La despedida invisible de Bale

Real Madrid

La despedida invisible de Bale

El futbolista galés es uno de los dos descartados para el partido contra el Betis de este viernes y no jugará nunca más en el Santiago Bernabéu

Los entrenadores no pueden contar toda la verdad en las ruedas de prensa. Lo dijo el propio Ancelotti hace tres semanas, cuestionado sobre si Pochettino estaba diciendo la verdad en el caso Mbappé, al asegurar que se quedaba seguro en el PSG. La pregunta se la trasladaron a él en clave Bale, y ahí se puso más serio. La gran suerte que ha tenido Gareth en estos últimos cuatro años es que, primero Zidane y luego Ancelotti, han sido los entrenadores del Real Madrid. De lo contrario, con otro perfil de técnico en el banquillo blanco, Bale hubiera sido masacrado privada y públicamente.

El futbolista galés es uno de los dos descartes de Ancelotti para el partido de esta noche ante el Betis, por lo que no volverá a jugar nunca más en el Santiago Bernabéu. No al menos con la camiseta del Real Madrid . Carletto ya avisó ayer que no estaba al cien por cien y que tenía que valorar si le incluía en la lista final de 23 convocados o era uno de los dos descartados. La solución parecía sencilla. Con toda la plantilla disponible, a excepción de Alaba, y dada la inexistente implicación de Bale, lo lógico era dejar fuera de la lista al galés. Ni siquiera ha hecho méritos para despedirse del Bernabéu sobre el verde.

Esa era la intención de Ancelotti, que hace mes y medio, tras la brillante actuación de Bale con su selección en la primera eliminatoria de repesca para el Mundial, justo días después de borrarse de la convocatoria del clásico, sacó la cara por él: «Gareth está bien, como vimos con Gales. Y quiere mostrarlo aquí, con su equipo. Desea salir bien. Sería justo que se despidiera bien del Santiago Bernabéu . Ha entrado en la historia de este club con sus goles, sus partidos y los títulos».

No fue el único. Casemiro también pidió respeto por Bale tras los pitos recibidos en el Madrid-Getafe de hace cuarenta días, en los que seguramente fueron sus últimos minutos con la camiseta del Madrid: «Bale es un jugador histórico del club, ha hecho muchos goles importantes y cuando le pitan a él estás pitando a la historia del Real Madrid».

Desde entonces, su aislamiento voluntario ha llegado a escenarios insospechados. No quiso salir en la foto de la decisiva victoria en el Sánchez Pizjuán ni participar en la celebración de la misma. Allí el Madrid logró una remontada gigante en la segunda mitad (de 2-0 a 2-3) para dejar sentenciada la Liga. Tampoco estuvo en el partido del título, ante el Espanyol. El día de antes se marchó del entrenamiento aduciendo espasmos en la espalda, dolencia que también le impidió acudir al estadio, estar en la celebración del Bernabéu y en la posterior en Cibeles . Tampoco ha estado en ninguna de las tres remontadas europeas en el coliseo blanco. Bale es invisible desde hace meses y ni siquiera la buena voluntad de Ancelotti ha servido para que tuviera una digna despedida : «Que juegue mañana o no, no es importante. Lo importante es que Bale ha sido parte de la historia de este club», dijo ayer Ancelotti, insinuando ya lo que hoy se ha confirmado. Bale no se despedirá del Bernabéu.

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