Federico II el Grande - Revista de Historia

Federico II el Grande

Federico II el Grande hereda hacia 1740 una Prusia que todavía es un estado joven, territorialmente disperso y en aparente construcción. Cercada por el beligerante baile de los gigantes continentales, las ambiciones de las naciones vecinas y el acoso de las costosas guerras, la estabilidad de la región parece pendiente de una multitud de débiles equilibrios.

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El hombre que hasta ahora ha velado por dicha estabilidad ha sido Federico Guillermo I, el “Rey Sargento”, un soberano que, amparado en los pilares de la moral pietista, la escuela y el ejército, ha dotado a Prusia de orden, estabilidad y progreso pero que ahora, presa de la edad, agoniza en su cama.

Federico II

Su hijo, el hombre que está llamado a sucederle, es un príncipe aparentemente incapaz, afeminado, con inquietudes intelectuales, gusto exquisito por las artes (música, poesía, etc), delicadeza y sensibilidad afrancesadas, pequeña estatura y exacerbada delgadez.

El muchacho, cuando apenas contaba con 18 años de edad, intentó huir a Inglaterra con Hans Hermann von Kate, un joven teniente considerado por muchos como el amante de Federico, sin embargo, descubierta la trama por el rey, éste ordenaría el inmediato encarcelamiento del príncipe durante tras largos años en la fortaleza de Kustrin, no sin antes obligar a éste a contemplar con sus propios ojos la decapitación de su joven acompañante.

¡Mil veces más me sacrificaría por vuestra majestad!
Hans Hermann von Katte, sus últimas palabras

Finalmente Federico Guillermo I moría en su cama el 31 de mayo de 1740, momento tras el cual su hijo accedería al trono con el nombre de Federico II Hohenzollern, rey de Prusia. Sin tiempo de reacción para comenzar grandes reformas, el nuevo rey iniciará su mandato lastrado por la fuerza de los acontecimientos, pues apenas cuatro meses después moría en Viena el Emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico (el pretendiente al trono de España derrotado en la Guerra de Sucesión española), último de los Habsburgo, y lo hacía sin descendencia directa clara… Federico II pasaba a la acción sin vacilar.

Federico II se sabía heredero de un poderosísimo sistema militar, constituido como la vanguardia entre las naciones, estaba compuesto por 80.000 hombres (en 1740, número que crecerá progresivamente hasta alcanzar los 200.000 efectivos en 1786) muy disciplinados gracias a un sistema de castigos físicos duros e inflexibles, perfectamente entrenados en el arte de la maniobra (mediante el entrenamiento regular se había conseguido que las formaciones de infantería se movieran perfectamente coordinadas a razón de 75 pasos por minuto) y el combate (esta infantería era capaz de realizar 7 descargas de mosquete por minuto, cuando la cadencia de fuego ordinaria correspondía a 3).

“Si recorremos la historia militar sin prejuicios encontraremos que son muy raros los casos (…) en que un general activo y resuelto, mediante rápidas marchas, venció con un mismo ejército y varios de sus contrarios”
C. Von Clausewitz, De la Guerra

A un número creciente de tropas instruidas en estas artes, habrá que sumar la introducción de innovaciones técnicas (como la potente artillería prusiana de baterías móviles a caballo) así como las tecnológicas (como la baqueta de hierro frente a las de madera), pues fueron decisivas en las victorias militares que habrían de sobrevenir.

Finalmente queda añadir la importancia de la preparación del propio rey. Éste, había sido educado para ser un maestro de la guerra al recibir una sólida formación militar (estudios de historia, aritmética y fortificación), experiencia (su padre lo mandó al frente de un regimiento a la Guerra de Sucesión polaca) y capacidad táctica, algo que se demuestra en el hecho de que en sus grandes victorias se mostró como un líder ofensivo, capaz de tomar la iniciativa, e innovador, al introducir maniobras como la alineación de orden oblicuo (frente a la tradicional disposición lineal de batalla de centro fuerte y flancos de apoyo, Federico II emplea una táctica según la cual se destaca a vanguardia uno de los flancos muy reforzados, seguido por un centro más débil y, finalmente, el otro flanco, mucho más debilitado) empleada para flanquear al enemigo.

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