 154 Cfr. QuiROz CUARÓií, ALFONSO. Conferencia en la Facultad de Derecho. UNAM. Mayo 12 de 1972, México. LAS CIENCIAS PENALES 9L puesto del que hace derivar las proposiciones sucesivas. El método» deductivo parte de los datos objetivos que la experimentación ofre- ce, extrayendo conclusiones, por inducción, de la generalización d e los hechos observados. Mediante este método solo es posible formular píoposkiowes a postcviori" }^^ Es decir que "El método deductivo deriva o colige aspectos par- ticulares de las leyes axiomas, teorías o normas. En lenguaje figurado podríamos decir que va de lo universal a lo particular",^^® en tanto- que, "La inducción es el proceso parcial del conocimiento que parte de lo particular para alcanzar lo general".^®"' El Derecho tiene metodología propia, jurídica, básicamente herme- néutica, en tanto que la Criminología usa una metodología empírica, interdisciplinaria, que le proporcionan sus mismos componentes. El método adecuado a la elaboración del objeto de la ciencia del Derecho Penal, nos dice Sáinz Cantero, es el método técnico-jurídico. La investigación científica debe desenvolverse en tres etapas: La fase interpretativa, la fase sistemática y la fase crítica. En la primera se lleva a cabo la recolección de datos, y se utilizan el instrumento his- tórico, la interpretación gramatical y la interpretación teleológica,. esta última de gran valor ya que por ella se obtiene el sentido de la norma positiva por la captación del fin que persigue. En la fase sis- temática se elaboran los datos y se construye un sistema, por medica de análisis y síntesis. En la fase final, el investigador plantea cómo debe ser el Derecho, i'^ Existe también entre ambas ciencias diferencia de naturaleza, pues, mientras la Criminología es una ciencia causal explicativa fáctica, empírica, y ciencia del mundo del "ser", el Derecho Penal es una ciencia normativa, ciencia del mundo del "deber ser". Si en otros as- pectos hay discusión, en este hay unidad de criterio, a pesar de las- diferencias de consideración de objeto y método. FRANKZ VON LiszT intentó reunir las disciplinas del Derecho Pe- nal y de la Criminología en una ciencia total del Derecho Penal, el fracaso de Liszt era lógico ya que había una diferencia epistemoló- gica de las disciplinas, la normativa y jurídica frente a la cultural y natural. 155 SAINZ CANTERO. Op. cit., p. 77. 156 MENDIETA ALATORRE, ANGELES. Métodos de Investigación y Manual Acadé'nico^ Editorial Porriía, S. A. Sexta edición, p. 34. 157 D E GORTAW, ELI. El Método Dialéctico. Editorial Grijalbo, S. A. Colección 70_ México, D. F., 1970, p. 49. 188 S.\iNz. Op. cit., p . 22. 92 CRIMINOLOGÍA La unión absoluta es tan absurda como el divorcio total, pues am- bas ciencias, en su aplicación práctica, deben perseguir el mismo fin: evitar determinadas conductas indeseables socialmente; la Crimino- logía da al Derecho Penal una visión de la realidad, y éste, en cam- bio, proporciona a la Criminología un importante marco de refe- rencia en cuanto la valoración jurídica de ciertas conductas. Como vemos, la relación debe ser estrecha y paritaria; considerar a la Criminología como una ciencia subordinada al Derecho Penal equivale al extremo contrario, al interpretar el Derecho Penal como la parte de la Criminología que nos enseña qué conductas antisocia- les persigue el estado. La suspicacia y el temor de algunos juristas de corte clásico frente a la Criminología puede ser comprensible, pues nuestra cien- cia marcó un cambio del interés por la norma al interés por el hom- bre, y sacudió varios principios jurídicos que se tenían por inmuta- bles. Creemos, con LÓPEZ REY, que todavía cabe preguntarse qué se entiende por dogmática jurídica,^^'* y recordamos con BUNGE que "el dogmático vuelve sempiternamente a sus escrituras, sagradas o profa- nas, en búsqueda de la verdad; la realidad le quemaría los papeles en los que imagina que está encerrada la verdad: por esto elude el con- tacto con los hechos. Afirmar y asentir es más fácil que probar y di- sentir; por esto hay más creyentes que sabios".^*** Además de algunas discrepancias semánticas, la falta de entendi- miento entre criminólogos y juristas se debe a que, en cuanto a su objeto, la Criminología es dinámica, en tanto que el Derecho es es- tático, pues la estaticidad o dinamicidad de las ciencias depende en gran parte de su objeto de estudio. La Criminología tiende a evolucionar con gran rapidez, pues la realidad que estudia y las ciencias que la componen así avanzan, el Derecho por el contrario tiende a ser estable por razones mismas de seguridad jurídica, la sociedad pierde su equilibrio y no sabe a que atenerse si las normas cambian cada día. El criminólogo desearía un Derecho ágil y cambiante, de acuerdo a una sociedad y a una realidad en continua transformación; el ju- rista sueña con encontrar un Derecho inmutable, eterno, que logre realizar su ideal de justicia. IB» LÓPEZ-REY Y ARROJO, MANUEL. "El Derecho Penal como profesión y como fun- ción social". Revista Jurídica Veracruzana, Tomo XVI, N? 2, México, 1965, p. 67. 160 BUNGE. Op. cit. (La Ciencia), p. 67. LAS CIENCIAS PENALES 93 Estamos con SAINZ CANTERO en que "Las leyes son continuamen- te rebasadas por los nuevos medios y procedimientos criminales, de aquí que para el mejor cumplimiento de su fin, el Derecho Penal no pueda prescindir de los conocimientos criminológicos".^^^ VASALLI ha expresado que ninguno desconoce ya la necesidad de la investigación criminológica en todos los sectores del Derecho Penal, en la medida de la pena y en la apilicación de las medidas de segu- ridad; en la valoración de los tipos prestados al Derecho por la Cri- minología y en la valoración del delincuente no peligroso; en los estudios de los delitos en particular así como en la valoración de las circunstancias, en el examen de la reincidencia y en el de la impu- tabilidad.163 Criminólogos y juristas van en la misma nave, su puerto es el mismo: una sociedad mejor, más feliz, con menos criminalidad, por ésto deben remar juntos, unir esfuerzos, combinar fuerzas; el aleja- miento hacia una dogmática "pura" o a una técnica criminológica "pura" n o significa más que la deshumanización de dos ciencias que, por su origen y finalidad son fundamentalmente humanistas. Podemos concluir que "La Criminología y el Derecho Penal son dos ciencias autónomas, pero no opuestas ni separadas. Sino asocia- das",^*" y agregar, con LÓPEZ REY, que "si el Derecho Penal es esen- cialmente un Derecho protector de valores sociales, antes de formu- lar la protección hay que adentrarse en el estudio de la realidad po- lítica, social y económica que ha de proteger. El uso de estadísticas, de encuestas sobre la práctica judicial y la ejecución de sanciones así como de las disponibilidades para organizar dicha ejecución es fun- damental, mucho más que la consideración teórica de los diversos aspectos de la Parte General".^** IV.IO. EL DERECHO PROCESAL PENAL La ciencia del Derecho Procesal Penal es el estudio de las nor- mas procesales, del procedimiento que debe seguirse para instruir el i«i SAINZ CANTERO, JOSÉ ANTONIO. Derecho Penal y Criminología. Reus, Madrid, Es- paña, 1958, p. 1&. 162 VASSALU, GivLlAKo. "Criminología e Giustizia Pénale". En Appunti di Crimi- nología. (Ferracuti). Bulzoni. Roma, Italia, 1970, p. 15. i«3 NúÑEz BARBERO, RUPERTO. "Las Relaciones del Derecho Penal con la Crimino- logía". Revista de Estudios Penitenciarios. Año XXX, N? 204-207. Madrid, España, 1974, p. 61. 164 LÓPEZ REV. Op. cit. (159). p. 67. 94 CRIMINOLOGÍA proceso, sentenciar y dictar la pena que, de ser condenatoria la sen- tencia, señala el Derecho Penal. El Derecho Procesal es la ciencia normativa que estudia el pro- cedimiento conducente a la verificación del hecho criminal, del daño causado o del peligro provocado, y de la responsabilidad penal, así como, en su caso, a la imposición de penas y/o medidas de seguridad al infractor, y de la compensación a los sujetos dañados que corres- ponda. Para GARCÍA RAMÍREZ^ por una parte el Derecho Procesal Penal es un conjunto de normas, una porción de Derecho objetivo, por otra parte constituye una disciplina científica, de carácter normativo, que tiene por objeto el conocimiento de tales preceptos del Derecho Positivo."^ El procedimiento penal es el conjunto de actividades y formas re- gidas por el Derecho Procesal Penal, que se inician desde que la auto- ridad pública interviene al tener conocimiento de que se ha co- metido un delito y lo investiga; y se prolonga hasta el pronuncia- miento de la sentencia, donde se obtiene la cabal definición de las relaciones del Derecho Penal.^*» La temática del Derecho Procesal Penal comprende: — Nociones introductorias: litigio, métodos de composición, proceso. — Progresión histórica. — Participantes procesales: juzgador, acusador, inculpado, defensor, otros participantes. — Funciones procesales: jurisdicción, acusación (acción) defensa. — Hechos y actos procesales. — Procedimientos ordinario y especiales; períodos, pruebas, medidas cau- telares. BEIDERMAN afirma que: "hoy en día, así como no se concibe ya la confusión de la Criminología y de la Dogmática Jurídico-penal en el campo epistemológico, tampoco es admisible prescindir de aquélla, no sólo para el mejor conocimiento del contenido y fin de la norma penal, sino que también se ha hecho necesario su concurso en la in- dagación normativa procesal y en la penológica".^*' Las diferencias que hicimos en cuanto a naturaleza, objeto y mé- todo de la ciencia del Derecho Penal y de la Criminología son váli- 108 GARCÍA RAMIREZ, SERGIO. Derecho Procesífl Penal. Ed. Porrúa, México, 1974, p. 30. lee Cfr. GONZÁLEZ BUSTAMANTB, JUAN JOSÍ. Principios de Derecho Procesal Mexi- cano. • Ed. Porrúa, S. A. b* edición. México, 1971, p. 5. LAS CIENCIAS PENALES 95 das para este inciso, ya que la Ciencia del Derecho Procesal penal es de naturaleza normativa, sigue un método técnico jurídico y tiene como objeto de estudio las normas de procedimiento. Para poder aplicar las sanciones legales es necesario que el sujeto Sea oíío y vencido en juicio; esto es de la más elemental justicia, y lo dice el sentido común; debe haber normas de procedimiento y tri- bunales previamente establecidos, y esto lo comprende cualquiera sin necesidad de conocimientos jurídicos, pero ¿el juzgar es tan solo el aplicar automáticamente el derecho? ¿es poner en movimiento la te- rrible máquina judicial? Aquí encontramos nuevos problemas, pues Criminología y De- recho Procesal Penal no pueden ignorarse. El criminólogo da al juez elementos de juicio, el juez da al criminólogo la oportunidad de ha- cer diagnóstico, pronóstico y tratamiento. La preocupación del criminólogo es hacia el porvenir: ¿cómo pre- venir?, ¿qué pronóstico hacer?, ¿qué hará el sujeto en el futuro?, el juez observa más hacia el pasado, ¿qué hizo el sujeto?, ¿qué antece- dentes tiene? La misión del criminólogo es comprender, la del juez es juzgar, comprender no quiere decir justificar, así como juzgar no implica incomprensión, pero los campos están delimitados, el juez debe hacer justicia, y la justicia no siempre va ligada con la técnica, no siempre lo criminológicamente adecuado es lo jurídicamente justo. Por esto admiramos a los jueces, y aceptamos nuestra profesión de criminólogos, y repetimos con CARNELUTTI que "ningún hombre, si pensase en lo que es necesario para juzgar a otro hombre, aceptaría ser juez. Y, sin embargo, es necesario encontrar jueces. El drama del derecho es este".^** El proceso penal es más que un problema jurídico, es un drama social. El interpretar el proceso simplemente como una lucha regla- mentada es perder la visión de la realidad. Las consecuencias socia- les, psicológicas, económicas, médicas, de un proceso penal son te- rribles, y corresponde a la Criminología calcularlas. De aquí las diferencias notables del proceso penal con el proceso civil, el primero acarrea consecuencias indeseables, ya que etiqueta. 1«7 BEIDERMAN, BERNARDO. Enfoque actual del Problema de las Relaciones entre la Criminología y el Derecho Penal. Problemas Actuales de la Criminologfa Argentina. Pannedille. Buenos Aires, Argentina, 1970, p. 1. i«8 CARNELurn, FRANCESC». Las Miserias del Proceso Penal. Ediciones Jurídicas Euro- pa-América. Buenos Aires, Argentina, 1959, p. 52. 96 CRIMINOLOGÍA estigmatiza, margina y prisionaliza. Además enfrenta al hombre con la terrible máquina judicial, lenta e implacable. Por esto no podemos aceptar, como algunos lo hacen, una "teo- ría general del proceso", en la que el proceso penal se deshumaniza y se pierde en argumentos jurídicos. Consideramos metodológicamen- te más adecuado el estructurar un "Derecho Procesal Comparado" en que se analicen similitudes y diferencias de los diversos ordena- mientos jurídicos: civil, penal, administrativo, fiscal, laboral, etc. Para terminar este apartado, citemos nuevamente a Carnelutti: "Más que leer muchos libros, yo querría que los jueces conocieran muchos hombres; si fuese posible sobre todo santos y canallas; los que están en lo más alto o sobre el peldaño más bajo de la escala. Pare- cen inmensamente distantes, pero en el terreno del espíritu suceden cosas extrañas".^*® IV.II. EL DERECHO EJECUTIVO PENAL Es la ciencia normativa que estudia las normas que regulan la ejecución de la pena y/o de la medida de seguridad, desde el momen to en que se convierte en ejecutivo el título que legitima la ejecu- ción. Podemos distinguir, tal y como lo hemos hecho en las otras cien- cias jurídicas, una Ciencia del Derecho Ejecutivo Penal del Derecho Ejecutivo Penal propiamente dicho, el que Pettinato define en la forma siguiente: "Derecho Penal Ejecutivo es el conjunto de normas positivas que se relacionan a los diferentes sistemas de penas; a los procedimientos de aplicación, ejecución o cumplimiento de las mismas; a la custodia y tratamiento; a la organización y dirección de las instituciones y establecimientos que cumplen con los fines de la prevención, repre- sión y rehabilitación del delincuente, inclusive aquellos organismos de ayuda social para los internados y liberados"."* CHICHIZOLA, al hablar de la independencia de esta rama del Dere- cho afirma que: "La posición que sostiene la autonomía del Derecho Ejecutivo Penal parece ser la más acertada, porque esta nueva rama de las ciencias jurídicas abarca en su contenido un conjunto de nor- mas que, aunque de naturaleza diversa y provenientes de distintas 16» Ibidem, p. 56. 170 PETTINATO, ROBERTO. Relaciones entre el Derecho Penal y los Sistemas Peniten- ciarios. En Revista Jurídica Veracruzana. Tomo XIII, p. 208. Xalapa, México, 1962. LAS CIENCIAS PENALES 97 fuentes, poseen un objetivo común: regular las relaciones entre el estado y el condenado durante la ejecución de las sanciones pena- les"."i El Derecho Ejecutivo Penal es llamado por Jiménez de Asúa, Malo Camacho y Bernaldo de Quirós, entre otros, Derecho Peniten- ciario, sin embargo, en nuestra opinión, el Derecho Penitenciario es tan solo una parte del Derecho Ejecutivo Penal, ya que las penas de prisión o privativas de la libertad son solamente una pequeña parte del arsenal de penas con las que se cuenta en Derecho. El problema se debe, quizá, a que el Derecho Penal está enfermo de pena de prisión, y aunque ésta sea en mucho la pena más dramá- tica (con excepción, claro, de aquellos países mortícolas que aún mantienen la pena de muerte), no es la única, y no es admisible que las demás penas (que pueden ser mayoría) sean aplicadas sin regla- mentación jurídica adecuada. El Derecho Ejecutivo Penal (término en el que están de acuer- do Novelli, Pettinato, Chichizola y Soler entre otros) estudia pues, como su nombre lo dice, la normatividad de la ejecución de la pena a partir de la sentencia ejecutoriada, o de la medida de seguridad a partir de la orden de autoridad competente. Los temas a tratar en esta materia son, entre otros: — Naturaleza jurídica de la pena. — Definición y relaciones del Derecho Ejecutivo. — Ejecución penal y otras formas de ejecución. — Autonomía. — Fuentes. — Iniciación, modificación y extinción de la relación ejecutiva. — Sujetos de la relación ejecutiva. — Finalidad de la ejecución y modalidades para realizarla. — Antecedentes históricos del Derecho Ejecutivo. — Instituciones de ejecución penal. — Normas de ejecución, en la Constitución, el Código Penal, en el pro- ceso Penal, etc. — Las leyes de Ejecución de Sanciones. — Los Reglamentos Penales. — La pena y medida de seguridad, reglamentación. — Legalidad de la medida de seguridad. — La prisión preventiva. 171 CHICHIZOLA, MARIO. Derecho Ejecutivo Penal. Criminalia. Tomo XXXII. México, 1966, pp. 687 y ss. 98 CRIMINOLOGÍA Deben reconocerse con claridad las tres grandes partes del mundo jurídico penal: la primera que es el Derecho Penal como dogmática y como conjunto de normas que nos indican qué está prohibido, qué está permitido y cuál es la punibílidad si violamos lo prohibido; la segunda como procedimiento, y las normas que indican cuál es la forma de realizar el proceso, y la tercera que es aplicación, en caso de que la sentencia haya sido condenatoria, nos indicará en qué forma se va a ejecutar la pena. Es de gran importancia señalar que ni en México ni en el mundo en general se ha cultivado esta tercera parte de las ciencias jurídico- represivas, sino que se ha estudiado únicamente Derecho Penal y Procesal Penal. El abandono es a todos los niveles: académicamente no se le toma en cuenta, y no aparece, ni como materia optativa, en los pla- nes de estudios de las universidades; ^^ jurídicamente, la cuestión penal y penitenciaria ha vivido en una situación extra-legal, apli- cándose la costumbre o reglamentos arcaicos, cuando no la volimtad y el capricho del director del establecimiento o del encargado de la ejecución.^'^ Las razones pueden ser múltiples: la creencia de algunos proce. salistas de que la ejecución era parte del proceso, la idea de ciertos penalistas de que la pena es problema dogínático; el antecedente his- tórico de que el sentenciado era considerado como un muerto, y ca- recía de todo derecho; o la razón más triste, que el Derecho Ejecu- tivo Penal no es negocio, ya no hay posibilidad de litigar, por lo que abogados, fiscales y jueces pierden el interés en él. La autonomía es una necesidad apremiante para el Derecho Eje- cutivo Penal, de ella depende en mucho su urgente desarrollo para la pronta solución de multitud de problemas, y para dar la posibi- lidad jurídica de la intervención de la Penología en particular y de la Criminología en general, en el tratamiento del criminal. La Penología es al Derecho Ejecutivo Penal lo que la Crimino- logía al Derecho Penal; por desgracia las confusiones son comunes, muchos autores dan un contenido jurídico a la Penología, mientras 172 En la Universidad Nacional Autónoma de México, con la anticuada denomina- ción de Derecho Penitenciario, existe para los estudios de post-grado desde 1969, y como optativa en licenciatura a partir de 1977. En los post-grados de Xalapa y de la Procu- raduría del D. F. es, desde luego, una materia obligatoria. ira En México, aunque hay antecedentes valiosos como Veracruz o el Estado de México, es hasta 1971 cuando se generalizan las leyes ejecutivas penales, aunque siem- pre de carácter penitenciario. LAS CIENCIAS PENALES 99 que otros se pierden en disquisiciones penológicas al tratar de hacer Derecho Ejecutivo Penal. Como ejemplo podemos citar las lecciones de Derecho Peniten- ciario de don CONSTANCIO BERNALDO DE QUIRÓS, que son en realidad uno de los más bellos tratados de Penología que se han escrito,"* o la Penología de MARCÓ DEL PONT^ que es u n tratado de Derecho Pe- nitenciario Argentino,"^ o la Penología de GOULART, que es un De- recho Ejecutivo Penal Brasileño."* Es de admirarse por otra parte la pureza metodológica de MALO CAMACHO en su Manual de Derecho Penitenciario, obra eminente- mente jurídica, que es un estudio completo del ordenamiento peni- tenciario mexicano.^''' De CARRANCA Y RFVAS, en su notable Derecho Penitenciario, pue- de distinguirse una parte puramente histórico-penológica de una par- te verdaderamente jurídica."* El Derecho Penitenciario de los espo- sos CUEVAS, con pinceladas penológicas, se acerca ya a una obra ju- rídica."» CUELLO CALÓN, indudablemente logra una Penología, en lo que lo jurídico sirve tan sólo de ejemplo y no de análisis.^*** ROSA DEL OLMO hace una antología de textos exclusivamente penológicos.^** La equivocación señalada ha coof>erado aún más para el estanca- miento de la ciencia del Derecho Ejecutivo Penal, pues, con algunas excepciones, n o se ha hecho el análisis riguroso de las normas eje- cutivas (con una correcta metodología jurídica) por la intervención de conocimientos penológicos. Debe entenderse que no proponemos el divorcio de ambas cien- cias, pero si insistimos en el rigor científico para dar a cada una su objeto y método correspondiente. "Durante el proceso de la Ejecución Penal, se ha observado en todas las legislaciones un mayor interés sobre el estudio de la perso- 174 QUIRÓS, CONSTANCIO BERNAIDO DE. Lecciones de Derecho Penitenciario. Univer- sidad Nadonal Autónoma de México, México, 1953. 176 MARCO DEL PONT, LUIS. Penología y Sistemas Carcelarios. Depalma. Buenos Aires, Argentina, 1974. 176 Gk)ULART, HENNY. PBnologia. Editora Brasileira de Direito. Brasil, S. F . 177 MALO CAMACHO, GUSTAVO. Manual de Derecho Penitenciario Mexicano. Secretarla de Gobernación. México, 1976. 178 CARRANCA Y RIVAS, RAÚL. Derecho Penitenciario. Editorial Porrúa, México, 1974. 179 CUEVAS, JAIME y GARCÍA DE CUEVAS, IRMA. Derecho Penitenciario. Editorial J u s . México, 1977. 180 CUELLO CALÓN. Op. cit. (Penología). 181 OLMO, ROSA DEL. Fenología (Textos para su estudio). Universidad de Carabobo. Venezuela, 1972. 100 CRIMINOLOGÍA nalidad del condenado, a los fines de lograr una verdadera preven- ción criminal específica, mediante la rehabilitación y socialización del delincuente". Esta aseveración de Nieves^** es indudable, los cambios actuales de legislación ejecutiva penal así nos lo indican,^*' y nos hacen ver que en la práctica el Derecho Ejecutivo Penal se ha acercado más a la Criminología que otras ramas del Derecho. Es notable también el hecho de que la mayoría de los tratadistas de Derecho Ejecutivo Penal, de Derecho Penitenciario y de Penolo- gía tengan una fuerte y bien cimentada preparación criminológica, lo que ha impedido la separación tajante entre ciencias criminológi- cas y jurídicas, separación que, si hasta cierto punto es deseable por cuestión de método, en la práctica ha facilitado el trabajo interdis- ciplinario y la investigación conjunta. rV.12. EL DERECHO DE POLICÍA Ciencia normativa que estudia la actividad de policía, es una rama del Derecho totalmente desconocida en México en particular y en Latinoamérica en general; se ocupa no solamente de la organización formal de la policía, sino también de las normas, bajo las cuales ésta debe actuar. Algunos definen el Derecho de Policía como el conjunto de nor- mas que regulan por una parte la actividad de policía, y por la otra la posición de sujeción de los ciudadanos.^** Otros como el conjunto de normas de naturaleza esencialmente legislativa, que reglamenta las facultades y deberes de la policía frente a la comunidad y a la institución.^®" Son temas de estudio de esta ciencia: — Derecho de .Policía. Concepto. — Fuentes del Derecho de Policía. — Concepto de Policía. — La potestad de Policía, diversas teorías. — Conceptos de "urgencia", "peligro" y "discrecionalidad". 182 NIEVES, HÉCTOR. La Función Orientadora de la Criminología en la Formulación y Reforma de la Ley Procesal Penal. Universidad de Carabobo. Valencia. Venezuela, 1969, p. 12. 183 Cfr. Los dos tomos de Legislación Penitenciaria Mexicana. Secretaría de Gober- nación. México, 1976. 184 DOLCE, R. Notas de Clase. Roma, Italia, 1967. 185 ALTAMIRA, PEDRO. Policía y Derecho de Policía. Editorial Abeledo-Perrot. Bue- nos Aires, Argentina, 1963. LAS CIENCIAS PENALES 101 — Función preventiva y función persecutoria. — Policía Preventiva y Policía Judicial. — La policía como servicio público. — Los titulares de la potestad de policía. — Jurisdicción de la policía. — Los sujetos pasivos de la potestad de policía. — Actos de potestad (reglamentos, órdenes, autorizaciones, bandos, cer- tificaciones, etc.). — Policía y Garantías Ckjnstitucíonales (legalidad, libertad, domicilio, correspondencia, reunión, expresión, tránsito, etc.). — Faltas administrativas y reglamentos de Policía. — Reglamento de Tránsito. — Identificación y archivo, límites legales. — Faltas y delitos cometidos por policías. — Limitaciones a la vida privada de la policía. Es una rama jurídica de difícil estudio, cuya independencia aún no está muy bien precisada, pero que es de importancia básica, ya que la relación del ciudadano común con las autoridades es el con- tacto directo con el agente de la policía, y es muy necesario cono- cer cuáles son las atribuciones de la policía, cuál es el valor de sus reglamentos y establecer hasta donde llegan las facultades arbitrales o la potestad de la policía. (Tema medular del Derecho de Policía). Para Altamira, "La policía es función administrativa y se nutre de la ley y en el reglamento; el Poder de Policía o Derecho de Po- licía es función legislativa, se objetiviza y realiza en el Código de Faltas o Derecho Penal Administrativo y en el Poder Disciplinario de Naturaleza Jurídica Formal".^®* Aunque el acto de policía es en su base administrativo, sus ac- tuaciones como Policía Judicial ^^ y sus implicaciones en el mun- do penal y procesal penal (y en ocasiones ejecutivo), dan a la po* licía y a sus actuaciones un carácter sui generis. Nosotros afirmamos la autonomía del Derecho de Policía en su carácter legislativo, pues consideramos que se trata de un cuerpo ju- rídico orgánico y unitario, a pesar de que sus disposiciones se encuen- tren diseminadas en diversos ordenamientos (penal, procesal, sanita- rio, fiscal, administrativo, etc.), lo que sucede también con otras ramas del Derecho. 180 ALTAMIRA. Op. cit., p. 13. 187 Ver: Polizia Judiziaría ed Istruzione Pénale. Actas del VIII Congreso de la Acca- dcmia Italiana de Scienze Biologique e Morali. Roma, Italia, 1967. 102 CRIMINOLOGÍA Por lo tanto, optamos por su independencia científica, al poder precisar su objeto, ya que las normas a estudiar forman un todo di- verso e identiiíicable. Como podemos observar en el temario expuesto, los problemas jurídicos que plantea la policía y su actividad son de muy diverso or- den, sus consecuencias constitucionales, sus restricciones legales, su intervención en el proceso, etc.^®^^®^ Algunos de estos aspectos se han estudiado en Derecho Constitu- cional, algunos otros se estudian en Derecho Administrativo, otros propiamente en Derecho Penal o Procesal, pero no hay muchos es- tudios profundos de lo que es el Derecho de Policía; como excepcio- nes se ha estudiado hasta donde pueden llegar las garantías individua- les y hasta donde la policía puede limitar algunas de ellas sin orden judicial, y sin considerarse violación; en ocasiones es asombroso cons- tatar hasta donde el arbitrio del policía puede limitar las garantías individuales, sobre todo algunas de ellas ( la reunión, por ejemplo, la de libre tránsito, etc.). Difícilmente puede haber Derecho de Policía en un país en el que no hay policía, como es el nuestro. Hablo desde luego de "policía" en el sentido moderno de la palabra, es decir, un cuerpo de vigilancia y seguridad público unificado, técnico, honorable, consciente. Lo que hay en nuestro país (como en muchos otros), es una multiplicidad ab- surda de cuerpos represivos, muchos de ellos altamente corrompidos. Se podrían invertir los términos: difícilmente puede haber policía en un país en el que no se estudia ni se conoce el Derecho de Policía; es decir, en este punto en México hemos entrado en un círculo vicio- so. Círculo vicioso que no solamente existe en el aspecto policiaco, sino en otros muchos, pero que afortunadamente estamos por romper. Por ejemplo, en Derecho Ejecutivo Penal estábamos en el mismo círculo: no podía haber Derecho Ejecutivo Penal ni Derecho Peniten- ciario en un país en el que en el sentido técnico de la palabra no exis- tían penitenciarías; y a la inversa: no podían existir penitenciarias en un país en el cual no hay reglamentación adecuada. Afortunadamente en Toluca, el Estado de México rompe este tabú, pues en 1968 hace una extraordinaria penitenciaría con muy buenas leyes, y pone al frente a personas técnicas y honorables como GARCÍA RAMÍREZ y SÁNCHEZ GALINDO. A partir de este momento la reforma pe- 188 Una bibliografía interesante puede encontrarse en: BRENNER, R . N . ; KRAvrrz, M. Pólice Discretion: A Selected Bibliography. Leaa, USA, 1978. 18» Cfr. RODRÍGUEZ MANZANERA, LUIS. Policía Judicial y Pericia. Criminalia. Año XLIV, N? 1, México, 1968. LAS CIENCIAS PENALES 103 nitenciaria de México es un hecho, lo testimonian las nuevas leyes, las nuevas instalaciones y la preparación del personal. Estamos seguros que algún día la Policía en México estará unificada en una sola corporación y regida por una sola ley general y moderna, con equipo e instalaciones adecuadas. El círculo vicioso es difícil de romper, la organización federal im- pide en mucho la unificación, pero los esfuerzos realizados son nota- bles, las academias de policía proliferan, siguiendo el ejemplo de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal (obra de hombres como José Pérez Moreno, Iturbide Alvírez y Pina y Palacios), de Monterrey, Guadalajara, el Distrito Federal, etc. Debe aclararse que no hay carencia absoluta de reglamentos, y que no todo cuerpo de policía, ni cada policía en particular es ineficaz y corrupto, hay excepciones que enorgullecen y deben alentarse. Es de aclararse también que el problema no es exclusivamente mexi- cano (lo citamos por ser el que tenemos más cerca), en la raiayoría de los países la policía, como institución, ha entrado en una violenta cri- sis; los problemas de corrupción han invadido policías como la nor- teamericana, y han alcanzado a cuerpos ejemplares como "Scotland Yard", la tradicional policía inglesa. La necesidad del estudio y desarrollo del Derecho de Policía (en- tendido como conjunto de normas por un lado, y estudio sistemático de las mismas por el otro) es más urgente si recordamos la frase de Bal- zac: "Les gouvernements passent, les societés périssent, la pólice est éternelle" "** (Los gobiernos pasan, las sociedades perecen, la policía es eterna). IV. 13. LAS CIENCIAS BÁSICAS Y LAS CIENCIAS MÉDICAS Nos recuerda Qumoz CUARÓN como "ciencias básicas, esenciales o fundamentales al Derecho Penal, son aquellas que se llamaron au- xiliares y que, con motivo de la celebración del III Congreso de la Asociación Internacional de Derecho Penal en Palermo (Italia), del 3 al 8 de_^ abril de 1933, al discutir lo relativo a la especialización del juez penal, nuestro querido amigo, Don Luis Jiménez de Asúa a nombre de la delegación española pidió que los estudios de los ju- ristas abarcaran, además del Derecho, la Antropología, Biología y IDO Cit. por MARCEL LE CEUÉRE. La Pólice. Presses Universitaires de France, París, Francia. 1972, p. 5. 104 CaUMINOLOGÍA Sociología Criminológicas, y se opuso a que el voto del Congreso las llamara "ciencias auxiliares", lo que fue apoyado por los delegados de Bélgica, con el aplauso del de México, Dn. Francisco González de la Vega, aprobando dicha reunión que los magistrados y abogados han de adquirir el conocimiento de ciencias indispensables para po- der cumplir sus funcionw".^*^ Hoy sabemos que estas ciencias son necesarias, no sólo jMura el jurista, sino para cualquier profesionista que tenga algo que ver con las ciencias penales en general. Se llegó a la conclusión de que las ciencias básicas, esenciales o fundamentales, son la Medicina y la Psiquiatría Forenses y la Esta- dística, y así han sido tratadas por varios autores. Nosotros proponemos una clasificación diferente, ya que la Me- dicina y la Psiquiatría Forenses no pueden considerarse como la base, esencia o fundamento de las ciencias penales; ni son el punto de par- tido, pues no todo caso de conducta antisocial presenta problemas médicos, ni todo sujeto antisocial es un caso psiquiátrico. Por lo anterior, reclasificamos la Medicina y la Psiquiatría Fo- renses dentro del rubro "Ciencias Médicas", sin que esto implique, de manera alguna, bajarlas de rango o desconoceí su inmensa im- portancia, sino simplemente colocarlas en un lugar que les es más propio. En cuanto a la Estadística, la hemos eliminado para hablar en su lugar de Metodología, pues ésta es el género y aquélla la especie, y es claro que el método estadístico no es el único que se sigue para obtener conocimiento dentro de las Ciencias Penales. La Metodología y la Política Criminológica serán, en nuestro es- quema, las ciencias básicas, esenciales, indispensables o fundamen- tales en la enciclopedia de las Ciencias Penales. IV. 14. LA MEDICINA FORENSE Es la aplicación de las ciencias médicas a la ilustración de los hechos que con ellas se relacionan, investigados por la justicia, o a la formulación de algunas leyes que con las mismas disciplinas médicas se relacionan. La Medicina Forense es el conjunto de los conocimientos médi- cos dirigidos a resolver problemas de esta índole, que se plantean por el Derecho. FERNÁNDEZ PÉREZ expresa que "La Medicina Forense es una disci- 191 QuiROZ CuARÓN. Op. cit. (Medicina...), p. 949. LAS CIENCIAS PENALES 106 plina de aplicación de conocimientos científicos, de índole funda- mentalmente médica, para la resolución de problemas biológicos hu- manos que están en relación con el Derecho".^®^ Para QUIROZ CUARÓN, la Medicina Forense, en su ejercicio y apli- cación, es la técnica, es el procedimiento mediante el cual aprovecha una o varias ramas de la medicina o de las ciencias conexas para es- tudiar y resolver casos concretos, habitualmente ligados a situaciones legales o jurídicas.^^^ El mismo autor nos indica cómo la Medicina Forense "no se pro- pone curar y puede, sin embargo, estudiar un problema de terapéu- tica; no es la cirugía, ni la obstetricia, ni la clínica; no es la física ni la química, y aplica, no obstante, todas o alguna de ellas ante un caso concreto, para establecer premisas y fundar conclusiones espe- cíficas, amoldándose para ello a un sistema, siguiendo una pauta, es- tructuradas en tal forma que permitan formular una resolución ex- presada en términos técnicos".^*' Son temas de la Medicina Forense: — Función pericial del Médico Forense, decálogos médico-forenses. — Documentación Médico Forense; certificados, lista internacional de las enfermedades, informes y dictámenes. — Responsabilidad profesional; secreto profesional. — Traumatología Médico Forense; lesiones. — Número de agresores; suicidio y sus relaciones con el homicidio. — Del homicidio al suicidio; eutanasia. — Asfixiología. — Tanatología. — Las nuevas fronteras de la muerte. — Levantamiento del cuerpo. — Necropsia Médico Forense. — Exhumación. — Embalsafnamiento. — Sexología Forense. — Obstetricia Médico Forense; aborto, infanticidio. — Identidad e identificación Médico Forense. Como podemos observar, la Medicina Forense es muy amplia, y supera en mucho la idea de algunas gentes que creen erróneamen- 192 PÉREZ FERNANDEZ, RAMÓN. Elementos Básicos de Medicina Forense. 3» Ed. Edit. Zepol, p . 20. México, 1977. (Hay también edición de la Secretaría de Gobernación. México, 1975). 103 QuiROz CUARÓN. Op. cit. ( M e d i c i n a . . . ) , p . 73. IM Ibidem. 106 CRIMINOLOGÍA te que se reduce a la tanatología, es decir a las necropsias (mal lla- madas autopsias), para determinar causas de muerte. Muchos problemas (como aborto, infanticidio, violación), no pueden comprenderse ni resolverse, sino mediante la Medicina Fo- rense. Así, lo primero a investigar en un presunto aborto es si hubo embarazo, y luego si éste se interrumpió por causas naturales o fue provocado. En el infanticidio, además de probar el embarazo, es ne- cesario saber si el producto vivió autónomamente, extrauterinamen- te, durante cuánto tiempo permaneció vivo y cuáles fueron las cau- sas de la muerte. Conjo puede observarse toda la problemática es médica. La forma y duración de las lesiones, su gravedad, y por lo tanto su clasificación legal, son hechas previo peritaje médico-forense. Además debemos recordar la influencia de los médicos en el ori- gen, creación y desarrollo de la Criminología —César Lombroso, Ale- jandro Lacassagne, Casper, etc.—; imposible olvidar que es la Medi- cina Forense la que dará vida a nuevas y apasionantes ramas, algunas de ellas ahora con existencia autónoma, como la Psiquiatría Foren- se, la Criminalística, la Hematología Forense, la Documentoscopía, la Toxicología Forense, etc. La Medicina Forense no se agota en forma alguna en la materia penal, pues casi todas las ramas del Derecho presentan problemas de naturaleza médica, así, en el Derecho Civil hay problemas de fi- liación, paternidad, identidad; en el Derecho Laboral hay incapaci- dades, accidentes de trabajo, enfermedades profesionales; en el Dere- cho Asistencial hay casos de desnutrición, enfermedad; existe ade- más un Derecho Sanitario, profundamente ligado a la Medicina Fo- rense. Finalmente, es importante señalar los esfuerzos f>oi* integrar una verdadera Medicina Criminológica, que pudiera tener una vida pro- pia, con autonomía de la Biología Criminológica y de la misma Me- dicina Forense, y que pudiera considerarse como una de las crimi- nologías analíticas que acuden a formar la gran Criminología Gene, ral o Sintética."^ En este sentido la Medicina Forense de QUIROZ CuARÓN, tantas veces citada, se acerca mucho a una legítima Medi- cina Criminológica, pues, busca la explicación integral y no solamen- te médica de varios problemas de conducta antisocial. 195 Al respecto Cfr. SEMERARI, ALDO & CITTERIO, CAMX). Medicina Criminológica e Psichiatria Forense. Editrice Vallardi. Milano, Italia, 1975. LAS CIENCIAS PENALES 107 IV. 15. PSIQUIATRÍA FORENSE La Psiquiatría es la ciencia médica que estudia las enfermedades, mentales. En su acepción de "Forense" se ocupa de los problemas^ médico-jurídicos que surgen de la enfermedad mental. Para WEYGANOT, "la Psiquiatría Forense o Judicial es la disciplina que se propone aclarar los casos en que alguna persona por el estado- especial de su salud mental, necesita consideración especial ante la ley".m Como temática encontramos: — Salud y enfermedad mental. — Psicosis; diferencia con neurosis, psicopatía, etc. — Psicosis funcionales (esquizofrenia, paranoia, maníaco-depresiva) — Psicosis orgánica (epilepsia, PGP, seniles, traumáticas, etc.). — Psicosis tóxicas (del alcoholismo a la drogadicción). — Deficiencias mentales. — Tratamiento y terapia. — El psiquiatra como perito. Es importante diferenciar la Psiquiatría Forense de la Psicología Criminológica, pues hay casos en que son confundidas. La Psiquiatría estudia las enfermedades mentales; la Psicología estudia tanto procesos normales como anormales (Psicopatología), pero hay una diferencia de grado, pues en la práctica el psicólogo clínico atiende anomalías neuróticas, en tanto que el psiquiatra se encarga de las psicosis. Para ser más claros, cuando el paciente pierde el principio de rea- lidad, es decir, cuando ya no distingue lo verdadero de lo falso, lo real de lo imaginario, entonces es un psicótico, y debe ser atendido por un psiquiatra; mientras conserve contacto con la realidad, en tanto sus problemas de personalidad puedan hacerse conscientes, pue- de ser auxiliado por un psicólogo. La Psiquiatría es una ciencia médica, la Psicología es ciencia in- dependiente, para ser psiquiatra se requiere, en la mayoría de los países, ser previamente médico; para ser psicólogo bastan los estu- dios pre-universitarios. Los psicólogos utilizamos técnicas de terapia psicológica (aná- lisis, ludoterapia, laboroterapia), los psiquiatras se sirven de técnicas 196 WEYGANDT, W . Psiquiatría Forense. 2' Ed. Editora Nacional, p. 10. México, 1967. 108 CRIMINOLOGÍA médicas (fármacos, cirugía, shock), aunque por desgracia hay con- tinuas invasiones entre ambas profesiones, lo que indudablemente es indebido. La autonomía de la Psiquiatría Forense ha sido defendida por varios especialistas; esta independencia la tiene tanto de la Psiquia- tría Clínica como de la Medicina Forense, ya que ha agregado pro- blemas e intereses diversos a los de las mencionadas ciencias.^*' Creemos en la autonomía de la Psiquiatría Forense, que ha ga- nado por propio derecho, y estamos con WEYGANDT en que "sería erróneo circunscribir el alcance de la Psiquiatría Forense a los lími- tes del Derecho vigente, negándose el título de disciplina autónoma y considerando como su objeto exclusivo dar respuesta a todas las cuestiones que los tribunales puedan proponer a los peritos"."* Algunos autores consideran que la Psiquiatría es parte de la Cri- minología, así LEFERENZ dice que la Psiquiatría no constituye una ciencia auxiliar de la Criminología, sino que la Criminología es, en una parte importante. Psiquiatría. Esta idea la fundamenta en el hecho de que el delito, si no siempre, sí en los delitos capitales (es decir en las manifestaciones delincuenciales de particular trascen- dencia político-criminal) nos sitúa frente a fenómenos anímicos anor- males."® La Psiquiatría Forense es una ciencia de gran utilidad en cuan- to nos explica las enfermedades mentales y sus relaciones con el cri- men, pero no es una ciencia Criminológica, y por lo tanto no es com- ponente de la Criminología, pues no todos los criminales son enfer- mos mentales, la idea de que una persona "normal" es incapaz de cometer un crimen es un error. Sin embargo, tratándose de enfermos mentales que cometen crí- menes es indispensable la participación de la Psiquiatría en la sín- tesis criminológica, y en estos casos el psiquiatra es un profesionista clave para la solución del caso. Para LANGELÜDDEKE dos son preferentemente las funciones que tiene que cumplir el perito psiquiatra: la. Tiene que ser un auxiliar del juez; debe contribuir con su informe a la aplicación del Derecho. Esta función es en la práctica la más importante. 2a. Tiene que 187 Cfr. SEMERARI-CITTERIO. Op. cit., pp. 189 y ss. 198 WEYGANDT, W . Op. cit., p. 11. 199 LEFERENZ. Cit. por BARBERO SANTOS, MARINO. Estudio Preliminar a Psiquiatría y Derecho Penal (Varios autores). Biblioteca Tecnos. Madrid, España, 1965. LAS CIENCIAS PENALES 109 aportar los fundamentos científicos sobre los cuales pueda construir- se el tratamiento jurídico de los anormales.^*** Agreguemos una tercera función: colaborar con el legislador para dar contenido correcto a los términos psiquiátricos usados en las leyes. IV. 16. LA METODOLOGÍA Merece, por su importancia, capítulo aparte, recordaremos que la Metodología es el estudio formal de los procedimientos utilizados en la adquisición o exposición del conocimiento científico, y que un te- mario de estudio podría ser el siguiente: — Introducción: Filosofía de la ciencia y metodología. Metodología Criminológica. — El concepto contemporáneo de "ciencia": Los diversos usos del lenguaje. La distinción analítico-sintética. Ciencia formal y ciencia empírica. Verificabilidad y confirmación. Refutabilidad. Carácter probabilístico de los enunciados científicos. Causalidad y probabilidad. — Metodología general y Criminología: La ciencia y los valores. Objeto-lenguaje y meta-lenguaje. La definición científica. Explicación e hipótesis. Confirmación y probabilidad en Criminología. La causalidad en Criminología. — Elementos de estadística: Probabilidad y estadística. Estadística descriptiva. Dispersión y significatividad. Proporciones. Estadística no paramétrica. Análisis estadístico. Muestreo. 200 LANCELODDEKE, ALBRETCH. Psiquiatría Forense. Espasa Calpe. Madrid, España, 1972, p . 30. lio CRIMINOLOGÍA IV.17. l A P O L Í T I C A C R I M I N O L Ó G I C A No ha sido fácil para nosotros el encontrar colocación a la Política Criminológica dentro del cuadro de las Ciencias Penales, ya qu • e se sirve del conjunto de ellas para lograr el fin supremo al que todas deben ir dirigidas: La Prevención. No podíamos incluirla como Ciencia Criminológica, pues no es- tudia la conducta antisocial, sino la forma de prevenirla, incluyendo medios jurídicos. Tampoco entra como Ciencia Jurídica, pues la pre- vención abarca medidas extrajurídicas, y se trata de evitar conductas que no por fuerza están previstas por la ley como delito. No es cien- cia histórico-filosófica, aunque necesite de éstas para lograr su fi- nalidad. Pensamos que es básica, esencial, fundamental e indispensable, ya que sin ella es muy difícil (por no decir imposible) el lograr la fi- nalidad preventiva deseada. La Política Criminológica (también llamada Política Criminal) «s, tradicionalmente, la aplicación de todos aquellos conocimientos proporcionados por la investigación científica del crimen, del criminal 7 de la criminalidad, así como de la reacción social hacia ellos, en el intento de evitarlos en forma preventiva, y cuando ésto no sea po- sible, reprimiéndolos. Para Naciones Unidas, depende de la Política Criminológica: "cualquier proposición de una actividad deliberada que afecte los engranajes de la sociedad, o cualquiera de sus partes, con la finali- dad de la prevención o control del delito".^^ VÉRSELE nos recuerda cómo el Ministro Venezolano de Justicia lo define como "el conjunto armónico de acciones destinadas a al- canzar la justicia social", y de ahí desprende que "la Política Crimi- nológica debe ser por lo tanto y (ante todo) una Política Social, una Política de Reformas Sociales".^^ Creemos, con el maestro de Bruse- las, que éste es el sentido moderno que debe dársele a la Política Cri- minológica. Respecto a la denominación "Política Criminal", debemos decir que no nos gusta el término, pues el descrédito mundial en que ha caído la política (vocablo que es ya sinónimo de "juego sucio"), au- nado al adjetivo "criminal", hace sospechar que se está haciendo re- sol Cfr. VÉRSELE, SEVEWN CARLOS. "La Política Criminológica". Revista Mexicana de Criminología. N? 1, p. 59, México, 1976. ao2 Ibidem. LAS CIENCIAS PENALES 111 ferencia a una política que es criminal, es decir, la actividad anti- social de funcionarios públicos o de un gobierno, lo que por otra parte no es ya tan extraño, como lo demuestra la moderna macrocri- minología y sus estudios sobre grupos de poder, transnacionales, vio- lencia, etc. Sin embargo, en las últimas reuniones científicas (México, 1976) se decidió utilizar el término "Política Criminal" para designar el conjunto de medidas prácticas que el estado debe tomar para pre- venir la criminalidad. La Política Criminológica, por su parte, sería la aplicación de los conocimientos criminológicos en la prevención general y especial de las conductas antisociales. Consideramos la denominación "criminal" impropia, y preferi- mos utilizar el término genérico de "Política Criminológica", por con- siderarlo más adecuado. La Política Criminológica tiene como temas principales: — Política General, Política Criminológica, Política Social. — Prevención, concepto, fin. — Programas y prioridades. — La evaluación. — Política legislativa. — Política judicial. — Política policiaca. — Política penitenciaria. — Los sustitutivos penales. — La peligrosidad sin delito. — Los cambios de estructuras. Por la importancia del tema le dedicaremos un capítulo especial, en el que ampliaremos estas meditaciones. CAPÍTULO V LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 1. Introducción.-2. Ck>ncepto.—3. Política.—4. Política Grimino- lógica.—5. Política Criminológica y Derecho.—6. Política Crimi- nológica y Política Social.—7. Política Legislativa.—8. Política Judicial.—9. Política Penitenciaria.—10. Concepto de Preven- ción.—11. Objetivos de la Prevención.—12. Planeando la Pre- vención.—13. El Planteamiento del Problema.—14. Planifica- ción.—15. Programas de Prevención y Evaluación.—16. El Ór- gano de Prevención.—17. Plan de Desarrollo.—18. Etapas de Desarrollo.—19. La Evaluación de la Prevención. V.l. INTRODUCCIÓN María de la Luz Lima, en su estudio sobre la Política Crimino- lógica (en el que en parte nos hemos basado para desarrollar este capítulo), la concibe como un instrumento de cambio social que busca romper la incomunicación que existe entre los planificadores de diversas actividades y sectores, buscando dirigir todo hacia una sola resultante: la Justicia Social.'"'^ Esta forma de concebir la Política Criminológica (también lla- mada Política Criminal, término que no utilizamos por las razones ya expuestas) supera en mucho la idea que se tenía en la primera mitad de este siglo, en que se reducía a un simple legislar adecuado. Actualmente la Política Criminológica busca, con gran ambición, enfrentarse a la crisis de la justicia, replanteando estrategias de desa- rrollo social, mediante la elaboración sistemática de un plan de de- sarrollo integral, basado en informes sociales previos, proporcionando las rutas sociales adecuadas a los requerimientos de desarrollo na- cional.^* 203 LIMA DE RODRÍGUEZ, MARÍA DE LA LUZ. La Política Cñminal. Ponencia al Con- greso Internacional de Derecho Penal. ENEP. UNAM. México, 1977, p. 82. 204 L I M A DE RODRÍGUEZ, MARÍA DE LA LUZ. Op. cit. 113 114 CRIMINOLOGÍA V.2. CONCEPTO Hay quien piensa que fue en realidad Beccaria, con su "Dei De- litti e Delle Pene" quien hace un primer tratado de Política Crimi- nológica.^^. En cuanto al primero en emplear el término de "Política Crimi- nal" la solución es controvertida, aunque parece que, cronológica- mente se debe a Kleinsrod, en el prólogo de su obra fechado en 1793.20* Más tarde lo utilizarían Feuerbach (1801) y Henke (1823), siendo de uso general a partir del Congreso Internacional de Derecho Comparado celebrado en París en 1900. Existen diversos puntos de partida para referirse al contenido de la Política Criminal; hay quienes opinan que se trata de una ciencia (Liszt, Battaglini), de un arte (Gauckler, Gautier, Belloni), de una disciplina, de parte de otra ciencia (la Sociología Criminal) (Ferri), etc. Nosotros nos adherimos a la idea de que es una de las ciencias penales. Esta ciencia tiene como objeto de estudio los medios de preven- ción de las conductas antisociales, medios que le son propuestos por el resto de la enciclopedia de las Ciencias Penales. Varias definiciones se han dado de esta materia, así, Ferri dice que es el arte de apropiar a las condiciones especiales de cada pue- blo las medidas de represión y de defensa social que la ciencia y el derecho establece abstractamente; Alfredo Gautier afirma que "sien- do la política el arte de escoger los mejores medios de gobierno, la política criminológica será el arte de escoger los mejores medios pre- ventivos y represivos para la defensa contra el crimen". En Maggiore encontramos que "teniendo en cuenta que el fin del Derecho Criminal es la lucha contra el delito, podemos decir que la Política Criminal es la ciencia o arte (o práctica) de los medios de que se sirve el Estado para prevenir y reprimir los delitos. El con- cepto de delito, a que la política se refiere, es más amplio que el ordinario; es decir, comprende no sólo los hechos que son delitos ob- jetiva y subjetivamente, sino también los hechos que son delitos obje- tivamente nada más (por ser cometidos por personas no imputables) 206 PiNiATEL, JEAN. IM Recherche Scientifique «n Criminologie comme base de la Politique Criminelle. Revue International de Politique Criminelle. ONU. 1970, p. 13. 206 LANGUE, EMILIO. La Teoría de la Política Criminal. Editorial Reus, S. A., 1927, p. 27. LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 115 o subjetivamente tan sólo (delito putativo y delito imposible), a los que se aplican medidas de seguridad''.^"" Para MANZINI es la doctrina de la posibilidad política (la reali*- dad alcanzable), con relación al fin de la prevención y de la repre^ sión de la delincuencia. GoppiNGER, en su Criminología la define como: "una ciencia que se ocupa de la Política de reforma del Derecho Penal (en sentido amplio) y de la ejecución de la lucha contra el crimen por medio del Derecho Penal".^*** La definición anterior circunscribe su contenido a una reforma y lucha dentro del campo del Derecho Penal, y aun- que más adelante agrega que es también la eficaz organización y equipamiento del aparato estatal de persecución y ejecución pena- les, de todas formas la limita a la materia jurídico-penal. La definición de GRAMÁTICA no sólo habla de reforma o lucha poit medio del Derecho Penal, sino de prevención (impedir), y de anti- socialidad. Este autor considera que la finalidad de la política cri^ minal es "la de estudiar las mejores actuaciones prácticas para im-» pedir o reprimir la denominada delincuencia o criminalidad, que nosotros por razones bien conocidas llamamos antisocialidad".^** Para BELLONI, que la denomina Política Anticriminal, es la "teo- ría del arte de las providencias políticas para la defensa indirecta del progreso social contra la criminalidad''.^!» En los últimos años, 1974-76, se ha ido ampliando el contenido de la Política Criminológica, tomando en consideración todo el marco j socio-económico y político que la rodea. Así nacen definiciones como la de VÉRSELE, extraordinario criminó- logo belga, que afirma que la Política Criminológica es una estrate- gia global, una protección general del hombre en la colectividad, ya que, "si se quiere verdaderamente realizar las reformas sociales que son indispensables para una política racional de lucha contra la cri- minalidad o el desvío negativo, es necesario hacerlo dentro de las estructuras económicas y políticas" .^^^ »>7 MAGGIORE. Op. cil., p. 66. 208 GOPPINGER. op. Cit., p. 19. 20» GRAMÁTICA, FILIPPO. Principios de Defensa Social. Editorial Monte Corvo, S. A., 1974, p. 428. 210 BELLONI, GIVLIO ANDREA. Política Criminóle. Dizionario di Criminología. Va- llardi. Milano, Italia, 1943, p. 707. 211 VÉRSELE, C . S. La Política Criminal. Comunicación presentada al Primer Co- loquio sobre Política Criminal en América Latina. México, 9-12 de agosto de 1976, pp. 3-4. 116 CRIMINOLOGÍA V.3. POLÍTICA ¿Qué significa la palabra Política, dentro de este contexto? La ex- plicación nos la da brillantemente VÉRSELE, al afirmar que si no nos ocupamos de la modificación de estructuras político-sociales en las cuales se dan las conductas antisociales, no estamos resolviendo en realidad el problema, solo es una lucha parcial y superficialmente inútil. Por esto es necesario vincular la prevención y lucha contra el crimen con la acción política, en la cual se postulan metas a reali- zar por el estado; partiendo de la definición de que política es la ciencia, arte y virtud del bien común. Para LUKIC la política es: "El conjunto de actividades socialmen- te conscientes encaminadas a conseguir unas metas determinadas, mientras que en el sentido más estrecho del término, estas activida- des se realizan en el estado, o más bien por intermedio del estado" .^^'^ Aunque la definición de Lukic sobre política la describe como actividad consciente, algunos escritores afirman que el hecho de la toma de decisiones va más allá del acto basado únicamente en el conocimiento positivo, porque la toma de decisiones está orientada hacia determinados objetivos ideológicos que reflejan las categorías de valores y además tiene que tomar cuenta de las realidades existen- tes (realidades económicas, grado de conciencia social, y otras del mismo orden). De este modo afirma que ya se ha convertido la política en el arte de lo posible, agregando Vodopivec que: "La ciencia^ explora la rea- lidad mientras la política evalúa la oportunidad".2i3 V.4. POLÍTICA CRIMINOLÓGICA En lo que se refiere al adjetivo "criminal", éste se utiliza como sinónimo de criminoso. Por lo que autores como GRAMÁTICA y BE_ LLONI prefieren usar el término anticriminal. Esto es, el término criminal ha sufrido cambios bruscos en nues- tro tiempo, en virtud del desarrollo científico y técnico. Hoy por hoy 212 LUKIC. Citado por VODOPIVEC, KATJA. Relación existente entre la investigación científica y política criminológica. Informe presentado al VI Congreso Internacional de Criminología. Madrid, España, 1970, p. 25. 213 VODOPIVEC, KATJA. Op. cit., p. 25. LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 117 son Utilizados los términos de "Desviación" y de "Patología Social" ya que, como afirma FRANCISCO CANESTRI,^" hay una nueva gama de hechos como los accidentes de tránsito, el abuso de las drogas, la polu- ción tóxica, etc., "que obliga al estado a no circunscribir al concep»- to de criminalidad en su acepción clásica; y realizar una lucha efec- tiva contra estos males en forma de estrategia global". Así, hemos afirmado que el crimen es una amenaza para la salud pública; y por crimen no entendemos única y exclusivamente a aque- llos hechos tipificados por u n Código Penal, sino por el contrario, lo entendemos en el sentido más amplio, en su sentido de conducta an- tisocial.^^^ Es así que los hechos que alteran la paz, la seguridad y la salud públicas, deben estudiarse como una expresión de Patolo- gía Social. Entendiendo el crimen en esta amplia acepción, la política que ha de seguirse es anti-criminal y no criminal, pues este término pue- de entenderse como adjetivo, cojifundiendo entonces la Política Cri- minal (es decir antisocial, patológica, dañina) con la Política Crimi- nológica, que toma los conocimientos de la síntesis lograda por la Criminología para aplicar medidas concretas en la lucha anticri- men. Estas medidas pueden ser jurídicas, pero no necesariamente. Por razones anteriores, usaremos el término de "Criminológica" en lugar de "Criminal" (que además puede confundirse con uno de los niveles de interpretación), aclarando que, en las citas textuales, respetaremos el término original de cada autor. V.5. POLÍTICA CRIMINOLÓGICA Y DERECHO Algunos autores consideran que la Política Criminológica es sim- plemente "el aprovechamiento práctico, por parte del legislador, de los conocimientos adquiridos por las ciencias penales, a fin de dic- tar las disposiciones pertinentes para el logro de la conservación bá- sica del orden social".^i" En este mismo sentido se pronuncia LANGLE: "Yo entiendo por Política Criminal la reforma regular de la Legis- 214 CANESTRI, FRANasco (Prof.) . Aspecto Criminológico. Ponencia presentada a las Primeras Jornadas de Defensa Social en América Latina. 5 y 7 de agosto de 1974. Caracas, Venezuela, p . 68. 215 RODRÍGUEZ MANEANERA, LUIS (Dr.). El crimen como máxima expresión en Patología Social. Salud Pública de México. Época V,, Vol. XV, N? 1, p p . 59 y ss. Mé- xico, 1973. 216 CASTELLANOS TENA, FERNANDO. Lincamientos Elementales de Derecho Penal. Edi- torial Porrúa, S. A., México, 1969, p. 29. 118 CRIMINOLOGÍA lacíón Penal, a provecho del bien común. Política Criminal es Po- lítica de Legislación Penal".^" Otros tienen un concepto más amplio, considerando que la Po- Htica Criminológica no se reduce tan sólo a legislar o des-legislar, sino a tomar medidas preventivas de carácter social, económico, psi- cológico, etc., así: Belloni, Gautier, Ferri, Dorado Montero, Von Liszt, Maggiore, Quiroz Cuarón, etc. Hemos dicho que la Política Criminológica no se agota en el sim- ple arte legislativo, aunque Política y Derecho aparecen estrecha- mente unidos. Roxin dice que: "El transformar los conocimientos criminológi- cos en exigencias político-criminales, y éstas a su vez en reglas jurí- dicas de lege lata o ferenda, es un proceso cuyos estudios concretos son igualmente importantes y necesarios para el establecimiento de lo socialmente justo".^^^ Previamente afirma que la Política Crimi- nológica, que se enfrenta con los fines y contenidos sociales del De- recho Penal, está situada fuera de lo jurídico.^^' Además, estamos de acuerdo con Vérsele en que en verdad, es a la Política Democrática, más que al Derecho al que debemos pedir la solución de la crisis de la justicia penal y del control de la crimina- lidad. El Derecho y la Técnica Jurídica pura no son suficientes para ¿ombatir racional ni eficazmente al fenómeno de la delincuencia. La Política Criminológica no es en primer lugar, ni exclusiva- mente, la tarea de los juristas. Es en verdad la tarea, tanto de los re- presentantes del pueblo, como de las autoridades democráticas, de los especialistas de las varias Ciencias del Hombre y de la colectivi- dad-comunidad. 220 La evolución de las ciencias humanas y sociales, como la evolución de la democracia y la convivencia social, fueron tal que la Política Criminológica no está ya fundada en una Criminología del derecho tal que la impostura de formas más amplias escapa al dominio de lo Jurídico y de lo Judicial.^'*^ Decía BACIGALUPO en uno de sus brillantes cursos ^'^ que "lo im- portante no es la dogmática, sino el uso que se le dé en la Política 31T LANCLE. Op. cit., p. 19. 218 ROXIN, CLAUS. Política Criminal y Sistema del Derecho Penal. Rosch. Barce- lona, España, p. 77. 210 Ibídem, p. 25. 220 VÉRSELE. Op. cit., 201, p. 59. 221 Ibídem, p. 57. 222 Curso organizado en 1976 por la Sociedad Mexicana de Criminología. LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 119 Criminal. RIGHI agrega que: Los penalistas creen que lo más impor- tante es la armonía del sistema, en realidad lo importante es la ope- ratividad. La bondad del sistema se mide por la fomia como resuelve el problema práctico. Recordamos con preocupación una frase de Szabó: "Los órganos de protección social están mental y técnicamente equipados para combatir una criminalidad en vías de desaparición".^^ Lo que implica que los cambios requeridos no son tanto de leyes como de estructuras; de estructuras sociales, políticas y mentales. En realidad una buena, adecuada, correcta Política Criminológi- ca lograría evitar las conductas antisociales antes que se produjeran, y quizá antes de que fuera necesario legislar. V.6. POUTICA CRIMINOLÓGICA Y POLÍTICA SOCIAL En el momento actual, todas las sociedades se transforman con gran velocidad, produciendo factores criminógenos y nuevas fonnas de criminalidad. Es necesario que cada país, cultura y civilización indiquen los males que a ella afectan, ya que el crimen solamente podrá ser ana- lizado estudiando la estructura que lo ha producido, es decir el fe- nómeno de la criminalidad no podrá explicarse si no es dentro de un contexto social que se da en un tiempo y en un espacio espe- cíficos. Las formas y modalidades de la criminalidad se han ido transfor- mando a la par del desarrollo social, no así nuestros sistemas de pre- vención; que en el momento actual se encuentran desvinculados de los cambios técnicos y científicos, lo que acarrea su ineficacia. Ya decíamos que los órganos de protección social están mental- mente y técnicamente equipados para combatir una criminalidad en vías de desaparición. Esta frase tan atinada, ya expresada desde 1965 por Szabó, mues- tra la ineficacia institucional a la que tenemos que enfrentamos. Nuestras leyes. Códigos, Instituciones Sociales, Poder Judicial, etc., han ido en el transcurso del tiempo anquilosándose hasta em- pezar a producir lo mismo que combaten. El precio del progreso y de la transformación socio-económica 223 SZABO, DENIS. "Sociedades de masa e inadaptación". Revista Social Francesa N? 5, p. 472 y ss. Francia, 1965. 120 CRIMINOLOGÍA exigidos por la sociedad de consumo que se ha desarrollado es eleva- do en términos de inadaptación y delincuencia.^^ En la mayoría de los países el Derecho Penal es un subsistema excesivamente estático del control social. Como todo sistema jurídico, se funda en normas cuya estabilidad asegura ciertamente la seguri- dad de los justiciables, pero que no implica una discordancia entre los "bienes jurídicos protegidos" y las necesidades e intereses actua- les de una vida social que durante los últimos decenios ha sido par- ticularmente móvil.^^** Los países latinoamericanos llamados por muchos "en vías de desarrollo" nos ponen en presencia de una criminalidad de inadap- tación económica y cultural en los barrios miserables de las ciuda- des.22« Por otro lado los cambios técnicos han producido nuevas formas de criminalidad que quedan fuera de nuestros Códigos (algunos ya centenarios), entre las que tenemos varias actividades engañosas que obstaculizan el desarrollo de los países pobres, nos referimos a esta parte de la "cifra negra", también llamada "zona gris", que se inte- gra por las actividades ilegales o cuasilegales no detectadas, ya que comportan ocultas y complicadas transacciones y procedimientos re- finados de contabilidad. Aparte de las "cifras negras" de los delincuentes que evitan toda detención policial, existen, como ya lo hemos mencionado, cifras do- radas de criminales que detectan el poder político y que lo ejercen impunemente, perjudicando a los ciudadanos y a la colectividad en beneficio de su oligarquía, o que disponen de un poder económico que se desarrolla en perjuicio del conjunto de la sociedad. Esto nos muestra que muchas veces criminalizamos a quienes sólo requerían ayuda económica, y no perseguimos a quienes realmente necesitan un tratamiento o simplemente un escarmiento por perju- dicar a toda la colectividad. Recordemos, como afirma Luis Fernández Doblado: "Las fron- teras de la represión penal deben ser fijadas en función de la evolu- ción socio-cultural de la colectividad...",^^ y que "La complejidad 224 Cfr. SzABO, DENIS. "Urbanization et Criminalité" (Chronique Sociale de f r u n c e ) . Cahier 3, 77* anneé, p . 355, Francia, 1969. 225 VÉRSELE, C . SEVERIN. Conclusiones de las Secciones de Trabajo. Publicación de las Primeras Jornadas de Defensa Social en América Latina. 5 y 7 de agosto de 1974. Caracas, Venezuela, p . 196. 220 PiNiATEL, JEAN. La Societe Criminogene. Calman Lévy. París, Francia, 1971, p . 29. 227 FERNÁNDEZ DOBLADO, LUIS (Líe.). Substitutivos de la Pena de Prisión. Comu- nicación presentada al VI Congreso Penitenciario. Monterrey, N. L., 1976, p . 7. LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 121 de la estructura social ha modificado lentamente el estilo crimi- nal".22« La prevención criminológica ha dejado de caminar por los rieles del progreso, sus vectores se dirigen cada uno simultáneamente a diversas direcciones, sin una planificación debidamente integrada. Los países subdesarrollados, en lo que se refiere al campo inter- nacional, se enfrentan con un impacto que los debilita; este es el mundo de la economía, por medio de las presiones del control de valores, las actividades de las transnacionales, los precios de transfe- rencia, la venta de tecnología obsoleta, etc., por lo cual no pueden substraerse de una crisis general que paraliza irremediablemente su ruta de desarrollo. Por eso si analizamos la prevención del crimen y la justicia penal dentro de este contexto, encontramos que posee lacras, ineficacia, co- rrupción, puesto que se encuentra esencialmente viciada. Es necesario iniciar un programa de prevención que contemple todos los aspectos humanos, tomando en cuenta los factores de cam- bio; debe ser un plan proyectivo, es decir, que prevea (mediante métodos de evaluación), nuevas necesidades y llevar así a cabo una actualización continua, dentro de un marco económico-social que asegure una auténtica Justicia Social. Es necesario asimismo estudiar las repercusiones del delito en todos sus aspectos en relación con la vida nacional, ya que éste po- see "un costo social" que modifica Ja economía. En Ginebra, Suiza, en el V Congreso de Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, se esbozó el interés de preparar algunos cálculos acerca de esto; en México exis- ten ya desde hace tiempo los estudios realizados por el Dr. Alfonso Quiroz Cuarón.^^ Se hizo referencia a que se deben mejorar o crear mecanismos de evaluación de las consecuencias económicas sociales del delito, para lo cual existen criterios básicos como son el análisis en materia costo- beneficio, que nos proporcionen esquemas más viables y productivos. Y concluyendo este aparato diremos que es necesario partir, para hacer una política criminológica, de defensa social adecuada, de "una visión global de la sociedad en un momento y en unas circunstancias 228 IIoucHONi, GuY. Orden de Preferencia en Materia de Investigación Crimino- lógica. ¿Qué criterios deben ser considerados en este ámbito? Informe presentado al IV Congreso Interacional d e Criminología. Sep. 21-27. Madrid, España. 1970, p . 2. 229 QUIROZ CUARÓN, ALFONSO; QUIROZ CÜARÓN, RAÚL. El Costo Social del Delito. Bo- tas, México, 1970. 122 CRIMINOLOGÍA determinadas, es necesario insertar a la Criminología en el complejo de todas las ciencias, insertar al delincuente en la comunidad de sus hermanos y plantear a la Política Criminal dentro del cuadro de una Política General con la que se persigan la libertad, la justicia indi- vidual y social y el desarrollo provechoso para todos los hombres y para todos los pueblos".^'* Lo anterior nos obliga primero a instrumentarnos con una debida planeación, unas buenas estadísticas y un buen articulado de la pre- vención, que aseguren una óptima correlación entre política crimi- nológica y desarrollo nacional e internacional. V.7. POLÍTICA LEGISLATIVA Como hemos asentado, es inaceptable el considerar la Política Criminológica como una ciencia jurídica, sentido estrecho en que la consideran Jiménez de Asúa y Goppinger, pues la finalidad rebasa en mucho el simple cambio de legislación. Aún jurídicamente, la Política Criminológica no nada más es crear normas, sino la aplicación correcta de éstas. Podríamos con buen criterio dividir la política criminológica en diferentes momentos y veremos que solamente algunos de ellos intervienen dentro de las ciencias jurídico-represivas. Un primer momento de la Política Criminológica puede ser (aun- que no necesariamente) el legislativo, uno de los más importantes, sin embargo no el más importante. En México padecemos de ima verdadera legislomanía, le damos a la ley atribuciones mágicas que no tiene. Cuando queremos resolver un problema hacemos una ley y creemos que con eso se resolvió el problema, entonces tenemos una de las colecciones de leyes más impresionantes del mundo, con 32 códigos penales, 33 procesales penales, etc.; llegamos a absurdos como el de la Legislación del Departamento del Distrito Federal, en que encontramos que hay hasta un Reglamento sobre la forma de aplicar los primeros auxilios. "Así pues, no es raro que, ante la comisión de algún crimen con características sensacionales, se llega a desatar tal conmoción colecti- va que, incluso, lleva al país a la promulgación de leyes casuísticas. 280 GARCÍA RAMÍREZ, SERGIO (Dr.). Discurso de Clausura del Primer Coloquio sobre Política Criminal en América iMtina. México, 9-12 agosto, 1976, p. 1-2. LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 125 eminentemente represivas, que en modo alguno contribuyen a la erradicación del mal perseguido''.^^! Estos dos fenómenos, la inflación penal y la superstición de la ley,. han sido abundantemente estudiados por los criminólogos contempo- ráneos, y se consideran en todo el mundo como graves problemas a resolver por la Política Criminológica, lo que indica la necesidad más; de deslegislar que de legislar.''^^ La ley, lejos de ser sentida como protectora, puede ser percibida como violencia, cuando, esotérica, inflacionista y cambiante, no pue- de ser conocida razonablemente.^* Desde luego que es básico el arte legislativo, ya que no se tra- ta nada más de hacer leyes, sino de hacer leyes coherentes, de hacer leyes que se cumplan; el hacer leyes que nunca se van a cumplir es simulación y este es uno de los puntos en que la Criminología es bá- sica; pues viene el dilema de si el legislador en lo penal debe de le- gislar de acuerdo con los conocimientos que le da la Criminología o de acuerdo a lo que él piensa que debe ser, o de acuerdo a lo que conviene al partido al que pertenece. Ya Vallarta señalaba que: "El legislador no puede justificar sus actos con brillantes juegos de pala- bras que nada dicen en la esfera de la práctica".^* Es interesante la opinión de Vérsele y Van de Velde: "En la de- mocracia parlamentaria, los elegidos deberían representar la volun- tad de sus electores. En realidad, en la mayoría de los países no es así, porque la voluntad de los ciudadanos se deforma a través de las estrategias de los partidos políticos. Nuestros sistemas de democracia parlamentaria se fundan más en una partidocracia que en una de- mocracia".''^* Podríamos proporcionar muchos ejemplos de aberraciones en el aspecto legislativo y aun podríamos ver cómo en muchas ocasiones la ley en lugar de convertirse en un instrumento regulador o norma- tivo del delito se convierte en u n factor criminógeno. 231 MONTERO CASTRO, JORGE A. Problemas y Necesidades de la PoUtica CriminaT en América Latina. Instituto Latinoamericano para la Prevención del Delito y Trata- miento del Delincuente. ONU. 1976, p. 5. 232 En este sentido véase nuestro artículo IM Descriminalización, en Revista Mexi- cana de Criminología N° 1, México, 1976, pp. 53 y ss. 233 Comité d'Études Sur la Violence, la Criminalité et la Deltnquance. Réponscs a la Violence. La Documentation Fran^aise. Francia, 1977, p. 137. 234 VALLARTA, ICNAOO L . Obras Inéditas. Tomo VI. J. Joaquín Terrazas e Hijas, Impresor. México, 1897, p. 72. 236 VERSELLE, SEVERIN CARLOS y VAN DE VELDE-GRAFF, DOMINIQUE. Marginalilé ou Marginalisation? Rciue de l'Institut de Sociologie. Université Libre de Bruxelles. Bél- gica, 1976, p. 32. 124 CRIMINOLOGÍA Uno de los fenómenos más interesantes estudiados por la Crimi- nología, son los casos en que, tratando de prevenir un delito, se pro- voca la comisión de otros delitos más graves; tal es el caso del delito de exposición de menores, que lleva al aborto o al infanticidio, o de la punición del aborto, que lleva al homicidio o al infanticidio, o quizá el ejemplo más manido, el de la prohibición o "ley seca", que produjo el estallido de criminalidad común, más notorio de este siglo en los Estados Unidos de Norteamérica. Nos adherimos a la conclusión de Roxin en que los tres requisitos fundamentales que deben exigirse a un sistema fructífero son: 1? Claridad y ordenación conceptual; 2° Referencia a la realidad; 3? Orientación en finalidades político criminales.^^s V.8. POUTICA JUDICIAL Después del momento legislativo, una ley bien hecha, una ley bien elaborada, una ley que sepamos que es justa, positiva y vigente (tres características básicas para que una ley sirva, pues si le falta una de las tres no es eficaz) ; debemos de buscar su correcta aplica- ción y aquí es donde la Política Criminológica queda en manos de los jueces, lo que representa una terrible responsabilidad. El momento judicial es muy importante, mucho se ha estudiado cómo una equivocada política de los jueces se convierte en factor cri- minógeno. Compartimos la opinión de Dn. Aureliano Hernández Pa- lacios de que "Es más importante un buen juez que una buena Vérsele asegura con razón que: "La formación de un juez no pue- de ya limitarse a conocer bien la ley, y aplicar correctamente sus pre- ceptos, la formación de los jueces debe comportar su preparación al arte de juzgar, es decir, el arte de comprender también factores y de- cisiones no jurídicas y a tomarlas en cuenta en sus decisiones".^^ Y nos preguntaríamos, con Roxin, "¿Para qué sirve la solución de un problema jurídico que, a pesar de su hermosa claridad y uni- formidad, es desde el punto de vista político criminal erróneo?".^® 236 ROXIN. Op. cit., p . 33. 237 HERNÁNDEZ PALACIOS, AURELIANO. Discurso de Inauguración de la Maestría de Ciencias Penales. Jalapa, Veracruz (México), 1976. 238 VERSEIJÉ. Op. cit. (225) , p . 206. 23» ROXIN. Op. cit. LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 125 Los jueces se ven obligados a actuar dentro de una política cri- minológica general, y son una pieza importante del sistema, por esto la necesidad de su cuidadosa selección y especial preparación. La equivocada política legislativa de inflación penal repercute seriamente en lo judicial, ya que recarga el trabajo de losi tribunales, lo que es grave principalmente en los casos en que el acusado está de- tenido en prisión preventiva. Se ha aconsejado acelerar, desjudicializar y desdramatizar la jus- ticia penal, pues su lentitud paquidérmica, el abuso de la materia penal, el exceso de fórmulas incomprensibles y esotéricas, los ritua- lismos, la solemnidad pedante e inútil, hacen que el ciudadano co- mún haya perdido fe en ella. Es urgente, como dice Mira y López, crear consultorios jurídi- cos públicos, en los que juristas solventes, especializados en diversos aspectos del Derecho, contesten gratuitamente las consultas que pue- dan serle hechas por personas desprovistas de medios económicos, re- ferentes al uso de sus derechos o al cumplimiento de sus deberes. Hay, en efecto, que tener en cuenta que gran número de personas, cuando menos en nuestro país, cometen delitos por ignorancia de las leyes que los definen y fijan su responsabilidad individual.^* V.9. POLÍTICA PENITENCIARIA Ya mencionamos que sólo en ocasiones es necesario legislar, ahora bien, la ley debe ir acompañada de los medios para cumplirse, es decir, debe estar instrumentada; esto lo veremos muy claro en la cuestión penitenciaria, en que bellas leyes sin instituciones, edificios, presupuesto y personal capacitado y seleccionado, quedan tan solo en buenos deseos. La Política Penitenciaria representa uno de los problemas claves, y es donde se han encontrado mayor número de fracasos y frustra- ciones, aunque también en algunos casos excepcionales éxitos. En mucho la Política Penitenciaria no puede funcionar adecua- damente por la lentitud del Poder Judicial, que llega a alargar los procesos por más de un año, con la consiguiente aglomeración y su- perpoblación en la prisión preventiva. Es necesario no sólo transformar las prisiones en instituciones de 240 MIRA Y LÓPEZ, EMILIO. Manual de Psicología Jurídica. Buenos Aires, Argen- tina, I96I. 126 CRIMINOLOGÍA tratamiento, sino buscar el mayor número de subtitutivos de la pena de prisión,^" que ya ha demostrado con la mayor amplitud su inefi- cacia. Son válidas las críticas a la Criminología y a la Política Crimino- lógica en cuanto que se han convertido en Criminología carcelaria y Política carcelaria. La pena de prisión debe ser el último y desesperado recurso de defensa social, no es posible continuar con el abuso que de la prisión (tanto preventiva como penitenciaria) se ha hecho. Creemos que la Penología debe ser la base de la Política peni- tenciaria, ya que es la ciencia que más datos aporta al conocimiento de la eficacia (o ineficacia) de las penas. No cabe duda que gran parte de la Política penitenciaria debe dirigirse a la atención de los sujetos que ya han cumplido una pena.2*2 El principio por el que debe regirse toda la Política penitenciaria es el principio de necesidad, pues sólo deben ejecutarse las penas estrictamente indispensables para los fines de prevención. V.IO. CONCEPTO DE PREVENCIÓN Por prevenir debe entenderse prever, conocer de antemano un daño o perjuicio, así como preparar, aparejar y disponer con antici- pación las cosas necesarias para un fin. En materia criminológica, prevenir es el conocer con anticipación la probabilidad de una conducta criminal, disponiendo los medios necesarios para evitarla. Prevención, nos dice el Prof. Ceccaldi, es la "política de conjunto que tiende a suprimir o al menos a reducir los factores de delincuen- cia o inadaptación social".^^ Peter Lejins habla de tres modos de prevención: a) Prevención punitiva que se fundamenta en la intimidación, en el desistimiento por medio de la amenaza penal. 241 cfr. RODRÍGUEZ MANZANERA, LUIS. Substitutivos de la Pena de Prisión. Ponencia presentada al VI Congreso Nacional Penitendarío. Monterrey, Nuevo León (México). Octubre 1976. p. 15. 242 Cfr. GARCÍA RAMÍREZ, SERGIO. Asistencia a reos liberados. Ediciones Botas. Mé- xico, 1966. 243 CECCALDI, P . F . Prevención. En Revista Internacional de Política Criminal. ONU, 1963, p. 21. LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 127 b) Prevención mecánica. Trata de crear obstáculos que le cierren el camino al delincuente. c) Prevención colectiva. Trata de detectar y eliminar si es posible, los factores criminógenos en la vida; se trata en una forma no penal la predelincuencia. Para Canivell existen tres formas de prevención:^* lo. Prevención primaria. Toda actividad de carácter general que tiene un fin de saneamiento social que se espera evite o reduzca la incidencia de fenómenos delictivos y de los que producen riesgos a la comunidad. 2o. Prevención secundaria. Es la que se ejerce sobre personas de las que se pueda afirmar la posibilidad o la probabilidad de come- ter delitos o de adoptar un género de vida que las pueda hacer es- pecialmente peligrosas. 3o. Prevención terciaria. Es la que se propone evitar que perso- nas que ya han delinquido o incurrido en actividades especialmente peligrosas, persistan en su conducta socialmente nociva. Existen diversas maneras de agrupar las medidas de prevención; así, pueden ser generales e individuales, de acuerdo con los factores que generan; Barreto^*® prefiere clasificar basándose en ciertas dis- tinciones como son: a) Los objetos del delito. b) Los medios del delito. c) El autor del delito. Sánchez Galindo dice que "debemos prevenir antes que castigar: las sociedades del futuro deberán establecer métodos de prevención y tablas de predicción de tal suerte eficaces y valiosas que, aplicadas a tiempo hagan las prisiones —por humanas y científicas que s e a n - objetos del pasado".^*^ Como profetizó Enrico Ferri ^^T en un celebrado discurso pronun- ciado en 1901: "Creemos que la represión jugará un papel sin impor- tancia en el futuro. Creemos que cada rama de la legislación llegará 244 CANIVELL, JOAQUÍN MARTÍN. Prevención y Previsión del Delito. En "Peligrosidad Sodal y Medidas de Seguridad". Universidad de Valencia, España, 1974, p . 271. 245 BARRETO RANCEL, GUSTAVO. Política de Prevención Social. Ponenda al VI Con- greso Nadonal Penitendario. Monterrey, México, 1976. 246 SÁNCHEZ GALINDO, ANTONIO. El perfil del delincuente en el Estado de México. Revista Mexicana de Prevención y Readaptación Social. N9 17, México, 1975, p . 108. 247 FERRI, ENRICO Three Lectures. University o£ Pittsburgh Press. USA. 1968. 128 CRIMINOLOGÍA a preferir los remedios de la higiene social a aquellos remedios sin- tomáticos y que los aplicará de día a día. Y así es como llegamos a la teoría de la prevención del crimen. No debe olvidarse, en materia de prevención, la célebre senten- cia de Nicéforo: Aún manteniéndose en estrecho contacto con cada innovación o con cada progreso de la ciencia, la Criminología se abs- tendrá de cultivar falsas ilusiones: La desaparición del delito no pue- de ser más que una de tales ilusiones, porque existirá más bien trans- formación que desaparición, y más bien atenuación (en este o aquel período) que desaparición, todo a través de ciclos de exaltación y de depresión de la actividad criminal.^* V.ll. OBJETIVOS DE LA PREVENCIÓN Los objetivos de la prevención son, siguiendo a Pizzotti Mén- dez:2« a) Las investigaciones encaminadas para la obtención de un diag- nóstico sobre las actitudes personales y los hechos sociales concurren- tes a la génesis del delito, así como otros tipos de comportamiento o componentes de situación pre-delictiva. b) La evaluación de las investigaciones criminológicas para esta- blecer un plano de profilaxis social con el fin de disminuir la inci- dencia delictiva. c) La formación de personal adecuado para aplicar las medidas inherentes a la prevención, y para la aplicación de medidas de pro- filaxis criminal. d) La centralización, confección y publicación de estadísticas y tablas de prognosis criminal. e) La realización de campañas de orientación de la colectividad para obtener su colaboración en la prevención del delito. f) La elaboración de proyectos de ley, de reglamentos, normas y procedimientos relacionados con la política antidelictiva. g) El estudio y la coordinación de todo lo que se refiera a asis- 24S NicaÉFORO, ALFREDO. Criminología. En Dizionaiio di Criminología. Vallardi, Edi- tores, 1943, p. 220. 249 PIZZOTTI MENDES, NELSON. Prevengao do Delito e Proposifoes sobre a Política de Defesa Social no Plano de Desenvolvimento do Brasil. Arquivos da Policía Civil de Sao Paulo. Vol. XXVI, Brasil, 1975, p. 219. LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 129 tencia oficial a eventos nacionales e internacionales relacionados con la etiología y la prevención del delito. h) La aplicación de medidas de profilaxis social. V.12. PLANEANDO LA PREVENCIÓN La prevención no puede hacerse empíricamente, yunque es común en todo el mundo que los programas de prevención sean inorgáni- cos y que las técnicas más modernas se encuentren parcial y escasa- mente desarrolladas; es necesario principiar por planificar la pre- vención, y posteriormente hacer una evaluación de los programas preventivos, sus métodos y finalidades. A continuación exponemos la forma de hacer un plan de preven- ción (basándose en Peña Núñez) .^^ Este plan se basa en 5 pasos con- secutivos. 1. Actividades previas. a) Fijar objetivos. b) Establecer el personal técnico que se encargará de realizar y dirigir el planeamiento. c) Información. Despertar el interés y buscar la participación de la opinión pública. 2. Elaborar el proyecto del plan. a) Determinar las necesidades de asistencia. b) Evaluar la capacidad asistencíal (y el déficit asistencial). c) Determinar las causas principales a las que el déficit puede atribuirse. d) Formación del proyecto de plan. 3. Consulta y adopción del plan. 4. Ejecución del plan con objetivos a tres plazos: largo, mediano y corto. Esta es la fase de los centros piloto de demostración y experimentación. 250 PEÑA NÚÑEZ, JULIO, La Pievención de la Delincuencia. "Criminalia". Año XXIX. México, 1963, p. 757 ss. 130 CRIMINOLOGÍA 5. Evaluación, replaneamiento y adopción del plan definitivo. La única forma de hacer un plan de éstos es, en nuestra opinión: A) Conocimiento integral del problema. B) La formación de comisiones intersecretariales. C) Participación de la comunidad, principalmente: a) Participación de las familias (Sociedades de padres). b) Participación de las organizaciones privadas que en cualquier forma tienen contacto con los jóvenes (clubes, sociedades, escultismo. Iglesia, etc.). c) Participación de las escuelas, talleres, sindicatos, etc. En México, así como en la mayoría de los países de Latinoamé- rica, no hay un plan bien definido de prevención; la actividad en lo general es puramente represiva, ya que se espera a que el individuo cometa un delito para castigarlo, es decir, que se ataca el hecho delic- tuoso, no las causas que lo producen, o los factores que lo favorecen, aunque es de justicia reconocer los adelantos en lo referente a pre- paración de personal y construcción de modernas instalaciones, prin- cipio indispensable para cualquier intento en materia de prevención. En México se ha iniciado una gran reforma penal que principia a dar sus primeros frutos.*" V.13. EL PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Antes de pretender planificar la solución del problema debe ha- cerse un profundo estudio de la situación socio-económica y política de cada país. La Historia Patria nos puede dar valiosa información sobre el desarrollo psico-social del pueblo. Los países latinoamerica- nos son naciones con características y cultura propias, por lo que de- ben buscarse soluciones propias también, evitando el nefasto vicio de la imitación. El punto anterior no excluye el estudio y adecua- ción de sistemas que han demostrado ser efectivos en otros lugares. Aquí debemos insistir sobre la necesidad de estadísticas para co- nocer el problema, pues estamos de acuerdo en que "no podrá existir investigación criminológica si se carece de datos estadísticos confia- bles y con propósitos definidos".'^''^ 261 Cfr. GARCÍA RAMÍREZ, SERGIO. La Reforma Penal de 1971. Edidones Botas. Mé- xico, 1971. 262 MONTERO CASTRO. Op. cit., p. 7. LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 131 No debemos olvidar que algunas modernas modalidades de crimi- nalidad, como la violencia generalizada, la contaminación del am- biente, la delincuencia transnacional y la delincuencia juvenil son fenómenos universales, y que van más allá de las causas locales, dis- tinguiéndose como factores generales: la revolución tecnológica, la explosión demográfica, la abundancia de medios de comunicación, la inestabilidad y continua transformación geopolítica, etc. El problema de la criminalidad de menores comprende conduc- tas muy diversas, que van desde el comportamiento social agresivo hasta las inhibiciones que predisponen al menor a ser víctima, pa- sando desde luego por comportamientos delictivos colectivos e incon- trolables; de aquí la necesidad de distinguirlas y clasificarlas, restrin- giendo el término "delincuente juvenil", al joven transgresor de la ley penal, y plantear con gran claridad los conceptos de "peligrosi- dad" y "desviación". Además, son necesarios estudios de la nifíez y la juventud en ge- neral, para poder tener patrones válidos de comparación entre me- nores delincuentes y no delincuentes. La delincuencia transnacional, tanto en sus expresiones de crimi- nalidad común (tráfico de drogas, trata de blancas), como en sus manifestaciones de criminalidad de "cuello blanco" o "semilegal" (tráfico de divisas, manejo de bolsa de valores, adulteración de ali- mentos o de medicamentos), nos plantea nuevos problemas que no pueden combatirse con los medios tradicionales, ni prevenirse por un solo país. V.14. PLANIFICACIÓN Planificar es hacer el plan o proyecto de una acción. Para nuestro estudio debe entenderse como una operación política y técnica que tiene por finalidad la transformación dirigida de un lado a las condiciones generales de vida, de las que forma parte la justicia, y por otro a las instituciones, servicios y medios directamen- te relacionados con esas condiciones de vida. Planificar, en Política Criminológica, "es la preparación racional de los objetivos y de los medios necesarios para llevar a cabo una política criminal (criminológica) de justicia, socialmente eficaz y justa".2B3 2B3 D E GORDO, CORDERO ALVAREZ M . E . Planificación de la Política Criminal dentro 132 CRIMINOLOGÍA "Es la sistematización sociopolítica y técnica de prioridades, acti- vidades y medios dirigidos a la implantación de una política criminal de índole social." *" Es necesario un órgano donde se coordine la planificación. La noiultiplicidad de planes n o es benéfica, e impide dirigir y evaluar co- rrectamente la política. Por lo complejo de la actividad preventiva, se capta como indis- pensable el eje central que debe quedar ubicado dentro de la es- tructura administrativa en forma intersecretarial. Consideramos con Barreto^^ que la planificación de la política de prevención debe tener los siguientes requerimientos: I' Considerar la complejidad del fenómeno delictivo. 2' Considerar las realidades actuales y futuras. 3» Considerar los problemas en su sistema político y económico. 4» Considerar la base humana en la comisión del delito. 5» Considerar todos los recursos disponibles. Una de las dificultades graves para hacer la planificación, es el divorcio de técnicos y políticos, así "las investigaciones de planifica- ción no deben ser el solo hecho de investigadores profesionales; se deben implicar en ella los practicantes y los llamados 'decition ma- kers', los que deben tomar las decisiones. Demasiado a menudo ob- servamos que las investigaciones dan resultados indicativos serios, pero que no se aplican porque los que debían tomar las decisiones de apli- cación, o aplicarlas, no habían sido implicados en la investigación, y esta investigación debe ser también lo que llamamos una 'action research', es decir una investigación orientada hacia la política con- creta, desarrollada en situaciones concretas''.^"* V.15. PROGRAMAS DE PREVENCIÓN Y EVALUACIÓN Deben distinguirse dos tipos de programa de prevención, el pri- mero es la acción que se aplica a un factor criminógeno (programa unitario), el segundo es el programa combinado, que se aplica en me- dios de alto índice de delincuencia. del Desarrollo Nacional- (Venezuela), Primer Coloquio sobre Política Criminal en Amé- rica latina, México, 1976, p. 83. 2M VÉRSELE, CARLOS S. Op. cit., p. 10. 255 BARRETO. Op. cit., p. 6. 256 VÉRSELE. Op. cit. (Conclusiones..-), p. 202. LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 138 A) Programas unitarios En los programas unitarios, son condiciones necesarias para con- trolar los resultados: la adecuada elección del factor criminógeno, el cual debe ser indudable y de tal naturaleza que pueda ser tratado con acciones simples (vigilancia policíaca, iluminación, apertura de campos deportivos, escuelas, etc.) • El medio debe ser múltiple (varias localidades) y diverso, con un notable índice de delincuencia para poder comparar. La acción preventiva, además de simple, debe ser fácil de aplicar, no necesitar personal altamente capacitado, y poder ser evaluada en breve (meses). El criterio principal de evaluación debe ser la variación de la proporción de la delincuencia, la que debe compararse siempre con la de otras localidades en que no se hayan aplicado las medidas pre- ventivas. Además, tenemos criterios parciales o secundarios, como: en me- nores, mayor asistencia a la escuela, menor reprobación, menos fugas del hogar; en adultos, menor ausentismo en el trabajo, menor índi- ce de drogadicción, menor alcoholismo. Finalmente, debe procurarse tener las correlaciones establecidas de antemano, y recordar que ciertas formas de averiguación son en sí una forma de intervención del fenómeno. B) Programen combinados Se aplican generalmente a medios altamente criminógenos, donde se combinan múltiples factores (superpoblación, miserias, ignoran- cia, etc.), y en lo que, comúnmente, se da el fenómeno de subcul- turas criminales. La acción, por lo tanto es compleja, coordinando diversas medi- das elementales, dirigiendo su acción a las pandillas, y pudiendo du- rar varios años, por lo que la evaluación no puede hacerse de in- mediato. Para evaluar, se utilizan los mismos criterios antes citados, te- niendo un gran cuidado, pues la cantidad de variables es mucho mayor. Se han utilizado en esto el follow-up study, estudio longitudinal de casos, en que se siguen observaciones que duran 5 a 10 años. 134 CRIMINOLOGÍA El manejo de grupos de control es también más difícil en estos programas, pero muy necesario para la evaluación. V.16. EL ÓRGANO DE PREVENCIÓN La prevención debe ser minuciosamente planificada y coordinada. Todos los organismos, públicos o privados, y todas las personas, de- ben participar en la solución del problema. Debe crearse un órgano coordinador y organizar a nivel federal. Este órgano debe estar compuesto por comisiones intersecretariales y con participación de todos aquellos grupos o instituciones que en cualquier forma tengan que ver con problemas de delincuencia. Entre sus múltiples funciones, este órgano debe formar las rela- ciones para la participación de la comunidad en los planes y progra- mas de prevención y de tratamiento. Debe también evitar la concentración del esfuerzo asistencial y proteccional en los grandes centros urbanos, que perjudica a los pe- queños centros de población. El organismo que proponemos se ocuparía de concentrar y elabo- rar los datos referentes a criminalidad, para tener estadísticas que puedan mejorar el conocimiento del problema. Se encargaría tam- bién de organizar y mantener el casillero nacional de identificación. Podría también crear centros de investigación, de orientación y de asistencia, así como clínicas de conducta, bolsas de trabajo, etc. Éste sería el órgano de vigilancia, control y censura de medios de difusión y espectáculos que sean criminógenos y estigmatizantes. Finalmente, sería el órgano adecuado para revisar la legislación, proponer reformas y adiciones, lograr la unificación y hacer que la ley no quedara tan sólo en un simple buen deseo. V.17. PLAN DE DESARROLLO El plan de desarrollo es un instrumento que regula el crecimien- to de la Política Criminológica, fijando una serie de principios que hagan posible su expansión. José María Rico afirma que "se carece de lincamientos generales para la articulación coherente de una política criminal y progresis- LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 135 ta,",267 Esto es indudablemente cierto, así que a continuación trata- mos de establecer algunos lineamientos generales que deben regir el plan de desarrollo. Se debe crear una política criminológica capaz de alcanzar sus ob- jetivos, por lo cual: a) Se debe formar al personal adecuado con criterios de priori- dad y urgencia de diversas especialidades. b) Es necesario producir y forjar los instrumentos necesarios para la misma. Dentro del plan de desarrollo se realizará una jerarquización en los objetivos y se establecerán condiciones, es decir: a) Se enmarcarán los objetivos finales, y b) Se establecerá el orden de importancia, atendiendo al momen- to y circunstancias de la sociedad actual. Es preciso evitar la dispersión de esfuerzos, para lo cual el plan enunciará la resultante a seguir, a la cual deben sumarse los demás vectores. El plan tiene como primer obstáculo a vencer la desproporción existente entre la Política Criminológica actuante y la evolución de la criminalidad. Debe buscarse superar la desproporción, incremen- tando su curva de desarrollo. El plan debe contener un criterio inversionista calculador para emplear sus recursos humanos, materiales, técnicos, etc., a medios am- bientes seleccionados previamente según su capacidad de asimilación, ya que el porcentaje de rechazo al plan evalúa su éxito o fracaso. Es necesario el desarrollo continuo, cuantitativo y cualitativo del plan, en círculos concéntricos que permitan una adecuada expansión. La Política Criminológica debe contener: a) Una organización consolidada. b) Una estrategia que regule el plan. c) Una táctica que permita la realización de la estrategia en la práctica. El plan estará constituido por diversas etapas, que contendrán planes específicos, con un objetivo definido según la etapa; para cada plan se nombrará un "responsable", el cual estará sometido a eva- luación sobre sus logros y a límite de tiempo. 257 RICO, JOSÉ MARÍA. La Descríminización, el Ejemplo Canadiense. XXV Curso Internacional de Criminología. Guayaquil, Ecuador. 23-29 de noviembre, 1975. 136 CRIMINOLOGÍA El crecimiento del plan en los medios elegidos debe ser sincro- nizado. Esto en lo que se refiere tanto a planeación y control, como a evaluación de resultados. Es decir, se deben someter los planes re- gionales a consideración de los planificadores nacionales para evitar rezagos parciales, y retardos que frenen los logros planeados; a su vez esto evitará los pasos precipitados que acarrean desajustes que igual- mente frenan las metas generales de desarrollo. l*ara que sea posible instrumentar a la política criminológica, es necesario sensibilizar a los altos funcionarios así como a los planifi- cadores, sobre el contenido de éste, sus alcances y objetivos. "Un requerimiento previo a la reforma de la política criminal es informar y movilizar al público".^^^ Para lo anterior convendría uti- lizar la prensa, radio y televisión para sensibilizar a la opinión pú- blica, logrando así su colaboración con los programas establecidos. V.18. ETAPAS DE DESARROLLO El plan constará de varias etapas. Para las cuales se nombrará un responsable. Primera etapa: Uno de los problemas básicos de algunas de las ciencias sociales ha sido el realizar actividades sin un estudio profundo previo del .contexto social hacia el cual van dirigidos, por eso frecuentemente fracasan una vez iniciados. Es por eso importante no aceptar explicaciones prefabricadas, de- bemos dedicamos con alma de investigador a perforar nuestra reali- dad social, guiados por la profunda curiosidad de desentrañar nues- tro propio mundo.^"*® Debe partirse de premisas netamente comprobadas científicamente, que nos permitan formular planteamientos concretos y reales. Se ne- cesitan investigaciones dirigidas a indagar los aspectos prioritarios de Política Criminológica, pero investigaciones que arrojan datos obje- tivos y manejables. 258 VÉRSELE, CARLOS S. Op. cit. (96), p. 18. 259 cfr. CASTILLO BARRANTES, ENRIQUE. La Criminología. Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente. San José de CosU Rica, 1976, p. 8. LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 137 Todos estos estudios deben ser: objetivos, interdisciplinarios, con- cretos y científicos, ya que mediante ellos formularemos nuevas teo- rías que den soluciones a estos problemas, crearemos nuevas filosofías que sirvan de fundamento a nuestra estrategia. Para la consecución de la primera etapa es necesaria la creación tanto de Institutos de investigación oficiales como autónomos. Segunda etapa: "Previo a toda decisión política en materia de criminalidad, es imprescindible contar con un informe social, con arreglo a indica- dores idóneos sobre todo teniendo en cuenta la importancia (cuan- titativa y cualitativa) de la marginalidad y marginalización social en Latinoamérica." "^• * Este informe se elaborará con los resultados de todas l,as investi- gaciones, mismas que nos darán la evaluación de las necesidades bá- sicas sobre Política Criminológica y nos permitirán establecer las prioridades. "Debe de quedar perfectamente claro que no se pueden confundir los aspectos prioritarios de la política criminal y los de la Criminología. La Política Criminal, mucho más arte que ciencia, es una sistemática de lo posible en el campo de la lucha contra la cri- minalidad." 261 Asimismo se indagará sobre qué base estratégica de defensa social deben descansar las actividades; esta es la etapa del manejo de datos. Es decir, en esta etapa vamos directamente a apreciar los alcances y necesidades de la Política Criminológica. En síntesis, en esta etapa se realizará lo siguiente: a) Se elaborará el informe social. b) Se establecerán los planteamientos. c) Se enlistarán las prioridades. d) Se establecerá la estrategia. Tercera etapa: Si las dos etapas anteriores se han seguido con cuidado y deteni- miento, ya estaremos en posibilidades de formular programas de ac- ción específica. 200 BriDEKMAN, BERNARDO. Resumen de la Exposición. Primer Coloquio sobre Po- lítica Criminal en América Latina. México, 9-12 de agosto de 1976, p . 1. 261 HOUCIIONI, GUY. Op. Cit., p. 18. 138 CRIMINOLOGÍA La acción deberá programarse con un calendario y un responsa- ble por área. Cada área de prevención requerirá de un grupo de especialistas debidamente entrenados con anterioridad, según el orden de que se trate. Y el órgano coordinador de todo este plan de desarrollo deberá de realizar algunas actividades, como son la de predicción y medi- ción de la criminalidad. Esto mediante el manejo de datos aportados por los responsables de área. Estas actividades del órgano coordinador permitirán elaborar es- tadísticas, y de evaluar esporádicamente las actividades intersectoria- les de prevención. Ya que las etapas del hacer, deben culminar, por supuesto, con una exhausta evaluación del programa realizado, mis- ma que nos dará la pauta para futuros replanteamientos. La evaluación puede considerarse la etapa final, sin descartar, des- de luego, las evaluaciones parciales. V.19. LA EVALUACIÓN DE LA PREVENCIÓN Un problema clave en el tema que nos ocupa es la evaluación; si no existe ésta podemos caer en el error de imaginarnos que esta- mos realizando una fecunda labor de prevención.^*^ Continúa siendo un vicio la imposición de castigos disuasivos sin preocuparse en indagar qué efectos tienen, asimismo se efectúan cam- pañas contra el vicio o contra el crimen sin prever los resultados ni la comprobación de éstos. La Criminología en su estrecho, tradicional sentido de descubrir las causas del crimen y el tratamiento del delincuente, ha sido muy criticada; actualmente se pasa al estudio de los sistemas de justicia, pasando de una microcriminología a una macrocriminología. En este moderno sentido la Criminología es una ciencia de gran aplicación, principalmente en la toma de decisiones de Política Criminológica. Estamos de acuerdo con Brydensholt en que "los investigadores están interesados en que su conocimiento sea utilizado; los encarga- dos de toma de decisiones están interesados en que el conocimiento científico sea la base para sus decisiones".2*® 202 Para este apartado es aconsejable la lectura de: CECCAUDI, FIERRE. Métodos de Investigación Destinados a Evaluar Programas parü la Prevención de la Delincuencia Juvenil. Prevención del Delito. Tomo 2. Ministerio de Justicia. Caracas, Venezuela, 1972. 263 BRYDENSHOI,T, H . H . Impact of Criminological Research on Decisión Making. Evaluation Research in Criminal Justice. UNSDRI. Roma, Italia, 1976. LA POLÍTICA CRIMINOLÓGICA 139 LÓPEZ REY ha dicho que frecuentemente los criminólogos identi- fican la evaluación con la estimación cuantitativa y cualitativa de la medición, lo que es admisible a condición de que se tengan en cuenta aspectos sociopolíticos que por lo común suelen dejarse de lado.^®*' Y SzABÓ piensa que "el criminólogo es un intelectual, un investi- gador que aplica su inteligencia al estudio de las causas complejas de la delincuencia y que se interroga sobre la mejor forma de pre- venirla. Es (la Criminología) una disciplina aplicada, y por ello es a la vez positiva (describe y analiza los fenómenos) y normativa (prescribe las medidas de profilaxis social). El criminólogo, como todo intelectual, es libre de adherir a un sistema de valor, a una 'Weltanchauung' que correspondan a sus preferencias subjetivas. Sin embargo, como investigador debe someterse a los cánones de la lógi- ca formal, de la observación y de la experimentación científica y dar prueba del máximo de objetividad posible en materia social y po- lítica".2«5 No es posible hacer ciencia, ni ser objetivo, ni realizar planes O' programas de Política Criminológica sin una adecuada evaluación,, por lo que la instrumentación en este sentido debe ser lo más amplia y precisa posible. Sobre la evaluación agregamos que "el sistema como tal, debe estar sometido a una evaluación frecuente, por la índole evaluativa de la función penal, por las transformaciones de la criminalidad, por las necesidades de ajustar dicha evaluación entre sí y con respecto a la planificación de la política que requiere ajuste constante res- pecto al presente y futuro inmediato".^^" Y para concluir reafirmemos que: La falta de evaluación es lo- que ha hecho fracasar los mejores planes de prevención y tratamien- to, y es común que el estado y los técnicos se imaginen que están previniendo cuando en realidad se está perdiendo tiempo y dinero- 264 LÓPEZ REY. Op. cit. (Criminología), p. 459. 265 SzABO, DENIS. Evaluación de los Sistemas de Política Criminal. Anuario del Ins- tituto de Ciencias Penales y Criminológicas, N? 5. Universidad Central de Venezuela.. Caracas, Venezuela, p. 333. 266 DE GORDO. Op. cit., pp. 8-9. SEGUNDA PARTE HISTORIA DE LA CRIMINOLOGÍA INTRODUCCIÓN La Criminología es una ciencia joven ya que, como ciencia orga- nizada e independiente, ha cumplido escasamente un siglo. Como ciencia joven podría parecer que carece de historia, sin em- bargo nada más infundado que esto, pues la historia del mundo va muy unida a la historia del crimen. Recordemos a don Constancio Bernaldo de Quirós, que con su elegancia acostumbrada decía: "Criminología la ha habido siempre, desde que ha habido crímenes, no será preciso insistir en la anti- güedad y universalidad del delito, inseparable de la especie humana; una Criminología, aunque sea incipiente, rudimentaria, elemental, tan elemental y tosca, tan pedestre y vulgar como los romances de ciego, que siempre tuvieron en el delito una de sus favoritas inspi- 2«7 raciones. Según algunas creencias, lo primero que sabemos del hombre es que violó la ley; efectivamente, según la Biblia, Dios crea al hombre, le dio una compañera, lo dejó vivir en el paraíso, con la única prohibición consistente en comer la fruta de determinado árbol: "mas del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas; porque en cualquier día que comieras de él, ciertamente mori- rás" (Gen. 1:17) .2** Y el hombre desobedece, come la fruta y es expulsado del Edén. (Gen. 3:6, 16 a 24.) Fuera del paraíso, el primer hecho importante del hombre es un crimen: Caín asesina a su hermano Abel. "Y estando los dos en el campo, Caín acometió a su hermano Abel y le mató" (Gen. 4:8). La relación de Dios con el hombre se convierte nuevamente en un interrogatorio criminológico: ¿Dónde está tu hermano Abel?... ¿Qué has hecho de tu hermano? (Gen. 4:9, 10); tal como había hecho antes con Adán: ¿Dónde estás? ¿Quién te ha hecho advertir que es- tás desnudo? (Gen. 3:9, 11). 267 QUIRÓS, C . B . DE. Op. cit. (Criminologia), p. 8. 268 Biblia, La Sagrada. Editorial Herder. Barcelona, España, 1968. 143 144 CRIMINOLOGÍA Y así, para el judaismo y para el cristianismo, principia la his- toria del hombre: mandato y desobediencia, criminal y víctima, cri- men y castigo. La historia se repite en todas las religiones, en todas las mitolo- gías, así en nuestros pueblos de América, en el Popol Vuh los pri- meros hombres se vuelven contra el creador y son terriblemente cas- tigados i^*» Pero no pensaban, no hablaban con su Creador y su Formador, que los habían hecho, que los habían creado. Y por esta razón fue- ron muertos, fueron anegados. Una resina abundante vino del cielo. El llamado Xecotcovach llegó y les vació los ojos; Camalotz vino a cortarles la cabeza; y vino Cotzbalam y les devoró las carnes. El Tu- cumbalam llegó también, les quebró y magulló los huesos y los ner- vios, les molió y desmoronó los huesos. Y esto fue para castigarlos porque no habían pensado en su ma- dre, ni en su padre, el (Corazón del Cielo, llamado Huracán. Y por este motivo se oscureció la faz de la tierra y comenzó una lluvia negra, una lluvia de día, una lluvia de noche. En mucho, la historia de la humanidad es la historia del crimen pues la historia en gran parte es el relato de robos, homicidios, in- trigas, invasiones, parricidios, violaciones, principalmente del cri- men de crímenes: la guerra. Junto con el crimen viene la preocupación del hombre por evitar- lo, legislando, castigando, previniendo, reprimiendo. También surge la angustia por explicarlo: ¿Por qué delinque el hombre? ¿Qué es en sí el fenómeno criminal? ¿Por qué unos hombres son antisociales y otros no? De las tentativas de responder estas preguntas va surgien- do nuestra ciencia: la Criminología. Es de mencionar que la preocupación del hombre por explicar el crimen y el criminal no ha sido puramente científica, sino que abarca también aspectos filosóficos, éticos y religiosos. Todas las grandes religiones, todas las mitologías, tratan en al- alguna de sus partes el problema criminal. Sería difícil encontrar un filósofo, un gran pensador, que no hubiera tratado entre sus temas el de la antisocialidad y el de la reacción social. Lugar prominente lo ocupa el arte; quizá las grandes 'inspiracio- nes del mundo artístico son la religión, el amor y el crimen. Es por esto que el arte es una de las fuentes importantes del co- nocimiento criminológico. El arte es expresión suprema del espíritu 269 Popol Vuh. Fondo de Cultura Económica. México, 1976, pp.. 30-31. INTRODUCCIÓN A LA SEGUNDA PARTE 145 humano, y refleja las principales aspiraciones y preocupaciones del hombre. Las más extraordinarias descripciones de la personalidad del cri- minal las encontramos en la literatura, los momentos más dramáti- cos en la música son aquellos referidos al crimen, las obras teatrales más impactantes son las que se desarrollan en un ambiente de crimi- nalidad, las pinturas y esculturas más expresivas son aquellas rela- cionadas con el fenómeno criminal, y, ¡Qué decir de la novela po- liciaca! 270 STl Múltiples obras se han escrito al respecto, mencionemos tan solo como ejemplo las de Ferri,^^- Drapkin^ra y Maldonado.^* No hay que confundir la historia de la Criminología con la his- toria del Derecho Penal, es decir, procuraremos estudiar la historia de la búsqueda de las causas del crimen y no el aspecto legislativo o su aspecto penal. Hacer una historia del Derecho Penal es relativa- mente fácil, pero hacer una historia de la Criminología no lo es, ya que sigue un camino paralelo con la historia del Derecho Penal. Es hasta el siglo pasado cuando se hace una diferencia entre Derecho Penal y Criminología; antes de esto iban confundidos y se estudiaban los aspectos criminológicos en función del Derecho Penal. Más difícil aún es separar la historia de la ciencia del Derecho Penal de la historia de la Criminología, ya que tienen momentos co- munes, se unen en principios de Política Criminológica, se tocan en conceptos de orden filosófico. Es por esto que algunos autores prefieren desarrollar una histo- ria de las ciencias penales, estudiando los antecedentes de las disci- plinas jurídico-represivas y criminológicas, a través de las diversas épocas histórico-culturales. Debemos evitar también la confusión entre historia de la Crimi- nología e historia del crimen, de la criminalidad o de los crimina- les.^' La historia de la Criminología es el relato cronológico de las 270 Cfr. HovEYDA, FEREYDOUN. Historia de la Novela Policiaca. Alianza Editorial. Madrid, España, 1967. 271 Cr. BOILEAU-NARCEJAC. Le Román Policier. Prcsses Universitaires de Ftince. Francia, 1975. 272 FEWU, EMUCO. Op. cit. (I Delinquenti nell'arte). 273 DRAPKIN, ISRAEL. Arte, Literatura y Criminalidad. Resista de Estadios Peniten- ciarios Núms. 212-215, p. 89. Madrid, España, 1976. 274 MALDONADO ACUIRRE, ALEJANDRO. El DcUto y el Alte. Editorial José de Pineda. Guatemala, 1973. 275 Cfr. RADBRUCH, GUSTAVO y GUINNER, ENRIQUE. Historia de la Criminalidad. Edi- torial Bosch. Barcelona, España, 1955. 146 CRIMINOLOGÍA ideas que pretenden explicar al crimen, al criminal y a la criminali- dad, y no la descripción o relato de estas a través del tiempo. Procedamos pues a hacer un breve relato de los intentos del hom- bre para explicar el fenómeno criminal, solo a guisa de ejemplo men- cionaremos aspectos penológicos o legales. El plan a seguir es el siguiente: hemos dividido la historia en períodos, reconociendo una fase precientífica, en la que las explica- ciones son más de índole mágica, religiosa o filosófica; una fase medieval, con los primeros intentos pseudocientíficos; una fase de precursores, con la intervención de pensadores del Renacimiento al siglo xix^ y la fase de inicio, con Lombroso y la Escuela Positiva. La fase moderna será estudiada en la parte tercera de esta obra. Entendemos que el pensamiento criminológico ha seguido una secuencia lógica que es necesario apreciar, por esta razón intentamos dar un orden cronológico a la descripción. CAPITULO VI FASE P R E C I E N T Í F I C A DE LA C R I M I N O L O G Í A 1. El Hombre Primitivo.—2. Mesopotamia.—3. Egipto.—4. Chi- na.—5. Israel.—6. Antigüedad Griega.—7. Pensadores Griegos.— 8. Protágoras.—9. Arquímedes.—10. Sócrates.—11. Hipócrates.— 12. Platón.—13. Aristóteles.-14. Alejandría.—15. Antigüedad Latina. VI. 1. EL HOMBRE PRIMITIVO Las técnicas para estudiar el hombre primitivo no son tanto his- tóricas como sociológicas y antropológicas. La razón es que el hombre primitivo no ha desaparecido, existe en la actualidad, disperso en la superficie del globo, arrinconado en los lugares más inaccesibles, utilizando herramientas tan simples que "incluso el instrumental paleolítico acusa una marcada superioridad sobre el de estas gentes".^* Por lo anterior no se puede hablar de cómo era el hombre primi- tivo, sino de cómo es. En esta forma se han superado muchas teorías que se basaron más en la imaginación que en la realidad. "Salvajismo es todavía sinónimo de costumbres absurdas, crueles y excéntricas, con raras supersticiones y odiosas prácticas".*" Efecti- vamente, aún se piensa en desenfreno sexual, eutanasia, infanticidio, sacrificios humanos, canibalismo, etc. Nada más alejado de esto, la realidad es que "El estudio de los pueblos primitivos nos permite vemos mejor a nosotros mismos", y 276 LEMONNIER, TONNEAU Y TROUDE. Manual de Sociología Católica. Editora Nacio- nal. México, 1934, p. 34. 277 MAUNOWSKI, BRONISLAW. Crimen y costumbres en la sociedad salvaje. Edicio- nes Ariel. Barcelona, España, 1969, p. 13. 147 148 CRIMINOLOGÍA que "en lo que respecta al tratamiento de las enfermedades socia- les, estamos viviendo todavía en la época de la magia".^^ Las sociedades primitivas están notablemente bien estructuradas, y unidas por dos elementos clave: tótem y tabú. El tótem es un animal, planta o fuerza natural, que es el ante- pasado del clan o grupo y que es al mismo tiempo su espíritu pro- tector y bienhechor. El tótem implica una relación sanguínea, ya que se transmite hereditariamente, tanto por línea paterna como materna. CASO dice que con el totemismo se liga, estrechamente, la noción de tabú, que reviste enorme importancia en la historia de las costum- bres y del Derecho, al ceñir, por motivos religiosos, la conducta de los creyentes, dentro de los moldes rigurosos y estrictos de las absten- ciones y acciones, escrupulosamente requeridas.*'* El término "temor sagrado" expresa el sentimiento que acompa- ña a los tabús. Freud sostiene que el origen del sistema penal hu- mano se remonta al tabú; esto es, en un principio, era el tabú vio- lado el que tomaba venganza; más tarde fueron los dioses y los es- píritus agraviados; y por último la sociedad se hizo cargo del castigo del ofensor.**" La solución al problema criminal en el hombre primitivo es cla- ra: ciertas conductas consideradas como crimen son, a la vez, tabú, por lo tanto no deben realizarse, no pueden tocarse. Por extensión, la prohibición no puede censurarse y, por lo ge- neral, ni siquiera mencionarse. Por esto no existe Criminología en el hombre primitivo, ya que no le es dado tocar los temas que son tabú, no hace tentativa por explicar el crimen, ni elabora plan para prevenirlo, pues este está ya "dado". El criminal, o sea aquel que ha violado el tabú, es automática- mente segregado del grupo social, y no es raro que él mismo se sepa- re, pues una de las características del tabú es que el castigo surge en principio por una fuerza intetiol: que lleva al culpable a confesar su hecho o a autopunirse (suicidio). No hay, por lo tanto, estudio del sujeto antisocial, su conducta no es explicada, simplemente atribuida, al igual que el castigo, a 278 KLUCKBOBN C. Antropología. Fondo de Cultura Económica, Breviario. México, 1949, pp. 22 y 19. 27» CASO, ANTONIO. Sociología. Libreros Unidos Mexicanos. México, 1960. Décima edición, pp. 214-218. 280 Cfr. FREUD, SEGISMUNDO. Tótem y Tabú. En Obras Completas. Biblioteca Nue- va. Madrid, España, 1948, pp. 419 y ss. FASE PRECIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA 149 fuerzas sobrenaturales, a causas misteriosas que van más allá de la comprensión humana. Es rasgo común de estas sociedades que reposan sobre un funda- mento mágico-religioso, del cual están impregnados todos los actos de la vida de los individuos. Los vínculos que unen a los miembros de estas sociedades son más afectivos que de la razón. Ellos son sen- tidos como vividos real e intensamente. La solidaridad no es una palabra vana.^si De este modo cada cadena de reprocidad se va haciendo más fuer- te al convertirse en parte y conjunto de un sistema completo de pres- taciones mutuas. La simetría de estructura en cada sociedad salvaje es la base indispensable de obligaciones recíprocas.^®* No podemos pensar, como Wells,*® que en la sociedad primitiva hay una especie de fosilización mental en las tradiciones, supersticio- nes y prejuicios no racionales. El hombre primitivo no puede interpretarse como un robot, un ser no pensante, sumergido en el pasado, por el contrario, estamos con Malinowski en que "La amenaza de coerción y el miedo al cas- tigo no afectan al hombre medio, tanto "salvaje" como "civilizado", mientras que por otra parte son indispensables para ciertos elementos turbulentos o criminales de una y otra sociedad."" Los primitivos tienen además, nos dice el autor citado, "una cla- se de reglas obligatorias no dotadas de ningún carácter místico, que no son enunciadas en nombre de Dios, ni respaldadas por tiinguna sanción sobrenatural, sino que sólo tienen una fuerza obligatoria pu- ramente sociar'.'**^ VL2. MESOPOTAMIA Algunas de las culturas más antiguas de la humanidad surgen en Mesopotamia (tierra entre dos ríos), región situada alrededor de los ríos Tigris y Eufrates. 281 ETTÉ, MARCEL. Conflictos provenientes de los procesos de criminalización y descriminalización en los países africanos. XXV Curso Internacional de Criminología. Guayaquil, Ecuador, 1975. 282 MALINOWSKI, BRONISLAW. Op. cit., p. 37. 283 WELLS, H ; A. Breve Historia del Mundo. Editorial Grandes Autores. Buenos Aires, Argentina, 1944, p . 60. 28* MALINOWSKI. Op. cit., p. 26. 285 ibMem, p. 67. 150 CRIMINOLOGÍA Parte de las leyes fueron encontradas en 1904, en 14 tabletas en las ruinas de Assur, y son una recopilación de las leyes asirías vigen- tes entre los siglos xv y xiii a. C. En estas leyes encontramos justicia pública y privada. La pública ejerce un cierto control sobre la privada. Interesa sobre todo la in- tención culpable. La responsabilidad objetiva deja lugar a la subje- tiva. El error sobre un elemento esencial del delito hace desaparecer la infracción. No hay una clara diferencia entre Derecho Penal y Civil, pues infracciones civiles o incumplimientos de contrato traen consigo pe- nas corporales y/o pecuniarias. No hay explicaciones criminológi- cas.^** El documento más importante de Mesopotamia es, para nosotros, el Código de Hammurabi (Hammú es grande, que reinó de 1728 a 1686 a. C.*), código unificador del Imperio Babilónico, que fijó re- glas sencillas y claras, terminó la anarquía jurídica y protegió a todos los ciudadanos. El código de Hammurabi combatió en primer lugar la criminali- dad "dorada", terminando con la terrible corrupción de la adminis- tración babilónica, quitando la función judicial a los sacerdotes y dándola a los jueces."^*^ En este código podemos encontrar múltiples disposiciones preven- tivas, y un plan de Política Criminológica; cuida que los delincuen- tes pobres no queden desamparados y establece un tribunal superior de apelación. Entre las normas que revelan lo notable del código, y que podrían considerarse como tentativas de resolver problemas que hoy en día son actuales, encontramos la regulación de precios máximos corrientes en los mercados, y los honorarios de las profesiones, para evitar abu- sos de comerciantes y profesionistas. Los médicos, en caso de éxito, se veían recompensados con sus honorarios, pero si fallaban culposamente se les amputaban las manos. Los arquitectos a los que se derrumbaban los edificios mal construi- dos eran condenados a muerte si el propietario estaba dentro de la casa al ocurrir el siniestro.-^* 286 CARDASCU, GUILLAUME. Les Lois Assyriennes. Edilions du Cerf. París, Francia, 1969, pp. 77 y ss. 287 Cír. BoscH GiMPERA, PEDRO. Historia de Oriente. UNAM. México, 1970, p. S34. • 1792-1750, según otros. 288 Cfr. CoDE DE HAMMURABI (traducción de ANDRÉ FINET) . Les Editioiis du Cerf. París, 1973. FASE PRECIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA 151 No debemos olvidar que el Código de Hammurabi es de 1726 a. C , y que rigió en oriente por más de mil años. La tradición babilónica en materia criminológica es muy amplia, sirva de ejemplo un protocolo de 1850 a. C , escrito en una pequeña tablilla (10 cms.) descubierta en Nippur: Un empleado del templo fue asesinado por tres hombres, y estos comunicaron su crimen a la esposa del asesinado, no presentando ella la denuncia. Los autores del crimen fueron procesados por homicidio y la mujer por encubri- miento. Nueve testigos declararon en contra y dos en favor de la mujer, argumentando que ella no participó en el crimen, que siem- pre fue maltratada por su marido y que había quedado en la miseria, por lo tanto ya había sido suficientemente castigada. Los criminales fueron ejecutados frente al domicilio de te. víctima, la mujer fue puesta en libertad.^** VI.3. EGIPTO En el antiguo Egipto el Derecho, la religión, la magia y la cien- cia son una misma cosa, y donde encontramos una gran información es en el libro de los muertos. En las fórmulas que el muerto debía pronunciar al llegar al juicio frente a los dioses, podemos encontrar un claro catálogo de todo lo que podía considerarse como antisocial en aquella época, ya que el muerto debe recitar todo lo malo que no hizo en su vida.^" La preocupación por el crimen, principalmente en épocas turbu- lentas, es reflejada en el siguiente texto del profeta Ipu-Wer (si- glo XIX a. C.): verdaderamente, el país gira como el torno de un alfarero. El ladrón es (ahora) quien se enriquece. Verdaderamente, todas las criadas no emplean palabras de cumplido. Cuando su ama habla, molesta a las criadas. Verdaderamente, los caminos no están vigilados. Los hom- bres se ocultan entre los matorrales, hasta que llega el (caminante) descarriado, para quitarle la carga y robarle lo que lleva. Es tratado a golpes de estaca y muerto sin causa ni motivo. Si van tres hom- bres por un camino, pronto serán dos: el número mayor mata al 289 Cfr. ScaiMÓKrr., HARTMUT. Vr, Asur y Babilonia. Ediciones Castilla. Madrid, España, 1965, p. 75. 29« Cfr. PRrrcHARD, B. JAMES. Ancient Near EasUrn Texts. Princeton Uiiiversity Press. NuCTa Jersey, USA, 1955, p p . 34-35. 152 CRIMINOLOGÍA menor... Todos estos años son de guerra civil: un hombre puede ser muerto, mientras vigila las lindes de su casa.^^ También en el edicto de Har-em-hab (siglo xiv a. C.), demuestra que hubo gran número de pequeños desórdenes, puesto que persigue el pillaje y el peculado por parte de funcionarios. Los abusos contra los que se dirigía el edicto, eran la extorsión de bienes o de trabajo a los ciudadanos corrientes por parte de los soldados y funcionarios, y la distracción por las mismas autoridades de bienes y servicios del Estado. Indudablemente, en Egipto, el so- borno había sido cosa frecuentísima. Los castigos son muy duros para casos poco importantes de pillaje y cohecho. La alarmante ge- neralización de la falta de honradei de los funcionarios, exigía cas- tigos extremadamente severos.*»^ En Egipto se han encontrado aspectos como la identificación cri- minal que nos indican que los egipcios tenían interés en ello. Según parece, los egipcios fueron los primeros en inventar métodos de iden- tificación criminal, por ejemplo era típico que a los ladrones, a los criminales, se les quitaran los incisivos para poder identificarlos, es- to se sabe que no funcionó, en gran parte porque los egipcios eran extraordinarios médicos y por lo tanto se encuentra algún relato en el cual un médico se dedicaba a hacer dientes postizos para los cri- minales.'*^ Un interesante tratado, hecho en el reinado de Ramsés II, entre Egipto y los Hititas (1280 a. C.), puede considerarse el antecedente a ciertas medidas de defensa social, pues consiste en el acuerdo para extraditar criminales hititas refugiados en Egipto, con reciprocidad de Hatti para enviar a Egipto sus criminales prófugos.^* VI.4. CHINA En China se ha encontrado un fenómeno que algunos dicen que es casualidad o descuido, f>ero que no fue así; parece que desde la 201 AViLsoN, JOHN A. La Cultura Egipcia. Fondo de Cultura Económica. México, 1953, p. 164. 202 WlLSON, JOHNi A. Op. cit., p . 331. 203 (Una anécdota semejante es relatada con relación a los hindús: Süsruta des- cribe detalladamente el procedimiento a seguir en la otoplastia, para poder reconstruir narices y orejas desfiguradas como pena a determinados delincuentes. Bajo periodo 1000-500 a. C.) 204 PRITCHARD. Op. cit. (Ancient Near Eastern Texts), ,pp. 199-201. FASE PRECIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA 153 dinastía Shang, es decir, allá por el 1500 a. C , los chinos firmaban sus documentos y aun muchos artistas sus obras (como los pintores), con su huella dactilar, se ha dicho que simplemente no tenían cui- dado y dejaban pintados los dedos, pero es falso, ya que conocían la identificación por medio de las huellas dactilares, como lo prueban la gran cantidad de contratos solemnes, principalmente matrimonie», sellados con la huella dactilar de los contrayentes. El dato es intere- sante si pensamos que es hasta fines del siglo xix cuando William J. Herschel (1877) y Henry Faulds (1880), cada uno por su lado, des- cubrían para el mundo occidental la importancia de las huellas dac- tilares. La dinastía Chóu (1122 a. C.) demostró su preocupación por el problema de la antisocialidad con un código que fue notable para su época, pues impuso la pena proporcional y estuvo lleno de deta- lles que pueden considerarse como humanitarios comparados con los sistemas asiáticos de la época. Así, antes de que se pudiera sentenciar a muerte a un criminal, habían de observarse las más rígidas y me- ticulosas reglas: apelábase primeramente a un consejo de altos fun- cionarios, luego a una comisión compuesta de funcionarios de infe- rior categoría, y por último al pueblo mismo; y parece ser que el ve- redicto de éste era el definitivo, algo así como el de los jurados de algunas naciones modernas, teniendo únicamente el soberano la pre- rrogativa del f>erdón. El más grande pensador chino, Confucio (551-478 a. C.), se ocu- pó en varias ocasiones de analizar el fenómeno criminal, así afirma que hay cinco especies de delitos imperdonables. 1» El que el hombre medita en secreto y practica bajo capa de virtud. 2' Incorregibilidad reconocida y probada contra la sociedad. 3» Calumnia revestida con el manto de la verdad para engañar al pueblo. 4? Venganza, después de tener oculto el odio por mucho tiempo, en las apariencias de la verdad. 5» Formular el pro y el contra sobre el mismo asunto, cediendo al interés que se tenga en pronunciar una u otra cosa. Confucio señaló que cualquiera de estos cinco crímenes merece ejemplar castigo. Notamos en el primero, en el segundo y en el ter- cero, aspectos de peligrosidad criminal; en el tercero y en el quinto, formas de criminalidad "dorada"; el quinto puede ser un delito pro- pio de la administración de justicia. 154 CRIMINOLOGÍA La mentalidad preventiva de Confucio se puede observar en su célebre frase: "Ten cuidado de evitar los crímenes, para no verte obligado a castigarlos". VI.5. ISRAEL Si vamos a tratar de antigüedad remota, no podríamos dejar de hablar de la Biblia, ya que en muchos aspectos la Biblia es un trata- do de Criminología. Es muy interesante ver en la Biblia la cantidad de crímenes, de- litos y hechos antisociales que se relatan, desde el homicidio, el adul- terio, el incesto, etc.; es un libro sabrado y como tal la explicación que se da generalmente es religiosa, todos los actos, aún los mera- mente sociales, tienen características de sacralidad. Igualmente la Biblia presenta normas de prevención del delito y de Política Criminológica por demás interesantes. Las leyes penales del pueblo israelita son rígidas, ya que cualquier infracción representa una ruptura simultánea con Dios y con los hom- bres. Estas leyes exigen, por su naturaleza y origen, el más estricto y riguroso cumplimiento. La penalidad es con frecuencia excesivamente alta, abundando la pena de muerte; la pena adquiere un carácter sagrado, ya que la ley es de origen divino. No nos detendremos en el análisis de los decálogos (Mosaico y Cúltico) ni de los códigos (Alianza, Deuteronomista y Sacerdotal) por exceder nuestro objetivo. Puede consultarse al respecto el minu- cioso trabajo de EVARISTO MARTÍN NIETO.^^ A guisa de ejemplo mencionemos algunos preceptos del Levítico (19: I al 37). No hurtareis. No mentiréis. Ninguno engañará a su prójimo. No harás agravio a tu prójimo, ni le oprimirás con violen- cia. No retendrás el jornal de tu jornalero hasta la mañana. No ha- rás injusticia, ni darás sentencia injusta. No tengas miramiento, con perjuicio de la justicia, a la persona del pobre, ni respetes la cara, o ceño, del poderoso. Juzga a tu prójimo según justicia. No serás ca- lumniador ni chismoso en el pueblo. No conspires contra la vida de tu prójimo. No procures la venganza, ni conserves la memoria de la in- juria de tus conciudadanos. Amarás a tu prójimo como a tí mismo. 295 NIETO, EVARISTO MARTÍN. "Penas y prisiones en la Biblia". Revista (Je Estudios Penitenciarios. Año XXVIII, N" 196, pp. 7 y ss. Ministerio de Justicia Madrid, Es- paña, 1972. FASE PRECIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA 155 Algunos proverbios nos demuestran conocimientos criminológi- cos, así: "ama el crimen quien busca las riñas"; "sinuoso es el ca- mino del hombre criminal, mas la conducta del inocente, recta"; "cuando se multiplican los impíos, multiplícase el crimen, mas los justos contemplarán su caída". En el primero vemos descrito el carácter agresivo y rijoso del criminal; en el segundo su carácter tortuoso; en el tercero el valor de la religión como factor crimino-repelente. VI.6. ANTIGÜEDAD GRIEGA Sabemos realmente que nuestra cultura es eminentemente greco- latina. Los griegos tuvieron una pléyade de grandes pensadores, los cuales demostraron siempre una gran preocupación por todos los te- mas del conocimiento humano, y dentro de estos vemos que el crimen- fue uno de los aspectos más tratados. Encontramos la problemática del crimen y del criminal en la mitología griega, en el arte griego» y en su filosofía. Si damos una pasada por la mitología griega, veremos que es al- tamente criminógena, encontramos ahí de todo, homicidios, robos, violaciones, etc. Zeus, el padre de los dioses, el más importante e influyente, sería un ejemplo de "criminal nato". Tiene una fuerte carga de heren- cia criminal, ya que su abuelo, Urano, eliminó a sus descendientes hasta que su esposa, Gea, y su hijo, Cronos, padre de Zeus, lo de- rrocaron. Zeus derroca a Cronos, que había devorado a sus demás hijos, y se convierte en dictador. Zeus es un homicida, maniático sexual (se convierte en toro para violar a Démeter, a Perscfone y a Europa, se transforma en cisne para seducir a Leda; toma la forma de Anfitrión para poseer a la esposa de éste, etc.), incestuoso (se casa con su her- mana Hera), homosexual (rapta a Gamínedes), etc. Los demás dioses no se quedan atrás, Apolo es homosexual (seduce a Forbes, Admeto e Hipólito), incestuoso y depravado (viola a Drio- pe, Casandra y Coronea). Hera es adúltera, homicida e infanticida. Poseidón es otro maniático sexual que viola, seduce, rapta a va- rias diosas y semidiosas (Démeter, Medusa, Aminone, Etra, Menalipe, Mestra, Tiro y Astipalea) . Venus es mentirosa, cruel y adúltera, Hermes vm criminal p r e - 156 CRIMINOLOGÍA COZ, y Hércules el más claro ejemplo del criminal atlético muscular, cuyos "trabajos" son en realidad una colección de atrocidades.^® Los hombres son considerados como simples juguetes de los dioses, que juegan una especie de macabro ajedrez con la especie humana. La responsabilidad criminal no es clara, pues la influencia divina es determinante. Pero frente a esta extraña ideología religiosa, que aparentemente justifica cualquier conducta antisocial, tenemos las primeras estruc- turas organizadas de pensamiento criminológico. Más aún, consideramos que en los griegos podemos distinguir ya las tres grandes corrientes o tendencias criminológicas: Biológicas, Sociológicas y Psicológicas, representadas por Hipócrates, Platón y Aristóteles, como veremos más adelante. VI.7. PENSADORES GRIEGOS El estudio del pensamiento griego nos revela una gran cantidad de conceptos criminológicos, muchos de ellos podrían tener vigen- cia en el momento actual; demos algunos ejemplos. Esopo (siglo VI a. C.) afirmó que "los crímenes son proporcionados a la capacidad del que los comete". En este principio se basa la idea de que hay una relación entre el autor y su acción, y que el delito es un índice fiel de la peligrosidad del sujeto. ALCMEÓN DE CROTÓN (siglo vi a. C.) es, aparentemente, el primero en diseccionar animales, y en estudiar las características físicas y mo- rales de los autores del delito. IsócRATES (436-338 a. C.) enseñó cómo "ocultar el crimen es tener parte en él", planteando el problema del encubrimiento. En los dramas griegos, el problema del crimen está a la vanguar- dia del interés de los autores, el hombre criminal desnuda su alma frente al público, la criminogénesis y la criminodinamia son palpa- bles, y la reacción social evidente. VI.8. PROTAGORAS PROTÁGORAS DE ABDERA (485-415 a. C.), aparte de su importancia como principal representante de los sofistas, entra en la historia de 296 Un excelente relato de la mitología griega lo encontramos en: DE LA SELVA, SALOMÓN. "Ilustre familia". Poema de los Siete Tratados. México, 1952. FASE PRECIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA 157 la Fenología como el primero en defender la teoría de la ejempla- ridad de la pena contra la teoría de la expiación, es decir, enuncia la función de prevención general de la pena. Su palabras son las siguientes: "nadie castiga al malhechor por la razón de que ha hecho un mal, sólo la furia irrazonable de la bes- tia actúa de tal manera. Pero el que desea infligir castigo racional no emplea represalias por un mal ya pasado, el cual ya no puede deshacerse. Tiene visión para el futuro y desea que el que es casti- gado y el que ve que es castigado, puedan ser prevenidos de volver a practicar el mal. Castiga para prevenir, claramente implicando así que la virtud puede ser enseñada". VI.9. ARQUÍMEDES ARQUÍMEDES (287.212 a. C.), el gran físico y matemático, figura entre los precursores de la criminalística, como lo revela la siguiente anécdota: Hierón, rey de Siracusa, le encargó al mejor orfebre de la ciudad una corona de oro puro. Para la ejecución del trabajo el go- bernante entregó todo el metal que le fue exigido. Tiempo después le informaron que lo habían engañado, que la bella joya no era toda de oro, que también se había utilizado plata en su elaboración. El rey solicitó los servicios de Arquímedes, quería conocer la ver- dad. El sabio comenzó su labor, se trataba de un asunto difícil. Un día, mientras se encontraba en la bañera, observó que sus miembros sumergidos en el agua perdían peso. Durante aquel baño había nacido el principio de Arquímedes: "Todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje hacía arriba igual al peso del fluido desalojado". A fin de comprobar este principio, ordenó que le hicieran dos cubos macizos, uno de oro y otro de plata, con el mismo peso de la corona. Verificó que los tres cuerpos tenían idéntico peso. Llenó una vasija de agua e introdujo en ella el cubo de plata. Luego reco- gió el líquido derramado y lo midió. Repitió el mismo experimento con el cubo de oro, notando que el volumen de agua derramada era menor. Por último hizo lo mismo con la corona, observando lo si- guiente: La cantidad de agua desalojada era menor que en la prime- ra experiencia, pero ligeramente mayor que en la segunda. La conclusión fue que la corona la había fabricado el orfebre con oro y plata, predominando en su elaboración este último metal. 158 CRIMINOLOGÍA VI. 10. SÓCRATES SÓCRATES (470-399) a. C.), el más famoso de los filósofos griegos, iia llegado hasta nosotros a través de referencias, ya que no dejó nada escrito. Su influencia en la cultura ha sido enorme y la Criminólo- g a no es una excepción. El centro de la ética socrática es el concepto de virtud (ateté). La virtud es la disposición última y radical del hombre, aquello para lo cual ha nacido propiamente, y esta virtud es ciencia. El hombre malo lo es por ignorancia; el que no sigue el bien es porque no lo conoce, por esto la virtud se puede enseñar (ética intelectualista), y lo necesario es que cada cual conozca su arete. Este es el sentido del imperativo socrático: conócete a tí mismo. Por eso es un imperativo moral, para que el hombre tome posesión de sí mismo, sea dueño de sí por el saber. Sócrates siente principalmente la preocupación del hombre, con- sidera al hombre desde un punto de vista distinto, el de la interiori- dad; dice Sócrates: Pon tu interioridad a la luz.^^ Una y otra vez, en sus muchas conversaciones; intentó demostrar qu • e la virtud era el conocimiento, que un hombre debía esforzarse por adquirir sabiduría y conocimientos si quería ser bueno, esta cien- cia, dijo Sócrates muchas veces, no podía ser enseñada en las aulas. El hombre no podía ser enseñado en las aulas. El hombre no podía saber si lo que llaman justo y bueno lo es realmente a menos que lo viera por sí mismo. Y sólo podía verlo examinándose a sí mismo, poniendo en duda cada creencia, esforzándose por ver a través de la bruma de los prejuicios y de la confusión. "Una vida sin examen no es vida", nadie hace el mal sabiéndolo. El verdadero hombre sabio siempre actuará virtuosamente. El hombre que hace el mal sólo está desorientado y confundido, la felicidad es el resultado de la bondad. El malvado nunca es realmente feliz aunque se atiborre de manja- res, aunque disfrute el máximo de su riqueza. Quien vive oprimien- do a otros nunca puede sentir la felicidad verdadera del hombre virtuoso. Quien vive justamente es feliz, aunque pase pobrezas, su- frimientos y muerte.^"* La justicia, entre otras virtudes, no es más que sabiduría. Debe 207 cfr. MARÍAS, JUIIÁV. Hilaria de la Filosofía. Ed. Manuales de la Revista de Occidente. 22» edición. Madrid, España, 1970, p p . 38-39. 208 Cfr. SiLVERBERG, RoBCRT. Sócrates. Editorial Diana, S. A. Trad. Rene Cárdenas Barrios. Primera edición. México, 1967, p p . 143-144. FASE PRECIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA 159 enseñarse a los criminales cómo no cometer más infracciones, dán- doles la instrucción y la formación que les hace falta. Si a pesar de la instrucción, si a pesar de conocer lo que hacen, algunos criminales hacen lo contrario, esto es señal de que están lo- cos, y no tanto de que sean malvados, pues "ninguno hace el mal voluntariamente". Locos, o por lo menos estultos, deben considerarse todos los de- lincuentes, quienes no conocen el bien o carecen de libre albedrío. VI. 11. HIPÓCRATES HIPÓCRATES (460-355 a. C.), el gran médico griego, padre de la medicina, es indudablemente un revolucionario, ya que atacó violen- tamente la concepción religiosa de las enfermwlades mentales, di- ciendo que estas ideas vienen de la impotencia de los hechiceros y adivinos. Sustrajo la medicina de las prácticas religiosas de su tiempo, dan- do explicaciones naturales y no teológicas, como podemos ver en su razonamiento: "si proviniesen las enfermedades de los dioses, los más enfermos serían por cierto los más pobres, pues no pueden hacer ofrendas a los dioses, pero al contrario, son los más ricos quienes con mayor frecuencia enferman". "Todo vicio es fruto de la locura" por lo tanto el crimen, en cuanto vicio, es producto de la locura también. Así se une a parte de la teoría socrática de considerar al criminal como irresponsable. Podemos considerar a Hipócrates como el iniciador de la corrien- te biologista de la Criminología, ya que interpreta el comportamien- to humano como resultante del temperamento, y a éste como pro- ducto de los humores. La teoría de los humores ha llegado a nuestra época, al menos en cuanto a terminología, pues los humores son cuatro, que produ- cen cuatro temperamentos. Si predomina la sangre se tendrá carácter sanguíneo; si la bilis, colérico; flemático si domina el moco o flema; melancólico si es la bilis negra. Lo anterior se relaciona también con el clima, ya que los vientos fríos del norte traen costumbres fieras, los de oriente la ira, los de occidente las depravaciones y las variaciones del clima la cólera. El juramento hipocrático, repetido durante milenios por los mé- dicos, es un ejemplo de conducta profesional, y puede ser efectiva 160 CRIMINOLOGÍA prevención contra los comportamientos antisociales de aquellos que ejercen la medicina: "A nadie daré droga mortal aún cuando ihe sea solicitada... no operaré a nadie por cálculos... a cualquier casa que entre iré por el beneficio de los enfermos... guardaré silencio sobre todo aquello que en mi profesión o fuera de ella, oiga o vea en la vida de los hombres que no deba ser p ú b l i c o . . . " VI.12. PLATÓN PLATÓN (427-347 a. C.), puede ser el antecedente de las corrien- tes sociológicas en Criminología, ya que señala cómo el crimen es pro- ducto del medio ambiente, y la miseria es un factor criminógeno, pues produce pillos y villanos, y el oro es causa de muchos delitos, ya que la codicia es creada por la abundancia, que consigue apo- derarse del alma enloquecida por el deseo. Describe, en La República, como un joven puede convertirse en criminal por la presión del medio, por las malas compañías y las orgías. "Entre nubes de incienso y repletos de perfumes, de coronas, de vinos y demás placeres licenciosos propios de tales reuniones", hasta que termina "presa de delirio y escoltado por la locura", en que a "ciertos principios o deseos de los que se tienen por buenos y en que haya todavía un resto de pudor, los mata y los arroja de sí hasta no limpiarse de toda sensatez y atiborrarse de aquella locura ad- venediza".*** Así, "un hombre se vuelve tiránico cuanto por su naturaleza o por sus hábitos o por ambas cosas, se hace borracho, erótico o de- mente", y principiará golpeando y robando a sus padres, para termi- nar de mercenarios en tiempo de guerra, o de ladrones, sacrilegos (saquear templos), plagiarios o defraudadores.^"" El criminal, en Platón, es muy parecido a un enfermo, y en con- secuencia debe ser tratado para educarlo, y si no, suprimirlo o expul- sarlo del país si ello fuera posible. Si el crimen es una enfermedad del alma, la pena debe ser el re- medio, pues, "si alguno ha cometido un crimen, la ley le enseñará a no repetirlo". Es importante el resto de la teoría penológica de Platón: 29» PLATXSN'. La República. UNAM. México, 1971, p. 318. 800 Ídem, pp. 319 y ss. FASE PRECIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA 161 "Nadie debe ser castigado porque causó un mal, porque lo que está hecho ya no puede ser desecho, sino para que, en el futuro, éste, y aquellos que lo vean castigado, puedan cabalmente odiar la injus- ticia, o cuando menos, disminuyan muchos de sus actos perversos". Y en otro lado, el mismo filósofo expresa: "La pena de muerte debería imponerse únicamente a los irremediables que no pueden ganar ejemplo del castigo, y cuya ejecución sería un ejemplo para que los demás hombtes no ofendan". Platón enuncia así los que ahora son considerados los dos prin- cipios básicos de la Fenología moderna: El primero que es el del tra- tamiento del delincuente, no su simple castigo, sino la socialización y la reeducación; y el segundo, el aspecto preventivo del castigo, se castiga no por el gusto de castigar, sino que se castiga como adver- tencia, como prevención para que los demás no delincan. Finalmente, recordemos que Platón reconoce la multiplicidad de factores sociales: "Los crímenes son producidos por la falta de cultu- ra, por la mala educación y por la viciosa organización del Estado". VI. 13. ARISTÓTELES ARISTÓTELES (384-322 a. C.), pilar indiscutible de la cultura occi- dental, entre otras cosas puede considerarse el fundador de la Psico- logía, y por extensión de la corriente psicológica de la Criminología. Aristóteles considera la tendencia al bien como una simple incli- nación natural que puede ser ejercida o no. No acepta el concepto platónico de que nadie es voluntariamente malvado, pues el hombre puede ser bueno o malo, y vicio y virtud son voluntaiias. Debemos recordar que los conceptos de voluntad y libertad tienen diferencias marcadas en Aristóteles, así, el hombre no es completa- mente libre, aunque puede llegar a serlo sometiendo sus instintos a la razón y haciendo que ésta domine a la sensibilidad. En sus profundos estudios sobre el alma humana, Aristóteles nos revela cómo las pasiones son causas del delito, y cómo éstas pueden llevar aún al hombre virtuoso a cometer un crimen. Las pasiones o afecciones del alma son el pensamiento, la sensa- ción, el deseo y las emociones. Estos estados del alma son en muchos casos comunes al cuerpo, y llevan al hombre a la acción, así por 162 CRIMINOLOGÍA ejemplo: la ira, el temor, la piedad, el valor, el gozo, el odio, el amor, etc.^*^ Aristóteles sigue el aspecto platónico de creer que es la pobreza uno de los factores criminógenos más importantes; que es la miseria la que engendra rebelión y delito, pero señala que los delitos más graves no se cometen para adquirir lo necesario, sino por lo super- fluo; es decir, el hombre no mata por hambre, pero sí mata por am- bición. La influencia criminógena de las personas es más importante que la influencia de los factores económicos. Las tres cosas por las que un hombre llega a ser bueno y virtuoso son: la naturaleza, el hábito y la razón; por lo que es preciso mante- ner entre ellas una armonía recíproca, de aquí la función de la edu- cación como prevención de la maldad y el crimen.s**^ Los hombre malos y antisociales lo son por encontrarse en dis- posición perversa y contraria a la naturaleza, por haber creado malos hábitos o por tener desviada la razón.^*"" En cuanto a la teoría penológica, Aristóteles considera que el pueblo obedece por miedo, no por pudor, y las multitudes, domina- das por los afectos, no obedecen a la razón, sino a la fuerza, y se concretan a seguir el placer y a huir del dolor. La pena es un medio para conseguir el fin moral propuesto por la convivencia civil. VI. 14. ALEJANDRÍA La medicina forense y la medicina en general tuvieron un gran avance en el período comprendido de 305 a 150 a. C , pues los reyes Ptolomeos dieron autorización para que los cadáveres de los crimina- les fueran entregados a los médicos para su estudio. Además, los criminales más feroces eran puestos a disposición de los médicos para su disección ¡en vivof, lo que causó una gran indig- nación entre varios de los mismos médicos, que encabezados por He- rófilo, según la leyenda, impidieron la continuación de taa repug- nante práctica. El contacto entre médicos griegos y egipcios fue por demás fruc- 801 Un interesante estudio sobre el tema, lo encontramos en: SHUTE, CLAJRENCE. La Psicología de Aristóteles. Editorial Cajica, Puebla, México, 1945. 802 cfr. ARISTÓTEX^S. PoUtica. UNAM. México, 1963, pp. 224 y ss. 803 Cfr. ARISTÓTOLES. Ética Nicomaquea. Editorial Porrúa, S. A. México, 1976, pp. 161 y ss. FASE PRECIENTÍFICA DE LA CRIMINOLOGÍA 163 tífero, ya que intercambiaron información básica. De esta época sur- gieron médicos como Herófilo y Erasístrato. Herófilo es considerado el creador de la Anatomía, al realizar los primeros estudios en cadáveres (generalmente de delincuentes ajusticiados). Es de recordarse que los médicos griegos tenían prohi- bida la disección de cuerpos humanos, en tanto que los egipcios eran maestros de momificación y embalsamamiento; los reyes ptolomeos le- vantaron la prohibición. Herófilo señaló la importancia del cerebro como sede de la inte- ligencia, de los sentimientos, de los sueños, de la locura y de las sen- saciones. Como dato curioso mencionemos a Erasístrato, un médico griego, fundador de las curas por dieta, que descubrió los principios básicos de lo que ahora se llama el polígrafo o detector de mentiras; esta anécdota es muy ejemplificativa del extraordinario avance de los griegos. El rey Seluco tenía un hijo, Antíoco, el cual se notaba las- timosamente enfermo, y entonces este médico, Erasístrato, tomándole el pulso principió a mencionar los nombres de todas las mujeres del palacio, para saber de cual estaba enamorado el paciente, hasta que, ante su gran sorpresa, sintió la reacción del muchacho cuando men- cionó el nombre de su madrastra; efectivamente, la joven esposa del rey era el gran amor del joven príncipe; su enfermedad, verdadera neurosis, era por no pecar, por no ir contra su padre.^*** VI. 15. ANTIGÜEDAD LATINA Al estudiar la historia de la Criminología, vamos a encontrar que en Roma no hay tanto como podía esperarse, porque los romanos eran eminentemente juristas, vamos a descubrir muchos aspectos y muchos antecedentes de Derecho Penal, pero no propiamente de Cri- minología, los romanos, así como el rey Midas que todo lo que toca- ba lo hacía oro, todo lo que tocaban lo hacían Derecho. Por esto es difícil encontrar aspectos de Criminología Pura, aspectos que no sean eminentemente jurídicos. Hay una polémica muy interesante que duró muchos años, la es- tablecida entre los Estoicos y sus contrarios los Epicúreos. Los Estoicos ensalzaban la pobreza, diciendo que la pobreza es lo que nos lleva a la virtud, que la pobreza es lo que nos hace más sanos, etc., y los Epi- 304 cit. por GUTIÉRREZ BASALDÚA, ENRIQUE. Apuntes de Criminología. Mimeógrafo. México, 1967, p . 7. 164 CRIMINOLOGÍA cúreos afirmaban que, al contrario, la riqueza es lo que nos lleva a la felicidad, y que es la pobreza la que produce el crimen. MARCO TULIO CICERÓN es el ejemplo más acabado de jurista roma- no, su obra se lee con gran placer, y "En Defensa de Milón" debería ser texto básico en las escuelas de Derecho.^"" Su explicación del crimen sigue línea estoica, al afirmar que el hombre ha nacido para obrar en justicia, pero se desvía ya que la vir- tud no se improvisa, sino que es una continua y cansada conquista, un esfuerzo fatigoso que hace el hombre de bien para lograr la per- fección. El criminal, por el contrario, antepone lo útil a lo justo, aunque con un juicio de utilidad errado, ya que no anticipa el mal de la pena. LUCIO ANNEO SÉNECA es considerado el más grande criminólogo de la antigüedad, ya que su obra es de tal penetración, de tal análi- sis psicológico, que puede considerarse un importante precursor de nuestra ciencia. En su análisis de la ira, la considera como el motor básico por el que la sociedad están siempre en lucha fratricida. La ira está en todo ser humano, aún en los sabios y los pruden- tes, y debe hacerse un esfuerzo por reducirla al mínimo, y no reac- cionar con ira a las ofensas. En Política Criminológica, Séneca sigue el principio aristotélico del bien común, pues el gobernante debe actuar en interés de sus gobernados, y no en el suyo propio. En materia penológica. Séneca sigue la teoría de la pena medici- nal de Platón, comparando la acción del penólogo con la del médico, ya que primero se debe tratar de curar sin alterar los hábitos del en- fermo, si esto falla se pasa a imponer restricciones y limitaciones mayores. Si aún no hay curación se continuará con la abstinencia, y de no dar ésta resultados, se tendrá que recurrir al bisturí y cortar la parte dañada. Al igual el magistrado irá aplicando las penas paula- tinamente, hasta llegar a las más violentas. Terminemos este aparato con dos frases de Séneca que nos pue- den demostrar sus conocimientos en la materia: ' El crimen rompe los pactos formados por el crimen". "El malvado no puede oír hablar de un crimen sin acordarse del suyo". 80B Cfr. CICERÓN, MARCO TUUO. £n defensa de Milón (Pro Milone) . TJNAM. Mé- xico, 1963. CAPÍTULO VII LA EDAD M E D I A Y LAS PSEUDOCIENCIAS 1. La Edad Medía.—2. San Agustín.—3. Santo Tomás de Aqui- nc—4. Las Ciencias Ocultas.—5. La Quiromancía.—6. La As- trología.—7. La Demonología.—8. La Fisionomía.—9. La Fre- nología. VII.I. LA EDAD MEDIA Puede considerarse Edad Media al período de la Humanidad que va de la caída del Imjjerio romano de Occidente (476 d. C.) hasta la toma de Constantinopla por los turcos. (1453). A la Edad Media se ha dado en llamarla "Obscurantismo", en comparación con lo que después sería el 'siglo de las luces", supo- nemos que se llamó en esta forma porque no había luz eléctrica, por- que cualquier persona que haya estudiado un poco lo que fue la Edad Media se dará cuenta que pocas etapas de la historia humana han sido tan extraordinarias y tan fructíferas. Cualquier persona que haya visto algo del bizantino o del romá- nico, o de esa explosión de arte que es el gótico, y después ve alguna exposición de "arte" contemporáneo, se tendrá que poner a pensar cual es verdaderamente el obscurantismo, si aquel o éste. Igualmen- te si se estudia lo que se hizo de filosofía o de literatura en la Edad Media se podrá constatar la riqueza de esta época. ^ Es indudable que el elemento aglutinador en esta época fue la Iglesia Católica, y por lo tanto las interpretaciones criminológicas y penológicas son evidentemente teológicas, religiosas. Costa nos dice que "La Iglesia no logró aplicar en la práctica todos los principios en que se inspiraba su doctrina. Debió contar 163 166 CRIMINOLOGÍA con muchos obstáculos; por ejemplo, con el germanismo, que con- tenía varios elementos retrospectivos, como la institución de la re- presalia. Todavía hizo cuanto pudo para oponerse a los usos bárba- ros, introduciendo, allí donde no fue posible desarraigarlos, la tregua de Dios y el derecho de asilo y esforzándose, con medidas sucesivas, en hacer cada vez más público el carácter de la sanción. Contra las tendencias particularistas, invocó la tradición romana, en la que se encontraba muy desarrollado el elemento social. Y en la tentativa, no siempre infructuosa, de conciliar las dos corrientes opuestas, la bár- bara y la romana, no dejó de defender la solución más en consonan- cia con su punto de vista: el carácter ético y universal del derecho punitivo.^"^ VII.2. SAN AGUSTÍN Aunque pudiera considerarse a SAN AGUSTÍN, OBISPO DE HIPONA, como un representante de la Edad Antigua, ya que vivió de 354 a 430 d. C , lo trataremos en la Edad Media por ser un pensador que se adelantó a su época, y cuya influencia en el medioevo es defini- tiva. Los griegos habían predicado el "conócete a tí mismo" (Sócrates), pero es Sn. Agustín el que va a desarrollar la técnica de la introspec- ción hasta sus últimas consecuencias, abriendo nuevos cauces a la Fi- losofía y a la Psicología, y siendo de gran interés para la Crimino- logía. La introspección, ese ver hacia dentro, verse a sí mismo, lo lleva San Agustín en sus confesiones hasta el agotamiento, y nos hace ver hasta donde puede sondear un hombre su propia alma. En la obra de Sn. Agustín encontramos indiscutiblemente mu- chos aspectos criminológicos, ya que Agustín en su juventud fue un sujeto antisocial, y en sus relatos de las conductas que tuvo de joven nos hace ver desde dentro lo que puede ser el alma de un ente anti- social, casi de un criminal, y nos hace meditar qué cerca está el gran criminal del gran santo, qué barrera tan pequeña los separa, y cómo hay que tener mucho miedo y mucho cuidado antes de juzgar a un sujeto como un gran criminal o un gran santo, porque nos podemos topar con otro Agustín y equivocamos ampliamente. La posibilidad de salvación (o como hoy se diría, de readapta- 306 COSTA, FAUSTO. El delito y la pena en la Historia de la Filosofía. UTEHA, México, 195S, p. 42. LA EDAD MEDIA Y LAS PSEUDOCIENCIAS 167 ción) del sujeto desviado es clara en Sn. Agustín, y da siempre una esperanza. Al hablar de las penas temporales de esta vida, a que está sujeta la naturaleza humana, dice que "son rarísimos los que no pagan al- guna pena en esta vida, sino solamente después en la otra".^"^ Para San Agustín "La pena del Tallón es la justicia de los injustos". San Agustín no está de acuerdo con reducir la pena a una amena- za y un ejemplo. Si la pena inspira un temor, éste debe ser saluda- ble. Debe ser también una medida de defensa social. Pero para él, además, la pena debe contribuir a la regeneración del culpable. Así se introdujo el sentido de lo humano. Agustín desarrolló la teoría de la voluntad libre, así, la "gracia eficaz" mueve a obrar al hombre, pero no necesariamente. VII.S. SANTO TOMAS DE AQUINO SANTO TOMÁS DE AQUINO (1225-1274) es la figura de mis alta ca- tegoría en el pensamiento de la Edad Media; revive a los clásicos griegos con 16 siglos de diferencia, dando a la filosofía griega una orientación teológico-espiritual. Su obra es enorme, baste mencionar la Suma Teológica, la Suma contra los Gentiles, el Gobierno de los Príncipes, Comentarios a las Obras Aristotélicas, etc. Explica el robo fíunélico, nos habla en una de sus páginas más bellas del tiranicidio ("así como es lícito resistir a los bandidos, es igualmente lícito resistir a los malos príncipes"), desarrolla por pri- mera vez, y estamos hablando del siglo xiii, una doctrina general del socialismo, que posteriormente, en el siglo xix, algunos autores ale- manes e ingleses van a desarrollar. Otro aspecto muy importante en Tomás, y que me parece uno de los pilares fundamentales de la moderna Criminología, es el decir que las virtudes también dependen de las disposiciones del cuerpo, es decir, en el siglo xrii ya se habla de predisposición, y en esto Tomás es claro, pues afirma que hay gentes que por las disposiciones del cuerpo tienden al mal, tienden al pecado, y entonces estos individuos no son tan culpables como parecen, pero también hay quienes por las disposiciones del cuerpo tienden a la virtud y entonces no son tan santos como aparentan. 6OT AGUSTÍN, SAN. i o Ciudad de Dios. Editorial Porrúa, 4* edición. México, D. F., 1978. Cfr. LIBRO 21, Cap. XIV. 168 CRIMINOLOGÍA Sin embargo, existe siempre la voluntad en su sentido más amplio, el hombre goza del libre albedrío en cuanto está dotado de razón. Penológicamente, "En esta vida no se castiga por castigar. El valor de los castigos impuestos al hombre es un valor medicinal y tiende a lograr la seguridad pública y la curación del delincuente". Según la mentalidad de Santo Tomás, con bases aristotélicas, en la que hay una posición de unidad en el universo, en la existencia humana no habrá una separación absoluta entre responsabilidad mo- ral y responsabilidad penal. Pero, a la vez, Santo Tomás es conscien- te de que tampoco existe una confusión entre ellas, no confunde lo espiritual y lo temporal, ni tampoco la justicia divina y la justicia humana. VII.4. LAS CIENCIAS OCULTAS Las ciencias ocultas, llamadas también pseudociencias, tuvieron un desarrollo extraordinario durante la Edad Media y en el Renaci- miento, pero encontramos que algunas de ellas han tenido y tienen aún actualmente una gran cantidad de seguidores y de investiga- dores. Las ciencias ocultas o pseudociencias son en realidad el antece- dente directo de la ciencia actual. Nunca hubiera habido Astronomía, si no hubiera existido antes Astrología. Nunca hubiera existido Química, si no se hubiera desarro- lado antes la alquimia. Por lo tanto no debemos tomar a las ciencias ocultas poco en serio, tampoco podemos ya hacer ocultismo, tan solo hay que estudiarlas como antecedentes del conocimiento científico, actual. Las ciencias ocultas se llamaron así por varias razones. En primer lugar, la ciencia se desarrollaba en los conventos, pues monjes y frai- les eran del grupo de privilegiados que sabían leer y tenían bibliote- cas, por lo tanto el conocimiento científico (o pseudocientífico) esta- ba vedado, y por lo tanto oculto a la mayoría de la población. Una segunda razón es que los científicos seglares realizaban sus experimentos por lo general en secreto, pues podía ser peligroso el hacerlos públicos, y convertirse en sospechosos de brujería o hechi- cería. Otra razón es que tan solo ciertos iniciados tenían acceso al co- nocimiento, además de que algunos conocimientos estaban efectiva- mente relacionados a fuerzas ocultas, misteriosas e incomprensibles. LA EDAD MEDIA Y LAS PSEUDOCIENCIAS 169 Algunas ciencias como la Oftamalmoscopía, la Metoscopía, La Pedomancia, buscan explicar el destino humano y la personalidad por medio del estudio de los ojos, de la frente o de los pies, o del ombligo como es el caso de la Umbilicomancia. Otras, como la Astrología y la Demonología, inquieren en fuer- zas ocultas y sobrenaturales. Pero todas ellas tuvieron relación con la Criminología, pues en su momento intentaron dar explicación a la conducta desviada. Así por ejemplo, cuando CÁNDANO inventa la Metoscopía, con- junto de conocimientos que tratan de conocer al hombre por el es- tudio de las arrugas de la frente, se llegó a predecir quienes iban a morir ahogados y quienes en el patíbulo. VII.5. lA QUIROMANCIA La Quiromancia ha sido definida como "arte supersticioso de predecir el futuro de una persona o adivinar su carácter estudiando las líneas y protuberancias de la palma de la mano".^*** Es un arte antiquísimo; se practicaba en la China desde al año 3000 a. C ; también en la India y el Cercano Oriente, especialmente entre los gitanos. Se supone que la mano izquierda muestra las ca- racterísticas heredadas y la derecha las adquiridas; que cada promi- nencia indica una característica diferente y que las líneas principales denotan longevidad, éxito en el amor, bienes de fortuna, etc., mien- tras que las estrellas, círculos, cruces, cuadrados, ramales y bifurca- ciones confirman los pronósticos. Por Quirología debe entenderse el estudio de las rayas de la mano, es el diagnóstico por la mano. Para los Quirólogos su ciencia se basa en que:^**^ 1. Las manos que según dice el adagio son el espejo del alma, son también el lugar donde se revelan las condiciones anormales de los distintos órganos y partes del cuerpo. De tal manera que, así como por su medio nos ponemos en relación con el mundo exterior, por su medio puede escudriñarse el interior de nuestro organismo. 2. En la mano se encuentran signos, marcas, colores anormales. 308 Gran Diccionario Enciclopédico Ilustrado. Tomo VI. Selecciones del Reader's Digest. México, Madrid, Nueva York, p. 446. 300 HEIXER-KRÜMM. Tratado de Quirologia. Editorial Kier, S. A., Buenos Aires, Argentina, pp. 18 y ss. 170 CRIMINOLOGÍA descoloraciones que nos indican o revelan que el individuo está en- fermo o sucio, infeccioso, o que tiene lesiones o defectos heredados. 3. La mano nos indica también que el organismo con sangre, linfa y tejidos sucios, necesita pasar por estos estados depurativos antes de llegar a la salud o normalidad del individuo. 4. La mano nos revela si el organismo posee apta constitución y vitalidad suficiente para que pueda hacérsele reaccionar y prolongar su existencia por medio de un tratamiento racional. Se ha llegado a estudiar que, manos demasiado grandes son pro- pias de tiranos y ladrones, espíritus fuertes en sí mismos y de gran resistencia, y curación fácil cuando enferman. Las líneas a observar son: 1. La Vitalis, o Línea de la vida. 2. La Cephalis, o Línea de la cabeza. 3. La Mensualis, o Línea del corazón. 4. La Línea Neptuno o de los venenos. 5. La Línea Hepática o del hígado. 6. El Cíngulum Veneris o Cinturón de Venus. En esta forma, para la Quiromancia, se puede saber casi todo respecto al criminal: su inteligencia, sus pensamientos, sus desvia- ciones mentales (Línea Cephalis), sus sentimientos y pasiones (Línea Mensualis), su erotismo y problemas sexuales (Cíngulum Veneris). Todavía hay quien practica la Quiromancia Criminológica, por ejemplo HEIXER KRUMM cita como dato importante la observación que hace sobre la mano de Pancho Villa, diciendo que en esas manos toscas "se veía todo lo sanguinario, bárbaro y cruel que era ese ban- dido. En la mano se reflejaban los centenares de asesinatos y críme- nes que cometió este hombre".*'^'* Es indudable que la Quiromancia representó un antecedente im- portante a la dactiloscopia y a la identificación del criminal. VII.6. LA ASTROLOGÍA Pocas ciencias (o pseudociencias) han sido tan cultivadas como la Astrología. Todos los pueblos de la antigüedad la utilizaron, y la mayoría de las religiones se basan en aspectos astrológicos, 810 HELLER-KRUMM. Op. cit., p. 67. LA EDAD MEDIA, Y LAS PSEUDOCIENCIAS 171 La Astrología tiene influencia definitiva para establecer calenda- rios, fijar fiestas, definir actividades. Los edificios son orientados de acuerdo a los astros; la divinidad es identificada con estrellas y pla- netas. Los chinos, los hindús, los egipcios, los mayas, fueron grandes as- trólogos, y sus religiones'con contenido astral. Aún los judíos, en el equinoccio de primavera, celebraban su fiesta, en la cual dejaban en libertad a un reo. En esta primera época Astrología y Religión son la misma cosa, y serán los griegos, por medio de Ptolomeo (siglo ii), los que den autonomía a la Astrología, pues CLAUDIO PTOLOMEO, en su Tetrabi- blos sentó las bases de la moderna astronomía, y establece un sistema en el que la Tierra es el centro del universo, teoría que durará más de 1300 años. Del Tetrabiblos nos interesan el libro iii y el iv, ya que el ter- cero está dedicado al pronóstico individual y fue muy utilizado por los médicos; el cuarto se refiere a la fortuna material, honor y ope- raciones militares. Para PTOLOMEO, los planetas producen efectos respecto de los cua. tro elementos, secando, humedeciendo, calentando y enfriando, y el temperamento humano está relacionado con los elementos y desde luego con los planetas. Los planetas que influyen en la criminalidad serían Mercurio, que hace banqueros, ambiciosos y ladrones; Saturno, que produce asesi- nos, piratas y villanos; Júpiter, que da hombres de armas, duelistas, gente enérgica y agresiva. Durante la Edad Media la Astrología tiene un gran desarrollo, lo que preocupó, entre otros, a San Agustín, que la objetó por con- siderarla contraria a la libertad y fatalista, pues negaba el libre al- bedrío y condenaba al hombre a un destino ciego. Sin embargo, el cristianismo primitivo no rechazó la ciencia de los astros, y no se persiguió a los astrólogos en tanto no utilizaran deshonestamente sus conocimientos. Es hasta COPÉRNICO y GALILEO (siglo xvi) cuando la Iglesia católica reacciona contra la idea de que la Tierra no es el centro del universo. Es gracias a las ideas de COPÉRNICO y al. telescopio de GALILEO, que la Astronomía se separa de la Astrología; JUAN KEPPLER (1571-16S0), aplica las leyes físicas y para 1666 el ministro Colhert prohibe la enseñanza de la Astrología en la Academia de Ciencias francesa. La Astrología se sigue cultivando, y dentro de ella se reconocen tres tendencias: la científica, la filosófica y la mística; veamos algunas 172 CRIMINOLOGÍA proposiciones de la llamada tendencia científica en lo referente a la Criminología. Se considera que las influencias astrales inclinan, pero no deter- minan el actuar humano, por lo tanto la interpretación astrológica es válida en el sentido de que permite prevenir influencias para su debida canalización. No obstante, se acepta decididamente la influen- cia de los astros en la personalidad y conducta humanas, y en forma especial en la problemática criminal. En lo referente a los signos del Zodiaco, de acuerdo a la fecha de nacimiento tenemos que:^^^®^- a) Los signos de fuego (Aries, Leo, Sagitario) condicionan mayor- mente las conductas antisociales violentas o resultantes de un ánimo de preponderancia de personalidad; por el contrario, poco inclinados a traiciones y la utilización de subterfugios. b) Los signos de aire (Géminis, Libra, Acuario) inducen hacia conductas antisociales provenientes de la volubilidad o la inconstan- cia; así mismo inclinan la conducta hacia la diversificación de acti- vidades sexuales sin afecciones profundas de personalidad, con las conductas antisociales resultantes; por otra parte no manifiestan sen- timientos negativos profundos como el rencor y la venganza. c) Los signos de tierra (Tauro, Virgo, Capricornio) predisponen conductas antisociales cuyo objeto sea el apoderamiento de bienes y también aquellas en que se requiere una planificación desapasiona- da y un desarrollo prudencial de planes. d) Los signos de agua (Cáncer, Escorpio, Piscis) inclinan la per- sonalidad hacia desequilibrios emocionales y todas las consecuencias antisociales cuyo objeto sea el apoderamiento de bienes y también aquellas en que intervengan las pasiones desordenadas, como los ce- los y el rencor; conjuntamente a tendencias sexuales pasionales que se confunden con sentimientos nobles y llegan a desarrollar conduc- tas criminales. En general, los planetas influyen de diferentes maneras, pero aun- que unos proyectan actitudes inducentes claramente al crimen, otros influyen tendencias negativas en combinación con el resto de elemen- tos del horóscopo. Las tendencias negativas de los planetas son: 311 Cfr. ALPHERAT. Tratado de Astrologia. Editorial Kier. Buenos Aires, Argen- tina, 1973. 312 Cfr. HEINDEL, MAX. EÍ mensaje de las estrellas. Editorial Kier, Buenos Aires, Argentina, 1973. LA EDAD MEDIA Y LAS PSEUDOCIENCIAS 173 Marte. Relajamiento de la moral sexual, dominio y toda manifes- tación de violencia. Venus. Relajamiento de la moral sexual y disminución de la pru- dencia en razón de fantasías negativas. Mercurio. Engaño y juego con cualquier manifestación. Urano. Afecciones de personalidad, debilitamiento del carácter, pro- piciamiento de errores. Neptuno. Degeneración, excesos y vicios, locura y suicidio. Saturno. Tendencias destructivas y avasalladoras, complementadas con carencias sentimentales y brutalidad de métodos. Así se dice que: "Este es el más maligno de todos los planetas junto con Urano, gasta treinta años en pasar por los doce signos, por lo que rara vez está en conjunción con el Sol. Esta circunstancia debe considerarse afortunada para la humanidad, pues dicen los astrólogos que las per- sonas nacidas bajo su influjo son impertinentes, desabridas, tiranas, crueles y sanguinarias, dadas al robo, y al asesinato; en suma, donde haya un asesinato acompañado de barbarie, es bien seguro que Sa- turno presidió el nacimiento de los perpetradores, porque tal es el carácter de este planeta".'^ La Luna, puede pasar por 28 moradas, de las cuales algunas son de carácter criminógeno, así podemos señalar la 8a. que propicia el odio a los cautivos; la lia. que favorece a los que intentan evadirse de prisión, al igual que la 13a.; la 16a. propicia calum- nias, venganzas y celos; la 27a. las crisis matrimoniales; la 28a. las acciones encaminadas a perjudicar bienes ajenos, la seducción, el adulterio, etc. Otra dato tomado en cuenta por los astrólogos son las "casas"; ^^* éstas son obtenidas por el meridiano del lugar de nacimiento, y hay algunas francamente criminógenas, como la III (agresividad), IV (robo), V (estupro, adulterio), VII (litigios), VIII (muerte, ocul- tismo, asociación delictuosa) , X (honor). La más desdichada es la casa XII, pues se relaciona con confina- ciones (cárcel, hospital), enemigos, complots, ruina, afecciones plane- tarias graves, puede llevar al suicidio y elevar grandemente la ten- dencia al crimen; si vemos los planetas citados anteriormente, es de imaginarse lo que haría, por ejemplo. Saturno en la casa XII. 313 Cfr. VoLcuiNE, ALEXANDRE. Astrologia lunar. Editorial Kier. Buenos Aires, Ar- gentina, 1971, pp. C2 y ss. 314 Cfr. HADES. El Universo de la Astrologia. Plaza & Janes Editores. Barcelona, Espafía, 1975, pp. 60 y ss. 174 CRIMINOLOGÍA Como podemos ver, la Astrología ha tenido gran relación con la Criminología, no sólo en la teoría, sino también en la práctica, así, el juez criminalista Cospi orienta sobre la forma en que el juez pue^ de hacer el horóscopo del delincuente. Durante el tardo medioevo y en el Renacimiento, se hicieron ho- róscopos criminales, que servían de orientación a la justicia. Actualmente, la idea de predestinación astral está científicamen- te descartada, pero se acepta y comprueba la acción de los cuerpos celestes sobre una serie de fenómenos naturales (como las mareas, v/gr.). Salvando todo aspecto mágico o sobrenatural, puede pensarse que los astros pueden tener alguna influencia en la conducta humana, tal y como hemos podido comprobar en los enfermos mentales recluidos en hospital psiquiátrico, que tienen indudable aumento de agitación durante los días de luna llena. No se trata, desde luego, de volver a los horóscopos criminales, sino de estudiar una posible variable. Es interesante recordar los experimentos hechos a base del "Bio- ritmo", el cual ha sido calculado con computadorjis, y que consiste en la teoría de que todo ser humano tiene un "ritmo" a partir del día que nace, con altas y bajas. Conociendo él día de nacimiento, la computadora puede decir, día con día, si el sujeto estará en su máxima expresión intelectual, física y emocional (tres variables básicas), si tiende a la alta o a la baja, si está bien en alguna de ellas y mal en las otras, etc. El Bio-ritmo se está utilizando actualmente en compañías de avia- ción (pilotos), y en ciertos deportes (fútbol americano). Ignoramos si se han hecho experiencias con Bio-ritmo en criminales, quizá seria interesante preguntarle a la computadora cómo era el Bio-ritmo del criminal al cometer el hecho, por lo menos suena más científico que consultar su horóscopo en el periódico del día. VII.7. LA DEMONOLOGÍA Nos dice Don Constancio Bernaldo de Quirós que "De todas es- tas ciencias, más que ninguna, a la que principalmente se debe re- conocer como la madre en línea recta de la Criminología actual, aún más que la fisiognomía, aún más que todas las otras ciencias ocultas que trataron de establecer la relación entre cuerpo y alma, entre lo orgánico y lo psíquico, es la Demonología". LA EDAD MEDIA Y LAS PSEUDOCIENCIAS 175 La Demonología es el estudio de la naturaleza y cualidades de los demonios, y tiene antecedentes muy antiguos, quizá los primeros en el Mazdeismo, religión dualista del antiguo Irán, consistente en creer y adorar una doble divinidad: un dios bueno (Ormuz) y uno malo (Ahra-Many). En la historia encontramos varias tendencias y religiones que aceptan el dualismo, como el maniqueismo, el priscilianismo y la herejía de los albigenses. El mal es explicado por medio de la existencia del demonio. En la tradición cristiana se trata de un grupo de ángeles que se rebela- ron contra la autoridad divina, siendo derrotados y expulsados del cielo, organizando su propio reino en el infierno y bajo el mando de Satanás o Belcebú. Estos seres malignos no perdieron totalmente su poder, y en esta forma logran hacer el mal en la tierra, básicamente por tres medios: "tentando" a los pobres humanos, incitándolos al mal; "poseyendo" a los hombres, es decir, metiéndose en el cuerpo y substituyendo la voluntad del poseso; "pactando", es decir, realizando contratos por los cuales da a los mortales poderes extraordinarios a cambio de su alma. La Demonología va muy unida a la brujería, magia y hechicería, que son también muy antiguas, casi desde que el hombre aparece y se organiza, y que ha persistido hasta nuestros días. En un principio van unidas con la religión y la medicina, pero poco a poco se van se- parando. La hechicería se considera de origen persa, con Zoroastro; la ma- gia de raíces Babilónicas, la Cabala de nacimiento judío. Los sujetos dedicados al cultivo de estas ciencias ocultas se mul- tiplicaron, y así, San Isidoro los clasificó en: Magos, Maléficos, Ni- gromantes, Hidromantes, Geomtes, Aeromantes, Piromantes, Adivi- nos, Encantadores, Arlóles, Arúspices, Augures, Auspices, Pythones, Astrólogos, Horóscopos, Sortilegios y Salisatores.^^^ La proliferación, que dio como resultado la competencia a médi- cos y sacerdotes, hizo que se prohibieran este tipo de actividades, así las XII tablas, la Lex Cornelia de sicariis et heneficis, los glosadores y las Partidas, que vetan los hechizos 'malos", pero permiten los "buenos" (Ley III tit XIII Partida VII). SIS cfr. BoNnxA, Luis. Historia de la hechicería y de las brujas. Biblioteca Nueva. Madrid, España, 1962, pp. 57 y ss. 176 CRIMINOLOGÍA Gregorio IX en el siglo xiu establece la Inquisición, enviando al monje Conrado de Marburgo a Alemania, de esta época es el "Espe- jo Sajónico", una ley que es un tratado de Demonología, que se vería completado por el "Dictatorium Inquisitorum", escrito por Nicolás Eymerico en el siglo xiv. Un decreto de Juan XXII en el siglo xiv, y la bula Sumi desiden- tis de Inocencio VIII, del siglo xv, intensificaron la lucha contra la brujería, escribiéndose por el inquisidor SPRENGER el martillo de los brujos (Mallens Maleficarum, 1489), guía oficial de la caza de bru- jas, seguida por la inquisición protestante con ferocidad digna de mejor causa. Estas ideas llevaron a conductas desviadas y excesivas, a una serie de actos en los cuales el hombre una vez más niega su naturaleza humana, y esto constituyó principalmente las cacerías de brujas, que se suponía que eran las personas que habían hecho pacto con el de- monio, y tenemos que aquellas personas de las cuales se escuchaba que pudieran estar estar coludidas con el diablo se les torturaba hasta que confesaran ser brujos, y luego de la confesión se les quemaba en la hoguera; o si no, se les tiraba atados al agua, y si estas personas se salvaban era porque tenían pacto con el demonio, si se bogaban es que eran inocentes y habían volado al cielo. En el siglo xvir, sólo en Escocia, en 32 años fueron ejecutadas 17,000 brujas; en Ginebra, en 3 meses, quemadas 500; en Trevcris, Alemania, se contaron 7,000; y se considera que en toda Alemania se llegó a 100,000 ejecuciones. Los tratados de Demonología se multiplicaron, así la Demonola- trie de Nicolás Remy, el Descubrimiento de la Hechiceia de Regina] Scote, Del Prestigio del Demonio de Juan Weyer y la Demonomanie des Sorciers de Bodin, son ejemplos clásicos de la literatura del siglo XVI. En estas obras podemos ver el contraste, pues mientras Bodín exigía que se quemara a todas las brujas de Francia, que él caucula- ba en un millón novecientos mil, Scote y Weyer reaccionan contra la despiadada persecución, al igual que Comelius Agripa. Los libros de Demonología llegaron a ser extraordinarias clasifi- caciones de los demonios, y la idea es que estos (7.000,000 de diablos divididos en 1,111 legiones de 6,666 cada una), podían posesionarse de una persona y obligar a realizar cosas perversas que esa persona no deseaba, por lo tanto, a ese individuo había que sacarle el demo- nio, y así fue como todo aquello que el hombre no se podía explicar. LA EDAD MEDIA Y LAS PSEUDOCIENCIAS 177 toda conducta que el hombre no podía justificar, la atribuía a un demonio que se había posesionado de la persona. Los que más sufrieron con estas ideas fueron los pobres enfermos mentales, ya que se confundía al enfermo mental con el endemonia- do y se pensaba que el enfermo mental era un poseso. La importan- cia que tiene la Demonología es que se hizo clasificación de los dife- rentes posesos; es decir, según el diablo que se les metía a las per- sonas así se iban a comportar, y aquí aparece una de las primeras clasificaciones de las enfermedades mentales. Dentro de lo terriblemente negativo de este tipo de ideas supers- ticiosas, se llegó a ciertos avances como la curación de algunas enfer- medades mentales, algunos enfermos les llegaban a "sacar el demo- nio", a base de baños de agua helada, a base de palos, a base del abuso del fuego, y el demonio "se salía" y la persona se volvía nor- mal; n o existía tal demonio, lo único que hacían era aplicar en for- ma primitiva las actuales técnicas del shock, pues la esquizofrenia puede curarse en algunos casos gracias a electro-shock o a shock-insu- línico (afortunadamente esta técnicas está cada vez más superadas, y de hecho han desaparecido). Aparte de las ideas de posesión diabólica y pacto con el demonio, la Demonología desarrolló la teoría de la "tentación", en la que el criminal es un sujeto que, de no estar poseído, está al menos "ten- tado" por el espíritu maligno. En esta explicación se considera la causa del crimen como algo extemo, que tiene influencia en la na- tural debilidad humana. En el siglo pasado la corte inglesa acusaba al criminal de ser "im- pelido e instigado por el demonio", en tanto que la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos declaraba en 1862 t^ue lo justo y lo errado se relacionan con la seducción de las fuerzas del mal.^^* Es sorprendente analizar, en el momento actual, la cantidad de personas que forman parte de sectas diabólicas u ocultistas, y las su- mas fabulosas que se gastan en la consulta de brujos y hechiceros. Uno de los negocios más fructíferos, en países de los llamados postin- dustriales, o altamente desarrollados, es la magia, y están de moda las sesiones de exorcismo. En una encuesta de L'Express*" se encontró que el 58% de los franceses considera la Astrología como ciencia, y podía sorprendemos la cantidad de personas que leen su horóscopo antes de salir de casa, 816 Cfr. REINHART, JAMES M . ; MEADOWS, PAUI. & GILETTE. Social Problerm and Social Policy. American Book Comp. Nueva York, 1952, p. 362. 317 L'ExpRtJss. N? 1377, 28 noviembre 1977. 178 CRIMINOLOGÍA ¿Estaremos en un legítimo "Retomo de los brujos" como titularon su libro Pawels y BergerP.^^^ VII 8. LA FISIONOMÍA La Fisionomía o Fisiognomía, estudio de la apariencia externa de los individuos, y de las relaciones entre dicha apariencia y su ser interno, es un conjunto de conocimientos de vieja raigambre. En Atenas existía un célebre fisonomista llamado ZÓFBRO, el que podía decir, observando la cara y la conformación somática del su- jeto, cuales eran sus virtudes y cuales sus vicios. Zófiro es recordado por su error al haber dictaminado que Só- crates era un sujeto entregado al libertinaje, necio, brutal, voluptuo- so, todo esto por la conformación de la garganta, siendo que Alci- biades, un vicioso contemporáneo no presentaba ninguna anomalía en su bien configurado cuello. Se dice que Sócrates replicó que las tendencias naturales son susceptibles de controlarse por la educación y la virtud, y pronunció la frase: "habla para que te conozca". Otro pensador griego, EXÍMENES, había afirmado que los que tie- nen los ojos torcidos son puntillosos y agudos en maldad, los lampi- ños son de maldad femenina y los jorobados malos y lujuriosos. Mucho tiempo antes, las Leyes de MANÚ (VI-III a. C.) contenían preceptos de carácter fisionómico, como la prescripción 126: Que el Rey después de haberse asegurado de las circunstancias agra- vantes, como la reincidencia, de lugar y momento; después de haber examinado las facultades del culpable y el crimen: Haga caer el cas- tigo sobre quien lo merezca. Que descubra lo que pasa en el espíritu de los hombres por me- dio de los signos exteriores, por el sonido de su voz, el color de su semblante, su continente, la marcha, los gestos, las palabras, los mo- vimientos de los ojos, porque por ellos se adivina la agitación in- terior del pensamiento. Como precursor importante de la fisiognomía mencionemos a SAN JERÓNIMO, que en una de sus frases más afortunadas nos dice: "la cara es el espejo del alma y los ojos, aún cuando callen, confiesan los secretos del corazón". San Jerónimo aconsejaba a los padres confesores que vieran al st8 cfr. BERGER, JAKES y PAWELS, LOUIS El retomo de los brujos. Plaza & Janes, S. A. México, 1964. LA EDAD MEDIA Y LAS PSEUDOCIENCIAS 179 sujeto que va a pedir ayuda, que observaran sus ojos, que notaran sus reacciones, para saber si el sujeto está mintiendo o no, para saber si su arrepentimiento es válido o está fingido. Puede considerarse a GIOVANNI BATISTA DELLA PORTA (1535-1616) el primero en intentar sistematizar la Fisiognomía. Este notable ita- liano, miembro de una famosa familia de artistas, era hombre acos- tumbrado a modelar el barro y el mármol, y llega a desarrollar una técnica de observación de la fisonomía de sus modelos. Della Porta sostiene en su Fisiognómica (1586) la interdependencia del cuerpo y del alma, y señala algunos caracteres somáticos de ín- dole criminal que pueden apreciarse en forma de anomalías en la cabeza, la frente, las orejas, la nariz, los dientes y la medida de la braza con respecto a la estatura. El artista italiano estudió ya las relaciones entre criminalidad y locura, por la semejanza de conducta entre el iracundo, el epiléptico y el ladrón. Siguiendo la antigua tradición destaca el valor de la ex- presión de los ojos, y estudia la psicología de la risa y del llanto. Su gran relación con la Criminología es que llegó a las conclu- siones anteriores visitando cárceles y observando autopsias de asesi- nados y de criminales ajusticiados.*^* JERÓNIMO CORTÉS, en su Libro de Phisonomia Natural y Varios Secretos de Naturaleza (Valencia, 1597), define la Fisionomía como "Sciencia ingeniosa y artificiosa de naturaleza por la cual se conoce la buena o la mala comprensión, la virtud o vicio del hombre por la parte que es animal". Cortés hace un largo estudio sobre la relación entre las diferentes partes del cuerpo y la forma de ser del sujeto: "Los hombres de es- tatura larga y bien derecha y más flaca que gorda, suelen ser atre- vidos, crueles, de grande ira y presunción; los gruesos y altos, porfia- dos, ingratos y prudentes; si de corta estatura, sospechosos y de mucha i r a . . . " etc. La Fisiognomía con pretensiones de ciencia, llega a desarrollarse en una forma notable en el 700, con un abate llamado JEAN GASPAR LAVATER (1741-1801), un f»astor protestante que en 1776 publicó un libro que se llama Fragmentos Fisionómicos paira Conocimiento del Hombre y del Amor al Hombre. Algunas de estas obras de los fi- siognomistas son extraordinariamente ingeniosas y divertidas, ya que hacen unas comparaciones formidables entre los animales y el hom- bre, sobre todo las ediciones ilustradas en las cuales podemos ver 81» Cfr. Ruiz FUNES. Op. cif. (Estudios), p. 19. 180 CRIMINOLOGÍA como hay personas que tienen cara de perro, de conejo, de cerdo, pero a la conclusión que llegan algunos fisionomistas es que una persona con cara de perro tiene las características psicológicas del mismo animal. (La obra de Lavater es especialmente valiosa por las ilustraciones que, en el último tomo, realizó Charles Le Brun). Lavater añade que la verdad embellece y el vicio desfigura; que la vida intelectual hay que observarla en la frente, la moral y la sen- sibilidad en los ojos y en la nariz, pues los ojos son centro y suma de todos los caracteres, y que lo animal y vegetativo se ve en el mentón. También afirma que la rudeza es siempre un signo, en cualquier parte del cuerpo que nunca presagia nada bueno, para concluir dice que todo hombre es fisonomía de sí mismo, y observa que la fisono- mía de los falsos es de las más claras de leer y que en la forma se revela el carácter. Todos esos conocimientos van a desembocar en la frenología, que mencionaremos más adelante, y no se piense que estas observaciones eran puramente especulativas o inocentes entretenimientos, pues se aplicaban en la vida diaria. La enorme importancia que la Fisiognomía tiene en la Crimino- logía, es en parte el antecedente de que el Marqués de Moscardi, en Ñapóles (siglo xvni), siendo juez, impuso la costumbre de que en el momento de pronunciar la sentencia se debería decir: "Oídos los testigos de cargo y de descargo y vista tu cara y tu cabeza, te conde- no a: (la prisión o a la horca) ". La descripción de los "hombres de maldad natural" de Lavater es por demás interesante, y digna de comparar con la del "criminal nato" de Lombroso; la reproducimos a continuación:®^ Tiene la nariz oblicua en relación con la cara, el rostro deforme, pequeño y color de azafrán; no tienen puntiaguda la barba; ellos tienen la palabra negligente; los hombros cansados y puntiagudos; los ojos grandes y feroces, brillantes, siempre iracundos, los párpa- dos abiertos, alrededor de los ojos pequeñas manchas de color ama- rillo, y dentro pequeños granos color de sangre brillante como e¡ fuego, revueltos con otros blancos, círculos de un rojo sombrío ro- dean la pupila, o bien ojos brillantes y pérfidos, y seguido una lágrima colocada a los ángulos interiores; las cejas rudas, los párpa- dos derechos, la mirada feroz y a veces de través. 35» LAVATER, GASPARD. L'art de Connailre les Hommes par la Pysonomie. Oepclafol Librairie. París, Francia, 1820. Tomo IX, p. 247. LA EDAD MEDIA Y LAS PSEUDOCIENCIAS 181 Estos detalles nos indican claramente que los jueces del 1700 y principios del 1800 observaban personalmente a sus delincuentes an- tes de juzgarlos. Claro que hay otros antecedentes bastante duros en este aspecto; hay un mandato terrible que dice: "Cuando tengas dudas entre dos presuntos culpables, condena al más feo" (Edicto de Valerio). La creencia de que el alma y el cuerpo están en íntima relación y que las deformidades del cuerpo generalmente corresponden a las deformidades del alma es por demás antigua. En algunos idiomas "malo" y "feo" son sinónimos, la palabra "malhechores" viene no tanto del que hace mal, sino del que está mal hecho. El arte es por demás expresivo en este sentido, los buenos son siempre bellos, los ángeles son preciosos y la Virgen María, siendo la más buena entre los mortales (sin pecado original), tiene que ser la más bella. El diablo, por el contrario, es horrendo, así como los grandes malvados (Nerón, Judas, etc.). Bastaría ver las obras de Bosch (Cristo portacroce), de Bruegel (Caída de los Angeles) o del mismo Miguel Ángel (Virtud que vence al vicio), para convencerse de ello. La Fisiognomía dejó profunda huella en la historia del pensamien- to, y una de sus contribuciones es la obligación de los jueces para observar al acusado, y es que algunos jueces sentencian "casos" y no hombres, el sujeto que sentencian no es más que un número de ex- pediente, y hay ocasiones en que no llegan a ver o a conocer al su- jeto. En la época de la Fisiognomía el juez debía describir al senten- ciado, y para describirse debe observar, ver, conocer. No se trata, evidentemente, de regresar a la primitiva f>seudo- ciencia fisiognómica, y de condenar a los feos, sino simplemente de cumplir la ley; ¡Cuántos jueces cambiarían sus sentencias de gabine- te si tuvieran el valor de ver a los ojos al presunto responsable 1 Otro aporte de la Fisiognomía es, sin duda, la identificación cri- minológica, iniciada en toda forma por Bertillón (ver infra). El retrato hablado, que parte de bases fisiognómicas, es uno de los instrumentos más efectivos en la aclaración de los crímenes. A pesar de la exactitud de la dactiloscopia y de la precisión de la fotografía, no debe descartarse la descripción del sujeto a identi- ficar, la que en ocasiones es útil también en la entrevista y en la clínica. 182 CRIMINOLOGÍA VII.9. LA F R E N O L O G Í A VII.9.1. INTRODUCCIÓN La Frenología (del griego phren: inteligencia, y logos: tratado) intentó encontrar la sede física de las funciones psicológicas, y tra- bajando principalmente alrededor del cerebro, consideró este como un agregado de órganos, correspondiendo a cada uno de ellos una diversa facultad intelectual, instinto o afecto, dependiendo la mag- nitud de estos del mayor o menor desarrollo de la parte cerebral co- rrespondiente. A pesar de que la Frenología tiene su desarrollo en el siglo xix, nos hemos decidido a relatarla en este capítulo por tratarse, en mu- cho, de una continuación de la obra de los grandes fisiognomistas, y porque es considerada como una pseudociencia, sin desconocer que se trató de un intento serio y honrado por construir la ciencia de la personalogía. Los antecedentes de la Frenología son abundantes, ya ERASÍS. TRATO había propuesto que el alma está en el cerebelo y el bulbo, y que las circunvoluciones cerebrales tienen influencia sobre el desarro- llo intelectual; todo esto por las comparaciones entre los animales y el hombre. En el Renacimiento se insistió en la idea de que el cerebro es un centro básico, así, el profesor MAGNUS HUNDT, en su Antropologium (Leipzig, 1501), reproduciendo los esquemas de ALBERTUS MAGNUS (Philosophia Naturalis, 1490), señala que la localización del sentido común, la imaginación y la memoria, se encuentra en los lóbulos frontales, el cerebro medio, el cerebelo y los cuatro correspondien- tes ventrículos.*^^ VII.9.2. FRANQOIS JOSEPH GALL Es sin duda Gall (1758-1828) el creador de la Frenología y su principal representante y divulgador. Francois Joseph Gall nació en Tiefennbronn, Bade, hijo de un pequeño comerciante italiano, su verdadero apellido es Gallo, estu- dió medicina en Strasbourg, Francia (1777). 321 C£r. GARRKON, FIELDINC H . Historia de la Medicina. Editorial Interamericana. México, p. 152. LA EDAD MEDIA Y LAS PSEUDOCIENCIAS 183 Francisco I, personalmente, le prohibe enseñar en Viena (1801). En 1805, con su discípulo Spurzheim, hace un viaje triunfal por Ale- mania donde expone su teoría y se hace de muchos adeptos. En 1807 se va a París donde se nacionaliza francés, en 1808 hace su primera publicación sobre sistema nervioso, con poco eco, pero en 1810, en cuatro volúmenes, aparece su Anatomie et Physiologie. dw Systeme Nerueux en General et du Cerveu en Particulier Avec des Observations sur la Possibilité de Reconnaitre Plu^iers dispositions Intellectuelles de l'homme et des Animaux par la Configuration de Leurs Tetes. Su teoría se basa en: 1. El contenido se moldea por el continente, el cerebro tiene la forma que le da el cráneo, se puede conocer el contenido por el con- tinente. Observando las características del cráneo se puede saber las cualidades y el carácter del examinado. 2. Hay regiones claramente identificadas en el cerebro, se elabo- ran a partir de ahí "mapas cerebrales", dando una región a cada "facultad". 3. Del estudio de cabezas de condenados a muerte (musée del' homme) los frenólogos dedujeron que los criminales tienen extraor- dinariamente desarrollados los centros del instinto de defensa, el co- raje y la tendencia a reñir (agresividad), situados atrás de las ore- jas, y los centros del sentido carnicero, la tendencia a matar, situa- dos arriba y al frente de la oreja. "La teoría de Gall dejó mayores recuerdos por sus errores que por sus aciertos" (Nerwood), sin embargo, es de justicia reconocer en él un notable precursor al señalar que el cerebro no es homogé- neo, y que las facultades psíquicas se encuentran precisamente ahí. En materia Criminológica Gall se interesó profundamente por los alienados y por los criminales, así, aseguró que "Los grados de culpabilidad y de expiación difieren según la condición de los indi- viduos". Considerando que hay sujetos con tendencias invencibles debidas a su organización cerebral, se impone una graduación de pe- nas de acuerdo a cada individualidad. La medida de la culpabilidad y la medida del castigo no podrían ser tomadas ni en la materialidad del acto ilegal ni en la de un cas- tigo determinado, sino únicamente en la situación del individuo ac- tuando. Además de sus ideas de que en las 38 regiones del cerebro resi- 184 CRIMINOLOGÍA den las facultades psicológicas, y que esto es palpable a tiavés del cráneo, Gall intuye una explicación instintiva de la criminalidad. El crimen, dice Gall, puede ser causado por un desarrollo parcial del cerebro, no contrarrestado; este desarrollo produce un exceso de determinado sentimiento que lleva al crimen, así, el robo es resultado de un exceso del sentimiento de propiedad; lesiones y homicidio por un exceso del sentimiento de defensa; los delitos sexuales por un exceso del sentimiento reproductivo, etc. Gall es el antecedente inmediato de las modernas neurofisiolo- gía y neuropsiquiatría, y precursor indudable de la ciencia crimino- lógica. VII.9.3. MARIANO CUBI Y SOLER Mariano Cubi y Soler (1801-1875), uno de los frenólogos más destacados, es a la vez un importante precursor de la Criminología. Señala como principios básicos de la Frenología :^^ 1. Las facultades o potencias del alma son innatas, esto es, nacen con ellas. 2. El cerebro es, en este mundo, el órgano del alma o mente. 3. El cerebro es múltiple, esto es, el alma manifiesta varias facul- tades, que ejercita por medio de otros tantos correspondientes órga- nos cerebrales. 4. El tamaño de un órgano cerebral siendo todo lo demás igua^l, es una medida positiva de su potencial mental. 5. El tamaño y forma del cerebro se distinguen por el tamaño y forma de la superficie extema del cráneo o cabeza. 6. Toda facultad del alma tiene su lenguaje especial; esto es, todo órgano cerebral, cuando se haya predominantemente activo, produce un movimiento, expresión, gesto o actitud, que se llama su lenguaje especial o natural. El frenólogo español se ocupó también de aspectos criminales, desarrollando 30 años antes de Lombroso la teoría de que existe un criminal nato: "Hay criaturas humanas que nacen con un desmedido desarrollo de la destructividad, acometividad o combatividad, adqui- sitividad, severidad y amatividad. . ., con la parte moral y la razón 322 CUBI Y SOI.FR, MARIANO. Sislemn rompido de frenología. Barzelona {sic), Es- paña, 1844, p . 22. LA EDAD MEDIA Y LAS PSEUDOCIENCIAS 185 más defectuosa, cuya organización constituye naturalmente al ladrón, al violador, al asesino, al estafador y a otros criminales". Háse descubierto que cuando las partes laterales de la cabeza son mucho más abultadas que las superiores, produzen, por una leí o modo de prozeder natural, un irresistible impulso a robar, esta- far, engañar, sin que ningún temor ni correczion humanos, sean parte a ¡mpedirlo.^23 Cubi considera que este tipo de criminal es incorregible e irres- ponsable, por lo que es inútil e injusto castigarlos: ¿Cómo podrían los azotes, ni las cadenas, ni los martirios, corregir un mórbido ape- tito, una inflamación de ojos, o un dolor de vientre, que son casos análogos al de una irritación cerebral que forma al ladrón, al estu- prador, al asesino? (subrayado nuestro: irritazion zelebral, en el ori- ginal) .»" Aunque considerándolo impropio, utiliza el término "criminal nato", exponiendo con gran anticipación la idea de irritación cere- bral, que como "epileptoide" va a ser la base de la teoría lombrosia- na (ver infra). Para Cubi la Frenología tiene un valor supremo, pues "reconoce a estos hombres antes de cometer sus estafas, latrocinios y asesinatos". Víl.9.4. OTROS FRENÓLOGOS Por la misma época LAUVERGNE (1797-1859), un médico de los forzados de las prisiones de Tolón, hace estudios sobre criminales y expone ideas muy interesantes y muy semejantes a las de Gall, en cuanto que en las configuraciones cerebrales está el secreto de la conducta humana. Su obra se denomina "Los Condenados a Trabajos Forzados Con- siderados bajo la Relación Fisiológica, Moral e Intelectual, Observa- dos en la cárcel (bagne) de Toulon" (1841). LAUVERGNE describe un tipo especial de delincuente que se origi- na en montañas y países escondidos, y que "tiene protuberancias acu- sadas y una facies especial marcada con el sello del instinto brutal e impasible. Sus cabezas son grandes y acabadas en punta; notables ;!2J Ibidem, p . 335. 324 CDBI Y SOLER. Op. cit., pp. 417 y 419. 186 CRIMINOLOGÍA protuberancias laterales y, haciéndoles compañía, enormes mandíbu- las y músculos masticadores siempre en constante acción",^2* En 1837 VoisiN habla de defectos cerebrales en Delincuentes. En 1840 CARUS relata anomalías en las formas cránicas de delincuentes, que los privan de razón y voluntad. En 1854 CASPER los define como sujetos de extraña fisonomía, con ojos fríos y fieros. GiuSEPPE GiROLAMi, italiano, director del manicomio de Pesaro y de Roma, es el principal representante de la frenología italiana. Es interesante ver como los frenólogos influyeron en mucho en los modernos conocimientos de neurología. Si nosotros vemos algún libro de Frenología, nos parecerá quizá en mucho un poco infantil, un poco inocente, ya que la principal preocupación de estas gentes era realizar mapas cerebrales, es decir, buscar en las configuraciones del cerebro las áreas del comportamiento. Los frenólogos buscaban, principalmente aquellos que eran médicos de prisiones, algún punto en el cerebro en que se localizara la criminalidad. Obviamente esta región no existe o por lo menos todavía no se encuentra, pero sí es importante el saber que la lesión de ciertas regiones cerebrales pue- den impulsar al sujeto a delinquir. 825 l^uvERGNE. Cit. por QuiEÓs. Op. cU. (Nuevos...), p. 18. CAPITULO VIII LOS P R E C U R S O R E S 1. Santo Tomás Moro.—2. John Howard.—3. Jeremy Bentham.— 4. César Beccaria.—5. Pensadores Franceses.—6. Juan Jacobo Rousseau.—7. Médicos de Prisiones.—8. Philippe Pinel.-9. Psi- quiatras del Siglo XIX.—10. Morel, Despine, Virgilio.—II. Char- les Darwin. VIII.I. SANTO TOMAS MORO Tomás Moro (Sir Thomas More) es sin lugar a dudas uno de los grandes pensadores de la humanidad. Fue un abogado, jx)lítico y di- plomático inglés, que nació en 1478 y murió en 1535. Vivió en una época que se püedé considerar trágica, principalmente para Ingla- terra, ya que fue una era de serios relajamientos de costumbres y altamente criminógena. Fue discípulo del Primado Morton, y amigo entrañable de Erasmo, estudió en Oxford y escribió varias obras. Tomás Moro ocupó altos puestos en el gobierno de la época, y como Lord Canciller de Inglaterra cometió la osadía de enfrentarse al rey, Enrique VIII, primero al no aceptar el alza de impuestos, y después al oponerse a sus pretensiones de figurar como cabeza de la iglesia de Inglaterra y a obtener el divorcio p)ara contraer nuevas nupcias. Como católico practicante Moro no podía aceptar esto, por lo que fue considerado como traidor y muere ejecutado, según la usan- za de la época decapitado con hacha en la Torre de Londres. Como siempre fue un hombre virtuoso y creyente fue canonizado (Pío XI, 1935) y es uno de los grandes santos de la Iglesia católica.^^ 328 Cfr. REYNOLDS, E . E . Saint Thomas More. Catholic Truth Society. England, 1977. 1S7 188 CRIMINOLOGÍA Santo Tomás Moro escribió una obra trascendental llamada "Uto- pia y publicada en 1516.^2'' El término "Utopía" significa "lugar que no existe". Independienemente de todas las ideas políticas, jurídicas y eco- nómicas de su libro, en él se expone una gran cantidad de ideas cri- minológicas. Recordemos que "Utopía" es un país ideal donde todo el mundo es feliz, donde todos trabajan en armonía, donde tienen acceso a lo satisfactorio, a las diversiones, etc.^^* En esta obra hay varios párrafos en los cuales Tomás Moro hace la comparación entre la situación de Inglaterra en que él vivía y la situación ideal en que se vivía en la irreal "Utopía", lo que es de gran valor para conocer la realidad criminal y penal de los siglos xv-xvi. Dentro de sus ideas criminológicasf es conveniente señalar dos principalmente: una serie referente a la etiología criminológica, a los factores criminógenos, y otra a la Política Criminológica, a la prevención. La primera, en que Tomás Moro señala que el delito es produci- do por factores económicos y por la guerra (la ola de criminalidad que deja toda situación de post-guerra); también por la ociosidad, por el ambiente social y por errores de educación. Tomás Moro nos hace ver algo muy importante: que no es tan solo uno el factor cri- minógeno, sino que son muchos. Así, en cuanto al factor económico: "Existen las artes mecánicas, la agricultura, que les dejarían ganarse la vida si espontáneamente no se inclinasen al mal. El encarecimiento de la vida es origen y mo- tivo de que todos despidan el mayor número posible de sus criados. Y éstos ¿qué harán entonces?, mendigar o echarse a robar, cosa que fácilmente aceptan muchos espíritus débiles". En lo referente al ocio: "se debilitan con el ocio o se ablandan en ocupaciones casi mujeri- les, e incluso los preparados para la vida con oficios útiles y exper- tos en trabajos viriles se afeminan".^-* De las guerras, "que a tantas naciones perturban, agotando sus 827 MORO, TOMÁS. Utopia. Porrúa, México, 1975. (Hay también ediciones en es- pañol de Espasa-Calpe, Argentina, 1952, y de Fondo de Cultura Económica. México, 1973). 82a Para una idea completa del ideario poli tico-penal y Criminológico de Moro debe verse: BLASCO y FERNÁNDEZ MOREDA, FRANCISCO. Tomás Moro Criminalista. Edi- torial La Ley. Buenos Aires, Argentina, 1943. S29 Moro. Op. cit., p . 52 FCE. LOS PRECURSORES 189 recursos y aniquilando al pueblo", los Utópicos "abominan la guerra como de cosa totalmente bestial".^** En el ambiente social deben combatirse "Los lupanares, las ta- bernas y los juegos de azar, los naipes, los dados, la pelota, los bolos, que rápidamente vacían las bolsas de sus devotos y los encamina al robo", y cuidar de la educación. La segunda idea es que todo el esfuerzo del Estado debe dirigir- se hacia el combate de los factores del delito, no al delito en sí, sino a aquello que lo produce; es decir, a la prevención: si las causas del delito, dice Tomás Moro, son los factores económicos, la guerra, la ociosidad, el ambiente social, etc., debemos de combatir entonces la miseria, debemos de lograr que el país esté en paz, debemos de pro- curar mejorar el íunbiente social y educar a las personas, como se hace en Utopía. Toda esta lucha debe "hacerse al margen de la represión penal", y así: "Mejor valdría asegurar a cada uno su subsistencia de modo que nadie estuviera obligado por necesidad, primero a robar y luego a ser ahorcado". Como conceptos de Política Legislativa, anotamos que, no sola- mente debe existir un Derecho Penal, debe existir también un De- recho Premial, así como castigamos las malas acciones debemos de premiar aquellas que sean buenas. Los Utopistas "No sólo se apartan de las maldades por temor al castigo, sino que incitan a la virtud con promesas de honores". Nosotros hemos podido comprobar las virtudes del Derecho Pre- mial, principalmente en las reformas penitenciarias de nuestro país, donde en lugar de amenazar con terribles males a los reos de mala conducta, se ofrecen beneficios y liberación anticipada a aquellos que demuestren efectiva redención ¡Qué cambio tan notable en ciertos reos aparentemente incorregibles! Agreguemos que Moro anticipa ideas contra la inflación legisla- tiva: "Tienen muy pocas leyes, pero suficientes para su gobierno. Censuran en los demás pueblos, más que nada, el que no les basten tantos volúmenes de glosas e interpretaciones. Igualmente opinan que es injusticia grande obligar a los ciudadanos con leyes, o dema- siado numerosas para ser leídas en su integridad, o tan obscuras que sólo son entendidas de unos pocos".^^ 830 Ibidem, p. 116. 881 Ibidem, p. 113. 190 CRIMINOLOGÍA En esta forma, los Utopistas "han suprimido en absoluto a los abogados, hábiles defensores de las causas y sagaces intérpretes de las leyes". Como penólogo, luchó por la proporcionalidad de las penas, y aquí encontramos uno de los trozos más bellos de Tomás Moro, nos habla de la situación penal en Inglaterra y nos relata cómo en las plazas públicas se tenía a diario el deprimente espectáculo de las eje- cuciones. Con esto, dice Moro, se pierde la efectividad de la pena. El criminal sabe que será ejecutado igual si roba un pan o si se convierte en salteador de caminos, preferirá entonces jugársela sien- do salteador de caminos. Tomás Moro lucha porque la pena sea pro- porcional, porque para un delito pequeño haya una pena pequeña y para un delito grave haya una pena grave. Así, argumenta: "Es excesiva la pena de muerte como castigo de hurto, y contraria también al interés público. Resulta cruel en de- masía para castigar el hurto, y no resulta bastante para evitarlo. El simple robo no es tan gran delito que deba pagarse con la muerte, y ninguna pena será suficientemente dura para evitar que roben los que carecen de otro medio de no morirse de hambre". Otra idea importante es la referente a la sentencia indetermina- da, si la pena debe de ser para corregir al sujeto, el sujeto debe estar penando hasta que se haya corregido, la sanción no debe tener una duración superior ni inferior a la consecución del propósito correc- cional que la preside. VIII.2. JOHN HOWARD JOHN HOWARD (1726-1790) es una de las figuras más importantes dentro de la historia de las Ciencias Penales. Era un hombre de buena posición económica, un "country gen- tleman", religioso y piadoso, estudioso de la Biblia. Se casó dos veces y tuvo un solo hijo, que murió joven. Viajero infatigable, tuvo la desgracia (¿o la suerte?) de ser, en 1756, capturado por los piratas y llevado a una cárcel francesa en Brest; recordemos que los piratas capturaban a las personas y pedían rescate por ellas, era un negocio muy fructífero. En esta forma es como aquel hombre bueno y piadoso conoce la cárcel. Se ha dicho que todos los hombres que en alguna forma han sido importantes en la historia de la humanidad, han ennoblecido las celdas de las cár- celes. LOS PRECURSORES 191 Es liberado y regresa a Inglaterra, pero con una gran curiosidad, una gran inquietud porque ya ha visto la miseria de una prisión. Es nombrado, a los 47 años, sheriff de Bedford, es decir, juez de paz, y ya como sheriff, con la posibilidad del trato directo con el de- lincuente, se dedica a hacer visitas a las diferentes cárceles inglesas y de aquí nacen sus primeros estudios sobre la situación penitencia- ria en Inglaterra. Viendo que la situación era verdaderamente lasti- mosa y que las cárceles eran algo terrible, gestiona los cambios ur- gentes y necesarios, pero las autoridades le responden que demues- tre qué se hace en otras partes, y de su peculio gasta en sus viajes por el mundo y constata que el fenómeno era general. Este hombre viajó 50,000 millas estudiando cárceles, y lógicamen- te deja un estudio de las prisiones en Inglaterra, Gales y Europa (State of Prisons in England and Wales) ,^^ cuya primera edición es de Londres de 1777, en la cual va a describir en una forma verda- deramente dramática el estado de las prisiones en Europa. Don Cons- tancio Bemaldo de Quirós llama a la obra de Howard el "Informe sobre la Geografía del Dolor". Howard, en su obra, luchó desesperadamente en su tierra por re- formar las prisiones, y lo logra con las conocidas leyes de Howard (Howard's Acts. La primera trata sobre la liberación de los pre- sos, la segunda por conservar la salud de los reos), pero su obra tiene sobre todo un extraordinario valor descriptivo, es decir, fue conocida en toda Europa, fue estudiada por los conocedores de la materia con mucho interés, y sirvió como una denuncia de las brutalidades que se cometían y cometen en las cárceles. La "geografía del dolor", escrita en el siglo xvni es de candente actualidad, pues para aquellos que están acostumbrados a recorrer cárceles, todavía encontrarán los mismos hoyos inmundos, los mis- mos lugares en que hay revueltos niños y mayores, verán algunas cárceles promiscuas, en que todavía las mujeres están junto con los hombres, encontrarán cárceles en las que no se da de comer y el que no tiene familia se muere de hambre, observarán cárceles al aire li- bre, hacinamientos, epidemias, maltratos, explotación y miseria.^^ 332 HOWARD, JOHN. The State of the Prisons. J. M. Dent & Sons LT.D., Dutton & Co. Londres, 1929. 333 Todavía padecemos lugares como estos; Cfr., la siguiente investigación dirigida por nosotros: ACUÑA, JORCE; CALVIIXO, RAMIRO; CAMPOMANES, FÉLIX; ZAGAL, HoRTENao. La Realidad Penitenciaria de México. Aries. México, 1974. Para realizar esta obra se recorrió toda la Repüblíca Mexicana, visitando las 75 principales cárceles del país. 192 CRIMINOLOGÍA Además de lo anterior, Howard hizo un muy interesante proyecto sobre las llamadas penitenciary houses^ las cuales se irían fundando paulatinamente en Inglaterra, estas substituirían no solamente a las antiguas cárceles, sino también a la transportation, la colonia Pe- nal.834 Entre sus obras podremos encontrar las siguientes proposiciones concretas en lo referente a sistemas penitenciarios: En primer lugar habla de que debe existir un sistema de aislamiento nocturno. En segundo, que la religión debe ser el medio más poderoso para la re- forma moral. En tercero, la necesidad de organizar un buen sistema de trabajo. Y en cuarto, que debe existir un régimen higiénico y ali- menticio humano. Ya hemos comentado cómo él criticó terriblemente las prisiones de su época, principalmente: primero porque no había separación de sexos en ellas, segundo porque los niños eran también encerrados junto con los adultos, tercero porque los locos y los idiotas corren la misma suerte, y cuarto porque las epidemias eran constantes y causa- ban una gran mortalidad. Algunas de sus proposiciones no tuvieron éxito, por ejemplo, se optó por un sistema celular, con aislamiento las 24 horas. Se siguie- ron mandando reos a las colonias, hasta el fracaso de Cambia en que, de 746 prisioneros, 334 mueren y 271 desaparecen, hasta entonces (1875) se da la razón a Howard. Por otra parte ¡logró que la cárcel fuera gratis!, pues debía pa- garse una especie de impuesto (jailer's fees), ya que el personal penitenciario no recibía sueldo. Aún en el caso de obtener senten- cia absolutoria se debía pagar, de lo contrario el sujeto continuaba encarcelado. Así, el estado pagó por primera vez un sueldo a los car- celeros (que vivían de vender alcohol, aparte del "impuesto"). Logró también que se diera trabajo en las cárceles, pues decía: "Haced al hombre trabajador y será honrado". Al igual, consiguió que se pagara a capellanes para dar asistencia espiritual. Fue consejero del Parlamento en cuestión penitenciaria, y hom- bre famoso y a la vez temido, por sus denuncias de la corrupción penitenciaria. En 1789, a pesar de su mala salud, recorre Europa nuevamente, principiando por Lisboa, de ahí sube a España, Francia, cortando hacia Alemania, Polonia y Rusia; es decir camina siempre al norte. 334 Cfr. STOOKDALE, ERIC. A Study of Bedford Prison. Phillimore & Co. LTD. Susscx, Inglaterra, 1977, p. 74. LOS PRECURSORES 193 y en Rusia (Cherson, Ukrania), visitando una cárcel, adquiere una enfermedad carcelaria que se llama tifus exantemático, no puede so- brevivir a la peste que había en esta cárcel y muere. El gran mérito de Howard, que lo hace un precursor de la Cri- minología, es que atrae la atención hacia el hombre delincuente, que estaba totalmente abandonado. La obra de Howard fue ampliamente reconocida, y tiene un monumento en lugar de honor en la catedral de San Pablo (Lon- dres) , su tumba está en Cherson, y tiene el siguiente epitafio: "Whoever thou art, those standest at the tomb of thy friend". 1790. VIII.3. JEREMY BENTHAM Jeremías Bentham (1748-1832), filósofo y jurista inglés, creador del utilitarismo, tiene un lugar especial, principalmente en el aspecto pe- nológico. No podemos olvidar que fue discípulo de Howard. Quizá su obra más conocida sea el Panóptico ^^^ en que propone una cárcel en la que la arquitectura está al servicio del tratamiento. Este establecimiento es circular, con una torre de vigilancia enmedio, en la que un guardián tiene el control total de todos los vigilados (pan- todo, óptico-visión). Para administrar este establecimiento Bentham propone las si- guientes reglas: a) Dulzura (sin sufrimiento corporal) ; b) Severidad (no puede ser mejor que la vida en libertad) ; c) Economía (evitar gastos innecesarios) .^^® Por lo demás, sigue las normas de Howard: separación de sexos, trabajo, alimentación, vestuario, higiene, y agrega la atención de los reos liberados. Ante el rechazo de los ingleses, presentó su "Panóptico" a la asam- blea legislativa francesa, la que lo nombra "ciudadano francés" en reconocimiento, pero la situación política no permite su realización. Será hasta después de la muerte de Bentham que se construirán las primeras cárceles panópticas. Su obra Tratado de las Penas y de las Recompensas es impor- tante, y tuvo influencia en el Código Penal francés, gracias a una traducción en este idioma. 335 BENTHAM, JEREMIE. Panoptique. Imprimerie Nationale. París. 1791 (Hay edi ción facsimiiar de FIERRE BELFOND. París, Francia, 1977). S86 ídem, p. 19 y ss. 194 CRIMINOLOGÍA Así, dice que el mal se castiga en cuatro formas:^' 1. Física o natural, que es resultado del curso natural de las co- sas, sin intervención del hombre. 2. Moral o social, que resulta de la reacción espontánea del me- dio social que rodea al sujeto. 3. Política o legal, procedente de la intervención de los magis- trados. 4. Religiosa, que viene de las amenazas de la religión. Como es de esperarse, Bentham toma como eje central de su teo- ría penológica y criminológica el principio de utilidad. La utilidad de la pena debe ser la reforma y corrección del delincuente. Es de reconocerse que el término de profilaxis criminal fue usado por primera vez por Bentham y que ya para 1778 Bentham había propuesto que se hicieran informes periódicos sobre la criminalidad, pues esto sería una medida de máxima utilidad para aportar al le- gislador datos sobre los cuales trabajar, y sería además un "baróme- tro político" mediante el cual sería posible conocer los efectos de la legislación. Así como los certificados de muerte son índice de la salud física de un país, las estadísticas criminales darían el índice de la salud moral.^^8 VIII.4. CÉSAR BECCARIA Pasamos ahora a estudiar a CÉSAR DE BONNESSANA, Marqués de Bec- caria. Bonnessana nació en 1738, murió en 1794; fue un noble italia- no milanés, el cual desde muy joven hizo grandes migas con los gru- pos de pensadores de su época, principalmente una familia de ape- llido Verri, y con ellos hacían una serie de reuniones en las cuales discutían los temas de la época. Bonnessana, siendo noble, era un sujeto extraordinariamente revolucionario, y de sus conversaciones sus amigos le animaron a que escribiera un pequeño libro sobre sus ideas en cuestión de penas y delitos. Su interés provenía de dos aspectos: había estado en contacto con la justicia, ya que su padre se oponía a su matrimonio con una es- 337 BENTHAM, JEREMÍAS. Teoría de las Penas y de las Recompensas. 2a. Edición francesa, 1818, Tomo I, p . 59. 838 RADZINOWICZ, IxÓN. Ideology i* Crime. Heinemann Educational Books. Londres, 1966. (It p . 2 9 ) . LOS PRECURSOIUES 195 pañola, Teresa Blasco; y había acompañado a Alessandro Verri en sus visitas, pues éste había sido designado inspector de prisiones. El grupo con el que se reunía (el café literario o academia de los puños) era de absoluta vanguardia, y pensaban que "era verdad todo lo que no habían aprendido en la escuela". Así fue como Beccaria produjo el libro que se llama "De los De- litos y de las Penas", y esta obra que escribe "el divino marqués" a los 26 años de edad va a causar una de las conmociones intelectua- les más grandes que se hayan visto en la historia de la humanidad. En un principio Beccaria escribe su libro en latín, sale una tra- ducción en italiano anónimamente, pero el éxito hace que se tra- duzca de inmediato a varios idiomas. Tenemos en Beccaria el ejem- plo clásico del sujeto que escribe una sola obra universal, tan valiosa que puede considerarse la obra que funda el Derecho Penal en su sentido moderno. Pero el éxito no es solamente teórico, sino práctico, así, después de leer el libro. Catalina II de Rusia (1776), María Teresa de Aus- tria (1776), Pedro Leopoldo de Toscana (1786), José II (1789), Luis XVI (1780), suprimen la tortura en sus respectivos reinos. El hecho de haber escrito una obra que se convertía en un éxito mundial hizo que Beccaria rompiera con sus amigos, estos lo acusa- ron de que no había en ella nada original (¿y acaso se puede ser ori- ginal?) , que había copiado las ideas que flotaban en el ambiente, lo cual es cierto también. El éxito hace que Beccaria sea invitado a todas partes a dar conferencias, a hacer pláticas, sin embargo recor- damos que en primer lugar Beccaria no era en sí un jurista ( aunque había estudiado leyes en la Universidad de Padua), en segundo lugar que era un sujeto, a pesar de ser noble, muy modesto, muy tranquilo, muy reservado, y cuando es invitado a dar una serie de pláticas y a conocer a la gran intelectualidad francesa, no soportó la agitada vida de la intelectualidad parisina y regresó a su tierra natal, a Ita- lia, en sólo 2 meses. Desde luego que hay otros escritos de Beccaria, pero ninguno de ellos de gran importancia ni trascendencia jurídica, el más conocido es un estudio sobre el estilo gramatical, aquí podremos ver el tipo y la categoría que tenían estos intelectuales. De hecho Beccaria se retiró, ensimismado no volvió a producir, lo que en mucho constituye un misterio, pero io importante es que dejó una obra de tal perfección, que se convirtió en "el manifiesto de la dirección liberal en el Derecho Penal, su grito de batalla y su 196 CRIMINOLOGÍA programa táctico",^'"' mientras el marqués se convertía en "la esta- tua de sí mismo", como diría uno de los Verri. La situación legal del siglo xviii es similar para todos los países de Europa (por esto "Dei delitti e delle pene" es universal), y es magistralmente resumida por Beccaria en el prólogo de su libro, que principia con estas palabras:**** Algunos restos de leyes de un antiguo pueblo conquistador hechos compilar por un príncipe que reinaba en Constantinopla hace doce siglos, mezclados después con ritos lombardos y contenidos en farra- gosos volúmenes de intérpretes privados y oscuros, forman la tradición de opiniones que en una gian parte de Europa recibe todavía el nom- bre de leyes; y es cosa tan funesta como común en el día de hoy que una opinión de Carpsovio, un uso antiguo señalado ¡por Claro, un tormento sugerido por Farinaccio con iracunda complacencia, sean las leyes a las que con seguridad obedecen quienes debieran temblar al regir las vidas y las fortunas de los hombres... Difícil tarea tratar de resumir la obra de Beccaria, este es uno de los casos en que debemos remitir al lector al original, que es de lectura obligatoria para todo estudiante (y estudioso) de la Crimi- nología. (Además es fácil de conseguir, en español hay una docena de versiones). Quizá algunos conceptos parezcan ya obvios, pero debemos recor- dar la época en que el libro fue escrito (1763-1764), por lo demás sigue siendo un libro actual, una apasionada defensa de los Derechos Humanos. La obra de Beccaria está compuesta de una serie de capítulos en los cuales trata de los principales problemas de los delitos y de las penas. Muy valiosos son, entre ellos y de particular importancia para nosotros, en Criminología, cuando habla del derecho de castigar, cuando se habla de la tortura, de la pena de muerte, de las prisiones, etcétera. En su libro Beccaria critica lo injusto, lo cruel, lo inhuma- no, lo arbitrario de la ley penal y del procedimiento penal, de las penas, etc. Él indica cómo debe ser la jjena, impone y lucha por el principio del Nulla poena sine Lege, es decir, Beccaria pugna por la legalidad en materia penal. Lucha por otros muchos conceptos como es la estricta igualdad ante la ley, la proporcionalidad de la pena, 339 RADZINOWÍKZ. Op. cil. (Ideology), p. 9. 340 BECCARIA, CÉSAR. De los Deliios y de las Penas. Editorial Aguilar. España, 1969. 61. LOS PRECURSORES 197 concepto éste expuesto ya por muchos autores: Moro, Erasmo, el mismo Howard, etc. Habla de inutilidad de las penas crueles, habla de la pena de muerte pidiendo su supresión y por último lucha por la prevención. Terminemos este apartado con algunas frases de Beccaria: No hay cosa más peligrosa que aquel axioma común de que es necesario consultar el espíritu de la ley.=^*i Cuanto mayor sea el número de los que entiendan y tengan entre las manos el sagrado código de las leyes, tanto menos frecuentes serán los delitos, porque no hay duda de que la ignorancia y la incertidum- bre de las penas favorecen la elocuencia de las pasiones.^^^ ¡Feliz aquella nación en la que las leyes no fueran una ciencia! Por la simple consideración de las verdades hasta aquí expuestas es evidente que el fin de las penas no es atormentar y afligir a un ser sensible, ni deshacer un delito ya cometido. VIII.5. PENSADORES FRANCESES Los filósofos franceses del siglo xviii sostenían que en el estado natural original el hombre era libre, pero el desarrollo de la socie- dad lo había hecho depender de los demás, y por lo tanto había li- mitado su libertad. La ley era el único medio por el cual se podría reconquistar esa libertad perdida, preservando sus derechos naturales a gozarla. RADZINOWICZ señala cómo algunas ideas fundamentales emergen entre los filósofos franceses por encima de toda discusión: "Todos fueron influenciados por el desarrollo del conocimiento científico. To- dos se dirigieron a la razón y al sentido común, como arma para com- batir los viejos ordenamientos. Todos se rebelaron contra la acepta- ción indiscutida de la tradición y de la autoridad. Todos encontraron un fácil blanco en la ineficacia, en la corrupción y en el caos com- pleto de las instituciones existentes. Todos protestaron contra la su- perstición y la crueldad tan difundidas".-^^^ Entre las numerosas instituciones sociales y políticas en discusión en los albores de la Revolución Francesa, resaltaba por toda su iló- gica y tiránica barbarie el opresivo sistema de Derecho Penal. 341 BECCARIA. Op. cit., p. 76.y p. 79. 3-Í2 ídem, p . 85. íM3 RAOZINOWIKZ. op. cit. (Ideology), p . 4. 198 CRIMINOLOGÍA Son, por lo tanto, precursores de la ciencia Criminológica; men- cionaremos en esta ocasión a Montesquieu, Voltaire, y Marat; a Rou- sseau dedicamos sección aparte. MoNTESQViEU (Charles de Secondat, Barón de. 1689-1755), autor le El Espíritu de las Leyes (1748), en que propone la independen- cia del poder judicial respecto del ejecutivo, la abolición de penas inútiles y excesivas, así como de la tortura. Montesquieu distingue cuatro clases de crímenes: De primera cla- se que ofenden a la religión, los de la segunda las costumbres, los de la tercera la tranquilidad, y los de la cuarta la seguridad de los ciu- dadanos. En su Espíritu de las Leyes dice que un buen legislador debería esforzarse más en prevenir el delito que en castigarlo y ex- pone que el espíritu de la ley penal debe ser el de evitar el delito y proteger al individuo. Una frase extraordinaria resume en mucho su pensamiento, que coincide con gran parte de las ideas criminológicas actuales: "Que se examine la causa de todas las corrupciones de costumbres; se verá que éstas obedecen a la impunidad de los crímenes, y no a la mode- ración de las penas". VOLTAIRE (Fran^ois-Marie Arouet, llamado. 1694-1778), estuvo siempre preocupado por la problemática p>enal penitenciaria, y desde 1752 realizó varios escritos en que hace crítica al sistema y propone algunas reformas interesantes. Fue defensor del principio de legalidad, diciendo que los jueces deben ser esclavos de la ley y no sus arbitros, y por lo tanto debe de limitarse el poder discrecional del poder judicial. Luchó por la reforma de las cárceles y por la limitación de la pena de muerte, proponiendo que no se debe pensar cual es la pena más dulce, sino de ver cuál es la más útil, por lo tanto la pena de muerte es inútil y debe sustituirse por la de trabajos forzados de por vida, poniendo a los reos a realizar labores útiles para la sociedad. Criticó la tortura como medio de prueba legal, y afirmó que la justicia no debe ser muda como es ciega, debiendo los jueces funda- mentar las sentencias. Mucho de su pensamiento puede resumirse en su frase: "Castigar, pero castigar útilmente. Si se pinta a la justicia con una venda sobre los ojos, es necesario que la razón sea su guía".3** 344 Cfr. SAINK CANTERO, JOSÉ. La Ciencia del Derecho Penal y su Evolución. Bosch. Barcelona, España, 1975, p. 47. LOS PRECURSORES 199 Criminológicamente debe estudiarse al criminal, pues la pena debe ser proporcional a su personalidad, y tomarse en cuenta sus cir- cunstancias individuales, su grado de malicia, además de la naturaleza del hecho, el escándalo producido. MARAT (Jean Paul. 1743-1793), realizó un plan de legislación cri- minal en 1780, publicada primeramente en forma anónima, en el cual hace también crítica de los sistemas y procedimientos del siglo XVIII. Se basa en el Contrato Social de Rosseau, limitando el poder ili- mitado del soberano, con leyes claras y precisas, comprensibles para toda la población. La pena no debe tener fin definitivo y expiatorio, sino perseguir la seguridad de la sociedad, por lo tanto no debe trascender a persona alguna que no sea el directamente responsable del delito.^*^ VIII.6. JUAN JACOBO ROUSSEAU JUAN JACOBO ROUSSEAU nació en 1712 en Ginebra, Suiza; fue en mucho autodidacta, y se trasladó a París donde perteneció a los En- ciclopedistas. Murió en 1778. En su Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad entre los hombres (1755), reconoce dos formas de desigualdad: la natural o física (edad, salud, fuerza), y la social o política; la primera se encuentra en la naturaleza, la segunda es una creación humana. Si el estado natural es el de inocencia y bondad, la primera desigual- dad es no solamente normal, sino necesaria; en cambio la segunda es la causante de todos los males, y definitivo factor criminógeno. El primer hombre a quien, cercando un terreno, se le ocurrió de- cir: "esto es mío" y halló gentes bastante simples para creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. ¡Cuántos crímenes, cuán- tas guerras, y cuántos horrores habría evitado al género humano aquel que hubiese gritado a sus semejantes, arrancando las estacas de la cerca y cubriendo el foso: "Guardaos de escuchar a este impostor; estáis perdidos si olvidáis que los frutos son de todos y la tierra de nadie!" Pero parece que ya entonces las cosas habían llegado a tal punto que no podían seguir más tiempo como estaban, pues la idea de propie- dad, dependiendo de otras muchas ideas anteriores que sólo pudieron nacer sucesivamente, no se formó de modo repentino en el espíritu humano, sino que fueron necesarios ciertos progresos, adquirir cier- 346 Ibidem, p. 57. 200 CRIMINOLOGÍA tos conocimientos y cierta industria, transmitirlos y aumentarlos de época en época, antes de llegar a este último límite del estado na- tural. En El Contrato Social (1762), expone cómo se llega a imponer el derecho del más fuerte: "Si un bandido me sorprende en la selva, ¿estaré, no solamente por la fuerza, sino aun pudiendo evitarlo, obli- gado en conciencia a entregarle mi bolsa? ¿Por qué, en fin, la pistola que él tiene es un poder?... Ceder a la fuerza es un acto de necesi- dad no de voluntad"."** Es por esto que los hombres realizan una organización, un pacto, que puede enunciarse en la forma siguiente: "Encontrar una forma de asociación que defienda y proteja con la fuerza común la persona y los bienes de cada asociado, y por la cual cada uno, uniéndose a todos, no obedezca, sino a sí mismo y permanezca tan libre como an- tes. Tal es el problema fundamental cuya solución da el Contrato Social".»*' Aunque la idea contractual tiene múltiples antecedentes, es Rous- seau el que la desarrolla en forma más personal, exponiendo parte de sus ideas criminológicas y penológicas en el párrafo siguiente: Todo malhechor, al atacar al derecho social, resulta, por sus fe- chorías, rebelde y traidor a la Patria, deja de ser miembro de la mis- ma al violar sus leyes y hasta le hace la guerra. Entonces, la conser- vación del Estado es incompatible con la suya y es preciso que uno de los dos perezca, y cuando se ejecuta al culpable es más como ene- migo que como ciudadano. Por lo demás, la frecuencia de los supli- cios es siempre un signo de debilidad o de pereza en el gobierno. No hay hombre malo del que no se pudiera hacer un hombre bueno para algo. No hay derecho a hacer morir, ni siquiera por ejempla- ridad, mas que a aquel que no se puede conservar sin peligro.i^*» En un estado bien organizado existen pocos delincuentes. La cri- minalidad es la prueba más clara de que el pacto social está mal es- tructurado, y de la desorganización del estado. Criminológicamente, la idea de que el hombre es "naturalmente bueno", y que es la sociedad la que lo corrompe o pervierte, tan gra- ta a Rousseau, se ha convertido en uno de los tópicos actuales de discusión, principalmente en lo referente a agresividad y violencia. 34« Yi.cmsseau, JUAN JACOISO. El Controlo Social. UNAM. México, 1969. p . 10. 347 Ibidem, p. 20. S4« ROUSSEAU. Op. cit., p. 46. LOS PRECURSORES 201 THOMAS HOBBES (1588-1679) en su Leviatan expone la idea contraria: homo homini lupus, el hombre es el lobo del hombre, y tiende a la bellum omnium contra omnes, la guerra de todos con- tra todos. VIII.7. MÉDICOS DE PRISIONES Los médicos de las prisiones hasta el siglo xix tuvieron como misión, entre otras, examinar la salud de los sujetos para comprobar su resistencia al tormento y evitar así que el reo que estaba siendo interrogado se muriera y no se pudiera continuar el juicio. También curaban a los sujetos que habían sido torturados, para poder ajusti- ciarlos después, o para continuar la tortura hasta la confesión, con- siderada absurdamente la "reina de las pruebas". Múltiples ejemplos podríamos dar de esto, pero basta uno: El médico de Hernán Cortés, Cristóbal de Ojeda, con toda naturalidad presenció el tormento de Cuauhtémoc y de los otros señores, para sus- penderlo si había peligro de que perdiese la vida. Observó tranqui- lamente cómo el fuego iba consumiendo los pies de los héroes que se negaron a revelar el lugar donde se escondía el tesoro de la nación azteca. Otra misión encomendada a los médicos de prisiones era certifi- car la muerte del reo. Si ésta era por medio de ejecución no había gran problema, pues la pena capital se ejecutaba por descuartiza- miento, decapitación, ahorcamiento, y otras formas no menos gratas. El problema podía surgir cuando el recluso moría en prisión, pues había la firme creencia de que existían drogas y brebajes que podían producir la muerte aparente, y en esta forma el sujeto esca- paría a la acción de la justicia. Como dato curioso era costumbre del médico dar una punción al corazón antes de dictaminar la muer- t e . . . así no quedaba duda alguna. Durante ciertas épocas, los médicos debían ser expertos en Demo- nología, para poder dictaminar los casos de posesión. La función curativa de los médicos de prisiones era muy restrin- gida, y Howard hace largo relato de la carencia de atención en las cárceles del siglo xviii. Es más, en ocasiones las epidemias en las pe- nitenciarías y centros de reclusión eran consideradas como una so- lución al problema de la sobrepoblación en las instituciones. Desde luego que hay excepciones, y muchos médicos, haciendo 202 CRIMINOLOGÍA honor a su juramento hipocrático, lucharon por la mejoría peniten ciaría, o hicieron estudios sobre la problemática criminal. Un ejemplo podría ser TOMÁS ABERCROMBY, médico de Jaime II de la corte de los Estuardos, que en 1656 realiza un verdadero texto de Psiquiatría, su "Tratado sobre el Espíritu", en el que define la "manía moral", en la que "todos los sentidos son abolidos, al tiempo que la inteligencia no presenta desórdenes". Estas ideas de Aber- ciomby servirán a Pritchard para formular su teoría sobre la "moral insanity", y a Morel para sus enseñanzas, y son antecedente impor- tante en nuestra ciencia. Hay que esperar a fines del siglo xviii y principios del xix para un cambio de mentalidad y una intervención definitiva de los mé- dicos de prisiones en la formación de la ciencia criminológica; el punto de partida lo marca la figura de Philippe Pinel. VIII.8. PHILIPPE PINEL PHILIPPE PINEL (1745-1826) procedía de una familia de médicos, nació en el.pueblo de T a m y llegó a París, sin recursos, después de estudiar en la escuela de Montpellier. En plena "Communa" insurreccional, fue nombrado médico de Bicetré, lugar donde han sido concentrados todos los enfermos menta- les, sobre todo después del cierre de Saint Lazare, lugar infernal, pues "se guardan allí prisioneros políticos; se esconde a fugitivos sospe- chosos; la miseria y la penuria hace vivir allí un gran número de hambrientos".'*** Su primera acción es solicitar el permiso para desencadenar a los infelices enfermos (1792), el que no es tan fácilmente concedido, y el presidente del Boureau Central de la Communa de París, Cou- thon, hombre inválido, desconfiado y escéptico, que es llevado en brazos a presenciar el espectáculo, y viene lo que Foucault ha llama- do la gran "confrontación del filántropo prudente y firme con el monstruo paralítico".^^ Gran parte del diálogo se ha conservado gracias a Semelaine y Scipión Pinel:^'*^ 349 FOUCAULT, MicaBCEL. Historia de la Locura en la Época Clásica. Fondo de Cultura Económica. México, 1967. p. 220. 880 Ibtdem, Op. cit., p. 222. 381 Ci(. por RjsTicx, DE GROÓTE MicaiELE. La Locura a Través de los Siglos. Bru- guera, S. A. Espafla, 1972. p. 187. LOS PRECURSORES 203 —Desgraciado de ti —dice Couthon— si nos engañas y si entre los locos escondes a enemigos del p u e b l o . . . (Pinel no responde, observa cuidadosamente a su interlocutor que "parece una fracción humana plantada sobre otro cuerpo, y desde lo más alto de su deformidad deja caer una voz suave y femenina que pronuncia sentencias despiadadas, sentencias de muerte"). Ck>uthon procede a interrogar uno por uno a los alienados; como respuesta injurias, apostrofes, burlas, se enfurece e increpa a Pinel: —jAh...! ¡Tú, ciudadano!... ¿Acaso también tú estás loco para querer desencadenar a semejantes anormales? —Ciudadano Couthon, tengo la convicción de que estos alienados no son intratables si se les deja en libertad... ¡Bien!..., haz lo que gustes, pero me temo que vas a ser víctima de tu propia presunción. El político fue retirado a su coche y Pinel puso manos a la obra, desencadenando gentes q u e tenían hasta 40 años encadenados y q u e estaban atrofiados y casi ciegos. Los relatos del asombro y alegría de los enfermos al ver nuevamente la luz y poder moverse son conmo- vedores. Más d e 50 fueron liberados; algunos de ellos considerados los más peligrosos locos-criminales d e la época. Entre ellos estaba Che- vigné, u n hercúleo soldado alcohólico q u e era el terror de k insti- tución. Chevigné se convirtió en u n manso ayudante de Pinel, al q u e sal- varía la vida al enfrentarse a la chusma q u e trataba d e destruir la institución y subir a Pinel a la carreta para llevarlo a la guillotina. Más tarde fue director de la Salpétriére, el mayor centro psiquiá- trico de Francia, donde continuó su labor, ahora grandemente apo- yado, pues había sido n o m b r a d o médico del emperador ( N a p o l e ó n ) . Escribió varias obras, entre ellas Tratado Médico Filosófico sobre la Manía (1801), y se enfrentó a los médicos de la época, conside- r a n d o la sangría y la práctica de zambullir a los enfermos en agua helada como verdaderos "delirios médicos".^^^ La labor h u m a n i t a r i a y técnica d e Pinel h a q u e d a d o como u n ejemplo: h a fundado la Psiquiatría y los primeros verdaderos asilos, realiza los primeros diagnósticos clínicos, separando criminales de en- fermos mentales, evita los rigores inútiles e inicia el tratamiento mé- dico de los enfermos mentales. 352 Cfr. CORONA UHINK, GUILLERMO. El Proceso de la Psiquiatría. Herrero Hnos. México, 1972. p. 34. 204 CRIMINOLOGÍA Es de justicia señalar q u e en la misma época T U K E , en Inglate- rra, realiza una obra similar a la de Pinel. En Francia los discípulos de Pinel realizan u n a gran obra, Pus- siN continúa la misión en Bicetre, y J E A N E T T I E N E D O M I N I Q U E E S - QUIROL (1772-1840) lo hace en Charenton. El primero trata de curar con palabras de ánimo, sabios consejos y música dulce. ESQUIROL es el gran teórico de la Psiquiatría, elabora la clasificación de enfermedades mentales que regirá el siglo xix, des- cubre y bautiza las alucinaciones, y se convierte en el gran maestro, a pesar d e q u e la Psiquiatría había sido considerada tan solo "mate- ria optativa" durante Pinel y eliminada de los programas en la época de Esquirol, pues los sabios profesores de la Facultad de Medicina de París n o la consideraron necesaria. VIII.9. PSIQUIATRAS DEL SIGLO XIX Después de la magna obra de Pinel y ESQUIROL, u n a pléyade de psiquiatras franceses contribuyeron notablemente al desarrollo de la psiquiatría forense, y de manera clara a la Criminología; a guisa de ejemplo podemos mencionar: VOISIN, que luchó por la abolición de la pena de muerte, considerando q u e los delincuentes n o son respon- sables por sus anomalías (1848), LEGRAND DU SALLJE, por sus trabajos sobre la locura hereditaria, la epilepsia, la histeria y el estado interme- diario de los delincuentes habituales. T R É L A T con u n a obra e m i n e n t e , mente criminológica denominada La Locura Lúcida (1887). CAS- TELNAU, con su concepto de los inválidos del sentido moral. Auzoux, con sus débiles mentales para los que pide responsabilidad atenuada (1873) . LEURET, con estudios sobre la locura pasajera o impulsiva.^^ Podemos agregar a la lista anterior: BRIÉRE DE BOISMONT, con su estudio sobre las perversiones sexuales y sobre la invalidez moral (1860). SciPiON P I N E L , con obras sobre la locura del carácter, los actos impulsivos (1844). DESCURET, Medicina de las Pasiones (1844). D E - LASIAUVE, FOVILLE y BROCA, que realizan grandes estudios sobre cráneos de asesinos. FERRUS que analiza el semi-idiotismo de los prisioneros y clasifica los presos en malhechores e incorregibles. (1850). De 1841 son las primeras observaciones físionómicas de los for- 353 BACHET MAURICE. LCS Précurseurs de L'Anthropologie Criminelle. Revue In- terminaüonale de Crimínologie et de Pólice Technique. Ginebra, 1956. También en: RiBiERO, IJ:ONIDIO. Criminología. Tomo II. Edit. Sud Americana. Brasil, 1957, p. 7.65. LOS PRECURSORES 205 zados del Presidio de Tolón (Francia), hechas por LAUVERGNE. En 1854 WiNSLOw y SAMPSON afirman que la locura es más frecuente en- tre los delincuentes que entre los que no lo son. En 1857 MOREL ini- cia la teoría de la Degeneración de la Especie Humana, indagando, entre sus diversas formas, las de los criminales. En 1862 LALEMANTD estudia las supersticiones y la jerga o caló criminal. En 1868 DESPINE reconoce en los delincuentes una especial anomalía moral caracterizada por la ausencia de remordimientos tras los hechos delictuosos por ellos cometidos. Entre 1870 y 1S74 THOMPSON y LUCAS afirman la herencia del delito. En 1874 NICHOLSON dice que el delincuente es una variedad mórbida de la especie humana. PATRIZI realizó una teoría psicológica de la criminalidad, en la cual el crimen es un triunfo de lo paleo- psíquico sobre lo neopsíquico, de la porción más antigua de la psique humana sobre la más nueva. De los anteriores es importante destacar a algunos de ellos por su importancia criminológica. FÉLIX VOISIN (1794-1872), discípulo de Esquirol, con claras ten- dencias frenológicas, ingresó a la Academia de Medicina con un tra- bajo denominado "La Organización Cerebral Defectosa de la mayor parte de los Delincuentes" (1837); publicó además, entre otras las siguientes obras que serán después temas favoritos de la Antropolo- gía Criminal: "El Hombre Animal" (1839), "La Epilepsia Simulada y su Diagnóstico", "El Tratamiento Inteligente de la Locura" (1847). PROSPER LUCAS (1805-1885) enunció el concepto de atavismo, que será uno de los puntos de partida de Lombroso, y hace un estudio sobre herencia, en el que afirma que las tendencias patológicas y cri- minales se presentan desde el momento del nacimiento (1847). El tratado sobre la herencia, de Lucas, fue realizado por éste an- tes de conocer la obra de Darwin, e inspirado por la época de fin del siglo xviii. La obra de Lucas fue ampliamente comentada y dis- cutida, prohibida en Santa Ana, recibida triunfalmente en la socie- dad médico-psicológica, inspiradora de Ribot, Tarde y Bourget. VIII. 10. MOREL, DESPINE, VIRGILIO BENEDICT AUGUSTO MOREL (1809-1873), médico alemán educado en Francia, hizo una serie de investigaciones por las que llegó a una serie de conclusiones semejantes a las de Lombroso. 206 CRIMINOLOGÍA Reconoce la locura moral en la que hay una inteligencia lúcida, pero a la par una ausencia total de hábitos éticos o de respeto por las normas de la moral; no la considera como una dolencia mental propiamente dicha, sino como una deficiencia, mayor o menor del núcleo moral de la personalidad. Fue el primero en utilizar el término "demencia precoz", y se basa en que los trastornos mentales son producto de procesos degene- rativos progresivos.^''* En su tratado de "Las Degeneraciones Físicas, Morales e Intelec- tuales de la Especie Humana", del año 1857, entiende por degene- ración una manera de selección al revés, una degradación, un empeo- ramiento en que cayó la pareja de Adán y Eva a consecuencia del "conjunto de las nuevas condiciones creadas por el gran aconteci- miento del pecado original", según la frase empleada por Morel. "Los tipos extraordinarios y desconocidos que pueblan las prisio- nes no son extraordinarios ni desconocidos para quienes estudian las variedades morbosas de la especie humana, desde el doble punto de vista del estado psíquico y moral de los individuos que las compo- nen . GASPAR VIRGIOO en 1874, dos años antes de la publicación por Lombroso del "Hombre Delincuente", publica un libro que se lla- ma Sulla Natura Morbosa del Delito, es decir, sobre la naturaleza enfermiza del delito, en el cual usa el término de "criminal nato". En dicha obra se analizan, desde el punto de vista antropológico, doscientos setenta y seis condenados^ cuyas individualidades son se- leccionadas en relación con el lugar de nacimiento y del tipo del de- lito cometido. Sigue la descripción, para cada delito cometido y para cada indi- viduo, de las anomalías congénitas, de los estigmas degenerativos, del nivel intelectual y de las enfermedades orgánicas presentes en el análi- sis, con particular atención en las enfermedades del sistema nervioso. Virgilio, basándose sobre este estudio estadístico, concretó una doctrina sobre la naturaleza morbosa del crimen, relacionado con los factores degenerativos análogos a los de la locura. Entre los factores complementarios señaló la posible intervención de los agentes climá- ticos y meteorológicos.^®^ 854 Cfr. JAN, GREGORY. Psiquiatría Clínica. Editorial Interamericana. México, 1970. p. 19. 355 Cfr. PARENTI, FRANCESCO. Psicología y Delincuencia (Bases para una nueva cri- minología) . Ed. Beta, S.R.L., Buenos Aires, Argentina, 1970, p. 12-13. LOS PRECURSORES 207 En 1868 DESPINE escribió su Psicología Natural, en la cual es- tudió las facultades intelectuales y morales de los alienados y de los criminales, tanto en su estado normal como en sus manifestaciones anómalas. La parte para nosotros más importante es la dedicada a la llamada "Locura Moral", en la cual no existe el sentido moral, ni otros sentimientos éticos. Con anterioridad a la Escuela Positiva, Despine afirma que en el criminal no existe el libre albedrío, tiene una notable insensibi- lidad moral, existiendo un parentesco entre crimen y locura. Adelantándose también a Freud piensa que algunos homicidios se realizan para alcanzar la pena de muerte, ya que el homicida es una persona que no tiene la fuerza de suicidarse, aunque sí un pro- fundo disgusto por la vida. Habla también de prevención, pues hay delitos que son fáciles de prever, pues la naturaleza del hombre es siempre la misma y se deben aplicar toda una serie de medios pre- ventivos, por medio de la. cultura y la educación.^^ VIII.ll. CHARLES DARWIN Charles Robert Darwin (1809-1882), naturalista inglés, de fami- lia rica y genial, estudió en la Universidad de Edimburgo, y a los 22 años realizó un viaje alrededor del mundo en el que reuniría ma- terial para sus célebres obras. En 1858 lee un resumen de su obra ante la Academia de Ciencias de Londres, lo que va a tener una inmediata repercusión en el mun- do científico de la época, y en 1859 publica la obra El Origen de las Especies por medio de la Selección Natural?^"" Veinte años después publica su controvertido Origen del Hombre. Darwin afirma que las funciones físicas y psíquicas evolucionan a través de una expresa adaptación al medio, que el hombre está ín- timamente relacionado con otros animales y que sobre él actúan los mismos impulsos biológicos. Las ideas de origen común y evolución en el tiempo no son nue- vas, ya Anaximandro de Mileto (s. vi a. C.) y Empédocles de Gir- genti (s. V a. C.) las habían expuesto, San Agustín y Santo Tomás afirman que Dios creó las cosas "in seme", que después se fue desa- see Cfr. Ruiz FUNES. Op. cit. (Estudios), p. 21. 887 Hay edición en Español: DARWIN, CHARLES. Zl Origen de las Especies por me- dio de la Selección Natural. 2 tomos. Universidad Nacional Autóhoma de México (UNAM). 1969. 208 CRIMINOLOGÍA rrollando paulatinamente, ambos expresaron que el capítulo del Gé- nesis no debe tomarse literalmente. Pero es sin duda Darwin el que da cuerpo científico a las ideas evolucionistas; excelente observador, paciente experimentador, llega a deducir que existe una lucha por la existencia, y que por medio de selección natural llegan a sobrevivir los más aptos. Fuertemente influenciado por la obra de Robert Malthus (The Principie of Population, 1798), analiza las posibilidades de extinción de la especie humana por sobrepoblación, y ve que a la larga perde- rán los débiles, los menos dotados, los más desadaptados. Las teorías darwinianas tuvieron una gran influencia en la Es- cuela Positiva, de hecho el punto de partida, al considerar que cier- tos criminales son atávicos, es decir no evolucionados, es darwiniana, al igual que la idea de que el criminal se compyorta en esa forma porque había nacido así y, por consiguiente, no actuaba, sino que se limitaba a expresar su naturaleza interna. Indudablemente que, en cuanto obra humana, la teoría darwiniana tiene errores, como podría ser la generación espontánea o cierta trans- mutación de la especie, pero en su conjunto es una aportación va- liosa y, tal como nos hace ver Enrico Ferri: "El darwinista sabe y siente que el hombre no es el rey de la creación, como la Tierra no es el centro del universo; el darwinista sabe y siente y enseña que el hombre no es más que una combinación transitoria, infinitesimal de la vida; pero una combinación química que puede lanzar rayos de locura y de criminalidad, que puede dar la irradiación de la virtud, de la piedad, del genio, pero no puede ser más que átomo de toda la universalidad de la vida, de todos aque- llos seres a los que Francisco de Asís, en su grande alma, mandaba la palpitación de la solidaridad fraterna".^"* 3S8 FERRI, ENRIOO. II Dinamismo Biológico di Darwin. En Arringhe e Discorsi. Dall'- Oglio, Editore. Milano, Italia, 1958. p. 351. CAPÍTULO IX FASE DE INICIO DE LA CRIMINOLOGÍA I. Introducción.—2. César Lombroso.—3. Enrico Ferri.—4. Ra- fael Garófalo.-5. Los Congresos Internacionales de Antropolo- gía Criminal IX. 1. INTRODUCCIÓN En este capítulo trataremos algunos aspectos puramente biográ- ficos de Lombroso, Ferri y Garófalo, para facilitar la comprensión de sus respectivas teorías, y de la teoría de la "Scuola Positiva" o "Nuova Scuola" en general. Hemos considerado útil este capítulo ya que, por lo general, no se aprecia íntegramente la obra de un hombre sin conocer aspectos de su vida. Además, esta fase de nacimiento de la Criminología como ciencia está rodeada de una serie de circunstancias especiales, de frustracio- nes y luchas, de éxitos y fracasos, que no debe ignorar quien se in- troduce al estudio de la ciencia de la conducta antisocial. A la teoría lombrosiana dedicaremos un capítulo especial (XI), Ferri es analizado en las corrientes sociológicas y Garófalo en las ju- rídico-penales. IX.2. CÉSAR LOMBROSO EzEQUÍAS MARCO CÉSAR LOMBROSO nació en Verona, Italia, el 6 de noviembre de 1835, hijo de "judíos de purísima estirpe".^'"' 359 LOMBROSO DE FERRERO, GINA. Vida de Lombroso. Edidones Botas. México, 1940, p. 15 209 210 dUMINOLOGÍA Hijo de personas de posición desahogada, tuvo una infancia fá- cil y llena de gratificaciones, aunque esto no duró mucho. Desde muy pequeño dio pruebas de su genialidad, en 1850, a los 15 años de edad escribe sus dos primeras monografías, un estudio de la Historia de la República Romana y un ensayo sobre la Agricultu- ra de Roma Antigua. Su maestro se llamaba Paolo Marzolo, el cual tuvo una influencia definitiva en la formación de Lombroso. Aunque los primeros estudios de Lombroso nos demuestran una fuerte inclinación a los aspectos históricos y clásicos, sin embargo se decide a estudiar medicina, a pesar de que su madre, que tenía gran influencia en él, deseaba que estudiara leyes. Va al principio de sus estudios a Pavía (1852), después de dos años cambia a Pádova, y luego va a terminar sus estudios a Viena (1855); regresa a Pavia y realiza su tesis doctoral que se llama "Es- tudio sobre Cretinismo en Lombardía". En este trabajo "encontrará el origen lejano del cretinismo (el agua mala), el inmediato (el bocio), la cura (el yodo), la profilaxis (buenos acueductos), descubrimientos que se publicarán más tarde en los primeros meses de ISSQ".^®** A partir de entonces la sal que consumimos es sal yodada. El 13 de marzo de 1858 se titula con todo honor. En ese mismo año, 1858, va al Hospital de Santa Eufemia en Pa- via, y del director del hospital, Dr. Zanini, va a obtener el permiso para practicar, fundando una sección de enfermos mentales. A fines de ese año va a Genova, revalida su título. En 1859 Italia entra en guerra y Lombroso inmediatamente se incorpora al ejército, actuando como médico de combate. En ese año hace un descubrimiento que va a salvar miles de vidas, descubre que el alcohol sirve no solamente para beber, sino que puede ser un po- deroso desinfectante, la mayoría de las vidas que se perdían en la guerra no eran tanto por la herida, sino por la infección de ésta. Es- cribe pues, un libro que se llama Fragmentos Médicos Psicológicos, y ahí expone cómo las heridas deben desinfectarse con alcohol para evitar la infección y la gangrena. En 1863 regresa a su hospital y se le concede dar una clase como "privato docente" gracias al Dr, Zanini, y por primera vez imparte lecciones de Psiquiatría presentando enfermos mentales en clase, y en ese mismo año escribe su "Medicina Legal de los Enajenados Men- tales", 800 I^MBROSO DE FERRERO. Op. Ctt., p . 4 8 . FASE DE INICIO DE LA CRIMINOLOGÍA 211 El 10 de enero de 1864 se reafirma en la Cátedra de Clínica de Enfermos Mentales, y hace ima observación en el sentido de que hay una gran abundancia y obscenidad en el tatuaje de los soldados ho- nestos en comparación de los deshonestos.^*^ En 1865 escribe sus estudios para la "Geografía Médica" y sus "Ensayos de Higiene Tecnológica", dos libros muy importantes, en uno de los cuales describe y hace la primera verdadera geografía mé- dica italiana, y vk a estudiar qué enfermedades son las más comunes en cada región, para poder tomar las medidas adecuadas y, en el otro aspecto, insistirá mucho, tal como se hizo en el siglo pasado a partir de Pasteur, en la cuestión de la higiene. Estamos en 1865, Lombroso toma entonces una decisión muy se- ria, hace un recuento de todo lo que ha hecho en su vida; ha escri- to unos doce libros, tiene dos medallas por valor militar, ha estado en dos guerras, la de 1859 contra Austria y la de 1863 contra los ban- doleros, ha realizado varios descubrimientos extraordinarios en cues- tión de medicina, ha puesto las bases para una geografía médica de Italia, ha introducido una nueva ciencia psiquiátrica y antropológica sobre bases experimentales, y ya tiene 30 años. Entonces se decide y dimite del ejército, va a dedicarse ya por completo a investigar y a escribir, lo que logra con dos breves parén- tesis; en 1866 una nueva guerra contra Austria, en que Italia gana anexando a Venecia, y una peste de cólera en que presta sus servi- cios en Treviso. De 1865 a 1868 escribe "La Acción de los Astros y los Meteoros sobre la Mente Humana", el cual le da a valer el premio del Insti- tuto Lombardo; funda la "Revista Trimestral Psiquiátrica", la pri- mera revista psiquiátrica de Italia. Escribe un libro que se llama Causas de la Mortalidad en el Ejército Italiano y otro que se titula Mortalidad de los judíos en Verona, una serie de relatos que llama Rarísimos Casos Clínicos, un libro sobre estudios de Macrosomía, y su célebre tratado sobre la difteria. Durante esta época actuó ya como Médico Jefe de la Sección de Enfermedades Nerviosas en Pavía. En 1868 Lombroso recibe un golpe por demás fuerte, ya que muere su maestro Paolo Marzolo, y ésto le va a afectar bastante. En 1870 encuentra una buena mujer para casarse. Nina de Benedetti, compañera fiel de la que va a tener cuatro hijos: Paola, Gina, Hugo y 883 Cfr. ZERBOGUO, ADOLFO. Cesare Lombroso. En Vizioaario. Va/iardí, Milán, Ita- lia, 1943. p. 513. 212 CWMINOLOGÍ A Leo. En 1871 nace su hija, a la cual pone por nombre Paola Marzola, en honor de su maestro. El año anterior, 1870, el gobierno italiano abre un concurso para investigar y proponer la cura contra la pelagra, que era uno de los problemas más serios en Italia, ya que causaba unas 200,000 víctimas al año, y ofrecen 20,000 liras para el sabio que haga el mejor descu- brimiento. Lombroso se da cuenta que esto le puede resolver sus problemas económicos para poder dedicarse mayormente a sus inves- tigaciones. Inicia sus experimentos con aves, y al observar cómo los gallos que eran alimentados con maíz en mal estado presentaban los síntomas de la pelagra, mientras que las aves que eran alimentadas con maíz en buen estado continuaban sanas, llega a la lógica deduc- ción de que la pelagra es producida por el maíz malo. Presenta todo su estudio sobre el maíz averiado y sin embargo no le creen. De las 20,000 liras le dan solamente 1,000, como premio de consolación. En 1871 un acontecimiento viene a producir un cambio radical en la vida de Lombroso y, de hecho, en la historia de la ciencia: es- tando observando el cráneo de un delincuente famoso (Villella), ob- servó una serie de anomalías que le hacen pensar que el criminal lo es por ciertas deformidades craneales, y por su similitud con ciertas especies animales. Originalmente, "Lombroso no busca una teoría criminogenética, sino un criterio diferencial entre el enfermo mental y el delincuen- te,^*^ pero al toparse con este descubrimiento, principia a elaborar lo que él llamaría "Antropología Criminal". A fines de 1871 es llamado para dirigir el manicomio de Pesaro y el año siguiente publica un libro que se llama Memoria sobre los Manicomios Criminales, en el cual expone las primeras ideas sobre la diferencia que hay entre el delincuente y el loco, y sus ideas res- pecto a que el delincuente es un enfermo con malformaciones muy claras; éste es en realidad el primer libro que va a tener un gran éxito editorial. Lo que expone en este trabajo es la necesidad de que existan ma- nicomios para criminales, y la necesidad de que los locos no estén en las prisiones, sino que se les interne en instituciones especiales; pero también hay la necesidad de que si esos enfermos han cometido algo 8«2 QuiROZ CuAKÓN, ALFONSO. Vida de César Lombroso. En Homenaje a Lombroso. Secretaría de Gobernación. México, 1977. p. 10. FASE DE INICIO DE LA CRIMINOLOGÍA 213 antisocial no se les mande con los demás psicóticos, porque son una amenaza, sino que existan manicomios especializados para criminales. Ese mismo año escribe un libro llamado El Genio y la Locura, donde expone la teoría de que en realidad todos los genios están lo- cos, que el genio es un anormal, y Lombroso expone como del ge- nio a la locura o de la locura al genio, en realidad no hay más que un paso.^^ En 1873 se reúne una nueva comisión sobre el problema de la pe- lagra, preside el prepotente Dr. Porta, apoyado por un profesor San- galli. Lombroso presenta unos gallos pelagrosos, alimentados con maíz averiado, deteriorados, desplumados y que tienen el síntoma de asen- timiento en que el animal cabecea y está somnoliento, etc., esto es lógico porque el maíz averiado da una secuela química compuesta por alcaloides, el animal está drogado; al observar los gallos, la co- misión de sabios declaró oficialmente que se trataba de animales amaestrados. Ante el fracaso deja todo lo que tiene pendiente, funda una re- vista pelagrógica, prepara sus gallos y aprovecha todos los fines de semana para salir a dar conferencias a los campesinos y demostrarles cómo el maíz averiado es lo que produce la pelagra en los animales, claro, así es como empieza a desaparecer la pelagra, gracias a la ac- tividad personal de un solo hombre. Cario Erba, químico farmacéutico, se lanza a ayudar a Lombroso desde sus laboratorios de Milán, logrando aislar un alcaloide que Lombroso llamará "pelagroseina". En 1875 le ofrecen la Cátedra de Medicina Forense en Turín (To- rino), lo que Lombroso ve como tabla de salvación, pero le es esca- moteada, se abre un concurso y se presenta, pero es rechazado por "no reunir méritos suficientes", a pesar de obtener el primer lugar. Por esto permanece en Pavia. El 15 de abril de 1876 se puede considerar la fecha oficial del na- cimiento de la Criminología como ciencia, ya que ese día se publica el "Tratado Antropológico Experimental del Hombre Delincuente", en el cual Lombroso va a exponer su teoría. El éxito del libro fue inmediato, esa primera edición se agotó rápidamente. En 1876 se abre nuevamente el concurso para la cátedra defini- tiva para profesor ordinario de Medicina Legal en la Universidad de 3€3 Hay edición moderna: LOMBROSO, CESARE. Genio e Follia. La Stella Editore. Roma, Italia, S. F. 214 CRIMINOLOGÍA Torino (Turín). Para el concurso jMresenta dos obras: "La Medicina Legal del Cadáver" y "Tanatología Forense", primeros buenos es- tudios sobre autopsia en cuestión estrictamente legal. Llega a Turín y gana el concurso ampliamente, logrando una de las ilusiones de su vida, ser profesor ordinario de Medicina Legal; sin embargo es terri- blemente boicoteado por todos aquellos de Turín que esperaban ob- tener la cátedra. La forma de boicotear es poner las materias más importantes a la misma hora, no le dan salón ni laboratorio, hacen una campaña feroz en su contra diciendo que es un charlatán, usan el argumento de los gallos amaestrados, combaten sus teorías sobre el hombre de- lincuente y sobre el criminal nato, le prohiben la visita a pacientes en el manicomio, así como la observación de criminales en las cár- celes, en fin, le hacen la vida tan imposible que tiene que dar sus clases fuera de la Universidad de Turín. A partir de 1877, en el viejo convento de San Francisco (frailes franciscanos), alquila dos cuartitos, y auxiliado de un ayudante, Gio- vanni Cabria, continúa sus estudios, haciendo un esfuerzo tan gran- de que salía a las calles a buscar delincuentes y les pagaba para que se presentaran a ser estudiados. Los enfermos acudían espontánea- mente, pues eran atendidos gratuitamente. En 1878 funda su curso libre de Psiquiatría y Antropología Cri- minal fuera de la Universidad, en el convento, y el fenómeno no se hizo esperar, los estudiantes dejan la Universidad para oir a Lom- broso fuera de ella. Además, sale una nueva edición de "El Hombre Delincuente", que va a tener ahora el título de "El Hombre Delicuente en rela- ción con la Antropología, la Jurisprudencia y la Disciplina Peniten- ciaria". Este libro va a tener un éxito no solo inmediato, sino mun- dial, va a .'^r traducido a varios idiomas, va » ser conocido en todo el mundo y va a tener grandes repercusiones en varias de las legis- laciones extranjeras. En 1879 un joven jurista italiano, que estaba estudiando en París y que ya había tenido contacto con Lombroso, se presenta espontá- neamente y con sencillez: "soy Enrico Ferri, deseo trabajar con us- ted", así, aquel joven que a los 21 años había revolucionado el De- recho Penal, se une al maestro y se convierte en "el hermano, el ami- go, el hijo, y hasta un poco el padre de Lombroso".'** 364 LOMBROSO, GUÍA. Op. df. p. 149. FASE DE INICIO DE LA CRIMINOLOGÍA 215 El curso de Antropología de ese año es frecuentado por un ma- gistrado ya maduro, que decide también colaborar con el maestro, su nombre es Rafael Garófalo. En 1880 hay varios acontecimientos y es uno de los años más im- portantes en la vida de Lombroso; en primer lugar la Cámara aprue- ba la fundación oficial de los manicomios judiciales, algo por lo que Lombroso había luchado toda su vida (aprobará también la crea- ción de reformatorios en 1882). Lombroso es convencido por el impetuoso Ferri y por Garófalo de constituir una verdadera escuela, en la que "Lombroso es el funda- dor y antropólogo, Ferri el propagador y sociólogo y Garófalo el es- tabilizador y jurista"^*^ Para exponer sus teorías fundan una revista que se llama "Archi- vo de Psiquiatría, Antropología Criminal y Ciencia Penal", y éste hubiera sido el año más glorioso para Lombroso, si no fuera porque, con escasos ocho días de diferencia, mueren sus padres. Esto va a implicar un duro golpe para él, aunque lo van a ayudar a salir del trauma sus dos nuevos amigos, discípulos y compañeros: Ferri y Ga- rófalo. En 1882 aparece El Hombre de Genio, edición muy aumentada de Genio e Follia, y que va a producir abundantes polémicas.^** En 1883 viene la declaración del gobierno italiano sobre la pe- lagra, diciendo que la produce el maíz averiado y emitiendo una Ley en la cual se prohibe dicho maíz. (Muchos años después, en 1902, el gobierno italiano le hará justicia a Lombroso, dándole la razón que siempre le había negado, ésto para él es uno de los éxitos y sa- tisfacciones más grandes de su vida). (Por cierto, la pelagra es una avitaminosis, o sea que la explicación de Lombroso era incorrecta, aunque el remedio, mejoría de alimentación, era acertado). En 1884 Lombroso es nombrado médico de las cárceles de Turín, y después de 7 años de estar siendo boicoteado y agredido continua- mente, puede por fin hacer sus estudios a gusto, ya no tiene que pa- gar a los criminales para poder estudiarlos, ahora tiene abiertas las cárceles de Turín para hacer sus estudios. De 1885 a 1889 suceden dos acontecimientos remarcables, uno que es un gran éxito para Lombroso y para la Escuela Positiva, el 365 tANDECHO, CAIULOS MARÍA DE. S. J. i a Tipificación Lombrosiana de Delincuentes. Universidad de Madrid, España, 1967, p . 27. 388 Hay edición Moderna: LOMBROSO, CESARE. L'üomo di Genio. Napoleone Editore. Roma, Italia, 1971 (2 tomos). 216 CRIMINOLOGÍA otro, uno de los más duros golpes que recibió en toda su historia esta escuela. El primero es el Primer Congreso de Antropología Criminal, en Roma, ahí se presentan los principales tratadistas en materia de cri- minales de todo el mundo, en este congreso los italianos exponen sus teorías, convirtiéndose esto en un éxito extraordinario (ver infra). El otro acontecimiento fue un golpe terrible, es que se aprueba el nuevo Código Italiano (Código Zanardelli, 30 de junio de 1889) ; y mientras en lo académico el positivismo triunfa y todo es positivis- ta, en cuestión jurídica los diputados aprueban un Código bajo los lincamientos de la Escuela Clásica, sin incluir ningún concepto de la Escuela Positiva. En 1888 Lombroso publica uno de sus escritos maestros: Troppo Presto, en el que combate el proyecto Zanardelli y pide se aplace su aprobación, pero esta es también una pelea perdida. En realidad el Código Penal Italiano, en el que se van a incluir ya todos los conocimientos de la Escuela Positiva, se va a publicar un año después de la muerte de Ferri, es decir, cuando los principales positivistas están muertos. En 1889 sale la cuarta edición de "El Hombre Delincuente", agregando ya aquella nueva clasificación sobre los mattoides, y am- pliamente enriquecida con ideas que obviamente habían aportado Ferri y Garófalo. Se celebra el segundo congreso de Antropología Criminal, que es un disgusto para los italianos por la oposición a sus teorías. En 1890 publica "II Delitto Político", junto con Laschi, otro alumno, libro que va a causar también revuelo, pues resulta que ha- bían encontrado características criminales en algunos de los héroes de la patria. Lo importante es que el "tipo" de delincuente político no existe, sino que hay tipos diversos, no todos presentan el tipo cri- minal ni en el mismo grado. En 1892 se realiza el Tercer Congreso Internacional de Antropo- logía Criminal en Bruselas y los italianos, temperamentales como siempre, se niegan a asistir, resentidos por el resultado del Congre- so de París. (Ver Í7ifra.) La Donna Delincuente (La mujer delincuente) se publica en 1893, y fue realizada en unión con Guillermo Ferrero (futuro esposo de Gina). En esta obra expone la teoría de la "criminalidad por equivalencia", afirmando que la mujer se prostituye y por esto no delinque tanto como el hombre. FASE DE INICIO DE LA CRIMINOLOGÍA 217 En este mismo año Ferri convence a Lombroso de ingresar al Par- tido Socialista, y así el maestro tiene una breve y desgraciada carre- ra política, que fue fructífera en cuanto a experiencia y escritos so- bre el tema, llevó al gran criminólogo a distanciarse, primero de Ga- rófalo al ingresar al partido, y después de Ferri al retirarse de él. En 1896 se realiza el Cuarto Congreso de Antropología en Gine- bra, que es un fructífero cambio de impresiones, y satisface mucho al maestro y a su escuela. Entre 1896 y 1897 se publica la quinta y definitiva edición del hombre delincuente, con dos tomos sobre L'Uomo y un nuevo tomo llamado Crimen, causas y remedios, en que expone su teoría socio- lógica y exógena, respondiendo con esto a muchas críticas y llenan- do indudablemente una laguna. A todo esto se agrega un "Atlas", con lotos, esquemas, dibujos, etc. A esta altura Lombroso es ya figura de primera magnitud, viaja a Moscú, es ordinario de la Cátedra de Psiquiatría, es Consejero Co- munal de Turín, salen nuevas leyes sobre pelagra y sobre manicomios respaldándolo, etc. El gran maestro de Turín tiene nuevos intereses que lo alejan de la Antropología Criminal, uno es la política, cuyos escritos resu- me en un volumen llamado "El Momento Actual" (1901), y el otro es el espiritismo, que lo absorberá hasta el final de su vida. Ya desde 1891 estaba en contacto con Eusapia Paladino, famosa médium, que en 1901 hace "ver" a Lombroso a su madre. Esto lo hace dedicarse a la experimentación espirita y escribir su "Ricerche sui Fenomeni Ipnotice e Spiritici". En 1906 se hace el Congreso de Antropología Criminal, en Tori- no, en el cual Lombroso tomó la palabra y dio las gracias a todos sus colegas por este Congreso que él denomina "El Gran Homenaje Fúnebre", y tenía razón, pues no volvería a ir a ningún Congreso más, ya que el 18 de octubre de 1909 muere, a los 75 años de edad. IX.3. ENRICO FERRI ENRICO FERRI nació en Sn. Benedetto Po, Mantua, el 25 de febrero de 1856 y murió el 12 de abril de 1929. Su vida fue por demás pro- ductiva y multifacética. Hijo de un tendero, no tuvo abundancia de bienes en su niñez, siendo un alumno irregular hasta los 16 años en que tomó clase con 218 CRIMINOLOGÍA Roberto Ardigó, célebre filósofo positivista, el que dirigió y dio al joven Ferri una orientación definida. Estudió en la Universidad de Bologna, con Pietro Ellero, profe- sor de Derecho Penal que combatía la función retributiva de la pena, dando más valor a las funciones preventivas de la misma. ^ Presentó en 1877 su tesis en que trata de demostrar que el libre albedrío es una ficción, y que debe substituirse la responsabilidad moral por una responsabilidad social. La obra fue premiada, aunque causó asombro y disgusto en Italia. De Bologna pasó a Pisa, para estudiar con el máximo exponente del Derecho Penal Italiano clásico: Francesco Carrara, el que se ex- presó de su nuevo alumno en la forma siguiente: "En lugar de apren- der de nosotros Ferri ha venido a enseñamos". Al publicar su tesis en 1878, envió una copia a Lombroso, el cual le respondió por medio de Turati "Ferri no es bastante positivista", esto molestó a Ferri sobremanera, pues él trataba de "aplicar el método positivo a la ciencia del derecho criminal", y respondió a Turati: "¿Acaso pretende Lombroso que yo, jurisconsulto, vaya a medir cabezas de delincuentes para ser bastante positivista?".^*'^ De Pisa fue a París donde estudió Antropología con Quatrefages, y trabajó con la estadística criminal francesa obtenida en los años de 1826 a 1878, revisando los trabajos de Quetelet y Guerry, y es en- tonces cuando "comprendí lúcidamente toda la realidad de aquel juicio de Lombroso acerca de mi libro".^"^ Decide entonces ir a Torino (Turín), sede de los estudios lom- brosianos, logra (con gran reticencia de la comisión) que el Consejo de Educación le dé licencia para enseñar, dando su primera clase con sus "Substitutos Penales". La estancia en Turín es fructífera; Lombroso lo recibe y ayuda, y principian a publicar el "Archivo di Psichiatria", el intercambio de ideas, como hemos comentado, hace corregir a ambos algunas ideas, y dar paso al inicio de la Scuola Positiva, Ferri ahora visita cárceles y manicomios, ve criminales y mide cabezas. En 1879 Ellero deja su cátedra en Bologna para ir a la Corte di Cassazione, y pronuncia su voto por Ferri para substituirlo, así, tres años después de salir de esa Universidad como estudiante, Ferri re- 867 FERRI, ENRIOO. IM Escuela Criminológica Positivista. La España Moderna, Ma- drid, S.F., pp. 78 y 19. 368 Ibidem, p. 80. FASE DE INICIO DE LA CRIMINOLOGÍA 219 gresa como profesor, había pasado un año con Carrara, otro con Qua- trefages y el último con Lombroso. Tenía entonces 23 años. Cambia el sistema de enseñanza y lleva a sus alumnos a ver de- lincuentes. Publica su obra "Nuevos Horizontes", y se lanza a un estudio de 700 reos, 300 enfermos mentales y 700 soldados como gru- po de control. Ahora, "con muchos kilogramos de estadísticas criminales digeri- dos y asimilados, y con aquellos trebejos de hacer investigaciones an- tropológicas, entendí haber formado un adecuado concepto de la rea- lidad y poder proponerme determinar entonces un sistema jurídico verdaderamente positivo". En 1882 pasa a la Universidad de Siena, donde permanece 4 años, es en esta época en que hace estudios sobre la pena y publica "So- cialismo y Criminalidad". En 1884 se casa, y en 1886 un acontecimiento va a cambiar su vida: Un grujx) de ciudadanos de la provincia de Mantua fue juzga- do por rebelión e incitación a la guerra civil. Ferri acepta la defen- sa, la que realiza con su acostumbrada brillantez, logrando vencer en la causa. La población de Mantua lo elige como diputado al Parla- mento Nacional, puesto que ocupará hasta 1924, pues logró ¡once re- elecciones! A partir de este hecho, Ferri se convierte en apasionado defen- sor de las causas populares, y es un "marxista sin saberlo", como él mismo confesó tiempo después. En efecto, había desarrollado una teoría llamada "determinismo económico", que se acerca notablemente al materialismo histórico. Es de aclararse que las primeras diputaciones de Ferri son a título personal, sin el apoyo de partido alguno, pues el Partido Socialista de los trabajadores se funda hasta 1892, y Ferri ingresa a él en 1893.««9 En 1886 parte a Roma y en 1890 regresa a Pisa a ocupar el lugar de Carrara. Permanece 3 años y se establece en Fiésole. Tiene una época de gran actividad política, ayuda a organizar el Partido Socialista y funda y dirige el periódico "Avanti". Por esto sufre cárcel y debe ir una temporada al exilio. Dicta cursos en Bruselas (1895) y en París (1889), funda la re- vista "La Scuola Positiva" (1892) y en 1906 toma la cátedra en la 369 Cfr. SEIXIN, THORSTEN. "Enrico Ferri: Pioneer in Criminology". En The Positive School of Criminology. University o£ Pittsburgh. U. S. A., 1968, p. 28. 220 CRIMINOLOGÍA Universidad de Roma, en substitución de Impallomeni, cátedra que ocupará hasta su muerte. El 18 de febrero de 1912 se aprueba la creación de un Instituto de Derecho Penal en la Universidad de Roma; Ferri es llamado a dirigirlo y lo denomina "Scuola di Applicazione Guirídico-Crimina- le". El curso era dividido en cuatro partes: el delincuente, el delito, las sanciones y el procedimiento.^™ Esta escuela ha tenido profeso- res extraordinarios (Grispigni, Di TuUio, Niceforo, Ferracuti), y has- ta la fecha somos muchos los que hemos tenido el honor de frecuen- tar sus aulas. Dejó el Partido Socialista al terminar la primera guerra mundial, tomando en cuenta la incapacidad de dicho partido para realizar una revolución, o para asumir la responsabilidad del poder. Ahora se va a dedicar a su más cara ilusión: lograr que Italia tenga un código penal de corte positivista, y en 1921 se presenta el proyecto realizado por una comisión presidida por Ferri en la que han participado representantes de las diversas escuelas, no es un có- digo cien por ciento positivista, pero satisface a la mayoría. Sin embargo, la situación política dificultó la aprobación del pro- yecto, el partido fascista llegó al poder y se formó una nueva comi- sión de la que tomó parte Ferri, el cual veía en el nuevo régimen una posibilidad de orden y de aceptación de sus ideas, sin embargo no alcanzó a ver promulgado el nuevo código, pues murió en 1929, siendo el código aprobado en 1930, y denominado Rocco-Mussolini. Durante sus últimos años Ferri desarrolló una infatigable labor académica, viajó a Sudamérica y a varios países europeos, participó en múltiples congresos, defendió como abogado causas célebres, siempre con gran éxito, gracias a su indiscutible capacidad oratoria, pues como dice uno de sus biógrafos "Enrico Ferri nacque oratore","* (Enrico Ferri nace orador). La influencia de Ferri en lo político, filosófico, literario, jurídico y criminológico es indudable. IX.4. RAFAEL GARÓFALO RAFFAELE GARÓFALO nació en Ñapóles, Italia, el 18 de noviembre de 1851, de familia conservadora y católica, que va a dar al joven 870 Cfr. RADZINOWICZ, LEÓN. Alia Ricerca della Criminología. Giuffré, Editore. Milán, Italia, 1964, p. 10. 871 CASSINEIXI, BRUNO. "Enrico Ferri". En Arringhe e Discorst. Dalí Ogiio Editore. Milano, Italia, 1958, p. 14. FASE DE INICIO DE LA, CRIMINOLOGÍA 221 Garófalo una formación espiritual y religiosa que conservará toda la vida. Siguió la carrera en la Universidad de Ñapóles, siendo sus maes- tros Zuppetta y Pessina, aunque su corte clásico y metafísico no lo convenció mucho, como puede verse en sus primeros trabajos en los que trata de desarrollar el I>erecho Penal sobre nuevas bases. Desde muy joven ingresa al poder judicial, donde hace una ca- rrera rápida y brillante, escalando los diversos grados hasta llegar a Presidente de Cassazione (Casación). Antes de formar la Escuela Positiva con Lombroso y Ferri había ya publicado algunos escritos en que exponía su posición, que será muy importante para la nueva escuela, pues va a dar las bases y la orientación jurídica necesaria, además de conceptos como "peligrosi- dad" y "prevención especial y general" (1877). En 1878 publica "Studi recenti sulla penalitá" (Estudios recien- tes sobre la Penalidad), y en 1880 "Criterio Positivo de la Penali- dad". En 1885 sale su obra maestra, la "Criminología", que tiene gran aceptación y es traducida de inmediato al francés. Como acertadamente señala Gómez Grillo: "Si Lombroso conci- bió la Criminología como Antropología Criminal y Ferri como So- ciología Criminal, Garófalo no va a intentar ni uno ni otro fin. Su misión consistirá en terminar de enhebrar con fríos raciocinios éticos y sociológicos, con ajustada lógica jurídica, el enjambre conceptual del novísimo testimonio científico".*'^ La gran preocupación de Garófalo fue la aplicación de la teoría Criminológica a la práctica, tanto en el aspecto legislativo como en el judicial, así, hace el primer esquema de las penas de acuerdo no al delito, sino a la clasificación de delincuentes. Aparte de las diferencias filosóficas, su desacuerdo con sus co- legas fue en cuanto al determinismo absoluto, que no podía aceptar, y en cuanto a la pena de muerte, de la que era ferviente partidario, y que defiende en un opúsculo llamado "contro la córtente". Fue hombre respetado y siempre escuchado por su moderación, él servía de equilibrio entre el fogoso Ferri y el ingenuo Lombroso. Participó activamente en los Congresos Internacionales, tanto de An- 372 Góuiz GRUXO, EUO. Introducción a la Criminología. Universidad Central de Venezuela. Catatas, Venezuela, 1966, p. 166. 222 CRIMINOLOGÍA tropología Criminal como de la Asociación Internacional de Dere- cho Penal, como los de Penitenciarismo. Intervino activamente en Política, y llegó a ser Senador de la Re- pública, aunque del lado conservador; luchó contra el Partido So- cialista y escribió un libro denominado "La Superstizione Socialista". Al advenimiento del Fascismo se adhirió a él. Formó parte como vicepresidente de la comisión que preparó el proyecto para el nuevo código penal, comisión que presidía Ferri (1921). Fue profesor de la Universidad de Ñapóles, y su denominación al conjunto de conocimientos referentes al crimen y al criminal: "Criminología" fue la que tuvo fortuna, por encima de la "Antropo- logía" lombrosiana o la "sociología" ferriana. Murió en 1934. IX.5. LOS CONGRESOS INTERNACIONALES DE ANTROPOLOGÍA CRIMINAL En mucho, la historia del inicio de la Criminología está ligada a la historia de los Congresos Internacionales de Antropología Cri- minal, por esto haremos un breve resumen de los mismos. El primer Congreso se había planeado primeramente como reu- nión nacional, y se haría en Turín, pero una serie de problemas lo retrasan, hasta que se deciden a organizarlo en Roma y con carácter internacional para 1885. En secretario del Congreso fue el Barón Edmond Mayor des Plan- ches, que resultó excelente organizador, consiguiendo el Palacio de Bellas Artes como sede, y montando ahí la "Exposición de Antropo- logía Criminal", que en su mayoría era el museo que Lombroso ha- bía formado durante años. El Congreso estuvo organizado en dos secciones: la biológica, con Lombroso al frente, y la jurídica, dirigida por Ferri y Garófalo. En la primera se analizó la relación entre epilepsia, locura moral y de- lincuencia congénita; la segunda se ocupó de examinar las posibili- dades de aplicación de las ideas de la nueva escuela a la legislación penal. El éxito de la Exposición y el Congreso son extraordinarios, y es el momento en que la Escuela Italiana está en la cumbre. El positivismo causa verdadera euforia entre todos los tratadistas y entre todos los especialistas que estudian el crimen. En este Con- FASE DE INICIO DE LA CRIMINOLOGÍA 223 greso presenta Bertillón su famosa ponencia sobre identificación cri- minal; fue un congreso de muy alto nivel científico, y muy produc- tivo, pues las ideas se propagan y los libros, estudios y artículos de Antropología Criminológica se multiplican. En 1889, bajo la presidencia del doctor Brouardel, profesor de Medicina Legal, decano de la Facultad y simpatizador de Lombroso, se realiza el Segundo Congreso de Antropología Criminal, ahora va a ser en París, y los italianos se presentan esperando tener un éxito tan grande como en el Congreso anterior, en parte podríamos decir que se presentan nada más para ser admirados, aclamados y vitorea- dos, y lo que sucede es exactamente lo contrario. Se encuentran con un terrible bloque, representado principal- mente por la Escuela Francesa, con nombres tan célebres como el de Manouvrier y como el de Lacassagne al frente de ella; van a inter- venir también extranjeros como Benedikt y como Liszt, los cuales se lanzan en una forma feroz contra la Escuela Positiva, y el Con- greso se convierte en una de las derrotas más terribles del Positi- vismo. Hay una célebre discusión en el manicomio de Santa Ana, donde Lombroso, en un acto verdaderamente extraordinario, puede iden- tificar cuáles de los internos de ese manicomio son delincuentes y cuáles no, sin embargo las teorías ya no convencen y al final del Con- greso se decide que se formará una comisión, la cual deberá pesar y analizar la Escuela Positiva. Esta comisión, integrada por Bertillón, Benedikt, Lacassagne, Lombroso, Maguan, Manouvrier y Semal, no llegó siquiera a reunirse, siendo que tenía la misión de analizar 100 criminales con 100 ciu- dadanos honrados, y presentar las conclusiones en el próximo Con- greso. Si el Congreso de Roma fue la tesis, el de París es la antitesis, si en Italia todos eran positivistas y lombrosianos, en Francia serán antipositivistas y antilombrosianos, y así se suceden los ataques con- tra las teorías y las ideas de la nueva escuela, "alancear al caído es siempre tarea fácil", dice Landecho^''^ al comentar esta etapa de ata- que a los italianos. En Bruselas, Bélgica, en el año de 1892, se celebró el Tercer Con- greso Internacional de Antropología Criminal, pero los integrantes de la "Nueva Escuela" se niegan a asistir; es en vano que el profesor »73 IAM»;CH0. Op. dt., p. 87. 224 CRIMINOLOGÍA Semal, Presidente del Congreso, vaya a Turín para tratar de conven- cer a Lombroso de la necesidad de su presencia y de la oportunidad única de la revancha, pues los belgas están de parte de los italianos. Lombroso, pesimista, no cree en la posibilidad de reconciliación, y menos de revancha, y pone como pretexto el que la comisión no llegó a reunirse. Los enemigos de la "Nueva Escuela" habían afirmado que ésta había muerto en París y sería enterrada en Bruselas, pero nada más falso, pues se encuentran con un grupo de sabios belgas: Semal, He- ger, Prins, etc., los que van a dar la pelea por el Positivismo. Además, el bloque anti-lombrosiano se ha dividido en múltiples pequeñas escuelas: la "segunda", la "tercera", la "metafísica", la "so- ciología", la "positiva de sociología criminal", etc.^^* La embestida de Benedikt, Bertillon, Lacassagne, Von Liszt, Tar- de, Topinard, no logra el triunfo frente a la defensa de los belgas apoyados por Hamel, Kurella, Winkier, Tarnowsky, etc. El Congreso tuvo discusiones acaloradas, aunque denota una ma- yor serenidad y un mejor conocimiento de los temas, y sirve para una clara delimitación de campos. En 1896 el Cuarto Congreso Internacional de Antropología Cri- minal es celebrado en Ginebra, éste sería el gran encuentro, y lo que se consideraría el encuentro definitivo. Los italianos se habían pre- parado siete años para enfrentarse con la Escuela Francesa y con todas las nuevas corrientes en contra, y a este Congreso se presenta Lombroso con Ferri, Garófalo, Morselli, Marro, etc., con sus nuevos e impresionantes estudios sobre la epilepsia, y los libros que ha pu- blicado en este lapso. El Congreso fue verdaderamente un encuentro, pero en esta oca- sión los italianos van preparados para la polémica, antes iban a lu- cirse, ahora llevaban ya elaborada una teoría, pensando cuáles serían los aspectos que les iban a combatir, además llevaban extraordina- rios oradores muy buenos expositores. (Según relata la misma hija de Lombroso éste era pésimo expositor, principiaba hablando de la delincuencia de los animales y acababa hablando del espiritismo, era difícil en su exposición). Además sucede una cosa, los franceses habían madurado, al igual que los alemanes, es decir, ambos habían logrado asimilsir en una gran proporción las teorías italianas. Uno de los factores decisivos fue el 374 Cfr. GiNA. Op. cit., p. 185. FASE DE INICIO DE LA CRIMINOLOGÍA 225 estudio del sabio holandés Paul Winkler, en el que confirma en gran parte las ideas lombrosianas. Winkler era un fisiólogo holandés, neutral en la contienda, que había realizado el trabajo que la comisión de París nunca hizo, con resultados tan favorables a Lombroso que la delegación inglesa (Grif- fiths), la belga (Lejeuns) y la suiza (Binet, Claparede, etc.), se unie- ron a la italiana. Por su parte la "Nueva Escuela", con mayor serenidad y menos apasionamiento, había analizado las críticas que se le hacían, muchas de ellas justas y no simple "misoneísmo" (temor a lo nuevo), como afirmó en principio Lombroso. La lucha se centra en esta ocasión sobre el punto determinismo- libre albedrío, tema especialmente caro a Ferri, que defiende enco- nadamente el determinismo, tomándose la argumentación agria, de manera que se propone que la discusión se deje para otro Congreso o que, de preferencia, el tema de la libertad se deje a la Filc»ofía y no sea tema de discusión criminológica. Gracias a esta decisión el Congreso se salva y se convierte, en nuestra opinión, en la tan anhelada síntesis que se esperaba desde el Congreso de Bruselas. Podría pensarse que este es el momento del nacimiento de una Criminología integrada, válida para todos y evi- dentemente más científica. Es aceptable la opinión de Landecho en cuanto que "El Congre- so en conjunto representa notable paso hacia la superación de los radicalismos y a la vez una clara estabilización de las posiciones de ambos contendientes, que por el mismo hecho de conocerse mejor comienzan a no achacar el uno al otro lo que nunca defendieron, sino a intentar comprender la postura ajena".*''' El V Congreso Internacional de Antropología Criminal se inaugu- ra en Amsterdam el 9 de septiembre de 1901. La reunión se carac- terizó por la seriedad y serenidad de las discusiones, estando ausente el espíritu hostil de anteriores Congresos. Fue este uno de los Congresos más concurridos, con mayor nú- mero de trabajos y aportaciones, en el que Lombroso ocupa el lugar de iniciador y maestro de la Antropología Criminal y de la naciente Criminología. El Sexto Congreso Internacional de Antropología Criminal se ce- lebra en Torino (Turín), en 1906. Por ser en la sede del gran maes- 87S L^NDICHO. Op. cit, p . 40. 226 CRIMINOLOGÍA tro, se convierte en realidad en el homenaje que su país le estaba debiendo, se publica un libro homenaje y se le llena de regalos y atenciones. En lo académico, el Congreso seguirá la tónica establecida en Ams- terdam: discusión científica del más alto nivel, sin tener en cuenta los problemas personales ni los extremismos de escuela. El séptimo y último Congieso Internacional de Antropología Cri- minal se llevó a cabo en Colonia en 1911, ya sin varios de los par- ticipantes acostumbrados y ya en tónica claramente criminológica. La la. guerra mundial vendría 3 interrumpir esta bella labor, el VII Congreso, citado para 1915 en Budapest, no se realiza, pero la simiente había quedado, y para 1938 se realiza el primer Congreso Internacional de Criminología, nuevamente en Roma, para reiniciar una tradición que no debe perderse. A pesar de la 2a. Guerra Mundial, la labor iniciada en 1938 por Di TuUio pudo continuarse, así se han realizado 8 Confesos Inter- nacionales de Criminología, a saber: I. Roma, 1938. II. París, 1950. III. Londres, 1955. IV. La Haya, 1960. V. Montreal, 1965. VI. Madrid, 1970. VII. Belgrado, 1973. VIII. Lisboa, 1978. TERCERA PARTE ESCUELAS Y DIRECCIONES INTRODUCCIÓN Como hemos visto en la segunda parte de esta obra, la inquietud criminológica siguió un desarrollo hasta el momento en que surge, en forma ya ordenada, la Escuela Positiva. La Criminología, en un principio, nace como una Antropología Criminal, su creación implica la gran curiosidad científica por conocer y resolver el problema de los hechos antisociales. Pofesionistas de las más diversas ciencias van a intervenir para tra-" tar de encontrar soluciones al problema criminal. No se piense que fue- ron únicamente juristas, al contrario, en ocasiones son los que menos se ocuparon, tenemos médicos, estadísticos, políticos, sociólogos, etc., que vienen a exponer sus ideas. Es claro que, siendo la Criminología una síntesis, una ciencia inter- disciplinaria, no se puede abarcar todos los aspectos y todas las facetas que nos da, y que son tan ricas y abundantes. Cada uno de los que hacemos Criminología forzosamente tenemos una clara tendencia, y ésta nos la va a dar la especialidad que profe- semos, o la profesión de la cual provenimos. Por esta razón, al profundizar cada tratadista en un tema, da a su concepto de Criminología una orientación especial, y así tenemos que dentro de la Criminología existen varias escuelas, o tendencias, o direc- ciones, muy claramente determinadas. Cada una de estas direcciones ha tratado de dar al crimen, si no una explicación única, que sucede en algunos casos, si por lo menos procura indicar cómo uno de los factores que intervienen en el crimen es el más importante, el preponderante, el definitivo. Así estudiemos el cuadro general de las grandes direcciones, y vea- mos cómo existe una dirección sociológica en la que se explicará el crimen por los factores extemos sociales, otra tendencia procurará ex- plicar el crimen principalmente por fenómenos internos, psicológicos, 229 230 CRIMINOLOGÍA una más tratará de explicarnos el fenómeno desde el punto de vista biológico, médico. Sin embargo, desde el principio deberá quedar clara una cosa: es imposible explicar el fenómeno de la criminalidad con una explica- ción puramente unilateral. El hombre es un ser biopsicosocial, y para explicar al hombre y su conducta, y los hechos del hombre, tenemos que usar una explicación igualmente biopsicosocial. Tenemos que movernos en estas tres dimensiones: la biológica, la psicológica y la social, porque si no, nuestra explicación del hom- bre y del crimen quedará siempre trunca, en una sola dirección, será simplista y equívoca. Es por esto que en la primera parte de esta obra nos preocupó tanto el concepto de síntesis, así como el de interdisciplina. Cada escuela, cada tendencia, ha aportado conocimientos útiles y valiosos para alcanzar la síntesis criminológica. En el primer capítulo de esta parte (Capítulo X de la obra), ex- ponemos las grandes escuelas jurídico-penales, lo que completa el ca- pítulo anterior (IX), pues nos permite comparar la llamada Escue- la Clásica con la Positiva, y entender las soluciones que se han pro- puesto para mitigar el choque, aparentemente eterno e inevitable. A continuación (Capítulo X I ) , hacemos resumen de las teorías lombrosianas, bajo el rubro de "Dirección Antropológica", respe- tando la denominación original. Es de aclararse que preferimos de- jar en ese capítulo solamente las ideas de Lombroso; otros aspectos de tendencia Antropológica (y más claramente antropo-biológica), están tratados en los capítulos XII y XIII, dedicados a la Dirección Biológica. La Dirección Biológica, evidentemente representada por médicos, biólogos y genetistas, ocupa una parte fundamental en la explica- ción criminológica. En ocasiones duramente combatida, criticada principalmente por representantes de la Dirección Sociológica, acu- sada de parcial, sin embargo, cada descubrimiento en el área bio-mé- dica es inmediatamente analizado por los criminólogos, para conocer sus alcances y utilidad. La corriente Sociológica es, en gran parte, la de moda; ha origi- nado las críticas más acertadas a la Criminología "tradicional", y en su tendencia "interaccionista" ha dado los mayores aportes en los últimos tiempos al conocimiento criminológico. En la Dirección Sociológica, que desarrollamos en los capítulos XIV y XV, incluimos no solamente las teorías estrictamente sociales, INTRODUCCIÓN A LA TERCERA PARTE 231 sino todas aquellas que dan una explicación exógena a la crimina- lidad. La Dirección Psicológica, estrechamente unida a las otras tenden- cias, es analizada en los capítulos XVI y XVII, y en ellos estudiamos autores que se han ocupado principalmente de los aspectos mentales de la antisocialidad. A la Dirección Clínica dedicamos el Capítulo XVIII, recalcando que, no solamente es el origen de la Criminología (pues en el prin- cipio científico la forma de trabajar fue eminentemente clínica). sino el intento más acabado de síntesis e interdisciplina, es decir, el momento en que la Criminología ha sido más puramente Crimino- logía. Incluimos un capítulo, el XIX, para la Criminología Crítica, no tanto por ser la novedad, el último grito de la moda, sino por sus efectivos aportes para lograr una Criminología más actual, y en mu- chos aspectos más humana. CAPITULO X LAS ESCUELAS JURÍDICO-PENALES 1. Introducción.—2. La Escuela Clásica.—3. La Escuela Positiva.— 4. Escuelas Eclécticas.—5. La Defensa Social.—6. Cuadro Com- parativo. X.l. INTRODUCCIÓN Para Jiménez de Asúa las Escuelas Jurídico-Penales son "el cuerpo orgánico de concepciones contrapuestas sobre la legitimidad del de- recho de penar, sobre la naturaleza del delito y sobre el fin de las sanciones".®''® En un sentido más amplio, Sainz Cantero entiende por "escuela" "la dirección de pensamiento que tiene una determinada orientación, trabaja con un método peculiar, y responde a unos determinados presu puestos filosófico-penales''.®'''' El estudio de las escuelas jurídico-penales es necesario para, la mejor comprensión de la Criminología, pues en un principio, con- ceptos puramente jurídicos van mezclados con conocimientos crimi- nológicos, y éstos partían en múltiples ocasiones del análisis de pro- blemas normativos. El rápido desarrollo de la Criminología en el siglo xx^ así como la transformación de la ciencia del Derecho Penal, se deben en mu- cho a la confrontación, en ocasiones violenta, de las diversas escue- las jurídico-penales. Es indudable que en el momento actual todavía puede reconocer- se una corriente "jurídico-criminológica", que pretende hacer de la 376 JIMÉNEZ DE ASÚA, LUIS. Tratado de Derecho Penal, tomo I I . Buenos Aires, Ar- gentina, 1950, p . 29. 377 SXiNZ CANTERO, JOSÉ. IM Ciencia del Derecho Penal y su Evolución. Bosch, S. A., Barcelona, España, 1975, p . 72. 233 234 CRIMINOLOGÍA Criminología una ciencia ("auxiliar", dicen ellos) encargada de es- tudiar leyes y códigos penales, y que parte del "dogma" jurídico dado, sin embargo consideramos que esta corriente está cada día más des- prestigiada. En mucho, el principal ayance aportado por el enfrentaraiento de las escuelas jurídico-penales consistió en la delimitación de cam- pos, en la precisión de métodos y en la colaboración entre profesio- nistas que anteriormente trabajaban dispersos. Imposible hacer en este capítulo el análisis exhaustivo de los aportes de cada escuela, por lo que mencionaremos únicamente a los representantes más destacados y señalaremos tan solo las princi- pales características, aquellas que hayan tenido influencia en el pen- samiento criminológico, con el objeto de poder hacer un cuadro com- parativo que nos oriente en el estudio del desarrollo de nuestra ciencia. Las escuelas que estudiaremos serán: la Scuola Clásica y la Scuola Positiva (o Nuova Scuola) como las principales contendientes; la Terza Scuola y la Joven Escuela (Pragmatismo) como tentativos eclécticos, y la Difesa Sociale como punto de unión actual. X.2. LA ESCUELA CLÁSICA X.2.1. ORÍGENES Quizá lo más importante desde el punto de vista histórico, es que la Escuela Clásica no existió como tal, sino que es un invento de En- rico Ferri, que principió a denominar "clásicos" a los juristas pre- positivistas y posteriores a Beccaria. Efectivamente, nunca hubo reuniones de la Escuela Clásica, ni tuvieron sede, local o revista, no existía un "capo-scuola" (Jefe o cabeza), y los principales representantes de esta "escuela" ignoraron que posteriormente se les consideraría como tales. La elección de los "representantes" de la Escuela Clásica es un poco caprichosa, pues se aglutinan lo mismo el esplritualismo de Rossi, Mamiani y Pessina que el naturalismo de Romagnosi, Carmig- nani y Mancini, que aquellos que se oponían al positivismo. En la denominación de "clásicos" se confunden autores con doc- trinas diferentes, incluso opuestas entre sí, pero en este mundo he- terogéneo pueden identificarse ciertos autores indiscutibles y algu- LAS ESCUELAS JURÍDICO-PENALES 235 nos principios comunes que darían forma al pensamiento de la Es- cuela Clásica. La Escuela Clásica fue la reacción contra la barbarie y la injus- ticia que el Derecho Penal representaba, procuró la humanización? por medio del respeto a la ley, del reconocimiento a las garantías in- dividuales y de la limitación al poder absoluto del Estado. X.2.2. REPRESENTANTES DE LA ESCUELA CLÁSICA Para muchos autores la Escuela Clásica principia con BECCARIA, y es el "divino marqués" el que sienta los principios unificadores de- esta gran corriente. Otros iniciadores serían BENTHAM en su "Teoría, de las Penas y de las Recompensas" (1840) y ROMAGNOSI (Giandomé- nico) en su "Genesi del diritto pénale" (1837). El primer gran clásico reconocido por todos es PELLEGRINO ROSSI (1787-1848), profesor de Bolonia, Ginebra y París, que escribe sus. obras en el exilio (Traite de Droit Penal, 1824), y muere asesinado- por sus ideas políticas. Se considera que Kant había demolido el iluminismo en el te- rreno de la razón, y que Rossi lo demuele en el terreno del De- recho.^''* Para Rossi existe un orden moral que es obligatorio para todos- Ios seres libres e inteligentes. Este orden debe ser aplicado también en la sociedad, en la que estos seres son obligados a vivir por su^ naturaleza, surgiendo de esta manera un orden social igualmente- obligatorio, y del que se derivan todos los derechos y obligaciones. El fin directo de la justicia humana no puede ser otro que "el restablecimiento del orden social perturbado por el delito". Otro representante ilustre es GIOVANNI CARMIGNANI (1768-1847), profesor de Pisa, que en sus Elementa iuris criminalis hace de la utilidad social o necesidad de conservación del orden social, la fuen- te, y de la ley moral el límite: el objeto de la imputación civil aX castigar al delincuente no es el de tomar venganza del delito come- tido, sino el de esforzarse para que en el porvenir no se realicen otros delitos semejantes. 378 Cfr. DKT. POZZO, GARLO UMBFRTO. "Saiola Classica." en Dizionario de Crimi- nologia. \'allardi. Mitón, Italia, 194J, p . 888. 236 CRIMINOLOGÍA Así, el derecho de castigar no se basa en la justicia moral, sino «n la política, que es una necesidad explicable como necesidad de hecho. ANTONIO ROSMINI, con su Filosofía del Diritto (1839) sienta las bases filosóficas de la Escuela Clásica. Para este autor el funda- mento del derecho de castigar es un "eterno principio de justicia". La capacidad de juzgar pertenece al superior, pero el hombre como ser inteligente puede juzgar al igual. Habla de las gradaciones infinitas de la culpabilidad y de la gran dificultad para juzgarla. Responsabilidad penal, para Rosmini, es "la cantidad de pena ejemplar que el autor de un delito debe esperar de la sociedad".3^* El máximo escritor clásico es, sin lugar a dudas, FRANCISCO CA- RRARA (1805, 1888), maestro en Pisa, que con su Programma di Di- ritto Crimínale (1859), lleva al Derecho Penal a su verdadera esen- cia jurídica, y se ha dicho que cuando se hace referencia a la Escuela Clásica, son las doctrinas de Carrara las que se someten a examen.^** Jurista puro, confiesa que "no me ocupo de cuestiones filosófi- cas: presupongo aceptada la doctrina del libre arbitrio y de la im- putabilidad moral del hombre, y sobre esta base edificada la ciencia criminal, que mal se construiría sin aquélla".^®^ Delito es la "infracción de la ley del Estado, promulgada para proteger la seguridad de los ciudadanos, resultante de un acto ex- terno del hombre, positivo o negativo, moralmente imputable y po- líticamente dañoso" El delito no es un simple hecho, sino un "ente jurídico", dice Ca- rrara que "La idea de delito no es más que una idea de relación: la relación contradictoria entre el hecho del hombre y la ley. Sólo en esto consiste el ente jurídico al cual se da el nombre de delito".^^^ Otros autores dieron brillo a la Escuela Clásica Italiana, así: BRU- SA, ToLOMEi y PESSINA, pero no debe pensarse que es sólo en Italia donde florece el Clasicismo, pues hay notables representantes en otros países, así, a guisa de ejemplo: MITTERMAINER, BERNER, HALSCHNER y BiRKMEYER CU Alemania, ORTOLAN y TISSOT en Francia. 379 Cfr. COSTA. El Delito y la Pena en la Historia de la Filosofía. UTEHA, Mé- xico, 1953, p p . 161 y ss. 380 VILLALOBOS, IGNACIO. La Crisis del Derecho Penal en México. Jus, México, 1948, V- 45. 381 CARRARA, FRANCESCO. Programa del Curso de Derecho Criminal, tomo I. Depal- íoaa. Buenos Aires, Argentina, 1944, p . .W. 382 CARRARA. Op. cit., p. 406. LAS ESCUELAS JURÍDICO-PENALES 237 X.2.3. POSTULADOS DE LA ESCUELA CLÁSICA Los postulados aceptados por la generalidad de la Escuela Clási- ca son los siguientes: 1) Encuentra su base filosófica en el Derecho Natural. Sabemos que existen tres formas de jusnaturalismo: a) Teoló- gico, que se desprende de una ley eterna de carácter divino, lo justo, sobre la tierra es una derivación de lo justo en la mente divina; está apoyado en la voluntad de Dios, b) Racional, así como existe lo ra- cional lógico, hay lo racional para la vida social; las formas de la jus- ticia en la concepción racionalista no se dejan a la inclinación vo- luntaria de los sujetos ni a su inclinación racional y permanente- mente válida, así, los principios del Derecho Natural son tan justos- desde un punto de visu racional, como los principios matemáticos- son verdaderos, c) Realista, (llamado también empírico), para e í cual lo justo es lo que los hombres sienten y quieren como tal; lo- importante es el sentimiento de justicia.'® El jusnaturalismo de la Escuela Clásica es por lo general racio- nalista; desprecia todo el elemento o dato social del derecho y lo- reduce a un sistema de normas que la razón construye sin tomar en cuenta la realidad, 2) Respeto absoluto al principio de legalidad. Se parte de los principios milla poena sine lege, nullum crimen sine lege y nulla- poena sine crimen (no debe aplicarse pena que no esté en la ley, no hay delito sin ley que lo contemple, no debe aplicarse pena si no se ha cometido un delito). 3) El delito no es un ente de hecho, sino un ente jurídico. EÍ punto cardinal de la justicia penal es el delito, hecho objetivo y no- el delincuente, hecho subjetivo. El delito no es una acción, sino una infracción. 4) Libre albedrío. El sujeto de la ley penal es el hombre capar de querer como ser consciente, inteligente y libre. Se presupone que todos los hombres tienen capacidad para ele- gir entre el bien y el mal, el hombre puede libremente realizar la acción prohibida o respetar la prohibición. 383 Ctr. TFRÁN, JUAN MANUEL. Filosofía del Derecho. Porrúa, S. A., México, 1974,. pp. 230 y ss. 238 CRIMINOLOGÍA 6) La pena sólo puede aplicarse a los individuos moralmente res- ponsables. La responsabilidad es de carácter moral, consecuencia del libre albedrío. 6) Quedan excluidos del derecho, y por lo tanto de la pena, aque- llos que carecen de libre albedrío, como los niños y los locos. 7) La pena es retribución, es el mal que se da al delincuente por el mal que este hizo a la sociedad. "Aquel mal que, en conformidad con la ley del estado, infligen los magistrados a los que, con las formas debidas son reconocidos culpables de un delito".^** El fundamento de la pena es la justicia y la retribución jurídica sobre la base del libre albedrío. 8) La pena debe ser proporcional al delito cometido y al daño -causado, es decir, la retribución debe ser exacta; a delitos más graves penas mayores, mientras mayor sea el daño, más cantidad de pena -debe darse al delincuente. La justicia consiste en dar a cada quien la pena a que se ha hecho acreedor por su conducta. 9) Las penas son sanciones aflictivas, determinadas, ciertas, ejem- plares, proporcionales, deben reunir los requisitos de publicidad, cer- teza, prontitud, fraccionabilidad y reparabilidad, y en su ejecución deben ser correctivas, inmutables e improrrogables.^*" 10) La finalidad de la pena es restablecer el orden social exter- no que ha sido roto por el delincuente. El delito, al romper el orden jurídico ofende a la sociedad, crea un estado de inseguridad y re- quiere de la pena, que regresa las cosas a su cauce. 11) El derecho de castigar pertenece al Estado a título de tutela jurídica. El estado tiene el monopolio de la pena, pero respetando los derechos del hombre, que ha nacido libre e igual en derechos 12) El Derecho Penal es garantía de libertad, ya que asegura la seguridad jurídica ante la autoridad. 13) Se considera que el método debe ser lógico-abstracto, silogís- tico y deductivo. Debe partirse de un principio general y sacar de él las consecuencias lógicas. Para elaborar el Derecho Penal debe uti- lizarse el método deductivo, partiendo de principios generales, los cuales son aceptados a priori. 384 CARRARA. Programa. I., p. 406. 885 Cfr. A'iERA, Huco. Penas y Medidas de Seguridad. Universidad de los Andes. Venezuela, 1972, p. 31. LAS ESCUELAS J U R Í D I C O - P E N A L E S 239 X.3. LA ESCUELA POSITIVA X.3.1. ORÍGENES Al contrario de la Escuela Clásica, la Escuela Positiva tuvo una existencia real, como "un grupo de hombres (médicos, juristas, so- ciólogos) , que se agrupan en un haz compacto frente a los demás, á otros intelectuales y a otras ideas. Intelectuales que hacen de Lom- broso un jefe y de sus conocimientos e intuiciones una doctrina".^** Para Enrico Ferri, "la Escuela Positiva consiste en lo siguiente: estudiar el delito, primero en su génesis natural, y después en sus efectos jurídicos, para adaptar jurídicamente a las varias causas que lo producen los diversos remedios, que por consiguiente serán más eficaces".^^ En otra parte, el genial italiano agrega: "La Escuela Criminal Positiva no consiste únicamente, como todavía parecía cómodo creer a muchos críticos, en el estudio antropológico del criminal, pues constituye una renovación completa, un cambio radical de método científico en el estudio de la patología social criminal, y de lo que hay de más eficaz entre los remedios sociales y jurídicos que nos ofre- ce. La ciencia de los delitos y de las penas era una exposición doc- trinal de silogismos, dados a luz por la fuerza exclusiva de la fanta- sía lógica; nuestra escuela ha hecho de ello una ciencia de obser- vación positiva, que, fundándose en la Antropología, la Psicología y la Estadística Criminal, así como sobre el Derecho Penal y los estu- dios penitenciarios, llega a ser la ciencia sintética que yo mismo la llamo Sociología Criminal, y así esta ciencia, aplicando el méto- do positivo al estudio del delito, del delincuente y del medio, no hace otra cosa que llevar a la Ciencia Criminal Clásica, el soplo vivificador de las últimas e irrefragables conquistas hechas por la ciencia del hombre y de la sociedad, renovada por las doctrinas evo- lucionistas." ^** La Escuela Positiva tuvo como principal medio de difusión en sus orígenes, a la Revista "Archivi di psichiatria, scienze penali e antropología crimínale", (1880), y el número de publicaciones de sus seguidores es enorme. S86 PFSET, JOSÉ L . y PESET, MARIANO. Lombroso y la Escuela Positivista Italiana. CSIC. Madrid, España, 1975, p . 13. 887 FERRI, ENRICO. LOS nuevos horizontes del Derecho y del Procedimiento Penal. Centro Editorial de Góngora, Madrid, España, 1887. 3SS FERRI. Op. cit. (Sociología). Introducción. 240 CRIMINOLOGÍA La Escuela Positiva nace como una reacción a los excesos jurídi- cos de la Escuela Clásica, a sus excesos formalistas, al abuso de la dogmática, al olvido del hombre delincuente y a su creencia de haber agotado la problemática jurídico-penal. La Escuela Positiva ha tenido una vida fecunda y agitada, llena de aciertos y también de errores (reconocidos muchos por los pro- pios positivistas); con multitudes de partidarios y también de ene- migos, su combatividad ha sido ampliamente reconocida.**® X.S.2. REPRESENTANTES DE LA ESCUELA POSITIVA Por razones de espacio, sólo es posible mencionar a los tres evan- gelistas del positivismo criminológico: LOMBROSO, FERRI y GARÓFALO, sin querer esto decir que ahí se agote la escuela, por el contrario, ellos sólo marcarían el inicio de una corriente que llega con fuerza hasta nuestros días.*** De Lombroso hemos analizado ya vida y obra, de Ferri lo hare- mos en el capítulo de las corrientes sociológicas; veamos ahora al- gunos datos sobre Garófalo. RAFAEL GARÓFALO (1851-1934), jurista napolitano, representa la tendencia jurídica frente al biologismo antropológico lombrosiano y al Sociologismo ferriano, logrando con esto el equilibrio de la Es- cuela Positiva. Su vida compartió los aspectos académico y judicial: desde 1887 ocupó la cátedra de Derecho Penal en la Universidad de Ñapóles, y en la magistratura escaló rápidamente las jerarquías hasta llegar a Presidente del Tribunal de Casación. Sin la participación de Garófalo, la Escuela Positiva no hubiera llegado a ser una verdadera escuela jurídico-penal, ya que en un principio (tanto en Lombroso como en FetTÍ) faltó la elaboración jurídica, que aportafía el maestro de Ñapóles desde los orígenes de la escuela, pues en 1877 publica su "Della mitigazione delle pene nci reati di sangue", en que enuncia algunos principios que serían pilares del positivismo, como: a) Prevención especial además de pre- 88» Al respecto es apasionante la lectura de "La Escuela Criminológica Positivis- ta", escrita por LOMBROSO, FERRI, GARÓFALO y FiORtrri, y editada por La F.spaña Mo- derna (Madrid, S. F.) . 39») Cfr. SAMTORO, ARTURO. "Scuola Positiva", Dizionario di Criminología. 1'allardi. Milano, Italia, 1943, p. 893. LAS ESCUELAS JURÍDICO-PENALES 241 vención general; b) Prevalencia de la especial frente a la general; c) La peligrosidad del reo como criterio y medida de la represión. Su obra es abundante, resaltando su "Criminología", denomina- ción que corrió con fortuna, y en la que explica su teoría. Además de sus conceptos de peligrosidad y adaptación, resalta el de "delito natural", exponiendo que: "el elemento de inmoralidad necesaria para que un acto perjudicial se considere criminal por la opinión pública, es la lesión de aquella parte de sentido moral que consiste en los sentimientos altruistas fundamentales: la piedad y la probidad. Además la lesión ha de ser no en la parte superior y más delicada de estos sentimientos, sino en la medida media en que son poseídos por una comunidad y que es indispensable para la adapta- ción del individuo a la sociedad. Esto es lo que llamaremos crimen o delito natural".^**^ X.3.3. POSTULADOS DE LA ESCUELA POSITIVA Los postulados fundamentales de la Escuela Positiva son: 1) En principio encuentra su base filosófica en Comte y la cien- tífica en Darwin; sin embargo esto será explícitamente negado por Ferri: "Pero lo que importa, ante todo, poner de relieve es esto: que la Escuela Criminal Positiva no recoge ni plasma ningún sistema filosófico o social, ni la filosofía positiva (Comte, Spencer, Ardigó, etcétera), ni doctrina alguna biológica (Darwin, Lamarck, Moles- chott, etc.) . . . el hecho decisivo es que la Escuela Criminal Positiva se caracteriza especialmente por el método científico." ^^'• ^ 2) Algunos positivistas extremistas negaron el principio de lega- lidad, básicamente en su aspecto de nulla poena sine crimen, al proponer medidas de seguridad sin delito. En otros casos, se pidió la desaparición de códigos, leyes y jueces y su substitución por antro- pólogos y médicos. Debemos aclarar que estas exageraciones no son compartidas por la mayoría de los positivistas, pero que sirvieron de base para muchos de los furiosos ataques contra la Escuela Positiva. 3) El delito es un hecho de la naturaleza y como tal debe estu- diarse. No estudiarlo como un ente abstracto, ni jurídico, sino como un ente real, actual, existente. 891 GARÓFALO, RAFAEL. Op. ctt. (Estudios), p . 2fi. 892 FERRI, ENRIQUE. Principios de Derecho Cthtiiiial. Editorial Reus, Madrid. 1933, p. 47. 242 CRIMINOLOGÍA La criminalidad no es solamente la lesión de bienes o intereses, o una mera desobediencia a la ley, sino una acción excepcional de agresión a condiciones fundamentales de la vida social. El delito abstracto no existe, es un hecho humano resultado de factores intrínsecos y extrínsecos, es la expresión de una antisociali- dad subjetiva, contra la cual debe actuarse. "Esta es la innovación nuestra, no tanto en las particulares con- clusiones como en el método de estudio: hasta ahora en todos los tratados de derecho criminal la génesis natural del delito ha sido completamente descuidada; se considera el delito ejecutado como dato inicial, y sobre esto se construyen las teorías jurídicas, ilusionándose con fáciles remedios, sin estudiar las causas del mal."^*** 4) Determinismo. "El libre albedrío no existe." Así tan claro, así de tajante. La Escuela Positiva es netamente determinista, es decir: una serie de circunstancias físicas o de circunstancias sociales llevarán al hombre a delinquir. Si estas circunstancias no se dan, el hombre no delinquirá. El hombre no es tan libre como él cree, su conducta, que aparen- temente puede ser independiente, está en realidad manejada por toda una serie de circunstancias. "La psicología positiva justifica que el pretendido libre albedrío es una pura ilusión subjetiva." (Ferri.) La negación radical del libre albedrío, tan clara en Ferri, no lo es tanto en Garófalo, y los neopositivistas han disminuido notable- mente sus ataques a la libertad de arbitrio, considerándolo más como un problema puramente filosófico. Es de aclararse que el determinismo positivista es concebido como predisposición, y no como predestinación. 5) La responsabilidad moral es substituida por la responsabili- dad social. El hombre es responsable socialmente por el solo hecho de vivir en sociedad, y lo será mientras viva en ella. Si no hay libre albedrío no puede haber responsabilidad moral, y si el sujeto está "determinado" a delinquir, la sociedad debe de- fenderse. 6) Si no hay responsabilidad moral, nadie queda excluido del derecho, todos son responsables en cuanto vivan en sociedad, la co- lectividad, por medio del Estado, tiene la facultad y la obligación de defenderse del sujeto peligroso. FEWU, ENRICO. Op. cit. (Nuevos Horizontes). LAS ESCUELAS JURÍDICO-PENALES 243 7) El concepto de "pena" (y más aún el de retribución) es subs- tituido por el de "sanción", con un contenido de tratamiento para educar y adaptar al delincuente. Es obvio que no puede haber retribución si no hay libre albedrío ni responsabilidad moral. 8) La sanción es proporcional a la p>eligrosidad del delincuente. Es más importante la clasificación de los delincuentes que la clasi- ficación de delitos. Por esto son más importantes las medidas de seguridad. A mayor peligrosidad, mayor medida (como puede ser el caso del criminal nato), a menor peligrosidad menor sanción. El delito es tan sólo un indicador de la peligrosidad del sujeto. 9) Las sanciones no son aflictivas, ni tienen por fin hacer sufrir al reo, son tratamientos que deben durar en tanto dure la peligro- sidad del delincuente, y por esto son de duración indeterminada. Desde este punto de vista, la pena pierde su carácter de certeza, determinación, inmutabilidad e improrrogabilidad. 10) La misión de la ley penal es combatir la criminalidad con- siderada como fenómeno social, y no restablecer el "orden jurídico". 11) El derecho a imponer sanciones pertenece al Estado a título de defensa social. La defensa social excluye toda idea de venganza o retribución, y repudia como insuficiente las ideas abstractas de con- servación del orden o mantenimiento de la justicia. 12) Más importantes que las penas son los substitutivos penales. Las penas han demostrado durante siglos su ineficacia, ya que la de- lincuencia no aumenta o disminuye en forma proporcional a las pe- nas impuestas. Los substitutivos penales son las numerosas providencias de or- den económico, político, científico, civil, religioso, familiar y educa- tivo que tienen como fin la prevención indirecta, es decir la supre- sión de los variadísimos factores criminógenos. 13) Se aceptan "tipos" criminales. Algunos criminales, por sus anomalías orgánicas y psíquicas hereditarias o adquiridas, constitu- yen una clase especial, una variedad de la especie humana. No hay un acuerdo en cuanto a cuáles son los tipos criminales, y de hecho hay tantas tipologías como tratadistas, pero todas parten de la clasificación lombrosiana. 14) La legislación penal debe estar basada en los estudios antro- pológicos y sociológicos. "Es menester primero estudiar las causas que 244 CRIMINOLOGÍA producen el delito y después construir las teorías jurídicas sobre el mismo." (Ferri.) 15) El método es inductivo-experimental. Se parte de la obser- vación de los datos particulares y de ellos se llega a una proposición general que comprende todos los fenómenos que estén relacionados o sean semejantes. En el método experimental se rechaza lo abstracto para conceder carácter científico sólo a aquello obtenido de la observación y la experiencia, por lo cual no hay a priori sino sólo a posteriori. En realidad es el método lo que da a la Escuela Positiva su de- nominación. X.4. ESCUELAS ECLÉCTICAS X.4.1. ORÍGENES De la lucha entre los juristas "puros", reunidos en la Escuela Clásica (quizá más propiamente "Neoclásica") y los representantes de la Escuela Positiva surgen una serie de intentos de conciliación, sea aceptando parcialmente los postulados de cada una, sea tratando de combinarlos. De hecho no hay una Escuela Ecléctica, sino varias escuelas reuni- das en esta corriente. Difícilmente se pueden considerar como escuelas originales, sino como corrientes intermedias que toman fundamentos y métodos de una y de otra parte. Tanto la Escuela Clásica como la Positiva imponían sus conceptos en bloque, era difícil renunciar a algún principio sin renunciar a los demás, pues se trata de dos esquemas cerrados, de una construcción casi perfecta, donde un concepto lleva lógicamente a los demás; el valor de la corriente ecléctica radica en su esfuerzo por romper esos esquemas monolíticos y crear algo diferente. Evidentemente, esta corriente recibió feroces ataques tanto de los neoclásicos (Saleilles, Cuche, Donnedieu de Vabres) como de los positivistas, principalmente Ferri, que las calificó de "meteoro de corta duración".*^* En las diversas Escuelas Eclécticas hay una gran cantidad de ma- 394 FERRI (Principios). Op. cit., p . 61. LAS ESCUELAS JURÍDICO-PENALES 245 tices, algunas se cargan más al positivismo, otras al clasicismo. A con- tinuación estudiaremos las más representativas. X.4.2. LA TERZA. SCUOLA Se dice que los italianos han inventado cuatro veces el Derecho Penal: La primera con el imperio de Roma, al realizar la gran obra jurídica; la segunda con Beccaria, al decir al hombre: "Ve y cumple el Derecho"; la tercera con Lombroso, Ferri y Garófalo, al decir al Derecho: "Ve y estudia al hombre"; y la cuarta al tratar de reunir y conciliar los conceptos anteriores para fundar la "Tercera Escuela" de Derecho Penal. La Terza Scuola, llamada también "Positivismo crítico", reúne representantes tan significativos como Alimena, Carnevale, Vaccaro, Maggi, Puglia, Impallomeni, etc. EMMANUELE CARNEVALE escribe: "Una Terza Scuola di Diritto Pé- nale in Italia" (1891). Basa la responsabilidad en la salud, pero para el inimputable es necesario tomar medidas de seguridad. Ck)nsidera el delito desde el punto de vista jurídico, pero tomando en cuenta des- de luego sus aspectos sociológico y antropológico. Prescinde del libre albedrío pero acepta la responsabilidad moral. Afirma la autonomía del Derecho Criminal frente al antropo-socio- logismo criminológico y al excesivo tecnicismo jurídico. BERNARDINO ALIMENA, en sus "Note filosofiche di un criminalista" (1911), busca coordinar los aciertos de positivistas y clásicos. Funda la imputabilidad sobre la dirigibilidad; basta que la acción sea querida por el sujeto. La naturaleza de la pena debe ser la co- acción psicológica acompañada del sentimiento de reprobación moral causada por el delito. Denomina su posición "positivismo crítico", admite la investiga- ción filosófica en el derecho penal, y niega la posibilidad de que éste llegue a ser absorbido por la Sociología. Afirma la necesidad de Sociología, Estadística, Antropología y Psi- cología para complementar la Dogmática, que por sí sola no basta para el examen del fenómeno criminal. Veamos ahora cuáles son los presupuestos comúnmente aceptados por la Escuela Ecléctica italiana. Los principales enunciados de la Terza Scuola son: 1) Distingue Derecho Penal de Criminología (y demás ciencias 246 CRIMINOLOGÍA afines), en cuanto al método, que en el primero debe ser lógico-abs- tracto, mientras que en la segunda debe ser causal-explicativo. Los positivistas habían insistido mucho en el método, asegurando que debe ser experimental; al aplicarlo al Derecho se llegaba a con- clusiones de c^ idosa utilidad. La distinción clara entre ambas cien- cias y ambos nétodos puede ser una de las aportaciones más valio- sas de la Tercera Escuela. 2) Se considera el delito como un fenómeno complejo, producto de factores endógenos y exógenos. Se debe obsei*var el delito como un fenómeno social naturalmente causado. 3) Rechazan las clasificaciones positivistas del delincuente, pero aceptan que existen delincuentes ocasionales, habituales y anormales. No aceptan el "tipo" criminal. 4) Deben existir tanto penas como medidas de seguridad. Éste es otro de los avances notables en la situación de compromiso; se rechaza la "pena vindicativa" de los clásicos sin aceptar la "sanción" generalizada de los positivistas. 5) Se conserva el concepto de resfíonsabilidad moral, aceptando al mismo tiempo el de peligrosidad o temibilidad. 6) No aceptan ni el determinismo absoluto ni el libre arbitrio total. Para ellos debe prescindirse del fundamento del libre albedrío pero manteniendo la tradicional responsabilidad moral. 7) La finalidad de la pena es no tan sólo el castigo, la retribu- ción, sino también correctiva y educativa. Debe ser pena-readaptación. 8) En el delito priva la causalidad, no la fatalidad. La impu- tabilidad está basada en la dirigibilidad de los actos del hombre, 9) La naturaleza de la pena radica en la coacción psicológica, por lo tanto imputables son aquellos con capacidad para sentir la amenaza de la pena. X.4.3. LA JOVEN ESCUELA La Unión Internacional de Derecho Penal, fundada en 1889 por un belga; Prins; un holandés, Van Hamel; y un alemán, Von Liszt, propuso abandonar todas las controversias filosóficas que separaban a los criminalistas.^**' ADOLFO PRINS, en su "La Défense Sociale et les transformations 3!>5 c í r . PÉREZ LLANTADA y GUTIÉRREZ, FERNANDO. Visión histórica ele la responsa- bilidad penal. Universidad Central de Venezuela. Caracas, 1972, p . 40. LAS ESCUEIJAS J U R Í D I C O - P E N A L E S 247 du droit penal" (1910), expone su teoría del "estado peligroso" como substitutivo de la teoría de la responsabilidad atenuada. Considera el libre albedrío como una construcción puramente especulativa, ya que la libertad es relativa, aunque no pueda hablarse de determi- nismo, por ser también una doctrina simplista. Prins puede considerarse como el primero en formular una teo- ría independiente de defensa social, y su influencia fue grande, pues en 1930 su país. Bélgica, promulgó la ley de defensa social sobre anormales y habituales. FRANZ VON LISZT expone sus ideas desde 1881, con orientación positiva biosociológica. Rechaza los presupuestos metafísicos y filosó- ficos y pugna por el conocimiento científico. Considera el delito sobre base determinista, pero busca la conci- liación en el terreno práctico legislativo, renunciando al rigor de las premisas de las escuelas Clásica y Positiva. Acepta una "conciencia común" y enuncia la unidad "pena y medida de seguridad". Los principios sobresalientes de la Joven Escuela (llamada tam- bién "Pragmatismo" y "Escuela Sociológica") son: 1) Renuncia a las explicaciones filosóficas, substituyéndolos por un "pragmatismo". 2) Abandona la responsabilidad moral substituyéndola por el es- tado de peligro. 3) Considera el delito como fenómeno natural y como ente jurí- dico, estudia sus factores y causas sin renunciar a la construcción dpgmática. 4) Ignoran el libre albedrío, aceptando una posición intermedia (Ja impresión de libertad, interna que subsiste en todos los hombres). 5) El fundamento de la pena es la defensa social. 6) Aceptan tanto las penas como las medidas de seguridad. 7) Clasifican a los delincuentes en normales y anormales. X.5. LA DEFENSA SOCIAL X.5.1. ORÍGENES El movimiento de defensa social nace con el fin de salvaguardar la dignidad y la personalidad del delincuente. Se llegó a rehusar la noción de pena, hablando de antisocialidad (Gramática) , aunque sin dejar de mantener el principio de responsabilidad (Ancel). Poste- riormente el movimiento de defensa social se convirtió en movimien- 248 CRIMINOLOGÍA to de política criminal, que necesariamente incorpora la Criminolo- gía y la Fenología. Actualmente se considera la defensa social como "el conjunto armónico de acciones destinadas a alcanzar la justicia social" (Otto Marín Gómez). "Se trata de multidisciplinas e in- terdisciplinas, se trata de nociones y criterios dinámicos, y ya no de un derecho estático y de una Criminología que está sujeta a la incri- minación penal" (Vérsele) .^*® Actualmente la defensa social se preocupa por un problema más amplio de política criminológica. No puede rehusarse a enfrentar un problema político, pues entonces sólo se atenuarían algunas cosas, sin poder emprender reformas profundas. "El sistema solamente acep- ta mejoras, modificaciones si se le dejan sus estructuras internas" (López-Rey). Él concepto de "Defensa Social" no es nuevo, y fue manejado por los positivistas, principalmente por Ferri, que la entendía como la salvaguardia social frente a los actos que son contrarios a las condi- ciones de la existencia individual y colectiva. Aún pueden considerarse como precursores a Romagnosi, Ben- tham y Feuerbach, pero es indudable que su desarrollo como escuela propiamente dicha se debe a Filippo Gramática y a Marc Ancel. X.5.2. PRINCIPALES REPRESENTANTES DE LA DEFENSA SOCIAL GRAMÁTICA considera como líneas directrices de su teoría: ^^ a) "El Estado debe orientar su función hacia la eliminación de las causas del malestar del individuo en la sociedad. b) Para afirmar el orden querido por la Ley, el Estado no tiene derecho de castigar, sino el deber de socializar. c) La obra de socialización debe realizarse no con penas, sino con medidas de defensa social, preventivas, educativas y curativas. d) La medida de defensa social debe adaptarse al sujeto en con- creto, en relación a su personalidad (antisocialidad subjetiva) y no en relación (responsabilidad) al daño causado (delito). e) El proceso de defensa social empieza por la determinación de la naturaleza y grado de antisocialidad del individuo y se completa, siempre judicialmente, con el agotamiento de la necesidad de aplica- ción de la medida, al igual que el tratamiento del enfermo concluye con su curación. 30e VÉRSELE. Op. cil. (Conclusiones, p. 193). s'J7 GR-^MÁTICA 0¡>. cit., pp. 30-31. LAS ESCUELAS J U R Í D I C O - P E N A L E S 249 f) Entendemos pues, aquí, por defensa social, la negación, junto con la pena, del derecho de castigar, es por tanto un sistema jurídico sustituto del Derecho Penal y no integrante del mismo." Por su parte MARC ANCEL, esquematiza sus ideas en los puntos siguientes: ^"^ a) La defensa social presupone una concepción general del De- recho Penal que viene no a castigar una falta y sancionar con un castigo la violación consciente de una regla legal, sino a proteger la sociedad contra las empresas criminales. 6) La defensa social pretende realizar la protección de manera natural por un conjunto de medidas generalmente extra-penales, en el sentido estricto del término, destinadas a neutralizar al delincuen- te, sea por eliminación o por segregación, sea por la aplicación de métodos curativos o educativos. c) También busca promover una Política Criminal que dé paso a la prevención individual sobre la prevención colectiva. d) La acción de resocialización no puede desarrollarse más que por una humanización cada día mayor del nuevo Derecho Penal que buscará mover todos los resortes del individuo, darle confianza en sí mismo, darle el sentido de los valores humanos, esforzándose por ase- gurar y respetar los derechos inherentes a su calidad de hombre. e) Esta humanización del derecho y del proceso penal no será so- lamente el efecto de un movimiento humanitario o sentimental, sino que se apoyará todo lo sólidamente posible en el conocimiento cien- tífico del hecho criminal y de la personalidad del delincuente. X.5.3. SOCIEDAD DE DEFENSA SOCIAL La Defensa Social se ha organizado como Sociedad Internacional, es órgano consultivo de Naciones Unidas y ha sido presidida por Ancel V Gramática, con miembros tan señalados como Cornil. Nuvo- lone, Sellin, Chasal, etc. Ha realizado h^sta el momento diez fructíferos congresos inter- nacionales, a saber: I. San Remo, 1947; II. Liége, 1949; III. Amberes, 1954; IV. Milán, 1956; V. Estocolmo. 1958. VI. Belgrado, 1961; VII. Lecce, 1966; VIII. París, 1971; IX. Caracas, 1976; »»« X. Saló- nica, 1981. sns ÁNGEL, MARC. La Béfense Sociale Nouvelle. París, 1954. so» cfr. PizzoTTi MKNDES, NELSON. "Congressos e Desenvolvimento da Sociedad In- ternacional de Defensa Social". En Criminologia. LEUD, Brasil, 1973, p . 123. 250 CRIMINOLOGÍA X.5.4. POSTULADOS DE DEFENSA SOCIAL Resumiendo, el triple objetivo de la defensa social es: 1. La pena no tiene únicamente carácter expiatorio, sino que se interesa también de la protección de la sociedad. 2. La pena, además de ser ejemplar y retributiva, tiene el propó- sito de mejoramiento y aun de reeducación del delincuente. 3. La justicia penal debe tener siempre presente la persona hu- mana además de las simples exigencias de la técnica procesal, con el fín de que el tratamiento penal sea siempre humano. Y los puntos principales (con evidentes peculiaridades según los diversos autores) son: 1. No una pena para cada delito, sino una medida para cada persona. 2. Derecho del delincuente a ser "socializado". 3. Predominio de la prevención especial. 4. Tratamiento desprovisto por completo de sentido represivo. 5. Se considera ante todo un movimiento de Política Criminal. 6. En algunos autores, imposición del llamado "derecho penal de autor" (Táterprinzip). 7. Substitución de la pena por un sistema de medidas de preven- ción especial impuestas de acuerdo a la personalidad del delincuente. 8. El hecho antisocial considerado como simple síntoma de peli- grosidad social. 9. Humanización del Derecho Penal. 10. Bases científicas. X.6. CUADRO COMPARATIVO A continuación presentamos un cuadro comparativo de 1(K postu- lados de las diversas escuelas jurídico-penales. CL.4SICA POSITIVA ECLÉCTICAS Base Jusnaturalisla Base Positivista (Comte-Darwin) No discusión filosófica (TS) Pragmatismo (JE) Principio de legalidad total Excepción en Medida de Seguridad Principio de legalidad Delito como ente jurídico Delito hecho natural y social Ambos, son 2 objetos diferentes (TS) (JE) Libre albedrío Detcrminismo Ninguno/Causalidad (TS) (JE) Responsabilidad moral Responsabilidad social Imputabilidad -f peligrosidad (TS) Peligro (JE) Excluidos niños y locos No hay excepción Pena a imputables, Medida de Seguridad a los demás (JE) (TS) Pena retribución Sanción tratamiento Ambas (TS) (JE) Pena proporcional a delito y daño Sanción proporcional a peligrosidad del Medida Tratamiento (DS) antisocial- Pena determinada Medida indeterminada Medida indeterminada (DS) Pena restablece orden jurídico Medida protege orden social Protege orden social (DS) Estado tutela jurídicamente Estado defiende socialmente Defiende socialmente (DS) Substitutivos penales y prevención Substitutos penales y pre\ención (DS) Clasificación de delitos Tipos Y clasificación de criminales No aceptan el "tipo'VSí clasificación (TS) Como base principios dados a priori Como base estudios Antropo-sociales a pos- m teriori Como base estudios científicos (DS) Método lógico abstracto, silogístico y de- Método inductivo-experimental El clásico para el Derecho ductivo El positivista para Criminología (TS) (TS) = Terza Scuola (JE) = Joven Escuela (bS) =, Defensa Social CAPÍTULO XI LA DIRECCIÓN ANTROPOLÓGICA (Teoría lombrosiana) 1. Introducción.—2. La Clasificación de los Delincuentes.— 3. El Criminal Nato.—4. Delincuente Loco Moral.—5. El De- lincuente Epiléptico.—6. El Delincuente Loco (Pazzo) .—7. De- lincuente Pasional.—8. Delincuente Ocasional.—9. La Mujer Delincuente.—10. Criminal Político,—11. El Trípode Lombro- siano.—12. El Crimen, Causas y Remedios.—13. Crítica a las Teorías Lombrosianas.—14. Conclusión. XI. 1. INTRODUCCIÓN Lombroso ha sido uno de los autores más abundantemente cri- ticados y comentados, tanto entre los especialistas en Ciencias Pena- les como entre los sabios de otras ramas del conocimiento. Ha sido también uno de los autores más difamados, pues una gran cantidad de críticas a sus teorías demuestran la ignorancia de éstas. Algún autor ha dicho que, sin hacer un malvado psicoanálisis, la riqueza de las críticas hechas a Lombroso proceden no solamente de una falta de objetividad científica, sino también de una motiva- ción inconsciente, de un "instinto de defensa", que se opone espon- táneamente a toda teoría que pretenda probar que el carácter de un individuo está ligado a su aspecto físico, o puede ser revelado por cualquier signo morfológico.*** Indudablemente que en las teorías lombrosianas se encuentran errores; nadie, ni los positivistas mismos, afirmaron que se trata de- una teoría perfecta; por esta razón, además de los aspectos funda- mentales, expondremos algunos de sus fundamentales errores. 400 GRAPIN, FIERRE. L'Anthropologie Criminelle. Op. cit., p . 29. 253 254 CRIMINOLOGÍA Hacer un análisis total de la obra lombrosiana es una labor casi imposible, puesto que Lombroso tiene una abundantísima producción en múltiples campos del conocimiento. A título de simple ejemplo, ya que sus libros y folletos publicados pasan de 650, podríamos citar: a) Obra Médica: Independientemente de todos sus estudios sobre la pelagra, que abarcan varias obras y escritos, es digna de mención su "Medicina Legal","***^ y también: "Los Avances de la Psiquiatría", "Estudio sobre el Cretinismo" (tesis doctoral), "Fragmentos Médi- cos Psicológicos", "Medicina Legal de los Enajenados Mentales", "Geografía Médica", "Ensayos de Higiene Tecnológica", "Rarísimos casos Clínicos", "Tanatología Forense". h) Obra Histórica: "Historia de Roma", "Los Orígenes de Vene- cia", "La Agricultura de Roma Antigua". c) Obra Psicológica: "El Genio y la Locura", "La Acción de los Astros y Meteoros sobre la Mente Humana", "Memoria sobre los Ma- nicomios Criminales", "Las Máquinas Psicológicas". d) Obra Demográfica: "La Demografía en Italia", "Geografía Médica", "Mortalidad de los Judíos en Verona", "Mortalidad en el Ejército Italiano". e) Obra Política: Es muy amplia, publicada sobre todo en "Avan- -ti", órgano del partido socialista, y reunida después en un volumen. f) Obra Espiritista: "Investigación sobre los Fenómenos Hipnóticos y Espiritistas" (obra postuma). g) Obra varia: Hay en realidad artículos sobre todos los temas, principalmente en la revista fundada por él, denominada "Archivo vde Psiquiatría, Antropología Criminal y Ciencia Penal", y en la Re- vista "Psiquiátrica". h) Obra Criminológica: Sin tomar en cuenta la gran cantidad de artículos, podemos decir que lo esencial son los siguientes libros: "L'Uomo Delinquente" (dos tomos), "El Crimen, Causas y Reme- «dios", "Atlas", "La Donna Delinquente", "El Crimen Político y las Revoluciones", "Aplicaciones de la Antropología Criminal". En esta ocasión nos ocuparemos exclusivamente de la obra crimi- nológica del maestro de Turín, y dentro de ella daremos un lugar fundamental a la clasificación de los delincuentes. -101 Hay edición en español: LOMBROSO, CÉSAR. Medicina Legal. La España Mo- derna, S. F. LA DIRECCIÓN ANTROPOLÓGICA 255 XI.2. LA CLASIFICACIÓN DE LOS DELINCUENTES Lombroso fue desarrollando su clasificación de los delincuentes a través de su extraordinaria obra. La estructura definitiva queda, a partir de la cuarta edición de " L ' U o m o " , como sigue: L Delincuente Nato (Atavismo) 2. Delincuente Loco Moral (Morbo) 3. Delincuente Epiléptico (Epilepsia) Alienado 4. Delincuente Loco (Pazzo) < Alcohólico Histérico V-Mattoide rPseudo-criminales 5. Delincuente Ocasional J Criminaloides ^.Habituales 6. Delincuente Pasional XI.3. EL CRIMINAL N A T O La teoría del criminal nato es^ sin duda, la más conocida y la más criticada y comentada de Lombroso. Desde m u c h o tiempo atrás, desde antes de pensar en criminales y Crijminología, Lombrpso hacía ya algunos estudios sobre las dife- rencias q u e existen entre los salvajes y los civilizados, estaba elabo- rando u n tratado denominado "Diferencias entre el H o m b r e Blanco y el H o m b r e de Color". Estudiando las diferencias antropológicas más sobresalientes entre las diversas razas, y al observar el cráneo de u n criminal, se le ocurre que podría existir u n a raza o especie de hombre diferente: los cri- minales. El cráneo que Lombroso estudiaba era el de u n criminal famoso que él había conocido antes de morir, llamado Villella; este famoso ladrón italiano había m u e r t o a edad avanzada y reunía u n a serie de características muy especiales, ya q u e al final de su vida es- taba bastante deteriorado. Nos dice el mismo Lombroso que encontró en el cráneo de Vi- llella: " u n a larga serie de anomalías atávicas, sobre todo u n a enorme foseta occipital media y u n a hipertrofia del verme, análoga a la q u e 256 CRIMINOLOGÍA se encuentra en los vertebrados inferiores". "A la vista de estas extra- ñas anomalías, así como cuando aparece una ancha llanura bajo un horizonte inflamado, el problema de la naturaleza y del origen del criminal me pareció resuelto: los caracteres de los hombres primi- tivos y de los animales inferiores debían reproducirse en nuestros tiempos." *^ Al encontrar, en el mencionado cráneo, algunas características atávicas, surge un chispazo del que nace la teoría del criminal nato. Las anormalidades fundamentales que observó fueron varias defor- maciones del verme y una foseta occipital media (todos tenemos o debemos tener cuatro fosas occipitales; en algunas especies inferio- res se encuentra una quinta foseta occipital en medio de las otras cuatro), y piensa que se trata de un caso en el cual la evolución natural se detuvo, es decir, que el sujeto no evolucionó, que se que- dó en una etapa anterior del desarrollo humano. Sus ideas se ven reforzadas al encontrar un nuevo caso, el de un criminal llamado Verzeni, el cual había asesinado a varias mujeres, descuartizándolas, bebiendo su sangre, y llevándose pedazos de carne. Así, parte de la idea de que el criminal nato es un sujeto que no evolucionó (teoría atávica), y se dedica a estudiar el crimen en los vegetales y en los animales, encontrando una serie de actitudes que podrían compararse a lo que en el hombre se considera como delito. Entre los vegetales se encuentran, principalmente, las plantas car- nívoras, y en los animales se encontrarían equivalentes no solamente del homicidio, sino también asociaciones criminales, robo, lesio- nes, etc. De aquí pasa al estudio del delito y la prostitución entre los sal- vajes, encontrando que éstos son hombres sin pudor, que se prostitu- yen con gran facilidad, que viven en promiscuidad, que cometen fácilmente homicidios, matando niños, viejos, mujeres y enfermos, que roban, y cuyas penas son terribles; le llama particularmente la atención el canibalismo por: necesidad, religión, prejuicio, piedad filial, guerra, glotonería, vanidad, etc. Compara cómo muchas de estas actitudes son comunes al tipo del delincuente nato, comparando a éste con un salvaje, al cual le gusta tatuarse, es supersticioso, le gustan los amuletos, prefiere los colores primarios, etc. 402 LoMBROSO, CÉSAR. Discours d'Ouvertiire du VI' Congrés d'Antropologie Crimi- nelle. Annales Internationales de Criminologie. 6e Anne. 2? Sem., pp. 557 y ss. Pa- rís, 1967. LA MRECCIÓN ANTROPOLÓGICA 257 Su segunda comparación es con los niños, los cuales están en una etapa anterior de lo que es la normal evolución del hombre. Aquí hace una completa teoría del niño, destruyendo las ideas de que los infantes son unas "blancas palomas"; con esto Lombroso se adelanta a la teoría del niño como un "perverso polimorfo" de Freud. El delincuente nato es como xui niño, reacciona en forma infan- til, no tiene control adecuado sobre sus emociones, es notablemente cruel; el criminal nato y el niño coinciden principalmente en: 1) Cólera (furia); 2) Venganza; 3) Celos; 4) Mentira; 5) Falta de sentido moral; 6) Escasa afectividad; 7) Crueldad; 8) Ocio y flojera; 9) Caló; 10) Vanidad; 11) Alcoholismo y juego; 12) Obscenidad; 13) Imitación. Tomando en cuenta el concepto de degeneración que se estaba usando mucho en la época, piensa si en algún momento de la ges- tación había existido algún trauma o enfermedad por lo cual el su- jeto no hubiera podido evolucionar, quedándose en una etapa ante- rior, es decir, dentro de lá teoría atávica del criminal nato, nos in- dica que éste vendría siendo una etapa intermedia entre el animal y el hombre, o sea, en un momento dado Lombroso piensa que ha encontrado el "eslabón perdido" de Darwin, esc ser que ha dejauio de ser animal ya que piensa y razona, pero que aún no es hombre, pues le faltan las características de civilización y moralidad que el "Homo Sapiens" debería de tener. Para fortificar esta teoría describe como características antropoló- gicas principales en el Criminal Nato las siguientes: 1) Frente huidiza y baja. 2) Gran desarrollo de arcadas supraciliares. 3) Asimetrías craneales. 4) Altura anormal del cráneo. 5) Fusión del hueso Atlas con el Occipital. 6) Gran desarrollo de los pómulos. 7) Orejas en asa. 8) Tubérculo de Darwin. 9) Gran pilosidad. 10) Braza superior a la estatura. Entre otras características psicológicas, biológicas y sociales del delincuente nato, Lombroso señala: 1) Gran frecuencia en el tatuaje (muchos de ellos obscenos). 2) Una notable analgesia (insensibilidad al dolor). 258 CRIMINOLOGÍA 3) Mayor mancinismo (zurdería) que en la generalidad de la población. 4) Insensibilidad afectiva (inmutabilidad ante los dolores ajenos y propios, indiferencia a la muerte, etc.). 5) Frecuencia de suicidios. 6) Inestabilidad afectiva. 7) Vanidad en general y especial por el delito. 8) Venganza, crueldad. 9) Notables tendencias al vino, al juego, al sexo, a las orgías. 10) Uso de lenguaje especial (caló). 11) El sentido religioso se encuentra muy perdido entre los cri- minales urbanos, pero hay gran religiosidad entre los rurales (un verdadero ateísmo es raro en el criminal nato, tiene una muy pecu- liar y particular religión). 12) Su peligrosidad se denota por su alta reincidencia y la ten- dencia a asociarse con otros criminales para formar bandas, como la camorra o la mafia, que siguen códigos de conducta muy estrictos, entre los que rigen leyes como la omertá (silencio). XI.4. DELINCUENTE LOCO MORAL La idea del criminal "loco moral" se basa en el caso S b r o . . . (se desconoce su nombre completo), un joven de 20 años que sin razón aparente había envenenado a su padre y asesinado a su hermano; cuando iba a envenenar a su madre ésta lo descubrió, recluyéndolo en el manicomio de Reggio Emilia, donde fue estudiado por Tam- borini y Ceppilli, los que hacen la descripción, la cual coincide en muchos rasgos con la del criminal nato de Lombroso, el cual com- prende que existe otro tipo de criminal que coincide con su descrip- ción del criminal nato, por lo que se lanza a estudiar a los enfermos que en aquella época se denominaban locos morales. La descripción de Lombroso del criminal loco moral, nos señala las siguientes características: 1) Una primera característica es su escasez en los manicomios, y su gran frecuencia en las cárceles y en los prostíbulos. 2) Son sujetos de peso y robustez igual o mayor a la normal. 3) El cráneo tiene una capacidad igual o superior a la normal, y en general no tiene diferencias con los cráneos normales. 4) En algimos casos se han encontrado los caracteres comunes del hombre criminal (mandíbula voluminosa, asimetría facial, etc.). LA DIRECaÓN ANTROPOLÓGICA 259 5) "Es la analgesia uno de los caracteres más frecuentes de la locura moral, al igual de los criminales natos." "La sensibilidad psí- quico-moral es, por lo tanto, una sublimación de la sensibilidad ge- neral." -^ 6) Los locos morales son muy astutos, por lo tanto se rehusan a aceptar el tatuaje, sabiendo que es una distinción criminal. 7) En cuanto a la sexualidad, la precocidad de la perversión sexual y la exageración seguida de importancia, habían sido ya se- ñaladas por Krafft-Ebing, en el cual se basa Lombroso para señalar anomalías notables de los instintos, especialmente del sexual, muy precoces o contra-natura, o precedidos y asociados de una ferocidad sanguinaria. 8) Son sujetos incapaces de vivir en familia, generalmente res- ponden odio por odio, y a veces odio, envidia y venganza cuando la causa que lo produjo es muy ligera, o en ocasiones ni siquiera con causa. 9) En algunas ocasiones, a pesar del excesivo egoísmo, se nota un altruismo, el cual no es más que una forma de perversión de los afectos, y una parte de aquéllos que son más cálidos en los otros hombres o viceversa. 10) La megalomanía, excesiva vanidad, es propia tanto de los cri- minales como de los locos morales, y ninguno está a la altura de consciencia, la vanidad morbosa contribuye a hacerle escribir su vida, con muchísimos detalles y con mucha elegancia. 11) Respecto a la inteligencia, dice Lombroso que no hay acuer- do entre los autores, pero que "la locura moral es un género del cual el delito es la especie, de aquí por qué ella puede ofrecer va- riantes que van hasta mostrar caracteres opuestos a aquellos seña- lados por los clásicos".*"* Una razón por la cual tantos están de acuer- do en creer intacta la inteligencia del loco moral es porque todos son astutos, habilísimos al realizar sus delitos y en el justificarlos. 12) Su carácter parece contradictorio, ya que son extrañamente excitables, con una laboriosidad excesiva alternada con inercia e in- disciplina, crueldad, incontenibilidad; de repente parece que han logrado sus fines y se tranquilizan, pero después se vuelven inquie- tos; algunas veces son notables en sus prisiones, pero mínimos en la vida. 403 LOMBROSO. L'uomo Delinquente. Fratelli Bocea Editore. Torino, Italia, 1889, p. .'592. 404 LOMBROSO. L'uomo Delinquente. Op. cit., p. 603. 260 CRIMINOLOGÍA 13) Tienen una gran pereza para el trabajo, en contraste con la actividad exagerada en las orgías y en el mal. Se habla de la preme- ditación, del disimulo, del arte con el cual los verdaderos criminales se esconden, mientras los locos morales,cometerían todo maleficio al abierto, casi como si tuvieran el derecho a hacerlo. 14) Son muy hábiles para la simulación de la locura. El descen- der de locos se encuentra también en los locos morales, pero igual que como se ve en los delincuentes natos, en proporción menor que en los locos comunes, mientras que mayor proporción encontra- mos en la cifra de parientes egoístas, viciosos y criminales. 15) Tanto el delincuente nato como el verdadero loco moral da- tan casi siempre de la infancia o de la pubertad. Los delincuentes natos presentan las tendencias inmorales precocísimas, continuándo- las después de la primera edad. Basándose en Krafft-Ebing y en Schüle, Lombroso definirá al loco moral como: "Una especie de idiota moral, que no puede elevarse a comprender el sentimiento moral, o si por la educación lo tuviera, ésa se estacionó en la forma teórica, sin traducirse en práctica; son daltónicos, son ciegos morales, porque su retina psíquica es o se trans- forma en anestésica. Y como falta en ellos la facultad de utilizar nociones de estética, de moral, los instintos latentes en el fondo de cada hombre toman en él ventaja. La noción de interés personal, de lo útil o de lo deseado, deducido de la lógica pura, pueden ser normales, de la otra parte un frío egoísmo que reniega de lo bello, de lo bueno, y con ausencia de amor filial, indiferente a la desgra- cia de los demás, y al juicio de los demás, de lo cual una exagera- ción de egoísmo que da a su vez el impulso a la satisfacción, a los intereses personales, golpeando o pasando sobre los derechos de los otros. Cuando entran en colisión con la ley, entonces la indife- rencia se transforma en odio, venganza, ferocidad, en la persuasión de tener el derecho de hacer el mal." **^ XI.5. EL DELINCUENTE EPILÉPTICO Hasta la tercera edición de su obra, Lombroso había aceptado las dos clasificaciones antes mencionadas; sin embargo, al piesentarse un nuevo caso conocido como el "Conde Belga", o el "Conde K.", piensa en una tercera posibilidad: la epilepsia. *05 LOMBROSO. Op. cit., p. 593. LA DIRECCIÓN ANTROPOLÓGICA 261 El Conde K. había nacido de madre epiléptica, hijo único muy consentido, era un sujeto caprichoso y de carácter irritable, peleone- ro, agrede continuamente a su mujer, atormenta a los animales y a todos los que están a su alcance, aunque en la esfera perceptiva e ideativa continuaba normal. Lombroso disipa todas sus dudas en cuanto a la epilepsia al,-estu- diar el célebre caso Misdea. Misdea era un soldado napolitanp de 22 años, el cual un día que salió con licencia se tomó unas copas, y al regresar a su cuartel es víctima de las burlas de sus colegas» a las cuales reaccionando en la forma más brutal, tom* un rifle y dis- para 52 cartuchos, alcanzando a matar a 7 de sus compañeros e hi- riendo a 13. Capturado con gran trabajo (entre 8 soldados no podían contenerlo) juró vengarse, lo que no logró, pues murió fusilado. En este tipo de homicidas de reacción violentísima, en que des- pués de haber cometi4o el delito quedan tranquilos y sin aparentes remordimientos, los sujetos generalmente dicen que en un momento dado "vieron i;ojo" y perdieron por completo el control, afirman que les "tiembla la cabeza", sienten "vértigos", la cabeza "gira" o da "vueltas". Al hacer el estudio de Misdea, Lombroso descubre que se trata de un epiléptico, y que no hay un claro estado alcohólico (por la ex- traordinaria, puntería del sujeto), ni tampoco encuentra enfermedad mental declarada; ahora se dedica a buscar epilépticos en cárceles y manicomios, encontrando que, efectivamente, hay una gran cantidad de estos pacientes entre criminales, y se da cuenta que el epiléptico es un sujeto altamente agresivo. Ahora Lombroso encuentra una tercera forma de criminalidad,, y hace la analogía del epiléptico con el criminal nato,, llegándose así al "trípode lombrosiano" que veremos en el apartado X I . l l . Las-características fundamentales que el maestro de Turín señalai en los criminales epilépticos son: 1) Tendencia a la vagancia, en ocasiones con largas deambula- ciones involuntarias. 2) Amor a los animales. 3) Sonambulismos (estados crepusculares). 4) Obscenidad (masturbación, homosexualidad y depravación). 5) Precocidad sexual y alcohólica. 6) "Disvulnerabilidad" (facilidad y rapidez de cicatrización). 7) Destructividad. 262 CRIMINOLOGÍA 8) Canibalismo. 9) Vanidad. 10) Grafomanía. 11) Doble personalidad al escribir. 12) Palabras o frases especiales, 13) Tendencia al suicidio (sincera o simulada). 14) Tatuajes. 15) Asociación (son, junto con los locos morales, los únicos en- fermos que se asocian). 16) Simulación (de locura o de ataque epiléptico). 17) Intermitencias (cambios de humor). 18) Amnesia. 19) Auras. Es de señalarse que Lombroso denota su genialidad al hablar de dos tipos de epilepsia, una epilepsia real y una epilepsia larvada. La epilepsia real es aquella en la cual hay ataques, el sujeto cae al suelo, echa espuma por la boca, tiene movimientos desordenados y convulsivos, llega a morderse la lengua, etc.; y por otra parte la epi- lepsia larvada, con la cual no hay el ataque, pero sí las caracterís- ticas señaladas anteriormente. A esta última forma de epilepsia Lom- broso llamó "misdeísmo", para separarla de la epilepsia real, que era la única epilepsia considerada en aquella época. Así, Lombroso agrega: "estos epilépticos (larvados) son incluso mucho más peligrosos que los locos morales, con los que en sí tie- nen extrema analogía; si no es que, como opinamos desde hace algún tiempo, epilepsia y locura moral están conexionados íntimamente desde el punto de vista de la patogénesis, pudiéndose considerar am- bas como anomalías constitucionales del desarrollo de la persona- lidad; de lo que es también argumento irrefutable el fácil asociarse o sucederse de la una y la o t r a . . . " XI.6. EL DELINCUENTE LOCO (PAZZO) La preocupación por los enfermos mentales, por las causas psi- quiátricas del delito, existieron siempre en Lombroso, el cual ya ha- bía hecho notar que en las cárceles se encuentran muchos enfermos mentales, que muchos sujetos que fueron juzgados y sentenciados en realidad no eran más que locos. LA DIRECCIÓN ANTROPOLÓGICA 26S Pinel sacó los locos de las cárceles francesas para meterlos en los manicomios; Lombroso hace lo mismo en Italia, y lucha por la for- mación de los primeros manicomios criminales. Lombroso hace una diferencia entre los delincuentes locos y los locos delincuentes, siendo estos últimos los enfermos dementes, sin capacidad de entender ni de querer, que cometen algún crimen sin saber lo que hacen; por el contrario, el delincuente loco es el suje- to que ha cometido un delito y después enloquece en la prisión. Las estadísticas de enfermos mentales que hay en las prisiones son poco confiables, pues dice Lombroso que además de que los jue- ces están "ayunos de psiquiatría", se participa en una idea general de que al ser declarado loco un criminal, ésta es la puerta por la cual escapará al justo castigo. Después de hacer un detenido estudio entre las diferentes formas de enfermedad mental, según las clasificaciones de la época, Lom- broso toma en consideración, como casos especiales, tres tipos de delincuente loco: el alcohólico, el histérico y el mattoide. XI.6.1. DELINCUENTE ALCOHÓLICO Es una forma psiquiátrica criminal, que merece ser considerada aparte, principalmente por su frecuencia, que encontramos en las estadísticas de la mayoría de los países, y además porque el alcohol es un excitante que paraliza, narcotiza, los sentimientos más nobles, y transforma aun el cerebro más sano; además de que el bebedor dará lugar a hijos delincuentes, muchos alcohólicos delinquen para poder embriagarse, y otros se embriagan para tener coraje necesario para su nefasta empresa. Las características principales del delincuente alcohólico son, para Lombroso: 1) Raros son los casos degenerativos congénitos, aunque frecuen- tes los adquiridos, y no sólo escasean los caracteres degenerativos, sino ofrecen muy seguido una vida anterior honestísima. 2) Una característica que casi nunca falta es la extraña apatía e indiferencia, que a ninguna preocupación del propio estado, no se preocupan de su procesu ni de lo que han hecho, alternándose esta apatía con impulsos en ocasiones muy violentos. 3) "La embriaguez ag^da, aislada, da lugar, por sí sola, al deli- to, porque arma el brazo, enciende las pasiones, nubla la mente y la 264 CRIMINOLOGÍA conciencia, y desarma el pudor, hace que se cometan los delitos en una especie de automatismo, casi de sonambulismo, comúnmente también en contraste con su vida anterior." ***8 4) Tienen un cinismo humorístico y fuertes tendencias al robo, al uxoricidio, al estupro, aunque después de cometerlo entran en un profundo sueño, y son comunes las amnesias después del furor al- cohólico; en ocasiones se llega al suicidio. Es un dato curioso que "mientras en casi todos los reos la cárcel es remedio peor al mal, en éstos es un verdadero remedio, del cual muchos salen purificados en el cuerpo y en el alma".^"'^ Lombroso estudia varias formas de alcoholismo, como el here- ditario, el complicado con otras enfermedades, el crónico, el delirium tremens, etc. XI.6.2. DELINCUENTE msxÉRico No por su número sino por su especialidad, va considerado apar- te el delincuente histérico, que tiene las siguientes características: 1) Sexo: es más común en las mujeres, 20 veces más que en los hombres. 2) Tiene una herencia análoga a los epilépticos, aunque pocos caracteres degenerativos. 3) La inteligencia en la mitad está intacta. 4) El carácter está profundamente modificado en un egoísmo, en una complacencia de sí mismos que los hace ávidos del escándalo. 5) Una impresionabilidad excesiva por la cual con casi nada se vuelven coléricos, feroces, fáciles a simpatías y antipatías súbitas, irracionables. 6) Con una voluntad siempre inestable, es fácil que se compli- quen en venganzas escandalosas, y que provoquen procesos sin ra- zón, con un grado elevado de denuncias y falsos testimonios. 7) Tienen una verdadera necesidad a mentir, una altísima ten- dencia al erotismo: "me impacta el hecho que toda la criminalidad de la histérica se desarrolle alrededor de las funciones sexuales".'*** 8) Se encuentran en ellas delirios, alucinaciones, suicidios (más a menudo los simulados que los consumados), y fugas, muy común- mente para prostituirse. 406 L'uomo, t. 11, p. 299. 407 L'uomo, t. II, p. 311. 408 L'uomo, p. 334. LA DIRECCIÓN ANTROPOLÓGICA 265 9) Existen delitos múltiples, aunque los más comunes son difa- mación, robo, faltas a la moral y homicidios. XI.6.3. DELINCUENTE MATTOIDE La palabra "mattoide" no tiene una clara traducción al español, ya que "matto" es loco, la palabra "mattoide" textualmente sería "locoide", vendría siendo un sujeto que no está loco, pero casi. Esta clasificación es muy típica de Lombroso, y en general no la usará ningún otro autor. Lombroso la deriva del estudio de un delincuente llamado Passanante, un sujeto que intentó matar al rey Humberto I en Ñapóles; en. el paseo del rey corrió hacia él y estuvo a punto de matarlo. Passanante era un cocinero honesto que había derivado hacia ideas políticas extremistas, escribiendo una cantidad increíble de estudios sobre política, con ideas gfandielocuentes, en una extraña mezcla anarquista y pacifista. Las características del mattoide, para Lombroso, son: 1) Escasean entre las mujeres. 2) Son raros en la edad juvenil. 3) Abundan extrañamente en las capitales (y en las grandes ci- vilizaciones) . 4) Abundan en los países en que es impuesta una cultura extra- ña y con gran velocidad. 5) Abundan entre burócratas, médicos y. teólogos, no así entre los militares. 6) Tienen poquísimas formas degenerativas y pocas anomalías en la fisonomía del cuerpo. 7) Afectivamente son hasta altruistas, conservan la sobriedad, exa- geran el sentido ético y son muy ordenados. 8) Intelectualmente no hay anomalías, suplen una gran inteli- gencia por una notable laboriosidad; escriben en forma compulsiva. 9) Psicológicamente se caracterizan por una convicción exagera- da de sus propios méritos, y hay una tendencia superlativa a la va- nidad personal. 10) Inventan teorías nuevas y generalmente extravagantes. 11) Sus crímenes son impulsivos, generalmente cometidos en pú- blico. 12) Tienen delirio persecutorio, persiguen y son perseguidos. 13) Son querellantes, les encanta litigar. 266 CRIMINOLOGÍA XI.7. DELINCUENTE PASIONAL "Entre los delincuentes forman una categoría distinta de todas las demás, aquéllos por pasión, que mejor debería decirse por ím- petu." "Todos sus delitos tienen como substrato la violencia de al- guna pasión." '*** El delincuente pasional surge principalmente de un caso que no sabemos su identidad, ya que Lombroso lo denomina con el pseudó- nimo "Quadi". Éste era un sujeto por lo visto noble, diplomático, honrado, famoso, muy conocido por Lombroso, que en un momento dado se ha enamorado de una mujer de la "vida alegre". Quadi se enamora perdidamente y la mujer le engaña haciéndole creer que es una dama honesta, logrando sacar grandes prebendas, pues segu- ramente lo que buscaba era un buen matrimonio; los amigos de Quadi trataron de disuadirlo de sus propósitos y él no les creyó, pero teniendo ya serias dudas se convence a base de pruebas y sorprende a la mujer prostituyéndose. Su reacción fue violenta, matando a la prostituta y tratando de suicidarse; salvado logra rehacerse y tener una vida normal, llega a casarse y tener hijos; sin embargo la pasión se conservaba, ya que 20 años después él mismo confiesa que toda- vía sigue amando a aquella mala mujer, y en un estado de terrible depresión se suicida. Lombroso elabora la teoría del delincuente pasional, que después tratará Ferri; un delincuente pasional no puede ser un delincuente loco, tampoco tiene aspectos atávicos, ni epilepsia, ni locura moral, por Yo tanto tiene que ser un sujeto con otras características; éstas son: 1) Rareza (5 a 6%) entre todos los delitos de sangre. 2) Edad entre 20 y 30 años. .^) Sexo: 36% de mujeres, el cuádruple que en los demás delitos. 4) Cráneo sin datos patológicos. 5) "Belleza de la fisonomía, casi completa ausencia de caracteres que se notan tan frecuentes en criminales y en los locos." 6) "A la belleza del cuerpo responde la honestidad del alma." ^^^ 7) Afectividad exagerada. 8) Anestesia momentánea, sólo en el momento del delito. 9) Ck)nmoción después del delito. 10) Suicidio o tentativa de éste inmediatamente después del delito. 400 L'uomo, p. 117. <io L'uomo, p. 119. LA DIRECCIÓN ANTROPOLÓGICA 267 11) Confesión; al contrario de los delincuentes comunes, no ocul- tan el propio delito, lo confiesan a la autoridad judicial como para calmar el dolor y el remordimiento. 12) Los delincuentes pasionales son los únicos que dan el máxi- mo de enmienda. Sin embargo hay excepciones notables, el arrepentimiento y los^ remordimientos no los hay en los países bárbaros o semibárbaros, en los que la "vendetta" es un deber, y faltan también en los reos por causa religiosa o política, en los cuales la grandeza de sus ideales, ciega al reo que, sin ser indiferente a los males de los otros como- el delincuente nato, concentra todos sus afectos en la Patria o en. Dios, y se convierte en insensible para los demás. Aquí es necesario hacer notar que el móvil en el delincuente pa- sional es siempre inmediato, y la pasión que lo mueve es una pasión "noble", distinguiéndose de las bajas pasiones que impulsan a delin- quir a los delincuentes comunes. Se hace una diferencia entre las diversas pasiones, así, además deF pasional sentimental, encontramos delincuentes por pasión en tres- tipos: duelo, infanticidio, y pasión política. El delincuente político es tratado por Lombroso, junto con Las- chi, en su libro sobre el crimen político, y en este caso se diferencian de los otros criminales políticos por no tener cómplices, por haber heredado su fanatismo político o religioso, o por lo menos ciertO' misticismo, por llevar una vida anterior honesta, aunque se encuen- tren en ellos, igual que en los genios, neurosis y anomalías psíquicas- (ver infra XI. 10). XI.8. DELINCUENTE OCASIONAL Esta clasificación le costó mucho trabajo a Lombroso, no aparece- hasta sus últimas obras, puesto que en algunos aspectos iba contra sus prindpios y primeras ideas, sin embargo, gracias a la influencia de Ferri y a la abundante literatura que hay sobre el tema, así come la aceptación general de este tipo criminal, se decide estudiarlos, y acepta que existen los criminales ocasionales, aunque no ofrecen un tipo homogéneo, sino que están constituidos de muchos grupos dispares, Lombroso los divide en: pseudo-criminales, criminaloides y habituales. 268 CRIMINOLOGÍA X í . 8 . 1 . PSEUDO-CRIMINALES Los pseudo-criminales están constituidos de los siguientes sub- grupos: 1) Aquellos que cometen delitos involuntarios, que no son reos a los ojos de la sociedad y de la antropología, pero no por eso son menos punibles. 2) I-.OS autores de delitos, en los cuales no existe ninguna per- versidad, y que no causan ningún daño social, pero que son conside- rados como tales por la ley; aquí entran también aquellos que si bien siendo para nosotros delitos no aparecen como tales, o cuando menos no lo son para el grueso público, algunos de los cuales se cometen o por hábito general o por dura necesidad. 3) Los culpables de hurto, de incendio, de heridas, duelos, en determinadas circunstancias extraordinarias, como la defensa del ho- nor, de la persona, de la subsistencia, de la familia, etc. 4) Se encuentran también en los delitos de falsedad. XI.8.2. CRIMINALOIDES 1) Son aquellos a los cuales un incidente, una ocasión pertinen- te, loa lleva al delito, son sujetos con una cierta predisposición, pero que no hubieran llegado al delito' de no haberse presentado la opor- tunidad. En ellos se cumple el proverbio de que: "La ocasión hace al ladrón." 2) La imitación se une aquí naturalmente a la impunidad y a la falta del horror que en los países civilizados se acompaña al delito, y que viceversa viene sustituido de un verdadero prestigio por el cual brigante, malandrín y mafioso es sinónimo de valioso. 3) La cárcel, como está constituida ahora, es la ocasión para aso- ciarse en el crimen y es causa de permanencia en éste, de empeora- miento. 4) Finalmente están aquellos que, poco hábiles, poco felices en el arte de vivir, son apresados f)or los engranajes de la ley. Estos casos no son en realidad criminales natos, pero tampoco pueden considerarse como honestos golpeados injustamente por la ley; se trata de delincuentes diferentes, úe delincuentes en los cua- les corresponde el delito con la causa, sus caracteres físicos son comu- nes, y entre las características psicológicas vemos que muchos, al con- trario de los delincuentes natos, tienen una verdadera repulsión por LA D I R E C a Ó N ANTROPOLÓGICA 269 los criminales y desean vivir aislados en la cárcel; casi todos conser- van afectividad de la familia, y una vez liberados son excelentes padres de familia. Muchos de ellos gustan de ayudar a los pobres, tienen un altruis- mo a veces exagerado. XI.8.3. DEUNCUENTES HABITUALES Son aquellos que no han encontrado una educación primaria de los parientes, de la escuela, etc.; una educación criminógena les lle- va desde la primera juventud al delito, y llegan a hacer de él una» verdadera profesión. Sin embargo vemos que estos criminales se pueden llegar a ha- cer, hasta cierto punto, peligrosos, pues no llegan a cometer delitos, graves, sino por el contrario van principalmente en delitos contnt la propiedad. Son criminales que se presentan desde la infancia, y que en mu- chas ocasiones principiaron por ser simples delincuentes ocasionales,, pero que la ignorancia, la miseria, o su estancia en la prisión, los; convirtió en profesionales del crimen. En sus primeros trabajos, Lombroso consideró a los habituales aparte, pero a partir de la 4* edición los considera como una sub- división de los ocasionales, lo que hasta cierto punto es una contra- dicción^.'• ^ XI.9. LA MUJER DELINCUENTE Lombroso tuvo especial atención al problema de la delincuencia femenina, escribiendo un libro en colaboración con Ferrero, en eV cual no se llega a considerar que la mujer delincuente sea un tipo- especial de delincuencia, ya que "La Donna Delinquente" sigue ef mismo esquema de desarrollo que "L'Uomo Delinquente", hablando- de la mujer delincuente nata, con sus paralelos con la epiléptica y la loca moral, hablando además de la delincuente alienada, la pasionaF y la ocasional.*'^^ 41• 1 En igual forma vienen en la 6? edición y en el resumen hecho por Gina, del" que hay edición moderna: LOMBROSO, CESARE. L'uomo Delinquente in Rapporto all'Antropologia, alia Guirisprudenza ed alie Discipline Carcerarie. Napoleone Editore. Roma, Italia, 1971, p . 331. 41 • 2 LOMBROSO, CÉSAR; FERRFRO GUILLERMO. La Donna Delincuente, la Prostituta e- la Dona Nórmale. Bocea, Torino, Italia, 1903. 270 CRIMINOLOGÍA Lo importante, con referencia a la mujer delincuente, es la teo- ría de la prostitución como equivalencia del crimen. Se piensa que, mientras el hombre para satisfacer sus impulsos que no puede reali- zar legítimamente tiene que recurrir al crimen, la mujer tiene una segunda salida que es la prostitución, la cual implica menos riesgos y puede dar ganancias mucho mayores que las obtenidas en actitu- des francamente criminales. Lombroso encuentra en la prostituta una cantidad notablemente mayor de atavismos, de deformaciones y de aspectos morbosos que en la ladrona. Las causas que llevan a la mujer a prostituirse son principalmen- te: la frigidez y el atavismo, aunque no las únicas, pues a éstas se suman la ociosidad, la poca inclinación al trabajo, la impudicia, la codicia, la locura moral, etc. XI. 10. CRIMINAL P O L Í T I C O En una ocasión estaba Lombroso visitando el museo de la Patria en Turín, observando la galería de los héroes de la patria italiana, a ios cuales indudablemente el maestro mucho admiraba. El joven Laschi acompañaba a Lombroso y le comentó que enconti-aba en va- rios de aquellos prohombres características pertenecientes al crimi- nal nato. Preocupado por esta aseveración Lombroso se dedica, junto con Laschi, a elaborar su obra El Crimen Político y las Revoluciones.*^^ Con este libro sucede el mismo fenómeno que con "La Donna Delinquente", no se trata en realidad de un tipo diferente de crimi- nal, sino un estudio completo del crimen político, encontrando que éste puede ser cometido por toda clase de criminales, lo mismo se encuentran criminales natos, epilépticos, locos morales, alienados, oca- sionales, y en forma notable los mattoides y los pasionales ya es- tudiados. XI.II. EL T R Í P O D E L O M B R O S I A N O Lombroso integra su teoría en el llamado "Trípode Lombro- siano"; con esta teoría une el atavismo, el morbo, y la epilepsia. Así, 413 lx)MBROso, CESARE y LASCHI, RODOLFO. // Delitto Político e le Rivoluzioni. Bocea. Torino, Italia, 1890. Hay edición francesa de Alean, 1892. lA. DIRECCIÓN ANTROPOLÓGICA 271 hay una explicación coherente, una síntesis a las diferentes teorías, explicando cómOj generalmente, atavismo, morbo y epilepsia van unidas. En un principio se identificó al criminal nato con el loco moral, pensando Lombroso que al producirse la detención en el desarrollo, algunos centros psíquicos quedan imperfectamente nutridos o des- arrollados, con ello ofrecen puntos de menor resistencia a la acción externa. El sujeto atávico, al no poder evolucionar, no adquiere el sen- tido moral, convirtiéndose en loco moral. La epilepsia viene a com- pletar la explicación, ya que, siendo la irritación de ciertos centros corticales, detiene el desarrollo y convierte al delincuente en un ser atávico, puesto que la autogénesis reproduce la filogénesis, o sea que lo último que se adquiere es lo primero que se pierde, y si lo último que adquiere un sujeto en su normal desarrollo es el sentido moral, al frenar el desarrollo la epilepsia, el sentido moral se ve perdido. En otras palabras: el criminal nato puede ser explicado como un ser atávico que no ha evolucionado, como un primitivo, como un niño: este criminal es idéntico al loco moral, el cual es un morboso, un enfermo, un ser que padece un daltonismo moral; el trípode queda con una explicación única en cuaiito que este tipo de delin- cuentes tienen algunas formas epilépticas que producen disfuncio- nes cerebrales. La explicación es muy neurofisiológica, y la causa básica de la criminalidad sería endógena, de base epiléptica, la cual hace perder lo último que se había aprendido, así el epiléptico se convierte en un loco moral, porque pierde el sentido ético y al mismo tiempo se de- genera, se convierte en atávico, en criminal nato. Paul Náke define al criminal nato, desde el punto de vista lom- brpsiano, en la forma siguiente: "el delincuente nato es idéntico al loco moral, con base epiléptica, explicado por atavismo, y con un tipo somático y psíquico especial". Así, en palabras del propio Lombroso: "el loco moral es una va- riedad del delirio epileptoide"... "he encontrado, entre el loco mo- ral y el epiléptico, paralelismo completo en el cráneo, en la fisono- mía, con una proporción perfectamente igual en las anomalías degenerativas y en las enfermedades cardiacas". "Pero es sobre todo el estudio psicológico que nos muestra la perfecta analogía en el egoísmo, en la irritabilidad morbosa que hace pasar a los dos excesos opuestos de la abyección y de la megaloma- 272 CRIMINOLOGÍA nía, de la pasión fantástica y del odio sin causa, en la ausencia com- pleta, en la anestesia del Sentido moral, en la religiosidad miedosa, salvaje y casi fetichista." ^" A esto agregaremos lá influencia de la enfermedad, ya que "con esa fusión se completa y se corrige la teoría del atavismo en el cri- men, con el agregado de la deficiente nutrición cerebral, de la mala conducción nerviosa; se agrega, en suma, el morbo a la monstruo- sidad". "Debe entenderse bien que por ser paralelas estas tres formas no por -eso son idénticas: como la igual composición del agua y del hielo, no por eso llevan con sí su identificación. El epiléptico es en el fondo, por lo general, una exageración del loco moral, como éste lo es del delincuente nato, como éste lo es de muchísimos delin- cuentes de ocasión y criminaloides. Así, expresando en forma gráfica mi concepto, se ve esta figura escalada: *^' Reo epiléptico Reo loco moral Reo nato Reo de ocasión o criminaloide EPILEPTOIDE Reo pasional XI. 12. EL CRIMEN, CAUSAS Y REMEDIOS En esta obra Lombroso hace un análisis general del fenómeno criminal, y gracias a ella las teorías lombrosianas no quedan en una simple explicación biológica del crimen, sino que va a estudiar los demás factores. La primera parte se llama Etiología del Crimen, en la cual es- tudia, en la más pura tradición criminológica, los efectos del clima y de las estaciones, los aspectos orográficos y geológicos, las influen- cias de las diversas razas, así como emigración e inmigración, la ali- *i* LOMBROSO. L'uomo, p. 633. 410 L'uomo, p. 636. LA DII^EGaÓN ANTROPOLÓGICA 273 mentación, la instrucción, la influencia económica, la religión, la herencia, la edad, el sexo, los crímenes colectivos, etc. En la segunda parte de su teoría de la Profilaxis Terapéutica del Crimen, partiendo de los sustitutivos penales de Ferri, estudia los medios preventivos contra los diferentes tipos de crímenes, así como las instituciones penales y algunas contradicciones jurídicas. En la tercera parte hace una síntesis de toda su teoría, explicando en qué forma puede aplicarse en la Fenología y en los medios ju- diciales.*^* X.1.13. CRÍTICA A LAS TEORÍAS LOMBROSIANAS Una de las primeras críticas hechas a Lombroso es su afirmación de que el delincuente nato está predestinado a delinquir, y que ha- bló de que todos los criminales eran natos. Ésta es una de las críticas más absurdas, ya que Lombroso nunca habló- de predestinación, el sujeto que tenga las características seña- ladas no va forzosamente a delinquir, el sujeto que las tenga está predispuesto para ser criminal, y hay que hacer una clara diferencia entre predestinación y predisposición. A lo único que estamos pre- destinados es a la muerte, fuera de este destino hay una serie de factores que pueden influir. Así como hay personas que están predis- puestas por sus facultades físicas y mentales a ser buenos arquitectos o grandes atletas, hay sujetos que tienen predisposición a ser cri- minales. Así, Lombroso aclara, en el Prefacio a la tercera edición italiana: "Cuando se dice que la vida media es de 32 años, y que el mes más fatal es diciembre, nadie entiende que llegando a tal edad y en aquel mes todos deben morir." *" Algunas críticas anteriores a la publicación de Crimen, Causas y Remedios podían tener base, pero actualmente nadie entiende que Lombroso afirmó que todos los criminales eran natos, él mismo afir- ma haber encontrado solamente un 23% entre el total de los cri- minales. Además, Lombroso hace una clara diferencia entre el criminal nato real y el criminal nato latente. El criminal nato real es el que 418 Interesante al respecto es ver también: LOMBROSO, CÉSAR. Aplicaciones Judi- ciales y Médicas de la Antropología Criminal. La España Moderna. Madrid, España, S. F. Hay edición francesa de Alean, 1892. 417 Op. Cit. (L'UOMO) , p. XI. 274 CRIMINOLOGÍA ya cometió un crimen, el que ya mató, violó o robó; mientras que el criminal nato latente es el que tiene una fuerte predisposición a delinquir, pero que todavía no delinque; este tipo de criminal lo trata Lombroso en la parte final del II Tomo del UUomo, el sujeto podrá ser un epiléptico, violento, y con predisposición al crimen, pero no es un delincuente, y sólo lo será cuando cometa el delito. Las críticas de fondo a las teorías lombrosianas pueden clasifi- carse en: morfológicas, sociológicas y psicológicas. 1) Morfológicas. Se basan principalmente en que los rasgos "cri- minales" se encuentran también en sujetos honorables. Así, Gentile dice que el delincuente de Lombroso no es un delincuente, sino el cuerpo de un delincuente. 2) Sociológicas. Principiada por Ferri, en sus "Nuevos Horizon- tes", señala la influencia del medio, ésta va a ser una de las críticas fundamentales de los representantes de la Escuela de Lyon, al consi- derar que Lombroso no toma en cuenta los factores externos, indu- dablemente Lombroso superó estas críticas gracias a su tomo de "Cri- men, Causas y Remedios". 3) Psicológicas. A partir de Freud, principalmente por Giuffreé (1912), al hablar de perversiones instintivas y demostrar la influen- cia de los problemas psicológicos con la criminalidad, el descubri- miento del inconsciente y de los procesos psicológicos profundos per- mite un análisis diferente de la problemática criminal. Indudablemente muchas de las críticas a la teoría lombrosiana son gratuitas, y muchas de ellas carecen de seriedad y de fundamento, pues no debemos de olvidar que Lombroso, para hacer su teoría, hizo necropsia de 400 delincuentes y observó a más de 6,000 crimi- nales vivos, sin embargo, esto no quiere decir que su teoría sea per- fecta y que no puedan hacerse algunas observaciones. A continuación señalaremos los principales defectos y las virtudes sobresalientes de algunos aspectos de la teoría: a) El criminal nato. Siendo éste el punto más conocido de la teoría lombrosiana, es sin duda el más criticado, principalmente por- que esta idea nos lleva a una serie de conclusiones jurídico-penales que no concuerdan ni con la Escuela Clásica de Derecho Penal ni con algunos de los conceptos jurídicos modernos. Indudablemente se trata de una teoría que, gracias a la influen- cia de Ferri, se lanza a destruir el principio clásico de libre albedrío, la teoría es plenamente determinista. LA DIRECCIÓN ANTROPOLÓGICA 275 En muchos aspectos el criminal nato de Lombroso no es respon- sable de sus actos, ya que su predisposición, su impulso, llega a con- vertirse en lo que Lombroso denominó vma "fuerza primitiva". Es quizá muy alto el número de criminales "natos" que señala Lombroso, 2 3 % del total. b) El aspecto atávico. Hay que tomarlo con mucha reserva, ya que Lombroso equipara al criminal con un cuasi-animal, en sus pri- meras obras habla de delincuencia animal, después corregirá hablan- do de "equivalencia a", de todos modos la influencia fue grande y varios de sus seguidores, Garófalo incluso, hablan de delincuencia animal. Se podría hacer una Criminología comparada, igual que en Psicología se puede hablar de Psicología comparada, haciendo com- paraciones de las reacciones animales con las reacciones humanas, pero hablar de delincuencia animal, así como de psicología animal, nos puede llevar a situaciones muy peligrosas, señaladas ya por algu- nos juristas, pues si las leyes son creaciones humanas, los animales se rigen por instintividad y por leyes naturales, las cuales difícilmen- te se pueden violar; se han dado explicaciones muy claras de qué es lo qué sucede cuando los animales aparentemente se convierten en delincuentes, cuando matan o destruyen sin causa, porque siempre hay una explicación intuitivo-natural. Los perritos de las praderas, que en un momento dado se suicidan en masa, lo que podría parecer una actitud extraña no lo es, ya que de no matarse un fuerte número de ellos, no van a alcanzar los alimentos y se destruiría la especie, entonces el instinto los hace llegar a un suicidio que es verdadera- mente inverosímil, diríase que el instinto de conservación ha fallado, pero no, al contrario, el instinto de conservación de la especie es lo que hace que una parte de ella se sacrifique. Igual podemos encon- trar explicación al ejemplo que tanto llamó la atención a Lombroso, de los pollos enfermos que son desatendidos por la madre, o el infan- ticidio brutal de la perra que, sabiendo instintivamente que su leche es limitada, elimina al cachorro o cachorros más débiles para poder alimentar a los fuertes, y en esta forma evitar que perezcan todos. c) El criminal es como el salvaje. Puede andar descalzo, semi- desnudo, no siente frío, le gusta traer amuletos, es exhibicionista, reacciona en forma primitiva, golpea, su delito nunca es cerebral, ni es sujeto que haga un fraude elaborado, su delito es muscular. Esto puede considerarse como uno de los grandes errores de la teoría lombrosiana porque, efectivamente, en los estudios actuales de ciertas tribus primitivas, que viven en situaciones equivalentes a la 276 CRIMINOLOGÍA del hombre de las cavernas, con instrumentos rudimentarios, no se ha encontrado una gran criminalidad, ni hay homicidios pues son demasiado pocos, no hay robos puesto que la escasa propiedad es co- munal, no hay incesto pues éste es visto con temor, no hay parricidio pues su régimen es patriarcal, y mucho menos fraudes, cohechos, o sea que los pueblos primitivos son menos criminógenos en general que el hombre "civilizado". En realidad el error no es atribuible a Lombroso, sino a las teo- rías de la época, ya que los primeros sociólogos y antropólogos tra- bajaban más con la imaginación que experimentalmente, así, se había dado una idea fantástica de lo que eran los salvajes, e indudable- mente cualquiera se ve fuertemente impresionado por las fotografías de los incas con los que Lombroso ilustró su Atlas. d) En cuanto al infantilismo de la criminalidad y al criminal infantil, no hay duda que Lombroso se adelanta a su época, ya que será hasta 1905 en qufe Freud va a publicar su "teoría sexual", en la cual va a hacer un interesante análisis sobre la "perversidad infantil". e) El delincuente "loco moral". En cuanto a la teoría morbosa, es indudable que, en un principio Lombroso llega a pensar que el delincuente es un enfermo, y a meditar mucho sobre la naturaleza morbosa del delito. ¿El delincuente es im enfermo? ¿Es anormal el delincuente... ? Si lo normal es que la gente viva en paz, el sujeto que se sale de la norma es un anormal, y la norma lógica es la con- vivencia. La norma natural es el instinto gregario, la norma es la relación humana, la antinorma es la antirrelación. ¿Todo sujeto que rompe la norma debe considerarse anormal? En principio sí, pero entonces ¿dónde queda el Derecho Penal?, porque siendo anormal el sujeto que rompe la norma, luego no sería imputable, así, si el sujeto normal es el que no roba, ni mata, ni viola, entonces el delin- cuente es anormal. Siguiendo un buen razonamiento, la Escuela Positiva piensa que el delincuente es un enfermo, principalmente el criminal nato, el loco moral y el epiléptico. Independientemente de las consecuencias jurídicas, no cabe la menor duda que la tipificación lombrosiana del loco moral es uno de los aciertos más impresionantes de su doctrina, ya que al loco moral actualmente se le denomina "psicópata", y al tipo de criminal carente de "Super yo", de conciencia moral, y que además es antiso- cial, se le llama "sociópata". LA DIRECCIÓN A N T R O P O I J Ó G I C A 277 En el momento actual ningún psicólogo, ningún psiquiatra, nin- gún criminólogo, se atrevería a dudar de la peligrosidad de las per- sonalidades psicopáticas, ya que la personalidad psicopática es una personalidad anómala, que posee una disarmonía intrapsíquica; por la cual episódicamente presenta reacciones desequilibradas; afectivas, caracterológicas y temperamentales; es una personalidad predispuesta a cometer conductas antisociales delictuosas, que proporcionan en oca- siones al sujeto sufrimiento y angustia, y perturban al medio am- biente social en que se desenvuelven.*^* f) El criminal epiléptico. La ecilepsia, punto de unión del trí- pode lombrosiano, es considerada por Lombroso como una lesión de los centros cerebrales que regulan la vida moral del individuo. Hay que entender que el concepto de epilepsia lombrosiano es peculiar, posiblemente no coincida con los conceptos actuales de epi- lepsia, pues para Lombroso: "la epilepsia es una descarga de algunos centros corticales irritados en individuos predispuestos por la heren- cia, el trauma y la intoxicación". Nuevamente Lombroso es genial al afirmar que existe una epilep- sia diversa de aquella tan conocida en que dan violentos y espectacu- lares ataques, hay que tomar en cuenta que en la época en que Lombroso desarrolla su teoría los medios de exploración para la epi- lepsia eran muy limitados. Sin embargo, ios conceptos de agresividad y ataques violentos de los epilépticos y de sujetos con lesiones cerebrales son indiscutibles en los adelantos de la ciencia actual. g) El delincuente loco. En cuanto a la clasificación lombrosiana de las enfermedades mentales, no hay duda que no coincidiría con las actuales esquematizaciones, pero esto evidentemente no puede ca- lificarse como un error a la teoría lombrosiana. XI. 14. CONCLUSIÓN Para concluir, podemos decir que Lombroso tuvo el gran mérito de sistematizar toda una serie de conocimientos que hasta entonces estaban totalmente dispersos. Se afirma que Lombroso no es original en su teoría. Es probable que esto sea cierto; nadie puede ser total- mente original; se dice que está plagada de errores; es verdad, nadie es perfecto; sin embargo Lombroso da vida a una nuev? v.iencia, ciencia de gran porvenir e insospechados alcances: la Criminología. 418 Al respecto ver: LIMA DE RODRÍGVJEZ, MARÍA DE LA LUZ. La Personalidad. Psico- pática. Messis, México, 1976. CAPÍTULO XII LA D I R E C C I Ó N B I O L Ó G I C A (Antropología, Endocrinología, Biotipología) 1. Introducción.—2. Escuela Antropológica.—3. Endocrinolo- gía.—4. La Biotipología.—5. Escuela Francesa.—6. Escuela Ale- mana.—7. Escuela Italiana.—8. Escuela Americana.—9. Escuela Mexicana. XII. 1. INTRODUCCIÓN Dentro de la corriente biológica deben considerarse todos aque- llos autores que han buscado en factores somáticos la causa principal de la criminalidad. Como hemos visto en la parte histórica, muchos son los autores que han buscado la relación existente entre anor- malidades antropométricas, biológicas o médicas y la criminalidad. En ocasiones los descubrimientos de la biología y de la medicina han llegado a crear entre los criminólogos un optimismo en cuanto a haber encontrado la causa suprema del crimen, optimismo que, sin embargo, se ha demostrado en mucho injustificado. Es absurdo tra- tar de encontrar una sola razón para la criminalidad; el hombre, ser necesariamente complejo, no podría ser motivado tan sólo por una causa. Así por ejemplo, los descubrimientos en Endocrinología fueran de inmediato aceptados por la Criminología, y quizá alguno pensó que había descubierto la causa final del crimen. Los avances endo- crinológicos nos demostraron la gran influencia que tienen las glán- dulas en el comportamiento humano; nos enseñaron cómo de hiper- funciones o hipofuncioncs depende en mucho el temperamento del individuo, y cómo en ocasiones podrían predisponer al sujeto en una forma tan poderosa hacia el crimen^ que éste a pesar de su carácter era incapaz de evitarlo (Ruiz Funes, Baeza y Aceves, etc.) . 279 280 CRIMINOLOGÍA Importantes son también los trabajos con electroencefalógrafo (Hill, Gibbs, etc.), que aunque nos acercan más al conocimiento integral del hombre y del criminal, no llegaron a demostrar con cla- ridad la diferencia del trazo electroencefalográfico entre la población criminal y la población no criminal. Los estudios sobre genética parece que son en muchos aspectos muy prometedores; los descubrimientos realizados en los últimos veinte años en cuestión de genética y sus aplicaciones al mundo de lo criminal, nos permiten hacer ya una interesante y amplia com- paración. No debemos perder de vista al hombre como unidad biopsico- social, ni podemos olvidar que el cuerpo es un instrumento, es la base para la expresión del alma. Es de aclarar que en la generalidad de los criminales el grava- men hereditario morboso, degenerativo o empeorante, se encuentra con frecuencia muy superior a lo que se observa en el término medio de los individuos "normales", (Al respecto confrontar: Lombroso, Virgilio, Angiolella, Saporito, Vervaeck, Apert, Enríquez, De Sanc- tis, Exner, Tansi, Lugaro, Di Tullio, etc.) En estos capítulos haremos una revisión de los estudios y de las teorías de base biológica que han tenido una mayor influencia en el pensamiento criminológico. XII.2. ESCUELA ANTROPOLÓGICA Como hemos visto, la criminología nace como "Antropología Cri- minal"; es decir, como ciencia del hombre-criminal. En este punto nos referimos a lo ya estudiado en Lombroso, que sin duda encabeza genialmente la lista de los antropólogos criminales» En principio la corriente antropológica busca encontrar la corre- lación entre las características antropométricas y la criminalidad, pero conforme se va elaborando la Escuela Positiva el concepto de Antro- pología va creciendo y va abarcando cada vez un mayor número de temas, principalmente en lo referente al comportamiento del hom- bre delincuente, y hasta llegar a enriquecerse con los conceptos socio- lógicos de Ferri, para, al final, dejar de ser una antropología crimi- nal y convertirse en la moderna Criminología. A partir de los estudios de Lombroso y compañeros, se multipli- caron en el mundo los estudios de Antropología Criminal, los cuales principalmente tratan de: LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 281 a) Generales. (Familia, Herencia, Raza, etc.) b) Biografía. c) Antropometría. d) Fisionomía. e) Organoscopía. Como podemos observar, la tendencia es más hacia una Antropo- logía biológica que a la Antropolgía cultural. Actualmente los estudios de Antropología Criminal se refieren principalmente a Antropometría (medidas de los delincuentes), con miras a la identificación, y a costumbres y hábitos criminales (tatua- je, modus operandi, etc.), así como la búsqueda de factores físicos que tengan correlación con la criminalidad. Los avances más notables en Antropometría se deben a ALPHONSJE BERTILLÓN (1857-1914), hijo de médico y nieto de matemático, aquel francés "de rostro pálido, enjuto y de una frialdad melancólica"*^' que trabajando en los archivos de la Súreté inventó un sistema para identificar a los delincuentes (1879). Al presentar su informe, el Prefecto de la policía lo recibió con unas palabras que han pasado a la historia: —¿Bertillón? Creo que usted es un escribiente de vigésimo grado y lleva ocho meses con nosotros, ¿no es así? ¿y pretende ya tenei ideas?... Su informe se lee como si fuera un chiste.. .^^o Sin embargo, el sistema Antropométrico (nombre dado por el mis- mo Bertillón) triunfó en toda la línea, y fue adoptado por policías y presidios de todo el mundo, denominándosele "Bertillonaje", en honor de su inventor. El sistema consiste en la combinación de una serie de medidas (once en un principio) corporales, que después se vería enriquecido por la fotografía de delincuentes. Midiendo la estatura, longitud de la cabeza, longitud del pie "iz- quierdo, longitud del dedo medio, la longitud máxima de los bra- zos, etc., Bertillón logró identificar a miles de delincuentes, que en otra forma hubieran escapado a la acción de la justicia.*^^ 410 THORWAUJ. Op. cit.,' p . 5. 420 Jbicíem, p .13. 421 C£r. BERTILLÓN, ALPHONSE. La Identificación Antropométrica. Revista Mexicana de Criminología N? 1, México, 1976, p . 187. 282 CRIMINOLOGÍA En materia antropológica, de la época post-lombrosiana, pueden mencionarse los trabajos de Louis VERVAECK, de ETIENNE DE GREEFF, de ERNEST A . HOOTON y de BENIGNO P I TULLIO. VERVAEK afirma que el medio no crea nada, sólo desarrolla o res- tringe el brote de los caracteres hereditarios. Para D E GREEF, el gran maestro belga (1946) existe una perso- nalidad criminal, el "verdadero delincuente" en forma específica, con características anatomofisiológicas propias, con degeneraciones expli- cadas por multiplicidad de taras.*^^ ERNEST HOOTON (1939) es el representante más notable de la Antropología Criminológica norteamericana, y en sus largos estudios descubre series de inferioridades físicas en los delincuentes con rela- ción a grupos de no delincuentes; dicha inferioridad, para Hooton, es de origen principalmente hereditario. Llega a la conclusión de que los hombres altos y delgados tien- den al homicidio y al robo; los altos y pesados al asesinato; los bajos y delgados al hurto con escalo; los bajos y pesados a la violación y asalto. D I TULLIO es el gran heredero de la tradición italiana, y escribe su Antropología Criminal*^* donde reconoce al criminal constitucio- nal <^ de orientación hipoevolutiva, el cual, "por causas heredita- rias, congénitas o adquiridas, presenta un escaso desarrollo de las características individuales que se pueden considerar de más reciente adquisición y de mayor dignidad evolutiva".**^ Además, acepta otras tres formas de constitución delincuencial: a) La neuro-psicopática (epileptiforme, neurastiforme e histeri- forme). b) Psicopática (deficitaria, paranoide, cicloide, esquizoide e in- estable) . c) Mixta. Un estudio antropológico digno de ser citado, es el realizado el siglo pasado en México por los doctores MARTÍNEZ BACA y MANUEL *2• 2 Cfr. PlNATEL, JEAN. Etienne de Greeff. Universidad Central de Venezuela, Ca- racas, 1970. 423 D I Tui.Lio, BENIGNO. Tratado de Antropología Criminal. IPAP. Buenos Aires, Argentina, 1950. *2• 4 Ya expuesta desde 1929 en su Constituzione DelinqtienziaJe Nella Etiología e Terapia del Delitto. 42• 5 D I T U I . U O , BENIGNO. Principios de Criminología Clínica y Psiquiairis Forense. Aguilar, Madrid, España, 19(5C, p . 178. LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 283 VERGARA, quienes inventaron aparatos (cefalómetro vertical, meto- pogoniómetro) y estudiaron, con gran acuciosidad un buen número> de delincuentes.''^ XII.3. LA ENDOCRINOLOGÍA XII.3.I. ANTECEDENTES Es CLAUDIO BERNARD en 1851 el que da nacimiento a la Fisiolo- gía, al descubrir la función glucógena del hígado y demostrar que- los azúcares son vertidos de éste al torrente circulatorio por las venas, subhepáticas. De aquí surge la diferencia entre glándulas endógenas. y glándulas exógenas. En 1855 THOMAS ADDISON (1793, 1860) descubre la función de- las glándulas suprarrenales, descubriendo la enfermedad- que lleva su nombre. De aquí los conocimientos de endocrinología van a desarrollarse- extraordinariamente. TAKAMINE y ALDRICH logran aislar la adrena- lina de las supranenales, y STANLINGEN (1905) llamará a las substan- cias secretadas por las glándulas endocrinas "hormonas" (hormona: del griego yo excito). GREGORIO MARAÑÓN (1888-1960) haría las primeras conexiones, entre el aspecto endocrinológico y el aspecto psicológico. Marañón va a demostrar en mucho cómo las glándulas influyen en el compor- tamiento humano, y cómo existe una interrelación entre cuerpo y espíritu. XII.3.2. LAS GLÁNDULAS I^s glándulas pueden dividirse en dos: glándulas endocrinas (o' de secreción interna) y glándulas exócrinas (o de secreción externa). Las segundas secretan su contenido por medio de un canal secretoi" (salivales, gástricas, sudoríparas, lagrimales), las primeras secretan hormonas directamente al torrente sanguíneo. Los diferentes rasgos de la personalidad dependen directamente- del funcionamiento glandular, y la personalidad cambia si las glán- 4-« MKRTÍNVZ B\rA, I>RANCi«ro; VrRGAR\, MANuri. E\hulios de Antropología Cri- minal. Impienla de Benjamín Lara, Puebla, México, 1892. 284 CRIMINOLOGÍA dulas endocrinas son hiper (más) o hipo (menos) estimuladas, o si su función es inconstante (dis). Las glándulas endocrinas o de secreción interna y que tienen in- fluencia en la conducta criminal son: 1) La Hipófisis. Glándula pituitaria, situada en la base del ce- rebro, es el centro de control glandular; a pesar de su pequeño ta- maño (pesa medio gramo) secreta unas 40 hormonas con las que dirige a las demás glándulas endocrinas. 2) Suprarrenales. Dos glándulas situadas cada una sobre un ri- ñon. Su médula secreta adrenalina y noradrenalina, dos hormonas que actúan sobre el sistema nervioso vegetativo; sobre todo cuando el organismo debe actuar con rapidez en situaciones de emergencia. Son de gran importancia pues intervienen en todos los casos de cri- men emocional, al presentarse ipiedo, ira, odio, etc. 3) Tiroides. Situada en el cuello, delante de la tráquea, secreta tiroxina. Es un acelerador biológico. 4) Paratiroides. En la parte posterior de la tiroides, son 4 glán- dula • s con funciones opuestas a la tiroides. Secretan paratiroxina. 5) Testículos. Glándulas sexuales masculinas, llamadas gónadas masculinas, tienen una doble función: producen espermatozoides y secretan la testosterona, que da los caracteres sexuales secundarios. 6) Ovarios. Gónadas femeninas, producen los óvulos. Secretan foliculina y progesterona. Regulan el cicló menstrual y producen los caracteres sexuales secundarios. XII.3.3. PRINCIPALES ESTUDIOS ENDOCRINO-CRIMINOLÓGICOS Resulta claro que nuestra ciencia se interesa sobremanera en el tema de las glándulas de secreción interna, así nace una verdadera corriente endocrinológica en Criminología.*^ LYONZ HUNT estudió un muestreo de mil criminales, y encontró qu • e de ellos el 40% tenían endocrinopatías (patología de las endó- genas) , principalmente hipertiroidismo en delincuentes pasionales, e hipotiroidismo en vagos y malvivientes. En Italia, IANDOGNA-CASSONE estudió 500 delincuentes sicilianos, encontrando en los asesinos cínicos y sanguinarios una hiperfunción de la hipófisis; en los homicidas pasionales encontró (al igual que 427 Al respecto es obligatoria la lectura de: Ruiz FUNES, MARIANO. Endocrinología y Criminalidad. Javier Morata, Editor. Madrid, España, 1929. LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 285 Hunt) hipertiroidismo; en los ladrones (delitos contra las personas, en su propiedad) hipofunción de la hipófisis; y entre los delincuen- tes sexuales (delincuentes contra la moral y contra las buenas costum- bres) disfunción gonádica. ViDONX comprueba, en el norte de Italia, en Genova, con un mues- treo de 116 delincuentes, la tesis de Cassone, llegando a las mismas, conclusiones. BRANDINO, por su parte, estudia 605 presidiarios, encon- trando en 99, trastornos endocrinos claros. KiNBERG estudió e hizo un resumen muy bueno de los principales descubrimientos hechos hasta entonces en endocrinología y crimina- lidad, llegando a conclusiones similares a las de los autores anterio- res, y encontrando que en los delincuentes jóvenes más del 50% tienen alteraciones endocrinológicas. PENDE en Italia, SCHLAPP y SMITH en los Estados Unidos, MJOEN y BRANTEBERG en Noruega, KRONFELD en Alemania, llegan a conclu- siones muy similares, o sea que el número de delincuentes con alte- raciones endocrinológicas es mucho mayor al número de sujetos que tienen alteraciones endocrinológicas en el mundo. Para finalizar, es necesario mencionar la experiencia mexicana. En 1960 TILDA RrvAH RIVAH hace su tesis recepcional (dirigida por el Dr. Quiroz Cuarón), en la Penitenciaría del Distrito Federal, en- contrando, además de una gran desnutrición, querías enfermedades de las glándulas endógenas son muy abundantes en este penal, y tan sólo una porción del 22% de sujetos sanos. Resumiendo, podemos decir como indica Di TULLID: Notas de hipertiroidismo y de hipersuprarrenalismo en los delin- cuentes constitucionales homicidas y sanguinarios; de distiroidismo en los ocasionales impulsivos; de distiroidismo y dispituitarismo en los ladrones; de disfunciones de las glándulas sexuales, en los reos contra las buenas costumbres; de hipertiroidismo, en los culpables de delitos de violencia; y de dispituitarismo, en los ladrones, falsa- rios y estafadores.*^* XII.3.4. ENDOCRINOLOGÍA Y CRIMINALIDAD PiNATEL divide la historia de los estudios endocrinológicos en Criminología, en tres períodos:**® 428 D I TULLID. Op cit. (Príndpios), p. 145 429 cfr. PiNATEL. Op. cU. (Criminología), p. 320. 286 CRIMINOLOGÍA a) Período de los precursores (Lombroso). b) Período de sistematización (Pende, Brandino, Di TuUio, Vi- doni • , Ruiz Funes); en esta etapa se consideró que las anomalías de la secreción de las glándulas endocrinas era el factor fundamental -en la criminalidad. c) Período de reacción (De Greeff, Sheldon, Glueck, Taft, Hur- witz) ; en que se consideran las endocrinopatías como insuficientes para producir un crimen. Es indudable, como ya hemos afirmado, que no puede explicarse el crimen o la criminalidad por medio de un solo factor o causa. La Endocrinología ha aportado múltiples datos para la mejor com- prensión del comportamiento humano, ya Pende afirmaba que el estudio de las glándulas de secreción interna puede explicar "en par- .te el cómo y no el porqué del crimen". D I TULLID afirma que:^* "Es necesario tener presente, a este respecto, la importancia de las glándulas de secreción extema, y espe- «cialmente de las de secreción interna, en el desarrollo del temperá- jnento y del mismo carácter individual, y por eso hace tiempo que se trata de conocer cada vez mejor la influencia que las disfunciones iiormónicas y neurovegetativas pueden tener en la génesis y diná- mica de los delitos contra las personas, contra las buenas costumbres y hasta contra la propiedad. Es necesario, sin embargo, indagar tam- bién en este campo, cada vez con mayor rigor científico, para evitar conclusiones precipitadas y dañosas generalizaciones. Se cree que entre las funciones hormónicas y la actividad crimi- aial se pueden establecer las siguientes relaciones; a) Relación de subordinación genética de las anomalías éticas y de las tendencias criminales a las funciones hormonales. b) Relación de simple coordinación y reciprocidad de las unas a las otras, como manifestaciones de una especial disposición degenerativa del individuo. c) Relación en que las anomalías hormonales y éticas permane- cen independientes y autónomas." Y en otra parte, el maestro de Roma nos dice que "De particu- lar interés para el conocimiento de las causas de la criminalidad son los procesos endocrinos, fisiológicos o patológicos que pueden 430 DI TULLIO Op. cit. (Principios), p. 6. LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 287 alterar las distintas funciones nerviosas y los distintos procesos psí- quicos individuales. Sentado esto, se comprende cómo, entre los factores causales de la criminalidad, se debe, necesariamente, recordar también las altera- ciones funcionales de las glándulas de secreción interna. Es bien sabido que son no pocos los autores que han afrontado el problema de la relación entre Endocrinología y Criminalidad, partiendo de la premisa de que, pudiendo las funciones de las glándulas de secre- ción interna, y especialmente sus disfunciones, influir en el tempe- ramento y en el carácter individual, en algunos casos, tales funcio- nes y disfunciones hormónicas pueden influir también sobre el des- arrollo de la criminalidad. Esto, también, por el hecho de que las glándulas de secreción interna tienen estrechos vínculos con el siste- ma nervioso vegetativo, que, a su vez, tiene estrechas relaciones con la vida instintivo-afectiva, influyen fuertemente sobre el desarrollo del temperamento y del carácter individual. De ahí las distintas re- laciones que pueden establecerse entre funciones endocrinas y acti- vidad psíquica, entre temperamentos endocrinos y caracteres indivi- duales, entre constelación hormónica individual y criminalidad."*** XII.4. LA BIOTIPOLOGÍA Puede considerarse que la Biotípología tuvo su etapa precientí- fica representada por los fisionomistas, aunque encontramos una apre- ciable cantidad de antecedentes desde los griegos hasta el renaci- miento. Ya hemos mencionado a Della Porta, Lavater, Cubi y Soler, hasta desembocar en Gall y su teoría frenológica. La Biotipología ha se- guido un largo camino, el cual estudiamos en capítulos anteriores, que nos denotan la búsqueda de las relaciones entre las característi- cas físicas de un individuo y sus características psicológicas. Así, los Fisionomistas primero, y los Frenólogos después, serán los antecesores de la moderna Biotipología. Por BiotijX)lc^ía se debe entender "La Ciencia del Tipo Hu- mano", entendiéndose por "tipo" la categoría de hombres, consti- tuida por el dominio de un órgano o una función. 431 D I TULLIO. Op. cit. (Principios), p. 145. 288 CRIMINOLOGÍA Para STANCIU y LAVASTIGNE: "La Biotipología es la ciencia del tipo humano Poliédrico, concebido como una unidad vital (llamada Biotipo), con varias facetas: Morfología, Fisiología y Psicología." ^^^ La Biotipología puede considerarse como una derivación de la morfología individual de Achille de Giovanni y de Viola, creada por Pende, el que llamó en esta forma a la "ciencia del tipo humano vi- tal entendido en un sentido poliédrico".'*^^ Para PENDE, Biotipo es la resultante morfológica, fisiológica y psi- cológica, variable de individuo a individuo, de las propiedades celu- lares y humorales del organismo. La Biotipología Criminológica sería la aplicación de los conoci- mientos biotxpológicos para la distinción de diversos tipos entre los criminales. Estamos de acuerdo con GIBBÓNS en que: "El cometido de las tipo- logías es doble. Las necesitamos como base preliminar en la elabora- ción de una teoría etiológica. Mientras no rompamos definitivamen- te con ese enfoque tradicional que engloba a todos los transgresores en un mismo grupo relativamente homogéneo, hay muy pocas pro- babilidades de avanzar en la explicación y prevención del crimen y de la delincuencia."'^• ^ Sin embargo, no se llega aún a unificar totalmente un criterio biotipológico. Existen tantos sabios y escuelas como métodos y clasi- ficaciones. Podemos distinguir con cierta claridad las siguientes principales escuelas biotipológicas, que hemos dividido por países: francesa, ale- mana, italiana, norteamericana y mexicana. XII.5. ESCUELA FRANCESA Con muy importantes antecedentes dentro de la llamada "mor- -íología", la escuela constitucionalista fue fundada por CLAUDIO SI- GAUD (1862-1921), el cual había dividido a los hombres según su forma exterior (planos y redondos), dando dos tipos primarios: re- traídos y dilatados. La teoría de Sigaud produce 4 tipos, según el predominio de cada uno de los sistemas: respiratorio, digestivo, muscular y cerebral. 48• 2 LAVAsmcNE, STANQU. Op. cit., p. 77. Í3• 3 Cfr. ViDONi, GiusEPPE. Biotipología Crimínale. En Dizionario di Criminología. Vallardi, Italia, 1943, p. 111. «3• 4 GlBBONS, DON C. Delincuentes Juveniles y Criminales. Fondo de Cultura Eco- nómica. México, 1969, p. 62. LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 289 Estos sistemas se ven relacionados con los cuatro medios princi- pales: atmosférico, alimenticio, físico y social. Las características de los 4 tipos son: a) Respiratorio. Tórax, cuello y nariz largos, senos de la cara desarrollados, sensibles a olores y aire viciado. b) Digestivo. Maxilar inferior y boca grandes, ojos chicos y cue- llo corto, tórax ancho y abdomen desarrollado; obesos. c) Muscular. Desarrollo armónico de esqueleto y de músculos así como de los tres pisos faciales. d) Cerebral. Figura frágil y delicada, de frente grande y extre- midades cortas. De la Escuela Francesa vale la pena mencionar: Alfredo Forwillée, Malapert, Carlos Rigort, etc.; Mac-Auliffe se basó en esta clasifica- ción. XII.6. ESCUELA ALEMANA Es, sin duda, KRETSCHMER (ERKEST, 1888-1964) el más grande re- presentante de la Biotipología Alemana. Kretschmer hace una clasi- ficación en la forma siguiente: a) Tipo Leptosoma.. (Del griego: leptos, delgado; soma, cuerpo) sus características son: cuerpo largo, delgado, cabeza pequeña, nariz putiaguda, poca grasa, cuello alargado. Su representación geométri- ca es una línea vertical. La exageración del tipo se denomina "as- ténico". b) Tipo A Hético. Gran desarrollo del esqueleto, de la muscu- latura y de la epidermis, tórax y cabeza grande. Digamos que coin- cide con una pirámide invertida. c) Tipo Pícnico. (Del griego puknos, ancho) . Fuerte desarrollo de las cavidades viscerales, abdomen prominente, tendencia a la obe- sidad y aspecto flácido, cabeza redonda, ancha y pesada, extremida- des cortas. Su representación es circular. d) Tipo Displástico. Se trata de sujetos que no entran en nin- guno de los grupos mencionados anteriormente; generalmente caren- tes de armonía, con características muy exageradas. Krestschmer ha- bla de 3 subdivisiones básicas: gigantismo, obesidad e infantilismo cunocoide. e) Tipo Mixto. Son los más frecuentes y provienen de combi- naciones de los otros tipos producidos por la herencia. Es difícil en- contrar los tipos "puros", y lo importante de esto es que la coinci- 290 CRIMINOLOGÍA dencia de las características físicas con las psicológicas no pueden ser exactas. KRETSCHMER realiza otra clasificación apoyándose en el aspecto biológico y reduciendo aspectos psicológicos; esta clasificación es la que veremos a continuación: a) Tipo Esqiüzotimico. Son de constitución leptosomática; son sujetos introvertidos, y pueden dividirse en: A) Hiperestésicos: Nerviosos, irritables, idealistas, B) Intermedios: Fríos, enérgicos, sistemáticos, serenos. C) Anestésicos: Apáticos, solitarios, indolentes, extravagantes. Cuando el tipo esquizotímico se agrava tenemos al esquizoide, y al enfermar mentalmente se convierte en esquizofrénico. b) Tipo Ciclotímico. Son de constitución pícnica, son sujetos ex- trovertidos, y aunque cambian de un extremo a otro (alegría-tris- teza) , pueden reconocerse básicamente: A) Hipomaníacos: En continuo movimiento, alegría. B) Sintónicos: Realistas, prácticos, humoristas. C) Flemáticos: Trailquilos, silenciosos, tristes. Cuando el tipo ciclotímico se agrava tenemos al cicloide, y de enfermar mentalmente se convierte en ciclonrénico (maníaco-depre- sivo) . c) Tipo Viscoso. Son de constitución atlética, tranquilos por lo general, cierta actitud pasiva, en unos resentimiento, en otros ama- bilidad. En muchos aspectos fluctúan entre el leptosoma y el pícnico. En cuanto a Biotipo y Criminalidad, Kretschmer llega a las si- guientes conclusiones: Que los pícnicos representan el menor número dentro de la totalidad de la criminalidad, siendo además los de me- nor reincidencia y mayor adaptabilidad. Son pasionales u ocasiona- les, raramente habituales. Los leptosomáticos, para Kretschmer siguen a los atléticos en cri- minalidad, pero su participación criminal es menor que la de los atléticos. Son difíciles al tratamiento y fáciles a la reincidencia. Abun- dan entre ellos ladrones y estafadores. Los atléticos serían para Kretschmer los tipos con mayor incli- nación criminal, principalmente de carácter violento. Son sujetos ex- plosivos y en ocasiones cínicos. LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 291 RiEDL, partiendo de la biotipología kretschmeriana, llega al si- guiente cuadro de "preferencias" :^^° Casos Leptosomáticos Atléticos Pícnicos Otros 300 defraudadores 41.3% 12 % 16.6% 30.1% 300 ladrones 35 % 24.7% 14.3% 26 %'o 300 contra personas 16 % 43.5% 3.5% 37 % XII.7. ESCUELA ITALIANA La Escuela Italiana tiene muy valiosos representantes; menciona- remos a tres: VIOLA, BÁRBARA y PENDE. JACINTO VIOLA nos indica que la constitución humana se apoya en dos sistemas: 1. El sistema de la vida vegetativa (visceral). 2. El sistema de la vida de relación (nervioso y muscular). De aquí deduce dos tipos: a) El tipo brevilineo. En el que el desarrollo del cuerpo es pre- valentemente en sentido horizontal, el tronco está mayormente des- arrollado respecto a los miembros. Son enérgicos, alegres y llenos de vitalidad. Representa la vida vegetativa. b) El tipo longilíneo. En el que predomina la altura, el tórax es alargado, el abdomen es plano y los miembros son largos en com- paración con el desarrollo del tronco. Son abúlicos y depresivos, in- teligencia viva pero fácil de fatiga; tendencia a la introversión y fan- tasía. Representa la vida de relación. BÁRBARA considera al tronco como expresión de la vida vegeta- tiva y a las extremidades como expresión de la vida de relación; así, hay 2 tipos extremos (Braquitipo y Longitipo), y uno intermedio, resultando las siguientes subdivisiones: 435 Oír. CRAPI.\. Op. cit., p. 57. 292 CRIMINOLOGÍA excedente Braquitipo -^ antagónico deficiente macrosómico Normo tipo microsómico excedente Longitipo antagónico deficiente NicoLA PENDE tiene el mérito de tomar en cuenta los factores endocrinológicos, y clasifica a los seres humanos en: a) LongiUneo esténico. Fuerte, delgado, musculado, es taquipsí- quico (gran velocidad de reacción) en él predominan tiroides y su- prarrenales en hiperfunción. b) Longilíneo asténico. Débil, delgado, con escaso desarrollo muscular, bradipsíquicos (lentitud de reacción) son hiposuprarrená- licos. c) Brevilineo esténico. Fuerte, macizo, musculado, chaparro, son bradipsíquicos y glandularmente tienen hipersuprarrenalismo c hipo- tiroidismo. d) Brevilineo asténico. Gordos, débiles, bradipsíquicos, son hipo- pituitarios e hipotiroideos. La famosa "Pirámide" de Pende (Director del Instituto Biotipo- lógico de Roma) está constituida por la base: la herencia y las otras caras; la morfología, el temperamento, el carácter y la inteligencia. El vértice es la síntesis Biotipológica. XII.8. ESCUELA AMERICANA La clasificación más usada en Norteamérica es la creada por WiLUAM SHELDON y S. S. STEVENS.*'* Esta clasificación tiene la ven- taja de partir de un plano experimental. Partiendo del blastodermo (célula de la cual provenimos todos), reconoce tres dimensiones: 436 SHELDON, W . H . y STEVENS, S. S. Las Variedades de Temperamento. Paidós. Bue- nos Aires, Argentina, 1955. LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 293 Endodermo (viscerotonía) Mesodermo (somatonía) Ectodermo (cerebrotonía) Esta clasificación no reconoce un tipo único sino varios somato- tipos, a partir de un puntaje (del 1 al 7) de cada una de, las dimen- siones señaladas, así el 7-1-1 es el endomórfico ideal, el 1-7-1 el meso- mórfico ideal y el I-I-7 es ectomórfíco (o exomórfico) ideal. El tér- mino medio sería un 4-4-4. Las escalas de puntos se logran según el sujeto carece de determi- nado rasgo (I) o lo tiene claramente determinado (7), Sheldon ma- nejó un total de 60 rasgos (postura, sociabilidad, apetito, afectividad, tolerancia, ambición, aventura, etc.). Las características físicas (o componentes estáticas como las llama Sheldon) son: a) Endomorfo. Visceras digestivas pesadas y desarrolladas, con estructuras somáticas relativamente débiles. Bajo peso específico, gor- dura. b) Mesomorfo. Desarrollo de estructuras somáticas (huesos, múscu- los y tejido conjuntivo) alto peso específico, duro, erecto, fuerte y resistente. c) Ectomorfo. Frágil, lineal, chato de tórax y delicado; extremi- dades largas y delgadas, músculos pobres. De aquí deduce 3 temperamentos: a) Viscerotónico. Es endomorfo, comodino, lento, glotón, socia- ble, cortés, amable, tolerante, satisfecho, dormilón, blando, hogareño, extrovertido. b) Somatotónico. Es mesomorfo, firme, aventurero, enérgico, atlético, ambicioso, osado, valiente, agresivo, inestable, inescrupuloso, estrepitoso. c) Cerebrotónico. Es ectomorfo, rígido, rápido, introvertido, aprensivo, controlado, asocial, inhibido social, desordenado, hipersen- sible, insomne, juvenil, solitario. 294 CRIMINOLOGÍA La importancia de los estudios de Sheldon es que, al aplicarse la clasificación a grupos de delincuentes, se encontró que la mayoría son mesomorfos. Los GLUECK, en su notable estudio, encontraron que entre la población criminal hay un 60.1% de mesomorfos, mientras que en los no delincuentes hay 30.7%. En cuanto al ectomorfo, es el tipo menos criminal, pues sólo se encuentra en el 14.4% de los delincuentes, en contraste con el 39.6% de los no delincuentes. En esta investigación, los resultados pueden resumirse así:^^'^ Endomorfos Mesomorfos Ectomorfos Equilibradoi Delincuentes 11.8% 60.1% 14.4% 13.5% No delincuentes 15 % 30.7% 39.6% 14.7% XII.9. ESCUELA MEXICANA En un notabilísimo estudio, los maestros mexicanos JOSÉ GÓMEZ ROBLEDA y ALFONSO Quraoz CUARÓN logran simplificar al máximo los complicados sistemas anteriores, y con gran precisión descubren una fórmula para determinar el "tipo sumario", tomando tan sólo peso y estatura. Sabiendo que la estatura se rige por las leyes de la herencia y el peso se modifica por los cambios del medio, la estatura es el mejor índice de la constitución y el peso del temperamento. La fórmula es P — E = D, o sea, peso menos estatura igual a des- viación; si la desviación es positiva (+) se tratará de un braquitipo, si es negativa (—) nos encontramos a un longitipo, y si no hay des- viación (0) es un normotipo. La gran ventaja del estudio mexicano es que está calculado para la población de México, evitando el error común de utilizar estudios extranjeros que nos llevan a conclusiones falsas. A continuación reproducimos la tabla resultante de la investiga- ción, recordando que la resta "P — E" no es en kilos o centímetros, sino en unidades sigmáticas (IJs), y en forma algebraica, como se observa en el siguiente cuadro. 4.17 Cfr. CANIVEIX, JOAQUÍN MARTÍN. Delincuenda Juvenil. Universidad de Ma(!ri<J, España, S. F., p. 38. LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 295 TIPO SUMARIO Hombres Mujeres Us P E P E + 3.00 85.54 187.93 62.95 173.20 + 2.75 83.79 186.59 62.02 171.62 + 2.50 82.04 185.25 61.10 170.05 + 2.25 80.29 183.91 60.17 168.47 + 2.00 78.54 182.57 59.25 166.90 + 1.75 76.79 181.23 58.32 165.32 + 1.50 75.04 179.89 57.40 163.75 + 1.25 73.29 178.55 56.47 162.17 + 1.00 71.54 177.21 55.55 160.60 + 0.75 69.79 175.87 54.62 159.02 + 0.50 68.04 174.53 53.70 157.45 + 0.25 66.29 173.19 52.77 155.87 + 0.00 64.54 171.85 51.85 154.30 -0.25 62.79 170.51 50.50 152.72 -0.50 61.04 169.17 49.15 151.15 -0.75 59.29 167.83 47.80 149.57 — 1.00 .57.54 166.49 47.45 148.00 -1.25 55.79 165.15 45.10 146.42 -1.50 54;04 163.81 43.75 144.85 - 1.75 52.29 162.47 42.40 143.29 -2.00 50.54 161.13 41.05 141.70 -2.25 48.79 159.79 39.70 140.12 -2.50 47.04 158.45 38.35 138.55 -2.75 45.29 157.11 37.00 136.97 -3.00 43.54 155.77 35.65 135.40 Así por ejemplo, un hombre que pesa 75 Kgs. representa en Us + 1.50, y si su estatura es de 1.78 Mts., la Us será de + 1.25, por lo tanto ( + 1.50) — (+ 1.25) = ( + 0.25), al resultar el signo ( + ) el sujeto es braquitipo. Si una mujer pesa 45 Kgs. (Us =z — 1.25) y mide 1.70 (Us — + 2.50) su tipo sumario equivale a —3.75, o sea un longitipo exa- gerado. ( - 1.25) - ( + 2.50) = ( - 3.75) Por su gran utilidad criminológica, reproducimos la lista de ca- racteres morfológicos diferenciales y de la correlación psico-somática. 296 CRIMINOLOGÍA CARACTERES MORFOLÓGICOS DIFERENCIALES Braquitipo Longitipo Aspecto general Redondeado Anguloso Tendencia a ser Gordo Flaco Generalmente de estatura Baja Alta Predominan las Profundidades Anchuras Tronco Grandt Chico Tórax Chico Grande Miembros Cortos Largos Manos Chicas Grandes Pies Grandes Chicos Cara Ancha Larga Frente Baja-ancha Alta-angosta Ojos Chicos-separados Grandes-juntos Nariz Corta-ancha Larga-angosta Boca Grande Chica Labios Grueso 5 Delgados CORRELACIÓN PSICO-SOMATICA Braquitipo Longitipo Activo Pasivo Agitado Calmado Rápido Lento Excitado Inhibido Directo Indirecto Variable Persistente Impaciente Paciente Sumiso Rebelde Obediente Imperativo Expresivo Represivo Confiado Desconfiado Decidido Indeciso Seguro Inseguro Resuelto Dubitativo Ingenuo Astuto Imprudente Prudente Comunicativo Reservado Exhibicionista Retraído Sentimental Pasional Sexual Erótico Sádico Masoquista LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 297 Braquitipo Longitipo Benigno Cruel Valiente Temerario Sociable Autista Busca la compañía Busca la soledad Superficial Profundo Le interesa la forma Le interesa el fondo Inteligencia concreta Inteligencia abstracta Prefiere discutir Prefiere explicar Descriptivo Interpretativo Encuentra semejanzas Encuentra diferencias Analizador Sintetizador Empírico Intuitivo Le agrada terminar Le agrada principiar Busca soluciones Crea problemas Retardado Anticipado Imprevisor Previsor Práctico Idealista Realista Teórico Vulgar Original Constructivo Destructivo Unifica Divide Imitador Creador Ordenador Organizador Simplifica Complica En general, interesado En general, desinteresado Ahorrativo Gastador Prefiere recibir Prefiere dar Crea capital Crea riqueza Tradicionalista Reformista Se somete a la ley externa Se somete a la ley interna Acepta los ritmos naturales Protesta contra los ritmos naturales Clásico Romántico Regresa al pasado Se proyecta al futuro Realizador Proyectador Chistoso Ironista Cómico Dramático Sensual Intelectual Extrovertido Introvertido Miedoso Angustiado Mentiroso Calumniador Cidotimico Esquizotímico Predispuesto a la histeria Predispuesto a la neurosis obsesiva 298 CRIMINOLOGÍA Se comprende fácilmente que los caracteres ya mencionados son todos, relaciones de predominio, puesto que se encuentran en todas las personas independientes de los tipos; lo significativo es, por lo tanto, que según el tipo predominan, o son más intensos, los previs- tos en el cuadro de la correlación psico-somática. Además, fueron preferidos los caracteres de las personas habitualmente sanas y desta- can aquellas que corresponden a maneras de ser, actitudes de vida, rasgos generales de la personalidad y caracteres psicosociales.*** *8• 8 El estudio completo puede verije en "Criminalia": GÓMEZ ROBI.F»A, JOSÉ y QuiROz CuARóN, ALFONSO. El Tipo Sumario. "Ciimiiialia". Año XVII, pp. 30 ) ss, Mé- xico, 1949. CAPITULO XIII LA D I R E C C I Ó N B I O L Ó G I C A (Genética, Neuropsiquia'tría) 1. Introducción.—2. Las Familias Criminales.—3. La Estadística Familiar.—4. Los Estudios en Gemelos.—5. Estudios de Adop- ción.-6. Las Aberraciones Cromosomáticas.—7. Estudios Elec- troencefalográficos. XIII.1. INTRODUCCIÓN A partir de los descubrimientos del monje agustino GREGORIO» MENDEL (Austria, 1822-1884), nace una ciencia denominada genéti- ca, que es la encargada de estudiar los mecanismos según los cuales se transmiten las características hereditarias (normales o patológicas).. Mendel estudió cuales eran las leyes de la herencia (válidas para toda la naturaleza viviente), a base de cruzar plantas (guisantes). Los descubrimientos de la genética llamaron de inmediato la. atención de los criminólogos, los cuales buscaron desde luego las po- sibilidades de que cierta disposición hacia el crimen pudiera ser he- reditaria. Los primeros descubrimientos fueron en enfermos mentales, en- contrando la gran incidencia de parentesco consanguíneo entre Ios- anormales. Actualmente no se puede afirmar que la existencia de una tara hereditaria es explicativa de la génesis del delito, dado que no es la enfermedad o la criminalidad lo que se hereda, sino la predispo- sición. La aportación importante de las corrientes que buscan en la he- rencia la causa criminal es que en el momento actual nos obliga a estudiar cuáles son los factores hereditarios y cómo influyen en la conducta criminal. 299 300 CRIMINOLOGÍA Tres métodos se han utilizado básicamente para investigar la re- lación entre herencia y criminalidad: el análisis de la genealogía del delincuente, la genealogía estadística y la investigación de gemelos. XIII.2. LAS FAMILIAS CRIMINALES Pensando en la herencia criminal, varios investigadores (Geill, JLund, Dugdale, Despine, Maxwell, Goring, etc.) orientaron sus es- fuerzos al estudio de familias criminales, realizando una verdadera "genealogía criminal", encontrando concordancias notables, y demos- trando que existen familias célebres en las que la mayoría (por no decir la totalidad) de los componentes son criminales. Un ejemplo clásico es la familia Juke, seguida durante 200 años por Dugdale, en que se probó que el fundador de esta familia, un malviviente alcohólico, tuvo 709 descendientes, de los cuales 77 de- lincuentes, 202 prostitutas y 142 vagos y malvivientes. Estabrook am- plió las investigaciones, hasta localizar 3,000 descendientes, de los cuales la mitad son deficientes mentales, y un tercio vagos, mendigos, prostitutas y delincuentes. Hurwitz hace ver cómo el número de delincuentes va decreciendo con el tiempo. Otros ejemplos son los de las familias Zero, Victoria, Marcus y Kallikak, esta última investigada por Goddard, que encuentra dos ramas, una "buena" y otra "mala", ya que el iniciador tuvo dds mu- jeres, una normal y una deficiente mental, siendo una familia "nor- mal" y la otra "antisocial". Sin embargo, los sociologistas alegaron que esto era producido por el aprendizaje derivado de la convivencia, pues era lógico que los hijos de los criminales siguieran el ejemplo de los padres. La crítica más generalizada para estas investigaciones es que la obtención de métodos no es totalmente confiable, pues el diagnós- tico de debilidad mental, o la calificación de vagos o prostitutas se hace con base en referencias generalmente verbales, y en ocasiones con un siglo de diferencia. Además el "contagio" social es indudable en estas familias, por esto se buscaron nuevos métodos de investigación. XIII.3. LA ESTADÍSTICA FAMILIAR Para vencer las dificultades anteriores, varios investigadores se preocuparon por usar la estadística y buscar datos más directos, así como formas de comparación o control. LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 301 GoRiNG (1919) y LuND (1918) coinciden en sus estudios al en- contrar que la proporción de delincuentes condenados a prisión (por delitos graves) es mayor entre aquellos en los que ambos padres fue- ron delincuentes, que entre aquellos en los que un solo padre fue condenado, y estos últimos son más que aquellos sin padres con an- tecedentes criminales.'*^* BERNHARDT (RUDOLF, 1930), efectuó un estudio sobre criminales- dividiendo en dos grupos: a) Aquellos cuyos padres no era crimina- les, pero los abuelos y otros ascendientes sí. b) Aquellos sin parien- tes criminales. El resultado es que en el grupo "a" la proporción d e hermanos delincuentes es el doble que en el grupo "b", a pesar d e que ambos ambientes fueron considerados "no criminógenos".**" Un grupo bastante apreciable de investigadores se dedicó a bus- car taras hereditarias de delincuentes convictos, distinguiendo taras, directas (padre-madre), y taras en general (ascendientes). Presentamos un cuadro elaborado a partir de EXNER,**^ el cuaF advierte que debe tomarse con reserva, ya que el concepto de "tara"^ varía mucho según los diversos autores. (Ver Cuadro). El acuerdo es general en que los reincidentes tienen más deF doble de taras hereditarias que los delincuentes primarios. En otras investigaciones se ha encontrado correlación entre ante- cedentes de enfermedad mental y conducta antisocial o parasocial. Es notable el resultado en lo referente a la epilepsia, pues cuan- do es hereditaria el número de hijos criminales es de 13% (22% hombres y 3.7% mujeres), cuando es traumática es sólo del 3.3% (CONRAD) . En cuanto a los heredoalcohólicos, las cifras son muy altas, prin- cipalmente en juveniles (hasta 49%, Riedl), pero aquí se regresa a t problema del medio social y del ambiente criminógeno del hogar alcohólico. XIII.4. LOS ESTUDIOS EN GEMELOS Principiemos por recordar que existen dos tipos de gemelos; a) Monozigóticos (MZ), llamados también monocigóticos, idén- ticos, uniovulares, monovitelinos, univitelinos, que son producto d e un solo óvulo fecundado por un espermatozoide. 43• 9 Cfr. HuRwrrz, STEPHANI. Criminología. Ariel, Barcelona, España, 1956, pp. 84 y ss. M• O Cfr. HuRwiTZ, STEPHAN, p . 90. Op. cit. Í4• 1 ExNER. op. cit. (Biología), p. 216. 302 CRIMINOLOGÍA TARA HEREDITARIA EN GENERAL Tara Tara en directa general % % Diem: (1905) 1,193 personas sanas mentalmente 33.0 66.9 personas enfermas mentalmente 50.0 78.0 Fetscher: (1918) 818 corruptores de niños 26.5 sólo el padre 818 corruptores de niños 7.5 sólo la madre Hartmann: 199 delincuentes 42.2 69.8 Krassnuschkin: 2,150 delincuentes a) criminales crónicos 67.4 81.9 b) criminales agudos 50.8 66.9 Michel: 266 delincuentes de estado 53.4 77.4 Rattenhuber: 107 delincuentes graves contra la moral . . 54.2 65.4 Uiedl: 200 criminales precoces 43 ) 200 criminales tardíos 85 j ^^° ^^ P ^ ^ « Schmid: (1936) 502 delincuentes primarios 20.0 37.0 Schnell: (1935) 502 delincuentes reincidentes 59.0 74.6 Stumpfl: (1935) a) 195 delincuentes reincidentes 63.5 b) 166 delincuentes primarios 25.3 LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 303 b) Dizigóticos (DZ), conocidos también como dicigóticos, fra- ternos, heterocigóticos, biovulares, o bivitelinos, que proceden de dos óvulos desprendidos al mismo tiempo y fecundados simultáneamente por dos espermatozoides. La diferencia es básica en cuanto que los gemelos monovitelinos tienen el mismo genotipo, todas sus características hereditarias son idénticas, por lo que las diferencias que presenten son producto del medio; los bivitelinos por el contrario traen una variación, una di- ferencia en herencia, y aunque puedan ser muy parecidos llegan a tener diferencias tan notables como pueden ser el sexo. Se había ya observado que en gemelos hay una mayor correla- ción en lo que al crimen se refiere, es decir, cuando un gemelo de- linquía había mayor probabilidad de que el otro delinquiera tam- bién, esta probabilidad era menor entre simples hermanos. Los sociologistas negaron que esta fuera una prueba de factor he- reditario, y que por el contrario era argumento a favor del medio, ya que los hermanos gemelos tienen una educación similar y com- parten el medio con más intensidad que los hennanos no gemelos, ya que tienen la misma edad, reciben igual alimentación, posterior- mente van a la misma escuela, etc. En 1929 el médico alemán JOHANNIS LANCE publicó un trabajo sobre gemelos en Criminología, estudiando 30 pares de gemelos, de los cuales uno por lo menos había sido condenado en las cárceles de Baviexa. De estos pares de gemelos trece eran monocigóticos y 17 d.icv- góticos; entre los 13 primeros el segundo gemelo fue condenado en 10 casos; entre los 17 dicigóticos solamente se encontraron dos con- denados en el segundo gemelo.**^ La teoría de LANCE, en cuanto las tendencias innatas juegan un papel preponderante en la criminalidad, causó un fuerte impacto, ya que echaban por tierra las ideas del aprendizaje familiar del cri- men. Varios autores se lanzaron a confirmar los descubrimientos de Lange, así: POPENOE, por su parte, encontró un 68% de coincidencia en ge- melos monocigóticos y 38 en dicigóticos. STUMPFL en Alemania (1936), estudió 65 parejas de gemelos de- lincuentes, encontrando una incidencia de 9 sobre 15 en univitelinos y 7 sobre 17 en bivitelinos. *42 Cfr. KLINEBERG, OTTO. Psicología Social. Biblioteca de Psicoanálisis y Psicolí^ia. Fondo de Cultura Económica. México, D. F., 1963, p. 238. 304 CRIMINOLOGÍA En un resumen de los estudios hasta 1936, Hurwitz encuentra que en los gemelos monocigóticos la concordancia delincuencial es de 72 y la discordancia de 31 (69.9% por 30.1%), y en los gemelos dicigóticos la concordancia es de 37 y la discordancia de 75 (o sea 33% y 67%) .*« Posteriormente otros autores como BORGSTROM (1939) en Finlan- dia y YosHiMAsu (1961) en Japón obtienen res.ultados que van com- probando la tesis de Lange. En estudios más modernos EYSENCK (1964) encuentra que en 225 pares de gemelos, 107 siendo idénticos y 118 siendo fraternos, las concordancias son de 7 1 % y 34% respectivamente. Eysenck va a encontrar además que, tratándose de gemelos mo- nozigóticos la concordancia es de 85% para delincuencia juvenil, 65% para alcoholismo y de 100% para homosexualidad.*** Número MZ DZ Proporción concordante depares Idén- Frater- gemelos ticos nos Idénticos Fraternos Crimen (adultos) 225 107 118 71 34 Delincuencia juvenil 67 42 25 85 75 Trastornos de conducta en la infancia 107 47 60 87 43 Homosexualidad 63 37 26 100 12 Alcoholismo 82 26 56 65 30 Otros autores, como BURT (1966), estudian los variantes para saber hasta dónde puede influir el medio ambiente en el comportamiento de los ejemplares, llegando a conclusiones estadísticamente fundadas, en las cuales encontramos que es indudable la influencia hereditaria y genética en la conducta de los individuos. Como podemos observar en el cuadro, SHIELDS y SLATER**® coin- ciden en el 100% de concordancia en homosexu?ilidad de gemelos idénticos, así como en la mayoría de los datos de Eysenck. CHRISTIANSEN, quizá el más destacado investigador en materia de gemelos, estudió todos los gemelos nacidos entre 1881 y 1910 en una área determinada de Dinamarca, después extendió su estudio a 1920, y finalmente logró tener datos de todos los gemelos de Dinamarca +43 HURwrrz. Op. cit., p. 116. *• « Cfr. EYSENCK, H . J . Fundamentos Biológicos de la Personalidad. Editorial Fon- tanella. Barcelona, España, 1970. « 5 SHIELDS & SLATER. Heredety and Psychological Abnormality. Cit. por PINII.LOS, ]0!Í. Luis. La mente humana. Salvat. España, 1970, p . 58. LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 305 SHIELDS Y SLATTER (1968): Porcentajas de concordancia En gemelos En gemelos idénticos no idénticos Homosexualidad masculina 100% 12% Trastornos de la conducta infantil 87% 43% Alcoholismo 65% 30% Crimen (adultos). 68% 35% Delincuencia juvenil 85% 75% (13,500 pares), aunque su reciente muerte no le permitió dar los re- sultados totales de su investigación, sí tenemos datos de gran impor- tancia.*** De 3,586 pares de gemelos, encontró 799 pares en los cuales al menos uno de los hermanos tenía antecedentes penales, sus datos de concordancia son de 36% para monozigóticos y 12.5% para dizi- góticos. El valor de la investigación de Christiansen radica no solamente en el número de personas estudiadas, sino en que partió de la pobla- ción general para llegar a los casos criminales. Aunque la concordancia encontrada por Christiansen es muy inferior a la enunciada por los demás autores (36% para MZ y 12% para DZ, frente a un promedio de 68.31% DZ y 32.41% MZ), la di- ferencia entre ambos grupos es más notable (2.8 veces más MZ que DZ, frente a 2.1 de otros investigadores). Monozigótico Dizígótico Pare\ % con- Pares % con- Estudio Lttgar Total con COI - cordan- Total concor- cordan- pares (¡antes cia pares dantes cia Lange 1929 Bavaria 13 10 77 17 2 12 Legras 1932 Holanda 4 4 100 5 1 20 Rosanoff 1934 U. S. A. 37 25 68 28 5 18 Stumpfl 1936 Alemania 18 11 61 19 7 37 Kranz 1936 Prusia 32 21 66 43 23 54 Borgstrom 1939 Finlandia 4 3 75 5 2 40 Yoshimasu 1961 Japón 28 17 61 18 2 11 Eysenck 1964 U. S. A. 107 75 70 118 40 34 Total: 243 166 68.31 253 82 32.41 M• « Cfr. CHRISTIANSEN, KARI, O. IM Génesis de la Delincuencia Agresiva, en Los Ros- tros de la Vielencia. Uni\eisi(lad del Zulia, Maracaibo, Venezuela, 1974, p. 253. 306 CRIMINOLOGÍA Para finalizar este apartado, presentamos el cuadro anterior, ela- borado a partir de los cuadros de Hurwitz, Christiansen y Rosenthal. XIII.5. ESTUDIOS DE ADOPCIÓN Otra técnica utilizada para averiguar las influencias genéticas frente al medio ambiente, es la de estudiar criminales y no crimina- les adoptados, y su relación con los padres biológicos y adoptivos según sean estos criminales o no. LuDwiNG KuTTNER (1938) demuestra que los hijos de los crimi- nales delinquen con mayor frecuencia que los hijastros de los mis- mos, poniendo en duda los razonamientos sociologistas. Serán los estudios sobre gemelos los que aportarán datos más precisos para re- solver el problema. KETY, ROSENTHAL, WENDER y SCHULSINGER estudian las adopciones habidas en 1924-1947 en Dinamarca, que con un número de 14,433 abarcan 72,165 personas, para estudiar anomalías psicológicas (1968). Partiendo de este material, HUTCHINGS y MEDNICK hacen su estudio de criminalidad (1975), llegando a los siguientes resultados:^'' De 1145 varones adoptados entre 1927 y 1941, 185 (16.2%) te- nían antecedentes penales, y de estos se pudieron localizar 143 padres biológicos. Se eligieron 143 casos similares en que los sujetos fueron no-criminales como grupo de control. Si ninguno de los dos padres (biológico y adoptivo) es criminal, el 10.4% de los hijos es criminal; si el padre adoptivo es criminal, pero el biológico no, la cifra sube tan solo al 11.2%; cuando el padre biológico es criminal y el adoptivo no, el porcentaje se eleva hasta el 2 1 % . En los casos en que ambos padres (biológico y adop- tivo) son criminales, el resultado es de 36.2%. CROWE, en lowa (1975) estudia 41 mujeres sentenciadas que die- ron sus hijos en adopción, se escogió grujx) de control, resultando que los hijos biológicos de criminales delinquieron en proporción de 8 a 1 con referencia al grupo de control.*** Los estudios anteriores no pretenden hacer una comparación en- tre factor biológico y factor social, entre genética y medio ambiente. 447 MEDNICK, SARNOFF A. Considerations Regarding the Role of Biological Factors in the Etiology of Criminalily. CICRIB. Sao Paulo, Brasil, 1975, p. 14. 448 Ibidem, p. 15. LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 307 sino tan solo demostrar que existe una relación entre genética y cri- minalidad. X1II.6. LAS ABERRACIONES CROMOSOMATICAS XIII.6.I. INTRODUCCIÓN Los últimos avances biológicos en el examen de la criminalidad nos llevan al estudio de las aberraciones cromosomáticas, es decir, las malformaciones cariotípicas por exceso o por defecto. A partir del descubrimiento del A.D.N. (Acido Desoxirribonu- cleico), llamado molécula de la vida (O. T . Overy, 1944), y de la diferenciación entre cromosomas masculinos y femeninos (Tijo y Levan, 1956), la Genética toma nuevo impulso, encontrándose su- jetos que tienen más o menos cromosomas que los demás, con resul- tados físicos y mentales notables. Cada célula contiene en su núcleo un número fijo de cromosomas y cada uno de éstos está compuesto de unidades hereditarias llamadas genes, y están constituidos de moléculas de ADN (Acido Desoxirribo Nucleico, en inglés DNA), los genes que componen cada cromosoma son miles de unidades las cuales pueden realizar 15 millones de com- binaciones posibles, en los genes, que se combinan como cartas de baraja, están los planos de la construcción del nuevo individuo, su sexo, el color de los ojos, del pelo, el grupo sanguíneo, el factor RH, y quizá su predisposición a delinquir. Entre los 46 cromosomas de cada célula humana dos pertenecen al sexo y son llamadas gonosomas (los otros 44 serán llamados auto- somas) . En el hombre un gonosoma es masculino (Y) y otro feme- nino (X), en la mujer los dos son femeninos (XX). El gonosoma masculino es dominante, es decir, X más Y igual a hombre, X más X igual a mujer. Toda célula debe tener, normalmente, dos cromosomas sexuales o gonosomas: XX para la mujer y XY para el hombre. Sin embargo, pueden existir aberraciones cromosomáticas, es de- cir cromosomas de más o de menos, en lo referente a gonosomas te- nemos: Por defecto: XO — (síndrome de Turner) (el YO no se ha encontrado y pa- rece ser letal). 308 CRIMINOLOGÍA Por exceso: a) en la mujer: XXX, XXXX y XXXXX. h) en el hombre: síndrome de Klinefelter: XXY, XXXY, XXXXY, XXYY, XXXYY. Además se encontraron: XYY, XYYY. Sintomatología: A) El síndrome Turner da como sintomatología: genitales exter- nos de tipo femenino, corta estatura, cuello corto y escurrido hacia los hombros, implantación baja de las orejas, pecho ancho, manos subdesarroUadas y pezones muy separados, útero pequeño y ovarios substituidos por haces fibrosos, etc. Se da un caso por cada 5,000 hem- bras. B) El síndrome de Klinefelter da como sintomatología: a) En XXY circunferencia torácica disminuida, caderas anchas, atrofia testicular, escaso vello en el cuerpo, piernas muy largas, los demás órganos sexuales normales. Su I Q (cociente intelectual) pro- medio es de 83.9. Aunque pueden tener relaciones sexuales son es- tériles. b) XXXY, los síntomas anteriores se agravan, principalmente en disminución de inteligencia, pues dan un promedio de IQ de 52.2. c) XXXXY, la inteligencia en estos sujetos alcanza apenas un pro- medio de 35.2 de IQ. d) El síndrome XYY no da muchas características físicas espe- cíales. PRICE y STRONG (1966) en un estudio con sujetos XYY llegaron a la conclusión que la única característica común es la de gran esta- tura (más de 1.80), ya que en lo demás aparentan ser físicamente normales. En muchos casos se ha encontrado inteligencia limitada e hipo- gonadismo. XIII.6.2. ABERRACIONES CROMOSOMÁTICAS Y CRIMINALIDAD El descubrimiento de un alto número de prisioneros con aberra- ciones cromosomáticas (en relación a la población general), llevó a estudios sobre las relaciones entre aberración y criminalidad. Las aberraciones cromosomáticas en las mujeres no habían demos- trado ser significativas en relación a la delincuencia, planteándose LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 309 la hipótesis de ser ésta una de las causas por las que la delincuencia femenina es proporcionalmente menor a la masculina. Sin embargo, se ha podido demostrar que el 0.16% de las mujeres tienen aberración gonosómica (más de una X ) , en tanto que en las cárceles de máxima seguridad el número se eleva a 0.4% (Casey 1966). Este descubrimiento pudo confirmarse en el estudio de la Cárcel de Mujeres de la Ciudad de México, pues se pudo detectar un 0.45% (una XXX sobre 221 reclusas).«« En sujetos con síndrome de Klinefelter (XXY, XXXY, XXXXY), se ha encontrado 2.5% de delincuentes débiles mentales (Mosier, 1960; Court Brown, 1962; Nielsen, 1964; Hunter, 1964). En las poblaciones penitenciarias se ha encontrado 2.4% de de- lincuentes con factor XYY, mientras en la población n o delincuente la relación es de 2.3 por millar (P. JACOBS en 1965 con colaborado- res; CASEY, con colaboradores, en 1966; MOOR en 1967). Lo anterior representaría que entre los delincuentes encontra- mos mayor número de XYY que entre la población normal. El fenómeno puede comprenderse, ya que los sujetos con XYY presentan características de peligrosidad como son: precocidad cri- minal, "YO" mal estructurado, mala adaptación social, poca tole- rancia a la frustración, mayor reincidencia, falta de sentido de res- ponsabilidad, incapacidad de previsión, etc. Son sujetos de gran precocidad criminal (13.1 años para la co- misión del. primer delito, frente a 18 años de la generalidad). En general son buenos reos, se adaptan rápido al establecimien- to, n o dan muchos problemas, pero son refractarios al tratamiento y reinciden con gran facilidad. En el grupo de control observado se encontraron que había mayor número de problemas dentro de las instituciones penitenciarias. Esto sin duda va a confirmar aquel co- nocimiento expuesto por los grandes maestros de Criminología, de que los peores delincuentes son los mejores presos. Entre los sujetos con factor XYY detectados, el 5 1 % había tenido serios problemas de comportamiento. El 70% de los sujetos con fac- tor XX y YY que registra la literatura médica tuvieron problemas de conducta. 449 ZAVALA C., AZYADEH C., .NÚÑEZ C. y LISKER R . Aberraciones Cromosomdticas en Reclusos. En Aspectos Genéticos de la Criminalidad. Secretaría de Gobernación. Mé- xico, 1976, p. 161. 310 CRIMINOLOGÍA El Dr. QuENTiN DE BRAY ha revelado que hay algunas otras anoma- lías aparte de la XXY y de la XYY, como aquella de un solo cromo- soma Y, pero de un tamaño insólito, el cual puede estar asociado al fenómeno criminal. Los sujetos con un cromosoma Y gigante desarrollan mayor esta- tura y son más agresivos que aquellos que tienen el cromosoma Y de^ tamaño normal. Existe ya una abundante casuística para ilustrar el tema,'"* y los estudios se han multiplicado. En lo que a México concierne los resultados han sido los siguien- tes: En su tesis recepcional (1970) el señor ALFONSO GONZÁLEZ N O - RIEGA, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, hace un detenido estudio de la cromatina sexual en la población de pacientes de dos hospitales psiquiátricos de México, encontrando una incidencia de cromatina sexual anormal, más alta en pacientes de hospitales psi- quiátricos que en recién nacidos, concluyendo que parece razonable asumir que un cromosoma "X" adicional juega un papel significante en la inducción de enfermedades mentales.*""'^ En otro estudio sobre enfermos mentales en hospitales mexi- canos, se encontró: 3 Klinefelter (Uno XXXXY) en 300 niños; 1 Klinefelter en 300 adultos hombres; y 1 Turner en 377 mujeres.''^^ En 2 penitenciarías para hombres se localizaron: 2 Klinefelter (XXY) en 78 reclusos; y 1 XXY en 236 internos, o sea 3 XXY en 314 delincuentes (0.95%) •.*• « *« Aunque se encontraron 2 mosaicos XYY (aberración en algunas células y en otras no), no se ha localizado un solo caso de XYY entre delincuentes mexicanos. I>a explicación de esta ausencia está aún en í w Cfr. RODRÍGUEZ MANZANERA, LUIS. Aberraciones Cromosomáticas y Criminalidad. Rei'ista Mexicana de Prevención y Readaptación Social. Vol. I I , N? 13, México, 1974, p . 29. • i Cfr. GONZÁLEZ NORIFC.A, ALFONSO. Estudio «.' de la Cromatina Sexual en una Po- blación de Pacientes de dos Hospitales Psiquiátricos. Universidad Nacional Autónoma de México. (Tesis Profesional. Facultad de Ciencias.) México, D. F., 1970. *á • 2 ZAVALA C ; AZVADEH C ; LISKER R . ; MADRID L . y MENDOZA V. Alteraciones de los Cromosomas en Enfermos Mentales. A.spectos Genéticos d e la Criminalidad. Secretar/a de Gobernación. México, 1976, p . 179. *"• 8 ZAVALA C ; MORA G . ; LISKER R . Estudios Cromosómicos en una Prisión Mexi- cana. Aspectos Genéticos de la Criminalidad. Secretaría de Gobernación. México, 1976, p . 187. 4M BUENTELLO L.; ARMFNOARES S. Estudio Cromosómico en Prisiojirros del Sexo Masculino en una Prisión Mexicana. Aspectos Genéticos de la Criminalidad. México, 1976, p . 195. LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 311 discusión, aunque pudiera interpretarse como muestra muy pequeña o por la negativa de parte de la población de someterse al examen. XIII.6.3. CROMOSOMAS Y CRIMINALIDAD. CONCLUSIÓN El exceso de gonosomas puede originar una predisposición a los trastornos de conducta, pues el sujeto afectado posee un terreno es- pecial que lo hace más sensible que el resto de las personas, ante es- tímulos criminógenos ambientales.*"^ ^^^ Parece existir una correlación positiva de la existencia de una doble YY a la agresividad, siendo ésta una característica más mascur lina que femenina.*" Aunque el número de delincuentes con este problema es muy bajo (2.5% para Klinefelter y 2.8% para XYY), es indudable que los estudios de genética nos han dado nuevos y valiosos elementos para la comprensión del fenómeno antisocial.*"**''* XIII.7. ESTUDIOS ELECTROENCEFALOGRAFICOS A partir del invento del electroencefalógrafo (EEG), aparato usado para el registro gráfico de la actividad eléctrica del cerebro, por medio de electrodos aplicados en el cuero cabelludo, se ha inten- tado establecer alguna correlación entre disfunción, irregularidad o arritmia cerebral y criminalidad. 455 Una mayor información puede encontrarse en: MOOR, LISE. Abcrralion Chromo- somiques Portant sus les Gotiosomes et Comportement Antisocial. Etat Actuel de nos Conatsances Anales Internacionales d e Ciimiuologia Año 6, N ' 2, 2» semestre, 1967. París, Francia, p p . 459 a 478. 45C AMARISTA, FÉLIX JOSÉ. Conducta Antisocial y Aberraciones Cromosómicas (Re- sumen) . Revista "Relación Criminológica". Universidad d e Carabobo. Valencia, Vene- zuela. Año 1, No 1, julio-diciembre 1968, p . 137. 46 • 7 VETHENt»URT, JosÉ Luis; CASALTA, HENRY; MATI/TE, MANUEL; PLREZ REQDEJO, J. L.; VARCVS ARENAS, J . A. Encuesta sobre la Relación Cromosomica y la Conducta Delictiva. Relación Ci iminológica. Año 1, N? 1. Uni^enidad d e Carabobo. Valencia, Venezuela, p p . 141 y ss. Julio-diciembre 1968. 43 • 8 M I NOOZA TROCONIS, JOSÉ RAFAEL. La Influencia del Progreso de la Biología y de ¡a Medicina sobre el Derecho Penal. Revista Michoacana de Derecho Penal, N? U , abril-septiembre 1970, p p . 161 y ss. Morelia, Michoac.in, México. <150 CRAVrNí, JEAN. Existe-t-il -un Chromosome du Crimc? Revue Internationale de Criminologie et de Pólice Tcchnique. Octubre-diciembre 1968, p p . 277 a 296. Gine- bra, Suiza. 312 CIUMINOLOGÍA Duva, Valvickova, Hastert, Hodge, Vetter, han realizado estudios con el EEG, buscando los cambios en las diferentes ondas cerebrales de criminales y no criminales. AssAEL, KOHEN-RAZ y ALPERN (1967) estudian jóvenes delincuen- tes en Israel, encontrando alta incidencia de anormalidades en el EEG; estas fueron confirmadas con test psicológicos, principalmente Rorschach.*^ SHAH y RoTH (1974) encuentran que las relaciones entre epilep sia y conducta desviada parecen más fuertes cuando hay evidencia de daño cerebral.*®^ MoNROE, en 1970, publica los resultados de sus experiencias con EEG, que parecen ser prometedores; su estudio ha sido ahora am- pliado,*^^ y se ha realizado en la "Patuxent-Institution", (Maryland, USA), con delincuentes que presentan "persistentes y agravadas" for- mas de conducta antisocial, lo que demuestra su peligrosidad social, y cuya sentencia fue conmutada por un tratamiento de duración in- determinada. 92 sujetos de 52 se prestaron voluntariamente al experimento, la edad promedio es de 29 años; 62% blancos, 38% negros; 88 IQ (cociente intelectual) en promedio; 6 1 % por crímenes violentos, 28.2% crímenes sexuales. La hipótesis de base en Monroe es que un común mecanismo, detrás de los desórdenes episódicos de conducta, es una respuesta focal de tipo epiléptico predominante en el sistema límbico, y que generalmente no se registra en el EEG. Esta respuesta guía conductas de carácter agresivo. Para probar la hipótesis, se trabajó 8 meses aplicando test y EEG con un anticonvulsivo, Primidone (Mysoline). El primer resultado es la considerable evidencia de disfuncíón neurológica en sujetos no considerados anteriormente como neurológicamente afectados. 80 a 92 sujetos presentaron anormalidades, sólo pueden conside- rarse normales el 13%. Otro resultado sorprendente es que sólo 5 sujetos presentaron anormalidades en el lóbulo temporal, general- mente considerado como un centro de agresividad. 4«0 Cfr SUTHFRLAND. Op. cit., p . 157. 461 Cfr. MEDNICK. op. cit., p . 9. 462 MONROE, RUSSEL R . ; BAI.IS, G . : RUBÍN, J . ; LION, J . ; HULFISH, B . ; Me DÓNALO, M . ; BARaK, D. Neuropsychiatric Correlations with Anlisocial Behavior. CICRIB. Sáo Paulo, Brasil, 1975. LA DIRECCIÓN BIOLÓGICA 313 El grupo que presenta anomalías en el EEG es más agresivo, an- tisocial, conflictivo en la institución, y presenta más cicatrices y mar- cas de nacimiento que el grupo "normíil". Sin embargo, estas teorías han sido criticadas, principalmente por la posibilidad de que los resultados de mayor anormalidad elec- troencefalográfica en criminales y enfermos mentales puede ser pro- ducto de la "institucionalización" o "prisionalización", es decir que la estancia en un lugar privativo de libertad puede acarrear serios trastornos, que no se presentan en sujetos en libertad. SiLVERMAN (196G) encontró grandes semejanzas entre esquizofré- nicos hospitalizados por corto tiempo y reos a penas cortas de pri- sión, igualmente son similares los resultados de esquizofrénicos hos- pitalizados largo tiempo y de reos con larga estancia en prisión.^** 463 Cfr. MEDNICK. Op. cit., p. 8. CAPÍTULO XIV LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA (Escuelas Cartográfica, Antroposocial y Socialista) 1. Introducción.—2. Escuelas Cartográficas o Estadísticas.—3. La Escuela AntroposociaJ.—4. La Escuela Socialista. XIV.I. INTRODUCCIÓN Pasamos a los capítulos de la Dirección Sociológica, toda esta área del conocimiento de la Criminología intenta estudiar y descu- brir el fenómeno criminal desde el punto social; estos autores creen que los principales factores criminógenos son los extemos y no los internos. La Dirección Sociológica es de gran importancia por sus estudios del medio ambiente, y ha logrado avances notables principalmente en Norteamérica y en los países de régimen socialista. Debemos aclarar que algunos autores de esta dirección toman en consideración factores externos de naturaleza no propiamente social, pero que por su influencia en la sociedad y por su interpretación so- ciológica los hemos incluido en esta dirección. En este capítulo estudiaremos las Escuelas Cartográfica, Antro- posocial y Socialista, dejando para el capítulo siguiente el análisis de grandes autores como Tarde, Durkheim y Ferri; concluimos seña- lando algunos autores contemporáneos y mencionando los principales estudios iiechos en México en este terreno. XIV.2. ESCUELAS CARTOGRÁFICAS O ESTADÍSTICAS XIV.2.I. INTRODUCCIÓN La primera escuela sociológica que vamos a ver es la llamada "Escuela Cartográfica", "Estadística" ó "Geográfica"; su fundador 315 316 CRIMINOLOGÍA es Adolphe Quételet, de origen belga (Grand, 1796-1874), y uno de sus principales exponentes es Guerry, francés (1802-1866) De hecho Quételet y Guerry son contemporáneos y sus trabajos paralelos; la primacía en la publicación de trabajos es de Quételet por solo dos años (1831). Ambos pueden considerarse como los fundadores de la corriente sociológica en Criminología, a pesar de que esta ciencia se iniciará años más tarde. Quételet y Guerry marcan una dirección definida con sus inves- tigaciones: el crimen es un producto de la sociedad, y deben estudiar- se y aplicarse la existencia y la distribución de los delitos (maneja- ban estadísticas judiciales) en la sociedad, siendo los factores exter- nos los prevalentemente importantes. Algunos autores consideran a Quételet y Guerry como el momen- to de transición entre clasicismo y positivismo (Taylor, Walton, Young), otros opinan que son ya el origen de los determinismos po- sitivistas (Radzinowicz), y hay quien les niega su calidad de inicia- dores de la dirección sociológica (Nicéforo). XIV.2.2. ADOLPHE QUÉTELET LAMBERT ADOLPHE QUÉTELET es un personaje extraordinario den- tro del mundo de la ciencia; se le puede considerar uno de los cientí- ficos más notables que han existido, astrónomo, demógrafo, sociólogo, catedrático, principalmente conocido por sus estudios matemáticos, pudiendo considerársele como el fundador de la estadística. Él ma- nejó y descubrió varias leyes estadísticas, elaborando la curva de dis- tribución normal, que es llamada "Curva de Quételet". Dentro de sus exámenes estadísticos hizo estudios cartográficos y geográficos, y buscó la distribución estadística de algunos fenómenos dentro de la geografía europea, y uno de los fenómenos que más llamó su atención fue el problema de la delincuencia, y así, en un libro que se llama "Física Social", escrito en 1835, va a señalar estos hechos fundamentales: a) Los hechos humanos y sociales se rigen por las reglas genera- les que gobiernan los hechos naturales. b) Es posible la formación de una ciencia que estudie a la so- LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 317 ciedad en forma tal que se convierta en una verdadera "mecánica social", equivalente a la mecánica celeste de Laplace. c) Un solo método es válido para llegar a esta mecánica, y ese. método es el estadístico. d) Debe buscarse en todo fenómeno colectivo la frecuencia me- dia relativa, su distribución serial, etc. IZ- II- 10 9 o B !- 7- •> 6- g 5- S " lü 2 3 3 » Z- I- 0- EDAD —r- 10 PESO, ESTATURA O CUALQUIER CARACTERÍSTICA MENSURABLE Del estudio del fenómeno criminal como fenómeno colectivo, des- prende tres conclusiones: a) Que el delito es un fenómeno social, producido por hechos, sociales que son detectables y determinables estadísticamente, así, "La sociedad lleva en sí, en cierto sentido, el germen de todos los delitos que vendrán cometidos, junto a los elementos que facilitarán su desarrollo". b) Que los delitos se cometen año con año, con absoluta preci- sión y regularidad. (Si en el primer punto va a adelantar las críti- cas que se le iban a hacer a Lombroso, en este segundo punto vemos que Quetelet se adelanta a lo que iban a ser las leyes de saturación de Ferri). Los totales se repiten, anualmente, no sólo en un número- de delitos, sino en el tipo de los mismos. La importancia de esto es que el balance de delito se puede cal- cular con anticipación. 318 CRIMINOLOGÍA c) Que hay una serie de factores que intervienen en la comisión de determinados delitos, como son: el pauperismo, la situación geo- gráfica, el analfabetismo, el clima, etc. Pero no puede aceptarse una sola "causa", ya que se demuestra que varias ideas comúnmente acep- tadas no son aceptables, por ejemplo, se encontró que algunos ba- rrios franceses de gran pobreza no eran los más criminógenos. Una vez sentados estos tres puntos fundamentales, Quetelet va a enu- merar sus famosas leyes térmicas. Estas leyes son tres principalmente: I ' Que en invierno se comete mayor número de delitos contra la propiedad que en verano. Esto se debe a que la vida es mucho más difícil en invierno que en verano. Actualmente ya no es tan marcada la dureza aquella de invierno, «n cuanto a la dificultad de encontrar ciertos factores, ya la gente no necesita, como en el siglo pasado, cuando Quetelet escribió sus leyes, la leña para poder calentarse, pero siguen vigentes las leyes de Quetelet porque ahora tenemos un fenómeno social muy interesante: la problemática de la navidad, en la cual, como todo sabemos, hay mucho más dinero y además, por cuestión publicitaria, hay una ver- <ladera euforia de gastar, de regalar cosas, de comprar, de comer, etc., €sto hace que el mayor número de delitos contra la propiedad sean exactamente en diciembre, en parte por la abundancia y en parte por la necesidad de hacer regalos. Agreguemos a esto las mayores facili- dades para el robo, como días ínás cortos, mayor obscuridad, las víc- timas salen de fiesta y dejan sus casas solas, etc. 2' La segunda ley dice que los delitos contra las personas se co- meten fundamentalmente en verano, ya que por la temperatura, por el calor, las pasiones humanas se ven excitadas, y ésto es también muy notable, muy fácil de explicárselo, los días son más largos y por lo tanto hay más tiempo para divertirse, además la misma temperatura hace al sujeto irritable, lógicamente se consumen más bebidas, cer- veza o vino, y mientras que en invierno la gente no piensa en salir <le casa, en verano la gente busca salir del horno que es su casa, trata ele buscar un poco de aire, entonces hay más contacto, más relación «ocial, y por lo tanto más enojos, riñas, etc. 3a. Esta ley nos dice que los delitos sexuales se presentan con mayor frecuencia en la primavera; esto que observaba Quetelet no e• s más que el fenómeno de la brama de todos los animales, general- LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 319 mente todos salen en primavera a unirse para poder perpetuar la especie, y, por lo tanto, el hombre no es ninguna excepción. Interviene también en este tipo de delitos factores psicológicos y sociales, como puede ser la moda que en primavera es más ligera, y la posibilidad de salir y convivir después del largo encierro que representa para muchos pueblos el invierno. Las leyes térmicas podrían representarse utilizando las curvas de Quetelet en la forma siguiente: PATRIMONIALES CONTRA LAS PERSONAS EN SU «NTESRIDAO FÍSICA SEXUALES Debemos recordar, para una mayor comprensión de las leyes tér- micas, que las estaciones en Europa son más marcadas, más diferen- ciadas entre ellas que en nuestros países tropicales, y que a medida que nos alejamos del Ecuador, las curvas de criminalidad serán más pronunciadas en sus diferencias estacionales. Para sus estudios de las diferencias humanas en general y crimi- nales en particular, Quetelet parte de la regla de que "todo lo que vive, crece o decrece, oscila entre un mínimo y un máximo. Para poder calcular esto, se busca un término medio, un "hom- bre normal", especie de centro de gravedad alrededor del cual osci- lan las divergencias individuales. Debemos aclarar que Quetelet utilizó para sus estudios estadísti- 320 CRIMINOLOGÍA cas francesas, ya que en Francia se había organizado el servicio de estadística criminal. Además de estas leyes térmicas Quetelet va a descubrir y demos- trar, ya estadísticamente, cómo la criminalidad femenina es muy in- ferior a la masculina, en proporción de 6 a 1. (Por lo visto ha au- mentado, porque el promedio europeo es de 6 a 1). (En México es de 15 a 1 en sentenciados). Igualmente comprobó que el mayor número de delitos los co- mete el hombre entre los 14 y los 25 años, mientras que en la mujer la curvación es entre los 16 y los 27 años. Según Quetelet, la escala de los delitos fundada en la edad de los delincuentes es tan digna de fé como la tabla de mortalidades, pues hay cierta regularidad probada en cuanto al desarrollo de la inclinación delictuosa, en su aumento y decadencia, todo ello de acuerdo con la edad; la propensión criminosa se manifiesta en la primera infancia y en la infancia, por los pequeños hurtos domésti- cos, y más tarde, al impulso de las pasiones, aparecen los delitos se- xuales; al cuíhplirse los veinte años, cuando la fuerza física ha com- pletado su desarrollo, pasiones y vicios llevan a delitos violentos, tales como el homicidio. Posteriormente, la madurez del juicio influye transformando los delitos violentos en delitos de astucia y son en- tonces los abusos de confianza y los fraudes, que aprovechan la can- didez ajena; al llegar después la decadencia física, con la vejez, la codicia domina entre todas las pasiones, aunque no agotadas ellas del todo, y se recae en los abusos deshonestos con personas menores de edad, como última manifestación de la fuerza sexual en momen- tánea eflorescencia. El hombre, como individuo, demuestra tener la más grande liber- tad de acción, y su voluntad no parece tener límites; todavía mien- tras más grande es el número de individuos observados, más la vo- luntad individual parece disminuir, dejando predominar una serie de hechos generales, que dependen de las causas en virtud de las cuales la sociedad existe y se mantiene. Y mientras resulta muy im- portante en los individuos, el libre albedrío no tiene efecto aprecia- ble en el cuerpo social, donde en un cierto sentido todas las dife- rencias sociales se neutralizan una con la otra. La influencia de Quetelet en la Criminología ha sido definitiva, y algunos han considerado que el método estadístico es, en realidad, el único método válido en nuestra ciencia. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 321 XIV.2.3. ANDRÉ GUFRRY ANDRÉ MICHEL GUERRY publica en 1833 su "Ensayo sobre la esta- dística moral de Francia", con datos sobre sexo, edad, instrucción y profesión de los delincuentes, y de la influencia del clima y geogra- fía sobre el crimen. Guerry tenía formación Jurídica, y aunque su obra es más des- criptiva que interpretativa, llega a conclusiones por demás intere- santes. La obra de este genial francés es enorme, ya que reunió con gran paciencia todo tipo de estadísticas durante 30 años, no sólo de Fran- cia, sino también de otros países (principalmente Inglaterra). Realizó los primeros mapas de criminalidad en Europa (de aquí el nombre de la escuela, carta significa mapa), utilizando colores para distinguir calidad y cantidad del delito. Por este medio queda claro que la criminalidad contra la pro- piedad se carga al norte, en tanto que los atentados contra las per- sonas son más frecuentes al sur. Esta observación se va a confirmar tanto en el mapa general de Europa como en cada país en particular. Como puede observarse, la conclusión geográfica coincide con la térmica, pues hay relación entre lugar y clima, pues hacia el norte hace frío, en tanto que hacia el sur hace calor. Desde luego esta afir- mación es válida sólo para el hemisferio norte, ya que en el hemis- ferio sur la situación se invierte. Guerry notó también las relaciones raciales, culturales y labora- les del fenómeno, señalando, por ejemplo, que las zonas norte están más industrializadas que las zonas sur. Entre las proposiciones de Guerry, de particular importancia se encuentran: a) No es posible regular la sociedad con leyes basadas en teorías metafísicas y en la búsqueda de un tipo ideal que responda a una idea de justicia absoluta. b) "Las leyes no son hechas para los hombres considerados en abstracto, para la humanidad en general, sino para hombres reales, colocados en condiciones particulares y bien determinadas". c) Los delitos contra las personas provienen de concupiscencia o desorden de la vida privada y no de la miseria. d) Los delitos se repiten año con año, con sorprendente regula- ridad. 322 CRIMINOLOGÍA e) No hay coincidencia absoluta y directa entre ignorancia y de- lito, debe distinguirse instrucción de educación. /} La estadística moral no busca descubrir lo que debería de ser, sino lo que es. g) Las estadísticas se refieren a una dada categoría de individuos tomados como masa, y no a los sujetos componentes de la categoría, considerados singularmente, por lo tanto es imposible predecir cuál será el comportamiento futuro de un individuo en particular, en de- terminadas circunstancias. h) La constancia en las cifras de la criminalidad y de sus moti- vos n o excluye la libertad de los individuos que componen la masa. XIV.2.4. OTROS REPRESENTAN'TCS DE LA ESCUELA ESTADÍSTICA o CARTOGRÁFICA El fecundo camino trazado por Quetelet y Guerry tuvo muchos seguidores, así, a guisa de ejemplo mencionaremos a M. G. DROEBISCH (Estadística moral y libertad de querer 1867), A. OETTINGEN (Esta- dística moral, 1868), H. A. FRÉGIER (La Topografía moral, 1840), H. MAYHEW (Londres trabajador y Londres pobre, 1861). Como en toda escuela, se cometieron exageraciones, así, KROPOT- KiN propuso, ingenuamente, que el número anual de homicidios po- día calcularse con la fórmula H =: (tx7) -f- (hx2), o sea que el número de homicidios sería igual a la suma de la temperatura me- dia por siete, más la humedad media por dos. Como un modelo de estudip moderno con técnica estadística y cartográfica, podemos señalar la notable obra de V. V. STANCIU, "La Criminalidad en París", en que analiza en todos sus detalles, con profusión de cuadros y mapas, la magnitud actual del fenómeno.*** En México hay Vcirios trabajos estadísticos dignos de mencionar, como los de RAFAEL RUIZ HARREL,*«S LETICIA RUIZ DE CHÁVEZ *«« y MA. LUISA RODRÍGUEZ SALA DE GÓMEZ GIL.**' Nosotros hemos traba- *«• 4 STANQU, V. V. Lid Criminante a París. Centre National de la Recherche Scienti- fique. Francia, 1968. 466 Ruiz HARRELL, RAFAEL. De su importante producción podemos mencionar: Eí consumo ilicito de drogas en una población penitenciaria (1974), y El homicidio y la violencia como factores de salud pública en México (1973), ambos mimeografiados. 4«• « RUIZ DE CHÁVEZ, LETICIA. La Delincuencia Juvenil en el Distrito Federal. Cri- minalia. Año XXV, pp. 704 y ss. México, 1959. 467 RODRÍGUEZ SALA DE GOMEZCIL, MA. LUISA. Suicidios y suicidas en la sociedad mexicana. UNAM. México, 1974 (tiene también estudio para el Distrito Federal). LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 323 jado también con esta técnica, y dirigido alguna investigación de im- portancia sobre la geografía penitenciaria de México,^®^ y sobre es- tupefacientes.*®* Es sin lugar a dudas el trabajo más importante realizado en Mé- xico en esta materia, el del maestro QUIROZ CUARÓN,*''*' que estudia 38 años de la criminalidad mexicana, para mostrarla en su realidad estadística, encontrando datos como los siguientes: La media anual de presuntos delincuentes ha sido de 43,161, lle- gando a sentencia 25,138, o sea que tan solo el 58% de los presuntos delincuentes fue sentenciado. —Se cometían 30 homicidios diarios, de los cuales 17 quedaban impunes; la tasa de homicidio era 48.10 por 100,000 habitantes. En un estudio más actualizado, QUIROZ CUARÓN^'^I descubre que la situación ha mejorado, aunque dista mucho de ser satisfactoria, y señala como características; (para el período 1926-1966): —Los delitos violentos representan el 52.98% del total de de- litos. —De cada 100 presuntos delincuentes 92 son hombres y 8 muje- res (12.5 hombres por cada mujer). —De cada 100 presuntos delincuentes son sentenciados 58, de los cuales 93.2% son hombres y 6.8% mujeres (14.75 hombres por cada mujer). —El horario de la delincuencia mexicana es el siguiente: un de- lito cada 12 minutos, un homicidio cada hora veinte minutos, un delito de lesiones cada 38 minutos, una violación sexual cada 10 horas 2 minutos, un rapto y/o estupro cada 3 horas 12 minutos, un robo cada 48 minutos, daños en propiedad ajena cada 7 horas 48 mi- nutos, fraude cada 9 horas 21 minutos, y otros delitos cada hora 19 minutos. 4«8 RODRÍGUEZ MANZANERA, LUIS. LOS estupefacientes y el Estado Mexicano. Botas, México, 1974 (2» edición). 469 ACUÑA GALLARDO, JORGE; CALVILLO RAMOS, JAVIER; CAMPOMANES FLORES, F £ U X ; ZAGAL LAGUNAS, HORTENSIO. La realidad penitenciaria de México. Impresiones Aries, México, 1974. 470 QUIROZ CUARÓN, ALFONSO. La criminalidad en la República Mexicana. Instituto de Estudios Sociales. UNAM. México, 1958. 471 QUIROZ CUARÓN, ALFONSO. La criminalidad en la República Mexicana y el costo social del delito. Revista de Derecho Penal Contemporáneo N? 29, pp. 73 y ss. México, 1968. 324 CRIMINOLOGÍA XIV.3. LA ESCUELA ANTROPOSOCL\L XIV.3.1. INTRODUCCIÓN La Escuela Antroposocial es también llamada Escuela de Lyon, por ser esta ciudad donde Lacassagne, Martin y Locará tuvieron su centro de operaciones. Pueden considerarse también de la Escuela francesa a Manouvrier y a Aubry. Esta escuela francesa fue la gran opositora de la escuela italiana, principalmente en aquellos congresos de los que ya hicimos mención, y de los que aún se guarda recuerdo, por las polémicas habidas. La Escuela Antroposocial da fundamental importancia a los fac- tores sociale*, sin los que el crimen no puede presentarse. XIV.3.2. ALEJANDRO LACASSAGNE JUAN ALEJANDRO EUGENIO LACASSAGNE nació en 1834 y murió en 1924, era un biólogo y médico francés bastante brillante, el cual se convirtió en el jefe de la Escuela Francesa, Escuela de Lyon, y prin- cipal opositor de Lombroso. Su obra más conocida es la medicina ju- dicial.^'2 La Escuela Francesa se caracteriza piincipaimente por la gran ascendencia que sobre ella tuvo aquel químico genial que se llamó Luis Pasteur. Las teorías de Pasteur obviamente estaban muy en boga en Francia, a finales del siglo pasado, y así vemos que la Escuela Antroposocial Francesa va a continuar el símil pasteuriano, diciendo que el criminal es un microbio, y así consideran que el microbio como tal, en un estado de asepsia, cviando no está en un medio ade- cuado, es inocuo, es totalmente inofensivo, pero si a este microbio se le pone en un campo de cultivo adecuado se va a reproducir, a convertirse en terriblemente virulento. Así pues, la escuela de Lacassagne va a considerar que el crimi- nal solamente es peligroso en cuanto esté en un medio adecuado. La Escuela Francesa combatió la idea del criminal nato de Lom- broso, y es la primera en usar el término "predisposición"; el cri- minal nato no está predestinado a delinquir, no existe tal criminal nato, existen sujetos predispuestos a la delincuencia, pero no predes- Í7• 2 LACASSAGNE, A. Piécis de Médecine Judidaire. Masson. París, 1878. LA DIIUECCIÓN SOCIOLÓGICA 325 tinados. (La crítica es por cierto infundada, pues Lombroso, como sabemos, jamás habló de predestinación.) Tomando en cuenta que "el medio social es el caldo de cultivo de la criminalidad; el delincuente es el microbio, un elemento que carece de importancia hasta el día que encuentra el liquido que le hace fermentar", Lacassagne hace girar el interés del criminal hacía la sociedad. Don Constancio Bemaldo de Quirós nos informa que "no se trata de la teoría clásica de la ocasión; pues un mayor número de per- sonas en quienes el sentido de la probidad está arraigado no sienten la tentación, y otras la sienten, mas la resisten y vencen. El vencido, en cambio, lleva siempre la huella, por imperceptible que sea, de un estado morboso particular. Pero tampoco bastaría éste para el delito, si el ambiente social no lo excitara. Por otra parte, a menudo el ex- tremo del lucro, exigido por los juristas para el delito, falta".**^ La teoría no es tampoco plenamente sociológica. La Escuela de Lyon dio un gran avance a la Criminología, pero no llegaron a ha- cer Sociología Criminal porque obviamente no eran sociólogos, era un grupo de médicos. Dividen los factores criminógenos en dos: Factores Predisponen- tes y Factores Determinantes. Así, como buenos médicos, nos dicen que en el cerebro existen tres zonas básicas: la frontal, la occipital y la temporal; diciendo que en la zona frontal están las funciones inte- lectuales del sujeto, mientras que atrás, en la zona occipital, están las afectivas, y en medio, en la parietal, las volitivas; que entre estas tres zonas del cerebro tiene que haber un equilibrio; si no hay este equilibrio el sujeto tiene trastornos considerables, entre los que pue- de encontrarse el estar predispuesto hacía el crimen. Hay una serie de normas, de reglas, de conceptos, de la Escuela Francesa que aún se conservan, por ejemplo aquella frase de Lacas- sagne de que "las sociedades tienen los criminales que se merecen". Esta frase hizo fortuna, y se ha convertido en un lema de las co- rrientes sociológicas. Locard, discípulo de Lacassagne y en mucho el sistematizador de la Criminalística moderna, completó la frase di- ciendo: "y yo digo también: las sociedades tienen la policía que se merecen". Otra frase de Lacassagne, en la que se nota la influencia de Rous- seau, es aquella que dice: "a mayor desorganización social, mayor 4T3 D E QUIRÓS, CoNSTANao BERNALDO. Las nuevas teorías de la criminalidad. Jesús Montero, editor. La Habana, Cuba, 1946, p. 70. 326 CRIMINOLOGÍA criminalidad; a menor desorganización social, menor criminalidad; existe más criminalidad entre las sociedades y los estados desorgani- zados que entre los estados y sociedades mejor organizados". XIV.3.3. PAUL AUBRY Paul Aubry, en su "Contagio del homicidio" (1895) había ya desarrollado la imagen bacteriana al observar que, en una epidemia, ciertos miembros de una misma familia enferman, otros mueren, y otros quedan intafetos, a pesar de estar en contacto con los enfermos. ¿Por qué?, se pregunta Aubry, para responder: "Es que en ellos el elemento virulento no ha encontrado terreno preparado para des- arrollarse y germinar; en los otros, por el contrario, el terreno de cultura era de los más favorables, los gérmenes se han multiplicado y producido desórdenes más o menos graves. Cuando se trata de un contagio moral, del contagio del delito, ¿pasarán las cosas de otro modo? No, indudablemente. Encontraremos el mismo proceso, con la única diferencia de que sólo podremos analizar los elementos no- civos, en vez de examinarlos con el microscopio o cultivarlos en gela- tina." «* Los factores predisponentes serían la herencia, el desequilibrio nervioso, las deformaciones anatómicas, etc., en tanto que los agentes que transmiten el contagio son la educación, la familia, la presión, las malas lecturas (nota roja), las ejecuciones públicas, etc. XIV.4. LA ESCUELA SOCIALISTA XIV.4.1. INTRODUCCIÓN En el siglo pasado aparecieron una serie de teorías que son una reacción al industrialismo y a los imperialismos industriales, y que buscan explicar los fenómenos sociales desde el punto de vista eco- nómico, creyendo que el mejoramiento o la solución a los problemas económicos resolverá el resto de los problemas sociales, ya que la eco- nomía es la estructura y las demás son infraestructuras. Desde luego, al tratar de dar una interpretación desde el punto de vista del materialismo histórico, dentro del materialismo dialéc- 47• 4 AüBRY, P. Cit. por C. B. DE QuiRÓs. Op. cU. (Nuevas...), p. 71. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 327 tico y dentro del materialismo económico, es obvio que el problema criminal lo van a tratar de explicar también desde este punto de vista. Pocas corrientes son tan exógenas como ésta, aquí no se toma en cuenta para nada a los factores internos, sino sólo se le va a dar al crimen una explicación externa. Así, partiendo de la teoría de MARX y ENGELS, el crimen va a te- ner una explicación económica, es decir, el crimen va a ser producto de la explotación del proletariado, de la desigualdad social, de la lucha de clases. Constancio Bemaldo de Quirós explica cómo, desde las teorías sociales del delito, se llega a las teorías socialistas a través del factor económico, extremando su importancia desde el conjunto de los de- más factores sociales (según conviene a la doctrina del materialismo histórico), y achacando a la organización económica de la sociedad burguesa la producción de la delincuencia, que se extinguirá casi por completo al advenimiento del régimen socialista. El principio de la lucha de clases (capital en el socialismo) repercute también en la tecnología socialista cuando considera la organización que la jus- ticia penal presente como sistema de defensa de los intereses de clase de los detentadores del poder.*''" Fue en Italia donde un grupo de pensadores (Colajanni, Loria, Turati, Prampolini, Zorli, etc.) desarrolló en principio esta escuela, en mucho como reacción al biologismo lombrosiano y al individua- lismo de la Scuola Positiva. XIV.4.2. CARL MARX Y FEDERICO ENGELS CARL MARX (1818-1883), de origen judío-alemán, hijo de un abo- gado convertido al protestantismo, estudió filosofía, historia, dere- cho, en las Universidades de Bonn y Berlín. Fue toda su vida un luchador por su causa, vivió exiliado en París, en Bruselas y en Lon- dres. Su obra es muy amplia, resaltando entre ella el "Manifiesto del Partido Comunista" (1848) y "El Capital" (1867). Las ideas básicas parten de la teoría marxista, desarrollándose actualmente sobre bases marxista-leninistas. 475 DE QUIRÓS. Op. cit., p. 77 (Las nueuas...). 328 CRIMINOLOGÍA Aunque los criminólogos socialistas no definen con claridad su concepto de marxismo-leninismo, sí pueden desprenderse de sus tex- tos los siguientes postulados:*"'^ 1. El mundo se halla en constante movimiento, cambio y desarro- llo. Nada es inmutable. 2. El cambio es en forma dialéctica (tesis-antítesis-síntesis). 3. La base económica de la sociedad determina su estructura social. 4. El poder creador histórico del pueblo no se limita a lo ma- terial, sino que moviliza también la ciencia y la cultura. 5. Un fenómeno o grupo de ellos que son anteriores o interac- tuantes dan lugar a la causa, y el fenómeno producido se llama resultado. Aunque la causa precede siempre al efecto, el simple pa- saje del tiempo no es signo de la condición de causa. 6. La teoría es materialista. El materialismo dialéctico es deter- minista. 7. Lo nuevo es consecuencia del desarrollo, y no aparece repen- tinamente, sino como consecuencia de una serie de prerrequisitos que se llaman posibilidades. 8. El Derecho es el conjunto de principios y reglas de conducta expresados en leyes a cargo del Estado. En la sociedad burguesa el Derecho refleja las ideas de la clase dominante, mientras en la socia- lista expresa los intereses de la totalidad del pueblo. 9. Con la completa victoria del comunismo, no habrá necesidad del Derecho, pues éste formará parte de los deberes y reglas de la vida comunista'. 10. La historia se explica como una lucha de clases. Para Marx el crimen es una de las patologías del sistema capita- lista. En un estudio por demás ameno,*''^ Marx habla de los benefi- cios del crimen, describiendo cómo "Un filósofo produce ideas, un poeta versos, un cura sermones, un profesor libros, e t c . . . un crimi- nal produce la criminalidad", pero el criminal no produce tan sólo criminalidad, sino también la ley penal, los penalistas, los tratados sobre la criminalidad, el aparato policiaco, la administración de justicia con sus jueces, jurados, abogados, verdugos, y todas las cate- 476 Para un amplio conocimiento del tema, véase: LÓPEZ REV. Op. cit. (Crimino- logía) , pp. 172 y ss. *Ti MARX, KARL. Bénéfices Secondaires du Críme. En Déviance et Críminalite. Libraire Armand Colín. París, Francia, 1970, p. 84. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 329 gorías dentro de la división del trabajo que crean nuevas necesida- des y nuevos medios de satisfacerlos. Por si esto fuera poco, el criminal rinde un "servicio" al agitar los sentimientos morales y estéticos del público, e "interrumpe la monotonía y la seguridad de la vida burguesa". Económicamente, el crimen quita del mercado de trabajo una porción excedente de la población, disminuye la competencia labo- ral, y por otra parte, la guerra al crimen absorbe otra parte de la población, abriendo la puerta a múltiples ocupaciones llamadas "útiles". Adelantándose a la idea de utilidad del crimen de Durkheim (ver infra), Marx termina este estudio diciendo: "El día en que el mal desaparecerá, la Sociedad se verá averiada, si no es que desapa- recerá." ^"^^ Explica la violencia como algo dado en toda sociedad de clases, por lo tanto, cuando un revolucionario recurre a ella es para opo- nerse a la violencia establecida. La violencia sólo desaparecerá cuan- do no existan las clases sociales, pues desaparece el Estado y con él la violencia socialmente organizada. FEDERICO ENGELS (1820-1895), compañero, coautor y correligiona- rio de Marx, explica el fenómeno en los términos siguientes: La rebelión de la clase obrera contra la burguesía comenzó poco des- pués de alcanzar la industria, en el sentido moderno, sus primeras etapas de desarrollo... esta rebelión, en su forma más cruda, prema- tura e infructuosa de manifestarse, asumió las características del cri- men. El obrero vivía en la indigencia y en la miseria, viendo que otros llevaban una vida feliz. No acertaba a comprender por qué él, que había hecho por la comunidad más que el rico perezoso, había de ser el que llevaba el peso del sufrimiento. La necesidad le obli- gaba a vencer su respeto tradicional a la propiedad, y se echó a robar. A medida que el rico progresaba, los delitos aumentaban, y el mínimo anual de condenas correspondía sobre poco más o menos el número de balas de algodón consumidas. Sin embargo, el obrero no tardó en darse cuenta de que con el robo no salía ganando nada. El ladrón sólo podía protestar individualmente, aisladamente, so- bre la forma social imperante, y la sociedad caía sobre él con todo su peso, aplastándolo con su abrumadora mayoría. El robo es la for- ma más primitiva de protesta, por eso no llegó a ser jamás reflejo 478 MARX, K. Op. cit., p. 83. 330 CaUMINOLOGÍA general del espíritu de la clase obrera, por mucho que los trabaja- dores la perdonasen secretamente en el fuero interno de sus cora- zones.'*^^ XIV.4.3. F i u p p o TuRATi Tratadista y político italiano (1857-1932), uno de los fundadores del Partido Socialista de los Trabajadores Italianos, gran luchador de la causa socialista, fue opositor de la Scuola Positiva y tuvo inte- resantes polémicas con Ferri, al que logró convencer en varios puntos. Turati se lanza contra el régimen capitalista, dice que éste pro- duce no solamente indigencia y un aumento de las necesidades, sino que estimula la codicia, favorece la comisión de los delitos contra la propiedad y por lo tanto es productor del crimen; habla de que la codicia se despierta por la enorme diferencia que existe entre los pobres y los ricos. El régimen capitalista va a producir el fenómeno del proleta- riado, y aquí es donde los estudios son más interesantes: ¿Qué es el proletariado?, el proletariado son aquellas grandes masas obreras que dan fenómenos de grandes concentraciones, de gran promiscuidad y de gran pobreza, por lo tanto el problema proletario es un problema criminógeno. Los estudios de Turati nos hacen ver cómo sube la curva de la criminalidad cuando surge el fenómeno del proletariado. Actualmente es muy sabido también, y ésta es una de las reglas de la Criminología que se respeta hasta el momento actual, que las grandes concentraciones de población con características proletarias son criminógenas. El error está en creer que el único factor criminógeno es la mise- ria o la mala distribución de la riqueza; es uno de los factores de importancia, pero no podemos decir que es el único, no podemos decir que desapareciendo las masas proletarias desaparece el crimen, ni tampoco podemos decir que por el hecho de ser proletario se es ya criminal, lo que se puede decir es que el industrialismo, el capita- lismo y el fenómeno proletario son factores criminógenos. Partiendo del esquema de Ferri (ver infrá), Turati razona en el sentido de que, aceptando los tres órdenes de factores criminógenos (físicos, antropológicos y sociales), y la clasificación de delincuen- li• o ENcrts, FEDERICO. En Biógrafo del Manifiesto Comunista. Editorial México, S. A. México, 1949, p. 152. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 331 tes (locos, natos, pasionales, habituales y ocasionales), es evidente que la mayoría de los delincuentes lo son por razones sociales, pues haciendo las necesarias exclusiones sólo quedaría un 10% de delitos en los que el origen es predominantemente personal. Así concluye que, una vez modificado el ambiente social, que es el que hace al ciudadano, aun la pequeña minoría de delincuentes alienados, natos y pasionales desaparecerán lenta y gradualmente, como resultado de un mejor orden social basado en la cultura, el bienestar material, y en una selección natural ayudada y no con- trariada. XIV.4.4. NAPOLEÓN COLAJANNI CoLAjANNi (1847-1921), jurista y sociólogo italiano, profesor en Ñapóles, diputado varias veces y autor prolífero, sus principales obras son Socialismo y Sociología Criminal (1884) y Sociología Criminal (1889), las que constituyen en mucho, más una crítica a la Escuela Positiva que un verdadero tratado sintético de los problemas cri- minales. Acepta algunos postulados de la nueva escuela, como el estudio» del hombre delincuente en lugar del delito, la influencia de la he- rencia psíquica, las medidas preventivas, etc. Colajanni fue discípulo de Lombroso, y causó a éste gran tristeza al separarse de la Escuela; parte de la misma base, sus consideracio- nes son casi las mismas, pero él no se pone a explicar fenómenos criminales, sino más bien lo que busca son teorías socio-económicas, busca el sistema económico mundial para la prevención de la delin- cuencia, llegando a una conclusión: Que el régimen que lograra la mejor distribución de la riqueza, sería el régimen mundial contra la criminalidad. A mejor distribución de la riqueza, menor crimina- lidad; a mejor organización social, menor criminalidad. Entre sus embates contra la Escuela Positiva, destaca uno titu- lado "Iras y despropósitos del profesor Lombroso", publicado des- pués del primer congreso de Antropología Criminal. En su respuesta Lombroso dice: "Se nos acusa ahora por ilustres amigos de olvidar el ambiente social, pero, ante todo, jamás hemos soñado negar esta influencia." *^ 480 LOMBROSO. Polémica. En la Escuela Criminológica Positivista. La España Mo- derna. Madrid, España. S. F. 532 CRIMINOLOGÍA Colajanni quitó a la interpretación atávica todo elemento orgá- nico o físico, reduciéndola al elemento puramente moral. "El atavismo psíquico es la reaparición en los hombres de una determinada raza, de caracteres (psíquicos) propios de fases de evo- luciones recorridas." Ferri ataca esta idea en la forma siguiente: De la conclusión de Colajanni sobre el delito, que él considera como "un fenómeno de atavismo psíquico", he dicho que está en contradicción flagrante con todo el resto de su libro, en el que critica como erróneas y sin valor, sin aceptar una sola, todas las con- clusiones parciales de la Antropología Criminal, en el dominio or- gánico y en el psicológico, para aceptar, finalmente, esta hipótesis del atavismo, que es la síntesis más antigua y la más vivamente com- batida de tales conclusiones de hecho. Pero aun dando de lado a todo esto, no se concibe un atavismo puramente psíquico, si no se admite al mismo tiempo el atavismo orgánico que Colajanni intenta excluir de un modo absoluto, o que sin razón científica alguna qui- siera limitar exclusivamente a las células nerviosas centrales; como si éstas vivieran y se transmitieran hereditariamente aisladas en el vacío, y no ligadas indisolublemente a los demás elementos orgáni- cos de la vida.'*^! Negó que el alcoholismo sea causa de miseria, sino que es la miseria la que empuja a las clases trabajadoras al alcoholismo. La parte más importante de la obra de Colajanni la representan su• s estudios sobre la influencia directa e indirecta del factor econó- mico en su estática y en su dinámica. Siendo el factor económico el sobresaliente, debe estudiársele en cuanto tiene una acción directa sobre la génesis de la-delincuencia, pues la carencia de satisfactores es estímulo suficiente para empujar al hombre a proveerse de medios en cualquier forma, honrada o cri- minal. Indirectamente, lo económico influye también en múltiples situaciones como la guerra, la vagancia, la prostitución, la educación, la familia, etc. 3CIV.4.5. OTROS AUTORES SOCIALISTAS Otros autores, aunque no propiamente socialistas, manejaron tam- íbién el aspecto de las causas económicas del crimen. DUCPETIEAUX 481 FERRI. Op. cit. (Sociología...) LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 333 en Bélgica, y LEGOYT, estudian también estadísticamente las relacio- nes que hay entre la criminalidad y las crisis económicas, es decir, hay una relación directa entre las crisis económicas y la criminali- dad. Ellos hacen estudios, por ejemplo viendo cómo, cuando falta el trigo, cuando las cosechas fueron malas, cuando la guerra dejó gran destrucción, etc., es decir, cuando hay crisis económica, hay un alto índice de criminalidad, vamos a encontrar una relación directa. El criminólogo holandés WILLIAMS BONGER ha sido el más desta- cado tratadista de línea marxista en el presente siglo. Bonger era marxista y militante socialista, profesor titular de Sociología; su obra más importante es Criminología y condiciones económicas, publica- do en 1916. Para Bonger las fluctuaciones en la mente de una persona en la que ha nacido una idea criminal, pueden ser comparadas con las osci- laciones de una balanza y es a la Sociología a la que corresponde la tarea de examinar las fuerzas que hacen cambiar el peso de una parte a otra. En una sociedad altruista puede prevenir la inclina- ción de la balanza del lado egoísta, mientras que una sociedad capi- talista provocaría el efecto contrario. Todas las diversas formas de delito (económico, sexual, político, vindicativo), reflejan las relaciones entre las diversas clases económi- cas, las condiciones en las cuales han crecido y vivido. Por más pode- rosos que sean los factores psicológicos y sociales, siempre tienen detrás de sí el factor económico, fuerza primaria y determinante. El egoísmo surge principalmente de un sistema de producción basado sobre la propiedad privada y sobre el provecho individual, como en un sistema de esta naturaleza los intereses son individua- listas, cada quien ve a su propio provecho, haciendo a los hombres cada vez más egoístas y propensos al delito. Reconoce que existen diferencias individuales, y que indudable- mente hay algunos sujetos más propensos que otros a convertirse en criminales, pero el factor determinante será siempre el ambiental, y corresponde a la Sociología Criminal explicar este fenómeno. Entre los autores socialistas contemporáneos, es interesante cono- cer algunos párrafos de ZDRAVÓ, SCHNEIDEK, KÉLINA y RASHKOV- S K A I A : <82 482 ZDRAVO MisLO-^; SOÍNFIDER; KÉLINA y RASHKÓVSKAIA. Ueiecho Penal Soviético Parte General. Editorial Temis. Bogotá, Colombia, 1970. 334 CRIMINOLOGÍA Uno de los procesos importantes que caracterizan a la sociedad burguesa contemporánea, es el aumento inevitable de la criminali- dad, fenómeno que se observa en los países imperialistas más avan- zados. La única explicación científica y correcta de este proceso la da la ciencia marxista-leninista que estudia la criminalidad y los medios de prevención. Para estos autores el marxismo leninismo ha demostrado que el propio nacimiento del capitalismo y su posterior desarrollo han es- tado acompañados por un ininterrumpido aumento de la delincuen- cia. Esto explica por qué la característica de la concentración del capital privado en esencia es profundamente antisocial. No hay delito al que no se le haya aventurado, aun bajo la ame- naza de la horca, para obtener ganancia (el capitalismo) (Marx). Si el capitalismo no se liquida en todas partes, entonces en la sociedad comunista se registrarán los delitos de los agentes del impe- rialismo, contra los cuales el gobierno soviético adelantará una lu- cha sin tregua. Junto a estos delitos se darán casos aislados de de- lincuencia perpetrados a causa de los vestigios del pasado en la con- ciencia de personas aisladas.^ss Lenin dice que la principal causa social de la delincuencia (vio- lación de las normas de convivencia), se encuentra en la explota- ción, en la necesidad y en la miseria de las masas. "Con la elimina- ción de esta causa principal los excesos inevitablemente empezarán a desaparecer. No sabemos con qué rapidez ni en qué medida, pero sí sabemos que van a desaparecer." En el período de transición del capitalismo al socialismo, tam- bién han dado origen a la delincuencia los vestigios o resabios del pasado, las costumbres y hábitos burgueses en la conciencia de los trabajadores. Estos elementos de descomposición no pueden demostrarse sino con el aumento de los delitos, del gamberrismo, del soborno, de la especulación, y todo género de excesos (Lenin). El socialismo eliminó la propiedad privada, la explotación del hombre por el hombre, y con ello suprimió las condiciones materia- les fundamentales que originaban y alimentaban la delincuencia. 483 ZDRAVO MiSLOv; etc. Op. cit., p. 77. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 335 En realidad estos autores consideran como principal causa de los delitos los vestigios del capitalismo, que en la conciencia de las gen- tes se manifiesta en múltiples formas, así, por ejemplo, el gambe- rrismo, el alcoholismo (que ocupa el sitio principal entre las causas inmediatas de la comisión de homicidios y otros delitos contra las personas). Los datos de la estadística judicial indican que los delitos tan peligrosos como los homicidos, estupros, actos de gamberrismo, le- siones corporales semejantes, las más veces cometidos por personas en estado de embriaguez. Lo mismo puede decirse de los atentados contra la propiedad personal y social. Los vestigios del capitalismo se encuentran también en la base no sólo de los delitos intencionales, sino también en los culposos. Para CEJAS SÁNCHEZ, socialista cubano, "el delito es un concepto jurídico de contenido antisocial que aparece como consecuencia de la lucha de clases y sus inmediatas manifestaciones de explotación humana",*"* así, "como fenómeno antisocial, el delito aparece como resultado de la lucha de clases y sus consecuencias, en relación con las injusticias, la explotación y las frustraciones individuales".*®^ Para este autor, la Criminología se convierte en una disciplina científica interesada en conocer el fenómeno antisocial, en esencia, su evolución y las distintas formas que las sociedades han adoptado paia combatirlo; igual en la sociedad esclavista que en la feudal o burguesa y actualmente en las sociedades socialistas. Por último señalaremos que en México también se han hecho es- tudios en lo referente a la relación que hay entre la pobreza, los factores económicos, y la criminalidad, estudios hechos principalmen- te por el Dr, QUIROZ CUARÓN ("Una Teoría Económica de los Dis- turbios", "El Costo Social del Delito", qufe comentaremos más tarde.) XIV.4.6. CRÍTICA La principal crítica a la Escuela Socialista es que se trata de una explicación monista, unilateral, de la criminalidad. 48• 4 CEJAS SANCHEZ, ANTONIO. Criminología. Editora Universitaria. La Habana, Cuba, 1965, p. 17. 485 Ibidem, p . 2. 336 CRIMINOLOGÍA López Rey señala con agudeza que para esta escuela son necesa- rios los siguientes presupuestos operacionales: *** 1) Necesidad de ajustarse deliberadamente a un cuadro ideoló- gico, y por ende mental. 2) Esa condición de autocontenido dado a lo criminológico exige frecuentes consideraciones teóricas a textos marxista-leninistas. 3) "Consecuentemente, la investigación criminológica ha de mo- verse dentro de los límites dogmáticos siguientes: que en la sociedad marxista-leninista no existe contradicción entre intereses individua- les y colectivos, lo que es más que dudoso; que lo puramente empí- rico no tiene carácter científico, lo que en parte es cierto; que los hechos deben siempre conducir a conclusiones, lo que no siempre es posible, y que el hombre hace su propia historia, lo que no puede aceptarse totalmente." *^ Otras críticas pueden ser hechas, y entre ellas el utopismo de que el crimen desaparecerá al no haber lucha de clases. La resolución de problemas y desigualdades económicas indudablemente disminuirá la tasa de criminalidad, pero hay delitos y conductas antisociales que no dependen de lo económico. La falta de información amplia y fidedigna de la situación cri- minológica de los países socialistas, la carencia de estadísticas, los escasos manuales publicados (o al menos traducidos), nos conducen a una imposibilidad de hacer un análisis detallado de la realidad y de la aplicación de la teoría. En ocasiones la dificultad es semántica, ya que puede decirse que no hay robo, fraude o abuso de confianza, lo que pasa es que ahora se llaman "atentados contra la economía del Estado", no hay corrup- ción pero sí "alta traición", no encontramos faltas al pudor, pero sí "agresiones a la moral socialista". La existencia de Institutos de Criminología, de policías nota- blemente bien organizados, de grandes instituciones penitenciarias o psiquiátricas, con tasas muy elevadas de reclusos,*** nos hacen ver que el problema de la criminalidad está lejos de resolverse en es- tos países. *se LÓPEZ R E Y . Op. cit. (Criminología), p. 175. 487 Ibidem, p. 176. 48• 8 C£r. OLIVERA DÍAZ, GUILLERMO. Proceso Político Perumno y Criminología. SPE. Lima, Peiú, 1975. Trae importantes datos sobre este problema. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 337 El argumento de que los crímenes son cometidos en estos países por "agentes imperialistas" nos parece tan falaz e inapropiado como la idea de que todo disturbio producido en un país capitalista es realizado por "agitadores comunistas". A pesar de sus errores (que se encuentran en toda teoría), son indudables las aportaciones del socialismo a la Criminología. CAPÍTULO XV LA D I R E C C I Ó N S O C I O L Ó G I C A (Ferri, Tarde, Durkheim, etc.) 1. Enrice Ferri.—2. Gabriel Tarde.—3. Emilio Durkheim.- 4. Sutherland y Cressey.—5. Merton.—6. Ferracuti y Wolfang.- 7. México. XV. 1. ENRICO FERRI XV. 1.1. INTRODUCCIÓN Ya nos hemos ocupado de la vida del singular maestro italiano, veamos ahora los aspectos más sobresalientes de su obra. Nos ocuparemos básicamente de su clasificación de delincuentes, de la teoría de saturación criminal, de los substitutivos penales y de la naturaleza del delito. XV. 1.2. CLASIFICACIÓN DE DELINCUENTES La clasificación de los delincuentes de Ferri se ha hecho clásica, y en realidad fue la adoptada por la Escuela Positiva. Se consideran cinco especies de delincuentes: nato, loco, habitual, ocasional y pasional, aunque aclarando que se entiende siempre una prevalecencia (y no una exclusividad) de ciertas características. El delincuente nato es aquel que tiene una carga congénita y or- gánica que es la razón de su delito, lo que hace la prognosis alta- mente desfavorable. El delincuente loco o alienado (pazzo) es el que padece una grave anomalía psíquica. 339 340 CRIMINOLOGÍA El delincuente habitual es aquel cuya tendencia a delinquir es adquirida, aunque tengan base orgánica, ya que "no se adquieren hábitos que no estén conformes al propio ser". El delincuente ocasional es el que cede ante la oportunidad de delinquir, es el medio el que lo arrastra, y su base orgánica es pe- queña. El delincuente pasional es una variedad del ocasional, pero pre- senta características que lo hacen típico, principalmente la facili- dad con que se enciende y explota en su parte sentimental. La principal crítica a esta clasificación es que se funda sobre di- versos criterios, y no sobre una base igual. Ferri respondió en el sentido de que se trata de una clasificación de tipo práctico, los tipos no se confunden entre sí y se pueden tomar medidas específicas para cada categoría. XV.1.3. FACTORES CRIMINÓGENOS "Las acciones humanas, honestas o deshonestas, sociales o antiso- ciales, son siempre el producto de su organismo fisio-psíquico, y de la atmósfera física y social que lo envuelve, yo he distinguido los factores antropológicos o individuales del crimen, los factores físicos y los factores sociales,"**® 1. Los factores antropológicos son: a) La constitución orgánica del criminal (todo lo somático: cráneo, visceras, cerebro, etc.). b) La constitución psíquica (inteligencia, sentimiento, sentido moral, etc.). c) Los caracteres personales (raza, edad, sexo, estado civil, edu- cación, etc.). 2. Los factores físicos (telúricos) son: El clima, el suelo, las estaciones, la temperatura, la agricul- tura, etc. 3. Los factores sociales son: La densidad de población, la opinión pública, la moral, la religión, la familia, la educación, el alcoholismo, la justicia, la policía, etc. 48» FERRI. Op. cit. (Sodologia), p. 150. LA DIRECCIÓN S O C I O I J Ó G I C A 341 Es de apreciar la precisión de Ferri en su planteamiento; puede considerarse este esquema como el primero que, sistemáticamente, tra- ta la teoría de los factores; es notable como, aun en tratados actuales, se continúa utilizando el planteamiento ferriano. XV.1.4. LEY DE SATURACIÓN CRIMINAL Ferri considera el crimen como un "fenómeno social" y enuncia su "Ley de Saturación Criminal", en la cual indica que: en un me- dio social determinado, con condiciones propias tanto individuales como físicas, se cometerá un número exacto de delitos. Hay una regularidad de la criminalidad, y no es posible por lo tanto que las penas sean siempre las mismas, ni que sean un reme- dio eficaz. Ferri enuncia textualmente la mencionada ley de la manera si- guiente: Se ha demostrado que la criminalidad aumenta en su conjunto, con las oscilaciones anuales más o menos graves, que se acumulan en una serie de verdaderas ondas criminales. Es por lo tanto eviden- te que el nivel de la criminalidad está determinado, cada año, poi las diferentes condiciones del medio físico y social combinados con las tendencias hereditarias y los impulsos ocasionales de los individuos, siguiendo una ley que, por analogía con las de la química yo he lla- mado de saturación criminal.'*®* X V . 1.5. L o s SUBSTITUTIVOS PENALES Habiendo demostrado la ineficacia de la pena como instrumento de defensa social, Ferri propone medios de defensa indirecta, que él llama "substitutivos penales". La idea de los substitutivos penales se resume en lo siguiente: "que el legislador, observando los orígenes, las condiciones, los efec- tos de la actividad individual y colectiva, llegue a conocer las leyes psicológicas y sociológicas, por las cuales él podrá controlar una par- te de los factores del crimen, sobre todo los factores sociales, para in- fluir indirecta pero seguramente sobre el movimiento de la crimi- nalidad".«i 400 FERRI. Op. clt. (Sociología), p. 179. 491 FERRI. Op. cit. (Sociología), p. 217. 342 CRIMINOLOGÍA Esta serie de providencias de orden político, económico, religioso, científico, etc., tienen como fin la prevención indirecta, es decir, el ataque a los factores criminógenos, y son en realidad el primer plan de Política Criminológica establecido en forma orgánica. Divide los substitutivos en siete grupos que mencionamos a con- tinuación (es de mencionarse que cada grupo busca, en gran parte, prevenir delitos de ese mismo orden) : a) De orden económico: El libre cambio, la libertad de emigra- ción, la disminución de tarifas aduaneras (único lemedio efectivo al contrabando), impuestos progresivos, impuestos a los productos de lujo. Impuestos a la fabricación y venta de alcohol (uno de los máxi- mos factores criminógenos), substitución del papel moneda por mo- neda metálica (para evitar falsificación). Creación de instituciones de crédito popular y agrario, y de un organismo que se ocupe de hacer casas baratas para los obreros. Facilitar los transportes, eliminar los barrios miserables, estruc- turar cooperativas, establecer un "seguro social para los accidentes de trabajo, son proposiciones de Ferri, que buscan evitar los delitos que se producen básicamente por injusticia social. b) De orden político: Van dirigidos a evitar crímenes políticos, rebeliones, conspiraciones, y aun una guerra civil. Para FeíTi la re- presión y la prevención empírica de la policía son estériles e impo- tentes para resolver el problema, que en su base es el acuerdo entre el Estado y las aspiraciones nacionales. La reforma electoral, las reformas políticas y parlamentarias, la inclusión del referendum, la descentralización burocrática, son algu- nos medios efectivos. Todo lo anterior debe basarse en la más absoluta libertad de opi- nión y el respeto continuo de los derechos individuales y sociales. c) De orden científico: El progreso científico, que aporta nuevos medios de criminalidad, debe proveer, tarde o temprano, el antídoto para evitarlos, y que será más efectivo que la represión penal. La idea de Ferri es correcta, los ejemplos que brinda pueden parecer un poco inocentes y anticuados, pero es lógico, pues se está refiriendo a la ciencia de fines del siglo pasado. La fotografía, la química, la medicina forense, la toxicología, han inventado o descubierto cosas que pueden ser vitilizadas para delin- quir, pero al mismo tiempo deben proveer los medios para evitar su utilización criminal. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 343 ¡Qué diría Ferri ahora del rayo Lasser, la televisión o las compu- tadoras usadas para delinquir y al mismo tiempo utilizadas para com- batir el delitol d) De orden legislativo y administrativo: En principio es nece- saria la simplificación legislativa, ya que "la presunción metafísica e irónica de que la ignorancia de la ley no excusa a nadie, es cierto que la selva de códigos^ leyes, decretos, reglamentos, se presta a una infinidad de malentendidos, de errores, y por lo tanto, de contraven- ciones y delitos".*®^ Para evitar fraudes, se debe legislar en materia testamentaria, de quiebras, de investigación de la paternidad. Es necesario establecer y bien reglamentar: el abogado de los po- bres (defensor de oficio), el auxilio a las víctimas de los delitos, los jurados de honor (para evitar duelos), el notariado, el registro civil, los orfanatorios, los centros para madres solieras, los patronatos para reos liberados, etc. e) De orden religioso: Una religión corrompida puede favorecer la criminalidad, así como una religión que vea por el bien de todos, y no el de una casta podría impedir cantidad de crímenes. Como medidas concretas, Ferri propone: prohibir las procesiones públicas (riñas, desorden), suprimir los conventos (vagancia, men- dicidad) , disminuir el lujo de las iglesias (robos), abolir las peregii- naciones (orgías, estupros) , permitir el matrimonio de los ministros de los cultos (delitos sexuales), etc. f) De orden familiar: El divorcio es uno de los principales, evita adulterios, bigamias, homicidios, infanticidios, etc. Debe darse preferencia a los casados para ciertos empleos, hacer obligatorio el matrimonio civil, dificultar el mismo para personas ta- radas, reglamentar la prostitución, etc. g) De orden educativo: El alfabetizar al pueblo indudablemente ayuda contra la criminalidad, pero no es suficiente, se necesita "me- nos de arqueología y más de conocimientos útiles para la vida". Se deben prohibir los espectáculos atroces, suprimir las casas de juego, educar en lo físico tanto como en lo mental, proteger la in- fancia abandonada, restringir las publicaciones deshonestas. Del último punto, Ferri afirma que gran parte de los impulsos criminógenos se eliminarían al restringir ese tipo de publicaciones, y a los "periódicos que se ocupan solamente de los crímenes sin más 492 FERRI. Op. cit. (Soiiologia), p. 237. 344 CRIMINOLOGÍA objeto que explotar las pasiones más brutales, y que se permiten en virtud de una idea metafísica de la libertad".'**^ Concluye Ferri que los ejemplos de los substitutivos penales pue- den multiplicarse hasta hacer un verdadero código preventivo, que estuviera en oposición al código penal, y que operaría sobre todo en los casos de delincuentes ocasionales. Es indudable el valor del esquema ferriano, podemos analizar punto por punto y veremos en su mayoría una gran actualidad, y una serie de verdades y de remedios fáciles de aplicar, pero que en ocasiones la "política" dificulta. Es claro que algunos conceptos están superados, y que muchas ideas han sido ya puestas en práctica, pero no deja de llamar la aten- ción que muchas ideas que los políticos pretenden originales fueron expuestas hace ya un siglo, por el gran maestro italiano. XV. 1.6. LA NATURALEZA DEL DELITO A continuación reproducimos el cuadro elaborado por Ferri y que se ha hecho clásico, no lo actualizamos para dejar su valor intrín- seco. En este cuadro Ferri mismo se coloca en su concepto del crimen, que como veremos es más integral que las demás explicaciones.*** (Ver CUADRO.) EL DELITO ES UN FENÓMENO DE: a) Biológica (Albretcht) I. NORMALIDAD: Í b) Social (Durkheim) a) Atavismo S Orgánico y Psíquico (Lombroso, Kurella) Psíquico (Colajanni) Neurosis (Daily, Minzloff, Maudeley, Virgilio, Jelgersma, Bleuler) b) Patología de <• Neurastenia (Benedikt, Liszt, Vargha) Epilepsia (Lombroso, Lewis, Roncoroni) II. ANORMALIDAD c) Degeneración (Morel, Sergi, Fere, Zuccarcili, Magnan, BiOL<5ciCA POR: Corre y Laurent) d) Defecto de Nutrición del Sistema Nervioso Central (Marro) e) Defecto de Desarrollo de los Centros Inhibidores (Bonfigli) . f) Anomalía Moral (Despine, Garófalo) 49.3 FERRI. Op. clt. (Sociología), p. 247. 484 Tomado de la edición española de Góngoia, 1907. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 345 'a) Influencias Económicas (Turatti, Battaglia, Loria) III. ANORMALIDAD b) Inadaptación Jurídica (Vaccaro) SOCIAL P O R : c) Influencias Sociales Complejas (Lacassagne, Colajanni, Prins, Tarde, Topinard, Manouvrier, Raux. Baerkin, Gumplowickz) IV. ANORMALIDAD BIOLÓGICA FÍSICA Ferri SOCIAL XV.2. GABRIEL TARDE XV-2.1. BIOGRAFÍA JEAN GABRIEL TARDE nació en el pueblo de Sarlat, Francia, en 1843; murió en 1904. Era miembro de una familia aristocrática, los De Tardes (aunque Gabriel nunca utilizó la partícula "de"). Su padre fue un militar que después de las guerras napoleónicas siguió la carrera de derecho y fue juez en su pueblo; casado a los 44 años, dejó a su único hijo, nuestro autor, huérfano a la edad de 7 años. Tarde estudió en una escuela de jesuítas, siendo sus principales intereses el latín, el griego, historia y matemáticas. A pesar de haber sido un brillante estudiante, siempre se quejó de la disciplina que limitaba la libertad individual. A los 17 años ingresó a la escuela politécnica, estudiando mate- máticas y principió la resención de un "periplo enciclopédico alre- dedor de todas las ciencias y en la construcción de un vasto sistema filosófico". Sin embargo una enfermedad en la vista, producida a los 19 años a consecuencia de estudios excesivos, lo llevó a abandonar su idea y a estudiar la carrera de Derecho en la Universidad de Tou- louse, relatando que "quizá no tanto por vocación personal, por imi- tación-costumbre, es por lo que, en una época muy triste de mi ju- ventud ingresé en la magistratura". Completó sus estudios con un año en la Universidad de París. Aceptó ser juez de instrucción en Sarlat y sus alrededores, negán- dose a aceptar todos los ascensos que le proponían, primero por estar junto a su madre, y después porque, como él mismo confiesa, "com- prendí que era preciso optar entre mi ascenso profesional y mi des- 346 CRIMINOLOGÍA envolvimiento personal por el estudio, mediante el empleo científico de mis numerosos ocios, y mi elección fue obra de poco tiempo".*®" Se casó en 1887 y tuvo dos hijos, y hacia 1880 entra en contacto con Ribot, director de la Revista Filosófica de París, y le envía sus primeros artículos que tienen una buena acogida. En 1893 fue invitado por el Ministro de Justicia a preparar un trabajo sobre la organización de la estadística criminal, y en 1894 fue nombrado director de Estadística Criminal del Ministerio de Justicia en París. Ya en la capital pudo publicar el grueso de su obra, ocu- pando en 1899 el sitial de Filosofía Moderna en el Colegio de Fran- cia, y en 1900 elegido como miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas; fue aquí, en estas instituciones, donde Tarde dictó cátedra, ya que nunca se le permitió entrar a la Universidad, en la que Durkheim era la indiscutible estrella. Fue el más encarnizado enemigo de Durkheim ,y son célebres sus polémicas públicas en 1903. Fue también un opositor de la nueva escuela italiana, aunque tuvo buenas relaciones con ellos. Llegó a ser director de los Archivos de Antropología Criminal que había fundado Lacassagne. Para Tarde sus ideas criminológicas no son más que una aplica- ción particular, singular, de su general punto de vista en Sociología; su contacto posterior con los italianos habría de ordenar y afinar muchas de sus ideas, y Tarde relata que "cuando publiqué mi pri- mer trabajo criminológico, intitulado La Estadística Criminal, no había leído aún ni a Lombroso, ni a Ferri, ni a Garófalo, y todo lo que yo conocía en italiano era un folleto de Poletti. Pero después de este artículo he estado en relaciones frecuentes con los jefes de la Nuova Scuola, si bien conservando la actitud independiente, a pesar de mi amistad con Ferri",*®* Escribió entre otras: Las Leyes de la Im,itación (1890), Las Trans- formaciones del Derecho (1893), La Lógica Social (1893), La Opo- sición Universal (1897), Las Leyes Sociales (1898), Las Transforma- ciones del Poder (1899), etc. 495 TARDE, GABRIEL. La Criminalidad Comparada. La España Moderna, S. F., p . 9. (Se trata de una carta autobiográfica escrita a Adolfo Posada, traductor de !a obra, c incluida en el prólogo fechado en 1893.) 4«fl TARDE (La Criminalidad...), p. 11. LA DIRECaÓN SOCIOLÓGICA 347 XV.2.2. LEYES DE LA IMITACIÓN Para Tarde toda la ciencia tiene por objeto comprobar repeticio- nes, porque el mundo es, al fin y al cabo, una repetición que se manifiesta como ondulación en el orden físico, como herencia en el" orden orgánico, y como imitación en el orden social. La teoría sociológica de Tarde gira alrededor de 3 conceptos cen- trales: invención, imitación y oposición. Los inventos, que son creaciones de los talentos individuales, sorv diseminados a través del sistema social por los procesos de imitación,. y alanzan hasta encontrar un obstáculo, el cual tendrá oposición, y que podrá ser anulado, superado, o que triunfará iniciando un nuevo proceso. Para Tarde la invención es la fuente primaria de toda innovacióra y progreso, es el punto de partida. La fuente de toda invención se encuentra en las asociaciones creativas que se originan en las men- tes de los individuos, los cuales: a) Reconocen que determinada meta es deseable. b) Tratan de llegar a esa meta con los medios existentes. c) Por alguna razón los medios son insuficientes. d) Afirman la necesidad de generar nuevos medios para lograr alcanzar la meta. e) Crean, inventan, algo apropiado. Tarde analiza las relaciones entre invención y estratificación so- cial, ya que las clases superiores tienen mucho más tiempo y medios- para inventar. Las diferencias nacionales en este medio son también- notables. Algunos inventos o descubrimientos son más fácilmente acepta- dos que otros, y por lo tanto más fácilmente imitados. La imitación, que es definida por Tarde como "una cuasi fotográfica reproduc- ción de una imagen cerebral", puede ser de dos tipos, lógica o extra- lógica.^'^^ La Imitación Lógica es aquella en la cual los aspectos racionales^ y lógicos son enfatizados, y cuando una particular invención está más cerca a*la más avanzada tecnología en la sociedad, mas será imitada.. 49• 7 Cfr. TARDE, GABRiri,. Logical Latos of Imhation. En Selected Papers. T h e Univer- sity of Chicago Press. U. S. A., 1969, pp. 177 y ss. 348 CRIMINOLOGÍA La Imitación Extralógica sigue leyes especiales, por ejemplo; en su origen las invenciones tienden a ser imitadas por aquellas partes de la sociedad que están más cerca de la fuente de invención, y pos- teriormente serán irradiadas hacia las partes más distantes. Por otra parte la Imitación Extralógica desciende de las capas socialmente más altas hacia las capas bajas. Esto tiene una particular importancia, pues en cuanto la élite superior deje de liderear en cuanto a invención, su declinación es inminente. La imitación es pues, extralógica cuando no deriva del valor obje- tivo de la novedad adoptada. La moda sería el ejemplo más acabado de imitación extralógica. La sociedad es una reunión de gentes que se imitan. La imita- ción es la conformidad psicológica, orgánica, entre los asociados, por virtud de la cual se repiten ideas, se comulga en idénticos pensa- mientos, se siente al unísono, es lo característico de lo social. Así, un grupo social "es una colección de seres, en tanto que se imitan unos a otros, o bien sin imitarse actualmente se parecen, y sus rasgos comunes son copias antiguas de un mismo modelo". Es indudable el valor de la aplicación de esta parte de la teoría tardiana a la Criminología, es decir el crimen como fenómeno de imitación y el criminal como un ser que imita. Por lo general, y con excepción de algunos fraudes, el criminal es poco original, y en ocasiones, para Tarde es algo así como un ser hipnotizado o sonámbulo, que no sabe a ciencia cierta lo que hace, o lo hace como estando en sueños. Es importante pues, tener conocimiento de las leyes de la imita- ción, y darse cuenta que puede haber "modas" criminales, así como el criminal siempre procura estar a la moda (o lo que él entiende por moda). Mucho podríamos hablar en este punto de los medios de difu- sión y su poder para imponer modas, en ocasiones modas criminales. Baste recordar algunas obras cinematográficas, o algunos programas actuales de televisión. ¿Qué opinaría Tarde, el gran maestro francés? XV.2.3. PENSAMIENTO CRIMINOLÓGICO En cuanto al pensamiento propiamente criminológico. Tarde di- fiere de la Scuola Positiva, principalmente en su negación del tipo lombrosiano, y en pensar que la sociedad misma, con sus influjos psicológicos y morales, con su propagación de ideas malas o buenas. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 34& por vía de la imitación influye más inmediatamente sobre el indi- viduo que el clima, la herencia, el morbo o la epilepsia.**® Para Tarde los factores físicos como el clima, las estaciones, la si- tuación geográfica, etc., van perdiendo importancia en cuanto la civilización va progresando, ya que esto va sustituyendo los factores telúricos y otros como la raza o el sexo, por factores exclusivamente- sociales.*** Un factor importante es el crecimiento de las grandes ciudades,, en las cuales el fenómeno de la imitación es más fácil y frecuente,. donde hay mayor número de bienes y satisfactores, y los riesgos son menores por la facilidad de esconderse o no ser reconocido, además de la mayor bondad de los sistemas penales. Los factores criminógenos básicos no son la pobreza o la riqueza, sino el sentimiento de felicidad o infelicidad, de satisfacción o insa- tisfacción, en la difusión de necesidades artificiales y en la hiper- estimulación de las aspiraciones. Con esta idea Tarde se va a ade- lantar a casi todos los tratadistas norteamericanos modernos, al igual' que con el planteamiento que sigue: El incremento de la tasa de criminalidad en el mundo moderno- puede deberse básicamente a 5 factores: "** 1? La quiebra de la tradicional moral basada en el sistema ético' del cristianismo. 2° Desarrollo en las clases media y baja de la sociedad de un deseo por avanzar, por superarse socialmente, y por una gran deman- da por lujos y comodidades. Éste lleva a movilidad geográfica y a un debilitamiento de las clases tradicionales que hay en la familia. 3? El éxodo del campo a la ciudad, lo que lleva a una exagera- da demanda de empleos frente a una oferta insuficiente. 4? Formación de subculturas desviadas, con debilitamiento de la» moral. 5? Las clases superiores se convierten cada vez menos seguras ei* sí mismas, como un modelo para la conducta social hacia las clases- inferiores. Además de lo anterior. Tarde agrega: Las contradicciones entre- las diversas teorías e interpretaciones jurídicas, que llevan a una. anarquía moral. 498 Cfr. TARDE. Op. cit. (Criminalidad), pp. 27 y ss. 499 TARDE, GABRIEL. Estudios Penales y Sociales. La España Moderna. Madrid, Es- paña, S. F., pp. 267 y ss. isoo TARDE. Op. cit. (Selected Papers), pp. 255 y ss. 350 CRIMINOLOGÍA La principal solución puesta al problema general, es, principal- mente, la reunificación de la familia y el fortalecimiento de los la- zos de unión familiar; de aquí se partiría hasta llegar a fortificar los lazos de unión entre las naciones. Para Tarde la naturaleza humana existe, con sus vicios y sus vir- tudes, sus pasiones constructivas o destructivas. Las formas de expre- sión cambian, algunas veces radicalmente (de donde las grandes va- riaciones en el tiempo y en el espacio, de las formas y volúmenes dé la criminalidad), pero el fondo permanece idéntico. Para Tarde los dos elementos fundamentales de la personalidad son: la creencia y el deseo. La creencia se refiere al componente cog- noscitivo de la personalidad, mientras que el deseo lo hace al afec- tivo. Tanto creencias como deseos son introyectados por los indivi- duos a través de un proceso de imitación. XV.2.4. LA RESPONSABILIDAD En su obra denominada Filosofía Penal, Tarde propone dos fun- damentos de la responsabilidad: la identidad personal y la similitud social. En nuestra opinión, éste es uno de los descubrimientos más im- portantes de la teoría tardiana, ya que va a sacudir algunos concep- tos considerados "clásicos" en Derecho Penal. A) La identidad personal. Para que se pueda hacer a un sujeto responsable tiene que haber identidad entre su personalidad y el delito, pues su personalidad tiene que ser idéntica antes del delito, en el momento del delito y después del delito. Si no encontramos la identidad durante estos tres momentos, esta- remos, sin lugar a dudas, ante un sujeto anormal y por lo tanto no responsable. Es decir, que la responsabilidad moral se funda en la identidad personal del delincuente normal consigo mismo, antes y después de la infracción. Pero no es sólo esto, se necesita además una semejanza social con la sociedad que pretende hacerlo responsable. B) La similitud social. Respecto al segundo elemento nos dice Tarde que dentro del grupo social cada individuo debe estar adap- tado, es decir, que el sujeto debe tener similitud con su grupo social, si el sujeto carece de esas similitudes su responsabilidad es limi- tada o no existe:. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 351 Si el sujeto es inadaptado no puede ser responsable (de aquí va a derivar la teoría de las medidas de seguridad), por lo tanto a ese sujeto no se le podrá imponer una pena, deberá de imponérsele una medida de seguridad. La novedad de enfoque es evidente, de hecho está planteando los problemas de subcultura y de choque cultural. Opinamos que la teoría de similitud social debe ser tomada muy en cuenta en países en ios que existen diversas culturas, sobre todo en aquellos en que aún nos quedan grupos étnicos y culturales aborí- genes, pues debemos recordar con Malinowski que: La aplicación imprudente, fortuita y poco científica de nuesira moral social, de nuestras leyes y costumbres a las sociedades nativas, así como la destrucción del derecho nativo, de los mecanismos cuasi jurídicos y de los instrumentos de poder, sólo conducen a la anar- quía y a la atrofia moral, y a la larga a la extinción de la cultura y de la raza.*>^ Finalmente, según la teoría de Tarde, en cada época la pena prin- cipal está en relación a aquello que es considerado el bien de mayor valor. XV.3. EMILIO DURKHEIM XV.3.1. BIOGRAFÍA Emilio Durkheim nació en Epinal, Francia, en 1858. Era miem- bro de una prominente familia judía; su padre era rabino, por lo que inicialmente pensó en la carrera religiosa, idea que abandonó y después de terminar los primeros estudios en su ciudad natal fue a París, ingresó en la Escuela Normal y después de viajar y de ense- ñar filosofía en varios liceos, fue nombrado profesor de la Univer- sidad de Bordeaux (Burdeos, 1887). En 1893 se doctoró en filosofía en la Universidad de París, coope- rando a la formación del Instituto Internacional de Sociología. L'Année Sociologique, revista básica en la historia de la sociología fue fundada por Durkheim en 1898. ooi MALINOWSKI. Op. cii., p. 112. 352 CRIMINOLOGÍA En 1902 obtuvo la cátedra de "Ciencias de la Educación" en la Universidad de París, que a partir de 1913 sería la cátedra de Socio- logía (Educación y Sociología) que ocuparía hasta su muerte en 1917. Fue casado y tuvo 2 hijos. Su obra principal se compone, entre otras, de: De la división del trabajo social.'"^ Las reglas del método sociológico,^''^ y El suicidio.^^ XV.3.2. EL CRIMEN, FENÓMENO NORMAL El punto de partida de la teoría de Durkheim es el hecho social, considerado como cualquier sistema o fenómeno generalizado en to- das las sociedades de tipo individual, en un particular estadio de su desarrollo. Un fenómeno que responda a estas características debe ser con- siderado científicamente, como normal; la normalidad para Durkheim es un estado de hecho, no un juicio moral o filosófico; es una con- clusión estadística. El delito debe ser aceptado como un hecho social, como parte in- tegrante de una sociedad, el cual no puede ser eliminado con un acto de voluntad. Por lo tanto, el delito es un hecho normal, no de- duciéndose de esto que el criminal como individuo sea siempre nor- mal desde un punto de vista biológico o psicológico. Cualquier so- ciedad normal siempre ha tenido algunos individuos anormales. Hacer del crimen una enfermedad social, dice Durkheim, sería admitir que la enfermedad no es cualquier cosa accidental, sino al contrario, deriva en ciertos casos de la constitución fundamental del ser viviente. Sin duda, puede darse que el crimen en sí mismo tenga formas anormales, esto es cuando se llega, por ejemplo, a una tasa exagerada. Lo que es normal, es simplemente que haya ana criminalidad, siempre que ella no rebase, para cada tipo social, un cierto nivel.''*' La teoría de Durkheim es importante porque nos lleva a la com- prensión del fenómeno criminal dentro del contexto cultural, pero aquí es necesario hacer varias aclaraciones. 503 DURKHEIM, ÉMILE. De la División du Travail Social. P. U. F. París, Francia, 1960. «B DURKHEIM, £MILE. ÍMS Reglas del Método Sociológico. Editorial Pléyade. Bue- nos Aires, Argentina, 1977. SM DURKHEIM, ÉMILE. El Suicidio. Universidad Nacional Autónoma de México. México, 1974. 8*6 DURKHEIM. Op. cit. (Reglas.,.). Ed. francesa, p. 66. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 353 El gran error de Durkheim es exactamente la médula de su doc- trina: Considerar al crimen como algo normal. Las críticas que ha recibido, de Pinatel por ejemplo, han sido en el sentido de que con- fundió dos aspectos: el sentido de constancia estadística, con el as- pecto de normalidad. Por normalidad debe entenderse, en el sentido estadístico que señala Durkheim, aquello que se acerca más al término medio en una gráfica de distribución; puede interpretarse como lo más fre- cuente dentro de una muestra. Así, en una normalidad no moral o filosófica, sino estadística, sería normal el crimen si fuera la conducta más frecuente en la sociedad, si la mayoría de las conductas fueran criminales. Afirma Durkheim que, en primer lugar el crimen es normal por- que una sociedad que estuviera exenta de él es a todas luces un hecho imposible, y agrega que si hay un hecho en el que el carácter patológico parece incontestable, éste es el crimen, todo mundo pa- rece estar de acuerdo en esto, pero en todas partes existe crimina- lidad; cambiará de forma, cambiará de intensidad, pero siempre "ha habido hombres que se conducen de manera tal que atraen sobre ellos la represión penal". El crimen no es ni puede ser un fenómeno normal, es un fenó- meno constante, y por desgracia lo encontramos en todo tipo y en todo lugar, pero es grave confundir constancia con normalidad. Si encontramos que en todo tiempo y en todo lugar hay enfermedades, no podemos decir que la enfermedad sea algo normal, podemos de- cir que la enfermedad es algo constante. Igualmente el crimen debe- mos considerarlo como una verdadera enfermedad social. Las críticas fueron abundantes para Durkheim, él mismo llegó a reconocer que, en algunos casos los índices excepcionalmente altos de delito, principalmente en la moderna sociedad industrial, pueden ser patológicos y podrían considerarse anormales. Hay que distinguir lo normal de lo anormal, porque lo normal hay que conservarlo y fortalecerlo, lo anormal hay que eliminarlo y combatirlo; si no hacemos bien clara esta diferencia caeremos en el error grave de pensar: si lo normal es el crimen, o si el crimen es normal y en una sociedad no hubiera crimen, debemos de crearlo, provocarlo, inducirlo, porque es lo normal, y así normalizar esa po- bre sociedad enferma, anormal, sin crimen. 354 CRIMINOLOGÍA XV. 3.3. UTILIDAD DEL CRIMEN Pero Durkheim va mucho más allá en su razonamiento, así, en Las Reglas continúa diciendo que, clasificar el crimen entre los fe- nómenos de Sociología Normal, no es solamente decir que él es un fenómeno inevitable, aunque indeseable, debido a la incorregible maldad de los hombres; esto es afirmar que es un factor de la salud pública, una parte integrante en toda sociedad sana. El delito está ligado a las condiciones fundamentales de toda la vida social, y por esto es útil, porque las condiciones de las cuales forma parte son ellas mismas indispensables a la normal evolución de la moral y del derecho. Sin las desviaciones no se puede verificar ni adaptaciones, ni evolución, ni progreso; sin este fenómeno la so- ciedad no podría sobrevivir.'**» El crimen es por lo tanto necesario: está ligado a las condiciones fundamentales de toda la vida social, pero por ello mismo él es útil; estas condiciones, en las que el crimen es solitario, son indispen» sables a la evolución normal de la moral y del derecho.^*''' La libertad de pensar de la cual nosotros gozamos actualmente, noj hubiera sido jamás proclamada si las reglas que las prohibían no hubieran sido violadas antes de ser solemnemente abrogadas. La fi- losofía libre ha tenido por precursores a los herejes de toda clase que el brazo secular había justamente golpeado. El razonamiento de Durkheim es apasionante, sin embargo debe- mos aclarar que identifica desviación con crimen; nosotros no creemos que toda conducta desviada es antisocial. Además, no podemos acep- tar que, así como la cultura produce arte, ciencia, derecho, produce también crimen. Aquí el término "cultura" está tomado en un sentido excesiva- mente amplio. Nosotros tenemos un gran respeto por la cultura, y la consideramos al estilo shilleriano, como una categoría del ser, no del conocer. Si la cultura es, ante todo, creación, afirmación y cristalización de valores, el crimen es exactamente lo contrario, es contradicción, es destrucción, es negación de valores, el crimen es anti-cultura. No podemos hablar de "valores negativos" (que sería el caso del crimen), pues esto es un barbarismo; existen los valores, y existei) cosas, acciones, ideas que pueden ser valiosas, y otras que carecen 606 DURKHEIM. Op. cit. (Reglas...) te., p. 70. 607 Ibidem. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 355 de valor, pero no existe el "valor negativo", éste es simplemente la inexistencia del valor. El crimen no puede ser producto de la cultura, pero sí es obli- gatorio estudiar el crimen dentro de un contexto cultural, que son dos cosas diferentes; el crimen efectivamente no podemos analizarlo fuera de las corrientes sociales, porque entonces nos quedamos con una especie de crimen aislado, de crimen químicamente puro, el cual no podremos explicar con todas sus consecuencias. En última instancia, la menor o mayor cultura de un individuo o de un pue- blo va a determinar la mayor o menor criminalidad, depende en mucho del tipo cultural, van juntos, no es que uno sea producto del otro, sino que uno tiene que explicarse en función del otro; creemos que vista en esta forma, la idea es una de las principales aportaciones de Durkheim a la Criminología. Más interesante aún es la conclusión de Durkheim a su razo- namiento: Los hechos fundamentales de la Criminología se presentan a nos- otros bajo un aspecto enteramente nuevo. Contrariamente a las ideas corrientes, el criminal no aparece más como un ser radicalmente in- sociable, como una suerte de elemento parásito, de cuerpo extraño e inasimilable, introducido al seno de la sociedad; es un agente regu- lar de la vida social.^^os De aquí van a surgir una serie de ideas, que comentaremos más adelante, al estudiar las corrientes críticas. XV. 3.4. CRIMEN Y PENA Es sabido que Durkheim define el crimen en función de la pena, y esto aclara muchos de los puntos de la teoría, así nos dice: "Nos- otros damos este nombre a todo acto que, en un grado cualquiera, determina contra su autor esa reacción característica que se llama la pena." «» El afirmar que un acto es criminal cuando él ofende los estados fuertes y definidos de la conciencia colectiva, no expresa la propie- dad esencial del crimen, sino una de sus repercusiones; la natura- leza criminal del acto queda todavía a definir. 508 DURKHEIM. Op. cit. (Reglas...), p. 71. 809 DURKHEIM, EMILIO. De la División du Travail Social. Cit. en "Déviance et Cri- minalité". Colín, París, 1970, p. 88. 356 CRIMINOLOGÍA No se puede decir que un acto lastima la conciencia común por- que él es criminal, sino más bien que él es criminal porque vio- lenta la conciencia común. "Nosotros no lo reprobamos porque él es un crimen, sino que él es un crimen porque nosotros lo repro- bamos." "O La pena consiste esencialmente en una reacción pasional, de in- tensidad graduada, que la sociedad ejerce por el intermedio de un cuerpo constituido, sobre aquellos miembros que han violado cier- tas reglas de conducta. Cuando nosotros reclamamos la represión del crimen, dice Durk- heim, no somos nosotros los que nos queremos personalmente vengar, sino que alguna cosa sagrada que sentimos más o menos confusamen- te fuera y dentro de nosotros."^^ La reacción tiene un carácter social, y deriva de la naturaleza so- cial de los sentimientos ofendidos. Estos se encuentran en todas las conciencias, todo el mundo reacciona contra el ataque. "No sola- mente la reacción es general, sino que ella es colectiva, lo que no es la misma cosa; ella no se produce aisladamente en cada uno, sino con un conjunto y una unidad".°^^ Ahora bien, si el crimen es normal, si no tiene nada de morboso, sí no es una enfermedad, Durkheim concluye que la pena no es una "medicina" que sana una "enfermedad", sino que su función es muy diferente, veamos como resuelve el problema: Aunque la pena procede de una reacción mecánica, de movimien- tos pasionales y gran parte irreflexivos, no deja de jugar un papel útil. La pena no sirve, o no sirve más que secundariamente, a corre- gir al culpable o a intimidar a sus posibles imitadores; para este doble punto de vista su eficacia es justamente dudosa y, en todo caso, mediocre. "Su verdadera función es la de mantener intacta la cohesión social manteniendo en toda su vitalidad a la conciencia común".'^ Siendo un producto necesario de las causas que lo engendran, este dolor no es una crueldad gratuita, es el signo que atestigua que los sentimientos colectivos sean todavía colectivos, que la comunión de los espíritus en la misma fe está todavía entera, y por lo tanto, la pena repara el mal que el crimen ha hecho a la sociedad. Sio DURKHEIM. Op. cit. (División), p . 91. Bll tXjRKHEiM. op. cit. (División), p . 93. B12 Ibidem. p . 95. 613 Ihidem, p . 97. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 357 XV.3.5. LA ANOMIA En su clásica obra El suicidio, Durkheim clasifica el suicidio en tres tipos diferentes:"" a) El egoísta, con una excesiva afirmación del ego, el yo individual se afirma con exceso frente al yo social. b) El altruista, es por el contrario una despersonalización, y tiene como causa el espíritu de renunciamiento y de abnegación. c) Anómico, caracterizado por la ausencia de normas de conduc- ta claramente definidas en el sujeto que se priva de la vida. De aquí parte la teoría de la Anomia que será después tan desa- rrollada por autores como Merton. Durkheim reconoce dos formas de Anomia: a) Anomia aguda, producida en casos de rápido y violento cambio social, en los cuales las reglas tradicionales son eliminadas y los in- dividuos y las clases pierden su lugar y su proporción. b) Anomia crónica, que surge al aceptarse indiscriminadamente la doctrina del progreso más rápido y despiadado, en la que las re- laciones industriales y comerciales quedan libres de todas las res- tricciones. XV. 3.6. LA PREVENCIÓN A pesar de cons¡dei;ar al crimen como normal y útil, Durkheim lo califica de "indeseable", y aunque no expone una teoría de pre- vención, como lo hiciera Ferri, si da algunas ideas que son intere- santes y exponemos a continuación. Para que en una sociedad los actos reputados criminales pudie- ran cesar de ser cometidos, haría falta que los sentimientos que ellos lesionan se encontrasen en todas las conciencias individuales sin ex cepción y con el grado de fuerza necesaria para contener los senti- mientos contrarios. Cuando el sentimiento social contra el crimen se hace más fuer- te, al punto de hacer callar en todas las conciencias la pendiente que inclina al hombre al robo, el hombre será más sensible a las lesio- nes que hasta ahora no le tocaban más que ligeramente; reaccionará contra ellas con más vivacidad, serán el objeto de una reprobación 514 DURKHEIM. Op. cit., p. 60. 358 CRIMINOLOGÍA más enérgica que hará pasar algunas de entre ellas de simples faltas morales al estado de crímenes. Ya que no puede haber una sociedad donde los individuos no diverjan más o menos del tipo colectivo, es inevitable también que, dentro de estas divergencias haya quien presente un carácter criminal. Lo que cuenta no es en realidad la importancia intrínseca de es- tas divergencias, sino la que les dé la conciencia común. XV.4. SUTHERLAND Y CRESSEY Para Edwin H, Sutherland y Donald R. Cressey, el problema para la Criminología está en explicar el carácter criminal del comporta- miento y no el comportamiento como tal. El comportamiento crimi- nal debe ser definido con precisión y claramente distinguido del com- portamiento no criminal. El comportamiento criminal se puede explicar de manera cientí- fica, sea en función de los elementos que entran en juego en el mo- mento en que la infracción es cometida, sea en función de los ele- mentos que han ejercido su influencia anterior en la vida del delin- cuente. En el primer caso la explicación puede ser calificada de me- cánica, situacional, o dinámica; en el segundo de histórica o ge- nética.si» Las circunstancias exteriores tienen una gran importancia para la criminalidad, sobre todo en la medida en que ellas aportan la oca- sión de realizar un acto criminal En otro sentido, psicológico o sociológico, la situación no puede ser disociada del individuo, porque la situación que es importante es la situación definida por el individuo que se encuentra en ella im- plicado. La situación es definida por el individuo en función de sus inclinaciones y de sus aptitudes adquiridas. La teoría está fundada sobre la hipótesis de que un acto criminal se produce si existe una situación apropiada para un individuo deter- minado. Para que exista crimen se necesitan reunir las condiciones si- guientes: 015 SUTHERLAND & CRESSEY. Op. cit., p. 74. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 359 a) Los valores ignorados o negados por los criminales deben ser apreciados por la mayoría de la sociedad global, o por lo menos por aquellos que son políticamente importantes. b) El aislamiento de ciertos grupos hace que ellos se separen de las normas de cultura global y entren en conflicto con ella. c) Es la mayoría la que marca la minoría de sanciones. Esta teoría describe el proceso por el cual una persona en par- ticular llega a realizar una conducta criminal, y es el siguiente:'^* 1? El comportamiento criminal es aprendido (no hereditario). 2? El comportamiento criminal es aprendido en contacto con otras personas por un proceso de comunicación. 3? El comportamiento criminal se aprende, sobre todo, en el interior de un grupo restringido de relaciones personales. 4? Cuando la conducta criminal es aprendida, el aprendizaje in- cluye: a) Técnicas de comisión del crimen, algunas veces complejas, en ocasiones simples. h) Orientación de móviles, tendencias impulsivas, razonamientos y actitudes. 5? La orientación de los móviles y de las tendencias impulsivas está en función de la interpretación favorable o desfavorable de las disposiciones legales. 6? "Un individuo se hace criminal cuando las interpretaciones desfavorables al respecto de la ley, superan a las interpretaciones fa- vorables." Esto constituye el principio de la asociación diferencial. Los que se hicieron criminales fue porque estuvieron en contacto con modelos criminales, y que no tenían ante sí modelos anticri- minales. 7? Las asociaciones diferenciales pueden variar en cuanto a la frecuencia, la duración, la prioridad, y la intensidad. 8? El proceso de aprendizaje de la conducta criminal por aso- ciación con modelos criminales o anticriminales, incluye todos los mecanismos que son incluidos en todo otro aprendizaje. 9? Mientras que el comportamiento criminal es la expresión de un conjunto de necesidades y de valores, no se explica por esas nece- sidades y esos valores, ya que el comportamiento no criminal es la expresión de las mismas necesidades y de los mismos valores. Sie SUTHERLAND & CRESSEY. Op. cit., p p . 75 a 77. 3G0 CRIMINOLOGÍA León Radzinowicz, con cierta dureza, critica estas ideas afirman- do que: ^" "Como teoría científica, la 'asociación diferencial' presenta la prin- cipal desventaja de ser indemostrable. En efecto, mientras más ha sido elaborada para ampliar las aplicaciones, más ha resultado difí- cil poderla demostrar." XV.5. MERTON RoBERT K. MERTON desartoUó parte de su teoría a partir de Durk- heim, y se ha convertido no sólo en una teoría criminológica, sino también en una aguda crítica a las sociedades industriales o post- industriales. Refiriéndose a las civilizaciones de tipo capitalista, Merton dice que éstas nos obligan a aceptar los tres axiomas siguientes: Primeramente, todos deben tender a lograr los fines más eleva- dos» los cuales están al alcance de todos. Segundo, el fracaso aparente y momentáneo no es más que un estimulante hacia el éxito final. Tercero, el verdadero fracaso consiste en restringir las propias ambiciones. En términos de Sociología, estos axiomas podrían interpretarse así: El primero es una reducción de la capacidad crítica de la es- tructura social y de sus defectos; el segundo refuerza la estructura de poder, empujando los individuos situados en bajo de la escala social a no identificarse con sus congéneres sino con aquellos que están en alto de la escala; el tercero es una incitación a conformarse al orden cultural para sentirse miembro de la sociedad. Partiendo del concepto de anomia de Durkheim, Merton elabora toda una teoría del crimen, considerando que, principalmente en los países de estructura capitalista, teóricamente las oportunidades para el triunfo son iguales para todos, pero en realidad ciertas clases tie- nen vedadas las vías de acceso para poder desenvolverse. En efecto, existe un contraste entre la estructura cultural y la es- tructura social; ciertas clases son más que otras vulnerables a las tendencias anómicas, ya que su posibilidad de acceso a la educación o a los medios materiales de éxito son muy limitadas. 61T RAOZINOWICZ. Op. cit. (Ideología), p. 73. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 361 Los individuos componentes de estos grupos se ven en un estado de frustración que los lleva a romper las "reglas del juego", y bus- car el éxito por medios que pudieran considerarse poco legítimos. El fenómeno de las grandes ciudades modernas, de gran tamaño, rápido cambio, y gran anonimidad, facilitan a los sujetos que no pueden obtener satisfactores por vías legítimas, a tratar de obtener- los sin importar los medios, siendo acicateados también por la gran cantidad de bienes que pueden encontrarse, y por la posibilidad de llegar a triunfar con un riesgo mínimo de perder el prestigio social. Merton considera 5 tipos de adaptación, y ios presenta en una tabla donde el signo más (-f-) significa aceptación, el signo me- nos (—) rechazo, y el signo más-menos ( ±) rechazo de los prin- cipales valores e introducción de valores nuevos.*'^* TIPOLOGÍA DE LOS MODOS DE ADAPTACIÓN INDIVIDUAL Modos de adaptación Fines Medios I. Conformismo + IL Innovación + III. IV. Ritualismo Evasión — + V. Rebelión ± Merton aclara que estas categorías se refieren al comportamiento de un individuo en función de su papel en la situación dada y no a su personalidad. Veamos brevemente en qué consiste cada una de ellas: a) Conformismo En la medida en que una sociedad es estable, este primer tipo de adaptación es el más abundante. En estos casos en que hay conformidad a la vez a los fines y a los medios para lo- grarlo, se puede hablar con mayor propiedad de una sociedad y no de una simple masa de hombres. b) Innovación. Por la gran importancia que ciertas civilizacio- nes dan al triunfo, ciertos individuos utilizan medios prohibidos pero eficaces para llegar a aquello que sería un simulacro de éxito: ri- sas MERTON, ROBERT K. Social Theory and Social Slructures. Frec Press. Nueva York, USA, 1949. 362 CRIMINOLOGÍA queza y poder. Aquí es donde se encontrarían la mayoría de los crí- menes de cuello blanco. c) Ritualismo. Esta forma de adaptación está sobre todo exten- dida en las sociedades en las que la posición social de cada uno depende en gran parte de su éxito; así, la competencia incesante provoca la ansiedad, que produce la reducción de las aspiraciones. El miedo suscita la inacción o, más precisamente, hace la acción rutinaria. d) Evasión. Modo de adaptación sumamente raro, las personas que las emplean son "en" pero no "de" la sociedad, sociológicamente son verdaderamente extranjeras. Son todos aquellos que abandonan los fines prescritos y n o actúan según las normas (enfermos menta- les, parias, errantes, vagabundos, drogadictos. alcohólicos, etc.). El individuo resuelve su conflicto abandonando al mismo tiempo los fines y los medios, la evasión es completa, el conflicto es eliminado y el individuo se convierte en un asocial. e) Rebelión. Este tipo de adaptación lanza a los individuos fue- ra de la estructura social y los empuja a intentar hacer una nueva. Lo anterior supone que los individuos son extraños a los fines y a los medios de la sociedad en la cual viven, que éstos les parecen pura- mente arbitrarios, sin autoridad ni legitimidad. Así surge un mito nuevo, y la doble función de este mito es por una parte buscar en la estructura social el origen de las frustraciones colectivas, y por la otra de hacer el esquema de otra estructura en la cual el hombre de mérito no sea más jamás frustrado. Además, Merton hace estudios importantes sobre la familia como factor anómico y criminógeno; sus principales conceptos son: La familia es el correo de transmisión más importante de las normas culturales de generación en generación. Generalmente se ha olvidado precisar que la familia transmite la civilización de una cla- se social, y por lo tanto de una parte pequeña de la sociedad. Llega a suceder que los niños descubren y asimilan normas y valores implícitos que no fueron nunca presentados como reglas. La proyección de las ambiciones de los padres sobre el niño es un elemento muy importante. Son exactamente los padres derrotados y frustrados quienes son los menos capaces de dair, de proveer a sus niños los medios de lle- gar, de triunfar, y que son ellos que ejercen sobre sus niños la más grande presión en favor del éxito, y los incitan de esta forma a la realización de un comportamiento desviado. LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 363 XV.6. FERRACUTI Y WOLFGANG FRANCO FERRACUTI y MARVIN WOLFGANG,''^'* estructuraron una in- teresante teoría de las subculturas, a partir del comportamiento vio- lento de ciertos grupos, "El concepto de 'sub-cultura' implica que existen juicios de valo» o un sistema social de valores separados y al mismo tiempo pertene- ciente a un sistema de valores más amplio o central." Puede suceder que un hombre nazca en una cultura determinada, también fácilmente puede acontecer que nazca en una sub-cultura. Una sub-cultura difiere sólo en parte de la cultura madre. Lo anterior implica que haya una variedad de valores significativos com- partidos entre la cultura madre y la cultura "hija". Quizás está adop- ción es el resultado casi fortuito de eventos políticos o de vecindad geográfica. Puede suceder que sociedades muy diversas, desde un punto de vista político y étnico, tienden a tener valores y esquemas de com- portamiento comunes. Una sub-cultura puede existir ampliamente distribuida en el es- pacio, y sin ningún contacto inter-personal entre los individuos sin- gulares o grupos enteros de individuos. Puede suceder que el individuo esté interesado más en mantenerse asociado al grupo que a condividir verdaderamente los valores. Solamente en sociedades heterogéneas pueden existir sub-cultu- ras. Esto implica que en nuestra compleja sociedad contemporánea un sujeto pueda participar en varias sub-culturas. La pertenencia a un grupo cualquiera puede en parte ser con- quistada con la adopción de aquellos específicos valores típicos del grupo mismo, que lo distinguen de otros grupos; parecería entonces que la violación de estos valores debe provocar automáticamente la cesación de la pertenencia al grupo en cuestión. Pueden existir, según los autores citados, dos tipos de "valores" sub-culturales: a) Valores concordantes, tolerados. Estos valores consisten en di- ferencias toleradas, las cuales no provocan una fractura, no causan 519 FERRACUTI, FRANCO y WOLFGANG, MARVIN E . II Comportamento Violento. Giuffré Editore. Italia, 1966. (Hay traducción al español de Fondo de Cultura Económica» México.) 364 CRIMINOLOGÍA ninguna ofensa ni implican una amenaza potencial de ofensa social a la cultura dominante. b) Valores discordantes no tolerados. Algunas diferencias de las sub-culturas son conflictivas, provocan fractura, causan ofensa e im- plican una amenaza potencial de ofensa social a la cultura domi- nante. XV.7. MÉXICO Finalmente, para mencionar nuestro medio y no porque se trate propiamente de una escuela, en México se han hecho estudios muy importantes del medio social y de su influencia en la delincuencia. Ya hemos mencionado varios de ellos, pero debemos agregar y comen- tar algunos. XV.7.1. QUIROZ CUARÓN Desde luego, el maestro Quiroz Cuarón tiene importantes estu- dios en lo referente a los cambios económicos y la delincuencia, a la interrelación que tiene el aumento de precios, el aumento de can- tinas, etc., con la delincuecia, y además ha realizado dos estudios trascendentales: uno que se llama "El Costo Social del Delito", y otro que es "Una Teoría Económica de los Disturbios". En la Teoría Económica de los Disturbios,''^ el gran maestro me- xicano llega a las siguientes conclusiones: a) La criminalidad es directamente proporcional a la población e inversamente proporcional al ingreso. b) En cualquier núcleo humano se romperá la estabilidad socio- política si la tasa de aumento del ingreso real es menor que el doble de la tasa de aumento de la población más el cuadrado de esta tasa. c) La criminalidad está determinada fundamentalmente por la tasa de variación de la población y del ingreso real por persona. d) Es menos difícil, más natural, quizás más complejo, pero sí de consecuencias más rápidas, el influir sobre la tasa del ingreso que sobre la población. Todo lo anterior está fundado y desarrollado con gran profusión 520 QuiRoz CUARÓN, ALFONSO, QUIROZ CUARÓN, RAÚL. Una teoría económica de los disturbios. Botas, México, 1970. (También en "Criminalia", Año XXXVI, N? 1, Mé- xico, 1970.) LA DIRECCIÓN SOCIOLÓGICA 365 de cuadros estadísticos, y vemos que puede calcularse donde y cuando hay inquietud social, y puede haber disturbios. En "El Costo Social del Delito",^^^ uno de los estudios más sofis- ticados del maestro, e indudablemente uno de los estudios sobre costo social más completos que se hayan hecho. Quiroz Guatón, con su hermano Raúl, calculan el costo social del delito en México. Para lograrlo tomaron en cuenta: 1) Costo intrínseco del delito. 2) I ^ que dejó de producir el delincuente. 3) Lo que dejan de producir las víctimas. 4) El descenso de productividad de las familias de las víctimas. 5) El descenso de productividad de las familias de los delin- cuentes. 6) Lo que el delincuente o sus familiares pagaron a intermedia- rios y autoridades, más lo que pagaron las víctimas. 7) Sueldos, salarios, compensaciones y prestaciones sociales al per- sonal encargado de investigación y persecución del delito. 8) Amortización, mantenimiento y conservación de edificios, equi- po y mobiliario e instalaciones ocupadas por Policía y Ministerio Público. 9) Pagos por concepto de corrupción hechos por delincuente y víctima al personal corrompido. 10) Sueldos, etc., al personal encargado de administrar justicia (Poder Judicial). 11) Amortización, mantenimiento y conservación de los edificios, más reparación y renovación de equipo de los juzgados y cárceles, preventivas. 12) Costo de defensores y peritos de víctima y victimario. 13) Costo de las primas pagadas por concepto de fianzas. 14) Sueldos, salarios, etc., al personal penitenciario. 15) Amortización, mantenimiento, etc., de los edificios y equipo penitenciario. 16) Pagos del delincuente y familiares a intermediarios o em- pleados penitenciarios. 17) Zona negra. 821 Qvmxí CuARÓN, ALFONSO y QuKOz CüARÓN, RAÓL. El costo social del delita en México. Botas. México, 1970. (También en Criminalia" • . Año XXXVI, Niims. 7 y 8. México, 1970.) 566 CRIMINOLOGÍA De aquí se deduce la necesidad de la prevención, que sale más barata que la represión. Para dar una idea, veremos que para un solo delito, el homicidio, se calculó un costo de $5.613,000.00 (449,040 Dls.) por cada homi- cidio durante 1965, lo que dio un costo social anual de 34,376 millo- nes de pesos (2,750.080,000 Dls.) por todos los homicidios (cono- cidos) . Es de señalarse también "La Criminalidad en la República Me- xicana",^^ que fue una edición de los cuadernos de Sociología de la Universidad (1958), donde hace un buen estudio de cómo ha sido la tendencia y ritmo de la criminalidad en México. XV.7.2. SoLÍS QUIROGA El segundo tratadista mexicano que vale la pena mencionar den- tro de esta escuela, es el maestro HÉCTOR SOLÍS QUIROGA, que escri- bió un libro que se llama "Sociología Criminal",^'-® en el cual nos da sus ideas y su explicación de los factores sociológicos del crimen. La tendencia criminológica de Solís Quiroga es considerar a la familia como núcleo fundamental, y cuando la familia está mal intd^ada en- contramos un factor preponderante criminógeno; él hace una serie de estudios con su hermano Roberto Solís Quiroga, ya fallecido, en los cuales se demuestra estadísticamente, y estudiando principalmen- te menores infractores, cómo la inmensa mayoría de estos menores tienen una familia desintegrada o con problemas. Las conclusiones obtenidas son muy similares a las de los Gluedi, y nos hacen ver la importancia del medio familiar. También son notables sus estudios sobre regularidad y tendencias observables en la delincuencia. 522 QUIROZ CUARÓN. Op. cit. (469) . 623 SOLÍS QUIROGA. Op. cit. (118). CAPÍTULO XVI LA D I R E C C I Ó N P S I C O L Ó G I C A (El psicoanálisis) I. Introducción.—2. Sigmund Freud.—3. El Psicoanálisis.— 4. Teoría Psicoana.Uüca..—5. Las £tapas de Desarropo.-6. El Apaiato Intrapsíquico.—7. Técnica Psicoanalítica.—8. Psicoaná- lisis Criminológico.—9. Alexander y Staub.—10. Theodor Reik. XVI. 1. INTRODUCCIÓN La teoría lombrosiana no parecía suficiente para explicar ciertos crímenes aparentemente incoherentes, que obedecían a motivaciones triviales, extrañas y en ocasiones incomprensibles, tampoco las expli- caciones sociológicas o antilombrosianas parecían Ser capaces de des- entrañar el misterio de las motivaciones profundas del crimen. Es gracias a la Dirección Psicológica que una serie de problemas se resuelven, algunos se plantean en forma diferente y, desde luego, surgen otros nuevos. Los psicólogos buscan descubrir esos móviles ocultos en los luga- res más recónditos de la mente humana, y en su inquietud constante, aportarán notables conocimientos y nuevas técnicas a la ciencia cri- minológica. En este capítulo se estudia el Psicoanálisis, quizá la escuela psico- l(%ica que más ha revolucionado la Criminología; nos ocuparemos solamente del Psicoanálisis ortodoxo o freudiano. El capítulo siguiente (XVII), está dedicado a los disidentes psico- analíticos, así como a las grandes escuelas psicológicas: Reflexología, Conductismo, Gestaltismo, Fenomenología, y la actual corriente de Psicología Radical. 367 368 CRIMINOLOGÍA No olvidamos hacer mención de las aportaciones que los tratadis- tas mexicanos hacen al conocimiento de la conducta y del hombre antisocial. XVI.2. SIGMUND FREUD El famoso neurólogo y psiquiatra austríaco nació en 1856 y murió en 1939. Vivió casi toda su vida en Viena, donde estudió y fundó una importante escuela. Estudió con Charcot y, amistosamente, con Breuer; originó el psicoanálisis, estudiando principalmente la histe- ria. Tuvo discípulos muy importantes, entre ellos Jung y Adler. En muchos aspectos su vida es paralela a la de Lombroso: los dos eran médicos, los dos eran judíos, y no se puede discutir que los dos eran genios, que tuvieron extraordinarios descubrimientos fuera de su rama o especialidad, y que han formado sendas escue- las. Ambos han sido igualmente combatidos y calumniados. Es indis- cutible la influencia que Freud va a tener en la Criminología. Aunque nació en Freiburg (Moravia), toda su vida la pasó en Viena, pues desde pequeño fue llevado ahí por su padre (segundo matrimonio, ya era abuelo) y por su madre (tenía 19 años). Fuera de sus estudios en la Salpctriére y en Nancy, y algunos viajes, pasaría en Viena "más de 50 años en la misma casa, trabajan- do en la misma habitación, ante el mismo escritorio".^** Descubrió las propiedades anestésicas de la cocaína, aunque su gran descubrimiento no le es atribuido, ya que un amigo suyo (Kol- 1er), basándose en lo avanzado por Freud, registró las aplicaciones en la cirugía oftálmica. Su vida, por demás metódica, transcurre entre el consultorio, la universidad y sus investigaciones. En la Universidad es totalmente bloqueado, no le permiten usar los laboratorios (pues ahí sólo se hacía psicología "seria y científica"), y si le permiten dar clases como profesor extraordinario es gracias a la presión de una paciente influyente. No lo admiten en la Sociedad Médica, y se convierte en la "bes- tia negra" de la Universidad de Viena, y como relata Stefan Z^veig: "Freud no ha sido nunca titular de una cátedra de profesor: ha sido 524 SZEKELY, BELA. Diccionario Enciclopédico de la Psique. Editorial Claridad. Bue- no» Aire», Argentina, 1W8, p. 272. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 369 siempre lo que era al principio: ¡Un profesor extraordinario entre los profesores ordinariosl" ^'^ Para 1908, con un pequeño grupo de amigos y alumnos, organiza un congreso en Salzburgo, y edita la primera revista psicoanalítica; en 1910 se realiza el segundo congreso en Nuremberg, y funda la Sociedad Internacional Psicoanalítica. Este es el momento más fuerte del movimiento psicoanalítico, con Bleuler, Jung, Ferenczi, Adler, Stekel, las publicaciones se multipli- can, son llamados a dar conferencias, etc. Después vendrá la fase antifreudiana, los ataques y las críticas abundan, los alumnos se separan, y la primera guerra mundial coope- ra para un estancamiento general. Pasó sus últimos años en Londres, ya que tuvo que abandonar Austria al ser ésta anexada a Alemania por Hitler. Los libros de Freud estaban en el "índice" nazi y fueron prohibidos y quemados. La producción de Freud es amplísima, y ha sido reunida en 30 tomos (sin contar correspondencia); en el desarrollo del capítulo iremos mencionando sus obras principales y aquellas que tienen ma- yor relación con la Criminología. XVI.3. EL PSICOANÁLISIS Antes de hacer un breve recorrido por las teorías freudianas, es necesario aclarar en qué consiste el término "psicoanálisis", ya que en realidad tiene tres acepciones diferentes: a) El Psicoanálisis es una compleja teoría, en principio enunciada por Freud (Psicoanálisis ortodoxo), y posteriormente reformada, adi- cionada, mejorada (y en ocasiones empeorada) por alumnos y se- guidores. b) El Psicoanálisis es una técnica de terapia muy elaborada, su origen se debe también a Freud, y busca básicamente mantener o recobrar el equilibrio intrapsíquico. c) El Psicoanálisis es una filosofía, una cosmovisión, y para algu- nas personas una verdadera religión. Esta última afirmación la hacemos basándonos en que, para que haya religión debe haber dogma, moral y culto, y el Psicoanálisis reúne los tres. B25 Z^VEic, STEFAN. Sigmund Freud. Editorial Diana, México, 1975, p. 60. 370 CRIMINOLOGÍA El Psicoanálisis es dogmático, ferozmente dogmático, podríamos agregar. Quizá el defecto más grave en Freud fue no aceptar la más mínima crítica a su edificio Conceptual; sus principios eran dogmas en los que debería creerse sin dudar. Por esto los alumnos y colegas van dejando, uno a uno, al intran- sigente maestro, Adler, Jung, Stekel, cada uno un nuevo dolor para Freud, que, firme como siempre, no acepta el diálogo. El dogmatismo psicoanalítico tiene una curiosa base: si se niega o se pone en duda alguno de los conceptos, esto es síntoma de que se padece, es decir, por ejemplo, si se niega el complejo de Edipo, esto es porque lo padecemos, y estamos usando un mecanismo de ne- gación. En cuanto a la moral freudiana, ésta existe y es rígida; una de las acusaciones calumniosas a Freud es la de ser "inmoral", y esto por atreverse a hablar de sexo, ya que "el problema de la sexualidad representaba para la ciencia el examen de las funciones del bajo vientre, lo cual era una cosa poco limpia y molesta".'*^ Freud jamás ha incitado a la lujuria, propuesto la promiscuidad, u organizado orgías, como algunos de sus detractores han afirmado. Si algún "seguidor" o pseudo analista lo ha hecho, esto es imbeci- lidad pura, y no atribuible a Freud. Finalmente, para hablar de religión es necesario el culto- y el "psicoanalizaos los unos a los otros" se convierte para algunos en un verdadero culto ritual. Es triste ver a personas que llevan "años" en tratamiento psico- analítico; esto ya no es tratamiento, es dependencia, y el psicoanalis- ta que mantiene así a un paciente (más bien el paciente está mante- niendo al psicoanalista), o es un inepto o no ha leído a Freud,^*^ o es lo que en Criminología llamamos un "criminal de cuello blanco". XVI.4. TEORÍA PSICOANALITICA Estudiemos ahora los puntos básicos de la teoría freudiana que tienen relación directa con la Criminología, o que han tratado de explicar en alguna de sus facetas al crimen. 326 ZWEIG. Op. Cit., p. 139. 527 Cfr. FREUD, SIGMUND. Técnica PsicoanaUtica. En Obras Completas, t. III. Edito- rial Biblioteca Nueva. Madrid, España, 1948, p. 3S7. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 371 XVI.4.1. PANSEXUAUSMO Toda la teoría freudiana gira alrededor del sexo; para Freud el sexo es el motor que mueve al hombre. Todo acto humano (y por lo tanto el delito, lo antisocial, lo desviado) tiene una base, un substrato, un significado sexual. El pansexualismo freudiano, en ocasiones algo tosco, es el punto que quizá le ha costado más críticas, y el concepto por el cual se separaron, en principio, la mayoría de los disidentes. XVI.4.2. L o s INSTINTOS El instinto básico es el "eros" o instinto de vida, instinto que es principal y básicamente sexual. A este instinto se opone el táñalos o instinto de muerte. La vida y la muerte, dos aspectos que se con- traponen. A veces nos movemos buscando la vida, a veces nos move- mos buscando la muerte. A veces es la vida o la muerte de los demás, y en ocasiones es la vida o la muerte propias. Esta idea de los instintos en teoría freudiana va a tener una re- percusión extraordinaria en Criminología, en cuanto se va a estudiar si efectivamente el hombre tiene un instinto de muerte, un Tanates, que lo lleva a destruir, a matar, a delinquir. Así surge la primera explicación psicoanalítica del crimen: se trata de im predominio del Táñalos sobre el Eros, de la muerte so- bre la vida. XVI.4.3. EL COMPLEJO DE EDIPO Basándose en una tragedia griega (magistralmente tratada por Sófocles), Freud desarrolla esta importante parte de su teoría. El rey de Tebas, Layo, es advertido por el oráculo que su destino es morir a manos de su futuro hijo, por lo que Layo manda matar al recién nacido Edipo, lo que no acontece, pues el encargado de ha- cerlo se arrepiente y da el pequeño a un pastor, que lo lleva a los reyes de Corinto, los que lo adoptan. Ya adulto Edipo va al oráculo de Delfos, el que le vaticina que su destino es matar a su padre y desposar a su madre. Edipo huye de Corinto para escapar de su destino, sin saber que en realidad corre hacia él. 372 CRIMINOLOGÍA En un cruce de caminos tiene un altercado con unos viajeros, matando a tres de ellos, entre los que está Layo, después se enfrenta a la Esfinge, monstruo que tenía aterrorizada a la ciudad de Tebas, entra triunfal a ésta y se casa con la viuda reina, Yocasta. Años después, al saberse la verdad, Yocasta, la esposa-madre, se mata; Edipo, el esposo-hijo, se saca los ojos y va a vagar acompañado por sus hermanas-hijas. Para Freud todos somos Edipo, al menos en la primera infan- cia, en que se desea sexualmente a la madre y se odia al padre (esto, al igual que el héroe griego, sin saberlo, inconscientemente). Esta fase debe ser superada (ver infra, etapas), de lo contrario el sujeto desarrollará una serie de anomalías, su personalidad estará mal estructurada, y podrá llegar al crimen, en ocasiones por senti- miento de culpa (ver infra). El criminal es pues, un sujeto que no resolvió su problema edípico. Lo anterior funciona para los hombres, y cuando Freud trata de explicar lo que pasa con el género femenino entonces derrocha ima- ginación, ya que dice que en realidad lo que pasa con las mujeres es que tienen un complejo de castración, es decir, que la niña, al observar al padre y a la madre, se da cuenta que seguramente ella, en alguna ocasión, tuvo un órgano sexual como los hombres, pero por desear a su mamá fue castrada y lo perdió. Entonces viene un fenómeno curioso, que la mujer va a temer y odiar al padre, porque subconscientemente cree que él es el castra- dor, y por otro lado lo va a amar por un fenómeno llamado "envidia del pene", es decir, va a amar al padre porque envidia sus órganos genitales (que sirven para poseer a la madre) ."^ XVI.4.4. LA UBIDO Dice Freud que, así como existe el hambre, en referencia al ins- tinto de nutrición, para el instinto sexual "la ciencia usa en este sentido la palabra libido".^^ La libido se va desarrollando conjuntamente con el indivi4uo y ese desarrollo debe ser paralelo, de lo contrario vendrán anomalías. 628 FREUD, SIGMUND. Nuevas Aportaciones al Psicoanálisis. En Obras Completas, t. II, Biblioteca Nueva. Madrid, España, 1948, p. 845. CM FREUD, SIGMUND. Una teoría sexual. En Obras Ctompletas, t. I, Biblioteca Nue- va. Madrid, España, 1948, p. 779. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 373 La libido debe tener una tendencia heterosexual, es decir, debe buscar un ser del sexo opuesto, de lo contrario, sea que se atrase, se adelante, se revierta o se extravíe, esto traerá problemas, entre ellos algunos que pueden considerarse criminales. Las equivocaciones y aberraciones sexuales son desviaciones de la libido, así, hay hechos que pueden ser parasociales o francamente antisociales, como el fetichismo, el lesbianismo, la homosexualidad, el bestialismo, la ninfomanía, la bisexualidad, etc., cuando afectan a un tercero. XVI.5. LAS ETAPAS DE DESARROLLO Ciertas partes del cuerpo están íntimamente relacionadas con la libido, éstas son llamadas "zonas erógenas", y para Freud hay un or- den de desarrollo, en el cual la libido se va fijando en las diversas zonas, haciendo de éstas el centro de interés del sujeto. De acuerdo a esto, pueden distinguirse las siguientes etapas: a) Oral. La boca es el primer centro de interés y de placer. El recién nacido chupa y mama, y Freud compara el estado de satis- facción del niño después de mamar con el relajamiento posterior al orgasmo. Esta etapa tiene como duración el primer año de vida, durante el cual el niño lleva, a la boca todo objeto posible. b) Anal. Posteriormente, el hombre va a pasar a una etapa "anal", donde la zona erógena principal va a ser el ano, y el placer más grande que va a tener el niño ya no va a ser tanto el chupar, el succionar, el lamer, o el morder, sino el defecar, sobre todo cuan- do llega a tener un correcto control de sus esfínteres, y entonces va a poder abstenerse de defecar para sentir un mayor placer después. La etapa anal se divide en "retentiva" y "expulsiva", y es en esta época donde va a aparecer la tendencia activa o pasiva del sujeto. c) Fálica. El interés es el pene (en la mujer el clítoris) y Freud encuentra la masturbación precoz. En esta etapa, al principio, el interés sexual es auto-erótico, pero pronto desemboca hacia los padres. Ésta es la etapa donde el Edipo es más claro, y la que causa ma- yores conflictos. d) Latericia. En esta etapa los deseos sexuales desaparecen, la libido queda adormecida y no es clara su situación. 374 CRIMINOLOGÍA Lo anterior sucede por el temor del niño a ser castrado (por el padre, en castigo por desear a la madre), y por el temor de que el pa- dre muera, por los deseos inconscientes del niño. En la niña, ya con complejo de castración, la etapa anterior se alarga, llegando más tarde a la latencia. e) Genital. Al llegar la adolescencia, renace el interés por los ór- ganos sexuales, y se busca ya propiamente la copulación genital. Al encontrar pareja se pierde el miedo a la castración en el hombre, y la mujer "descubre" el placer vaginal, resolviendo así su complejo de castración. Ahora bien, el sujeto puede no evolucionar y quedar "fijado" a una etapa anterior a la genital, lo que sucede por frustración en esa etapa o por excesiva gratificación. Esto puede explicar psicoanalíticamente algunos delitos y conduc- tas desviadas. Así, los sujetos "fijados" en la etapa oral caerán en desviaciones como el alcoholismo, en conductas como el tabaquismo y la onicofa- gia, o en delitos como injurias, calumnias o difamación. Como po- demos ver, el centro de placer es la boca. Por el contrario, el individuo fijado en la fase anal es el delin- cuente contra la propiedad, así como retiene el excremento (anal retentiva), así desea bienes materiales, el usurero, el ladrón, el defrau- dador, son tipos anales. Aquí se explica también cómo el ladrón gasta fácil lo que obtuvo fácil, con el mismo placer del niño al de- fecar (anal expulsiva). Los sujetos fálicos pueden ser los que cometen delitos sexuales del tipo violación, estupro, y el tan temido incesto, ya que no utilizan el pene para su función reproductiva, sino simplemente placentera. XVI.6. EL APARATO INTRAPSÍQUICO El aporte más señalado de la teoría freudiana al conocimiento psicológico es el descubrimiento del inconsciente y del llamado apa- rato intrapsíquico. Freud llama consciente a la representación que se halla presente en nuestra consciencia, mientras que denomina inconscientes "a aque- llas representaciones latentes de las que tenemos algún fundamento para sospechar que se hallan contenidas en la vida anímica".^" 830 FREUD, SICMUND. Metapsicologia. En Obras Completas, t. I. Biblioteca Nueva. Madrid, España, 1948, p. 1043. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 375 Así describe la llamada división topográfica (de topos, lugar) de la psique, que consiste en: a) Consciente. Es el damos cuenta, es el momento actual. b) Preconsciente. Es lo que podemos traer al consciente con un simple acto de voluntad. c) Inconsciente. Es lo olvidado, lo desconocido, lo no recono- cible. El inconsciente se convierte, en teoría psicoanalítica, en la parte más importante del psiquismo, es el lugar a donde van a dar todas las cosas inútiles, traumáticas o dañinas, es una especie de basurero gi- gante donde se manda aquello que nos avergüenza, nos molesta o nos angustia. Freud compara la personalidad con un iceberg, donde el incons- ciente es la parte sumergida, no es visible, pero existe, no se capta, pero su gran masa es lo que mueve la parte que puede apreciarse y que erróneamente creemos que es el todo, sólo porque es lo que co- nocemos. Las vivencias no desaparecen, no se "olvidan", van al inconsciente y viven ahí con gran dinamismo. Además, hay un "pensamiento" y un "sentimiento" inconscientes. Este descubrimiento abrió un mundo para exploración de la Cri- minología: todo delito tiene una motivación inconsciente, profunda, desconocida aún para el mismo criminal. Un nuevo golpe a las teorías del libre albedrío, una victoria para los deterministas: luego el hombre (y por lo tanto el hombre anti- social) no es libre, él cree que hace las cosas por su voluntad, pero en realidad es un juguete de su inconsciente. Además de la división topográfica, hay una división dinámica (de dí'namo-movimiento), que está compuesta de tres componen. tes:S3i a) El ELLO, que es el núcleo original (al nacer se es ELLO puro), donde residen los instintos, las tendencias, las pasiones, las pulsiones. Este componente busca y se rige por el principio del placer. b) El YO, que es "una parte del ELLO modificada", que está en contacto con el medio ambiente; se va formando al desarrollarse el individuo y se rige por el principio de realidad. 531 FREUD, SIGMUND. El Yo y el Ello. En Obras Completas, Biblioteca Nueva. Ma- drid, España, 1948, t. I, pp. 1213 y ss. 376 CRIMINOLOGÍA c) El SUPER YO, o ideal del YO, es una formación que se despren- de del yo, y es la introyección de la figura paterna. Esto se realiza durante la represión del Edipo, y mientras mayor haya sido éste, y mayor la represión, más fuerte será el Super Yo. El Super Yo sigue el principio del deber, y a él se atribuyen las funciones de autocrítica, aceptación de normas morales y formación de ideales. Así, de hecho, la primera hipótesis psicoanalítica en materia cri- minológica fue que el criminal era un hombre desprovisto de Super Yo."^ Después se comprobaría que muchos criminales están lejos de carecer de Super Yo, al contrario, hay algunos que tienen una hiper- moral justiciera. XVI.7. TÉCNICA P S I C O A N A L Í T I C A Hemos dicho que el Psicoanálisis, además de una teoría, es una técnica de terapia que se basa, desde luego, en la teoría. La técnica va surgiendo, al darse Freud cuenta que no todos sus pacientes eran hipnotizables, y que otros no podían recordar lo que habían relatado en estado hipnótico. Así se va desarrollando un método por el cual se puede penetrar a las instancias inconscientes, con el paciente en estado de conscien- cia. La teoría indica que si un enfermo logra hacer conscientes sus procesos inconscientes, y logra sacar a flote sus traumas, frustraciones, inhibiciones y complejos, en ese momento sanará. Para esto se pone el paciente en un diván, en un cuarto sin ador- nos y a media luz, y se le permite hablar de lo que mejor le parezca; a esto se llama asociaciones libres, y el analista va tomando notas para interpretar posteriormente. X V I . 7 . 1 . PSICOPATOLOGÍA DE t A VIDA COTIDIANA En este clásico estudio,''®^ Freud descubre que, en la vida diaria, todos tenemos pequeños síntomas de lo que acontece en nuestro in- consciente. 532 HESNAW), A. La obra de Freud. Fondo de Cultura Económica. México, 1972, p. 267. 633 FREUD, SIGMUND. Psicopatologia de la vida cotidiana. En Obras Completas, t. I. Biblioteca Nueva. Madrid, España, 1948, pp. 635 y ss. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 377 Así, se analizan los olvidos de nombres propios, de ciertas pala- bras o de eventos pasados. También los recuerdos infantiles, las equi- vocaciones orales y escritas, los errores conductuales y los actos fa- llidos combinados. Todas estas vivencias, que nos suceden varias veces al día. están íntimamente conectadas con núcleos inconscientes más complejos, a los que podemos llegar interpretando los actos fallidos. XVI.7.2. LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS Otra vía regia para conocer el inconsciente es el análisis de los sueños. Freud escribe un tomo sobre los sueños, que es una de sus obras más conocidas.^* En ella, el fundador del Psicoanálisis demuestra que el sueño es la realización inconsciente de un deseo frustrado, y que es el incons- ciente en vivo el que actúa durante el sueño. Freud se separa de las ideas de sus contemporáneos que creían que el sueño era un proceso físico inútil, y piensa que los antiguos tenían razón en cuanto a que los sueños son "interpretables". Así, uno de los puntos claves en la terapia psicoanalítica es el aná- lisis de los sueños. XVI.7.3. LA TRANSFERENCIA Llega un momento en el cual el paciente identifica al analista con alguien (generalmente el padre o la madre), y traslada hacia el ana- lista sentimientos y reacciones que corresponden al modelo elegido."^" Este es el momento clave de la técnica psicoanalítica, ya que se debe aprovechar para obtener el máximo de información, pero es también el más peligroso, pues la relación debe romperse y darse por terminado el análisis, pues a partir de este momento hay dependen- cia y los triunfos terapéuticos son pura sugestión. Por algo Freud afirmó que "En los primeros años de mi actividad psicoanalítica, me era dificilísimo mover a los enfermos a proseguir el tratamiento. En cambio, hoy me es mucho más difícil obligarles a darlo por terminado."^* 634 FREUD, SIGMÜND. La interpretación de los sueñoi. En Obras Completas. Biblio- teca Nueva. Madrid, España, 1948, pp. 233 y ss. 535 FREUD. Op. cit. (Técnica...), p. 321. £e« FREUD. Op. cit. (Técnica...), p. 338. 378 CRIMINOLOGÍA XVI.8. PSICOANÁLISIS CRIMINOLÓGICO En este apartado, hagamos un resumen y una crítica de las apor- taciones de Freiid a la Criminología. El pansexualismo parece ser el talón de Aquiles de la teoría freu- diana, y es inaceptable el que toda conducta antisocial tenga base sexual. Lo importante es el saber que no todo crimen puede explicarse simplemente, y que en ocasiones la explicación es diversa a la que aparentemente se presenta. Los instintos, el Tánatos y el Eros, están también a discusión, pero es innegable la aportación freudiana de la teoría de la destruc- tividad innata del hombre. Actualmente se sabe que el ser humano tiene, al igual que los animales, una fuerza interior que lo lleva a atacar, ésta es la agresividad, y es una fuerza psicológica al servicio del instinto de conseivación. Esta fuerza puede superar a los inhibidores y convertirse en agre- sión, y esta ser una conducta antisocial. El Complejo de Edipo, tan discutido, como nos recuerda Robles, "navega por la literatura como el buque fantasma por los mares: todo el mundo habla de él, algunos creen en él, pero nadie lo ha visto".^' Aquí el error es la generalización, el hecho de encontrar algunos casos altamente patológicos de deseo sexual a la madre y odio homi- cida al padre, no autoriza a afirmar que todos pasan por el mismo proceso. En nuestra opinión, Freud, con su genialidad, analiza su propio problema edipiano y lo generaliza (si todos lo tienen, no es patológico), resolviendo en esta forma su complejo de culpa por sus odios y deseos infantiles. Las etapas de desarrollo, y su aplicación a la Criminología, se desexualizan y toman una explicación más coherente en Adler, como veremos más adelante. El aparato intrapsíquico, con sus divisiones dinámica y topográ- fica, es sin duda el descubrimiento más revolucionario en Freud. Svi afirmación de que los crímenes tienen una explicación y una moti- vación profundas, es a todas luces verdadera. Ahora, gracias a las aportaciones freudianas. pueden hacerse di- námica de la conducta desviada, y entenderse muchos mecanismos que eran inexplicables para los primeros criminólogos. S37 ROBLES, OSWALDO. Freud a distancia. Editorial Jus. México, 1955, p. 56. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 379" La explicación del delincuente como un ser privado de "Super Yo", sería enunciada, al parecer, por primera vez en 1925 por Aichorn ^''~ y Freud, y desarrollada después por Alexander y Staub °^ (Ver infra). En varias partes de sus obras Freud se preocupa por el fenómeno criminal; señalemos los principales conceptos: "La sospecha, cada vez más fundada, de la falta de garantía de la prueba testifical", por los fenómenos del olvido, represión y error- en la reproducción."* En un principio, Freud se pregunta si el criminal es un neuró- tico, llega a la conclusión que difieren, pues en el neurótico, hay algo- secreto para su propia consciencia, en el criminal su hecho es secreto para los demás. El criminal difiere del neurótico en su desencadenamiento de la agresividad, en ese paso al acto, que el neurótico generalmente ima- gina, pero jamás llega a realizarlo. Para Freud existe una tendencia a repetir la escena traumática- para no sufrirla pasivamente. Esta es no solamente la explicación de la confesión, sino también del hecho de que el criminal regrese al lugar del crimen. El criminal se siente frustrado, es frecuentemente un justiciero- y se autolegitima. Una de las explicaciones más interesantes es la del delincuente- por sentimiento de culpabilidad.^^ Freud se sorprende por la gran cantidad de pacientes que confiesan haber cometido algún acto ilí- cito en su vida, y, después de analizarlos, llega a la conclusión de que "tales actos eran cometidos, ante todo, porque se hallaban prohibidos. y porque a su ejecución se enlazaba, para su autor, un alivio psí- quico". "El sujeto sufría, en efecto, de un penoso sentimiento de culpa- bilidad, de origen desconocido, y una vez cometida una falta con- creta sentía mitigada la presión del mismo. El sentimiento de cul- pabilidad quedaba así, por lo menos, adherido a algo tangible". 538 Cfr. HESNARD, A . Psicología del crimen. Editorial Zeus. Barcelona, España, 1974, p. 190. 539 ALEXANDER, FRANZ y STAUB, HUGO. El delinc^iente y sus jueces desde el punto- de vista psicoanalitico. Biblioteca Nueva. Madrid, España, 1961. 540 FREUD, SIGMUND. El diagnóstico de los hechos y el psicoanálisis (Conferencia). En Obras Completas. Biblioteca Nueva. España, 1948, p . 951. riU FREUD, SIGMUND. El delincuente por sentimiento de culpabilidad. En Obras- Completas. Biblioteca Nueva. España, 1948, p . 1001. 380 CRIMINOLOGÍA Así, en estos casos, se afinna que el sentimiento de culpabilidad existía antes del delito, y no procedía de él, antes por el contrario, si delito proviene del sentimiento de culpabilidad (el cual está pro- ducido, obviamente en Freud, por el inconsciente complejo de Edi- po). Finalmente unas palabras sobre la técnica psicoanalítica. Si la teoría freudiana es de gran utilidad para explicar algunas conductas desviadas, la técnica puede servir para afinar los sistemas de interro- gatorio a testigos, presuntos culpables, etc. La duda está sobre la aplicación de la técnica para terapia del su- jeto antisocial, al menos hay tres dificultades importantes: a) No bastaría ser psicoanalista para impartir terapia, se requiere una preparación criminológica específica. b) El problema del tiempo, pues un psicoanálisis, según opinión del mismo Freud, "precisa siempre períodos prolongados, desde un semestre hasta un año cuando menos". c) El costo, posiblemente el peor problema, ya que- para que un tratamiento resulte necesita ser pagado por el paciente, por lo ge^ neral éste (en nuestro caso un delincuente convicto) no tiene dinero. Si el gobierno pagara el análisis y suponiendo con optimismo que consiguiéramos analistas que cobraran, por decir algo, $ 300.00 sesión, tendríamos que cada análisis nos costaría $43,200.00 (tres veces por semana durante un año, o sea $ 1.382,400.00 (60*104,347 Dls.) anua- les para la población de sentenciados de la República Mexicana. d) Y por último, para hacer el psicoanálisis debemos contar con la voluntad del sujeto, y Freud afirmó que "En el psicoanálisis el enfermo nos ayuda a vencer la resistencia, pues espera del examen un beneficio: la curación; en cambio, el delincuente no colaborará con vosotros y trabajará contra todo su YO"."** XVI.9. ALEXANDER Y STAUB FRANZ ALEXANDER y HUGO STAUB, el primero médico psicoanalista, el segundo jurista, realizaron una obra que se ha convertido en clá- sica en nuestra materia, se trata de El delincuente y sus jueces des- de el punto de xñsta psicoanalitico, ya citada. 542 FREUD. Op. cit. {Conferencia), p. 955. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 381 En su obra tratan de resolver tres problemas básicos: a) ¿Qué es el sentimiento de la justicia conocido por el jurista- como sentimiento jurídico? b) ¿Qué es la criminalidad y quién es el criminal? c) ¿Qué hemos de hacer con el criminal? Alexander y Staub captan ya la crisis de la justicia penal, y pro- ponen la necesidad de la intervención del psicólogo para auxiliar al juez a interpretar los actos del criminal. Evolutivamente, consideran que en un principio no hay diferen- cia entre un criminal y un no-criminal (o "sano"), es hasta la lucha edipiana y el período de latencia donde se principian a diferenciar, pues el sano reprime sus tendencias antisociales o las dirige en u n sentido social (sublimación) > mientras que el criminal no lo hace. "La única diferencia que hay entre el delincuente y el hombre Jíormal consiste en que éste domina parcialmente sus instintos mo- tores criminales; pero los desvía hacia otros fines socialmente inno- cuos, adquiriéndose este dominio y esta desviación permanente de las tendencias primitivamente antisociales en el transcurso de la edu- cación del individuo. Por tanto, la diferencia entre el delincuente y el hombre normal representa, generalmente, no una falta congénita, sino un defecto de la educación, prescindiendo de casos límites que requieren un estudio particular"."^ La clasificación de criminales de Alexander y Staub es la si- guiente: 1. El criminal neurótico. Cuya conducta de enemistad social re- presenta el punto de escape del conflicto psíquico entre las partes^ sociales y asociales de su personalidad, conflicto que nace de influen- cias semejantes a las que producen la psiconeurosis y que tienen lu- gar durante la primera infancia o en la vida posterior (Etiología Psicológica). 2. El criminal normal. De estructura anímica semejante al hom- bre normal, pero identificado por la educación con modelos crimi- nales (Etiología Sociológica). 3. Además de estos dos grupos, condicionados psicológicamente, otro condicionado orgánicamente: el de los criminales a causa de pro- cesos patológicos orgánicos (Etiología Biológica) ."* M3 ALEXANDER y STAUB. Op. cit., p. 50. 644 Ibidem, p. 69. 382 CRIMINOLOGÍA Penológicamente, para los criminales neuróticos, los autores co- ¡mentados expresan que "nos atrevemos a proponer para estos casos una solución nueva y sencilla a saber: la abolición de toda medida expiatori • a y su sometimiento a un tratamiento educativo basado en -el Psicoanálisis"."® Para los demás infractores de la ley, se conserva la pena, conse- cuenci • a desagradable de su acto, con expiación y retribución. XVI. 10. THEODOR REIK THEODOR REIK fue el más íntimo colaborador de Freud, se hizo célebre por sus obras de psicoanálisis aplicado, para nosotros impor- tante. "El Impulso a Confesar""® y "Psicoanálisis del Crimen"."^ Cuando se efectúa un crimen, hay un delito, o sucede alguna miuerte sospechosa, el público en general se inquieta y desea que se "descubra quien es el culpable, anhela saber quien es el delincuente desconocido • . Reik analiza los problemas referentes a la búsqueda del criminal desconocido, partiendo de la base de que existe en el hombre un in- tenso interés por el crimen, difícilmente explicable en términos ra- cionales. Efectivamente es notable el interés por todo lo relacionado con el crimen, la nota roja de los periódicos, las películas y las no- velas policíacas, los procesos penales, etc. Los psicoanalistas interpretan esto como un sentimiento de culpa inconsciente, que tiene sus raíces en el complejo de Edipo. en el cual el niño desea a la madre y anhela dar muerte al padre. El interés de descubrir al criminal desconocido deriva del hecho de que dicho descubrimiento asegura que el culpable no somos noso- tros, y disminuye por lo tanto nuestro inconsciente sentimiento de culpa. Hay diferencias y semejanzas entre la investigación criminal y la psico-analítica, ya que donde termina la lógica principia el incons- ciente. Reik observa cómo el amor por la lógica en la investigación cri- minal es una de las fuentes mayores de error, porque se funda sobre 545 ALEXANDER y STAUB. Op. cit., p. 228. 546 REIK, THEODOR. L'lmpuho a Conjessare. Feltrinelli. Milano, Italia, 1967. 5-Í7 REIK, THEODOR, Psicoanálisis del crimen. Editorial Hormc. S. A. E. Buenos Aires, Argentina, 1942. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 383 el presupuesto equivocado de que la causa puede tener una cierta semejanza con el efecto, y que las reacciones humanas son dependien- tes de la lógica consciente, así, es común que se confunda la reali- dad psíquica con la material. Partiendo de la hipótesis freudíana del criminal por sentido de culpa, en el cual el sujeto delinque exactamente para ser castigado, Reik sostiene que este deseo de ser castigado, dependiente del senti- miento de culpa inconsciente, induce inconscientemente al criminal a actuar de manera tal que su crimen no sea jamás totalmente per- fecto, de manera que la autoridad investigadora lo pueda descubrir y por lo tanto castigar. En el criminal existe una tendencia consciente que lo empuja a cancelar todo indicio de su delito y una coacción inconsciente a con- fesar que lo induce a traicionarse. La confesión del criminal se guía sobre un inconsciente deseo de castigo, y en cierto modo el delito se repite parcialmente durante la confesión. La confesión del imputado no es jamás un consciente autoanáli- sis de los impulsos inconscientes que lo han conducido al delito; el criminal, en la mayoría de los casos, no sabe por qué ha realizado el hecho, y por lo tanto racionaliza su naturaleza. Si el criminal tiene el deseo inconsciente de ser castigado, es evi- dente que la pena tal como es actualmente concebida no puede servir como prevención general ni especial al crimen, y lejos de evitarlo lo favorece. El problema consiste en encontrar penas que vayan dirigidas no solamente al consciente, sino que pudieran controlar, en alguna for- ma, al inconsciente. CAPITULO XVII LA D I R E C C I Ó N PSICOLÓGICA (Principales escuelas) 1. Alfred Adler.—2. Cari Gustav Jung.—3. Escuela Reflexioló- gica.—4. El Conductismc—5. Teoría de la Gestalt.—6. Fenome- nología.—7. Psicología Anormal.—8. Psicología Radical.—9. Sa- muel Ramos.—10. México. XVII. 1. ALFRED ADLER ALFRED ADLER (1870-1937), Vienes, tuvo una infancia difícil, pues fue un niño débil y raquítico, lo que orientó sus preocupaciones so- bre el complejo de inferioridades físicas. Fue profesor del Pedagogium de Viena, y posteriormente del Long Island Medical College en Nueva York y de la Universidad de Colum- bia, (USA). Era ya un médico reconocido cuando se reunió con Freud, con- virtiéndose en uno de sus primeros seguidores, y trabajando en con- junto durante 10 años. (1902-1911). Su obra es abundante, y destacan: "Estudio sobre las Inferiori- dades Orgánicas" (1907), "El Carácter Nervioso" (1912), "El Co- nocimiento del Hombre" (1927), "El Sentido de la Vida" (1933). Se separó de Freud por claras diferencias en la teoría, que el fundador del psicoanálisis no podía aceptar; entonces Adler funda su propia escuela, la "Psicología Individual". La denominación de "Psicología Individual" dada a las teorías de Adler, no implican una oposición entre lo individual y lo colectivo, por el contrario, para Adler las influencias ambientales tienen una gran importancia, en realidad se usa individual, o "individuo", es 385 386 CRIMINOLOGÍA decir, aquello que es uno solo, lo indiviso, lo que no se haya divi- dido, lo que no puede dividirse sin perder su naturaleza. La psicología individual fija su atención en tres principios que determinan la conducta humana: 1? El sentimiento de inferioridad genético, orgánico o condicio- nado por la situación. 2? El esfuerzo por compensar este sentimiento de inferioridad por medio de la ambición de poder. 3? El sentimiento de comunidad, que atenúa el sentimiento de inferioridad y controla los impulsos de poderío. El sentimiento de inferioridad es universal en el hombre, para Adler todos nos sentimos inferiores con relación a algo o a alguien. Las primeras inferioridades provienen de las minusvalías físicas, en que hay algún órgano inferior, luego de la inferioridad real en que se encuentra el niño frente a los adultos. Como causas del complejo de inferioridad, Adler encuentra prin- cipalmente las minusvalías orgánicas y la inferioridad psíquica, poi carencia o deformidad de órganos, debilidad, de. los mismos, etc. Pero no son éstas las causas únicas, ya que las condiciones sociales y eco- nómicas, cuando son extraordinariamente contrarias al sujeto, le ha- cen fracasar, cuando en condiciones normales hubiera triunfado. Hay ocasiones en las cuales el sentimiento de inferioridad es tan prolongado, tan invencible' que ante la impotencia de superación se desarrolla un complejo de inferioridad.'^* Hay que distinguir pues la inferioridad propiamente dicha del sentimiento que produce tal inferioridad, del complejo, que es pato- lógico y que puede inmovilizar al sujeto. Ante el sentimiento de inferioridad puede reaccionarse en dos formas, o se enferma y entonces se atrae la atención de los demás, se les manipula y se ejerce poder sobre ellos, o se compensa entrando a una franca lucha por el poder. El hombre se halla siempre conducido por un afán de superiori- dad, la tendencia a la superación se convierte en la ley fundamental de la vida. El afán continuo de superación hace que el hombre busque con- tinuamente la perfección, pero al no encontrarla se siente inferior, surgiendo así el sentimiento de inferioridad, "ser hombre equivale 648 ADLER, ALFRED. El sentido de la vida. Miraclc, .Barcelona, España. 1970, p. 112, LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 387 a poseer un sentimiento de inferioridad que nos impele de continuo a su superación".*'*" Junto con el sentimiento de inferioridad y la tendencia a la su- peración, el sentimiento de comunidad viene a constituir un elemen- to básico para la interpretación adleriana. Este sentimiento se va formando en el individuo desde edad pe- queña, gracias a la influencia familiar, y cultivará su formación en la escuela y finalmente en la sociedad. El sentimiento de comunidad implica una idea de comunidad ideal, y en realidad debe interpretarse también como una búsqueda de la perfección. El sentimiento de comunidad puede verse seriamente alterado por factores endógenos, como malformaciones o minusvalías físicas, y por factores externos, como una mala educación, excesiva gratificación de los padres al hijo, excesiva severidad, etc. Veamos ahora, brevemente, cuáles son las diferencias básicas en. tre la Psicología Individual de Adler y el Psicoanálisis de Freud, para poder explicar la diferente concepción de crimen y criminal entre ellos. La primera es el rechazo al pansexualismo, el instinto sexual se ve substituido por el impulso de poder, es la ambición de poderío lo que mueve al hombre, el sexo no es más que una de tantas formas de poder. La segunda es la orientación finalista de Adler en oposición a la causalidad de Freud. Además de explicar la conducta por sus causas, Adler trata de explicarla por sus fines, llamando a esto el método teleológico o final: "no estamos en condiciones de pensar, de sentir, de querer, de obrar, sin tener un objetivo en nuestra mente".'*'* La tercera es la aceptación de los factores sociales en la forma- ción del carácter. Del esquema freudiano, Adler no acepta que la libido sea la fuente y causa efectiva de las manifestaciones de la neurosis. Acepta el Edipo, pero como una relación de poder, el niño ve en el padre al poderoso que lo hace sentirse inferior, y a la madre una fuente de gratificación que es deseada en exclusiva. B49 ADIXR. Op. cit., p. 75. 5Í50 ADLER, ALFKED. Teoría y práctica de la psicología del individuo. Editorial Paidós. Buenos Aires, Argentina, 1961, p . 23. 388 CRIMINOLOGÍA Las etapas son explicadas como fases de poder y no de desarrollo sexual, así, en la etapa oral el niño tiene poder en la boca y así lo ejerce, mamando, gritando, llorando; en la etapa anal se tiene poder sobre los padres por medio del control de esfínteres; en la fálica, el control de la orina; la latencia es una fase de ejercicio de todos los poderes (correr, hablar, jugar, etc.); y la genital trae el poder má- ximo: la procreación. Adler tuvo particular interés por el fenómeno criminal, visitó las cárceles, diferenció en ellas la población, dividiéndola en neuró- ticos y delincuentes, estudió criminales, etc. Veamos algunas de sus aportaciones en el terreno criminológico. El delincuente es un enemigo de la sociedad, y no lamenta su delito, le falta el interés social. El neurótico por el contrario, sí tiene interés social. Por lo anterior es más difícil regenerar a un criminal que a un neurótico. El criminal tiene una inteligencia privada, una lógica propia, rompe con la lógica de la vida. Los ladrones son los más difíciles de regenerar, de todos los cri- mínales (Adler fue amigo de varios ladrones). Las cárceles son universidades del crimen, y debe haber mejor tratamiento para los internos, debe ponerse más interés en recons- truir en ellos los valores sociales. Lo peor de las cárceles es la bruta- lidad o el aislamiento. El finalismo adleriano, en el que se consideran no tan sólo las causas, sino los fines, llevó en muchos aspectos a los criminólogos a preguntarse no solo el ¿por qué? del crimen, sino también el ¿para qué? de la conducta antisocial. Para Adler, "la mitad de los sujetos que llegan a cometer un de- lito son trabajadores sin una profesión determinada, que fracasaron ya en la escuela. Un gran número de los criminales detenidos por la policía sufren enfermedades venéreas, señal de la insuficiente solu- ción del problema del amor".'"*^ Según Adler el complejo de inferioridad adquiere gran impor- tancia porque de él pueden derivarse no solamente actitudes neu- róticas que pesan sobre la decisión criminosa, sino también altera- ciones de la personalidad que determinan reacciones delictuosas en un hombre que debe ser considerado como normal. 501 ADLER. Op. cit. (Sentido), p. 134. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 389 Por alguna inferioridad física y psíquica, el sujeto puede ser im- pulsado a acciones compensatorias y por un conflicto entre "un deseo en potencia" y "la necesidad de unirse al ambiente". Este complejo es con frecuencia alimentado por la condición de inferioridad en la propia familia, en otro ambiente social, exaspe- rando un estado neurótico a causa de esta subestimación de la pro- pia personalidad que excita rebeliones que pueden ser crimino- sas.s«2 Múltiples conductas desviadas son consideradas como síntomas de un complejo de superioridad que proviene del sentimiento de in- ferioridad y del escaso sentido de comunidad. El complejo de supe- rioridad del delincuente por lo común se forma sobre la base del sentimiento de inferioridad. Así, refiriéndose al delincuente, Adler dice que "su 'complejo de superioridad', procede de la convicción de que son superiores a sus víctimas y de que con cada delito que llevan a cabo les hacen una nueva jugada a las leyes y a sus defensores. En efecto, quizá no haya un solo criminal que no se jacte de haber cometido más delitos de los que se le acusa. El criminal realiza su delito en la seguridad de que no será descubierto si hace las cosas bien. Si es atrapado infra- ganti se verá completamente convencido de que lo que le perdió fue la omisión de algún nimio detalle",'^'^ Ahora bien, ttes son los problemas a los que se subordinan todas las funciones de la vida, y estos son: a) la vida social; b) el trabajo; c) el amor. La reacción ante estos tres problemas es lo que se deno- mina "estilo de vida". Cuando la reacción no es adecuada, el sujeto desarrolla conductas desviadas, la incapacidad para resolver la vida social, el trabajo y/o el amor, lleva al individuo a insuficiencias que se traducen en neu- rosis, perversión sexual, suicidio, criminalidad, etc. Adler, suponía que nuestro desenvolvimiento psíquico dependía principalmente del ambiente social, sugiriendo que la psique es, en gran medida, un producto hecho por el hombre, y que no depende- mos de una organización psíquica general, sino que cada individuo es diferente a los demás en relación con sus actitudes hacia el am- biente y de las de este último hacia la persona. Por lo tanto, es el primero en hacer una Psicología Criminoló- gica, es decir, en salirse de cerrados esquemas psicológicos para bus- 552 Cfr. ALTAVILLA. Op. cit. (Dinámica), p . 167. 5r.3 ADLER. Op. cit. (Sentido), p . 134. 390 CRIMINOLOGÍA car explicaciones más completas, bástenos reproducir el siguiente párrafo: "El hecho de que al investigar las causas de la criminalidad to- pemos a menudo con el ambiente pésimo que rodeaba al niño y de que la mayoría de los crímenes se cometan en cada ciudad en deter- minados distritos (pobres), no autoriza a sacar la conclusión de que la causa de la criminalidad sea la miseria, en cambio, es fácil com- prender que sería extraño que en tales condiciones se desarrollase normalmente el sentimiento de comunidad"."''* El sentimiento de comunidad es importante en la explicación adleriana del crimen, y en mucho viene a substituir la explicación de la carencia del Super Yo. El sentimiento de comunidad bien for- mado es un factor crimino-repelente, pero hay casos en los cuales se ve seriamente afectado por situaciones que hacen perder el control al individuo, como pueden ser las crisis económicas, la guerra, las revoluciones, etc. Los psicólogos individualistas, seguidores de Adler en cuestión Penológica, exigen que de la manera más operativa se sustituya la pena por apropiados tratamientos pedagógico-sociales. Para ellos la conducta del delincuente proviene del desaliento social, el individuo que ha violado la ley no debe ser más desalentado aún por la pena, sino al contrario, debe alentársele empleando medidas adecuadas para cada caso. La conclusión a la que se llega es lógica: si el delito es un fenómeno social morboso, debe combatírsele no con armas punitivas, sino con medios procedentes de la Psicología. XVII.2. CARL GUSTAV JUNG CARL GUSTAV JUNG nació en Suiza en 1875 y murió en 1961. Es- tudió en Basilea y en París con Janet y Bleuler, fue asistente en la clínica psiquiátrica de Zürich y profesor desde 1905. Presidió en Viena la Sociedad Internacional de Psicoanálisis has- ta que, en 1912, entró en conflicto con Freud fundando la "Psicolo- gía Analítica". Dentro de su obra podemos mencionar "Teoría del Psicoanálisis' (1917) ,^^^ "Psicología y Psicopatología de los Fenómenos Ocultos" 854 ADLER. Op. cit. (Sentido), p. 135. 055 Hay traducción al español: JUNG, CARL GUSTAV. Teoría del psicoanálisis. Plaza & Janes, Editores. Barcelona, España, 1969. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 391 (1902). Los Tipos Psicológicos, Contribuciones a una Psicología Ana- lítica. Jung negó la base sexual de la teoría freudiana, para él la sexua- lidad es tan solo una de las formas de la energía vital. El motor bá- sico puede ser la autoconservación. Los dos extremos son masculino-femenino e introversión-extrover- sión. Introversión implica un temperamento reservado, meditativo, dubitativo, defensivo; Extroversión, por el contrario, se expresa por un temperamento solícito, abierto, amable, adaptable, de fácil re- lación. Introvertido y Extrovertido pueden pertenecer a cuatro tipos: pen- sadores, sentimentales, intuitivos y sensitivos. Esta tipificación de Jung ha sido utilizada en Criminología y es útil para hacer clasificaciones. Expone que los aspectos inconscientes de la personalidad no son por fuerza indeseables, y en ocasiones estas potencialidades deben ser favorecidas y desarrolladas. Esto viene a cambiar algunos princi- pios analíticos, y viene a ser utilizado en Criminología en cuanto que la potencialidad criminal puede canalizarse hacia algo útil, y no necesariamente ser eliminada. Desexualiza la libido freudiana, afirmando que puede regresar más allá de la inffincia más lejana, manifestándose en "las huellas o vestigios de la vida ancestral", despertando así venerables y tenaces imágenes místicas: los arquetipos; da al inconsciente un papel pre- ponderante, diciendo que puede ser para el hombre una guía ines- timable, a condición de que sepa resistir los "extravíos del cons- ciente". Un aporte novedoso de Jung es su idea del "inconsciente colec- tivo", el que es en cierto aspecto hereditario, y constituye una rica herencia cultural, cada hombre revive ese inconsciente y puede en- riquecerlo a su vez, los recuerdos significativos de la humanidad for- man parte de la herencia de cada persona. Esto nos lleva a preguntar, de inmediato, si existe un "incons- ciente colectivo" de carácter criminal, o si pueden heredarse tenden- cias inconscientes de naturaleza antisocial. Así como encontramos símbolos y mitos semejantes en culturas de regiones muy alejadas entre sí, que sólo pueden explicarse (en Jung) por ser parte de la herencia humana, la similitud en la anti- socialidad ¿Seria prueba del inconsciente colectivo? ¿Estamos cerca de las ideas de atavismo criminal de otros autores? 392 CRIMINOLOGÍA XVII.3. ESCUELA REFLEXOLÓGICA Esta escuela tuvo su desarrollo en Rusia, y fue encabezada por Pavlov y Bechterew, elaborando una teoría neurológica del compor- tamiento humano. IvÁN PETROVICH PAVLOV (1849-1936) fue un notable fisiólogo que descubrió en 1890 los reflejos condicionados, estudió los diversos planos funcionales del sistema nervioso central y analizó la excitación y la inhibición. VLAMMIR MicHAELoviCH BECHTEREW (1857-1927) elaboró una teo- ría del condicionamiento, y aplica la fisiología para crear un sistema psicológico, materialista y mecanicista. La explicación del crimen deberá ser, por lo tanto, mecanicista, y la preocupación sería crear reflejos condicionados anti-crimen, es decir, respuestas inmediatas e inconscientes a un estímulo específico. Mira y López nos dice cómo la concepción neuro-reflexológica explica la ineficacia de las sanciones (penas y castigos) para conse- guir evitar la reincidencia: ésta requeriría la formación de un reflejo condicional negativo ante la situación delictógena, y para ello los estímulos inhibidores habrían de aplicarse de un modo que estuviese de acuerdo con las leyes de formación y extinción de dicho tipo de reflejo, lo que ahora, si por casualidad sucede, toda vez que la san- ción es siempre a posteriori, lejana y continuada (esto es, sin inter- valos) .'"* XVII.4. EL CONDUCTISMO El conductismo ha pasado por varias etapas de evolución; pue- den reconocerse básicamente tres, con diferentes implicaciones: ^'^^ a) El Conductismo clásico (1912-1930), con WATSON a la cabeza. Fue éste un período polémico en el cual se plantearon los programas de trabajo y se luchó contra los introspeccionistas. b) El Neoconductismo (1930-1950), tuvo su principal exponente en G. L. HULL. Se buscó formar una teoría centífica de la conducta desde el punto de vista hipotético-deductivo. 036 MIRA Y LÓPEZ. Op. cit., p. 14. B37 ARPILA, RUBÉN. LOS pioneros de la Psicología. Editorial Paidós. Buenos Aires, Argentina, 1971, p . 82. LA. DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 393 c) Ampliación del Conductismo (1950). Los límites se exten- dieron notoriamente. Se trataban problemas antes considerados men- talistas. JOHN BROADUS WATSON (1878-1958), psicólogo norteamericano, puede considerarse el fundador del Conductismo o Behaviorismo, que parte de negar la existencia de la mente, lo consciente, el inconscien- te, etc. Sólo existe lo observable y medible, y los únicos métodos válidos son la observación, los test, los reflejos condicionados y los informes verbales (sic). El objeto de la Psicología, para Watson, es el estudio de la rela- ción constante entre una reacción y una situación, entre la respuesta y el estímulo. El hombre no es más que un conjunto de reflejos innatos y con- dicionados, y la finalidad de la Psicología conductista es la modifica- ción de la conducta a base de aprender y desaprender. Watson negó toda influencia de la herencia en materia psicoló- gica, así como la existencia de los instintos, posterioraiente recono- ció haber exagerado en lo relativo a los instintos, pero que lo había hecho para hacer salir a las gentes de su "estancamiento". De acuerdo con el Conductismo, las categorías mentales (cons- ciencia, sentimientos, etc.), no pueden ser objeto de la Ciencia Psi- cológica, considerándolas únicamente una categoría filosófica. Watson afirmaba que podía hacer de cualquier bebé sano, crián- dolo en un mundo adecuado, cualquier cosa: "un médico, un abo- gado, un artista, un gran comerciante, y aún un mendigo o un la- drón, con completa independencia de sus talentos, predisposiciones, inclinaciones, aptitudes y ascendencia". Lavastine y Stanciu han dicho que "Tenemos la impresión de que Watson mira desde muy lejos a la especie humana. La distancia hace desaparecer los detalles".^'*^ El neoconductismo corrigió algunas de las exageraciones watso- nianas como la negación de la mente o de los instintos, continuó los experimentos con animales y extendió el método y las leyes de la conducta animal al nivel humano. Las aportaciones más importantes para el renacimiento del con- ductismo se deben sin duda alguna a BURRHUS FREDERIC SKINNER (1904) psicólogo norteamericano, profesor de la Universidad de Har. 538 LAVASrrlGNE & STANCIU. Op. cit, p . 94. 394 CRIMINOLOGÍA vard desde 1948, y autor de múltiples obras (Walden Two,"^* Science and Human Behaviour,^**' etc). Skinner experimenta para demostrar que el comportamiento de los organismos está controlado y determinado por factores del medio ambiente, pero ya no niega la existencia de manifestaciones internas de conducta. La base primitiva de estímulo-respuesta, condicionamiento y re- forzamiento, continúa siendo utilizada por Skinner, para explicar la conducta antisocial: "De las relaciones de control surgen relaciones más sistemáticas entre personalidades. En el autocontrol, por ejemplo, las respuestas que hay que controlar se hallan organizadas alrededor de ciertos re- fuerzos primarios inmediatos. En la medida en que la lucha por el refuerzo hace que esta conducta sea aversiva para los demás --y sólo en esta medida— podemos hablar de una personalidad antisocial, el ello o el viejo Adán. Por el contrario, la conducta que ejerce control, engendrada por la comunidad, consiste en un grupo seleccionado de prácticas desarrolladas en la historia de una cultura determinada a causa de su efecto sobre la conducta antisocial.^^ "Hemos visto que los castigos convierten los estímulos genera- dos por la conducta castigada, en aversivos. Cualquier conducta que disminuya esta estimulación se encuentra, por tanto, reforzada de modo automático. Entre los tipos de conducta más susceptibles de generar estímulos aversivos condicionados como resultados del casti- go se halla la conducta de observar el acto castigado o de observar la ocasión para el mismo o cualquier tendencia a efectuarlo. Como resultado del castigo, no solamente llevamos a cabo otra conducta con exclusión de las formas castigadas, sino que llevamos a cabo con exclusión del conocimiento acerca de la condición castigada. La reacción puede empezar simplemente por no querer pensar en la conducta que ha llevado a consecuencias aversivas, puede luego pasar a la etapa de no pensar en ella y finalmente puede alcanzar el punto en el que el individuo niega haberse comportado de aquel modo, cuando se le muestra una prueba de lo contrario".'^®^ Como podemos ver, Skinner parte del concepto watsoniano y con- sidera que lo importante en Psicología es el estudio de los "refuer- BSO SKINNER, B . F . Walden -dos. Editorial Fontanella. Barcelona, España, 1971. 5«0 SKINNER, B . F . Ciencia y conducta humana. Editorial Fontanella, Barcelona, España, 1964. 561 SKINNER, B . FREDERIC. Op. cit. (Ciencia y-.-), p . 273. 962 SKINNER. Op. cit. (Ciencia...), p . 276. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 395 zos" que tienden a configurar el comportamiento humano y la forma de aplicación de dichos refuerzos. Así, la Criminología viene siendo la ciencia del "control social" el cual se logra por medio de "refuerzos", sin embargo, Skinner afir- ma que "todas las personas controlan y todas son controladas", es decir, que en cierta forma el criminal controla a la sociedad tanto- como éste trata de controlarlo a él. La Criminología se interesó ampliamente por esta tendencia, ob- teniendo logros principalmente en el aspecto de emociones, hábito criminal, interrogatorio criminal, etc. Sin embargo, los logros en cuanto a transformaciones de la con- ducta no han sido tan espectaculares como se esperaba, y actualmen- te se piensa que el hombre es algo más que esa máquina cuya con- ducta pueda modificarse con cierta facilidad. Uno de los problemas del conductismo es el de carecer de una teoría del hombre, por lo que sólo ve el comportamiento, y en oca- siones está falto de significado teórico que se disimula por formula- ciones matemáticas impresionantes que sólo resuelven problemas su- p>erficiales. El Conductismo tuvo un gran éxito, principalmente por su expli- cación simplista: El hombre no es más que una máquina de reflejos y hábitos, que está compuesta de órganos, nervios, visceras, múscu- los, etc. Comprendiendo las partes de la máquina se puede compren- der la conducta. La simple observación de la conducta externa de delincuentes (o presuntos delincuentes) que están recluidos en institución privativa de libertad, ha demostrado la fragilidad de las conclusiones de Tos- observadores (ya decían los clásicos que los peores delincuentes son los mejores reos). La "modificación de conducta" por medios conductistas (econo- mía de fichas v/gr) ha dado resultados con niños y con débiles men- tales y otros anómalos, pero está muy lejos de ser satisfactoria en su aplicación a antisociales. El uso de premio-castigo, alabanza-amenaza (que además es viejo» como el hombre mismo), ha logrado tener tranquilos a los reclusos,. que de esta manera hacen más llevadera su vida en prisión, pero> que en forma alguna los adapta a la vida en libertad. Actualmente, y tal como se concluyó en las Reuniones Preparato- rias para el VI Congreso de Naciones Unidas para Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, "Hay considerables dudas. 396 CRIMINOLOGÍA acerca del derecho de usar técnicas de modificación de conducta" (behaviour modification techniques) .'^^ Además, se reconoce ya el derecho de los presos a aceptar o no un • a determinada forma de tratamiento. XVII.5. TEORÍA DE LA GESTALT De origen alemán, esta corriente fue fundada por MAX WERTHEI- MER (1880-1934), y sus representantes claves son WOLFGANG KOHLER (1887-1967), KuRT KOFFKA (1886-1941) y KURT LEWIN (1890-1946). Para la teoría de la Gestalt o psicología de la forma, un fenómeno psíquico es en sí una unidad vital, que no puede descomponerse con el análisis sin perder su esencia. Todos los fenómenos psicológicos, hasta la más sencilla sensación, «on un complejo o estructura (Gestalt), por lo tanto cada fenómeno psicológico es algo nuevo, diferente de los elementos que han deter- minado su producción. El crimen es en sí una estructura (Gestalt) que no puede ser des- menuzada o descompuesta para ser enjuiciada."^ Para la teoría de la Gestalt las cualidades globales tienen muy especia • l relevancia y son distinguidas en tres grupos: ***** a) Las estructurales (fedondo, cuadrado, abierto, cerrado, inmó- vil, móvil, veloz, lento, etc.). b) Las constitutivas (duro, blando, lúcido, opaco). c) Las expresivas (solemne, amigable, amenazador, alegre, triste, etc.). En el campo de la percepción, para conferir determinados perfi- les, interviene la diversa receptividad individual: mientras que en determinados sujetos resultan dominantes las estructurales, en otros prevalecen las expresivas, vistas aún en los objetos inanimados. Los objetos pueden adquirir vida personal y suscitar sentimientos de ira, de amor o de castigo. Debe separarse la percepción de la acción. La percepción prepara y regula la acción, está destinada a hacer posible el adaptamiento del ser viviente a su medio ambiente. 6«3 ONU. A/CONF.87/BP/1. 1978. p. 16. 564 Cfr. MIRA, p. 13. 565 Cfr. DE VINCENTIIS, JOVANNI; SEMERART, ALDO. Psicopatología e norma giwidica. Edizioni. PEN. Roma, Italia, 1968, p. 35. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 397 Cambios de los hechos reactivos pueden ser debidos a cambios d e la situación, objetivos y subjetivos. La modificación de la conducta es considerada en relación con la- estructura de la situación perceptiva entre el Yo y el mundo, y puede- dar vida a una. actividad criminal.**** El criminal no reacciona a estímulos específicos, sino a la confi-, guración u organización total de objetos que los rodean. Estas con- figuraciones o Gestalten son verdaderos elementos mentales. Por esta razón la Psicología de la Gestalt estudia la organización de estas ex- periencias unitarias, como se producen las "leyes" que gobiernan sus cambios y de qué factores dependen."**^ Los psicólogos de la Gestalt han criticado duramente a los con- ductistas, pues piensan que la conducta humana, y por lo tanto la conducta antisocial, es algo complejo, organizado, extenso, y no es posible reducirla a una simple concatenación de estímulo-respuesta. XVII.6. FENOMENOLOGÍA EDMUND HUSSERL (1859-1938) desarrolla el método tenomenoló- gico como propedéutico de todas las ciencias, y su aplicación va a ser impjortante principalmente en Psicología, pasando de ahí a la- Criminología. La fenomenología consiste en una investigación sistemática de fe- nómenos y experiencias conscientes, tal y como ocurren en la expe- riencia, es decir, sin implicaciones. La fenomenología representa un voto de humildad al iniciar cada investigación, y no ir con ideas preconcebidas; como diría Claudio- Bernard, "quedarse con los hechos y dejar a un lado la teoría". En la metodología fenomenológica no se aprenden mecanismos- de catalogación, y se busca el evitar casilleros, clasificaciones, etique- tas. También se evita toda idea mecanicista, tratándose del hombre, lo mecanicista resulta cómico. FRANZ VON BRENTANO (1838-1917), fue el precursor de la fenome- nología, al recalcar la importancia de la intencionalidad: ¿qué que- remos? es la pregunta básica. B66 D E ViNCENTiis, SEMERART. Op. cit., p. 40. M7 Cfr. GARBET, HENRY E Las grandes realtíociones en psicología experimental. Fondo de Cultura Económica. Biblioteca de Psicología y Psicoanálisis. México, 1975. p. 88. 398 CRIMINOLOGÍA El hecho humano es ante todo intención, pero además tiene un contenido; intención y contenido son dos de los problemas claves en el estudio de la conducta criminal. Muchos pensadores han seguido las pautas husserlianas, así: Max Scheler, Heidega^er, Reinach, y Stein en filosofía y psicología, y en materia criminológica Von Hentig, Von Weber y Middendorff; Hes- nard ha desarrollado la fenomenología en la Psicología Criminológica, al igual que Semerari, Vincentiis y Citterio. Es de aclararse que, así como hay diferencias notables y aún serias discrepancias entre los psicoanalistas, las hay entre los fenome- nólogos; la gama es bastante amplia, veamos algunos conceptos co- munes a los fenomenólogos y neo-fenomenólogos. El ser humano sólo puede serlo "en situación", así, es de parti- cular importancia y punto de partida la situación humana, enten- dida como un complejo de relaciones establecido entre un sector de- finido del horizonte funcional de las posibilidades del ser humano y un cierto sujeto respecto del cual el horizonte es situacional. KARL JASPERS (1883-1969), el gran existencialista, desarrolló la teoría de las situaciones "límite" en la existencia humana (que des- pués estudiaría Gabriel Marcel). Las situaciones límite son la muerte, el dolor y el pecado, enten- diendo éste como infracción, equivocación o error. Así, el crimen es una situación límite, es una vivencia persona- lísima y terrible, y dentro de la dinamicidad de la vida, irrepetible. Desde la perspectiva fenomenológica, para comprender el fenó- meno criminal, se debe penetrar la subjetividad del ser humano, con- siderando a éste dentro de su situación. Además de la situación, es fundamental para la fenomenología el problema de la relación con los demás, de la comunicación, de la Jn- tersubjetividad. El crimen es exactamente la anti-relación, es la ruptura de la co- municación, es la interrupción del lazo interhumano, por esto la fenomenología ha aportado notables conocimientos a la Criminolo- gía, ha superado el determinismo freudiano y el mecanicismo conduc- tista, para transformar la Psicología en Psicología Social, sin despre- ciar la introspección y sin olvidar las demás técnicas. Una Psicología Criminológica de corte fenomenológico, sería una ciencia: LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 399 a) De los ejemplos, tiende al.análisis del caso concreto. h) De la intuición, se tiene una visión más discreta de la inteli- gencia; esto no implica que la inteligencia se descarte, sino tan solo que se acepta el conocimiento empalico, ya que la intuición capta significados de inmediato. c) De los significados; todo fenómeno es un signo. Se debe prin- cipiar sin interpretaciones. d) Descriptiva por excelencia. XVII.7. PSICOLOGÍA ANORMAL Para esta escuela todo conflicto con las leyes que regularizan la vida social presupone una anormalidad, ya que nos encontraremos ante mentes normales colocadas ante situaciones anormales, o ante mentes anormales colocadas en situaciones normales, o mentes anor- males colocadas en situaciones anormales. El problema no es descubrir qué personas son normales y cuáles no, sino qué clase y grado de anormalidad son los propios de cada persona. Puede considerarse como principales direcciones psicopatológicas: A) Somatológica Se propone sobre todo la finalidad de objetivar el fundamento or- gánico de las formas mentales y, por lo tanto, estudia las relaciones entre psique y soma. Pueden a su vez distinguirse: a) Anatomopatológico. b) Organicista Humoral. c) Constítucíonalista. B) Psicológica Los fenómenos morbosos son interpretados como disturbios que tiene el cerebro o como desórdenes que tiene el organismo psíquico constituido de la mente. C) Fenomenológica a) Fenomenología Psicopatológica Estructural, que se basa en el conocimiento antropológico, y se propone la finalidad de llegar a la esencia de los disturbios mentales. 400 CRIMINOLOGÍA b) Antropoanálisis, que retiene que cada manifestación humana termina por perder su esencia si es encuadrada en el ámbito de esqije- mas teóricos preconcebidos. XVII.8. PSICX)LOGIA RADICAL Nos interesa el movimiento de Psicología Radical en cuanto que ha tenido importantes repercusiones en la Criminología, planteando problemas más que aportando soluciones, pero llamando la atención sobre temas ya olvidados, sobre asuntos nuevos, y cuestionando solu- ciones que parecían satisfactorias. La Psicología Radical no agrupa a un grupo heterogéneo, pues además de los psicólogc» hay autores que vienen del área sociológica (Goffman, Scheffe) y otros del área psiquiátrica (Szasz, Laing, Coo- per, Estcrson). Esta corriente principió criticando la Psicología tradicional e in- dividualista, para pasar a interesarse por el papel del psicólogo en la sociedad, deduciendo que se trata de un técnico manipulador al servicio de las clases dominantes. Así, el psicólogo clínico debe "adaptar" al paciente a la sociedad; el psicólogo industrial hacer "confortable" el trabajo y evitar cual- quier protesta laboral; el psicólogo publicitario vender haciendo creer a las gentes que tendrán éxito financiero y/o sexual; el psicó- logo escolar disuadirá a los estudiantes de pertenecer a grupos de oposición; los psicólogos militares quitan los complejos de culpa a los soldados; el psicólogo experto en modificación de conducta tra- bajará en las cárceles para modificar las conductas que intenten cam- bios radicales, etc.''** Esta corriente considera que la teoría psicológica actual es en realidad una ideología, un esquema codificado de control social, y que la Psicología Radical es en realidad una fuerza revolucionaria y no un movimiento académico. A la Psicología Radical se sumó la "Antipsiquiatría", fundada por R. D. LAINGJ DAVID COOPER y AARÓN ESTERSON, y reforzada por BERKE, BARNES y los BASAGLIA. o«8 Cfr. BROWN, PHIL. Radical Psychology. Harpcr Colophon Books. USA, 1973, p. XV. LA DIRECCIÓN PSICOLÓGICA 401 LAING, con BiNswANGER, provenían de la corriente existencial-fe- nomenológica, por lo que luchaban contra las etiquetas y los casi- lleros. CoopER va más allá, pues en su libro "Psychiatry and Anti-Psy- chiatry", pone en duda el concepto de enfermedad mental, denuncia la violencia de los psiquiatras para mantener el status-quo, y pro- pone la abolición de la familia como paso previo a toda solución.^"* SZAZ ha explorado el contexto social de la enfermedad mental, y diferenciando las enfermedades del cerebro de aquellas de la mente, llega a la conclusión de que la "enfermedad mental" es un mito, una metáfora, tal como antes se habló del demonio y de las brujas, por lo que no hay que exorcizar ni curar, sino realizar cambios socia- les.s'^o Así por ejemplo, la mujer es castigada por ciertas conductas se- xuales que son permitidas a los hombres, y estos castigos consisten en muchos casos en llevarla a un psicólogo o psiquiatra, convirtiendo así un problema social en un problema psicológico. Para Szasz "la relación entre la enfermedad del cuerpo y la enfer- medad mental es similar a aquella entre un televisor que no funciona y un mal programa televisivo".^''^ ERVING GOFFMAN, en su importante obra "Internados", hace una crítica despiadada a las "instituciones totales", entendiendo por éstas "un lugar de residencia y trabajo donde un gran número de indivi- duos en igual situación, aislados de la sociedad por un período apre- ciable de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria, admi- nistrada formalmente".°'^2 En este concepto se engloban cárceles, asilos, hospitales psiquiá- tricos, reformatorios, casas-hogar para menores, etc. Goffman describe cómo el "Yo" se va deteriorando, contaminan- do, al desbaratársele precisamente aquellos actos que en la sociedad civil cumplen la función de demostrar al actor, en presencia de tes- tigos ocasionales, que tiene cierto dominio sobre su mundo, que es 669 CoopER, DAVID. Psychiatry and Anti-Psychiatry. Travistock. Londres, Inglate- rra, 1967. 570 Cfr. SZASZ, THOMAS. The Myth of Mental lUness. En Radical Psychology. Harpeí Colophon Books, USA, 1973, pp. 7 y ss. Svi SZASZ, THOMAS S. La Psichiatria a Chi Giova? En Crimini di Pace. Einaudi, Editore. Torino, Italia, 1975, p. 438. S72 GOFFMAN, ERVING. Internados. Ensayos sobre la situación social de los enfer- nos mentales. Amorrortu Editores. Argentina, 1972. 402 CRIMINOLOGÍA una persona dotada de la autodeterminación, la autonomía y la li- bertad propias de un adulto.''''^ Al señalar el daño psicológico a los internas, Goffman pone en duda la utilidad del tratamiento institucional. THOMAS SCHEFF, descarta también el concepto de "síntoma psi- quiátrico", por considerar que esto implica una petición de princi- pio, pues supone una enfermedad subyacente cuya existencia, en la mayoría de los casos, no ha sido demostrada. Diferencia todas las violaciones de las normas que tienen alguna etiqueta específica (crimen, ebriedad, perversión) de aquellas que pueden llamarse "transgresión de las reglas residuales" y que antes se llamó brujería, posesión diabólica o síntoma psiquiátrico. Esta transgresión puede provenir de cuatro fuentes: orgánicas, psicológicas, stress y actos volitivos de innovación o desafío.^^* XVII.9. SAMUEL RAMOS Uno de los autores que con mayor precisión (y crueldad) ha ex- plorado el alma del mexicano es, sin lugar a dudas, el maestro SA- MUEL RAMOS (1897-1959). De su obra nos ocuparemos principalmente de El Perfil del Hotri' bre y la Cultura en México/''^ por su aplicación criminológica. En su capítulo Psicoanálisis del Mexicano, RAMOS parte de la idea de un complejo de inferioridad colectivo, producto de siglos de mestizaje, colonización y dominio. Para su análisis, el maestro Ramos divide la población en cuatro: el indígena, el "pelado", el citadino y el burgués. El "pelado" representa las clases más menesterosas de la sociedad, "en la jerarquía económica es menos que un proletario y en la inte- lectual un primitivo",*"* como la vida le ha sido hostil por todos lados, su actitud ante ella es de resentimiento. Es un individuo que lleva, como su nombre lo indica, su alma al descubierto, sin que nada esconda en sus más íntimos resortes. Vive en una constante irritabilidad que lo hace reñir con los de- más por el motivo más insignificante. El "pelado" busca la riña como BIS Jbidem, p. 53. 874 SCHEFF, THOMAS. El rol del enfermo mental. Amorrortu Editores. Argentina, 1970. 576 RAMOS, SAMUEL. El perfil del hombre y la cultura en México. Espasa Calpe. (\rgentina, 1952. (Hay edición de la UNAM.) B7« Ídem, p. 54. LA DntECClÓN PSICOLÓGICA 403 un excitante para elevar el tono de su "Yo" deprimido. "Es como un náufrago que se agita en la nada y descubre de improviso una tabla de salvación: la vírilidad".'^'^ Este hombre, con dos personalidades opuestas, una real y otra ficticia, oculta, que eleva el tono psíquico deprimido de la primera, usa el "machismo" como ardid para ocultar sus sentimientos de me- nor valía, agrediendo continuamente. El indígena se aparta, y es "como un coro que asiste silencioso al drama de la vida mexicana".^"* El citadino tiene como característica clave la desconfianza, tiene una actitud negativista, así "la vida mexicana da la impresión, en conjunto, de una actividad irreflexiva, sin plan alguno"."'* Una nota íntimamente relacionada con la desconfianza es la sus- ceptibilidad, "ya no espera a que lo ataquen, sino que él se adelan- ta a ofender. A menudo estas reacciones patológicas lo llevan muy lejos, hasta a cometer delitos innecesarios".^^ El burgués disimula de un modo completo sus sentimientos de inferioridad, de manera que es fino y atento, con una cortesía a me- nudo exagerada. Construye una imagen conforme al deseo de superioridad, lo que demanda una atención y un cuidado constante en sí mismo, huyendo de su verdadero "Yo" para refugiarse en un mundo ficticio e indi- vidualista. Aquí, la susceptibilidad es hacia la crítica, paralizando la auto- crítica. "No admite, por lo tanto, superioridad alguna y no conoce la veneración, el respeto y la disciplina. Es ingenioso para desvalorar al prójimo hasta el aniquilamiento. Practica la maledicencia con una crueldad de antropófago".^*^ Como puede observarse en este apretado resumen, la obra de Ramos está llena de conceptos de gran utilidad para la comprensión de las motivaciones psicológicas de la criminalidad en México. Los altos índices de criminalidad en nuestro país (Ver Cap. XXI) no pueden explicarse por causas puramente sociológicas o económi- 577 ibídem. 578 R A M O S . . . Op. cit. (El perfil...), p. 58. 679 ídem, p. 59. seo Ídem, p. 60. 581 RAMOS. Op. cit. (El perfil...), p. 65 404 CRIMINOLOGÍA cas, hay países en situación similar o peor, que sin embargo no de- muestran una agresividad tan marcada. Debemos auxiliarnos, por lo tanto, en conocimientos psicológi- cos para dar explicación integral del fenómeno; es indudable que Ramos ha abierto una veta inapreciable para la exploración crimino- lógica. XVII. 10. MÉXICO Se han realizado varios estudios por lo general con base psico- analítica, estos parten de la trascendental obra de SAMUEL RAMOS "El Perfil del Hombre y la Cultura en México". ANICETO ARAMONI, en su "Psicoanálisis de la cttndmica de un pue- blo" '*2 hace un amplio estudio sobre el fenómeno del machismo. Partiendo del estudio de los pueblos indígena (principalmente azteca) y español, analiza el mestizaje y sus consecuencias psicoló- gicas explicando cómo la integración padre español conquistador, señor admirado, y madre indígena conquistada e infravalorada, lleva al mestizo a sentimientos ambivalentes, a inseguridad y a afirmación de la figura masculina, sobre la femenina, formándose así el ma- chismo. Aramoni concluye su obra afirmando: Es claro que la criminalidad en México tiene causas muy diver- sas y complejas. Debe considerarse, sin embargo, que el machismo puede por sí solo explicar el porcentaje mayor que en cualquier otra porción del universo. Dirimir cualquier dificultad mediante golpes, herida o muerte, hace la situación de un país grave. Se dilapida lo más valioso que existe: la vida en sí y la vida del hombre, que constituye la riqueza máxima de la humanidad.^*^ Ya SANTIAGO RAMÍREZ había explorado por estos senderos en su obra El MexicanoJ^^ donde hace una revisión histórica para expli- car las pautas dinámicas en la organización de la familia mexicana. B82 ARAMONI, ANICETO. Psicoanálisis de' la dinámica de un pueblo. (México, T i a r a de Hombres), B. Costa-Amic, Editor. México, 1965. 888 ARAMONI. (Psicoanálisis...), p. 320. 884 RAÜÍÍHEZ, SANTIAGO. El mexicano. Psicología de sus motivaciones. Editorial Pax- México, S. A. México, 1959. LA DnUECCiÓN PSICOLÓGICA 405 Estudiando 10,000 historias clínicas del Hospital Infantil, y 135 familias proletarias, se encuentra que en el 32% de los casos el padre está ausente y la mujer carece de esposo, el número de embarazos es de 5.8 por madre, y de niños por familia es de 5, Esto implica una intensa relación madre-hijo, una escasa relación padre-hijo, y una ruptura traumática de la relación madre-hijo ante el nacimiento del hermano menor. Ramírez siguió algunos niños para ver los resultados de su situa- ción familiar, encontrando robos, daño en propiedad ajena, forma- ción de pandillas, etc. De adulto el hombre abandonará, reivindicando en su conducta el haber sido abandonado de niño, y reproduciendo la conducta que introyectó en su infancia. FRANCISCO GONZÁLEZ PINEDA hace el estudio de la Psicología del Mexicano con un enfoque de psicología social,®*'* considerando a la Iglesia y al Estado como un "Super Yo" nacional, y analizando los conflictos entre ambas instituciones y de ellas con el ciudadano. En su libro El Mexicano, Psicología de su Destructividad, expo- ne: "En el terreno criminal, los delitos basados en mentira, engaño, fraude, etc., se multiplican hasta el infinito, y la vida de los que los cometen y de los que los sufren transcurre en un eterno conflicto, siempre en busca de un equilibrio fuera del orden o estatuto jurí- dico. En algunos casos el inconsciente social revela tal conformación sado-maisoquista, que sólo la negación diaria y eficaz de la realidad, hecha por todas las partes de la colectividad, lo explica".'** GONZÁLEZ PINEDA ejemplifica con la adulteración de alimentos, de medicamentos, los fraudes de médicos, abogados y comerciantes, y la mentira en general, como substituto (o forma velada) de agre- sión. Finalmente, describe la dinámica psicológica de algunos de los grandes agresores del pueblo mexicano: el cacique, el líder, el miem- bro del grupo financiero. 585 GONZALO PINEDA, FRANCISCO. El mexicano. Su dinámica psicosocial. Pax-México, S. A. México, 1959. 886 GONzAixz. PINEDA, FRANCISCO. El mexicano. Psicología de su destructividad. Pax- México, S. A. México, 1965, p. 40. CAPITULO XVIII LA D I R E C C I Ó N C L Í N I C A 1. Introducción.—2. Historia.—3. Ck)ncepto.—4. Criminología Clínica y Criminología General.—5. Método.—6. Peligrosidad.— 7. Diagnóstico.—8. Pronóstico.—9. Los Glueck.—10. Tratamien- to.—11. México.—12. Conclusión. XVIII. 1. INTRODUCCIÓN Para el Maestro BENIGNO D I TULLID la Criminología Clínica debe entenderse como "la ciencia de las conductas antisociales y crimina, le^, basada en la observación y el análisis profundo de casos indivi- duales, sean éstos normales, anormales o patológicos".^^''' Para WOLFGANG y FERRACUTI "consiste en la aplicación integrada y conjunta del saber criminológico y las técnicas del diagnóstico a casos particulares y con fines diagnósticos y terapéuticos".'*® La Criminología Clínica se convirtió, en mucho gracias al maes- tro D I TULLID^ en una pujante corriente criminológica, que intentó, con bastante éxito, reunir las tres corrientes estudiadas anteriormen- te, y dar una explicación integral del caso concreto, al considerar al hombre como una unidad bio-f>sico-social. Lo anterior llevó a Di TULLID a exclamar "La moderna Crimino- logía debe tender a devenir siempre más individualista, y a trans- formarse, por lo tanto, en una Criminología Clínica".'*^ 687 D I TULLIO, BENIGNO. Sul método e sulle finalitá delta criminología cUnicn. En "Delitto e Personalitá". Giuffré Editore. Milano, Italia, 1965, p . 103. SS8 WoLFCANc y FERRACUTI. Op. cit. (Comportamento...), p . 49. 58» D I TULLIO. Op. cit. (Sul Método...), p . 102. 407 408 CRIMINOLOGÍA XVIII.2. HISTORIA La Criminología nació, de hecho, como Criminología Clínica. Efectivamente, CÉSAR LOMBROSO era, ante todo un clínico, y de su estudio de enfermos mentales primero, y de criminales después, fue surgiendo la teoría de la "Antropología Criminal", que se converti- ría, gracias a GARÓFALO^ en Criminología. Lo importante era sacar la clínica criminológica de la clínica médico-psiquiátrica, por esto FERRI habló de una Clínica Social. Como antecedentes de la Clínica Criminológica pueden también mencionarse la Clínica Criminal realizada por MAUDSLEYJ en el Hos- pital de Bethleems de Londres en 1888, realizada para examinar en forma precisa y con una definición exacta los crímenes cometidos por individuos atacados por alguna enfermedad mental. LAURENT realizó también estudios de Clínica Criminológica en las prisiones de París. Dn. FRANCISCO GINER DE LOS RÍOS creó, en 1899, un laboratorio de Criminología en su clase de Filosofía del Derecho en la Universidad de Madrid.^®** MARRO en Italia, 1887, recoge material valioso al señalar los ca- racteres de los delincuentes que examina antropométricamente, así como sus antecedentes, su psicología e historia del delito cometido. Distingue a los anormales intrauterinos de otros anómalos por defi- ciencias en su instrucción o por detenciones en el desarrollo, o por la intervención de un proceso morboso agudo o crónico; entre los congénitos y degenerativos diferenció a los atávicos de los no atávicos o atípicos.^®^ Pinatel reconoce cuatro períodos en el desarrollo de Criminolo- gía Clínica: s»3 1) Científico, que va de los pioneros (LOMBROSO^ FERRI^ GARÓ- FALO) al Congreso de Colonia (Kinberg). 2) Penitenciario, (Ingenieros, Vervaeck, Centros de Baviera y Austria, Drapkin, Rebibbia). 3) Judicial, (en mucho psiquiátrico). 4) Legislativo. 59e cfr. Ruiz FUNES, MARIANO. La crisis de la prisión. Montero, Editor. La Habana, Cuba, 1949. 891 Cfr. QuiROz CuARÓN, ALFONSO. La clínica criminológica. Manual de Introducción a las Ciencias Penales. Secretaria de Gobernación. México, 1976, p. 302 592 Cfr. PiNiATEL. Op. cit. (Criminología), pp. 553 a 576. LA DIRECCIÓN CLÍNICA 409 El líder de la Criminología Clínica en América Latina fue el ar- gentino JOSÉ INGENIEROS. En 1907 Antonio Ballde, Director de la Pe- nitenciaria Nacional, propuso al gobierno la fundación de un gabi- nete de Psicología Clínica y Experimental destinada al estudio de los delincuentes y con finalidades científicas de carácter general. El Instituto de Criminología fue creado el 6 de junio de 1907, siendo José Ingenieros su primer Director, hasta 1914, su sucesor fue Co. Loudet. El Instituto de Criminología de la Penitenciaría Nacional de Bue- nos Aires fue la primera institución en el mundo que, con carácter oficial, se dedicó a las experiencias clínicas para el estudio de los de- lincuentes. Este Instituto tenía tres secciones a saber: Etiología Cri- minal, Clínica Criminológica y Terapéutica Criminal.'*^ El Dr. Luís VERVAECK en el mismo año, en Bruselas, principia a hacer clínica criminológica, es hasta 1920 cuando se inauguró oficial- mente la clínica en la prisión de Forest, Luis VERVAECK funda la Clínica Penitenciaria, haciendo que la Clínica Criminológica llegue a su madurez en la Prisión Central de Lovaina. VERVAECK hace clasificación criminológica en su penitenciaría, separando delincuentes primarios de enfermos y anormales, de rein- cidentes e incurables. Descubre hasta un 20% de enfermos mentales o francamente anómalos, y deduce que los delincuentes difíciles son refractarios a la represión, a la intimidación y también a la reeduca- ción. En 1936, Chile funda su Instituto de Criminología, dirigido por el maestro ISRAEL DRAPKIN y dependiendo de la Dirección General de Prisiones. En Estados Unidos puede considerarse a WILLIAM HEALY como uno de los principales representantes de la Criminología Clínica, fue fundador y director del Instituto de Investigaciones Juveniles en Chicago, y sostuvo la tesis de que el centro dinámico del problema del delito y de la delincuencia ha sido siempre el delincuente con- siderado individualmente. Para HEALY cualquier teoría es una verdad a medias, demasiado mecánica y muy remota a la realidad, por lo tanto, frente a las com- plicaciones que presenta un caso real, las generalizaciones de la Cri- minología tienen una tendencia a desvanecerse."** 893 Cfr Ruiz FUNES. Op. cit. (Crisis). 004 Cfr. RADZINOWICZ. Op. cit. (Ideology). 410 CRIMINOLOGÍA El Congreso Penitenciario Internacional, celebrado en Londres en 1925, llegó como una de sus conclusiones, propuestas por el Dr. Vervaeck, a la siguiente: "Es necesario que todos los detenidos, procesados y condenados, sean sometidos a un examen físico y mental, ix)r médicos particular- mente calificados y que, para este efecto, se instalen en los estable, cimientos servicios apropiados". Esta conclusión fue ratificada por la Comisión Internacional Pe- nal y Penitenciaria en Berna en 1937, por el primer Congreso In- ternacional de Criminología (Roma 1938), y por el Primer Congreso Latinoamericano de Criminología (Buenos Aires, 1938). En el segun- do Congreso Latinoamericano (Chile, 1941) se acordó designar, con el nombre de Instituto de Criminología, a los institutos técnicos pe- nitenciarios encargados del examen de la personalidad del delin- cuente. Sin embargo, es de recordarse que en el Primer Congreso de An- tropología Criminal (Roma, 1885), TARDE^ FERRI^ y MALESCHOTT, presentaron una proposición que fue aprobada en la forma siguiente: El Congreso, en armonía con la tendencia científica de la Antropo- logía Criminal, emite un voto para que la administración de las prisiones, adoptando las precauciones necesarias para la disciplina interna y para el respeto de la libertad individual de los detenidos y condenados, admita en ellas, para el estudio clínico de los delin- cuentes, a los profesores y a los estudiantes de Derecho Penal y de Medicina Legal, bajo la dirección y responsabilidad de sus profeso- res, y preferiblemente adoptando la forma de una sociedad de pa- tronato de los detenidos y de los liberados de las cárceles. Esta conclusión del Congreso de Roma fue ratificada por los Con- gresos de Antropología Criminal de París (1889) y de Bruselas (1892), y ampliado en el de Amsterdam de 1901. El voto del Congreso de Antropología Criminal de Roma, en el que se pedía el estudio de los criminales, fue duramente censurado por CONCEPCIÓN ARENAL, que en su opinión esto implicaba una con- fusión de identidad entre enfermos y delincuentes, lo que es una idea falsa, ya que hay una profunda diferencia entre unos y otros. Para la gran tratadista española, enfermedad y delito no tienen relación alguna. Afirmó que al delincuente asiste el derecho de ser o no estudiado, correspondiendo sólo a él la decisión de someterse. A partir de los Congresos mencionados, los institutos de Crimi- nología Clínica y los centros de diagnóstico criminológico han proli- ferado, pudiendo mencionar como ejemplos el de San Quintín (USA, LA DIRECCIÓN CLÍNICA 411 1944), Fresnes (Francia, 1960), Rebibbia (Roma, Italia, 1954), Ca- rabanchel (España, 1967). El desarrollo de la Criminología Clínica en México se verá en el apartado once de este capítulo. XVIII.3. CONCEPTO La palabra "clínica" viene del griego Kliné: lecho. Es la parte de la medicina que enseña a observar, diagnosticar, curar y pronosti- car las enfermedades a la cabecera de la cama de los pacientes.''®'^ La Criminología Clínica tiene por objeto, por analogía con la. Clínica Médica, formular una opinión sobre un delincuente, conte- niendo esta opinión un diagnóstico, un pronóstico, y eventualmente un tratamiento.'*** En frase, según parece de Sánete de Sanctis, el fin de la Crimino- logía Clínica es el conocimiento de la personalidad del delincuen- te por medio de la "Descomposición Analítica y su Recomposición Sintética". La Criminología Clínica es ante todo Criminología aplicada. Re- cordemos que existen tres niveles de interpretación: el conductual (crimen), el individual (criminal), y el general (criminalidad); la Criminología Ch'nica opera básicamente en el segundo nivel,' ana- liza al sujeto antisocial en concreto, en su realidad personal e irre- petible. La Criminología Clínica intenta explicar el crimen desde el punto de partida del criminal, y no desde el punto de vista social o sociológico-biológico; en alguna ocasión se había dicho que no hay delitos sino delincuentes, y como agrega Almaraz "no hay delincuen- tes sino hombres". Así como en Medicina ya no puede considerarse que existen en- fermedades sino enfermos, en la moderna Criminología Clínica no- puede considerarse que existen crímenes sino criminales; así coma dos resfriados son distintos según el paciente, un homicidio cometido» por una persona es diferente al cometido por otra, siendo los dos ho- micidios; por mucho que queramos hacer coincidir las causas, nunca encontraremos dos crímenes idénticos, siempre habrá notables facto- res de variabilidad de un sujeto a otro. Aunque los dos sujetos fue- 585 QuiROZ CuARÓN. Op. cit. (Clínica), p . 299. 596 PiNATEL, JEAN. Op. cit. (Criminologie), p . 121. 412 CRIMINOLOGÍA ran igual de tontos o de pobres, y tuvieran el mismo tipo de perso- nalidad (por ejemplo fueran esquizoides) sus dos crímenes, aunque del mismo corte típico (parricidio por ejemplo) serán totalmente diferentes el uno del otro. ¿Qué es lo que impone entonces la Criminología Clínica? Impo- ne que no se pueden estudiar los crímenes en una forma global, que no se deben aplicar reglas generales, sino estudiar a fondo cada caso concreto, no hablar del homicidio en general, sino hablar del homi- cidio que cometió este sujeto en particular, en este momento his- tórico determinado. XVIII.4. CRIMINOLOGÍA CLÍNICA Y CRIMINOLOGÍA GENERAL La Criminología Clínica, además de ser una escuela crimino- lógica, es un enfoque especial dado al problema de la antisocialidad, así, "A diferencia de la Criminología General, la cual en cierta ma- nera se desarrolla en sentido vertical, puesto que se coloca en la cúspide del haz constituido por las ciencias criminológicas o crimi- nologías especializadas, la Criminología Clínica se desarrolla en un plan horizontal y consiste, esencialmente, en el enfoque multidis- ciplinario del caso individual, con ayuda de los principios y méto- dos de las ciencias criminológicas o criminologías especializadas. El objetivo de este enfoque multidisciplinario es apreciar el delincuen- te estudiado, formular una hipótesis sobre su conducta ulterior, ela- borar el programa de las medidas capaces de alejarlo de una eventual reincidencia. La Criminología Clínica se presenta así como una cien- cia aplicada y sintética".*'' Dicho en otras palabras: la Criminología General es la que ex- pone los conocimientos teóricos, que actualmente se posee en nues- tro campo. Dado que nos encontramos en una materia multidiscipli- naria, se estudian por lo mismo separadamente la Antropología (o Biopsicología), la Psiquiatría, la Sociología Criminales; así como la Fenología en sentido amplio (incluido por tanto el tratamiento del predelincuente) y las Ciencias Criminalísticas. Todo ello sucede por tanto en abstracto y como en líneas paralelas y horizontales."*®* 597 PiNATEL. Op. cit. (Criminología), p. 553. 508 cfr. LANDECHO VELASCO, S J., CARLOS MARÍA. Apuntes de Clínica Criminológica. Instituto de Criminología. Universidad de Madrid, Madrid, 1967, pp. 5 y ss. LA DIRECCIÓN CLÍNICA 41S Por el contrario, la Clínica Criminológica se sitúa en otra pers- pectiva: pretende aplicar los conocimientos teóricos adquiridos en la Criminología General, a un caso concreto. Actúa, por así decirlo, dando un corte vertical a todas las disciplinas de la Criminología General, para aplicar todos los conocimientos de las mismas a un individuo. Podríamos definir por tanto la Criminología Clínica como la Ciencia que estudia al delincuente (o predelincuente) concreto en enfoque multidisciplinario, mediante un trabajo en equipo crimino- lógico y en orden a su resocialización."®* La corriente de Criminología Clínica parte de la base de consi- derar al hombre como una unidad bio-psico-social. No podemos ver al hombre únicamente desde un punto de vista ni nada mis desde una de sus íacetas, tenemos que verlo como una totalidad, tenemos que verlo como ente biopsicosocial, porque el hombre está formado de un potencial biológico, tiene una herencia, tiene un cuerpo con sus glándulas y su sistema nervioso; pero no po- demos considerar que el hombre es solamente cerebro y glándulas, que es nada más una entidad biológica, que exclusivamente se com- porta según se comporten sus órganos físicos; además de esto el hom- bre tiene una psique que en mucho es su forma de ser, esto que no es tangible, que no es físico, no es corporal, forma en mucho la per- sonalidad del sujeto, y vemos que hay una interrelación entre lo físico y lo mental, psique y cuerpo están unidos; un cambio corpo- ral, un cambio físico, va a implicar un cambio psicológico. Agreguemos que el hombre no es nada más alma y cuerpo, sino además es un ser que vive en sociedad, y por lo tanto su comporta- miento y su forma de ser dependen también de la sociedad en que vive. Los factores socio-culturales influyen en gran forma en la ma- nera de comportarse, y también en la forma de ser del sujeto. ¿Qué sucede si queremos estudiar un crimen? ¿Si queremos ha- cer Criminología Clínica? Pues estudiar al criminal. Tenemos que entender al criminal como un ente biopsicosocial, si queremos ex- plicarnos qué es el crimen no podemos damos una sola explicación, una explicación unitarial; sería absurdo, infantil, tratar de explicar que el crimen se deba exclusivamente a la explotación del proleta- riado, a la mala distribución de la riqueza, a la disfunción glandu- lar, o por el machismo; tenemos que estudiar el crimen como un» complejo biopsicosocial. i»9 LANDECMO VELASC». Op. cit. (Apuntes), pp. 5 y ss. 414 CRIMINOLOGÍA Si estudiamos los factores criminógenos, es decir, cuáles son los principales factores biológicos, los principales factores psicológicos, y cuáles los principales factores sociológicos, tenemos que estudiar q u é causas biológicas, psicológicas y sociales llevaron al crimen a -este sujeto en particular, ya no interesa la teoría general, vamos a -ver qué factores biológicos influyen en una o en otra persona, se- gún le funcionen sus glándulas, cómo anda del cerebro, cómo está s• u equipo neuronal, y vamos a estudiar cuáles son sus causas psicoló- gicas • , que a él en sí lo llevaron al delito, cuáles son sus traumas, frus- traciones, complejos, cuál es su personalidad, y qué tan enferma está, por qué los inhibidores le fallaron y llegó a cometer el delito. Igualmente en qué medio vive este sujeto antisocial, hasta dónde influyó la sociedad en llevarlo al crimen, su ambiente cultural y económico; vamos a estudiar a su familia, si está integrada o no, cómo es su biografía, cómo ha vivido, qué posibilidades de satisfacer sus necesidades tiene, dónde trabaja, etc. Cuando terminemos de estu- diar todo esto, hasta entonces podremos decir porqué cometió este sujeto ese hecho antisocial, y hasta entonces podremos decir qué tan responsable es, mientras tanto no hacemos justicia ni podremos ja- más aplicar una sanción. El estudio criminológico del sujeto debería ser previo a la sanción, no posterior. Lo anterior no implica que la Criminología Clínica no pretenda llegar a una teoría general; lo que pregona es que no se debe partir de una idea preconcebida, que se debe practicar el examen clínico sin ningún prejuicio. El estudio del caso particular constituye la investigación esencial, y con D I TULLID "Estamos seriamente convencidos que la aplica- ción de este criterio clínico al estudio de los delincuentes no logrará más que favorecer ventajosamente el desarrollo de los estudios cri- minológicos." *"" XVIII.5. MÉTODO Es el hombre el objeto de estudio de la Criminología Clínica. QuiROz CuARÓN afirma que "Es el enfermo el que proporciona el material para el clínico, y es el hombre delincuente el que da naci- miento a la Antropología Criminológica, a la Psicología, Biología y Sociología Criminológicas, y a un reciente cambio de actitud de la «00 Di Tuixio. Prefacio a Principi. Op. cit. LA DIRECCIÓN CLÍNICA 415 sociedad frente al delincuente al que primero eliminó (muerte, es- clavitud, segregación), luego simplemente lo conservó, y en nuestros días se esfuerza por tratarlo técnicamente para inoculizarlo y rein- sertarlo en la sociedad." «"i Además, hay que recordar que "Enfermo mental o enfermo fí- sico, criminal o alienado, el desviado valoriza al clínico que de él se ocupa, y a la profesión de clínico en general".*'*^ Una de las preocupaciones más importantes entre los criminólo- gos clínicos es, sin duda, el respeto a los derechos y la dignidad del hombre, delincuente o no, así nos lo hace ver la frase de Di TULLIO: "Antes de llegar a violar la ley, el delincuente es un individuo que lucha por la existencia".***^ Sabemos que la única forma de lograr un futuro mejor para la humanidad, es el anteponer a todo problema político o social aquel de la mejoría de la persona humana. Con el cuidado máximo al respeto a los derechos y dignidad del hombre, el criminólogo clínico buscará el conocimiento del delin- cuente o presunto delincuente, pues como dice Di TULLIO: No se puede, pues, dejar de sentir la necesidad de conocer la per- sonalidad del reo y la dinámica de su delito, y de recurrir, por ello, a las ideas y a los métodos propios de la Criminología y, más preci- samente, de la Criminología Clínica, que se ocupa del estudio de las conductas antisociales o delictivas, basado sobre el análisis pro- fundo de casos individuales, sean normales, anormales, o patoló- gicos.*'** El criminólogo clínico manejará una serie de métodos fundamen- tales y complementarios. Los métodos fundamentales son: a) La entrevista criminológica, con el conocimiento personal y directo del individuo, b) Examen médico, con auscultación e historia médica. c) Examen psicológico, dando como resultado datos sobre la per- sonalidad. «01 QuiROZ CUARÓN. Op. cit. (Clínica...), p. 299. «02 VERSEUE, SEVERIN CAKLOS y VAN DE VELDE-GRAFF, DOMINIQUE. Marginalité ou Marginalisationf Revue de l'lnstitut de Socíologie. Université Libre de Bruxelles. Bél- gica, 1976, p. 30. «03 Di TULLIO. Op. cit. (Principi), Prefacio. «04 D I TULLIO. Op. cit. (Principios), p. XIII. 416 CRIMINOLOGÍA d) Encuesta social, sobre el medio en que el individuo se ha de- sarrollado. Los métodos complementarios pueden ser: a) La observación directa, en que se procura determinar la ac- titud íntima del sujeto y su comportamiento actual. Estos datos son proporcionados por el personal que está en contacto con el individuo, en caso de estar en institución, de lo contrario es imposible. b) Observación indirecta, por medio de monitores, cámaras o registros visuales o auditivos. Tiene varias limitaciones técnicas y éticas. c) Exámenes complementarios, principalmente el psiquiátrico, los biomédicos, neurológicos, genéticos, endocrinológícos, fisiológicos, etc.), los psicológicos (test complementarios, psicodrama, etc.) y los sociológicos (entrevistas complementarias, sociometría, etc.). De lo anterior se deduce que el trabajo clínico en el momento actual sólo puede efectuarse en forma interdisciplinaria, pues es ya punto menos que imposible que el criminólogo posea un caudal de conocimientos tan vasto como para aplicar los métodos fundamen- tales (y complementarios) por sí solo. Los planes y diseños de investigación deberían estar dominados por el conocimiento mutuo, constante, de todos los enfoques, pues como acertadamente se ha señalado: "La crítica más frecuente que se le hace a los estudios clínicos es la falta de suficiente conocimien- to, de la necesidad de tomar en consideración las variables sociales, y la regularidad de la estructura social general. Por otra parte, la crítica más frecuente que se le hace a los estudios sociológicos, es ignorar individuos y sus variables de personalidad en los grupos de consideración. Es evidente que la comprensión e integración mutua es posible hasta llegar a diseños de investigación combinados o in- tegrados".®'^ El criminólogo clínico, junto con el equipo interdisciplinario, después de observar e interpretar las opiniones parciales, pasará a des. cribir, clasificar y explicar al criminal y a su conducta, llegando con esto al diagnóstico, para continuar hacia el pronóstico y aconsejar 605 FERRACUTI, FRANCO y WOLFGANC, MARVIN. Criminología Clínica vs. Criminología Sociológica. Relación Criminológica. Año III, N» 4, Universidad de Carabobo, Valencia, Venezuela, 1970, p. 28. LA DIRECCIÓN CLÍNICA 417 un tratamiento; éstos, diagnóstico, pronóstico y tratamiento, son los tres objetivos básicos de la Criminología Clínica. XVIII.6. PELIGROSIDAD Antes de hablar sobre diagnóstico, pronóstico y tratamiento, es conveniente hacer algunos comentarios sobre la peligrosidad, pues en muchos aspectos es la piedra de toque de la Criminología Clí- nica. El concepto de peligrosidad fue introducido a la Criminología por GARÓFALO^ quien en un principio habló de "temibilidad" (te- mibílitá), en 1878, para después desdoblar el concepto en dos: ca- pacidad criminal y adaptabilidad social. La capacidad criminal es, para el autor comentado, la perversi- dad constante y activa de un delincuente y la cantidad de mal que, por lo tanto, se puede tener del mismo. La adaptabilidad social es la capacidad del delincuente para adap- tarse al medio en el que vive. A partir de esa diferencia, se reconocen cuatro formas clínicas de estado peligroso.**** a) Capacidad criminal muy fuerte y adaptabilidad muy elevada. (Es la forma más grave: cuello blanco, político, financiero, indus- trial, etc.). b) Capacidad criminal muy elevada y adaptabilidad incierta (me- nos grave, pues su inadaptación atrae la atención sobre ellos, crimi- nales profesionales, delincuentes marginados, etc.). c) Capacidad criminal poco elevada y adaptación débil (constitu- yen la clientela habitual de las prisiones, principalmente inadapta- dos psíquicos, débiles y caracteriales, etc.). d) Capacidad criminal débil y adaptabilidad elevada (forma li- gera de estado peligroso, delincuentes ocasionales y pasionales). La peligrosidad es reconocida por casi todos los autores, así Rocco la define como la potencia, la aptitud, la idoneidad, la capacidad de la persona para ser causa de acciones dañosas o peligrosas, y por tanto de daños y peligros. Para GRISPIGNI la peligrosidad criminal es la capacidad de una persona de devenir autora de un delito. «o« Cfr. PiNATEL. Op. cit. (Cñminologie), p. 160. 418 CRIMINOLOGÍA Para PETROCELLI, "Peligrosidad es un conjunto de condiciones sub- jetivas y objetivas, bajo cuyo impulso es probable que un individuo cometa un hecho socialmente peligroso o dañoso". Para GRISPIGNI, "Peligrosidad es la capacidad evidente de una persona de cometer un delito, o bien la probabilidad de llegar a ser autor de un delito". "No es que existan delincuentes peligrosos y delincuentes no pe- ligrosos; todos los delincuentes, por el solo hecho de haber delinqui- do, se muestran socialmente peligrosos", a esta afirmación de FE- RRi,^'' LÓPEZ R E Y afirma que "En principio, podrá afirmarse que todo delincuente es peligroso, pero en principio admite tan gran nú- mero de excepciones que es inservible. La temibilidad o peligrosidad del delincuente se hace depender, por lo común, de sus condiciones personales, y raramente en referencia al sistema socioeconómico y político imperante. Ello es consecuencia de un enfoque más intrain- dividualista que histórico de la criminalidad y de la Criminolo- FERRI considera que la peligrosidad puede ser de dos formas: a) Peligrosidad social, o sea la mayor o menor probabilidad de que un sujeto cometa un delito. b) Y la peligrosidad criminal, o sea la mayor o menor readapta- bilidad a la vida social, de un sujeto que ya delinquió. Esta diferencia hecha por FERRI ha sido también ampliamente desarrollada, y actualmente, como hace notar LANDECHO^ se recono cen "dos tipos diversos de peligrosidad, la criminal y la social. Por peligrosidad criminal sólo debe entenderse la posibilidad de que un sujeto cometa un delito o siga una vida delincuencial, refleja por tanto un individuo antisocial. La peligrosidad social es la posibili- dad o realidad de que un individuo llegue a ser o sea ya un parásito, un marginado, molesto para la convivencia social; que sea por tan- to un asocial, que no suele cometer delitos propiamente dichos".*•> * Por ser de utilidad, principalmente al jurista, recordemos tam- bién que, desde el punto de vista legal, pueden reconocerse dos tipos de peligrosidad: a) Peligrosidad presunta. Son los casos en los cuales, una vez com- probada la realización de determinados hechos o ciertos estados sub- 607 FERRI. Op. cit. (Príncipios). 608 LÓPEZ RjEY. Op. cit. (Criminología), p . 452. 609 LANDECHO, CARLOS MARÍA. Peligrosidad social y peligrosidad criminal. Peligro- sidad Social y Medidas de Seguridad, Universidad de Valencia, España, 1974, p . 250. LA DIRECCIÓN CLÍNICA 419 jetivos del individuo, debe ordenarse la aplicación de una medida de seguridad, no debiendo el juzgador examinar la existencia o no de la peligrosidad, pues ésta se presume por el legislador. b) Peligrosidad comprobada. Son los casos en los cuales el ma- gistrado no puede aplicar medidas de seguridad, sin antes compro- bar la existencia concreta de la peligrosidad del agente. Además de lo anterior, cuando se hace referencia a la peligrosi- dad de un individuo, deben considerarse, como lo hace JIMÉNEZ DE AsÚA, los elementos siguientes: a) La personalidad del hombre en su triple aspecto, biopsicoso- cial. b) La vida anterior al delito o acto de peligro manifiesto. c) La conducta del agente, posterior a la comisión del hecho de- lictivo o revelador del hecho peligroso. d) La calidad de los motivos. e) El delito cometido o el acto que pone de manifiesto la peli- grosidad. En cuanto al último punto, es de reconocer, con Pinatel, que no hay correspondencia cierta entre la gravedad de la infracción y el estado peligroso. Con frecuencia sucede que un delincuente agota su carácter peligroso con la perpetración de un acto muy grave, mientras que, las circunstancias de un delito de mínima importancia son singularmente reveladoras del peligro que puede hacer correr a sus semejantes.*^** El concepto de "peligrosidad" ha sido duramente criticado en los últimos tiempos, así, por ejemplo, LÓPEZ R E Y dice que "hablar de las diferentes clases de delincuentes tiene un valor instrumental li- mitado. Quizá la clase más comúnmente usada es la de delincuentes peligrosos o temibles como consecuencia de la tesis de peligrosidad o temibilidad de origen positivista y defensista, que difícilmente se puede mantener hoy y que, si se hace, ha de serlo con ciertas re- servas". **^ MoRRiSj en materia penitenciaria, dice que "existe una tenta- ción de distinguir entre los peligrosos y no peligrosos, y confirmar la aplicación de la prisión para los primeros. Sería realmente estu- pendo que pudiéramos hacerlo; el castigo profiláctico, la medida ju- «10 PINATEL. Op. cit. (Criminología), p . 581. 611 LÓPEZ REY. Op. cit. (Criminología), p. 451. 420 CRIMINOLOGÍA dicial preventiva, científicamente fundada, para salvar a las víctimas potenciales de delitos futuros y reducir a la vez al mínimo el em- pleo de la reclusión y el tiempo de pena que debe sufrir la mayoría de los presos. Pero se trata de una trampa, las consecuencias socia- les son a menudo contrarias a lo que indica la intuición. La noción de peligrosidad es tan plástica y vaga, su instrumenta- ción tan imprecisa, que muy poco aportaría para reducir el empleo excesivo que hoy se hace de la reclusión o el daño social derivado del crimen violento" .«^^ Es indudable que existen sujetos que son socialmente peligrosos, y que tienen mayor probabilidad que otros de cometer alguna con- ducta antisocial, pero es indudable también que el concepto de pe- ligrosidad debe manejarse con extraordinaria precaución. Ya algún autor se ha referido a los peligros de la peligrosidad, y estamos de acuerdo, aunque debemos hacer notar que, en gran parte, la embestida no es tanto contra el concepto de peligrosidad (o cual- quier otro similar), sino contra la fragilidad de ciertos diagnósticos y pronósticos de peligrosidad. Creemos que la crítica es de aceptarse, y emprender un esfuerzo por afinar las técnicas de diagnóstico y pronóstico, pues regresar a conceptos puramente retributivos sería retroceder más de un siglo, y perder terreno tan difícilmente obtenido. En otras palabras, no podemos aceptar que la reacción social ju- rídicamente organizada (punibilidad-punición-pena) se base tan sólo en el hecho cometido, sin tomar en cuenta otros elementos, como la personalidad del delincuente y la realidad social, económica y po- lítica del momento. XVIII.7. DIAGNÓSTICO Nos dice Ruiz FUNES que una simple enumeración de los ante- cedentes que se deben tomar en cuenta para la determinación de la personalidad del delincuente, no ofrece una solución para el proble- ma. Es importante el poder interpretarlos y penetrar para eso en su contenido. No todos tienen una importancia igual, unos poseen una relevancia fundamental, como verdaderos núcleos de la personalidad «12 MORRIS NORVAL. El futuro de las prisiones. 1' edición. Siglo XXr Editores, S. A. México, 1978, p. 103. LA DIRECCIÓN CLÍNICA 421 humana, otros un valor menor, estrictamente cooperante en la fór- mula general y que se recoge en la síntesis de esa personalidad.*^' Efectivamente, una vez aplicados los diversos exámenes a que hi- cimos referencia en el punto 5, debemos pasar a la descripción, ex- plicación e interpretación de los componentes de la peligrosidad. Por lo general, esto lo hace el criminólogo clínico en reunión con los componentes del consejo criminológico, cada uno de los cuales aportará sus resultados parciales, los que han de integrarse en un diagnóstico criminológico. El diagnóstico criminológico tiene como objetivo el precisar el grado de peligrosidad del sujeto en estudio. Para llegar a esto, aparte de los diagnósticos especializados (f>si- cológico, médico, social, etc.), deben ejecutarse dos diagnósticos par- ciales, uno de capacidad criminal y otro de adaptación social. Para conocer el grado de adaptación y de adaptabilidad (o in- adaptabilidad) del sujeto, se toman en cuenta los aspectos dinámi- cos de la personalidad, así como la situación del sujeto, su status, el lugar que ocupa en la sociedad, el medio ambiente, así como sus aptitudes físicas, sensitivas, emocionales, intelectuales, etc. Para PINATEL los elementos de la capacidad criminal son los que determinan el umbral criminal, es decir, la mayor o menor facilidad del paso al acto.®" Pueden distinguirse, en el iter criminis, cuatro fases: a) El consentimiento mitigado. b) El consentimiento formulado. c) El estado de peligro. d) El paso al acto. ETIENNE DE GEEFF (1898-1961) elaboró una teoría de la persona- lidad criminal, deduciendo cuatro rasgos generales que la identifica- rían y que son básicas para llegar al diagnóstico criminológico, estos son: a) Agresividad. b) Egocentrismo. c) Imprevisión. d) Indiferencia afectiva. 618 Rujz FUNES. Op. cit. (Crisis). «14 PINATEL. Op. cit. (Criminologie), p. 155. 422 CRIMINOLOGÍA Siguiendo este camino, PINATEL reconoce como rasgos que consti- tuyen el núcleo central de la personalidad criminal:*^'* a) Egocentrismo. b) Labilidad emocional. c) Agresividad. d) Indiferencia afectiva. Tomando en cuenta la capacidad criminal y el grado de adapta- bilidad, se llega al diagnóstico criminológico, que debe ser en dos sentidos: a) Clínico, en el que se combinan capacidad y adaptabilidad, lo que puede dar como resultado, como ya vimos (ver supra XVIII.6): capacidad (-f-) adaptabilidad (-J-) capacidad (-{-) adaptabilidad (—) capacidad (—) adaptabilidad (—) capacidad (—) adaptabilidad (-f-) h) Etiológico, en el que se combinan los factores endógenos y exó- genos, pudiendo dar como resultado (ver infra XX. 16): Endógenos (+) Exógenos (-{-) Endógenos (+) Exógenos (—) Endógenos (—) Exógenos (—) Endógenos (—) Exógenos (-j-) Como es de notarse, el primer caso presenta un estado peligroso crónico, los dos intermedios un estado peligroso marginal, y el ú l . timo un estado peligroso episódico. Muchas críticas se han hecho al diagnóstico criminológico, y ya señalamos que muchas de ellas son ciertas, pues frecuentemente falta la cohesión necesaria; en ocasiones (y esto es frecuente), se queda a un nivel puramente descriptivo, sin lograr la síntesis y, por lo tanto, sin llegar a explicar e interpretar. «IB En el mismo sentido: AMARISTA, FÉLIX JOSÉ. Aspectos de Criminología Clínica. Revista Venezolana de Derecho Penal y Criminología N? 5, Año III, Venezuela, 1972, pp. 41 y ss. LANDECHO. Op. cit. (Apuntes). LA DIRECCIÓN CLÍNICA 423 Ya NicÉFORO respondía a algunas objeciones: Cuando tales críticos decían, o continúan diciendo, que no pue- de concederse valor a tal o cual anomalía, o a tal o cual carácter encontrado en los delincuentes, desde el momento en que aquella misma anomalía o aquella misma intensidad de un determinado ras- go se encuentra también entre los normales, o, mejor dicho, entre los no delincuentes, demuestran que ignoran por completo los méto- dos de comparación usados, sobre todo en los últimos tiempos, para esta clase de estudios; métodos que aseguran la validez de las con- clusiones.*^* XVIII.8. PRONÓSTICO Por pronóstico, dice GOPPINGER, se entiende normalmente en la Criminología una afirmación sobre la ñitura conducta de un indivi- duo o de un grupo, referida a la observancia de la ley. En un senti- do más amplio, en el concepto de pronóstico criminal, podrían in- cluirse también otros pronósticos procedentes de determinados cam- pos parciales de la Criminología, por ejemplo el llamado pronóstico de víctimas.*" Prognosis viene del griego nporvwSis • , conocimiento anticipado de algún suceso (ccMnúnmente previsión metereológica del tiempo). En Criminología Clínica se interpreta como la apreciación de que un sujeto cometerá una conducta antisocial. Generalmente la prognosis hace referencia a la reincidencia, es decir, se trata de predecir si un sujeto que ha cometido una conduc- ta antisocial volverá a realizarla. En este terreno debemos recordar que hay dos tipos de reinciden- cia, una genérica y otra específica; la primera es cuando el reinci- dente comete una conducta antisocial diferente a la que realizó an- teriormente; la reincidencia es específica cuando el hecho cometido es el mismo, es similar al primero. Así, un antisocial que roba y vuelve a robar es un reincidente es- pecífico, pero si primero toba y después mata, es un reincidente ge- nérico. El tema de la reincidencia es una de las grandes preocupaciones criminológicas, aunque no lo trataremos aquí por razones de espacio. 616 NICÉFORO, ALFREDO. Criminología. Tomo II. Editorial José Maria Cajica Jr., S. A., 1954, p. 18. «17 GOPPINCER. Op. Cit., p. 284. 424 CRIMINOLOGÍA £1 problema se sitúa, en la clínica criminológica, en tratar de saber con antelación cuáles son las probabilidades de que el criminal reincida. La prognosis depende de la diagnosis, o sea que el diagnóstico debe ser previo al pronóstico; el diagnóstico sirve de base, de punto de partida para el pronóstico. No debe confundirse el diagnóstico de peligrosidad con el pro- nóstico de reincidencia, pues ya hemos visto como hay casos en los que el sujeto es altamente peligroso, pero su peligrosidad se agota en la conducta criminal; por el contrario, hay sujetos cuya peligro- sidad cualitativa es mínima (por el escaso valor del bien agredido), pero que tendrían un pronóstico desfavorable en cuanto a reinciden- cia. La prognosis es la gran aspiración y la gran dificultad en Crimi- nología Clínica, así, se han intentado diversos métodos. El método anamnésico se basa en la observación de la conducta de determinada persona para aplicar los conocimientos a casos si- milares. El método intuitivo se basa en el "presentimiento" o "cora- zonada", y carece de lógica o bases científicas. El método estadístico es el que ha dado mejores resultados, por lo que haremos una breve mención de los principales autores en la materia. En Estados Unidos han trabajado en la materia WARNER (1923), BuRGESs (1928), OHLIN (1936), HAKEEM (1938), VOLD (1931), GLUECK (1930), LAUNE (1936). En Alemania SCHIEDT (1935), GERECKE (1939), KOHNLE (1938), BRÜCKNER (1958); en Suiza: FREY (1951); y en Inglaterra: MAN- NHE1M (1948); elaboraron también métodos de prognosis.*^* Es indudable que la prognosis representa dificultades técnicas y estadísticas notables, pues es necesaria una muestra suficientemente representativa y una selección adecuada de los rasgos que deberán tomarse en cuenta. El pronóstico deberá ir variando según el tratamiento tenga o no éxito, por lo tanto está condicionado a la eficacia del mismo. El pronóstico estadístico y las tablas de predicción tienen valores de probabilidad, como todo instrumento construido en esta forma, por lo que no puede esperarse de él más de lo que científicamente puede dar. 618 Para un estudio amplío del tema, debe consultarse: MIDDENDOWF, WOLF. Teoría y Práctica de la Prognosis Criminal. Espasa-Calpe, S. A., Madrid, España, 1970. LA DIRECCIÓN CLÍNICA 425 XVIIÍ.9. LOS GLUECK Quizá el ejemplo más acabado de tablas de predicción se deba a los esposos SHELDON y ELEANOR GLUECK de la Universidad de Har- Entre sus varios trabajos destaca el Unraveling Juvenile Delin- quencyf^ en el que publican el resultado de una experiencia que duró 10 años, consistente en estudiar 500 menores delincuentes (11 a 17 años) (3.4 condenas promedio) y compararlos con 500 no de- lincuentes, escogidos por parejas, es decir, para cada delincuente hay un no-delincuente de la misma edad, clase socio-económica, grupo étnico, inteligencia, etc. Todos los componentes del grupo eran normales, es decir, se eli- minaron casos psiquiátricos y débiles mentales (Cociente intelectual de 92.3 para delincuentes y de 94.2 para el grupo control). De aquí se analizaron 402 rasgos de personalidad y factores exó- genos, con un equipo interdisciplinario de 32 personas, aplicando test psicológicos, entrevistas, visitas domiciliarias, exámenes médicos, etc., (es decir, se manejaron 402,000 datos). Se encontró, como era de esperarse, que en una gran cantidad de datos no había diferencia entre delincuentes y no delincuentes, pero se pudo identificar una serie de rasgos en que los dos grupos eran definitivamente no sólo diferentes, sino opuestos. Para ejemplificar, demos algunos datos: a) Del punto de vista familiar: la falta de padre o madre, por di- vorcio, muerte o separación, es de 206 delincuentes por 124 no delin- cuentes para el padre, 78 por 36 para la madre. b) Del punto de vista intelectual: los delincuentes tienen una inteligencia concreta y directa. c) Psicológicamente los delincuentes son hostiles, desconfiados, susceptibles, testarudos, rencorosos, suspicaces, temerarios, bruscos, independientes, recalcitrantes, hostiles, etc. d) En cuanto al medio, por 357 delincuentes que tienen como compañeros y amigos otros delincuentes, se encontraron sólo 47 no «19 GLUECK SHELDONI and ELFANOR. Family Environment and Delinquency. Houghton MiCflin Company. Boston, USA, 1%2. «20 GLUECK, SHELDON and ELEANOR. Nouve Frontiere della Criminologia. Giuffré Editore. Milano, Italia, 1971. «21 GLUECK, SHELDON and ELEANOR. Unraveling Juvenile Delinquency., Harvard Uni- \cisity Press. Cambridge, Mass., USA, 1950. 426 CRIMINOLOGÍA delincuentes que se reúnen con delincuentes. La frecuencia de amis- tades de mayor edad es también notable en delincuentes (223 por 52). e) Temporalmente los delincuentes son impulsivos, activos, ex- trovertidos, agresivos, crueles. f) Laboralmente los delincuentes prefieren el trabajo al aire li- bre (242 contra 142). g) En cuanto al físico, los Glueck siguen la técnica de SHELDON (ver supra), encontrando-60% de mesomorfos en delincuentes por 30% en no delincuentes, en tanto que sólo el 14% de los delincuen- tes son ectomorfos, por 40% del grupo control; es decir, los delin- cuentes son más robustos que los no delincuentes. h) Entre otros rasgos, es más frecuente entre los delincuentes los tics, a zurdería, la onicofagia (comerse las uñas), las malformaciones maxilares, la inestabilidad ¡jsicomotriz, la ennresis (descarga invo- luntaria de orina), etc De la identificación de las características criminales se pasó a la elaboración de las tablas de predicción, escogiendo tan sólo cinco para cada una, y quedando en la forma siguiente: (Ver Cuadros 1, 2 y 3). De estas tablas la primera es la que ha sido probada y evaluada. Es de recalcar que para la evaluación se siguió al grupo durante dos períodos de cinco años cada uno, o sea que la investigación duró 20 años, y la efectividad de pronóstico dada a la tabla de predicción social es de 9 1 % , XVIII. 10. TRATAMIENTO Para SÁNCHEZ GALINDO "es el conjunto de elementos, normas y técnicas que se requieren para reestructurar la personalidad dañada del delincuente y hacerlo apto y productivo en su núcleo social".*^^ LANDECHO dice que "en sentido criminológico-clínico, entende- mos por tratamiento la acción individual sobre el delincuente para intentar modelar su personalidad con el fin de apartarle del de- lito".«® Para GIBBONS, "debe entenderse todo el conjunto de actividades que pretenden explícitamente inducir un cambio en los factores que «22 SANCMEZ GAUNDO, ANrroNio. Aspectos prácticos del penitenciarismo moderno. En Manual de Introducción a las Ciencias Penales. Secretaría de Gobernación. México, 1976, p. 185. «23 LANDECHO. Op. cit. (Apuntes), p. 187. LA DIRECCIÓN CLÍNICA 427 CUADRO N? 1 FACTORES SOCIALES Puntos específicos 1. Disciplina del joven por su padre: Excesivamente dura o extravagante 72.5 Laxa 59.8 Firme, pero afable 9.5 2. Vigilancia del joven por la madre: Insuficiente 83.2 Suficiente 57.5 Metódica 9.9 3. Inclinación del padre por el joven: Indiferente u hostil 75.9 Calurosa (incluido el cuidado excesivo) 33.8. 4. Inclinación de la madre por el joven: Indiferente u hostil 86.2 Caluroso (incluido el cuidado excesivo) 43.1 5. Cohesión dej la familia: Sin cohesión 96.9> Alguna cohesión 61.3 Buena cohesión 20.6 condicionen la conducta delictuosa, o bien desalojar del sujeto dichos factores".*^* LÓPEZ REY explica acertadamente cómo "tratamiento quiere de- cir el modo o manera en que una persona, situación o cosa es mane- jada. Puede ser improvisado o estar predeterminado por una serie de reglas establecidas por una práctica, ley o reglamento, bien sea se- 624 GlBBONS. Op. cit., p. 183. 428 CRIMINOLOGÍA CUADRO N? 2 FACTORES DE PERSONALIDAD Puntos específicos 1. Dependencia de influencias exteriores: Fuerte 75.9 Alguna 63.8 A^o 39.7 2. Autoafirmación agresiva: Marcada 91.0 Alguna 76.7 Ninguna 34.9 3. Desconfianza: Marcada 67.3 Alguna 47.3 Ninguna 37.5 4. Destructividad: Marcada 77.7 Alguna 69.9 Ninguna 35.7 3. Labilidad emocional: Marcada 75.2 Alguna 65.0 Ninguna 40.0 parada o complementariamente. Cuando el tratamiento es consecuen- cia de una función pública ejercida por una autoridad, se atiene, por lo común, a una serie de principios y disposiciones cuyo papel pre- senta tres aspectos: el tratamiento tiene que ajustarse a lo preestable- cido; no debe vulnerar ciertos derechos fundamentales, principal- mente los derechos humanos, y debe ser objeto de investigación cri- LA DIRECCIÓN CLÍNICA 429 CUADRO N ? 3 FACTORES PSICOLÓGICOS Puntos específicos 1. Afición por las aventuras: Marcada 75.3 No de modo patente, pero sin faltar de modo claro 35.4 2. Extravertido en sus acciones: Marcadamente 66.5 No de modo claro, pero tampoco deja de serlo inequívoca- mente 37.8 3. Influenciabilidad: Marcada 69.4 No clara, pero tampoco falta inequívocamente 35.5' 4. Testarudez, insubordinación: Marcada 83.4 N o de modo claro, pero tampoco falta inequívocamente . . . . 39.0 5. Emocionaimente desequilibrado: Marcadamente 62.0 No de laodo claro, pero tampoco deja de estarlo inequívoca- mente 26.5 minológica, los tres aspectos se hallan unidos, y cada u n o suscita u n a cuestión de límites de gran importancia, q u e se opone, al igual que- en la prevención del delito, a u n a extensión desmedida del trata- miento".*^ De lo anterior se desprende q u e n o siempre es posible dar tra- tamiento, y q u e n o todo sujeto q u e ha violado la ley requiere de un. «25 LÓPEZ REY. Op. cit. (Criminología), p .491. 430 CRIMINOLOGÍA tratamiento criminológico (así como algunas personas en estado pre- delincuencial necesitarían atención preventiva). Los casos en los cuales no es procedente el tratamiento son: a) Cuando la pena aplicada no lo permite (muerte, por ejemplo). Es indudable que estas penas deben desaparecer. b) Cuando no se cuenta con los elementos materiales suficientes (instalaciones, talleres, instrumental). c) Cuando no hay el personal adecuado. d) Cuando el sujeto no lo necesita por su moralidad, dignidad y sentimientos altruistas (imprudenciales, ciertos ocasionales). e) Cuando se trata de delincuentes que violan la ley por tener una ideología diversa (políticos). f) Cuando nos encontramos frente a delincuentes refractarios al tratamiento, o para los que no se ha encontrado un tratamiento ade- cuado (profesionales y habituales multireincidentes, psicópatas, etc.). Un problema que debe ser planteado es el del abuso del trata- miento institucional. Generalmente al hablar de tratamiento se pien- sa en tratamiento carcelario, lo que indudablemente es un error, pues debe entenderse que éste es el último recurso clínico. Debemos luchar por la extensión de los sistemas de tratamiento en libertad, evitando hasta donde sea posible el encerrar al sujeto. La misma regla rige para diagnóstico y pronóstico, no es necesario privar de la libertad a una persona para estudiarla. Recordando a DRAPKIN, debemos señalar cómo hay una diferen- cia considerable entre la situación terapéutica de un enfermo y de un delincuente, ya que el enfermo va voluntariamente al médico, pues cree tener necesidad de él, y va con la esperanza de ser curado. El delincuente por el contrario es presentado forzosamente frente al -criminólogo, al que no tiene confianza. Además el criminal por lo general no tiene consciencia de ser un inadaptado, y en muchas oca- siones no acepta su responsabilidad.*^* Evidentemente el tratamiento depende del diagnóstico y pronós- tico criminológicos, por lo que, según ha pregonado desde sus ini- cios la Criminología Clínica, dicho tratamiento debe ser individua- lizado. «26 DRAPKIN, ISRAIL. Criminologie Clinique. XVI Cours International de Crimíno- logie. Libraire Genérale de Droit et de Jurisprudence. Parfe, Francia, 1968, p. 529. LA DIRECCIÓN CLÍNICA 431 La aspiración del tratamiento individualizado no se ha visto rea- lizada ya que, por lo general, lo que el delincuente recibe es un tra- tamiento estandarizado, masificado, y esto en los casos en que tiene la suerte de ser tratado. También es proposición de la Criminología Clínica el que el tra- tamiento debe ser integral, es decir, deben participar todos los miem- bros del Consejo Criminológico en la atención del caso. Desde luego que en ocasiones no es necesaria la intervención de algún especialista, y hay casos en que el tratamiento se concentra en alguna de las facetas por así requerirlo el sujeto. El tratamiento mínimo debe ser bio-psico-social, aunque, al igual que para el diagnóstico, pueden intervenir otros especialistas. El tratamiento, actualmente, no se limita al infractor de la nor- ma, sino que se extiende a la víctima de la conducta antisocial. No debe olvidarse que, un adecuado tratamiento, abarca una fase post-penal, en que se continúa atendiendo y dirigiendo al ex-delin- cuente. Problema clave en materia de tratamiento es la evaluación del mismo; por lo general ésta no existe, por lo que se llega a desperdi- ciar no poco esfuerzo y medios económicos en presuntas técnicas "readaptativas". Si el tratamiento no es evaluado, es imposible evaluar y corregir el diagnóstico y el pronóstico criminológicos. El tratamiento tiene límites muy claros, tanto legales como éticos. Así, por ejemplo, no es claro el fundamento del tratamiento a perso- nas detenidas en prisión preventiva, pues deben considerarse como inocentes en tanto no se les pruebe lo contrario. Los abusos cometidos so pretexto de tratamiento han preocupa- do seriamente a los criminólogos de hoy, y Naciones Unidas (ONU) ha exigido el respeto a los derechos humanos de personas sometidas a tratamiento, planteándose aún el dilema de si el tratamiento es obligatorio o debe ser opcional para el reo. Por otra parte, hay ciertos tratamientos médicos y psicológicos, cuya validez técnica y moral ha sido puesta en duda, y es rechazado jx>r una gran parte de la doctrina; tal es el caso de la lobotomía, el electroshock, la castración, y ciertas técnicas de modificación de con- ducta. Ciertas formas de tratamiento sociológico son también cuestiona- das en cuanto representan la inclusión forzada del sujeto a un "siste- ma" que él voluntariamente rechaza. 432 CRIMINOLOGÍA XVIII.II. MÉXICO En México, la clínica criminológica tiene desarrollo a partir de 1929 en que, por la reforma penal de ese año, se crea el Consejo Supremo de Defensa y Prevención Social, en donde figuraron perso- nalidades como Matilde Rodríguez Cabo, José Gón\,ez Robleda Raúl González Enríquez, Benjamín Arguelles, José Quevedo Bazán, Jesús Siordia Gómez, Edmundo Buentello, Francisco Gómez Chávez, Alfonso Quiroz Cuarón. Las fases legislativa y judicial principian simultáneamente en nuestro país, el Código de Organización, Competencia y Procedi- mientos en Materia Penal del Distrito y Territorios Federales de 1929, en sus artículos 234 y 365, ordenó el examen psicofisiológico (SIC) tanto del ofendido como del presunto responsable, ordenando además que se recaben todas las pruebas posibles sobre las circuns- tancias personales, género de vida, condiciones económicas, sociales y familiares del detenido. El Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal de 1931, actualmente vigente, recoge disposiciones similares en sus ar- tículos 271, 284 y 285. El Código Federal de Procedimientos Penales de 1933 (vigente), en su artículo 146, ordena: Durante la instrucción, el tribunal que conozca del proceso de- berá observar las circunstancias peculiares del inculpado allegándose datos para conocer su edad, educación e ilustración; sus costumbres y conducta anteriores; los motivos que lo impulsaron a delinquir; sus condiciones económicas y las especiales en que se encontraba en el momento de la comisión del delito; los demás antecedentes personales que puedan comprobarse, asi como sus vínculos de pa- rentesco, amistad o nacidos de otras relaciones sociales; la calidad de las personas ofendidas y las circunstancias de tiempo, lugar, modo y ocasión que demuestren su mayor o menor temibilidad. El tribunal deberá tomar conocimiento directo del sujeto, de la víctima y de las circunstancias del hecho en la medida requerida para cada caso, teniendo amplias facultades para allegarse los datos a que se refiere este artículo, pudiendo obrar de oficio para ese objeto. Por su parte, el Código Penal de 1931 (vigente), disfxone: Articulo 52. En la aplicación de las sanciones penales se ten- drán en cuenta: LA DIRECCIÓN CLÍNICA 433 1? La naturaleza de la acción u omisión y de los medios era- picados para ejecutarla y la extensión del daño causado y del peligro corrido; 2? La edad, la educación, la ilustración, las costumbres y la con- ducta precedente del sujeto, los motivos que lo impulsaron o deter- minaron a delinquir y sus condiciones económicas; 3? Las condiciones especiales en que se encontraba en el mo- mento de la comisión del delito y los demás antecedentes y condi- ciones personales que puedan comprobarse, así como sus vínculos de parentesco, de amistad o nacidos de otras relaciones sociales, la calidad de las personas ofendidas y las circunstancias de tiempo, lu- gar, modo y ocasión que demuestran su mayor o menor temibilidad. El juez deberá tomar conocimiento directo del sujeto, de la víc- tima y de las circunstancias del hecho en la medida requerida para cada caso. En cuanto a la fase de clínica penitenciaria, ésta llega con re- tardo, en 1966 en el Estado de México y en 1971 al Distrito Federal, en cuya Ley que establece las Normas Mínimas sobre readaptación social de sentenciados está dispuesto: Artículo 79 El régimen penitenciario tendrá carácter progresivo y técnico y constará, por lo menos, de períodos de estudio y diag- nóstico y de tratamiento, dividido este último en fases de trata- miento en clasificación y de tratamiento preliberacional. El trata- miento se fundará en los resultados de los estudios de personalidad que se practiquen al reo, los que deberán ser actualizados periódi- camente. Se procurará iniciar el estudio de personalidad del interno des- de que éste quede sujeto a proceso, en cuyo caso se turnará copia de dicho estudio a la autoridad jurisdiccional del que aquél de- penda. Como puede observarse, desde el punto de vista legal, la clínica criminológica está contemplada en México, aunque la carencia de personal hace que no se cumplan los ordenamientos señalados como fuera de desearse. En México existe una tradición de clínica criminológica impor- tante, como puede verse en las intervenciones de psiquiatras como Meza Gutiérrez, Samuel Ramírez Moreno, Alberto Lozano Garza, Salvador Iturbide Alvírez, Arturo Baledón Gil y José Torres Torija. 434 CRIMINOLOGÍA Son notables los peritajes del criminólogo QUIRÓZ CUARÓN^«27-628 «29-630 y el Consejo Criminológico de la Cárcel de Almoloya (Tolu- ca), ha sido un ejemplo para el país. XVIII.12. CONCLUSIÓN La corriente de Criminología Clínica ha sido definitiva en la estructuración de la Criminología como ciencia sintética al organi- zar los primeros grupos de trabajo interdisciplinario. Su utilidad es inapreciable en los tres momentos de la adminis- tración de justicia, legislativo, judicial y ejecutivo. En el momento legislativo provee al legislador de información científica para la elaboración de normas procesales y penales. En el momento judicial da al juez elementos de juicio para po- der desarrollar mejor su función, al respecto VEIGA DE CARVALHO dice: "el estudio criminológico de un ser humano que infringió las normas sociales debe, obviamente, preceder al juicio, esto es, aque- lla decisión dramática que definirá el destino específico que tendrá esa persona: Una condenación y una sanción, o, a veces, la libertad y reintegración en el convivio social".®'^ D I TULLIO ha dicho que parece indispensable que el proceso pe- nal debe basarse sobre una doble indagación: antropológica y jurí- dica; esto permitirá al magistrado emitir un juicio susceptible de satisfacer a la vez a las exigencias de la ley así como a las del indi- viduo y la sociedad. ÍE1 momento ejecutivo se ha visto enriquecido con las ideas de la corriente clínica; en una resolución del XII Congreso de la Comi- sión Penal y Penitenciaria (La Haya, 1950) puede leerse: "En la or- ganización moderna de la justicia penal, es altamente deseable, para servir de base a la fijación de la pena y a los procedimientos de tratamiento penitenciario y de liberación, disponer de una relación. 627 QuiROZ CuARÓN, ALFONSO. Un estrangulodoT de mujeres. Sin pie editorial. 828 QuiROZ CuARÓN, ALFONSO. Higtnio Sobera de la Flor. Dictamen sobre la perso- nalidad del delincuente. Criminalia. Año XX, México, 1954, p. 67. 629 QuiROz CuARÓN, ALFONSO. El a-icsino de León Trotzky y su peligrosidad. Études Internationales de Psycho-Sociologie Criminelle. París, Francia, marzo, 1957. «30 QuiROZ CüARÓN, ALFONSO. El asesino de León Trotzky. Revista de Criminalística de Cuba. La Habana, 1956. «31 VEIGA DE CARVALHO. Op. cit., p. 16. LA DIRECCIÓN CLÍNICA 435 previamente a dictar sentencia, la cual se referirá no solamente a la circunstancia del crimen, sino también a los factores relativos a cons- titución, a personalidad, a carácter, y a los antecedentes sociales y culturales del delincuente. Debemos diferenciar claramente la Clínica Criminológica de la Clínica Penitenciaria, pues la primera no se agota en la segunda, y creemos con FERRACUTI y WOLFGANG que se tiende a identificar la Criminología Clínica con prácticas penológicas, centros de observa- ción, programas de tratamiento, etc. Los criminólogos clínicos y sociológicos se ignoran unos a otros en sus obras, pertenecen a diferentes círculos profesionales y rara vez trabajan juntos, mientras que evidentemente la única base ver- dadera para el progreso depende de la comunicación e integración mutua.*^^ Es importante la función de tratamiento, pero con ello la Cri- minología Clínica no termina su labor, pues, como acertadamente ha señalado Landecho, un segu