La reina danesa está de celebración. Margarita II de Dinamarca, una de las monarcas con el reinado más longevo de la historia, cumple 49 años en el trono (el pueblo danés no se imagina el país –y la Corona– sin ella). Repasamos las fotografías más entrañables a lo largo de su vida, desde la buena relación con su madre, la reina Ingrid de Dinamarca hasta su historia de amor y sus dos hijos, Federico y Joaquín.
Margarita II de Dinamarca nació un 16 de abril en 1940 en el Palacio de Amalienborg de Copenhague, aunque su nombre completo es Margarita Alejandra Thorhildur Ingrid, un homenaje a sus abuelos. Su nacimiento era muy esperado tanto por la familia real como por los ciudadanos daneses. Tuvo lugar en un momento clave para el país, justamente una semana después de la invasión de Dinamarca de la Alemania nazi.
Frederik IX e Ingrid tuvieron dos hijas más, las princesas Benedicta y Ana María, con quienes ha conservado una estrecha relación a lo largo de toda su vida.
La historia de la cumpleañera ha sido una montaña rusa llena de emociones. Gracias a los daneses –y al referéndum para la reforma constitucional celebrado en 1953– hoy por hoy es su reina, ya que por entonces las antiguas leyes solo permitían que los varones ostentaran el trono.
Ha sido la primera mujer de su familia en estudiar en una escuela pública cuando era pequeña, aunque también fue a una privada de su ciudad, N. Zahles Skole, donde terminó graduándose a finales de los cincuenta.
A principios 1960, Margarita comenzó a estudiar en la universidad de Cambridge donde se licenció en Ciencias Politicas, además de hacer cursos sobre Economía y Arqueología, una de sus grandes aficiones desde que era joven. Incluso participó en una excavación en Italia con su abuelo Gustavo II de Suecia con quien compartía dicho hobby; y más tarde cooperó en otros dos proyectos en Egipto y Sudán.
La familia siempre ha sido un pilar fundamental en su vida. La relación que ha mantenido con sus hermanas desde jóvenes ha sido muy especial. Las tres entendían lo que era tener un estilo de vida muy diferente a las demás chicas de su edad, pero sobre todo entendían lo que conllevaba pertenecer a la realeza.
Además de ser princesa, también era una joven adolescente que se divertía con sus amigas durante las fiestas nacionales, como hizo con sus hermanas pequeñas durante el verano de 1963 ataviadas con trajes regionales o en su viaje familiar al parque de atracciones de Disneyland en los sesenta.
'Fue un amor realmente apasionado por ambas partes', asegura Margarita en el libro Dronning Margrethe que ha escrito la periodista danesa Karin Palshoj con motivo de sus 80º años. Enrique y ella se conocieron en la ciudad de Londres en 1965, ella estudiaba en la Escuela Económica de la capital británica y él era un apuesto diplomático francés. Vivieron su romance en el anonimato.
El 10 de junio de 1967, dos años después de conocerse, se casaron en la iglesia de Holmen. Enrique, conde de Montpezat, fue nombrado príncipe de Dinamarca, pero nunca fue rey, como él quería.
Para esta día tan especial, la joven princesa danesa lució un impresionante vestido confeccionado por el modista regional Jorgen Bender realizado con la mejor seda del mercado, de falda acampanada, manga larga y escote cuadrado. Como complemento, lució el velo nupcial que perteneció a su abuela y que también llevó su madre el día de su boda, además de una espectacular diadema creada con brillantes de Cartier y un llamativo broche de brillantes con forma de margarita que combinaba con su ramo de flores.
Pero no todo fue un camino de rosas. Un amor que parecía idílico en la juventud fue tambaleándose poco a poco a lo largo de los años, llegando incluso a vivir separados. En 2002 el príncipe consorte abandonó el país para instalarse en el Château de Cayx al sur de Francia, una de sus residencias familiares, hasta que al poco tiempo volvió a Copenhague junto a su esposa.
El 14 de enero de 1972, exactamente catorce días después del fallecimiento de su padre, el rey Federico IX, subió al trono danés como la primera soberana gracias a la nueva Ley de Sucesión aprobada años atrás por el pueblo. Un hecho histórico para el país pero también para la monarquía, que fue consolidado cuando Margarita II de Dinarmarca saludó a los ciudadanos desde el balcón del Palacio de Christiansborg, acompañada de su marido el príncipe Enrique.
Desde entonces su relación con los demás miembros de la realeza europea fue aumentando de forma considerable, tiene gran amistad con algunos de los demás 'royals'. Incluso los reyes eméritos de España, Juan Carlos I y Sofía de Grecia, acudieron a la celebración de las bodas de plata de Margarita y Enrique en Dinamarca que tuvo lugar en el mes de junio de 1992.
Al contrario que su madre, todos sus descendientes fueron varones. Al año de su primer aniversario de bodas, el 26 de mayo de 1968, nació su primogénito, el príncipe heredero Federico de Dinamarca en el Hospital Universitario de Copenhague. Y casi trece meses después, el 7 de junio de 1969, llegó su segundo hijo, el príncipe Joaquín de Dinamarca.
La familia dejaban su país para disfrutar de unas vacaciones de verano con sabor mediterráneo y lejos de los focos mediáticos en el histórico castillo de Francia, propiedad familiar del príncipe Enrique. Un lugar de origen mediaval donde la familia danesa desconectaba de la rutina, disfrutaba del buen tiempo y las maravillosas vistas de los ancestrales viñedos que rodean la fortaleza.
La monarca siempre ha tenido muy buena relación con su hijo mayor, el príncipe heredero Federico, quien algún día será el que ascienda como rey danés. Un 'royal' que sigue la estela de su madre paso tras paso.
"Fumo en cualquier parte donde haya un cenicero" es una de sus frases más conocidas. Margarita es conocida como una de las 'royals' más fumadoras de la historia y se ha dejado ver en público ciento de veces, pero desde hace dos décadas deja este hábito en casa.
Es una mujer con una gran lista de vocaciones, además de sentir gran predilección por la arqueología, al igual que su abuelo Gustavo, Margarita es una apasionada del mundo del arte, incluso ha expuesto algunas de sus obras en diferentes exposiciones de Europa. Una afición que comenzó gracias a la novela 'El Señor de los Anillos' que leyó en 1969 y que más tarde la animó a ilustrar la edición danesa bajo un seudónimo.
Desde muy pequeña ha sido fiel amante de los animales, especialmente de los perros. Por eso no dudó en ampliar su familia con tres perros de raza teckels, Nelly, Tilla y Helike, que incluso acudieron al entierro del príncipe Enrique a dar su último adiós a su dueño.
Es una reina que brilla con su estilismo temporada tras temporada, incluso a los 80 años. Toda una lección de estilo y elegancia. Desde joven a Margarita le ha llamado la atención el mundo de la moda, de ahí a que sus conjuntos fuesen también protagonistas en cada aparición. Nunca le ha importado que su vestuario llamase la atención por llevar colores atrevidos como el amarillo que lució en el Parlamento Europeo de Estrasburgo en el verano de 1987.
Una de sus grandes pasiones son los tocados y los sombreros, un complemento que nunca falta en su atuendo cuando la ocasión lo requiere. Margarita, la 'royal' más estilosa de Dinamarca y que sigue deslumbrando en cada evento al que acude tanto por su estilo único como por su carisma.
Artículo publicado originalmente el 16 de abril de 2020.