Como manda la tradición, la Familia Real danesa no ha querido perderse su cita anual con la cacería de Hubertus, carrera de caballos al aire libre que se celebra cada primer domingo de noviembre en Dyrehaven (el llamado Parque de los Ciervos) a las afueras de Copenhague. En esta ocasión, era la princesa heredera Mary la que acudía a presidir el acto de entrega de premios acompañada por sus hijos pequeños Vincent y Josephine. Precisamente, los mellizos de 10 años han sido dos de los grandes protagonistas de la jornada por la simpatía y espontaneidad que les caracteriza, algo que han sabido captar a la perfección los objetivos de las cámaras

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La esposa de Federico de Dinamarca ha vuelto a demostrar su amor por los animales, acariciando muy sonriente a uno de los equinos que participaba en el evento. Esta competición cuenta con más de un siglo de historia -desde 1905- e incluye pruebas de habilidades, carreras y una cacería en la que las presas son en realidad dos jinetes con un gorro con cola de zorro. El terreno donde se celebra tiene una longitud de 11 kilómetros, con un total de 32 obstáculos en el camino

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Desde el balcón del Palacio Hermitage, el pabellón de caza construido en el siglo XVIII, hemos podido ver los gestos de cariño y complicidad de Mary de Dinamarca con sus hijos, en especial con el pequeño Vincent al que colocaba las manos sobre sus hombros. Los tres se han vestido con ropa de abrigo para la ocasión, incluso la princesa ha optado por gorro y guantes de lana que le impidieran sentir cualquier atisbo de frío. Como suele ser habitual en esta jornada de campo, los niños disfrutaban más que nadie del espectáculo y se divertían n de lo lindo, con sonrisas en sus rostros que así lo reflejaban

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Según marcaba el protocolo, Mary de Dinamarca ha hecho entrega del trofeo principal a los ganadores, los jinetes de chaquetas rojas campeones que cabalgaban a galope tendido a lomos de sus majestuosos corceles. En la imagen, vemos a una de las amazonas victoriosas con la que la princesa ha charlado distendidamente después de felicitarla. Vincent no quería perderse el momento, y ahí le vemos de pie detrás de su madre mientras tiene lugar la ceremonia. Ante la ausencia este año de sus hermanos Christian e Isabella, el pequeño y Josephine han cobrado la notoriedad que también se merecían

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Para que todo quede en el recuerdo de la familia, Vincent ha llevado consigo su teléfono móvil, que aquí apreciamos cómo enseña a su madre y su hermana. Muy probablemente, el pequeño ha querido captar las escenas más destacadas de la cacería de Hubertus, cuyas ediciones pasadas han contado con la presencia de otros miembros de la Familia Real danesa como el príncipe Henrik y Federico de Dinamarca

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Como siempre, llegaron en carruaje al palacio de Hermitage, sentados y obsequiando saludos por doquier a todos los allí presentes. Afortunadamente, este año no ha habido que lamentar ningún incidente en la carrera, como el que ocurrió en 2017 cuando uno de los caballos llegó a gran velocidad y tumbó a su paso a uno de los guardias. Aquello provocó que Mary y los niños se asustaran y preocuparan visiblemente, aunque felizmente todo quedó en un susto y la persona arrollada se recuperó posteriormente bien de las heridas

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Josephine ha sido la viva imagen de lo que supone este día para la monarquía y el pueblo danés, levantando aquí la mano con efusividad mientras su madre se había puesto las gafas de sol para ver bien lo que acontecía. Más de 160 jinetes han participado en esta caza, que es todo un acontecimiento para los habitantes de Copenhague, Se calcula que hasta 40.000 de sus ciudadanos acuden a verlo in situ, madrugando si hace falta en esta fecha tan señalada para ocupar el mejor lugar desde donde poder contemplar la carrera

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