El año 2023 acabó movidito para la familia real danesa, que copó bastantes titulares a raíz de la publicación en ‘Lecturas’ de unas fotografías en las que se veía al todavía entonces heredero al trono danés, Federico de Dinamarca, paseando por las calles de Madrid junto a la mexicana Genoveva Casanova. Poco después, concretamente el 31 de diciembre, Margarita de Dinamarca sorprendía a sus súbditos al anunciar su inminente abdicación tras haber ocupado el trono durante más de cinco décadas.

Todo parece indicar que la mujer ya tenía pensado cederlo cuando estalló el mencionado escándalo, pero se vio obligada a acelerar el proceso para darle carpetazo y que su hijo, que lleva desde 2004 casado con Mary Donaldson, pudiera reinar. "La madre de Federico no quiere que su popularidad siga descendiendo, y cree que este era el momento de abdicar, pese a que Margarita era una reina que siempre decía que moriría con las botas puestas", comentó al respecto Pilar Eyre. "Dicen que tiene problemas de salud, y sí es verdad que tiene problemas de espalda, pero vemos cómo monta a caballo y hace vida absolutamente normal. Por eso pienso que detrás de esta decisión está el querer asegurar la monarquía en estos momentos".

Fue el 14 de enero cuando Federico X era proclamado rey de Dinamarca, por parte de la primera ministra danesa, la socialdemócrata Mette Frederiksen, en el Palacio de Christiansborg de Copenhague. El primogénito de la reina Margarita y su marido el príncipe Enrique de Dinamarca solía gozar de buena reputación en un país donde el apoyo a la monarquía sigue siendo mayoritario -un 75%, según recientes encuestas-. Aunque cabe señalar que la cadena de televisión danesa TV 2 compartió el pasado diciembre el resultado de una encuesta que proclamaba a la reina consorte como la royal más valorada en Dinamarca.

Federico X
GTRES

Perfil muy bajo

Además, algunos seguidores de Federico estarían empezando a contemplar con cierto desagrado la actitud del monarca, que solo ha tenido cuatro apariciones oficiales desde el día de su coronación. La primera de esas apariciones tuvo lugar a los pocos días del gran evento, el 21 de enero, cuando los reyes participaron en un servicio religioso de una hora de duración celebrado en la catedral de Aarhus, ubicada en Jutlandia. Allí posaron aparentemente felices junto a los cuatro hijos que tienen en común: Christian -que alcanzó la mayoría de edad recientemente y ocupa el primer puesto en la línea de sucesión al trono-, Isabel, de 16, y los mellizos Vincent y Josefina, que en enero soplaron 13 velas.

Ya a principios de febrero, Federico, esta vez en solitario, realizó una visita oficial a Polonia, donde se celebró una cena en su honor en la que se le vio compartiendo mesa y charlando animadamente con Dominika Kulczyk, heredera de una de las mayores fortunas del este de Europa. Tras aquella breve escapada, el soberano participó en una misa por el segundo aniversario de la invasión de Ucrania y, hace solo unos días, recibió a un representante del Comité Olímpico Internacional (COI) en el Palacio de Amalienborg en Copenhague.

Es evidente que Federico se está tomando su agenda oficial con cierta calma. Tanto es así que, tras unas pocas semanas en el trono, se fue con Mary y sus retoños a Verbier, un pueblo suizo de montaña, con vistas al Mont Blanc, que alberga la más lujosa estación de esquí del país, donde la familia tiene un exclusivo chalé en el que quisieron pasar sus "vacaciones de invierno".

Bajo la sombra de la sospecha

Además, casi todos los eventos que protagoniza el soberano son de carácter privado -cierta revista del corazón asegura que hace poco estuvo de nuevo en Madrid, donde parece que siempre se lo suele pasar bastante bien- y, aunque está previsto que el día 11 de marzo reaparezca en un acto público con su esposa, el matrimonio apenas se ha dejado ver junto en lo que va de año -lo que aviva el recurrente rumor de crisis en una pareja que, con cuernos o sin ellos, no tiene pinta de que se esté planteando la separación-.